Lamine Yamal no es suficiente para salvar al Barça de perder las alas en Champions

Actualizado Jueves, 19 septiembre 2024 - 23:20

Lamine Yamal es genio, descaro y gol, todo lo que el Barça necesita para emocionar pero como rescatador necesita ayuda. Solo no puede sumar todos los puntos. Vuela el equipo en la Liga y soñó con que la temporada fuera así, un continuo ascenso hacia el sol sin que apareciera una sola nube... hasta que pisó la aristocracia Champions. [Narración y estadísticas (2-1)]

Hansi Flick había tocado la tecla para soltar el talento de jugadores atenazados por el dilema del peso del estilo. Les quitó las riendas, les dejó ser salvajes y brillaron incluso más de lo que nadie hubiera imaginado. Sin embargo, con un arranque de calendario cómodo en Liga, en la exigente Europa entró con el pie izquierdo. El Mónaco le cortó las alas en seco. Le bastaron diez minutos para bajar a los azulgranas a la tierra y descoserles casi por completo espoleados por la superioridad numérica. La expulsión por roja directa de Éric García casi sin romper a sudar fue la primera prueba de madurez del Barça alemán.

Flick dibujó un partido enfajando su once en la medular con el central reconvertido en centrocampista de contención junto a Casadó y empujando a Pedri asomarse al área ahora que Dani Olmo mira desde los palcos. Era la oportunidad del canario, que no aprovechó, y lo único que cambiaba en un Barça que sigue apretando a sus rivales en su campo, pero que sabía del gusto de su rival por emplearse de la misma manera. A la carrera.

Como ante el PSG en Montjuïc

Así encontró el Mónaco la primera ocasión del partido en el minuto 7 cuando Ben Seghir se escapó por la orilla y probó a Ter Stegen. La siguiente decisión del guardameta alemán la pagó cara el Barça. Sus dudas en la salida de balón por la presión monegasca obligaron a Éric a reaccionar en el borde del área para frenar a Minamino y provocaron que el colegiado Lindhout no tuviera ninguna duda de que el japonés encaraba portería. Otra inferioridad que ponía cuesta arriba el camino en Champions, como hace unos meses ante el PSG en Montjuïc. Otra vez la competición se amargaba.

Pudo paliar ese regusto Raphinha pero se durmió para rematar una asistencia de Lewandowski tras una contra dirigida por Pedri. El Mónaco olió la sangre y se lanzó al área de Ter Stegen. No pudo Embolo batirle, pero encontró el joven Akliouche un pasillo en la orilla izquierda de su área que aprovechó para recortar a Balde y a Pedri, que le siguieron con la mirada, hacerse hueco y ajustar su zurdazo al palo.

Fueron momentos de apretar los dientes para que no se desatara un vendaval. El gigantón suizo Embolo retaba a Iñigo Martínez, suerte que casi siempre en fuera de juego, pero alguna enganchó entre los tres palos. Parecía cuestión de tiempo que el Mónaco hurgara para hacer más grande el descosido. No ocurrió porque así lo quiso Lamine Yamal.

Akliouche festeja el 1-0 en el Louis II.

Akliouche festeja el 1-0 en el Louis II.AFP

El Barça tiene un futbolista que espanta los nubarrones y que, como buen adolescente, no piensa piensa en las consecuencias, sólo vive y juega. Por eso no dudó en retar a Akliouche y sacar de su pierna izquierda otro cañonazo ajustado al palo ante el que no pudo reaccionar Köhn. Lo había lanzado Casadó a la espalda de Singo para retar a Salisu, batirle y convertirse en el segundo jugador del Barça más joven en marcar en Champions. No hay temor a encomendarse a él.

Crecieron los blaugranas con el oxígeno que le proporcionó el empate, al que el Mónaco quiso responder a balón parado, pero fue Balde quien erró la ocasión de darle la vuelta al marcador antes de enfilar el túnel de vestuarios.

A la espalda de Iñigo

Reestructuró Flick en en el descanso el plan de partido y el Barça volvió despojado de presión, tanto que complicó a un Mónaco valiente en ataque pero con sus propios demonios en defensa. Eso sí, Ter Stegen, que no estaba en su mejor noche, tuvo la orden de no arriesgar y sus golpeos se convirtieron en un arma de ataque. Raphinha empezó a aparecer sin llegar a aprovecharse de las asistencias en carrera de Lamine o de un centro de Koundé que no pudo rebañar.

Proponía el Barça sin dejar de mirar de reojo a su espalda porque Adi Hütter ya buscaba poner en el campo pulmón y velocidad. El disparo de Vanderson hizo volar a Ter Stegen y Minamino mandó la pelota a acariciar el larguero.

Como el Barça no hincaba la rodilla y Lamine se convertía en una amenaza constante, el técnico monegasco optó por doblar el lateral para desesperarlo. Antes de que se pudiera evaluar su apuesta ya había conseguido el premio en una pelota larguísima de Vanderson a la espalda de Iñigo Martínez que se acomodó a la carrera Ilenikhena para encarar y batir la meta azulgrana. De ese golpe ya no se alzó a pesar de que el VAR le libró de un penalti.

Griezmann pone el combustible y Giménez la chispa en la victoria del Atlético ante el Leipzig

Griezmann pone el combustible y Giménez la chispa en la victoria del Atlético ante el Leipzig

Siempre se han de aprovechar los días de tormenta para recurrir a los adjetivos rimbombantes que nos deja este fenómeno natural. Las crónicas agradecen, muchas veces, los aluviones de poderío ofensivo, los ataques en tromba (de agua) y las carreras fugaces (como el rayo). Es el Leipzig un equipo, además, al que le sientan como un guante todas estas esencias, como ha demostrado en los últimos años en la Champions, pero el Atlético supo aplacar su tormenta con dos fogonazos. Griezmann puso el combustible y Giménez la chispa al buen partido rojiblanco. [Narración y estadísticas (2-1)]

Los alemanes no son de pausa, buscan el vértigo y así lo entendió el Atlético, que les recibió junto y recogido en bloque bajo. Salió Reinildo de inicio, un bastión defensivo, pero sorprendió Simeone con Correa, Julián y Griezmann en el once. No importa qué se espere del técnico, siempre hará lo contrario a lo predecible.

Y el Atlético se dejó llevar de inicio a un juego vertiginoso que no es el suyo porque la veteranía de medio campo para atrás te da poso, pero no velocidad. Y, tras un buen ataque rojiblanco que malogró De Paul en el balcón del área, salieron los alemanes como rayos ante un equipo que no puede transicionar tan rápido. En 30 metros ya eran tres alemanes contra dos rojiblancos. Disparó Openda, que se encontró una buena manopla de Oblak, pero el cancerbero ya no pudo con el cabezazo de Sesko.

El regreso de Vermeeren

La reacción del Atlético se produjo 10 minutos después, primero con una picaresca protagonizada por el jugador más listo del campo. Un córner que saca rápido Griezmann con los dos equipos colocándose, pero con Julián Álvarez atento al primer palo aunque no pudo dar la orientación necesaria al esférico. Y luego, tras un regalo de Gulacsi que terminó en las botas de Riquelme y al plantarse ante él y le entró un ataque de juventud e intentó ceder a un Correa vigiladísimo. El argentino disparó, el rechace llegó a Griezmann y apareció una bota salvadora alemana para negar el gol al francés. El estadio elevaba las manos y Simeone se las llevaba a la cabeza.

Volvía Vermeeren al Metropolitano y se debió olvidar de que ya no llevaba la rojiblanca. Se durmió en el borde del área, le robó De Paul y Correa no pudo finalizar con éxito. Casi tiene el argentino el quite del perdón en la jugada siguiente. Tras la salida de un córner, Angelito se acercó al primer palo para meter la punterita y elevar el balón por encima de todos los jugadores que lo miraban hipnotizados cómo golpeaba en el palo y terminaba en las manos de Gulacsi.

Griezman celebra su tanto en el Metropolitano.

Griezman celebra su tanto en el Metropolitano.Manu FernandezAP

Olía el Metropolitano a tormenta y olía también el gol, que llegaría pocos minutos después. Sería Griezmann, el jugador que partía en esta ocasión desde el mediocampo, lo que le confería un aura de indetectabilidad que aprovechó para rematar solo desde el punto de penalti un gran centro de Llorente. Un gol que encendió a las masas y a los jugadores. De hecho, un minuto después, Julián desperdició otro centro de Llorente para hacer el segundo. Definitivamente, se descubrió un partido que se escondía tras nubes negras.

La tormenta no sólo afectó al juego, sino que hizo lo propio con la tecnología de VAR. Cinco minutos estuvo el juego parado por un problema con el pinganillo. Eso no paró al Atlético, que mantuvo la intensidad con la que se había marchado a la caseta con Correa y Griezmann como puntas de lanza, ambos con posiciones intercambiadas para dar descanso al francés, algo fatigado.

La Araña, desaparecida

Sigue Julián Álvarez sin encontrar los espacios en el juego del Atlético. Sustituido por Sorloth en el minuto 60, apenas dejó un remate a puerta el argentino y más por picardía de Griezmann que por mérito propio. Otro cambio fue Correa por Molina, una pedrada del Cholo en un partido empatado y que es importante ganarlo en esta nueva Champions de todos contra todos.

El último cuarto de hora fue un toma y daca a base de cabezazos. Primero remató Sorloth blando a las manos de Gulacsi, luego fue Poulsen el que erró por centímetros y finalmente un buen centro de Molina lo remató Griezmann, pero se encontró la manopla del portero húngaro.

Entonces, con medio estadio dando bueno por el empate, apareció la cabeza de Giménez al segundo palo para poner la primera victoria en el casillero rojiblanco. Nunca se puede dudar de las decisiones del Cholo. Tres puntos sufridos, pero importantísimos en un formato, el de esta Champions, que no da tregua.

El Leverkusen arranca como un disparo y golea al Feyenoord

El Leverkusen arranca como un disparo y golea al Feyenoord

Todo el interés que había levantado el campeón de la Bundesliga en su retorno a la Champions League se confirmó ayer con un soberbio primer tiempo en Rotterdam. En apenas 45 minutos, el Bayer Leverkusen barrió al Feyenoord con cuatro goles merced a un incontenible despliegue liderado por Florian Wirtz, el primer futbolista alemán que marca dos goles durante su primer partido en el torneo. «Hemos estado muy concentrados. Es sólo el primer partido, pero por supuesto que estamos satisfechos», aseguró Xabi Alonso, técnico del Bayer.

Con un fútbol vertical, comandado por la imaginación de Wirtz entre líneas, el Leverkusen dejó sin réplica a un Feyenoord tan impetuoso como impreciso. La ruidosa afición de De Kuip ni siquiera pudo esbozar una sonrisa tras el descanso, cuando el árbitro invalidó dos goles a su equipo por fuera de juego.

Por entonces, los visitantes ya habían impuesto el desborde de Jeremie Frimpong, la omnipresencia de Alejandro Grimaldo y la calidad de Victor Boniface. Tras el afortunado 0-1 de Wirtz, el delantero nigeriano dejó el gesto técnico de la tarde con un asombroso pase, a imagen y semejanza de Thierry Henry, en la acción del 0-2, obra del internacional español.

«Jugamos con mucha madurez»

La velocidad de Grimaldo y Frimpong resultaba indetectable para la defensa holandesa, que en el minuto 36 no pudo leer ni el envío desde la derecha del neerlandés ni la incorporación de Wirtz. Para redondear la desgracia, justo antes del intermedio Timon Wellenreuther tampoco supo embolsar un endeble cabezazo de Edmond Tapsoba.

«Jugamos con mucha madurez a pesar de que el ambiente era muy especial. En la Champions siempre hay que marcar goles, pero también hay que defender bien», zanjó Alonso. Hasta ayer, el Leverkusen jamás había anotado cuatro goles a domicilio durante sus 13 participaciones previas en el torneo.

Un gravísimo error de Gazzaniga en el 90 arruina el debut del Girona ante el PSG

Un gravísimo error de Gazzaniga en el 90 arruina el debut del Girona ante el PSG

Actualizado Miércoles, 18 septiembre 2024 - 23:03

El fútbol, demasiadas veces, es cruel para los porteros. De nada le sirvió a Paulo Gazzaniga firmar grandes intervenciones ante Ousmane Dembélé o Achraf Hakimi. Justo cuando parecía que nada ni nadie podría evitar que el Girona se llevara un punto de París en su gran estreno en la Champions, el argentino no logró atrapar un disparo de Nuno Mendes que, tras pasar el balón entre sus piernas, acabó por convertirse en el gol que le daría el triunfo a un PSG que se las había visto canutas hasta entonces para batir al portero. [1-0: Narración y estadísticas]

Para saber más

El gesto del portero, desencajado, desconsolado, llevándose sus enguantadas manos a la cara consciente de lo caro que había salido su error, quedará marcado para siempre en la historia del equipo de Míchel.

Los estrenos siempre son complicados. Muy especialmente, ante a un PSG que, sin Mbappé, sigue siendo un rival temible. El equipo que de Luis Enrique manda con puño de hierro en su liga, contando sus partidos por victorias y sumando 16 goles a favor y solo tres en contra. Con esas premisa, no es nada raro que el conjunto parisino tardara nada y menos en meterle el miedo en el cuerpo al Girona con una incursión de Barcola que la defensa visitante acabó por desbaratar como pudo. De poco les sirvió a los de Michel responder poco después por medio de Bryan Gil. Los locales consiguieron mandar en la posesión a lo largo de unos primeros 45 minutos en los que se acercaron con serio peligro a las inmediaciones de un Gazzaniga que, pese a todo, no se vio demasiado exigido bajo los palos. El PSG llegaba, pero le faltaba finalización. El Girona, mientras, tuvo que esperar para silenciar, al menos por unos instantes, la grada del Parque de los Príncipes. Su posesión más larga no sólo le permitió reconciliarse con sus esencias, sino que culminó con un centro cargado de intención que Safonov, relevo bajo los palos del lesionado Donnarumma, le quitó prácticamente de la cabeza a un Stuani que ya se relamía pensando en el remate.

Luis Enrique, durante el partido.

Luis Enrique, durante el partido.FRANCK FIFEAFP

Las cosas se le complicaron un poco a Luis Enrique con la inesperada lesión muscular de un Marco Asensio que, de hecho, había protagonizado una de las muchas llegadas de los parisinos al área conraria. La entrada en el terreno de juego de Kolo Mouani, no obstante, no contribuyó en primera instancia a cambiar decisivamente un panorama que acabó con la primera parte marchándose al descanso sin que ni unos ni otros lograran hacer subir por lo menos un gol al marcador. El Girona, eso sí, tenía al menos en parte el consuelo de haber sobrevivido a un acoso en toda regla de un PSG que, de haber encontrado una opción de remate clara, podría haberle amargado su tan deseado debut en la máxima competición europea. Algo que, apenas unos pocos años atrás en el tiempo, parecía poco menos que una quimera y que se hizo realidad con una temporada 2023-24 de ensueño para los gerundenses.

Tras el descanso, el PSG y el Girona empezaron a lanzarse golpes para deshacer la igualada en unos primeros minutos del segundo tiempo en que la mejor ocasión pasó por las botas de un Dembélé tan voluntarioso como desesperante. El ex azulgrana, con el rival volcado en el área parisina, cruzó casi medio campo con el balón controlado sólo para ver cómo Krejci, inasequible al desaliento y sin hacerle falta, acababa por rebañarle el esférico justo cuando se plantaba solo ante Gazzaniga en una acción defensiva tan valiosa como un gol. Volvería a intentarlo poco después el Mosquito, con un disparo lejano que acabaría por morir en manos del meta argentino, tan solvente como de costumbre a pesar de algún que otro titubeo. Por lo menos, hasta el final y, sobre todo, frustrando de nuevo al francés cuando trató de sorprenderlo buscando la escuadra. De nada le sirvió tampoco pedir penalti por mano, no sancionado por el árbitro al entender que su posición era natural.

Con los locales cada vez más nerviosos, el Girona podría haber encontrado sus opciones para enmudecer completamente al Parque de los Príncipes, en un ocaso en el que Kolo Mouani y Achraf rozaron también el gol. A la postre, sería Mendes, en el añadido, quien acabaría por aprovechar el único gran error de Gazzaniga para condenar a los gerundenses a marcharse de vacío de París.

El drama de Reinildo, uno de los 'peones' de Simeone: "Tras las cosas que he pasado, no me quedan lágrimas para llorar"

El drama de Reinildo, uno de los ‘peones’ de Simeone: “Tras las cosas que he pasado, no me quedan lágrimas para llorar”

Reinildo Mandava (Beira, 1994) sonríe. Sonríe todo el rato. Y eso puede ser lo normal en un futbolista de élite, que lo tiene o parece que lo tiene todo. Pero sólo Reinildo y su familia saben lo que ha sufrido para llegar hasta aquí. Tanto, que al recordarlo parece a punto de romperse en medio de la entrevista, pero la sonrisa siempre termina volviendo. Porque Reinildo siempre saca el lado positivo de las cosas y nunca, nunca, se rinde. ¿Les suena?

Para saber más

¿Qué siente cuando suena el himno de la Champions?
Es algo que no se explica, en el momento es increíble, pelos de punta y una fuerza que no sabes de dónde viene. La Champions es algo especial.
Leipzig, PSG, Lille, ¿cree que el sorteo ha sido difícil o benévolo?
Nos ha tocado esto y estamos ahí para trabajar y pelear partido a partido y a ver lo que sale al final.
¿Se quedó con la sensación de que se pudo hacer más con el Dormund?
Sí, todos nos quedamos con ese feeling porque se notaba que podíamos haber hecho un poquito más, al final el fútbol es así. Cabeza arriba y a trabajar. No hay partido fácil.
¿Ven opciones de ganar la Champions League?
Trabajamos partido a partido y al final haremos las cuentas.

Fichajes

Se ha fichado bien y eso le puede quitar minutos, ¿le preocupa?
Es nuestra vida. Tenemos que estar preparados para jugar lo que toca. Depende del entrenador, él elige y creo que para él también es difícil. Tener un equipo que hace tres cambios y juega igual es muy bueno.
¿Ha estado en alguna plantilla en la que se veía inferior?
No, he jugado con futbolistas que tenían más talento, pero siempre me gusta pelear. Nunca he fichado sabiendo quién va a jugar y soy de intentar aprovechar las oportunidades, cuando me las dan, lo doy todo.
¿Cuál es el rival más difícil al que se ha enfrentado?
Puede ser Di María, pero a mi el nombre no me impresiona. De hecho les pego primero para que sepan que estoy ahí y saben que no estoy de broma. Es mi mentalidad.
¿Y de sus compañeros?
Marquitos (Marcos Llorente). Es un tío de mucha calidad, muy rápido y me gusta mucho porque entrena como yo.
Cuando saludaba a los nuevos, ¿se acorbada de cuando fichó usted?
Sí, lo veo y digo:"Buah, seguro que han sentido algo parecido y se han quedado ilusionados por estar en esta plantilla". Yo elegí venir aquí pese a que tenía muchos equipos interesados porque siempre he querido trabajar con el míster. Dije a mi agente: "Rechaza todo porque voy al Atleti".
Desde luego, ven el fútbol igual
Yo creo que en el fútbol actual te hablan de talento y eso, pero si no trabajas vas a ser uno más. Hay que luchar todos los días, sea por dos minutos, por cinco o por 90. Entonces lo doy todo el la cancha hasta que termine el partido o salga con una pierna en la mano.
¿Cómo fue su primera impresión de Simeone y cómo es ahora?
Unas de las cosas que más me sorprendieron fueron su manera de pensar, de creer y de trabajar. Y, usando el coaching, la manera que tiene de hacerte a tí cambiar de mentalidad con un simple clic.

"El rival más difícil, Di María, pero no me impresionan los nombres. De hecho, les pego primero para que sepan que estoy allí"

Cuando se ve en estas instalaciones, ¿recuerda de dónde viene?
Lo pienso todos los días, hasta cuando estoy con mi mujer en casa y recordamos el trayecto para llegar a uno de los mejores clubes del mundo. Y lo conseguí con trabajo, porque nadie me ha regalado nada. Si estoy donde estoy es por muchas cosas que he pasado y he superado. Y pensaré eso hasta el día que me muera.
Usted vivió momentos muy duros como la pérdida de sus padres.
Tras las cosas que he pasado, no me quedan lágrimas para llorar. Soy una persona que hasta en los malos momentos, saca algo bueno. He perdido mi padre muy pronto, luego a mi madre y eso me ha hecho cambiar el chip varias veces y nunca he desistido. Luego he pasado por lesiones y otras dificultades junto mi familia, pero mi mujer nunca me ha dejado pensar de manera negativa. Tenía muchas razones para dejarlo, pero ella siempre me mantuvo con los pies en el suelo y es una de las personas que más ha creído en mi y en mi potencial, pero tenía que trabajar.
De hecho, sale muy tarde de su país.
Lo hice cuando falleció mi mamá. Vinieron muchos equipos, principalmente de Portugal, queriendo ficharme, pero mi mamá lloraba porque no quería que me fuera. Cuando murió me dije, tengo que ser yo. Y un mes después me llegó la oportunidad del Benfica.
Reinildo se encara con Vinicius.

Reinildo se encara con Vinicius.Javier SorianoAFP

La suerte le compensó, por las dificultades que había pasado.
La gente puede atribuirlo a eso, pero la suerte acompaña a la gente que la busca, que la quiere. Si estás sentado la suerte no toca tu puerta. Incluso en momentos de dificultad, como la lesión, yo siempre pensaba: «arriba» y llegaba como el tío más feliz del mundo.
Es que llegó aquí, encajó como un guante y lo jugó todo hasta aquella jugada con Valverde...
Era una jugada tranquila. Lo he hecho un millón de veces, pero pasó y como todo en la vida tiene un propósito, una razón. Pero desde que me pasó ya empecé a cambiar el chip y pensé: un día menos.
¿Es creyente?
Soy musulmán. Rezo, creo mucho en Dios y creo que me ha influido en toda mi vida desde lo menos bueno hasta lo bueno. Mira, podía pensar que Dios me quitó a la persona más importante de mi vida que era mi madre, pero al mes siguiente me dio un hijo.
Mentalmente, ¿cómo llevó una lesión tan grave?
Lo que más me gusta de mí mismo es mi mentalidad, mi manera de pensar, no tengo tiempo para llorar. No creo que otra persona llevara mi lesión como lo hice yo. Saco lo positivo de todo y a seguir luchando.
Si Reinildo no hubiera sido futbolista, ¿qué hubiera sido?
Gestor, tengo la carrera de gestor de empresas. Pero yo he crecido en una familia de futbolistas. Mi abuelo y mi padre han sido jugador y entrenador. En mi casa todos mis hermanos y mi hermana son o han sido futbolistas. No tenía opción (risas). De hecho mi hermano mayor era mejor. Jugó conmigo como profesional en Mozambique, pero por unas cosas o por otras...
Así nació el Leipzig en 2009: cuatro ascensos en siete años, el 'milagro Ragnick' y mucho dinero de Red Bull

Así nació el Leipzig en 2009: cuatro ascensos en siete años, el ‘milagro Ragnick’ y mucho dinero de Red Bull

Sebastian Albert y Benjamin Bellot recuerdan su infancia con un balón de fútbol por las calles de Leipzig. En el caso de Bellot, además, la tradición familiar le 'forzaba' a disponer también de unas manoplas ya que su padre y su tío habían sido porteros de fútbol. "Empecé como jugador, pero a los cinco o seis años probé en la portería", cuenta a EL MUNDO. La historia de Albert y Bellot podría ser la de millones de niños a lo largo del mundo, incluso de Alemania. Pero, sin imaginarlo, formaron parte del germen de, a día de hoy, uno de los grandes clubes germanos.

El 19 de mayo de 2009 nacía el RB Leipzig tras adquirir la plaza del SSV Markranstädt en la Oberliga Nordost Süd. Hablamos de la quinta división alemana, pero la llegada de una marca de bebidas energéticas a la ciudad de Leipzig, la octava en población de Alemania, era un acontecimiento. "Se respiraba una gran inseguridad, también en los periódicos, sobre cómo iba a llegar Red Bull. Pero nadie imaginaba el impacto que tendría la marca en el club y en la ciudad", recuerda Bellot sobre los inicios.

El primer equipo se empieza a formar con veteranos y algunos chicos entre los que estaban Bellot y Albert. "Yo pertenecía al cupo de jugadores jóvenes con el que tenía que cumplir el club para disputar la liga, igual por eso me firmaron", bromea Bellot. En el caso de Albert, en cambio, le trajeron la nostalgia de volver a casa tras una etapa en el Hansa Rostock y la amistad con el que fuera entrenador de porteros del Rostock, quien aterrizó en el Leipzig unos meses antes.

Así comenzaba la experiencia en un equipo que pasó de no contar ni con campo de entrenamiento propio a disfrutar de una de las mejores estructuras de Alemania en muy poco tiempo. "Las condiciones eran casi demasiado profesionales para la 5ª división de entonces. Te dabas cuenta de que querían llegar al fútbol de primer nivel lo antes posible", cuenta Albert. En menos de un año, de hecho, ya se firmó el acuerdo para disputar los partidos en el entonces Zentralstadion, que se convirtió en el Red Bull Arena.

"Empezamos en 5ª división, entonces no había muchos aficionados, pero eso cambió rápidamente con el primer ascenso a la liga regional (4ª división)", cuenta Albert. 10.000 personas vieron esa promoción y 30.000, la siguiente. La llegada de Red Bull a la ciudad alemana había generado una atmósfera de ilusión que se alineó con la contratación de un hombre clave en el club y en el fútbol alemán.

"Desde la llegada de Ragnick, se tuvo un objetivo claro", explica Bellot. Ralf Ragnick fue un visionario para "Los Toros" como se les conoce en Alemania tanto de director deportivo como de técnico. Con él llegó una nueva ciudad deportiva y una política de captación de talento joven que ha cristalizado en grandes futbolistas como Timo Werner, Marcel Sabitzer o Dayot Upamecano. Para los ex del Red Bull Bellot y Albert los futbolistas jóvenes actuales son muy diferentes a los de su generación, "atletas", "menos independientes" y con más tendencia a "perder los pies del suelo".

Albert salió antes de la explosión del Leipzig ya que el club no le prorrogó el contrato, pero Bellot sí consiguió mantenerse hasta la llegada del equipo a la Bundesliga. "Jugué algunos partidos en Segunda y estuve cerca de jugar en Primera, pero no tuve minutos", lamenta el portero que tiene muy claro por qué no pudo continuar y debutar. "Llegó un punto en que mi desarrollo y crecimiento no iba a la misma velocidad que la del club. Tuve que tomar una decisión de llegar a un nivel en el que disfrutara más del fútbol", razona.

Crecimiento meteórico

Sólo habían pasado siete años desde que la marca de bebidas energéticas se hiciera con el que hoy es uno de los clubes punteros de Alemania. En ese periodo, el equipo ascendió cuatro categorías y desde que llegó a la Bundesliga solo ha estado una vez fuera del top5. "Nadie imaginaba el desarrollo que tendría el club. En 10 años era algo totalmente nuevo", explica Bellot.

Hoy, ambos futbolistas miran con nostalgia a aquel club por el que apostaron cuando todo era apenas una idea. Los dos siguen jugando cerca de su ciudad, Albert en séptima categoría del fútbol alemán, en el FSV Krostitz, y Bellot en cuarta, en el Chemie Leipzig. "Jugué en el Red Bull 8 años, pero me casé y tuve mi primera hija en Copenhague. Cada parada en mi carrera ha sido magnífica y no me arrepiento de ningún paso que haya dado", detalla Bellot.

Mientras, un Leipzig nuevo mirará de tú a tú esta noche a partir de las 21.00 a un Atlético de Madrid al que ya ganó en los cuartos de final de aquella Champions de la pandemia en 2020. "¿A quién no le gustaría jugar en la Bundesliga y la Champignons League de su ciudad? Me permitieron jugar algunos partidos y formo parte de la historia del RB, lo cual está muy bien", valora Albert mientras que Bellot añade: "Si Red Bull no hubiera llegado a Leipzig, nunca hubiera sido profesional".

Europa pone a prueba al Barça de Flick y el estado físico de Ansu Fati

Europa pone a prueba al Barça de Flick y el estado físico de Ansu Fati

Actualizado Miércoles, 18 septiembre 2024 - 20:53

El Barça de Hansi Flick, imparable hasta el momento en la Liga, se enfrenta ahora a toda una prueba de fuego. Los azulgrana se estrenan este jueves en la nueva versión de la Champions a domicilio ante un Mónaco que, en el último partido de la pretemporada, el tradicional trofeo Joan Gamper, arrolló a los barcelonistas ante su público en Montjuïc venciéndoles por 0-3. El cansancio, a causa de la exigente preparación física seguida para poner a punto toda la maquinaria, fue señalado como uno de los posibles motivos de una debacle de la que los jugadores locales tomaron muy buena nota.

El hecho de que el equipo monegasco, que jugó tal ocasión con uniforme completamente blanco, citara parte del himno más clásico del Real Madrid para celebrar su victoria en sus redes sociales le sentó a más de uno como una patada en el estómago. Algo de lo que, seguro, buscarán tomarse la revancha en el Luis II.

La máxima competición europea no ha sido muy positiva para los azulgrana en los últimos años. En las temporadas 2021-22 y 2022-23, acabó por verse descabalgado finalmente a la Europa League. El curso pasado, mientras, logró clasificarse como primero de grupo con algo de suspense. Tras firmar un arranque muy positivo, con tres victorias consecutivas frente al Amberes (5-0) y el Shakhtar (2-1), en casa, y ante el Oporto (0-1) a domicilio, cayó en Ucrania (0-1) y en Bélgica (3-2) y acabó siendo líder gracias a su triunfo en casa ante los portugueses conseguido en la penúltima jornada (2-1).

Las buenas sensaciones cosechadas frente al Nápoles, en los octavos de final, y la ida de los cuartos de final ante el PSG en el Parque de los Príncipes, con su victoria por 2-3, mientras, fueron cruelmente rotas por los franceses con un 1-4 en Montjuïc que empezó a fraguarse con la expulsión de Araujo cuando los locales mandaban por 1-0 en el marcador.

Lesiones en el mediocampo

Ante el Mónaco, además, a Flick le tocará buscar soluciones para un centro del campo que sigue sufriendo una particular sangría de efectivos. Marc Bernal no podrá jugar hasta el año que viene, Frenkie de Jong y Gavi ya están trabajando con el grupo, pero siguen sin recibir el alta, Dani Olmo se lesionó ante el Girona y estará un mes de baja y Fermín, que parecía que podía estar a punto para medirse al equipo del Principado, volvió sufrió una lesión en el recto anterior del muslo derecho y deberá permanecer en el dique seco durante tres semanas. Puede que a otros, en estas circunstancias, les temblara un poco el pulso, pero no al alemán, quien está muy pendiente de los jóvenes talentos del club.

Si para el duelo en Montilivi ya dio la sorpresa al llevarse a Guille Fernández, en esta ocasión no sólo ha vuelto a incluir en su lista a este joven centrocampista, de 16 años, sino que también se ha llevado a su primo, Toni Fernández. Los dos dejaron su marca en el partido entre el Barça Atlètic y el Ourense, de Primera RFEF, con dos tremendos golazos.

Otros dos jugadores del filial, Sergi Domínguez y Andrés Cuenca, ambos centrales, entraron también en su convocatoria. Otro joven, aunque con ficha del primer equipo, un Pablo Torre que parece estar convenciéndolo bastante, sería otra posibilidad para apuntalar el centro del campo. O, incluso, retrasar a la medular a un jugador que le ha estado dando un gran rendimiento en punta en los últimos partidos, Raphinha. Sobre todo, tras la tan esperada alta médica de un Ansu Fati que arde en deseos de recuperar su mejor versión bajo las órdenes del alemán.

El delantero español no juega desde el pasado mes de mayo, cuando disputó 10 minutos con el Brighton ante el Manchester United. Cayó lesionado, el conjunto inglés no quiso seguir con sus servicios y volvió a Barcelona con la esperanza de llamar la atención de Flick. Ahora tendrá una oportunidad.

A sus 21 años, el curso pasado disputó 22 partidos, 19 de ellos con el Brighton, y no ve puerta desde noviembre de 2023. Su último partido con el Barça fue en agosto del año pasado, hace más de 12 meses.

El "loco" Endrick, de la boda al gol... Y al apodo de 'Bobby': "En dos días ha demostrado ser valiente en todos los sentidos"

El “loco” Endrick, de la boda al gol… Y al apodo de ‘Bobby’: “En dos días ha demostrado ser valiente en todos los sentidos”

Endrick tiene 18 años, el fin de semana se casó con su pareja, la modelo Gabriely Miranda, de 21, y ayer, en la primera jornada de la Champions League, en su debut en la máxima competición continental con el Madrid, anotó un golazo para sentenciar al Stuttgart. En la celebración, obviamente, besó su nuevo anillo. Fue en un contraataque, tenía a un lado a Vinicius y al otro a Mbappé, pero decidió jugarse un misil desde más de 20 metros que superó a Nubel.

"Endrick está loco. Ha hecho una cosa que creo que nadie haría", bromeaba Rodrygo Goes en los pasillos del Santiago Bernabéu. "Muy contento por él. Marcar en Champions es siempre especial y entiendo la alegría que está sintiendo ahora", añadió su compatriota.

Un rato antes, en la banda, Rodrygo había hecho de visionario con Endrick. "Cuando estaba calentando, Rodry me dijo 'listo para hacer gol, eh'. Lo estaba. Estaba en mi cabeza", explicó. "Entré de extremo derecho y en la primera acción tenía a Vinicius abierto. Pero en la segunda... no sé, tenía a Kylian y Vinicius, pero la mejor opción era disparar. Y ha sido gol", resumió.

Preguntado por la acción, Carlo Ancelotti admitió que Endrick tuvo "un par" (de huevos). "Ha demostrado ser muy valiente en los últimos días, en todos los sentidos", vaciló el técnico sobre la boda de su delantero, aunque rechazó hacer más comentarios: "No me meto en la vida privada de los jugadores".

El italiano sí analizó el partido del brasileño. "Es capaz de hacer cosas que nadie puede pensar. Yo no pensaba, por lo menos. Tiene el don de que es muy efectivo. Se ve que tiene algo especial. Y un golpeo muy fuerte y muy rápido", declaró.

El origen de 'Bobby'

Endrick, el más joven del vestuario y el más joven en marcar en Champions con el Madrid tras superar el récord de Raúl, es conocido como 'Bobby' en la ciudad deportiva del conjunto blanco. Una historia delirante. En una entrevista, al brasileño le preguntaron quiénes eran sus ídolos futbolísticos, y respondió, entre otros, Bobby Charlton.

El vídeo se hizo viral y llegó al vestuario, que le ha puesto el sobrenombre de 'Bobby'... Y parece que va para largo. "No, no se llama Endrick, se llama Bobby", vaciló Rüdiger en la zona mixta del Bernabéu. En Instagram, cada publicación del delantero se llena de comentarios de sus compañeros con los mismos mensajes: "¡Bobby!", "¡Bobby!".

"Es una alegría para mí formar parte de este grupo y estoy muy contento de estar aquí", admite Endrick, con la timidez del recién llegado. El brasileño tuvo palabras de cariño para Thibaut Courtois, que fue el mejor jugador del Madrid ante el conjunto alemán y que también bromeó sobre el tercer gol: "Si lo falla, lo mato. Pero lo ha marcado y todo el mundo a callar. Tiene confianza y un disparo potente. Demuestra su personalidad al no pasársela a Vinicius ni a Mbappé".

"Cuando estábamos calentando lo estaba comentando con Fran García. Cuando un delantero se acerca, hace así (gesto de extender los brazos) y tapa el gol. Siempre va a estar en mi equipo del FIFA, eso seguro", bromeó Endrick, que lleva dos goles en apenas 20 minutos disputados, repartidos en cinco partidos. En ninguno ha estado más de 12 minutos sobre el campo.

Sabe que con Mbappé, Vinicius y Rodrygo tendrá difícil salir en el once, pero parece decidido a aprovechar sus minutos y sus oportunidades sobre el césped.

El Madrid se escapó gracias a sus estrellas

El Madrid se escapó gracias a sus estrellas

Actualizado Martes, 17 septiembre 2024 - 23:59

Un Madrid irregular se salvó con un alemán llamado Rüdiger y con otro gol sorprendente y de calidad de Endrick, cuando el Stuttgart se había lanzado como un poseso para lograr empatar, algo que, sin duda, mereció.

Los primeros veinticinco minutos, los diablos rojos alemanes bailaron y dejaron al equipo blanco en ridículo. En sólo quince, cuatro ocasiones, hasta que ocurrió el milagro y apareció Courtois para detener cuatro tantos claros alemanes,

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La Champions, final del increíble viaje del Girona: "El club se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien"

La Champions, final del increíble viaje del Girona: “El club se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien”

Apenas el mercado semanal del parque de la Devesa agrieta la tranquilidad de Girona, donde poco, prácticamente nada, advierte que llega un gran día: el debut de la ciudad en la Champions, este miércoles en el campo del PSG (21.00 horas, Movistar). Sobre la arena de la Plaça de la Independència unos cartelones de Etihad Airways, patrocinador del equipo, dejan algo entrever -"Juntos hacia nuevas alturas" es el emblema- y para alivio del fotógrafo por allí aparece Javi, con una camiseta de Stuani y el logo de la competición. Pero poco más.

Si acaso hay más camiones que de costumbre descargando comida y cerveza en los bares de alrededor, como el Fock Viu, una hamburguesería y cocktelería muy 'street food' que se prepara a conciencia. Allí se reunirán hoy decenas de chavales convocados por el podcast 'Tribuneros de Montilivi' de Pol Mejias y Martí Pardo. "A Girona le falta un lugar de referencia donde ver los partidos de fuera. No hay un sitio donde se junte la afición, estamos desperdigados y, de hecho, igual vas a un bar de la Plaça de la Independència y no sabes muy bien a quien se anima. La gente no es muy enérgica y muchos no visten la camiseta del equipo", comenta Pardo, veinteañero que describe el carácter de sus vecinos.

Un joven posa en la Plaça de la Independència, de Girona

Un joven posa en la Plaça de la Independència, de GironaDavid RamirezAraba Press

"La gente tiene ganas de Champions, pero en Girona somos tranquilitos, no nos volvemos locos. Por ejemplo, las entradas para la afición visitante en el campo del PSG no se han acabado. Había como 2.000 e irán unos 1.000, la mitad. Entre semana la gente trabaja y lo primero es lo primero", expone Pardo sin acritud, consciente que tampoco se puede cambiar una ciudad tan burocrática, tan funcionarial, tan capital de provincias, en un visto y no visto. Además, hasta hace 20 años el Girona FC deambulaba entre Tercera y Regional Preferente y su masa social sigue en construcción. En 2011, ya en Segunda, Montilivi vivió el primer pleno de su historia -9.286 espectadores- y hubo que esperar a 2017 para el verdadero 'boom', con el ascenso a Primera y la compra del club por parte del City Group.

"Mi padre fue empleado del club y yo siempre fui del Girona, pero en el colegio se reían de mí por eso. Los que íbamos al campo nos conocíamos todos. Ahora hay niños del Girona, es bonito y vienen grupos de turistas, sobre todo holandeses, que van o vienen de la Costa Brava", expone Lluís Bosch, presidente de la Penya Gironina y autor de un Montilivi hecho con piezas de Playmobil -expuesto en el Centre Cultural La Mercè-, que también habla del talante propio: "Hay mucho alegría, más orgullo de ciudad que nunca, pero también hay temor. El 'tarannà gironí' es el que es: serios, reservados. Nos gusta estar en Champions, pero ya sufrimos por lo que pueda pasar con los aficionados de otros equipos".

Montilivi, en el último partido ante el Barça

Montilivi, en el último partido ante el BarçaLLUIS GENEAFP

Y es que la Champions ha obligado al Ayuntamiento a movilizarse, a visitar Villarreal este agosto para aprender de su ejemplo, a preparar dispositivos especiales junto a los Mossos y a coordinarse con la Universitat de Girona, cuyo campus está al lado de Montilivi, al sur de la ciudad. Las clases acabarán antes en los días que lleguen los aficionados del Feyenoord, del Slovan de Bratislava, del Liverpool y del Arsenal. "Es un reto para la ciudad y tenemos que aprender. Hay que saber disfrutar del momento y, a la vez, que no perjudique la convivencia", apunta Àdam Bertran, regidor de Deportes de la ciudad, que desvela que no habrá Fan Zone, pero sí se realizará un control de los fans visitantes, especialmente de los hooligans que lleguen sin entrada.

"Serán cuatro días en cinco meses, tampoco tanto", asume y como miembro de Esquerra confirma que la política se quedará a un lado. Aunque Girona está gobernada por las CUP con el apoyo de Junts y Esquerra, no se esperan actos reivindicativos antes o durante los partidos de Champions. De hecho, en Montilivi las esteladas sólo fueron mayoría entre el fervor de 2017. "El Girona es un club privado y desde el Ayuntamiento sólo podemos desear que la Champions permita que aumente la gente que practica deporte en la ciudad", finaliza Bertran.

Pocas esteladas, propiedad extranjera

"En Girona cuesta mantener el deporte al margen de la política, pero el club lo ha conseguido. Tiene un posicionamiento más cercano al Espanyol que al Barça porque entre las gradas hay gente diversa. Se ha mantenido al margen del independentismo y eso le ha ido muy bien", puntualiza Ángel Martínez, regidor del Ayuntamiento por el PSC y ex jugador de la entidad, cedido por el Espanyol al Girona para la temporada 2010-2011, que añade: "También los propietarios son extranjeros". El City Group del jeque Mansour de Abu Dhabi, el dueño del Manchester City, posee el 47% de las acciones mientras que el 35% es del magnate Marcelo Claure y el 17% restante es de Pere Guardiola, hermano de Pep.

El palco del Girona, ante el Barcelona.

El palco del Girona, ante el Barcelona.Alejandro GarciaEFE

Sin una Junta Directiva al uso, el Girona ha tenido que cambiar parte de su consejo de administración para evitar conflictos con la UEFA, pero igualmente muchas decisiones se toman lejos de la ciudad. "El otro día, un tertuliano de TV3 decía que el Girona ya no es un equipo humilde por los propietarios que tiene, pero no es verdad. En España no hay dinero y ésta es la única forma de crecer ahora. El City Group respeta la identidad del club, no le ha cambiado el nombre, por ejemplo, y mantiene la base de lo que fue", proclama Martínez, que recuerda cuando los jugadores compartían coche para ir a los partidos.

El entorno de un modesto

O cuando a Montilivi sólo iban 300 aficionados. O cuando el Palamós, el Figueres o el Vilobí se llevaban a los canteranos de la entidad. O cuando no había periodistas que cubrieran los partidos. Ahora los hay, claro, pero no hay día que la tribuna de prensa se acerque al número de profesionales que mueven Real Madrid, Barcelona o Atlético. "Como mucho somos 15, aunque lo normal es que estemos entre cinco y 10. Girona es una ciudad muy pequeña, de 105.000 habitantes, y el entorno del club es pequeño, de trato personal, con una relación con los jugadores más cercana", expone Alex Luna, periodista de Mundo Deportivo o DAZN e impulsor de otro podcast, Montiliving, también con tirón entre los jóvenes.

El Girona, en su último entrenamiento antes del PSG.

El Girona, en su último entrenamiento antes del PSG.LLUIS GENEAFP

"Si dentro de unos años el Girona baja a Segunda su masa social bajará, pero quedará lo que estamos viviendo ahora, con la temporada pasada o con el debut en Champions. Ahora hay niños del Girona y eso no pasaba antes", subraya Luna, que en contraposición al tópico habla de una nueva Girona "abierta y divertida" gracias al deporte.

Paraíso para los expats

Porque no es sólo el fútbol. El súbito ascenso del Girona ha coincidido con el nuevo proyecto del Girona Bàsquet de la mano de Marc Gasol -en ACB desde 2022- y con la moda del ciclismo en la ciudad. Hace años, con Lance Armstrong como referente, muchos profesionales se instalaron en el centro y con el paso del tiempo llegaron los amateurs de todas partes del mundo, con sus eventos, sus tiendas de ropa ciclista y sus cafeterías de especialidad. Hoy Girona es un lugar 'cool' para 'expats' gracias a su oferta deportiva.

Ciclistas en la cafetería La Comuna, de Girona.

Ciclistas en la cafetería La Comuna, de Girona.David RamirezAraba

"Antes quizá se veía como un pueblo cerrado y ahora es una ciudad que atrae, con mucha calidad de vida. Muchos nos ven como el Silicon Valley del deporte, un ecosistema único. De hecho, hemos creado un movimiento, el Girona Play Together, para que haya más sinergias entre fútbol, baloncesto y ciclismo", expone Jordi Puyol, de Athletic Affair, una agencia de Girona vinculada a los deportes outdoor y a eventos como el Sea Otter, el festival ciclista que se celebra este fin de semana. Antes hoy, en el campo del PSG, Girona vivirá un gran día, el debut de su equipo en la Champions, aunque poco, prácticamente nada, advierta sobre ello en la ciudad.