El Villarreal atropella al Rayo con una exhibición de fútbol vertical

El Villarreal atropella al Rayo con una exhibición de fútbol vertical

Actualizado Sábado, 1 noviembre 2025 - 17:58

El Villarreal ha convertido el Estadio de la Cerámica en un fortín prácticamente inexpugnable. Después de haber dejado escapar los primeros puntos en casa, con aquel gol en el descuento del Real Betis, el equipo de Marcelino pasó por encima de un Rayo Vallecano que llegaba en racha y se marchó goleado. Gerard Moreno abrió el marcador en un primer tiempo igualado que dio paso a una segunda mitad en la que los amarillos castigaron con sus contragolpes la fragilidad madrileña con tres goles en apenas 10 minutos. [Narración y estadísticas (4-0)]

Además de la solidez del Villarreal en casa, el partido confirmó también que Gerard está definitivamente de vuelta. Ya había marcado el delantero en Mestalla, desde el punto de penalti, en su segundo partido tras recuperarse de su lesión, y volvió a hacerlo ante el Rayo, esta vez al más puro estilo Gerard. El catalán desatascó un partido que no tenía un dueño claro con uno de esos movimientos marca de la casa. Recibió en el área, controló, amagó con irse hacia fuera, recortó a Chavarría y colocó el balón en la base del poste con un preciso derechazo, dejando de paso a Batalla sin la opción de superar el récord de imbatibilidad de los franjirrojos. El VAR chequeó la posición del atacante amarillo, que parecía ligeramente adelantado en alguna toma, pero no en la que se usó para tirar las líneas.

El gol no cambió en exceso el escenario de un partido que no era el que pretendía Marcelino. Había manifestado el asturiano en la previa su deseo de que el Villarreal supiera imponer su juego con pausa, pero el duelo estaba siendo de ida y vuelta, con los extremos como protagonistas. Pepe y Moleiro intentaban desbordar a la defensa madrileña apoyándose en el omnipresente Gerard y el Rayo replicaba sobre todo por la derecha, insistiendo en las penetraciones de De Frutos, apoyado por las incorporaciones del ex amarillo Andrei Ratiu.

Pérdidas en campo rival

Llegaba el equipo de Íñigo Pérez pero le faltaba rematar las jugadas. O más que rematar, encontrar portería, pues estaban muy atentos los centrales del Villarreal bloqueando los disparos rivales. Solo Alemao obligó a estirarse a Luiz Júnior, con un cabezazo a centro de De Frutos.

Los de Marcelino no sufrían en exceso pero tampoco tenían las ideas excesivamente claras en los últimos metros, más allá de buscar alguna acción individual de Pepe o Moleiro ante el poco protagonismo de Mikautadze, sustituido al descanso. El segundo tiempo, sin embargo, fue otra historia muy diferente. El Villarreal se encontró en su salsa cuando el Rayo empezó a acumular pérdidas en campo contrario, promoviendo las transiciones que tan bien se le dan.

Con Moleiro a los mandos, los amarillos dejaron el partido visto para sentencia en menos de diez minutos. El canario firmó el segundo tras recorrerse prácticamente todo el campo sin oposición y golpear ajustado al palo desde la frontal. También jugó un papel fundamental en el tercero, una acción que inició y culminó Comesaña tras un contragolpe de libro en el que Moleiro tiró una pared con Oluwaseyi antes de regalar el gol al ex del Rayo, quien no quiso celebrar.

El remate de Gerard Moreno para el 1-0 en La Cerámica.

El remate de Gerard Moreno para el 1-0 en La Cerámica.AFP

El Rayo estaba grogui y Ayoze lo acabó de mandar a la lona. En el primer balón que tocaba tras sustituir a Gerard, el delantero castigó el error de Chavarríaen un control que le dejó mano a mano con Batalla.

Los tres goles exprés del Villarreal hicieron olvidar el increíble fallo de Pepe en el arranque del segundo tiempo, rematando por encima del larguero cuando estaba apenas a un metro de la portería, aunque la acción habría sido invalidada por fuera de juego de Oluwaseyi. Pudieron hacer más sangre los de Marcelino, que tuvieron el quinto en un tiro de Comesaña que se escapó por poco y un lanzamiento de falta de Parejo al larguero. Al Rayo no le quedó ni el consuelo de maquillar el resultado, a pesar de intentarlo hasta el final.

El brillo de Mikautadze, el futbolista del pueblo: el dorsal 69, los paseos por Villarreal, el consejo de Pires...

El brillo de Mikautadze, el futbolista del pueblo: el dorsal 69, los paseos por Villarreal, el consejo de Pires…

Actualizado Viernes, 3 octubre 2025 - 22:30

Georges Mikautadze (Lyon, 2000) aterrizó en el Villarreal con el mercado apurando sus últimas horas para convertirse en el fichaje más caro de su historia. 30 millones de euros que fueron a parar a la cuenta corriente del Olympique Lyonnais a cambio de un futbolista que se ha metido en el bolsillo a la afición prácticamente desde su llegada. En su primer día de amarillo ya se lanzaba a escribir sus posts en redes sociales en valenciano y es también habitual encontrarlo paseando por el pueblo como un vecino más, sin poner ninguna pega a pararse a hacerse fotos o firmar autógrafos.

El mismo cariño que recibe ahora en Villarreal se llevó hace apenas un mes de Lyon, de donde se marchó con lágrimas en los ojos y después de vivir una emocionante despedida sobre el mismo terreno de juego del Stade de Gerland. El club francés se vio este verano obligado a hacer caja para solventar sus problemas económicos, que le llevaron incluso a ser descendido a la segunda división y posteriormente repescado. Una docena de futbolistas salieron traspasados o cedidos y otros tres con la carta de libertad, entre ellos el veterano Alexandre Lacazette.

El delantero del Villarreal tuvo la oportunidad de despedirse de su afición vestido de calle tras el partido ante el Marsella, para el que ya no fue convocado ante su inminente salida rumbo a España. Se marchaba de un club al que llegó en 2008, tras dar sus primeros pasos en el Gerland, y del que se marchó con 15 años. Tras pasar por el Saint-Priest, fue en el Metz donde empezó a despuntar tras una provechosa cesión de dos años en el Seraing belga.

Mala experiencia en Amsterdam

De vuelta a Francia, Mikautadze fue clave en el ascenso del Metz a Ligue 1 con 23 goles y ocho asistencias que le permitieron dar el salto a un clásico del fútbol europeo como el Ajax, que pagó 16 millones por él. Pero la aventura en Amsterdam no salió como esperaba. Pese a firmar hasta 2028, en enero estaba de vuelta. «No tenía casa y estaba solo en una habitación de hotel. No podía hablar el neerlandés y no había nadie que me apoyara. Volver a Metz fue una liberación», contaba.

Los goles que marcó fueron 13 en 20 partidos, y otro en la eliminatoria por la permanencia ante el Saint-Etienne, pero no bastaron para evitar el descenso. Finalizada la cesión y después de ser uno de los nombres propios de la Eurocopa con Georgia, el Metz lo compró para revenderlo al Olympique Lyonnais, de vuelta a casa, donde Mikautadze escogió el dorsal 69, el número que identifica al departamento de Ródano del que Lyon es capital.

Esta vez sí que pudo triunfar en casa el delantero, que hizo dobles figuras la temporada pasada con 17 goles y 11 asistencias. «Me sentí como si hubiera estado allí durante cuatro o cinco años. Duele irse porque le coges aprecio a la gente y es duro, pero así es el fútbol», decía en su despedida de Lyon. Contaba en su presentación con el Villarreal que recabó la opinión de Robert Pires, exjugador amarillo, antes de firmar. «Me dijo que era un club muy familiar y que sería muy feliz. Estoy contento de estar aquí», comentaba.

Mikautadze, el pasado miércoles, en La Cerámica.

Mikautadze, el pasado miércoles, en La Cerámica.EFE

En el vestuario ha encontrado un buen apoyo en Arnau Tenas, que se maneja bien en francés tras sus dos años en el PSG y que el pasado miércoles imitó el típico gesto con que Mikautadze celebra sus goles, simulando unas gafas con sus manos, tras el tanto con que el francogeorgiano adelantó al Villarreal ante la Juventus. Era su segundo gol de amarillo en un inicio de temporada en el que las lesiones de Ayoze Pérez y Gerard Moreno le han dado, quizás, más protagonismo del esperado.

Debutó en el Metropolitano en la derrota ante el Atlético y desde entonces no se ha perdido ningún partido. Tres días después se estrenaba en Champions ante el Tottenham y en su tercer partido celebró su primer gol, ante Osasuna. El segundo llegó ante la Juve, en una acción que define sus cualidades: rápido, habilidoso, con buena colocación y que se asocia bien con sus compañeros, como comprobó Manor Solomon con la asistencia que le dio para que el israelí anotara en Sevilla el gol de la victoria.

'Le Roi' Mikautadze será esta tarde, ante el Real Madrid, una de las grandes amenazas de un Villarreal que ha empezado la liga como un tiro y que sueña con un triunfo en el Bernabéu que le permita dormir líder de la liga.

España salva un día gris en el descuento y deja para Mestalla el pase a la Final Four

Actualizado Jueves, 20 marzo 2025 - 23:06

No se le da bien el mes de marzo a España. Perdió hace dos años ante Escocia metiéndose en un buen lío. Perdió el año pasado ante Colombia en un amistoso intrascendente, y estuvo a punto de perder este jueves de nuevo ante Países Bajos, aunque un fallo de Verbruggen le permitó salvar los muebles en el descuento. Decidirá Mestalla el domingo en la vuelta de estos cuartos de final de la Liga de Naciones, con la campeona de Europa obligada a ganar después de una noche gris donde las piernas pesaron más de la cuenta, donde el balón no transitó como suele y donde, en fin, España fue mucho menos España. [Narración y estadísticas (2-2)]

La selección ya se fue al descanso con mala cara. Después de muchos meses sin verse, en mitad de una temporada asfixiante, Luis de la Fuente apenas había tenido tiempo de juntarles para descansar, relajarles y recordarles mínimamente los automatismos que les han llevado hasta aquí, ganando Liga de Naciones y Eurocopa por el camino. España se fue con mala cara al descanso porque hacía mucho tiempo que un equipo no le metía en su campo para no dejarle salir. Y eso fue lo que consiguió Países Bajos en la primera parte.

Y eso que la noche no pudo empezar mejor. Con la alineación que todo el mundo esperaba, porque el seleccionador no es amigo de experimentos, el partido se rompió enseguida gracias a un jugador mayúsculo, seguramente el mejor centrocampista del mundo hoy. En el minuto ocho, lo primero que pasó es que Hato se hizo un lío morrocotudo y Lamine Yamal porfió hasta quitarle la pelota. Se la dio a Pedri, ese jugador mayúsculo, ese que es seguramente el mejor centrocampista del mundo hoy, e hizo algo que muy pocos hacen. Casi en el área pequeña, recibió de espaldas. Paró el balón, se giró, levantó la cabeza (todo esto, conviene insistir, con un central encima y cerca del área pequeña) y se la dio a Nico, que finalizó con un giro sobre sí mismo.

Sin balón se apaga la luz

Muy pronto, pues, España estaba por delante y todo parecía ir cuesta abajo, en la línea que acompaña a este equipo desde hace tiempo. De hecho, un rato después Morata tuvo el segundo tras una jugada colectiva impecable. Pero ahí se apagó la luz. Epaña perdió el balón y se fue metiendo atrás. Le costaba incluso atravesar el centro del campo, y eso permitía a los holandeses merodear por el área hasta que encontraron el hueco tras una jugada de Frimpong que terminó Gakpo en el otro costado.

El empate no era, sin embargo, la peor noticia. La peor noticia es que no había noticias de jugadores como Zubimendi, Fabián o Pedri. Tampoco de Nico ni de Lamine. Morata bastante tenía con ayudar a achicar agua allá donde hiciera falta, lo mismo daba en una banda que por el centro que defendiendo un córner.

Al ritmo de De Jong, que ha recuperado el nivel con el que un día deslumbró, el equipo de Koeman se sintió cómodo ante la campeona, a la que arrinconó en su propio campo y a la que hizo correr detrás de la pelota durante demasiado tiempo. Porque a España, a esta España, no le incomoda meterse atrás. Pero un rato. No durante casi media hora. La lesión de Cubarsí, que dio paso a otro jovencísimo que llega, Huijsen, cerró un primer asalto en el que Reijnders pudo haber puesto las cosas peor si su remate desde la frontal hubiese encontrado la red en lugar del larguero.

Van Hecke salta con Ayoze.

Van Hecke salta con Ayoze.NICOLAS TUCATAFP

Falló antes del descanso, pero no después. No tardó ni un minuto en marcar el segundo gracias, de nuevo, al velocísimo Frimpong, cuyo pase atrás lo estampó el jugador del Milan en la red. Por debajo en el marcador, la selección reaccionó y al menos tuvo la pelota. No hizo gran cosa con ella, pero jugó en campo contrario. A falda de media hora, De la Fuente renovó al equipo metiendo a Oyarzabal por Lamine, a Olmo por Pedri y a Ayoze por Morata.

No cambió el panorama. Olmo sí fue capaz de hilar un poco más el ataque español, que terminó el partido en busca del empate, más cuando Países Bajos se quedó con uno menos por una entrada a destiempo de Hato sobre Le Normand. Pudo en un último suspiro igualar gracias a un error grosero de Verbruggen a disparo de Nico. Mikel Merino, que pasaba por allí y que le está cogiendo el gusto en el Arsenal a esto de jugar como delantero, salvó los dos años sin perder un partido oficial y puso a Mestalla bajo el foco.

El Villarreal da un repaso al Valladolid y se hace fuerte en casa

El Villarreal da un repaso al Valladolid y se hace fuerte en casa

Actualizado Sábado, 1 febrero 2025 - 21:19

El Villarreal CF se ha tomado en serio el propósito de hacer del Estadio de la Cerámica un campo inexpugnable. Como hace un par de semanas ante el Mallorca, el equipo de Marcelino dio otro recital goleando al Real Valladolid y metiendo presión al Athletic en su pelea por la cuarta plaza. Ayoze Pérez rompió la igualdad poco antes del descanso y acabó con la resistencia del colista, que se vio ampliamente superado en la segunda mitad por el juego coral y la pegada de los castellonenses. [Narración y estadísticas (5-1)]

Ayoze le da al Villarreal un plus en un ataque ya de por sí temible. Los problemas físicos han impedido al jugador canario tener continuidad pero cuando está se nota. Ante el Valladolid volvía al once casi mes y medio después de su última titularidad y fue el gran protagonista. No solo abrió el marcador sino que podría haberlo engordado con un poco más de acierto en la definición.

El delantero participó prácticamente en todas las acciones ofensivas del conjunto amarillo, como si quisiera recuperar el tiempo perdido, aunque no fue hasta el tramo final del primer periodo cuando rompió el equilibrio. Le había costado hasta entonces al Villarreal desbordar a un Valladolid ordenado y que no renunciaba a buscar portería, sobre todo a través del insistente Chuki.

Los de Marcelino, que daban la sensación de echar en falta el criterio de Dani Parejo en la medular, únicamente conseguían generar peligro a balón parado hasta que Ayoze firmó una genialidad tras convertir un saque de banda en una acción letal. El canario recibió de Cardona y se marchó entre tres rivales para encarar a Hein y batirle de tiro cruzado.

Gueye, en ambas áreas

El gol despertó el instinto asesino del delantero, que aún dispuso de un par de ocasiones antes del descanso. Se le fue por centímetros un remate después de una deliciosa pared con Gerard Moreno en la frontal. Sí cogió portería su siguiente tiro, tras bajar magistralmente un despeje de Gueye, pero Hein sacó una buena mano para despejar. Nada más arrancar el segundo tiempo tuvo otra buena opción tras una pérdida del Valladolid en la salida del balón, pero se le marchó arriba su tiro tras el pase de Gerard.

El conjunto de Diego Cocca trataba de mantenerse agarrado al partido y merodeaba el área local, aunque sin ocasiones excesivamente claras. Diego Conde abortó una internada de Sylla tras una buena maniobra del delantero senegalés. Tampoco llegó a buen término un tiro de Lucas Rosa que fue bloqueado por Gueye.

Intentando reivindicarse

El francosenegalés fue protagonista en las dos áreas, ya que solo un minuto antes había desperdiciado un pase de Ayoze rematando por encima del larguero. No perdonó la segunda que tuvo, definiendo con un ajustado disparo raso tras una acción de fortuna. Pepe quiso jugar de tacón tras un pase filtrado de Álex Baena pero el balón rebotó en un defensa y acabó en los pies de Gueye.

Por si había dudas sobre el desenlace del partido, Comesaña las ahuyentó firmando la sentencia a veinte minutos del final con un impecable cabezazo a centro de Cardona, una de las jugadas favoritas del Villarreal. Lejos de conformarse, los de Marcelino siguieron apretando, con los jugadores de refresco tratando de reivindicarse. Barry hizo el cuarto poco después de entrar al terreno de juego tras recibir de Denis Suárez, que no quiso ser menos y firmó el quinto con un disparo a la media vuelta. En la última acción del partido, Amallah maquilló la goleada para el Valladolid con una buena volea desde la frontal.

El peor Betis de Pellegrini visita a un renacido Barcelona

El peor Betis de Pellegrini visita a un renacido Barcelona

Actualizado Martes, 14 enero 2025 - 21:56

Manuel Pellegrini vive momentos complicados en el banquillo del Real Betis Balompié. La reciente derrota frente al Valladolid, que sólo había ganado tres partidos en dieciocho jornadas, dejó un dato rotundo: la 24/25 es la peor primera vuelta desde que el técnico chileno desembarcó en Sevilla en 2020. 25 puntos, décimo clasificado, a cinco puntos de Europa y con síntomas de fatiga en los planteamientos deportivos.

«Nos faltó actitud», dijo el entrenador tras el mal partido en Pucela. Lo anímico imponiéndose a lo lúdico. No es el qué, sino el cómo. Un vestuario que arrastra dudas, falta de liderazgo y poca confianza en sí mismo. El errático desempeño en Europa tampoco ha ayudado al equipo, que atraviesa una racha con poco juego, poco gol y futbolistas sobrepasados por la responsabilidad. Con este panorama, el club verdiblanco se enfrenta este miércoles (21.00 h., Movistar) en octavos de final de Copa del Rey en el Lluís Companys a un renacido Fútbol Club Barcelona.

La dirección deportiva dejó demasiados agujeros sin tapar tras la renovación del plantel en verano. La crisis del Betis actual no es solo una cuestión de puntos, sino también de sensaciones. Plantilla desmantelada y un recambio insuficiente. El Betis que ganó la Copa del Rey en la temporada 2021/22 ya no existe. Jugadores clave como Guido Rodríguez, Álex Moreno, Canales o Borja Iglesias han salido, y sus sustitutos no han estado a la altura. La gestión del club, además, parece haber entrado en un ciclo de venta constante sin reposición de calidad equivalente, lo que ha dejado al equipo sin una base sólida. Se irá Rui Silva, se ha ido Assane Diao, y Lo Celso estará KO unas semanas.

Un técnico erosionado

El desgaste de Pellegrini es evidente. Aunque en varias etapas de su ciclo en el Betis se han generado dudas, siempre había conseguido hacer magia para superar los momentos críticos. Fue él quien convirtió a Juanmi en un goleador inesperado, sacó lo mejor de Borja Iglesias y devolvió a Isco a un nivel competitivo. Pero esta vez, el técnico chileno parece agotado, harto de encajar piezas en un puzle en constante cambio. Sus últimas declaraciones reflejan ese cansancio, y lo más preocupante es que el Betis parece haber perdido su capacidad de sorprender. Como dijo alguna vez Lopera: «Me estáis exigiendo... que me estáis cansando». Algo similar parece ocurrirle ahora al chileno.

El problema no es solo la calidad de los fichajes, sino también la pérdida de líderes en el vestuario. Jugadores como Joaquín, Canales y Guardado eran los referentes emocionales y deportivos del equipo. Ahora la plantilla parece huérfana, y aunque Isco muestra cierta ambición, no parece suficiente para canalizar la crisis. Esa falta de liderazgo también se traduce en el campo, donde el equipo muestra mucha ansiedad. La dupla ofensiva formada por Vítor Roque y Bakambu tiene menos pólvora que sus predecesores, y los números lo confirman: el Betis es el peor equipo de las cinco grandes ligas en la diferencia entre goles marcados y goles esperados.

Otro síntoma del desgaste de la plantilla es la falta de alternativas en posiciones clave. El año pasado, Ayoze tenía a Abde como recambio. Este verano, Ayoze se fue y no llegó nadie para ocupar su lugar, lo que refleja la política errática de fichajes. Situaciones similares se ven en otras demarcaciones. El caso de Guido Rodríguez es paradigmático: una pieza fundamental que salió sin que el club encontrara un sustituto de su nivel.

Un torneo propicio

El Betis se enfrenta ahora a una encrucijada: confiar en que Pellegrini pueda reconducir la situación, o asumir que su ciclo está llegando a su fin. Queda la incógnita de si el Betis será capaz de reaccionar en Copa del Rey, ese torneo que ha dado tantas alegrías al club en los últimos años. La ilusión es menguante y los problemas estructurales del equipo no suelen solucionarse con heroicidades puntuales. Quizá vivamos el ocaso de una etapa dorada.

El partido contra el Barcelona de este miércoles llega como un desafío monumental para un equipo que busca desesperadamente un punto de inflexión. El recuerdo de aquel gol icónico de Juanito en 1994, con Koeman desolado, que dejó una de las imágenes más representativas de la historia reciente del club, resuena como un símbolo de rebeldía y esperanza. En aquella ocasión, un Betis modesto y en Segunda desafió al todopoderoso Barça de Johann Cruyff. Fe y corazón bastaron.

Ahora, treinta años después, la situación es distinta, pero aquel espíritu combativo sigue siendo referencial para los béticos. Necesitan reencontrarse con ese coraje que les permitió dar aquellas sorpresas y que, en tiempos recientes, parecía haber sido reemplazado por una versión más pragmática y fiable del equipo. La pregunta es si esta plantilla y este Pellegrini, desgastado pero aún capaz, encontrarán un bálsamo en la Copa. Un alivio para una crisis que amenaza con devorar los cimientos de un proyecto que fue exitoso y ahora tambalea.

Marcelino y el Villarreal, las pequeñas historias de un feliz reencuentro: del funeral de Llaneza a una secuela de éxito

Marcelino y el Villarreal, las pequeñas historias de un feliz reencuentro: del funeral de Llaneza a una secuela de éxito

Actualizado Viernes, 4 octubre 2024 - 20:11

A Marcelino García Toral (Villaviciosa, 1965) lo echaron del Villarreal en 2016 a una semana de jugar una previa de Champions frente al Mónaco. Los roces del técnico con el vestuario y el club acabaron desencadenando una salida inesperada cuyas heridas fueron cicatrizando poco a poco. «El tiempo todo lo cura y todo se restablece. Lo más importante fue la relación que tuvimos y que sostuvimos durante muchísimo tiempo», decía en su regreso el asturiano, a quien no se le pasó felicitar a su ex equipo por su centenario (2023) o por el título de la Europa League (2021).

Cuando falleció José Manuel Llaneza, hace un par de años, Marcelino tampoco faltó al funeral del que fuera mano derecha de los Roig (padre e hijo) desde su llegada al club hasta su fallecimiento. Allí quedó patente el acercamiento que el propio Llaneza había ido propiciando tiempo atrás. Por entonces, ya había agotado su etapa en el Valencia y el Athletic y meses después iniciaría la que, de momento, es su única aventura en el extranjero. Un breve periplo en el Olympique de Marsella, cuyo abrupto final por la presión de los ultras facilitó al Villarreal y al técnico la oportunidad de retomar esa relación rota siete años atrás.

«Sé que el final no fue el mejor ni el deseado, tuvimos culpa ambas partes, aunque yo asumo la mía. Por suerte yo soy de recordar lo bueno. Y lo bueno pesó infinitamente más que algún mal momento», admitía a su vuelta a La Cerámica, más pendiente del descenso que de los puestos europeos. Por ese banquillo ya habían desfilado Quique Setién, destituido tras cuatro jornadas, y Pacheta, que duró apenas dos meses. En su presentación, Marcelino dejó un gran titular: «No me llamo Salvador ni me apellido Milagros. Vengo aquí a trabajar», dijo. Ahora, desde dentro del club, le ven «más tranquilo» que durante su primera etapa.

Más voluble y asimétrico

El milagro no llegó, pero sí quedó cerca. A pesar de que el Villarreal tardó en reaccionar, cuando el equipo empezó a adaptarse a las ideas del técnico fue tomando velocidad y firmó una gran segunda vuelta que a punto estuvo de otorgarle un billete para la Europa League. Ese es el objetivo de esta temporada, en la que el club, de la mano de Marcelino, ha acometido una importante reestructuración.

La pasada campaña ya trató de incorporar al extremo Ismaïla Sarr, a quien dirigió en el Olympique, aunque finalmente no pudo concretarse su llegada. Sí ha conseguido reclutar este verano a otro futbolista del conjunto francés, el mediocentro Pape Gueye, un buen ejemplo del perfil que le gusta para un estilo de juego muy exigente a nivel físico, pero que ha ido evolucionando.

Marcelino fue conocido por su fidelidad a un sistema tan clásico como el 4-4-2. Sin embargo, este Villarreal anda ofreciendo un dibujo más voluble y asimétrico que varía también entre la fase defensiva y la ofensiva. Todo facilitado por la versatilidad de Álex Baena. El almeriense, campeón de la Eurocopa y oro olímpico en un verano donde no pudo disfrutar de vacaciones, es quien marca las diferencias.

La ausencia de Ayoze

En el área rival destaca la presencia de Ayoze Pérez, un recambio perfecto para Alexander Sorloth, la gran venta veraniega. El canario, autor de seis goles en las siete primeras jornadas, no podrá saltar al césped del Bernabéu por unas molestias que ya le impidieron formar ante Las Palmas.

Sólo un punto separa a Villarreal y Real Madrid, pero Marcelino no piensa que sea «un partido entre rivales directos porque el Madrid es uno de los mejores clubes del mundo, si no el mejor». Tampoco cree el asturiano que los hombres de Carlo Ancelotti vayan a acusar su reciente derrota ante el Lille. «No me da la sensación que el Madrid esté mal. Cuentan con el futbolista que más remata a portería, otro en el top-5, es de los equipos que más juega en campo contrario... Si el año pasado lo ganaron casi todo y además viene Mbappé, el subconsciente nos dice que van a ganar cada partido por cuatro goles. Pero ese listón de exigencia a lo mejor no es justo, y más al principio de la competición, cuando hace falta un proceso de adaptación», concluye.

El árbitro del Espanyol - Villarreal, golpeado por un objeto lanzado desde la grada

El árbitro del Espanyol – Villarreal, golpeado por un objeto lanzado desde la grada

Actualizado Jueves, 26 septiembre 2024 - 22:13

El tramo final del partido entre Espanyol y Villarreal, plagado de altercados, terminó de la peor manera en Cornellá, donde Alejandro Quintero González recibió el impacto de un objeto lanzado desde las gradas. El árbitro onubense, debutante en Primera División, no dudó en señalar a su presunto agresor, que fue detenido por los agentes de seguridad del RCDE Stadium.

Durante los últimos 20 minutos, Quintero González mostró seis tarjetas amarillas que provocaron las airadas protestas del equipo local. La afición perica había reclamado una falta sobre Walid Cheddira en la frontal del área y protestado una amarilla a Javi Puado, pero el colegiado sofocó las protestas con una amarilla a Álvaro Aguado y la expulsión de un miembro del equipo técnico blanquiazul.

"No quiero hablar mucho del tema, porque sé lo que me puede venir después. Si digo lo que pienso me acarreará una sanción", aseguró Manolo González, técnico del Espanyol, durante su rueda de prensa. Además, González quiso señalar a Alejandro Ojaos Valera, cuarto árbitro. "Es el mismo que me echó la temporada pasada en Leganés y cuando lo he visto ya sabía que podía a pasar cualquier cosa".

Tras sendas victorias en las dos últimas jornadas de Liga ante su afición, el equipo barcelonés tuvo que inclinarse (1-2) ante los dos goles de Ayoze Pérez, que dejó en nada el 1-0 de Jofre en el tiempo añadido de la primera mitad.