Del precioso gesto de las camisetas de los jugadores de la Real Sociedad a los cánticos de: “Griezmann, muérete”
La última vez que unos aficionados desearon a un jugador la muerte, se montó un escándalo que trascendió al mundo del fútbol. Aquel, "Courtois, muérete", terminó con el derbi madrileño suspendido provisionalmente por el lanzamiento de varios mecheros y las consecuencias siguen coleando administrativa y mediáticamente.
En el partido entre la Real Sociedad y el Atlético de Madrid se volvió a oir ese cántico. En esta ocasión fue Antoine Griezmann el que tuvo que escuchar como unos aficionados de un sector de la grada del Reale Arena le deseaba la muerte. Y no es la primera vez que le ocurre al francés, que abandonó la Real en 2014.
Ocurrió en torno al minuto 14 se partido, y se escuchó nítidamente desde el césped, pero el árbitro, Isidro Díaz de Mera, pese a que la megafonía del estadio tuvo que pedir que cesaran ese tipo de proclamas, no lo ha reflejado en el acta oficial del encuentro. También se indicó desde las pantallas gigantes el mensaje: "No a los cánticos racistas, xenófobos e intolerantes, anima y apoya al equipo respetando al rival".
Parte de la afición no valora los 202 partidos y 53 tantos que el jugador galo hizo defendiendo los colores blanquiazules. Quizás escoció más la preciosa jugada que el francés se inventó para que Julián Álvarez abriera el marcador del encuentro.
Tampoco tuvieron un recuerdo para el delantero del Atlético de Madrid, Alexandre Sorloth. No bueno, al menos. El noruego, aunque la temporada pasada militó en el Villarreal, jugó dos años con la Real en diferentes etapas en los que hizo 16 goles. El nueve rojiblanco se llevó una sonora pitada cuando salió al campo.
Ya el recibimiento de la afición a la expedición rojiblanca no fue nada amistoso con varios insultos de por medio. Afortunadamente, no fue tan grave como el de 2022, en el que el autobús en el que viajaban los jugadores y el cuerpo técnico fue apedreado por varios radicales obligando al club y al propio Imanol Alguacil a pedir perdón y a recordar que fue una «minoría que no representa la afición realista».
Detalle con la grada familiar
Sin embargo, los jugadores txuriurdines sí quisieron tener un detalle con los aficionados que se sientan bajo el sector visitante en el Reale Arena, la grada familiar, y que fueron los que tuvieron que soportar otros incidentes violentos. Entre ellos hay muchos niños y menores de edad.
Hay que recordar que, el pasado jueves, tuvieron que soportar como los ultras belgas del Anderlecht les lanzaban trozos de silla y de metacrilato desde su anfiteatro pudiendo haber causado una desgracia. Hubo cinco detenidos por esos incidentes.
Así, al término del calentamiento del encuentro, los jugadores de la Real Sociedad se acercaron a ese lugar para entregar a sus ocupantes varias prendas de material deportivo: camisetas, jerseys y pantalones de entrenamiento.