Aular, el samurái latino del Giro de Italia que comenzó con una bici de retales

Aular, el samurái latino del Giro de Italia que comenzó con una bici de retales

El nuevo estandarte del Movistar es un venezolano que abandonó el fútbol y el béisbol por una bicicleta de retales. Orluis Aular (Nigua, 1996) dejó de divertirse con el balón y el bate cuando un primo suyo le regaló el marco de una bicicleta y su padre, poco a poco, fue comprando el resto de piezas: pedales, ruedas, cambios... A los 14 años se propuso emular el camino de José Rujano, el ídolo local, que en 2008 también fichó por la formación dirigida por Eusebio Unzué.

A sus 28 años, Aular ha encontrado el hueco en el ciclismo que tanto ha buscado desde que dejó su país siendo un chaval. En este Giro de Italia ha proporcionado una notoriedad inesperada al Movistar. En seis etapas ha conseguido dos terceros puestos y un cuarto. Es un sprinter que sabe buscarse la vida en solitario. El jueves, en una etapa accidentada por una caída y que fue neutralizada durante 14 kilómetros, finalizó 15º. El australiano Kaden Groves ganó en la meta de Nápoles.

La revelación de la Corsa Rosa es un trotamundos. A los 20 años, se marchó de su país para abrirse camino en Europa. En 2017 aterrizó en España y se enroló en el Cartucho, grupo fundado por Jesús Rodríguez Magro. Luego fichó por dos equipos con licencia boliviana (Start-Vaxes y Start Team Gusto). En su periodo de formación también pasó por Bélgica, donde quedó atrapado por las clásicas. «Desde entonces me convencí que algún día correría por las colinas de Flandes. Sueño con ganar una etapa en el Tour, vencer en una clásica flamenca y subir al podio de la Milán-San Remo», dijo a Sporza. [Este año terminó 36º en el Tour de Flandes y 28º en la prueba italiana].

En 2019, Orluis Aular, en un giro inesperado, se fue a Japón y fichó por el grupo profesional Matrix-Powertag, donde entabló amistad con Paco Mancebo, el abulense manchado por la Operación Puerto y que continúa compitiendo con 49 años. En la escuadra nipona mostró sus notables dotes como velocista, anotándose el Tour de Kumano y la Vuelta a Venezuela, más cinco etapas. Un año después, El samurái latino volvió a España para incorporarse al Caja Rural, donde inició su definitivo despegue internacional. «Sabía que debía aprovechar al máximo la oportunidad que se me brindó en Japón y que realizando una gran campaña podría llamar la atención de los equipos europeos», dijo tras unirse al equipo navarro, con el que sumó victorias en Vuelta al Alentejo, Clásica de Arrábida y en los campeonatos venezolanos de contrarreloj y ruta.

El yaracuyano sprinta con soltura y supera sin agobios la media montaña, como ratificó en la Vuelta a España 2023, con un segundo puesto en la etapa séptima, y el pasado curso con victorias en el Trofeo Joaquin Agostinho, Trofeo Matteotti y Tour de Limousin. Ahora, en el Giro, da lustre al Movistar.

Groves gana una accidentada etapa del Giro antes de la primera selección en los Apeninos

Groves gana una accidentada etapa del Giro antes de la primera selección en los Apeninos

Fiesta pasada por agua en la Via Caracciolo de Nápoles para sellar la etapa maratoniana y más accidentada de este Giro. La capital de Vesubio, en un día lluvioso, coronó al australiano Kaden Groves, el más veloz en un sprint en el que Mads Pedersen quedó sin opciones por una maniobra imprudente del italiano Matteo Moschetti. Un polémico final para una etapa controvertida. El velocista danés conserva la maglia rosa.

La jornada, la más larga de esta edición de la Corsa Rosa (227 kilómetros), tuvo un desarrollo accidentado, con una caída masiva a 71 kilómetros de la meta, en la que se vieron afectados una veintena de corredores, entre ellos el australiano Jai Hindley (ganador del Giro de 2022), gregario de primer nivel de Primoz Roglic, el checo Josef Cerny, ambos abandonaron la carrera. También resultados lastimados, pero continuaron en la carrera, el colombiano Nairo Quintana, el italiano Lorenzo Fortunato, el australiano Jay Vine, el francés Paul Magnier (el más joven de la carrera), el ecuatoriano Richard Carapaz o el español Jonathan Lastra. La dirección del Giro, tras charlar con los corredores, neutralizó durante 20 kilómetros la etapa por razones de seguridad, el traslado en ambulancia de los lesionados y para que los caídos se reincorporasen al pelotón.

A falta de 57 kilómetros, 14 después de la parada, se reanudó la etapa, pero con la advertencia de que no se contarían los tiempos para la general, los puntos y las bonificaciones. Una decisión adoptada por el director Mauro Vegni para minimizar los riesgos de caídas en el resbaladizo asfalto del Nápoles. Sólo se peleó por la victoria de etapa.

El pelotón emprendió la marcha con con el propósito de cazar a los fugados Taco Van der Hoorn (Intermaché) y Enzo Paleni (Groupama), que habían saltado mucho antes de la caída masiva y que llegaron a contar con una renta del más de dos minutos, pero que fueron neutralizados a falta de 2,5 kilómetros debido al empuje de los equipo Visma, de Van Aert y Olav Kooij, y del Alpecin, de Groves. Una labor que resultó muy rentable para el velocista australiano, que ya se anotó otra victoria en la edición de 2023.

Una jornada accidentada previa a una cita trascendente para el desarrollo de la prueba. Este viernes se producirá la primera gran criba del Giro, con una etapa con cuatro puertos y final en alto. El pelotón se fracturará en un recorrido de dientes de sierra y sinuoso por la cordillera de los Apeninos. Antes del ecuador de la jornada se afrontará una corta y dura subida a Monte Urano, con pendientes del 14 %. La clausura, en Tagliacozzo, con cerca de 12 kilómetros de subida, con un desnivel medio del 5,5% y tramos del 13%. Los últimos 200 metros presentan un firme adoquinado. Roglic está dispuesto a recuperar la maglia rosa. Juan Ayuso, a la expectativa de las maniobras del esloveno.

Así es el niño del Giro: un francés de Texas que no quería ser ciclista, alumno de Evenepoel y que sueña con adoquines

Así es el niño del Giro: un francés de Texas que no quería ser ciclista, alumno de Evenepoel y que sueña con adoquines

El niño del Giro de Italia es un alumno privilegiado que encandila por su precocidad. El equipo Soudal Quick-Step mima al francés Paul Magnier, el más joven de la Corsa Rosa, un velocista que a sus 21 años y 30 días ya ha escrito seis capítulos en su palmarés y presume de tutores con pedigrí.

El chaval, que el martes sorprendió con séptimo puesto en el sprint de Lecce, cautiva a los técnicos del equipo belga por su desparpajo. En 2024 debutó como profesional y ganó cinco etapas, tres de ellas en el Tour de Gran Bretaña, donde contó con Remco Evenepoel y Julian Alaphilippe como lanzadores. Ambos protegían a un aprendiz de clasicómano que ese año impactó con victorias en el Trofeo Les Salines (primera carrera en la élite) y en el Tour de Omán. En categoría sub'23 se anotó dos triunfos en el Giro Baby y otro en la Carrera de la Paz. En el actual curso ha ganado una etapa de la Estrella de Bessèges.

Magnier nació en Laredo (Texas), pero posee nacionalidad francesa. A los 13 años comenzó a competir por la insistencia de su padre. «Al principio, el ciclismo no me interesaba, pero mi padre me compró una bicicleta de montaña para divertirme. Me llevó a algunas carreras y me enganché», dijo a la revista Vélo. Se incorporó al grupo nodriza del Soudal Quick-Step tras lograr sendos bronces en el Europeo de ruta sub-23 y en el Mundial júnior de mountain bike de 2022. Paul tiene la fortuna de compartir equipo con su ídolo: «Cuando veía las carreras por televisión siempre me fijaba en Julian Alaphilippe. Me fascinaba lo que hacía, ganando con estilo y haciendo que el ciclismo fuera divertido y espectacular».

En la formación belga también ha coincidido con Mikel Landa, que ha abandonado el hospital de Albania y ya ha iniciado la convalecencia en su propia casa por caída del viernes.

Patrick Lefevere, director general del Soudal-Quick Step, valora la versatilidad del chaval: «Tiene mucho talento, como demuestran sus notables resultados en varias disciplinas». Esa confianza se ha ratificado en la presencia en relevantes citas de esta temporada: Giro, Tirreno-Adriático, Tour de Flandes, A Través de Flandes, Gent Wevelgem, Omloop Nieuwsblad. «Mi prueba preferida es el Tour de Flandes, sueño con ganarla, llegando en solitario a la meta», ha dicho en la web de su equipo. Al francés le apasiona la liturgia de las clásicas de los adoquines. El pasado abril debutó en Flandes con un 62º puesto. «Son carreras muy duras, con grandes luchas por la posición antes de las subidas y por el duro clima, con lluvia, viento y bajas temperaturas. Al mismo tiempo, son increíblemente hermosas», ha explicado.

Esa pasión por el pavés llena de orgullo al equipo belga. Su compañero, Yves Lampaert le aventura un futuro espléndido: «Se le puede comparar con Tom Boonen. Es muy explosivo y tiene mucho fondo. Esperamos mucho de él, puede ser un gran campeón. No es un velocista puro, pero es muy rápido. En Gent-Wevelgem o incluso en Paris-Roubaix, si logra llegar al final, puede tener oportunidades». El director deportivo, Tom Steels, también destaca, en Vélo, al joven ciclista: «En Paul vemos un gran potencial. Ya impresionó en su primera temporada. Es alto y muy rápido, se parece a Boonen».

Con 21 años ya suma seis triunfos y también sabe lo implacable que es el ciclismo. El pasado año, cuando peleaba por la cuarta victoria en el Tour de Gran Bretaña sufrió una caída que le provocó una lesión en la pierna izquierda y en el codo y una conmoción cerebral que le mantuvo dos semanas inmovilizado en la cama.

El niño del Giro, que sueña con los adoquines, sabe sufrir.

'Sorpasso' del inesperado Van Uden en el regreso a casa del Giro de Italia

‘Sorpasso’ del inesperado Van Uden en el regreso a casa del Giro de Italia

Sorpasso en el regreso a casa después del periplo albanés. En Lecce, en el tacón de la bota de Italia, el danés Casper van Uden (23 años), uno de los estandartes de la nueva generación de velocistas, se anotó la victoria en un sprint desordenado y puso freno con la progresión de Mads Pedersen (Lidl-Trek), que se había ganado las dos anteriores etapas en línea, con finales en Tirana y Valona. El danés, que terminó cuarto, mantiene la maglia rosa.

La primera cita en las carreteras italianas estuvo dominada por el nerviosismo. Pedersen sufrió dos caídas y se presentó en la llegada de Lecce sin apenas ayuda de sus gregarios. Una clausura sin un equipo dominador y peleas estériles entre el Visma de Olav Koij y el Alpecin de Kaden Groves que fueron aprovechadas por Van Uden (Picnic) para rubricar el triunfo más importante de su breve trayectoria. En su palmarés figuran victorias en Normandía, Tour de Gran Bretaña y Vuelta a Colonia.

Un día inolvidable para el neerlandés en una etapa que tuvo una la salida trepidante. En Alberobello, el español Francisco Muñoz buscó su cuota de protagonismo con una escapada que arrancó en le kilómetro 3. El asturiano (23 años), que cumple su segunda temporada en el Polti VisitMalta, equipo al que accedió tras formar parte del Eolo-Kometa de la Fundación Contador, llegó a acumular una ventaja de 2.30 minutos y fue cazado a 56 kilómetro de la meta. Permaneció 130 kilómetros escapado, la fuga en solitario más larga del Giro en el siglo XXI.

Primoz Roglic sospecha que este Giro se resolverá con un renta minúscula, por eso va a rebañar todas las rentas que pueda antes de llegar al primer final en alto, en Tagliacozzo, el próximo viernes. Este martes no tuvo ningún reparo en pelar por los premios del sprint bonificado de Ostuni, en el que superó a Juan Ayuso y sumó dos segundos extra.

En este Giro hay que estar con las orejas tiesas, cualquier descuido puede resultar fatal. Pedersen (Lidl-Trek) se vio afectado por una montonera en el ecuador de la etapa, pero se reincorporó rápidamente y sin daños aparentes, también se cayó su compañero Giulio Ciccone. El peor parado, con un fuerte golpe en un hombros, fue Nickolas Zukowsky, canadiense de Q36.5, que se vio obligado a abandonar. Pedersen se repuso del susto y pugnó, sin éxito, con Kooij en el sprint especial de San Pancrazio Salentino.

Hubo, como no podía ser de otra forma, marcaje estrecho entre los velocistas en un final en Lecce con cortes en el pelotón en un circuito urbano que incluía rotondas, pasos angostos y vías subterráneas. Allí, a falta de 20 kilómetros, sufrieron nuevos percances Ciccone y Pedersen. El danés tuvo que remontar y ese desgaste del energías pudo restarle opciones en un sprint en el que se impuso el velocista más inesperado.

Este miércoles, una etapa de 151 kilómetros, entre Ceglie Messapica y Matera, propicia para aventureros y los velocistas. Nuevo duelo entre Pedersen y Van Uden, el nuevo ídolo.

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El increíble Binda: un trompetista que hace 100 años derrotó a los ciclistas de Mussolini, le pagaron por no correr y ganó cinco Giros

El primer capo del Giro de Italia comenzó a ganarse la vida tocando la trompeta en la banda de Cittiglio, su pueblo natal, cerca de Varese. Dos de sus hermanos también eran músicos: Albini, trombonista y Benito, saxofonista. Alfredo Binda (11 de agosto de 1902) creció en una familia en la que no sobraba nada en la mesa. Él era el décimo de 14 hermanos, hijo de un constructor que se marchó a vivir a Niza después de la Primera Guerra Mundial. En su casa había que arrimar el hombro y desde pequeño trabajó de aprendiz de yesero, pero a él lo que le gustaba era montar en bici. Antes de cumplir los 19 años ganó su primera carrera y ahí arrancó la gran historia centenaria de un pionero incomparable.

Binda, tras ganar 500 liras como mejor escalador en la subida de Ghisallo de 1922, decidió dedicarse al ciclismo. En 1924 se marchó a Milán para participar en el Giro de Lombardía, terminó cuarto y luego firmó contrato con el equipo Legnano. Los tifosi le llamaban Il Trombettiere di Cittiglio (El Trompetista de Cittiglio). Sorprendía a todos por su fuerza, rapidez y destreza en la escalada. En 1925, hace un siglo, se estrenó en el Giro de Italia. Entonces, el ídolo local era Costante Girardengo ( 29 años), ganador en 1919 y 1923 y apoyado por Benito Mussolini. El ciclista del régimen fascista acudió a ese Giro como principal favorito. La carrera arrancó el 16 de mayo, con una etapa entre Milán y Turín de 278 kilómetros y cerca de 10 horas de duración. En los albores del pasado siglo, los ciclistas corrían un día y descansaban el siguiente.

En la segunda jornada, con final en Arenzano, Girardengo asumió el liderato, una privilegiada posición que mantuvo hasta la quinta jornada, cuando el debutante Binda, con 22 años, le arrebató el mando de la prueba al aprovecharse de un pinchazo y de la traición de Gaetano Belloni (no esperó a su compañero y ayudó a Binda a cambio de una victoria de etapa). El líder cedió más de cinco minutos y medio. En Nápoles se produjo el primer gran sorpasso intergeneracional de la historia del ciclismo. Binda, que se adjudicó la siguiente etapa, con llegada en Bari y con un recorrido quebrado en la que empleó 13 horas y tres minutos, no abandonó el primer puesto del podio hasta la conclusión de la carrera, el 7 de junio, en Milán. Hasta esa fecha soportó las acometidas de sus rivales y la dureza de etapas maratonianas, como la novena, disputada entre Sulmona y Arezzo, con 377 kilómetros, ganada por Girandengo, en la que empleó 15 horas, 33 minutos y 55 segundos. El corredor de Mussolini terminó segundo, a cuatro minutos y 58 segundos de Binda. Girandengo se anotó seis de la 12 etapas, pero nunca más volvió a terminar un Giro.

El nuevo ídolo cautivaba por su elegancia sobre la bicicleta. La magia de La Gioconda. Ahora se cumplen 100 años del primer gran duelo en el Giro entre un campeón en el ocaso y un joven emergente. Un desafío que en esta edición se repite entre PrimozRoglic y Juan Ayuso (también 22 años).

Binda era un novato con escuela. En su tiempo de corredor en Francia se interesó por la mecánica, equipaba sus bicicletas con tubulares gruesos. Narran las crónicas de entonces que recorrió los 3.520 kilómetros del Giro de 1925 sin un pinchazo. Un ciclista muy fiable que el siguiente año no pudo repetir victoria por una caída, terminó segundo. En 1927 regresó con la consecución de la general y el triunfo en 12 de las 15 etapas. Ese año, además, se proclamó vencedor del primer Mundial de la historia. También arrasó en los Giros de 1928 y 1929. Su dominio aplastante y su carácter distante («No tengo interés en dar espectáculo. Mi negocio es ganar las carreras», decía) provocó un distanciamiento con el público, que se decantó por Learco Guerra, heredero de Giardengo y también respaldado por el Partido Nacional Fascista.

La superioridad de Binda aburría a los aficionados y no resultaba rentable para los anunciantes. En 1930, la Gazzeta dello Sport le pagó para que no corriera el Giro. El organizador de la prueba le abonó 22.500 liras, una cantidad correspondiente a lo que hubiera percibido por anotarse la general y varias etapas. Ese año, Binda participó en el Tour, donde cosechó dos triunfos parciales. Regresó al Giro en 1931, pero tuvo que retirarse por una caída. En 1932 finalizó séptimo y en 1933 logró su quinto título. En la Corsa Rosa, conquistó 41 etapas, récord que se mantuvo hasta 2003, batido por Mario Cipollini.

Binda se retió en 1936 tras fracturarse el fémur en la clásica Milán-San Remo. Además de sus cinco Giros, ganó tres Mundiales, dos Milán-San Remo y cuatro Giros de Lombardía. Fue seleccionador nacional durante 12 años. Falleció, con 84 años, el 19 de julio de 1986 en su Cittiglio natal.

2.745 kilómetros, test de escalada y una pesa para la comida: así ha preparado Ayuso su asalto al Giro de Italia

2.745 kilómetros, test de escalada y una pesa para la comida: así ha preparado Ayuso su asalto al Giro de Italia

Cambia la dieta para reservar asiento en la mesa en la que comen los grandes. Al inicio de la temporada, Juan Ayuso modificó su preparación nutricional y física para obtener más rendimiento de su privilegiada fisonomía, la de un escalador atípico: 1,84 metros de altura, huesos largos y hombros de nadador. El pasado curso, el fenómeno criado en la escuela de ciclismo de Jávea marcaba en la báscula 64 kilos. Ahora pesa dos más.

Una subida y un aumento de las sesiones de gimnasio que han generado más músculo y más potencia de pedalada. Unos avances que han otorgado un salto de calidad a un corredor ya excelso. «Juan es un portento y con esas novedades en la preparación hemos logrado que aún sea mejor», sostiene Joxean Fernández Matxin, su protector en el UAE. Una energía extra que le permite a la salida de hoy del Giro de Italia con el cartel de favorito, a pesar de ser un debutante y de contar sólo 22 años.

El nutricionista Gorka Prieto es una pieza fundamental en la evolución de Ayuso. Él le planifica la dieta en función del rendimiento de cada ciclo de la temporada. La demanda energética está controlada científicamente. La comida se pesa para no excederse con las proteínas. Ayuso trabaja con Prieto desde su etapa de juvenil. «Más vale entrenar menos y cuidar más la alimentación», ha dicho el corredor. «Come más para tener más energía y ganar resistencia», apuntan desde el equipo de Emiratos.

En el hotel Meliá de Sierra Nevada, donde Ayuso y sus compañeros de UAE se han concentrado para preparar el Giro, había una pautada planificación confeccionada por Gorka Prieto para todos los integrantes del equipo. El desayuno incluía cereales, fruta y avena cocida. En los entrenamientos consumían geles y barritas energéticas; en la cena, carne o pescado. En una etapa larga, los ciclistas pueden ingerir más de 7.000 calorías en un día.

Enriquecer la sangre

En Sierra Nevada, Ayuso ha realizado un ciclo de altura para potenciar de forma natural la producción de glóbulos rojos y enriquecer la sangre. Los entrenamientos se han realizado durante tres semanas, con salidas de cuatro horas, series y test de escalada. El español llegó a la montaña granadina tras finalizar la Volta a Catalunya, prueba en la que sólo fue superado por Primoz Roglic, que será su principal adversario en el Giro. Allí, Ayuso ha estado acompañado por los que serán sus gregarios en la ronda italiana.

Más de 20 días de convivencia en los que él se ha esforzado por generar una atmósfera distendida, ya quedaron olvidadas sus discrepancias con Joao Almeida en el último Tour de Francia. En plena concentración, el lunes de Pascua, se difundió por redes sociales un divertido vídeo en el que Ayuso, en plena subida, lanzaba una bola de nieve a Igor Arrieta que le impactaba en la espalda. «Le tiré el bloque de nieve, pero no sabía que tenía tan buena puntería», bromeaba Ayuso.

Juan Ayuso.

Juan Ayuso.S. G.MUNDO

Juegos de chavales de 22 años. Con el navarro, que también debuta en el Giro, se ha divertido en partidas de billar y futbolín en las amplias instalaciones del hotel Meliá. «Convivir con los compañeros con los que luego tienes que trabajar en el Giro te ayuda mucho. Es fundamental crear buen ambiente, buen rollo», advierte Ayuso, que ha crecido en lo físico y en lo emocional, ahora sabe asimilar mejor la ansiedad y las frustraciones.

Ayuso acude al Giro con un gran fondo físico. En 17 días de competición acumula 2.745 kilómetros, registros superiores a sus principales rivales. Roglic llega con 12 días y 1.794 kilómetros; el italiano Antonio Tiberi, con 14 jornadas y 2.133 km; el colombiano Egan Bernal, 10 y 1.409 km: Mikel Landa, con 15 y 2.406 km.

La ronda, que arranca este viernes en Albania con una etapa en línea y concluye el 1 de junio en Roma, se decidirá en la última semana, con subidas a los emblemáticos puertos de Sestriere, Mortirolo, Finestre o Grappa. También aparecen etapas sembradas de trampas, como la novena, con el sterrato camino de Siena. En el calendario de Ayuso figuran marcadas en rojo las cronos de mañana (13 kilómetros) y de la décima etapa (28 kilómetros). Es lo que tiene ser el mejor contrarrelojista de los escaladores que optan al podio de Roma.

El desafío de Ayuso a Roglic en el Giro: "El favorito es él, tiene toda la presión, pero yo aspiro a lo máximo y tengo al mejor equipo"

El desafío de Ayuso a Roglic en el Giro: “El favorito es él, tiene toda la presión, pero yo aspiro a lo máximo y tengo al mejor equipo”

«El Giro es mi gran desafío. Es una carrera que desconozco, pero aspiro a lo máximo». Juan Ayuso (22 años) no esconde sus ambiciosas intenciones en el arranque de la nueva entrega de la Corsa Rosa. La concentración en altura en Sierra Nevada ha afilado la puesta a punto del nuevo estandarte del ciclismo español.

El compañero de Tadej Pogacar ha sellado una espléndida primera parte de la temporada, con triunfos en Tirreno-Adriático, Drôme Classic, Trofeo Laigueglia y un segundo puesto y etapa en la Volta a Catalunya. Ahora asume el liderato del UAE en la ronda italiana que arranca hoy en Durrës (Albania). El catalán criado en Jávea se ha ejercitado durante las últimas tres semanas en las cumbres granadinas, donde el equipo de Emiratos suele montar su training camp. Los resultados, según sostiene Ayuso, han sido muy satisfactorios: «En Sierra Nevada ha hecho buen tiempo y hemos podido entrenar durante muchas horas. La estancia en altura nos ha servido para prepararnos de la mejor forma posible. En este inicio de campaña todo ha ido muy bien, excepto dos o tres cosas que se pueden mejorar. Sólo estamos en mayo y ya he ganado más carreras que nunca a estas alturas del año. Espero seguir este camino en el Giro y, si es posible, mejorarlo».

La preparación física ha sido óptima y eso motiva a un ciclista al que no le agobia la responsabilidad de abanderar una nueva y osada generación de corredores. Asegura que su estado anímico es muy distinto al de comienzos de 2024, cuando estuvo castigado por una extraña lesión en el tendón de Aquiles. «La tranquilidad que he tenido ha sido una de las claves del buen rendimiento. Este año he tenido gran confianza en mí mismo, eso me da estabilidad y hace que las cosas salgan más fluidas, no más fáciles, pero sí más fluidas. Así todo se lleva mejor», advierte el corredor que ya exhibe 13 triunfos en su palmarés y que ha batido todos los récords de precocidad en el pelotón español.

Ayuso recalca que no hay mejor bálsamo que reencontrarse con los laureles y en ese aspecto destaca, sobre todo, la conquista de la general de la Tirreno-Adriático. «La experiencia en la Tirreno resultó muy buena, porque era el gran objetivo de la primera parte del curso. El año pasado ya la disputé y me gustó mucho. Estuve cerca de conseguir la victoria, terminé segundo, y desde entonces ya tenía claro que quería regresar para ganarla. Haber ganado me dio mucha seguridad para afrontar lo que viene ahora, que es el Giro», sostiene, mientras ordena, junto a Luke Maguire (jefe de prensa del UAE), su agenda de petición de entrevistas previas de un Giro de que acapara indiscutible protagonismo.

Ayuso se estrenará en la ronda por antonomasia de Italia, un país con el que siempre ha tenido una conexión singular. En 2021 se incorporó a la escuadra Colpack Ballan y se marchó a vivir a Italia, ese año se adjudicó el Baby Giro (la versión sub 23 de Giro de Italia), el Trofeo Piva y el Giro Belvedere. «Italia siempre será especial para mí. Mis comienzos están allí y ahora voy al Giro, la única gran ronda por etapas que no he disputado. El Giro es mi gran reto de la temporada, una prueba que voy a descubrir. Todo va a ser nuevo para mí, voy con muchas ganas de vivir todo eso», explica.

Ayuso, en Tirana este miércoles.

Ayuso, en Tirana este miércoles.LUCA BETTINIAFP

Para alcanzar su meta dispondrá de una formación de calidad y con notables escaladores, como Adam Yates, Isaac del Toro, Brandon McNulty, Rafal Majka, Jay Vine e Igor Arrieta. Filippo Baroncini es el único especialista en llano. «Tenemos el equipo más fuerte de la carrera. En este Giro hay mucha dureza y por eso hay que tener corredores que puedan estar adelante, para que en el caso de que yo arranque puedan esperarme. Disponer de todas esas cartas para jugar es muy importante. Aspiramos a lo máximo, que es ganar, pero el favorito es Primoz Roglic, que ya se anotó esta carrera [2023] y que se ha impuesto varias veces en la Vuelta [2019, 2020, 2021, 2024]. Es uno de los mejores del mundo. La presión cae sobre él, nosotros vamos con la ambición de ganar, creemos que es posible», advierte un escalador que atesora la virtud de desenvolverse con soltura en las contrarrelojes.

Los técnicos del UAE valoran la polivalencia, osadía y capacidad de liderazgo del joven español. «Sabe leer bien las carreras. Desde que era un crío se prepara como un profesional», dicen. Ahora, el chaval espera coronarse en su país talismán.

Evenepoel exhibe sus dotes como contrarrelojista y renace en el Tour de Romandía

Evenepoel exhibe sus dotes como contrarrelojista y renace en el Tour de Romandía

Regresó a mediados de abril como un bólido en la Flecha Brabanzona después de permanecer cuatro meses de baja por una maldita caída e impactó a todos con la conquista de la clásica belga. Remco Evenepoel, en estado puro. Luego se atrevió a desafiar a Tadej Pogacar en la Amstel Gold Race, en la que finalizó tercero. En la Flecha Valona apenas se dejó ver y terminó noveno. En la Lieja-Bastoña-Lieja nunca apareció en el grupo cabecero y concluyó 59º. Un rendimiento de más a menos que este domingo cambió de tendencia.

El fenómeno belga, tras decepcionar el sábado en la etapa reina del Tour de Romandía, se reencontró con su mejor versión e hizo honor al maillot arcoíris que porta y que distingue al campeón del mundo de contrarreloj. En Ginebra, en un recorrido de 17,1 kilómetros, se anotó la crono de clausura de la ronda helvética, con un tiempo de 20 minutos y 33 segundos. Alegría y confianza recuperadas. Satisfacción para Patrick Lefevere, el gerente del equipo Soudal Quick-Step, que siempre se afana para obtener el máximo rendimiento de uno de los ciclistas más polivalentes de la última década, que finalmente ocupó la quinta plaza de la general.

Evenepoel aventajó en 12 segundos a Joao Almeida (EUA), segundo clasificado del día y que se adjudicó la general de la ronda suiza. El portugués aventajó en cerca de medio minuto al francés Lenny Martínez (Bahrain), que había comenzado la jornada de líder con sólo dos segundos de renta sobre el italiano Lorenzo Fortunato (Astana) y tres sobre el luso.

El primer español en la contrarreloj fue Raúl García Pierna (Arkea), sexto, a 32 segundos de Evenepoel. En la clasificación general, Carlos Rodríguez (Ineos), ganador de la edición de 2024, finalizó sexto. Juanpe López (Lidl-Trek) acabó séptimo y Javier Romo (Movistar), décimo.

Evenepoel se mostró contento con las prestaciones ofrecidas en la primera carrera por etapas disputada después de su lesión. «Estaba deseoso por probarme. Todavía me quedan más de dos meses para el Tour de Francia, así que tengo que ser paciente y trabajar día a día», señaló el belga.

El otro gran protagonista fue Almeida, que sumó el triunfo en Romandía a su notable palmarés de esta temporada, en el que figuran la Vuelta al País Vasco (general y una etapa) y París-Niza (etapa). «Como equipo, estuvimos perfectos. Tenemos que estar contentos, hicimos un muy buen trabajo", dijo Almeida después de compartir el podio con Jay Vine, su compañero de equipo, que terminó tercero. El UAE arrasa en la primera parte de la temporada con 37 victorias logradas por 14 corredores distintos.

Pogacar también gana en Lieja e iguala los nueve 'Monumentos' de Fausto Coppi

Pogacar también gana en Lieja e iguala los nueve ‘Monumentos’ de Fausto Coppi

El pionero de La Decana corría con boina negra, pantalón largo y medias hasta la rodilla. Léon Houa invirtió 11 horas en cubrir los 250 kilómetros de la primera edición de la Lieja-Bastoña-Lieja, disputada en1892. El héroe belga impulsaba una mole de hierro por los muros de las Ardenas y se jugaba la vida en estrechos senderos repletos de trampas. En su primera hazaña sufrió una caída y terminó la carrera con sólo un pedal. A pesar de ello, aventajó a sus adversarios en cerca de 23 minutos. Él había nacido el 8 de noviembre en 1867 en Lieja y conocía bien la sinuosa orografía de la carrera, lo que le sirvió para anotarse las victorias en 1893 y 1894, un triplete que este domingo igualó Tadej Pogacar, el fenómeno incomparable de este siglo.

En la clásica más longeva, el esloveno ofreció otro festival con un ataque a 34 kilómetros de la meta. Una aceleración sin respuesta de sus enemigos que le proporcionó en triunfo en el cuarto Monumento de la temporada. Un ejercicio agotador de 252 kilómetros y 11 cotas, las nueve últimas encadenadas en un tramo de 100 kilómetros. Un castigo sin tregua en el que Pogacar volvió a ser coronado con los laureles, como ocurrió en las ediciones de 2021 y 2024.

Pogacar, con nueve Monumentos, iguala los registros del CampionissimoFausto Coppi (cinco Giros de Lombardía, tres Milán-San Remo y una París-Roubaix), del clasicómano irlandés Sean Kelly (tres Giros de Lombardía, dos Lieja-Bastoña-Lieja, dos París-Roubaix y dos Milán-San Remo) y del polivalente italiano Constante Girardengo (seis Milán-San Remo y tres Giros de Lombardía). Se coloca en el tercer escalón de los máximos ganadores, sólo superado por los belga Eddy Merckx (19) y Roger De Vlaeminck (11), los únicos, junto a su compatriota Rik Van Looy (ocho), que han conquistado los cinco Monumentos.

Pogi, aclamado por un público entsiasta, repitió historia en la clásica que se acomoda como un guante a sus característica de escalador y corredor de fondo. Ya sólo se queda a una victoria de las cuatro de Alejandro Valverde y Moreno Argentin, y a dos de Merckx.

La Doyenne, con sus 111 ediciones de historia, está muy viva y sabe renovarse para seguir atrapando al público. Este domingo repescó el Col de Haussire, que no se incluía en el recorrido desde 1995 y que, según muchos aficionados, es la colina más dura de Bélgica, con cerca de cuatro kilómetros de longitud y 6,8% de desnivel medio. En la cima hay una escultura en honor a Claude Criquelion. En ese lugar, a 130 kilómetros de meta, se planteó el primer pulso del día, con un ataque en pareja del Ineos, con Bob Jungels y Tobias Foos. Ambos fueron neutralizados a 80 km. de meta, cuando el UAE de Pogacar impuso un alto ritmo. Aventura sin profundidad, como la fuga integrada, entre otros, por Boulahoite, Sepúlveda, Loland, Le Berre y Haig.

La carrera que cierra el Tríptico de las Ardenas transitó nerviosa hasta el muro de la Redoute, del que este domingo se cumplieron 50 años de su estreno. Santuario de clasicómanos, escenario habitual de la resolución de la prueba. Allí llevó el ataque lejano de Pogacar, con una aceleración de potencia, sin levantarse del sillín. El impulso del esloveno se produjo cuando Remco Evenepoel iniciaba la subida en la parte central del pelotón. El fenómeno del UAE descompuso el grupo principal. Pidcock, Healy, Hirschi y Alaphilippe intentaron, sin éxito, reducir los daños. En la cima, la ventaja era de 10 segundos, una renta que fue creciendo hasta superar el minuto en las orillas del navegable río Mosa, que surca la medieval Lieja, donde levantó los brazos ante la algarabía de un público rendido a su talento. La segunda plaza fue el italiano Giulio Ciccone, a 1.03 y la tercera para el irlandés Ben Healy.

Nueva página gloriosa para El Príncipe esloveno, que esta temporada, en las ocho pruebas disputadas, no se ha bajado del podio. Ganó el Tour de Emiratos, la Strade Bianche , el Tour de Flandes, la Flecha Valona, fue segundo en la París-Roubaix y la Amstel Gold Race y tercero en la Milán-San Remo. En su hoja de servicios ya figuran 95 triunfos. No volverá a competir hasta el Critérium Dauphiné (8-15 de junio), que le servirá como último test de preparación para el Tour de Francia.

Pogacar se venga con otro recital en la Flecha Valona

Pogacar se venga con otro recital en la Flecha Valona

El Fenómeno asegura que disfruta como nadie en los muros de las Ardenas. Que esas escaladas le sirven para preparar su gran objetivo de final de la primavera: la Lieja-Bastoña-Lieja, en la que este domingo persigue su tercera victoria. Tadej Pogacar se divierte en los escenarios en los que otros no encuentran alivio. El esloveno, que no se angustia por mostrar sus debilidades, ha encontrado en las clásicas la fórmula para mantener vivo el fuego de la excitación.

La Flecha Valona, la prueba con el desenlace más previsible pero con el final más electrizante, acogió un nuevo recital del corredor del UAE. El reto se resolvió, como es costumbre, en la última ascensión al Muro de Huy, con sus 1.300 metros de longitud y desnivel medio de 9,3% (máximo del 19%), esas paredes en la que que Alejandro Valverde levantó sus cinco e incomparables reinados. Poco importaron las 10 subidas previas a la clausura en la emblemática cota. El pelotón, castigado por la lluvia y el frío, caminó animado por escaramuzas sin relevancia, como una fuga integrada por los noruegos Foss, Leknessund y Dversnes, cazados a siete kilómetros de la meta. También lo intentaron Stannard, Guglielmi, Shmidt, Paquot y Ceriel Desal.

El susto de la jornada apareció a falta de 40 kilómetros para la meta, en una curva a derechas en la que se cayeron cinco ciclistas, entre ellos Mattias Skjelmose, último ganador de la Amstel Gold Race. Decepción mayúscula para el rodador danés, que acudió a la clásica belga en el mejor momento de su vida.

Un enemigo menos para Pogacar, que afrontó la decisiva subida a la colina de las Siete Capillas comandando un pelotón roto por la aceleración de sus gregarios Jan Christen y Brandon McNulty. En el grupo se mantenían, entre otros, Remco Evenepoel, Thomas Pidcock y Lenny Martínez, que vigilaban de cerca las maniobras del UAE.

En los tramos en los que avanzar y mantener la verticalidad supone un desgaste tremendo apareció la figura de Pogacar para marcar distancia. El esloveno conocía bien el trazado: la de ayer fue su quinta participación, fue primero en 2023, decimosegundo en 2022, noveno en 2020 y quincuagésimo tercero en 2019. Aceleró a mitad de ascensión y nadie fue capaz de seguirle. Se marchó con una facilidad asombrosa, esa que distingue a los superdotados. Escaló solo, sin la presión de unos enemigos desconcertados, con tiempo para saborear el triunfo, el segundo en esta clásica, una alegría tras las derrotas en la Amstel Gold Race y en los adoquines de la París-Roubaix. Este miércoles sumó la victoria 94 de su espléndido palmarés. El segundo fue el francés Kevin Vauquelin (misma plaza en 2024) y el tercero el británico, Pidcock. Evenepoel ocupó el noveno puestp.

Nueva exhibición de Pogacar en una temporada espléndida: en las siete pruebas que ha disputado no se ha bajado del podio. Antes ganó el Tour de Emiratos, la Strade Bianche y el Tour de Flandes, terminó segundo en la París-Roubaix y en la Amstel Gold Race, y fue tercero en la Milán-San Remo. Una barbaridad.