Por primera vez en 22 años, cuando lo hicieron Agassi y Sampras, dos jugadores de un mismo país serán 1 y 2 en el escalafón
El 14 de agosto de 2000 Andre Agassi era el número 1 del mundo y tenía a su vera a Pete Sampras, como número 2. Fue la última vez desde la creación del ránking, en 1973, que dos jugadores de un mismo país coparon las dos primeras plazas del circuito. Todas las anteriores habían tenido como protagonistas a tenistas estadounidenses, con Jimmy Connors y John McEnroe también litigando por el techo de la ATP. Este lunes, separados por 930 puntos, Carlos Alcaraz y Rafael Nadal lucirán en lo más alto, después de la derrota sufrida por Casper Ruud ante Yoshihito Nishioka en el torneo de Seúl.
La noticia habla de la extraordinaria fortaleza de los dos españoles. Alcaraz, que alcanzó la cima, convirtiéndose en el más joven en lograrlo, tras imponerse en el Abierto de Estados Unidos, suma cinco títulos esta temporada y es la gran sensación de un curso en el que, además, ha ganado dos Masters 1000 (Miami y Madrid). La fortaleza de Nadal se mide en su paso por los torneos del Grand Slam, territorio en el que se mueve mejor que nadie, como demuestran sus 22 títulos. Campeón del Abierto de Australia y de Roland Garros, tuvo que bajarse por lesión en las semifinales de Wimbledon contra Nick Kyrgios. En Nueva York, aún sin recuperarse plenamente de la rotura abdominal, perdió en octavos ante Frances Tiafoe.
Sampras y Agassi vivieron una rivalidad fecunda. Se enfrentaron en 34 ocasiones, con 20 triunfos de Pistol Pete y 14 del jugador de Las Vegas. La última victoria de Sampras fue en la final del Abierto de Estados Unidos de 2002, donde ganó su decimocuarto título del Grand Slam. Sería también el último partido de su vida. Su relación era distante. Sólo se miraban de frente con la pelota de por medio y establecían un abismo similar con el resto de sus compañeros en el circuito. Eran otros tiempos, en los que la voracidad competitiva apenas consentía nada más que estrechar las manos a la conclusión de los partidos.
Tres enfrentamientos
Habrá poco tiempo para que los Alcaraz-Nadal puedan convertirse en un clásico, como advirtió el mallorquín en el Mutua Madrid Open, después de perder ante el murciano en cuartos de final. Era el segundo de sus enfrentamientos. Nadal le había derrotado en las semifinales de Indian Wells, no sin ocasionarse durante el partido una fisura de costillas y, en 2021, con facilidad, en la segunda ronda en la Caja Mágica. Nadal tiene 36 años. Alcaraz, 19. Su relación es buena. Se han dedicado elogios recíprocos, uno hablando de la admiración profesada por la extraordinaria carrera de su compatriota y otro barruntando un venturoso porvenir para el jugador que aún daba sus primeros pasos en la alta competición.
Alcaraz estrenará a partir del miércoles su condición de número 1 en el circuito, tras hacerlo con derrota ante Felix Auger-Aliassime en la Copa Davis. Lo hará en el ATP 500 de Astana, ante el emergente noruego Hoger Rune, dentro de un cuadro en el que están, entre otros, Daniil Medvedev y Novak Djokovic. El del Palmar jugará después el ATP 500 de Basilea, el Masters 1000 de Paris-Bercy y las ATP Finals, para cerrar el año en las Finales de la Copa Davis. Sólo defiende 180 puntos en la capital francesa y perderá esa misma cantidad por no disputar el torneo de Viena. Tiene un horizonte limpio para culminar la temporada como número 1.
El cierre de Nadal es más incierto, debido a su inminente paternidad y a su delicado estado físico: comentó que no se sentía bien tras hacer pareja con Roger Federer en la despedida del suizo en la Laver Cup. En condiciones normales jugaría en Paris-Bercy y en las ATP Finals, torneos ambos donde tendría todo por sumar, dado que no los disputó la pasada temporada al encontrarse lesionado. La etiqueta más preciada posee ya un valor relativo para él. Ha estado 209 semanas en el ático de la ATP y ha concluido cinco años sin tener a nadie por delante.