Sólo una derrota por goleada impediría al Barça ser primero de grupo
Xavi, durante el partido ante el Girona.PAU BARRENAAFP
Después del varapalo de la derrota ante el Girona en casa en la Liga, el Barça afronta una suerte de breve oasis en Europa. A no ser que el conjunto azulgrana caiga por una contundente goleada frente a un Amberes que todavía no ha logrado puntuar en la fase de liguilla de la Champions y que el Shakhtar se imponga también de forma contundente al Oporto, los barcelonistas pasarán a octavos como líderes de grupo. Por eso, y con vistas también a reservar a varios de sus efectivos más importantes para el duelo frente al Valencia en Mestalla del sábado que viene, Xavi tiene previsto llevar a cabo varias rotaciones.
Sus planes eran inicialmente que ni Lewandowski, ni Araujo, ni Gündogan, ni De Jong viajaran a Bélgica. Finalmente, no obstante, sólo el holandés se quedará en casa, a causa de un proceso febril, pero ninguno de los otros tres tendrá en principio minutos frente al equipo de Van Bommel.
Xavi se ha llevado a Bélgica a diez jugadores de la cantera para confeccionar una convocatoria de 22 futbolistas. Iñaki Peña, salvo sorpresa, seguirá sumando minutos bajo los palos, mientras que, en defensa, con el descanso de Araujo e Íñigo Martínez y Marcos Alonso de baja por problemas físicos, podría tener sus primeros minutos el joven Pau Cubarsí, si bien tanto Cancelo, imprescindible en los últimos partidos, como Balde estarían en principio por delante. Sergi Roberto y Oriol Romeu, por su parte, tendrán también opciones para sumar protagonismo en un centro del campo en el que Pedri es casi imprescindible, pero que cuenta también con el desparpajo que pueden darle Fermín o Marc Casadó.
En ataque, finalmente, con Lewandowski reservado inicialmente en el banquillo, otro joven, Marc Guiu, tras su fulgurante estreno con gol ante el Athletic, podría tener también sus opciones, si bien todo invita a pensar que Ferran Torres, algo descontento con su situación en las últimas semanas, será el punta titular, con Lamine Yamal y Joao Félix escudándole desde las bandas.
El Madrid volvió a salir vivo del precipicio de la Copa de Europa. Con talento, con pegada, con agonía... Con todo lo que es la historia del conjunto blanco. Mbappé, Vinicius y Bellingham levantaron al cuadro de Chamartín para sacarlo del asedio de Bérgamo, donde se jugaba su futuro continental. De Ketelaere y Lookman les metieron el miedo en el cuerpo, pero aguantaron. [Narración y estadísticas (2-3)]
Ante lo "jodido" de la situación, como reconoció Valverde en la previa, Ancelotti no titubeó en su alineación. Dio entrada a Vinicius, que llevaba cuatro partidos de baja por lesión, y situó a Tchouaméni como central en lugar de Asencio. Nadie había ganado en Bérgamo, castigado todo el mundo por ese extenuante marcaje al hombre del cuadro de Gasperini, así que la tarea era de nota.
Y el Madrid no decepcionó en el inicio. La entrada de Vinicius y Brahim dotó al equipo de mordiente y regate, clave a la hora de superar la presión rival, y el plan de buscar la espalda de los centrales con Mbappé dio lugar a los mejores 15 primeros minutos del curso madridista.
El sufrimiento de Lucas
Tras una combinación entre Brahim y Lucas, el andaluz buscó a Mbappé la frontal del área, éste superó a De Roon con un solo control y batió a Carnesecchi con un disparo seco. El gol fue el premio al buen hacer madridista y metió el miedo el cuerpo a la grada durante unos instantes. Pero fueron eso, instantes.
Unas jugadas después del tanto, Rodrygo comenzó a calentar por la banda y levantó las sospechas. Mbappé dejó de buscar la espalda de los defensas italianos, al Madrid le duró poquísimo el balón en cada posesión y el Atalanta comenzó a asediar la portería de Courtois. Sufrió especialmente Lucas, impotente ante Lookman, MVP de la última final de la Europa League.
Los bergamascos acumularon oportunidades y sólo la aparición de Rüdiger y Tchouaméni para cortar disparos evitó el empate. Lookman en el 13, De Ketelaere en el 17 y el 19, Bellanova en el 20...
Rival incansable
En el banquillo, Ancelotti pedía calma a sus jugadores, insistentes en el plan del inicio pero incapaces de llevarlo a cabo por los problemas físicos de Mbappé, que terminó pidiendo el cambio en el 34. El Madrid, precipitado, perdía el balón demasiado rápido y Brahim y Bellingham ya no podían darse la vuelta con tanta facilidad. El Atalanta, sin embargo, no bajaba marchas, incansable.
Mbappé, tras su lesión en Bérgamo.EFE
Rüdiger tuvo una buena opción en el 39, tras un centro de Ceballos y una continuación de Bellingham, pero su disparo se marchó fuera. Y antes del descanso, los italianos encontraron oro en un error de Tchouaméni. El galo no fue contundente en una arrancada de Kolasinac hacia el área y rozó al defensa en la carrera. Una zancadilla que Marciniak castigó con penalti.
De Ketelaere envió la pena máxima a la escuadra de Courtois y los locales se llevaron un gol psicológico al bolsillo camino de vestuarios. El Madrid, 24º en la Champions, se enfrentaba a una segunda parte clave por su supervivencia continental. Y ya se sabe lo que suele suceder cuando el Madrid se enfrenta al precipicio de la Copa de Europa. Que sale victorioso. Sin Mbappé y con Rodrygo y Vinicius recién salidos de lesiones musculares, el conjunto blanco se hizo gigante en Bérgamo. Aguantó la batalla física y de ritmo que propuso el Atalanta y castigó el atrevimiento defensivo de los italianos.
A la espalda de los centrales
Vinicius cogió el testigo de Mbappé y comenzó a desafiar la espalda de los centrales, y en una de ellas apareció el gol. Brahim intentó un pase al hueco al brasileño, Hien lo desvió, pero el rechace dio en Ederson y volvió al delantero del Madrid, que cruzó de zurda ante Carnesecchi. El conjunto blanco siguió creciendo y en la siguiente jugada silenció Bérgamo. Vinicius bajó a recibir en el carril central, levantó la mirada y vio el desmarque de Bellingham a la espalda de De Roon. De nuevo, el mismo plan. El inglés recibió, sentó al neerlandés con una finta y batió al portero con la zurda.
Pero Gasperini vive y muere con su plan durante los 90 minutos, y el Atalanta no tiró la toalla. En el 65, Lookman retó a Lucas en el pico del área y sorprendió a Courtois con un disparo al palo derecho del belga.
El tanto y la fatiga madridista, donde sólo Rodrygo, reemplazo de Mbappé, saltó desde el banquillo, convirtieron los últimos minutos en un asedio italiano. En el 83, Ancelotti movió el árbol. Entraron Modric y Asencio por Ceballos y Brahim y el campo se inclinó hacia Courtois, pero nadie le venció. Ni siquiera Retegui, a portería vacía en el 94. El Madrid sale vivo de Bérgamo y sigue en pie en la Champions. Así es su historia.
Se avecinan cambios importantes en la máxima competición continental de fútbol. La Champions, como ya se ha informado, cambia de formato y deja atrás los grupos previos a los cruces. Ahora 36 equipos disputarán una liguilla en la que los 24 primeros se clasificarán para la siguiente ronda, ya de enfrentamiento directo y eliminatorio. Y claro, estos cambios traen consigo una nueva forma de sortear los partidos, un sistema informático.
Se acabaron las manos inocentes que sacarán la bola de varios bombos, ya que según Kaveh Solhekol, reportero jefe de Sky Sports, este formato requeriría 900 bolas y entre tres y cuatro horas para sortear los choques, ya que en esa liguilla no se enfrentarán todos contra todos.
Sólo se mantendrá, por tratar de ser fieles a la tradición, la elección a mano de los equipos cabeza de serie (es decir los que estén en el bombo 1). Cabe recordar que en el sorteo habrá cuatro bombos, en los que estarán ubicados nueve equipos.
Por lo tanto, se ha decidido, según Giorgio Marchetti, secretario general adjunto y director de fútbol de la UEFA, que se utilice un sistema híbrido. Así, se seguirán sacando las bolas de los clubes principales, pero después, un programa informático de una compañía radicada en Hertfordshire (Inglaterra), decidirá qué ocho equipos serán los rivales de cada club del primer bombo. Todo auditado por Ernst&Young, una de las líderes mundiales en el sector.
Todos estos cambios lograrán reducir el tiempo de este nuevo tipo de sorteo y dejarlo en unos 35 minutos, justo el tiempo que suelen durar los emparejamientos con el formato actual.
''Es necesario dejar que el cerebro llore, se exprese, grite''. Estrategias psicológicas para situaciones límite, como las que este martes afrontarán los jugadores del Barcelona, horas después de enterrar a Carles Miñarro, su amigo, su confidente. Especialistas en salud mental coinciden en que tras el shock generado por la desaparición del doctor es necesario encauzar adecuadamente las emociones y que el encuentro contra el Benfica sirva como tributo.
''Al jugador hay que darle espacio para liberar sus sentimientos, cada uno tiene sus propias formas de expresarse, de canalizar su impotencia y rabia por lo sucedido. Tras pasar el shock, vienen los momentos de ira y si no tenemos el canal adecuado para asimilar lo sucedido aparecen complicaciones a la hora de somatizar ese malestar psicológico'', sostiene la psicóloga Josefina Cutillas, que durante un tiempo trabajó con Carlos Alcaraz.
''Lo inmediato es que los jugadores pongan el foco en el partido, en los 90 minutos que tienen que estar ahí, eso lo llamamos técnica de la atención. Luego llegarán los momentos de la tranquilidad para gestionar el duelo, para que el cerebro se exprese, para que no se enquisten las emociones. Hay que acudir al ser humano que hay detrás del número de una camiseta, que siempre está en el foco mediático'', advierte Cutillas, especialista en desarrollo personal, coaching empresarial y Máster en Psicología del Deporte.
''A los jugadores del Barcelona se les han roto los esquemas, porque ha desaparecido la persona en la que confiaban su salud. Hay que reestructurar la situación, entender el proceso, respetando los tiempos. Yo creo que habría que combinar acciones individuales y grupales, que haya auto diálogo, pero también momentos para escuchar al otro, entender el comportamiento del compañero'', añade.
Cutillas es partidaria de afrontar el partido a modo de homenaje al doctor: ''Puede resultar positivo, porque supone transformar la rabia en motivación. Eso nos ayuda a seguir''.
Duelo complicado
''Los futbolistas atraviesan por un duelo complicado, porque juegan poco después del hecho luctuoso. Supongo que el departamento médico del club ha dejando un tiempo para que ellos muestren sus sentimientos. Es preciso que ellos hagan comentarios sobre lo sucedido. Para superar esta situación tienen que plantearse objetivos inmediatos, generar estímulos a corto plazo. Los jugadores tienen que pensar cómo actuaría el doctor Miñarro en esta situación'', afirma David Peris, presidente de la Federación Española de Psicología del Deporte.
''Algunos, para afrontar con alivio el partido de este martes apuestan por el ofrecimiento de un tributo u homenaje al doctor, pero yo no soy partidario de eso, porque es algo que se te puede escapar del control. Yo me centraría más en qué le hubiera gustado a él, que se apoyen en los valores que transmiten Flick y su staff técnico. No salir de la dinámica habitual de trabajo'', revela Peris.
Juan Miguel Bernat, psicólogo especialista en coaching deportivo y que durante siete años trabajó en el Departamento de Alto Rendimiento del Levante, subraya que hay que realizar una evaluación psicológica de cada jugador para saber quién está mejor preparado anímicamente. ''Hay que preguntar al futbolista si está listo para el partido. Si fuera necesario se puede utilizar este acontecimiento como una forma de quitar presión al partido, demostrar que la vida es algo más que nuestra profesión, saber que lo más valioso que tenemos, que es la salud, se nos puede ir. Hay que enlazar la emoción con la importancia de la vida'', dice el autor de los libros Jugador número 30 y Mentalidad de gladiador (Brief Ediciones).
Banderas a media asta, el lunes, en el Lluis Companys.AFP
''El partido puede servir de tributo, ofrecerlo a esa persona que tanto hemos querido, disfrutar por ella, brindarle un buen resultado, allá dónde esté. Eso lo han hecho muchos, como Isaiah Thomas, que en 2017 disputó un gran partido en la NBA sólo un día después del fallecimiento de su hermana en un accidente de tráfico'', incide ex psicólogo del Levante.
José Carrascosa, al frente del proyecto Saber Competir, con experiencia en varios equipos de Primera y que ha tratado individualmente a numerosos deportistas y técnicos, apunta a la importancia de una relación cercana: "El médico del primer equipo es el médico de familia para los futbolistas, no únicamente para ellos, también para sus familias, al que llaman a cualquier hora ante un problema. Alguien, pues, muy próximo, y de mucha confianza, sobre todo en procesos de recuperación, como el que ha atravesado Gavi''.
"Hay que hablar de ello"
"El impacto es tremendo y genera un volcán de emociones, como tristeza, miedo, desconcierto, que es necesario ventilar. Hay que hablar de ello, dar explicaciones, no sólo a los jugadores, sino a todo el personal del primer equipo. Primero en grupo y si alguno lo requiere, individualmente", afirma Carrascosa, para quien es indispensable la figura del psicólogo en el fútbol. El Barcelona no lo tiene.
"Por la edad de los jugadores, y más en el caso de los jóvenes del Barcelona, Lamine, Gavi o Cubarsí, es posible que para muchos se trate de la primera muerte próxima, algo que deja una huella en todas las personas, y que se produce mientras convivían. Ante eso, no basta lo de ahora toca jugar. Hay que hablar", concluye el psicólogo.
Enrique Cantón, profesor titular de la Universidad de Valencia, sostiene que la cita de la Champions de este martes puede ayudar a superar el shock: ''Es un impulso especial en el duelo, un homenaje al doctor. Seguro que en el club han trabajado en la intervención psicológica de los jugadores''.
Este coordinador de la División Psicología de la Actividad Física y del Deporte del Colegio Oficial de Psicología apunta la importancia de la individualidad a la hora de expresar las emociones. «Muchos insisten en la necesidad de comunicar, pero yo creo que no hay que forzar las situaciones, cada uno tiene su tiempo. No todos los jugadores tenían la misma relación cercana con el doctor».
Un volcán de emociones en el duelo de Champions del Barça.