El Madrid se dejó dos puntos en el Sánchez Pizjuán antes del Clásico de Montjuic. El Sevilla cortó la buena racha del conjunto blanco, que venía de ganar cuatro encuentros de forma consecutiva, y rascó un empate en una tarde de goles, polémica y fútbol en Nervión. Alaba, en propia puerta, adelantó a los locales, y Carvajal, con un cabezazo sensacional, firmó las tablas. [Narración y estadísticas (1-1)]
La vuelta de un parón de selecciones es siempre complicada para Carlo Ancelotti, pero el italiano decidió salir en Nervión con todos los futbolistas sudamericanos que tenía disponibles. Ahí formaron Vinicius y Rodrygo en punta, ganándole el puesto Goes a Joselu para que los centrales sevillistas perdieran la referencia de un delantero centro. Y en el medio formó Fede Valverde, con más recorrido, en lugar de Camavinga, sacrificado este fin de semana en el ya constante encaje de piezas de Carletto.
El Sevilla de Diego Alonso, recién aterrizado a la capital hispalense, quiso morder desde el inicio y casi paga muy caros sus desajustes. Liderados por la voz de Sergio Ramos, los locales situaron su defensa en medio campo y dejaron demasiados huecos a su espalda. Oro para Bellingham, Vinicius y Rodrygo, que lo aprovecharon en unos primeros minutos de claro desconcierto andaluz.
En el 3, Bellingham encontró a Vini al espacio, pero la defensa evitó su disparo ante Nyland. Avisaba el Madrid, que en la siguiente jugada casi encuentra premio. Valverde se adelantó a un rechace de un córner, el balón le llegó al inglés, que intentó regatear al portero y su rechace lo aprovechó el uruguayo para, sin ángulo, poner el 0-1 provisional. En la repetición, el VAR avisó a De Burgos Bengoetxea del fuera de juego de Bellingham, milimétrico ante Ramos. Primera polémica de la tarde.
Más garra que fútbol
Cinco minutos después, el colegiado cortó una contra evidente de los blancos, donde Rodrygo se quedó sólo ante el portero y Bellingham acabó batiendo a Nyland (y celebrando el gol ante la grada), por una queja de Ocampos. Parecía que había pitado falta, pero simplemente paró el juego para atender al argentino, que se dolía de la espalda. La acción enfureció al banquillo del Madrid y a un Ancelotti desesperado con el árbitro.
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Ramos responde al Madrid mejor que Laporta
Los blancos siguieron castigando la espalda sevillista hasta que los de Alonso despertaron y se asentaron sobre el Pizjuán. Entre Ocampos, siempre vertical, y Soumaré, organizador, el Sevilla creció en el partido para alegría de su afición. La caldera de Nervión comenzó a hervir y el partido se equilibró, entrando más en la garra y el coraje que en el fútbol.
En el 22, Carvajal salvó sobre la línea un disparo de Rakitic, que ya cantaba gol, y un minuto más tarde Kepa voló para evitar el 1-0 de Ocampos. Sow también lo intentó, pero su disparo se fue desviado. En el otro lado del campo, Vinicius no estuvo fino para acabar varias contras y Ramos evitó el 0-1 sobre la cal sevillista. El partido era una locura de ida y vuelta mientras Ancelotti mantenía su enfado con De Burgos.
El Madrid pidió penalti de Navas sobre Vinicius y Ramos y Rüdiger terminaron encarándose en una primera parte que finalizó como si fuera el minuto 90.
Rodrygo, otra noche gris
Tras el descanso al Madrid se le acabaron las ideas y el ímpetu del Sevilla inclinó el campo hacia la portería de Kepa. A los blancos, enfriados mientras el Sevilla hacía hervir Nervión, sólo les quedó su solución de emergencia: balones en largo a Vinicius, pero Navas estuvo atento a cada arrancada del brasileño. Encontraron alguna buena oportunidad a la contra, pero Rodrygo sigue enfrentado con el gol. El ex del Santos sufre una sequía que preocupa en Valdebebas. En la noche andaluza tuvo varios remates francos, pero primero Nyland y luego la debilidad de sus disparos le quitaron opciones. También un Ramos crucial en varias acciones defensivas. Los años no olvidan.
El Sevilla empezó a encontrar aire en las bandas, especialmente después de la entrada de Suso, y pudo adelantarse con un remate de Ocampos. No iba a ser el último.
Ante la pasividad de su ataque, Ancelotti metió pulmones frescos en su centro del campo. Retiró a Valverde y Tchouaméni e introdujo a Modric y Camavinga. No sirvió. En el 74, Alaba intentó evitar un remate de En-Nesyri, pero desvió hacia su propia portería, sorprendiendo a un Kepa que se había quedado en la línea. 1-0 y locura en el Pizjuán.
El Madrid asentó el golpe y recuperó fuerzas alrededor de Bellingham, que asumió galones de nuevo. El inglés arrancó metros para su equipo y el ataque blanco respiró. En una falta lateral de Kroos, los blancos encontraron el empate tras un sensacional remate de Carvajal, que anotó su octavo gol con el Madrid.
El partido no ofrecía respiro, con el Sevilla cargando el área madridista a base de centros laterales, la gran debilidad visitante y la gran fortaleza local. Ramos, imperial en la tarde, pudo poner el 2-1 con un extraordinario cabezazo que Kepa desvió a su palo derecho.
La tensión subió en los minutos finales con una pequeña tangana entre Vinicius, Nyland, Ocampos y Ramos, que no llegó a más en el césped pero que resultó en el lanzamiento de objetos desde la grada.
Ancelotti, que también acabó amonestado en un final delirante, retiró a Vinicius, de más a menos en el partido y con los ojos en el rival y la grada, para darle tiempo a Brahim en busca del 1-2, pero estuvo más cerca la victoria local en un cabezazo, otro más, de Ramos ante la salida de Kepa.