Aular, el samurái latino del Giro de Italia que comenzó con una bici de retales

Aular, el samurái latino del Giro de Italia que comenzó con una bici de retales

El nuevo estandarte del Movistar es un venezolano que abandonó el fútbol y el béisbol por una bicicleta de retales. Orluis Aular (Nigua, 1996) dejó de divertirse con el balón y el bate cuando un primo suyo le regaló el marco de una bicicleta y su padre, poco a poco, fue comprando el resto de piezas: pedales, ruedas, cambios… A los 14 años se propuso emular el camino de José Rujano, el ídolo local, que en 2008 también fichó por la formación dirigida por Eusebio Unzué.

A sus 28 años, Aular ha encontrado el hueco en el ciclismo que tanto ha buscado desde que dejó su país siendo un chaval. En este Giro de Italia ha proporcionado una notoriedad inesperada al Movistar. En seis etapas ha conseguido dos terceros puestos y un cuarto. Es un sprinter que sabe buscarse la vida en solitario. El jueves, en una etapa accidentada por una caída y que fue neutralizada durante 14 kilómetros, finalizó 15º. El australiano Kaden Groves ganó en la meta de Nápoles.

La revelación de la Corsa Rosa es un trotamundos. A los 20 años, se marchó de su país para abrirse camino en Europa. En 2017 aterrizó en España y se enroló en el Cartucho, grupo fundado por Jesús Rodríguez Magro. Luego fichó por dos equipos con licencia boliviana (Start-Vaxes y Start Team Gusto). En su periodo de formación también pasó por Bélgica, donde quedó atrapado por las clásicas. «Desde entonces me convencí que algún día correría por las colinas de Flandes. Sueño con ganar una etapa en el Tour, vencer en una clásica flamenca y subir al podio de la Milán-San Remo», dijo a Sporza. [Este año terminó 36º en el Tour de Flandes y 28º en la prueba italiana].

En 2019, Orluis Aular, en un giro inesperado, se fue a Japón y fichó por el grupo profesional Matrix-Powertag, donde entabló amistad con Paco Mancebo, el abulense manchado por la Operación Puerto y que continúa compitiendo con 49 años. En la escuadra nipona mostró sus notables dotes como velocista, anotándose el Tour de Kumano y la Vuelta a Venezuela, más cinco etapas. Un año después, El samurái latino volvió a España para incorporarse al Caja Rural, donde inició su definitivo despegue internacional. «Sabía que debía aprovechar al máximo la oportunidad que se me brindó en Japón y que realizando una gran campaña podría llamar la atención de los equipos europeos», dijo tras unirse al equipo navarro, con el que sumó victorias en Vuelta al Alentejo, Clásica de Arrábida y en los campeonatos venezolanos de contrarreloj y ruta.

El yaracuyano sprinta con soltura y supera sin agobios la media montaña, como ratificó en la Vuelta a España 2023, con un segundo puesto en la etapa séptima, y el pasado curso con victorias en el Trofeo Joaquin Agostinho, Trofeo Matteotti y Tour de Limousin. Ahora, en el Giro, da lustre al Movistar.

kpd