Baloncesto
España 73 Francia 69
La selección derrota a Francia en una agónica prórroga y conquista por segunda vez en su historia del Mundial júnior. Izan Almansa, MVP. Jordi Rodríguez, decisivo en la final
De Lisboa a Debrecen, de Pau Gasol a Izan Almansa, de Charly Sáenz de Aja a Dani Miret. 24 años después, júniors de oro, reyes del mundo del baloncesto del porvenir. En una noche de agonía en el Fönix Arena, España escribió la historia tras proclamarse por segunda vez campeona del mundo sub 19.
Para saber más
Tuvo que recurrir a la prórroga (73-69) tras un campeonato sin mácula en Hungría, al sufrimiento, la resistencia y la remontada ante una Francia que exigió a España una verdadera prueba de carácter. El eterno rival nuevamente derrotado aunque consiguiera minimizar el impacto del MVP Almansa, aunque dominara abrumadoramente el rebote (29-54), aunque Melvin Ajinça se pusiera las botas. En el abismo, apareció el descaro de Jordi Rodríguez, el poderío de Baba Miller, el temple de Rafa Villar, el celo de Sediq Garuba e Isaac Nogués. Los dueños del mañana.
Aquel 23 de julio de 1999 como este 2 de julio de 2023. Niños gigantes que alumbran sueños. Entonces, lo inédito, esos chicos descarados en los que destacaban ya Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro o Raúl López y en los que un espigado pívot catalán dejaba pinceladas de lo que podría llegar a ser -expectativas trituradas por la carrera de leyenda de Pau Gasol-, conquistaron el oro mundial tras vencer a Estados Unidos en la final. Estos de ahora coronan el impensable trabajo de cantera del baloncesto nacional, medallas a borbotones cada verano, ellos y también ellas, la envidia del resto. Entonces los de 1980, ahora los de 2004 y 2005, en los que faltan, por ejemplo, Juan Núñez y Aday Mara, que ya están con la sub 20.
Palizas
Tras un torneo impecablemente asombroso, donde los españoles arrasaron a cada uno de sus rivales -en cuartos a Argentina por 38, en semis a Turquía por 32, en la primera fase a Líbano por un histórico 102-20-, Francia, a la que ya habían vencido en la primera fase (88-69) y que venía de dar la sorpresa del Mundial echando a EEUU en semifinales, fue un rival mucho más fiero. Desde el mismo amanecer, donde la defensa de España, su seña de identidad, no lograba quebrar el ímpetu galo, donde los tiros libres resultaban un lastre y las dos faltas de Baba Miller otro hándicap, la selección aprendió a avanzar en el fango de un partido espeso.
Los nervios no ayudaron y el cansancio tampoco. Se sucedían los errores mientras Francia, donde Zacharie Perrin atrapaba cada rechace (20 rebotes) y Ajinça hacía mucho daño, mandaba en el marcador. A falta de seis minutos, por siete, alarma roja. Apareció Miller, ex canterano del Real Madrid, uno de los muchos españoles que hacen las américas, ahora en Florida State. Y el talento del verdinegro Jordi Rodríguez, otro que cruza el charco.
Una canasta del alero, pisando ligeramente la línea de tres, forzó la prórroga (Francia no acertó el último ataque) y en el tiempo extra, otra vez dramático, los puntos de Villar y la excelencia defensiva (España forzó hasta 28 pérdidas a su rival), llevaron a la selección a la cima del mundo. Los mismos que ganaron el oro continental sub 18 o la plata mundial sub 17 en Málaga el pasado verano.