Xabi Alonso ha firmado hasta junio de 2024 como entrenador del Bayer Leverkusen, donde sustituirá al suizo Gerardo Seoane. El técnico, de 40 años, asume su primer gran desafío en los banquillos en un equipo que ocupa la penúltima plaza en la Bundesliga y que se jugará ante el Atlético su pase a los octavos de la Champions League.
Tras su etapa con el Sanse, filial de la Real Sociedad al que no pudo salvar del descenso a Primera RFEF, Alonso tomará las riendas del Leverkusen en compañía de su segundo, Sebastián Parrilla. Su presentación oficial se celebrará el jueves en el BayArena (11:30 horas).
“En mis conversaciones con ellos, rápidamente quedó claro que, a pesar de la difícil situación, todavía se persiguen objetivos ambiciosos. Estoy muy entusiasmado con esta tarea y estoy seguro de que estaremos a la altura”, aseguró el preparador guipuzcoano, en declaraciones recogidas por los medios oficiales del Bayer.
La lesión de Wirtz
Del mal momento del Bayer en la Bundesliga hablan sus cinco derrotas y dos empates en ocho jornadas, en las que sólo pudo derrotar al Mainz (0-3). El único momento de brillo durante la última etapa de Seoane fue el triunfo ante el Atlético en la segunda jornada de grupos de la Champions (2-0), con goles de Robert Andrich y Moussa Diaby.
Seoane, que la pasada campaña firmó el tercer puesto de la Bundesliga, sólo por detrás de Bayern y Dortmund, no ha podido cubrir con garantías la baja de Florian Wirtz, el gran talento de su plantilla, que en marzó se lesionó de gravedad en la rodilla izquierda.
Por su parte, Simon Rolfes, director deportivo del Leverkusen, mostró su entusiasmo con el fichaje de Alonso. “Hemos fichado a un entrenador que, como jugador, fue durante muchos años un profesional absoluto de talla mundial, un estratega inteligente con gran éxito en tres de las ligas europeas más exigentes”, aseguró el ex centrocampista del Bayer.
Dos goles increíbles de Julián Álvarez ridiculizaron a un Bayer muy mediocre. Ni con uno más casi todo el partido pudo con un Atlético desatado hasta la locura final.
Simeone empezó con el típico bloque bajo a la italiana que tanto crédito le ha proporcionado. La cuestión es que dejaba al rival jugar todo lo que quisiera, con su indolente toque-toque y esperando algún zarpazo de su equipo.
Todo sucedía más o menos con la estrategia de Simeone, hast
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Cuando toda Europa esperaba la consagración continental del Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, el Atalanta de Gian Piero Gasperini tomó Dublín para que el tolosarra y su equipo hincaran la rodilla por primera vez esta temporada. La primera derrota de los alemanes este curso llegó desde los pies del nigeriano Amedola Lookman, autor de un hat-trick extraordinario que llevó a los de Bérgamo al cielo de la Europa League, su primer éxito internacional.
En su estreno como entrenador en una gran final, Xabi Alonso fue todo lo valiente e imaginativo que había sido en esta temporada de ensueño. Incluso demasiado. Tanto que se equivocó. Sentó a sus delanteros estrella, el nigeriano Boniface y el checo Schick, y le entregó la punta de su juego al marroquí Adli, que no es un nueve. Además, dejó en el banquillo al internacional alemán Andrich, centrocampista indiscutible para su título de la Bundesliga. Unas decisiones que unidas al extraordinario nivel del Atalanta provocaron una primera parte tan sorprendente como contundente.
El equipo de Gasperini, también valiente, también imaginativo, fue un huracán sobre Dublín. El italiano propuso un partido a cara de perro en el que presionó sin cesar al centro del campo alemán y entregó sus goles al nigeriano Lookman, un atacante vertical y regateador que se descubrió al mundo en el escenario más importante para su equipo. Después de una carrera de altibajos entre la cantera del Everton, el Leipzig, el Fulham y el Leicester, Lookman resultó en el MVP de la final.
El Leverkusen saltó al campo como favorito pero el césped se encargó de darle un puñetazo de realidad. El Atalanta, que en esta Europa League ha sido capaz de ganar 0-3 al Liverpool en Anfield y 3-0 al Marsella en Bérgamo en cuartos y semifinales, hizo suya la final. Cuando todos miraban a Leverkusen, Gasperini se inventó el título. No tuvo miedo a defender en campo rival, casi en el área contraria, y aprovechó la relajación y los errores del equipo de Alonso. En el 12, Zappacosta encontró la línea de fondo y puso un pase atrás que Lookman empujó a la red mientras Palacios le miraba.
El gol transalpino no cambió el partido. Convenció al Atalanta de su idea y encogió todavía más al Leverkusen. Los alemanes no conseguían encontrar a Wirtz, su estrella, el mejor jugador del año en Alemania, superado una y otra vez por el físico del centro del campo italiano. Koopmeiners y Ederson fueron rocas ante él, Xhaka y Palacios, que no pudieron combinar.
En el 25, Lookman amplió la renta con un golazo tras una mala salida de balón del Bayer. Adli no acertó a pasar a Wirtz, Lookman recogió el balón en la frontal, le hizo un caño a Xhaka y disparó fuerte al palo izquierdo de Kovar, que no pudo hacer nada.
El Leverkusen se volvía a ver dos goles por debajo en el marcador, algo que en este curso invicto había vivido varias veces. En Europa, le remontó un 0-2 a la Roma en semifinales y un 0-2 al Qarabag en octavos, donde Schick le había dado el pase en el 93 y el 98. Todo muy madridista para un equipo que ha sido seguido con lupa en el Bernabéu. Seis de los 31 goles de los germanos en esta Europa League llegaron más allá del minuto 90 y Alonso y Wirtz aparecen en la lista de deseos futuros de la directiva de Chamartín, pero antes deben que demostrar cosas a nivel continental. Ese 2-0 de Dublín ante el Atalanta aparecía como uno de esos grandes retos, pero no parecía la noche alemana. Grimaldo pudo recortar distancias, pero erró una vaselina ante Musso y De Ketelaere tuvo el 3-0.
Tras el descanso, Alonso fue todavía más imaginativo que en el inicio. En los vestuarios asumió su error inicial, retiró a Stanisic, un defensa, e introdujo a Boniface, autor de 21 goles esta temporada. Y ante la incapacidad de su equipo de llegar al área rival en un inicio de segunda parte en el que no pasó nada, le dio una vuelta de 180 grados a su plantilla. Sacó a Grimaldo, el mejor lateral del curso en Alemania, y optó por Hlozek, un joven delantero de 21 años que apenas ha contado en este final de año. Tampoco sirvió porque Lookman estuvo imperial y sentenció el duelo en el 75. Balón dentro del área, bicicleta y disparo con la zurda a la escuadra. Hat-trick. Imparable.
El Leverkusen admitió su condición de humano y Alonso tendrá que esperar para conquistar Europa. Gloria al valiente Gasperini y al inesperado Lookman.
"Aquí manda usted", le dijo en una ocasión Luis Aragonés a Xavi Hernández. Tras esas palabras, llegó la mejor selección española de la Historia, la única que ha logrado de manera consecutiva Eurocopa, Mundial, Eurocopa. El Sabio de Hortaleza sabía que en el pequeño mediocentro de Terrassa estaba la clave del juego del equipo y así se lo hizo saber. El fútbol, a día de hoy, debe mucho a una posición desde la que hay un especial conocimiento del juego.
"Yo a mis mediocentros, sólo tenía que mirarlos y ya me colocaban al equipo". Es Juan Antonio Anquela, 'Anquelotti', el entrenador de aquel maravilloso Alcorcón que sorprendió al Real Madrid en una Copa del Rey con un juego vistoso el que alaba esa posición y lanza la tesis del razonamiento: "Normalmente, son la conexión con el entrenador".
Carlo Ancelotti, Pep Guardiola, Xabi Alonso, Arteta, Simeone o el citado Xavi, entre otros muchos, fueron "conexiones con el entrenador" en sus carreras como jugadores. Ahora, ocupan los principales banquillos de Europa, unos con más éxito que otros. Estamos en la época de los entrenadores mediocentros.
Ancelotti en el encuentro ante el Leipzig.EFE
"Quizás la posición sí te permite entender mejor las fases del juego", comienza el gran organizador y hoy entrenador, Rubén de la Red. El que fuera futbolista del Real Madrid, Getafe y de la Selección Española tuvo que dejar el fútbol muy pronto. Tenía 25 años cuando anunció su retirada por problemas de salud, era 2010 y desde ese momento ya se puso con los carnets de entrenador. Probó un poco de comentarista de televisión, pero en seguida se dio cuenta que lo suyo eran los banquillos.
"Estar en el medio te obliga a entender mejor la situación de cada uno de tus compañeros, ahí sí creo que tenemos un plus a la hora de ser entrenadores", apunta De la Red, aunque no cree que el hecho de haber sido mediocentro te convierta en un buen entrenador per se sino que hace falta mucho "trabajo y capacidad de adaptarte a nuevas situaciones".
Esas características son las que ensalzan en la Escuela de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol de la que Pep Sansó fue director. "Ser capaz de entender el juego es un punto diferencial", destaca Sansó porque es lo que te permitirá posteriormente "crear tu propia idea de juego". Los mediocentros no juegan solo por intuición sino que añaden conocimiento de juego y eso, "sin ser un requisito imprescindible, ayuda mucho a ser luego entrenador", aprecia el formador.
Simeone observa el partido ante el Sevilla.EFE
Por la escuela en el tiempo en que Sansó era director han pasado los Raúl, Xavi o Xabi Alonso, entre otros muchos. "Alumnos especiales", les califica el formador por las vivencias que han tenido en su carrera, pero les divide en dos tipos: los que llegan con una idea fija como Xavi o Guardiola y los que se adaptan al equipo o a la idiosincrasia del club en el que recalan. "Xabi Alonso ha bebido de muchísimas fuentes y esa influencia se nota en su potencial como entrenador", destaca Sansó. El donostiarra ha pasado por las manos de Mourinho, Benítez, Guardiola o Ancelotti. Casi nada a la hora de ampliar su riqueza táctica en los banquillos.
Porque eso, el estilo o la idea, es lo que define a los técnicos más allá de lo que hayan sido en sus carreras como futbolistas. No obstante, como dice el refranero español, la cabra tira al monte, así que muchos entrenadores tienen un modo de juego, normalmente, parecido al que desarrollaron en el campo. "Mira al Cholo o Xavi. Es un rasgo que aportas al equipo. Inconscientemente tiras hacia lo que más te llena y son tus condiciones como futbolista", cuenta De La Red.
Xavi en el duelo ante Granada.AP
Otra de las cosas que beneficia a los mediocentros a la hora de convertirse en entrenadores es su capacidad de "hablar, mandar y corregir", como destacaba De La Red de su época de jugador. Esa personalidad ayuda a llevar plantillas, que no es una parte pequeña del trabajo de técnico. "Lo más difícil de un entrenador es manejar el vestuario y que los futbolistas crean en lo que les dices", expresa Anquela.
No se puede decir, precisamente, que José Mourinho sea un mal entrenador. Sin embargo, el mensaje dejó de calar en el vestuario de la Roma. Llegó Daniele De Rossi y el equipo romanista obtuvo 4 victorias en sus primeros cinco partidos. La derrota se la infligió el Inter de Milan, líder destacado de la Serie A italiana. "Soy hijo futbolístico de Spalleti, él dice: 'si juegas bien y pierdes, significa que algo has hecho mal", valoró el que fuera mediocentro y capitán del equipo de la capital italiana.
Mayoría en LaLiga
Xavi, Xabi Alonso, Guardiola, Arteta, Ancelotti, Simeone, cada uno en su estilo, pero todos observando el campo desde los 360º, como le gusta decir a De la Red. Otro jugador que militó en esa posición acaba de ocupar un puesto de entrenador en LaLiga EA Sports. Íñigo Pérez, ex mediocentro de Athletic Club y Numancia entre otros clubes, es el sustituto de Francisco en el banquillo del Rayo Vallecano.
Los mediocentros están de moda en los banquillos. Nueve entrenadores de LaLiga EA Sports han desempeñado su carrera de jugadores en esa posición. Hay una anécdota que cuenta Sansó en unas jornadas de evaluación a los nuevos técnicos en 2018, en las que Luis Enrique bromeó diciendo que no se podían hacer más cursos de entrenadores porque allí había 800 aspirantes a sólo 40 banquillos profesionales.
Afortunadamente, como dice el ex director de la escuela, "el entrenador español es muy valorado en todo el mundo" porque entiende muy bien el juego, lo que le abre la puerta a otros lugares del globo. Si además ha sido mediocentro, en los tiempos que corren, parece que las posibilidades se multiplican.