Ni siquiera este fin de semana, plagado de aceradas críticas contra Las Vegas, mostró clemencia con sus adversarios. Ni siquiera cuando su coche mostraba cierto agotamiento ante Ferrari, por el interminable Boulevard y por la estrecha chicane de The Sphere, Max Verstappen dejó escapar el triunfo ante Charles Leclerc. El monegasco, autor de la pole y líder durante varias vueltas, al menos pudo abandonar la Ciudad del Pecado con la satisfacción de haber arrebatado el segundo puesto a un Sergio Pérez superado otra vez por las circunstancias.
Con 53 victorias, Verstappen acababa de igualar el registro de Sebastian Vettel, así que nada más caer la bandera a cuadros se animó, a lo Elvis Presley, con un ¡Viva Las Vegas!. Tal había sido su superioridad, incluso tras una sanción de cinco segundos, que accedió a arriesgar el liderato para ofrecer un rebufo a Pérez en la última vuelta. El mexicano, exhausto, debía contener a Leclerc, pero no supo defender el interior de la curva 14, la zona donde se habían concretado casi todos los adelantamientos. El punto donde, a siete vueltas para la meta, Leclerc había cometido otro error inexcusable.
“Quería la victoria, pero al menos tengo esta jodida segunda plaza”, vociferó el monegasco tras el banderazo de Justin Bieber. En compañía de sus rivales, subido al asiento trasero de un Rolls Royce, parecía el más feliz camino del podio. “Vamos directos al night club“, bromeó Verstappen, con 18 triunfos en 21 carreras. Pérez, tras asegurar el primer doblete de Red Bull en un Mundial, intentaba componer su sonrisa ante las cámaras. Difícil misión.
McLaren y Mercedes
Tampoco sobraban los motivos para el júbilo en Carlos Sainz y Fernando Alonso, sexto y noveno, tras una velada lejos de los neones por culpa de sendos trompos en la salida. El madrileño, al menos, pudo embolsar ocho puntos con los que se coloca cuarto del Mundial, igualado con el bicampeón. Todo ha ido torcido para Carlos desde su penoso episodio del jueves con la alcantarilla. La velocidad de su Ferrari, combinada con las calamidades de McLaren y Mercedes, le bastaron, eso sí, para minimizar los daños.
Alonso, por su parte, debió ceder paso ante el colosal Lance Stroll, penúltimo en la parrilla y quinto en la meta. Por segunda vez en todo 2023, el canadiense ganó el pulso en el garaje de Aston Martin. Sin punch en las rectas, Alonso bastante hizo con desembarazarse de los Haas y los Williams. Quien no cedió terreno fue Pierre Gasly, con un más que meritorio cuarto puesto a bordo del Alpine. En la madrugada de Las Vegas, hubo diversión y el morbo a raudales.
De inicio, Verstappen no quiso bromas y se lanzó a por el liderato con una agresiva maniobra en la curva 1. “Me empujó hacia fuera, así que tendría devolverme la posición”, clamó Leclerc. Tras la pertinente deliberación, los comisarios penalizaron al neerlandés con cinco segundos. Quizá poco acostumbrado a tanta severidad, Mad Max respondió con una nota de sarcasmo: “Dadles recuerdos de mi parte”. Indudablemente, el Ferrari podía competir en términos de velocidad, aunque Leclerc debía espantar sus fantasmas y olvidarse de las jugarretas de su rival, con el célebre brake test en la resalida tras el safety car.
Los dos segundos del Verstappen se esfumaron en un santiamén y cuando sus neumáticos se acercaban al precipicio, en la vuelta 16, Leclerc se lo quitó de encima, llegando a la curva 14. Red Bull cumplió con su inexcusable penalización en boxes, mientras Ferrari devolvió el favor torpemente, con un pit-stop de 3,9 segundos para Leclerc. Había llegado el momento de mantenerse firme en la cabina de mando. Por primera vez desde Singapur, Verstappen parecía vulnerable.
Cinco segundos a Russell
Queriendo forzar más de la cuenta, justo cuando se cumplía el ecuador de la prueba, el tricampeón se vio envuelto en un incidente ante George Russell. Al castigo de cinco segundos para el piloto de Mercedes se sumaría la salida del safety car. Una bendición para Pérez, con parada gratis, que se vio por ensalmo en segunda posición. Sin medios nuevos en su garaje, con unas gomas cinco vueltas más viejas que sus rivales, la defensa de Leclerc ante los Red Bull se antojaba, más que compleja, impracticable.
En primer lugar debía contener a Pérez, undécimo en la parrilla, descolgado hasta la antepenúltima plaza tras un choque ante Valtteri Bottas, que le obligó a cambiar su alerón delantero. Venía remontando con audacia y ahora se sentía poderoso. Sin embargo, Checo volvió a errar cuando se acercaba el momento de sentirse partícipe de la gloria. Tras asumir el liderato, con un adelantamiento en la curva 14, volvió a cederlo en el mismo punto ante Leclerc. Por detrás ya asomaba Verstappen. Había que abrir paso a lo inevitable.
Como queda dicho, la suerte en los casinos fue adversa para los españoles. En los menos de 300 metros hasta la primera curva, Alonso quiso asumir todos los riesgos, apurando al máximo la frenada, ganando la posición a Kevin Magnussen y desafiando en paralelo a Logan Sargeant. Antes de llevarse por delante a Pierre Gasly, tuvo que bloquear, trompeando ante Bottas. El asturiano, con el alerón delanero roto, aprovechó el periodo de safety car para pasar por boxes.
Sobre un asfalto a 18ºC, bastante hacían todos con mantener el equilibrio, sostenidos por unos neumáticos sin rendimiento. Cuando Sainz, desde la duodécima plaza, pretendía atacar en paralelo a Lewis Hamilton, también vio esfumarse sus aspiraciones. Quizá la mejor noticia de la noche para él fueron las desgracias de su amigo Lando Norris, víctima de un aterrador accidente en la curva 11. Tras perder la rueda trasera izquierda, el McLaren salió por la escapatoria, impactando violentamente contra las protecciones. Según la escudería de Woking, tras las primeras observaciones en el circuito, el piloto británico fue trasladado al University Medical Center como medida de precaución.