Es un tipo serio. Al principio de la entrevista dice que no, pero es un tipo serio. Dani Olmo (Barcelona, 27 años), ya saben, se fue a Zagreb, extraño destino, a jugar al fútbol siendo un niño, y luego eligió Leipzig, de entrada un lugar poco llamativo, para continuar su carrera. Habla idiomas como si no costara (y hasta piensa en croata si se lo propone), juega al ajedrez y cuida mucho de la gente que trabaja con él. Impulsada su fama por su primer año en el Barça, dice que sería capaz, si le dan un balón, de repetir el recorte que le hizo a Tchouaméni para el 2-1 en las semifinales de la Eurocopa del año pasado. Y lo dice en serio.
"El tema de la inscripción me lo tomé con tranquilidad porque no dependía de mí, me apoyé en mis compañeros y en mi pareja"
"De mayor quiero ser... feliz. ¿Te parece bien? Creo que es un buen objetivo"
"Me gusta más el fútbol que el ajedrez, pero por poco. El ajedrez es táctica, conocimiento, concentración..."