Pancartas en portugués, el presidente que baja al descanso y la esperanza del Al-Nassr: “Si esa la hubiera tenido Cristiano…”

Pancartas en portugués, el presidente que baja al descanso y la esperanza del Al-Nassr: "Si esa la hubiera tenido Cristiano..."

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El equipo del portugués empata el derbi con Al-Shabab, que le pisaba los talones, y se coloca un poco más líder a la espera del astro. Se adaptará a una competición muy por debajo de la Premier en calidad y, queda claro, no atrae a las mujeres

El argentino Ever Banega frente a su compatriota del Al-Nassr Pity Martínez.AL-SHABAB

Un partido de fútbol de la Liga Profesional Saudí no es la Supercopa. Ni en fútbol ni en esa pasión impostada que se vive en el Rey Fahd. Apenas había 5.000 aficionados en las gradas del coqueto multiusos Príncipe Faisal pero mucho más ruidosos porque, en realidad, estas son sus estrellas y este es su torneo. Un derbi en la cabeza de la clasificación entre el líder Al-Nassar, camino de ser archiconocidos de la mano de Cristiano Ronaldo, y Al-Shabab de Vicente Moreno, con Ever Banega de capitán y Santi Mina. No es la máxima rivalidad, aunque esta temporada se pisan los talones.

Sobre el césped, el fútbol es fútbol y, aunque hay partidos de Primera en LaLiga con un ritmo parecido, sorprende que Cristiano Ronaldo baje de la Premier a esta competición. O no, porque hay pocas dudas de que estará cómodo. Hubo ocasiones de su equipo ante el meta coreano Seung Gyu que casi nadie duda que habrían acabado en la portería. “Si esa la hubiera tenido Cristiano…”, se lamentaban algunos periodistas locales.

En el derbi Cristiano no acompañó a su equipo. Eran visitantes y ya opta por reservarse para el debut primero con un combinado de la Liga ante el PSG de Messi el próximo jueves y después, el sábado 22, para llenar su campo donde los ‘Guerreros amarillos’ ya le esperan. En los alrededores del Príncipe Faisal aparecían camisetas con su nombre a la espalda y, al oir hablar castellano, los comentarios eran sobre Cristiano. En la grada, las primeras pancartas, en portugués, ‘Al Nassr é estilo de vida’, y también en castellano, ‘Por siempre Nassar’. Con brasileños, argentinos y colombianos en la plantilla, el guiño va más allá de Cristiano. O eso dicen.

Árbitros importados

En este derbi se vio la realidad: las mujeres no van al fútbol. Un par de acomodadoras convenientemente cubiertas con su abaya que solo dejaban ver sus ojos, y una aficionada de la tribuna que fue agraciada con un premio en el descanso y bajó al céspeda recibirlo. El grado de afición femenino, después de años de represión, aún no las lleva a los estadios. Tampoco a la tribuna de prensa, donde esta periodista se convirtió en una rara avis observada por los espectadores. Su curiosidad duró lo que tardaron en saltar los equipos a calentar. Comenzaron entonces a animar de manera incansable y, en pie, cantaron el himno saudí antes del pitido inicial del francés Clement Louis, que Arabia no importa solo futbolistas, también árbitros.

Los locales del Al-Shabab se dejaron la garganta, que para eso estaban ante la oportunidad de dar caza al líder. Sus colores, por casualidad, son los mismos que los del Newcastle, el primer equipo de la Premier en manos saudís. Banderas, bufandas, los bendir, esos grandes panderos árabes, y hasta un gran tigre de peluche. Su lugar no están en un fondo, sino en la tribuna que capta el tiro de cámara de la televisión, un truco que da color a la retransmisión. Los fondos, en cambio, lucen vacíos, como su fuera un polideportivo de cualquier ciudad mediana donde juega un Primera RFEF.

Ocasiones claras tuvo el equipo de Vicente Moreno ante un rival que espera el advenimiento del ídolo para agarrarse a la primera plaza, pero que no inquietó de manera clara. No lo debió ver claro el presidente del Al-Nassr, Mussalli Al- Muammar, se cruzó el campo en el descanso, silbado por los aficionados locales, para ir al vestuario del equipo. No es raro que esto ocurra e incluso sirvió para espabilar a su equipo. Al fin y al cabo, ¿quién no ha visto hacer eso a un presidente español en los 90?

No lo veían claro ni Rudi García ni Vicente Moreno, que en la segunda parte buscó el gol con Santi Mina. El futbolista gallego no tuvo más remedio que emigrar al reino saudí para poder seguir jugando al fútbol después de que Celta le cerrara las puertas tras su condena a cuatro años de prisión por abusos sexuales. Su cesión se acaba con el final de la Liga y su futuro una incógnita.

Poco o nada cambió el partido en un estadio que se calentó contra el árbitro por unas manos en el área que no pitó en el tiempo añadido. Cristiano se unirá a un Al-Nassr un poco más líder.

kpd