Países Bajos pierde dos oros en media hora por dos caídas en plena meta

Países Bajos pierde dos oros en media hora por dos caídas en plena meta

Mundial de atletismo

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Los tropiezos en pleno sprint final de Gudaf Tsegay en los 10.000 metros y Femke Bol en el relevo 4×400 mixto hacen que el país pase de dominar el medallero a no celebrar nada

Hassan, en pleno incidente, este sábado.Petr David JosekAP

Nunca ocurre, es rarísimo, una anomalía y esta vez pasó dos veces, al mismo país, en apenas media hora. ¿Cómo se explica? Es imposible. Países Bajos vivió la peor noche de la historia de su atletismo por dos caídas. Se fueron al suelo Sifan Hassan cuando iba a colgarse el oro en los 10.000 metros y Femke Bol cuando iba a cerrar la victoria en el relevo 4×400 mixto. Ambas a un paso de la meta. Ambas sin motivo. Su país pudo acabar el sábado en lo más alto del medallero, con dos oros y acabó sin nada, absolutamente de vacío. En las entrañas del Centro Nacional de Atletismo de Budapest, a última hora de la noche, una entrenadora neerlandesa lloraba de pura impotencia.

Eran las 21.26 horas cuando se desató el drama. Primero, Hassan, doble campeona olímpica en los Juegos de Tokio 2020, se quedó a unos pocos pasos, a 10 metros, a un 0,1% del recorrido, de recuperar el oro en los 10.000 metros que perdió el año pasado en Eugene y de confirmar su leyenda. Esta temporada se había atrevido a debutar en el maratón y lo había hecho con éxito, ganadora en Londres, pero era capaz de volver a la pista para sumar más hitos. La única duda era la resistencia que planteaba la etíope Gudaf Tsegay.

En plena recta, codo a codo con ella, Tsegay amenazaba con superarla y arrebatarle el triunfo, cuando de pronto ocurrió lo inesperado. Sifan Hassan se cayó. Tan sencillo como eso. Hubo un ligero toque con Tsegay que la desestabilizó, pero simplemente se cayó. Desde el suelo, la neerlandesa observó como Tsegay ganaba el oro y también como la etíope Letesenbet Gidey se llevaba la plata y como Ejgayehu Taye completaba el triplete para el país africano. Sólo cuando se levantó, se limpió el codo derecho, ensangrentado y acabó el recorrido pudo cerrar su resultado: undécima, su peor carrera desde los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando todavía lo intentaba en los 800 metros.

Gidey, su gran rival en los últimos años, con quien se había discutido la victoria, fue a buscarla y la acompañó hasta el final en un precioso gesto. Las dos adversarias caminaron por la recta final hasta que Hassan entró resignada, abrazada a Gidey, sonriendo de los nervios. Lo único que podía empeorar es que sus compatriotas del relevo 4×400 mixto revivieran su desdicha pocos minutos después.

Petr David JosekAP

La repetición de Bol

A las 21.52 horas, cuando la delegación neerlandesa todavía estaba llorando lo ocurrido con Hassan, Femke Bol, el prodigio del país, la jvoen llamada a reescribir la historia de los 400 metros, cayó de la misma manera. Fue incluso un poco más adelante, incluso más dramático. Países Bajos no sólo acariciaba el oro, también acariciaba el récord del mundo, y acabó descalificada.

Bol tropezó con violencia, no se golpeó la cara contra el tartán de milagro, y su reacción fue distinta a la de Hassan. En lugar de resignarse, intentó cruzar la meta y salvar el bronce, pero lo hizo sin el testigo, por los suelos. La reacción de sus rivales también fue diferente. Estados Unidos celebró su oro a lo grande, no miró atrás, y con su euforia clausuró la jornada. La peor noche de la historia del atletismo de Países Bajos. Nunca ocurre, es rarísimo, una anomalía y esta vez pasó dos veces, al mismo país, en apenas media hora.

kpd