Mesut Özil entra en política. El ex jugador del Real Madrid, y campeón del mundo en 2014 con Alemania, ha sido elegido este domingo miembro del Comité Ejecutivo del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) del presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, informa Efe.
De 37 años, el ex futbolista turco-alemán Özil se incorpora así al ‘equipo A’ del presidente, tras ser elegido en el VIII Congreso del AKP, formación que gobierna Turquía desde 2002.
Fundado por Erdogan en 2001 como un partido islamista moderado, demócrata y conservador, el AKP ha tomado una deriva cada vez más autoritaria en los últimos años.
Tras afirmar que unos 60.000 correligionarios participaron en el Congreso, el jefe del Estado y Gobierno presentó su larga gestión como exitosa.
Özil, considerado uno de los mejores centrocampistas de su generación, jugó en el Real Madrid entre 2010 y 2013.
Como miembro del equipo nacional de Alemania disputó 92 partidos internacionales, marcando 23 goles y contribuyendo directamente a la victoria de Alemania en la Copa Mundial de la FIFA 2014.
Las relaciones de Özil con la opinión pública alemana se deterioraron en 2018 después de que tuviese un encuentro con Erdogan y le entregase una camiseta del Arsenal.
En medio de un duro aluvión de críticas por ese encuentro, el campeón del mundo terminó renunciando a la selección alemana.
El centrocampista, con más de 600 partidos en el fútbol profesional, pasó gran parte de su carrera en Arsenal, Schalke 04, Werder Bremen y Real Madrid.
Fue en 2020 cuando se aproximó al fútbol turco y jugó para el Fenerbahçé y el Basaksehir, antes de anunciar su adiós al fútbol en marzo de 2023.
UEFA Nations League
EDUARDO J. CASTELAO
Enviado especial
@EJCASTELAO
Rotterdam
Actualizado Lunes,
19
junio
2023
-
00:03De la Fuente, después de Lopetegui, Hierro, Luis Enrique...
No ha sido en una rueda de prensa como la que ofreció el capitán de Francia antes de un partido de la Eurocopa. Pero el jugador 'bleu' Jules Koundé no se ha quedado al margen a la hora de dar una opinión sobre las elecciones legislativas en Francia, que tienen lugar este domingo.
Si Kilian Mbappé, en aquella ocasión, animó a todos los francesas para salir a votar y alejarse "de los extremos", el lateral del Barça ha manifestado en su cuenta de X -antes Twitter- que "la extrema derecha nunca ha llevado a un país hacia más libertades".
"Es un día importante para Francia y para su futuro. En los tiempos que corren, votar es un deber tanto como un derecho", comienza su mensaje.
Koundé considera que cada voz cuenta y que cada persona "es libre de dar su opinión". Pero, para él, "la extrema derecha nunca ha llevado a un país hacia más libertades, más justicia y convivencia". Y cree que nunca lo hará.
"Veo un partido fundado en el odio al otro, la desinformación y cuyos discursos buscan estigmatizar y dividirnos. El RN no es una solución", en alusión clara al Rassemblement National, Agrupación Nacional, en español, el partido de Marine Le Pen.
El ex del Sevilla no pretende que su tuit sea "una lección". "Es sólo mi opinión. Y ustedes harán con ella lo que quieran", se despide.
Lo que iba para baile, terminó entre sudores fríos. Un par de intervenciones, casi sobrenaturales, de Gianluigi Donnarumma salvaron al PSG de una debacle en Villa Park, donde antes de la media hora se había adelantado con dos goles. Estas son las curas de humildad de la Champions. El aprendizaje que todo aspirante, por muchas ínfulas que gaste, debe asumir. Sólo colgado de su portero, descomunal en un mano a mano ante Marco Asensio, el equipo de Luis Enrique pudo esquivar la prórroga. [Narración y estadísticas (3-2)]
Maldijo la afición de Birmingham la celeridad con la que se esfumaron los tres minutos de añadido decretados por Sánchez Martínez. No hubo recompensa al asedio inglés, truncado por un despeje bajo palos de Pacho ante la volea de Ian Maatsen. Si quiere competir con seriedad en las semifinales, el PSG no puede permitirse desvanecimientos así. Hasta la media hora había manejado el partido a su antojo. Cuando bajó un punto su nivel, el Aston Villa se lo llevó por delante. Todo el crédito para Unai Emery, que imploraba de rodillas a la fortuna esquiva.
El primer deber de su equipo era meter en temperatura a Villa Park, un escenario con 128 años de historia, sobre el que sigue impreso un lema: "Donde nuestros héroes son villanos". Por allí se cuentan historias de la Copa de Europa arrebatada al Bayern. Para excitar aquella magia, Emery necesitaba un par de incursiones tempranas con las que enardecer a la afición. Esas buenas intenciones se vinieron abajo en el minuto 10.
Vulnerables a la espalda
Fue un balón al espacio de Nuno Mendes hacia la cabalgada de Bradley Barcola por la izquierda. Demasiado espacio abierto ante Emiliano Martínez, cuyo mal despeje fue aprovechado por Achraf Hakimi. Un martillazo para el estadio. Más terrible aún que el fallo de la megafonía, que durante la ceremonia de presentación de los equipos hizo sonar el himno de la Europa League.
El castigo se suponía acorde al riesgo asumido por una defensa tan adelantada. Pretendía el Aston Villa imponer el músculo de Boubacar Kamara y Amadou Onana, a riesgo de mostrar una alarmante vulnerabilidad a la espalda de sus mediocentros. Con tanto campo por delante, los laterales del PSG desplegaban sus alas. Así que no fue casual que Mendes, antes de la media hora, ajustase con la zurda a la red un balón servido por Ousmane Dembélé.
El defensa portugués, autor del 3-1 en la ida, compendiaba todas las virtudes de este PSG, que cuando no domina con la posesión también penaliza los fallos del rival. Un equipo que sólo había perdido uno de sus últimos 30 partidos. Desde el pitido final en París, Luis Enrique venía avisando de sus intenciones para la vuelta. No maneja más alternativa que la victoria. Del mismo modo que no admite otra alternativa ante la presión que el balón jugado.
El remate de Nuno Mendes para el 0-2 en Villa Park.AP
Cuando pisaba campo rival, Hakimi volvía a filtrarse entre sus centrocampistas para dar superiodad. Cuando Mendes buscaba la superioridad con Barcola, Vitinha retrocedía para tapar a su lateral zurdo. Los movimientos acompasados del PSG excedían con mucho la resistencia del Villa, que bastante hizo al encontrarse, traspasada la media hora, con un afortunado remate de Youri Tielemans tropezado en Pacho.
Con todo perdido, Emery empleó el descanso para reforzar la moral de sus muchachos. No hizo ni un solo cambio, pero el Villa pareció otro equipo, con un ritmo frenético, una agresividad distinta, una convicción casi suicida. Un disparo de John McGinn, rozado de nuevo por Pacho, galvanizó al príncipe de Gales en el palco. Dos minutos más tarde, Donnarumma salvó un gol cantado de Marcus Rashford. A la salida de ese saque de esquina, el ex delantero del United sirvió el 3-2 con un lacito a Ezri Konsa.
En las tribunas, la gente llegaba al delirio. Como cuando Dennis Mortimer alzó la Orejona al cielo de Rotterdam en 1982. Con Asensio y Maatsen ya en liza, la gente de Birmingham vio la prórroga en sus manos, pero Donnarumma se interpuso a tiempo.