Todavía hay quien sostiene que el Mundial de Qatar fue diseñado para que, al final, Leo Messi levantara la copa. Como si el emir de Qatar, Tamim bin Hamad, hubiera comprado el Mundial y al jugador para su entretenimiento personal. Y para que quedara claro el amaño, le pusiera aquella capa que recordaba a las batas de noche con la que Aramís Fuster te leía las cartas en la tele por las noches.
Con los fichajes de Bellingham y Mbappé, Florentino Pér
Hazte Premium desde 1€ el primer mes
Aprovecha esta oferta por tiempo limitado y accede a todo el contenido web
Si lo prefieres