Baloncesto
Eurobasket femenino
La debutante, nacida en Almería hija de inmigrantes con raíces en Guinea Bissau, sufrió durante su etapa en Estados Unidos.
El relevo generacional en el baloncesto trae historias allende los mares, las perlas son ahora hijos de la inmigración con caminos familiares de viajes, fronteras y dificultades. Como Usman Garuba o Yankuba Sima en la selección masculina, el equipo femenino que a partir de este jueves afronta el Eurobasket de Israel y Eslovenia -debuta contra Letonia- también presenta el poder de los genes y la integración con la debutante Lola Pendande (Almería, 2000).
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Lola posee un físico único (1,93 metros) y un porvenir para soñar, pero también luce ya las cicatrices del racismo. Lo sufrió en España, pero mucho más en sus días en Estados Unidos, donde como tantas joyas de la canasta nacional, optó por continuar su formación. Allí, en Los Ángeles primero y en Utah y Miami después, conoció el miedo y sucumbió a la depresión.
Pendande, que ha logrado el billete final en el conjunto de Miguel Méndez en parte por la ausencia por motivos personales de la nacionalizada Astou Ndour -también por las lesiones de Irati Etxarri y María Araujo-, nació y se crió en Las Norias de Daza (Almería). Allí, cerca de El Ejido, habían acudido sus padres desde Guinea Bissau, paso previo por Portugal. Pese a los apuros, el deporte fue una vía de escape para ella. Destacó pronto en el atletismo, volaba en los 100 metros, y a los 12 probó con las canastas, en el CD Roquetas.
Tal fue su evolución que pronto estaba haciendo las maletas. Primero a Canarias para pasar por las manos de gurú del ex seleccionador Domingo Díaz, después rumbo directo a Estados Unidos. El paso inicial fue un college preparatorio para la Universidad, el Ribet Academy de Los Ángeles. Y pronto el salto a la NCAA, primero dos temporadas en la Universidad de Utah y más tarde a la de Miami, con la que esta última temporada ha disputado la March Madness y donde se ha graduado en Ciencias Políticas. «Tengo las ideas muy claras, mis padres son inmigrantes y soy la primera de mi familia que va a la universidad. Tengo un poquito de presión porque siempre le digo a mi madre que la voy a ayudar en todo lo que pueda», confesaba hace unos meses en una entrevista para la Federación Española.
Tras su vuelta de América, la andaluza acaba de fichar por el Barça CBS, con el ya jugó la temporada 2018/19. Sueños que se cumplen, como el de la selección absoluta tras una larga trayectoria en categorías de formación (campeona de Europa sub 20 en Sopron). Aunque todavía recuerde la dureza del camino. Fue a su llegada a California, aún sin hablar inglés con soltura, donde peor lo pasó Lola. Conoció la forma más cruda del racismo y la depresión se apoderó de ella, aún una niña. «Es distinto en Estados Unidos que en España. Aquí lo sufrí, pero no le di importancia por ser pequeña. Allí está socializado. Me daba hasta miedo salir a la calle sin ir acompañada de una persona blanca», admitía hace unos días en MARCA.