El organismo que preside Tebas podría plantearse cambiar el sistema arbitral, y hacerlo depender directamente de LaLiga, tras el escándalo del ‘caso Negreira’.
El árbitro Ortiz Arias habla con Míchels, durante el Girona – Espanyol.
LaLiga, preocupada por la crisis reputacional que para el fútbol español pueda estar suponiendo el ‘caso Negreira’, ha dado un paso más y se va a plantear “el futuro de la prestación de servicios” de los árbitros en una Asamblea Extraordinaria que ha convocado para el próximo miércoles 19 de abril. Es decir, la entidad presidida por Javier Tebas está dispuesta a modificar el actual panorama del arbitraje español.
En la convocatoria de esa Asamblea, que ha sido remitida a los clubes en la mañana de este martes, LaLiga cita a los presidentes para ese día a las 11.00 horas. En el orden del día hay cinco puntos, y el más llamativo es el cuarto, que dice textualmente: “Examen de la situación arbitral. Futuro de la prestación de servicios. Examen del caso F. C. Barcelona-Negreira”. Bajo esa frase (“examen de la situación arbitral”) cabe toda una batería de medidas, y fuentes de LaLiga no se atreven a descartar ninguna en estos momentos.
A día de hoy, los árbitros, su funcionamiento, dependen fundamentalmente de la Federación Española. Solamente en las designaciones de cada jornada tiene voz LaLiga, pues designa a uno de los tres miembros del Comité de Designación que realiza esa función. Sin embargo, son los clubes los que pagan los sueldos de los colegiados, que pueden llegar a cobrar hasta 300.000 euros anuales en función de los partidos que arbitren sobre el verde o en la sala del VAR.
En los últimos años, la idea de cambiar el sistema arbitral, y hacerles depender directamente de LaLiga, ha sobrevolado por el fútbol español en diversas ocasiones, y pudiera ser que ahora el organismo que preside Tebas quiera dar ese paso tras el escándalo que ha supuesto el ‘caso Negreira’.
Será el punto fundamental de esa Asamblea Extraordinaria convocada por sorpresa este martes, y donde también se tratará una modificación del Convenio Colectivo para la actividad del fútbol profesional. Un día antes, el 18, LaLiga ha convocado a todos sus miembros para una reunión informativa previa. Allí explicarán con más detalle la situación de todos los puntos a tratar.
En dicha Asamblea, y según fuentes consultadas por este periódico, los clubes esperan “una explicación” de Laporta, ausente en las dos últimas reuniones de la Liga, sobre el Caso Negreira. En ambas ocasiones, el presidente del Barça ha delegado su voto en un abogado del Madrid, pero los clubes, con gran “inquietud“, le han pedido que se exprese el próximo día 19. LaLiga ha enviado una invitación tanto al máximo mandatario azulgrana como a Florentino Pérez.
El ajedrez es un deporte mágico y complejo, también brutal, que se puede decidir en el último segundo, más aún cuando los nervios son el factor esencial. El drama vivido este jueves en Singapur, con los dos grandes maestros llorando por motivos muy diferentes, es el más grande que se recuerda en un Campeonato del Mundo. Como si necesitara aditivos. Gukesh Dommaraju, de 18 años, se ha coronado con una precocidad nunca vista en el tablero, con cuatro años menos que un mito como Garry Kasparov. Para ello tuvieron que ocurrir muchas cosas, que se resumen en una: Ding Liren, el vigente campeón, tiró la corona, la estampó contra el suelo en un único movimiento, cuando menos cabía esperar un desastre así.
Fue un error de principiante, en posición muerta, cuando todos los cronistas y aficionados se relamían ante la emocionante jornada del viernes, que ya nunca veremos, en la que se debían jugar las partidas rápidas de desempate. Nadie pensaba ya en otra posibilidad. La partida 14 transcurría plácida por los caminos esperados: ligera presión de las blancas, conducidas por Ding, quien por supuesto no quiso arriesgar. El gran maestro chino podía verse por primera vez ligeramente favorito en un ritmo de juego que le favorece más que el clásico, donde quizá hay demasiado tiempo para pensar.
Cualquiera que haya jugado al ajedrez sabe lo devastador que es perder una partida por un error tonto. Hacerlo en la partida decisiva de un Campeonato del Mundo supone un dolor inimaginable, sobre el que es preferible no hacer comparaciones porque mucha gente no lo comprendería. Ding Liren reconoció que tardó unos instantes en darse cuenta de su pifia monumental. Todos pudieron entonces ver a un hombre destruido. La partida siguió unos segundos, pero ya no había la menor esperanza para él. «No me arrepiento de nada. Di lo mejor de mí», acertó a decir en la rueda de prensa, de la que salió entre aplausos de admiración y compasión, porque todos intuyen el infierno por el que ha pasado el campeón en los últimos dos años, acosado por problemas de salud mental.
Gukesh: «Ding es un verdadero campeón»
Al otro lado del tablero, el aspirante tardó un poco más en derrumbarse, él de forma incontenible, pero feliz. «Es el mejor momento de mi vida», «el final de un viaje de diez años». Gukesh confesaba que había cumplido su sueño mucho antes de lo que cabía esperar. Hace nada veía estas competiciones desde fuera y, sentirse dentro por primera vez, en la primera partida, ya fue algo muy especial.
Las primeras palabras del indio fueron para reconocer la calidad de su rival, sin embargo: «Todos sabemos que Ding es uno de los mejores jugadores de la historia. Aquí he podido ver cómo soportaba la presión y era capaz de luchar a un altísimo nivel. Es un verdadero campeón. En los últimos meses no estaba en su mejor forma, pero ha venido aquí y ha luchado como un auténtico campeón. Lo siento mucho por él». Un día más, campeón y aspirante, ahora reconvertido también en campeón, han dado una lección de deportividad y de espíritu de lucha, dejando en evidencia a sus detractores.
Fue precisamente esa lucha constante la que le dio el premio inesperado a Gukesh. Él fue quien tuvo más problemas en la partida número 14, como suele ocurrir con las piezas negras. Logró resolverlos y, en lugar de buscar rápidamente las tablas, siguió presionando y haciendo las jugadas que podían prolongar un poco más la batalla, como ha hecho un día tras otro, con una tenacidad y una valentía que a la postre le han dado el título.
A su favor jugó que Ding se mostró demasiado ansioso por llegar al empate, hasta el punto de consentir entrar en un final con peón de menos, sabedor de que las tablas eran cuestión de técnica. Y técnica no le faltó, pero su cabeza, todavía lejos de su mejor estado, lo traicionó cuando parecía imposible que ocurriera. El menos confiado de los ajedrecistas, que siempre se apuraba de tiempo por su empeño en repasar todas las posibilidades, cometió un descuido imperdonable que entra en los libros de historia por la vía directa, sin trámites ni discusiones.
La caída de Ding
Este final del campeonato será aún más recordado que su mayor momento de gloria, aquel final contra el ruso Nepomniachtchi, en abril del año pasado. No han pasado ni dos años, pero en la vida de Ding ha supuesto un viaje mucho más largo que el de Gukesh, del cielo al infierno. Ojalá se recupere y siga jugando, como prometió.
FIDE
Sobre el tablero, si acaso importa un análisis final, Gukesh D fue capaz de hacer las mejores jugadas, pero Ding entendió mejor que el ajedrez es un juego de planes y estrategia. Se vio sorprendido una y otra vez por la preparación de su rival y, sin embargo, fue capaz de desactivarla luego sobre la marcha. No le sirvió de nada, porque en toda competición el mayor nivel intervienen otros factores, pero demostró que, incluso herido, puede competir al mayor nivel.
De Gukesh se esperan ahora grandes cosas e incluso la consecuencia indirecta de poder ver un duelo contra Magnus Carlsen, si el número uno considera que el reto está a la altura. El indio solo tiene 18 años y está aún lejos de su mejor nivel, por lo que quien quiera derrocarlo haría bien en darse prisa. Dentro de dos años sabremos quién es el próximo aspirante para un título que vuelve a la cuna del ajedrez, al lugar donde Vishy Anand, primer campeón indio, creó una tradición que tiene visos de seguir viva durante mucho tiempo.
Quizás solo fueran detalles, quizás metaforas, pero ayer una moneda giró en el Metropolitano y sólo con ver a los entrenadores en rueda de prensa se podía imaginar a quién le salió cara. Hansi Flick salió fresco, despejado, como si se acabara de levantar, mientras que Simeone lo hizo como si hubiera jugado él los 90 minutos de la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. "Reproches no hay. Los futbolistas están dando todo. Creo que estamos dando el máximo y aspiro a seguir igual en liga", apuntó el Cholo en su comparecencia.
La Liga está casi imposible para los rojiblancos, a nueve puntos de un equipo que aún no ha perdido en 2025. La última derrota de los azulgrana fue, precisamente, ante el conjunto de Simeone antes del parón invernal y ese duelo levantó aún más el vuelo de los pupilos de Flick. "Después de la navidad mejoramos mucho, el equipo creció en su manera de cómo jugar, pero el partido contra el Atlético anterior ya había sido bueno y les había dicho a los chicos que estaba contento", reveló el entrenador alemán.
Un técnico que permite ahora ciertas licencias que no permitía al inicio de la temporada. Aún es pronto, dice, pero el camino lo tienen claro hacia el triplete. "Soñar está permitido, pero hay que trabajar muy duro", apuntó el técnico y le secundó poco después su jugador Jules Koundé en zona mixta. "Estamos metidos en todas las competiciones, el camino todavía es largo, pero sí soñamos", comentó el defensor.
El Atlético está en el lado contrario. Cruz total en la moneda del fútbol. Lejos en liga, eliminados de Champions ante el Real Madrid y ayer se rehicieron a un primer tiempo horrible para soñar con el partido de la Cartuja. "Nos disculpamos por no haber conseguido el pase a la final, que era la ilusión de todos", dijo Josema Giménez en zona mixta.
Pero la clave del cambio de actitud fue la charla del Cholo al descanso y los múltiples cambios que se hicieron desde la caseta tanto tácticos como de nombres. "Les dije que nos habian perdonado y dejado vivos y eso nos daba optimismo para enfrentar con mas valentía el segundo tiempo", explicó el argentino.
El optimismo y la valentía los puso Alexander Sorloth. El responsable del tanto que terminó con la derrota del Barça en Montjuic fue una pesadilla para la defensa blaugrana, pero le falto contundencia y eficacia. Pese a que disfrutó de varias ocasiones claras, el noruego no pudo rematarla con un sólo disparo a puerta. Todos terminaron fuera o anulados por fuera de juego.
El equipo, con los cambios, había conseguido inclinar el campo hacia sus intereses, pero fueron incapaces de remontar el tanto inicial de Ferran, en una primera parte de los blaugrana memorable. "El rival juega muy bien, me gusta como juega y lo he dicho muchas veces", alabó el Cholo y fue correspondido por Flick que calificó al Atlético como uno de los "mejores equipos no de España sino de Europa".
Maratón y final
El Barcelona afronta ahora una maratón de partidos hasta la final de La Cartuja en la que habrá un Clásico. "Mañana llegaremos a las 3 de la mañana, dormiremos no mucho y luego a entrenar otra vez, recuperarse y ver qué es posible contra el Betis. No es fácil", apuntó Flick sobre el calendario.
De hecho, el alemán avisó de que no quería responder a ninguna pregunta sobre la final del 26 de abril ante el Real Madrid porque "su foco está en el Betis" y quedan "muchos partidos antes". Aunque al final deslizó: "El Clásico está bien". Los dos que ha jugado, por cierto, los ha ganado tras marcar cuatro y cinco goles al rival.