La sentencia de un equipo descompuesto: esta es la obra de Ancelotti y del Real Madrid

La sentencia de un equipo descompuesto: esta es la obra de Ancelotti y del Real Madrid

Fue el partido más lamentable de un Real Madrid previsiblemente vergonzoso. No es que el fútbol exhibiese este martes lo que el equipo había ido sugiriendo toda la temporada. Lo que había ya estaba claro: se vio contra el Barcelona, contra el Liverpool, contra el Milan y contra cualquier rival de entidad excepto el grotesco City de Guardiola. Esta es la obra de Ancelotti y del club en todo su esplendor: un equipo que con Valverde, Camavinga, Modric, Bellingham, Rodrygo, Mbappé y Vinicius es incapaz de dominar un solo minuto de un solo partido.

Esa es la luna, aunque el dedo apuntó a otro lado. El primer día del preverano del 2025 en Madrid lo pasaron millones de personas angustiadas por la posibilidad de que Ancelotti saliese contra el Arsenal con Lucas Vázquez y Alaba como laterales. La perspectiva, tan tenebrosa, hacía pensar durante la tarde en que quizá lo mejor para la eliminatoria fuese que prosperase súbitamente la cruzada contra la UEFA de la Unión Internacional de Peñas del Atleti por el doble toque de Julián Álvarez. Ahorrarse la tortura y que se la comiesen el Cholo Simeone, Nahuel Molina y Javi Galán. Al final no jugó Lucas y sí Alaba, y en ese trampantojo quedó sugerido que el Madrid ha vuelto tiempo atrás: vuelven las trampitas de vestuario, la persecución del filtrador. Falta el del banquillo.

Ya en partido, todo siguió bastante el guion previsto. El Madrid se conjuró en la previa para no conceder saques de esquina y antes de los diez minutos Courtois había salvado un gol olímpico y uno del Arsenal había despejado sobre la línea un remate de su compañero. La apuesta por Alaba para reforzar el agujero izquierdo resultó en ocasiones más o menos continuas por ese costado. En ataque, Vinicius le ignoró igual que ignora a Fran García, así que tampoco se notó demasiado el cambio. Al único que no ignora es a Mbappé, lo que provoca finalizaciones de contraataques crecientemente ridículas. Aquel Madrid ya añejo se habría ido 0-2 al descanso. Pero fue 0-0 y había que dar gracias.

Declan Rice abrió fuego bordeando una barrera made in Móstoles que desató el infierno. La exhibición de inferioridad fue inmensa. La aportación desde el banquillo fueron Lucas y Fran. Es tan ridículo como suena: dejo a un lado el maquillaje de acojone de los antis, esto es hoy el Real Madrid.

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