Fue un escándalo. A partir del del gol de Magalhães, el Atlético se hundió, como si en el Emirates se hubiera aplastado en su propia área. Demasiada agua fría para un equipo zombi vestido de azul.
Pero el problema es que una vez más el equipo de Simeone fue un pelele en la segunda parte y su técnico le hace mucho daño con sus tácticas primitivas. En la segunda parte fue como un equipo de tercera división.
Se metían todos en la guarida, como si la marabunta les devorase hasta de Oblak. Simeone cometió el pecado de que en la segunda parte , como veían que el Arsenal dejó de dominar un poco, abrió la caja de Pandora y tácticamente los visitantes eran un conjunto lleno de agujeros. Un chollo.
Sólo Julián Alvarez está a la altura de la calidad de un conjunt europeo, el resto es como un vomitorio Bucero o como se llame, que sólo ha fichado mediocridades. No me extraña que ya le hayan encerrado en su despacho con la llegada de Mateu Alemany que, por cierto, se ha metido en un laberinto.
Además , el club esta vendido despedazado, sin rostro , salvo el color del dinero. Una ruina y un futuro muy negro. El primer paso debería desprenderse de Simeone, que es el cáncer del club.
El Arsenal apretó en el inicio del partido, pero Rice no estaba en su papel y a Zubimendi le veía cansado ya en el minuto 19. Al menos, el equipo rojiblanco se pasaba el balón, trataba de abandonar el nido de Oblak, en el que tan cobardemente se había acurrucado.
No sé lo que pensará el portero esloveno del Cholo, del club y sus desgracias. Le había quitado el 1-0 a Saka, el único atacante gunner que le inquietaba. A Giménez hasta le costó una tarjeta. Pero ni en los saques de esquina creó peligro ese Arsenal que no tenía ningún tipo de pólvora.
Hasta que apareció ese dúo mortal, con Rice sacando una falta y Magalhães, apareciendo desde atrás, lograba el típico gol del Arsenal que tantas veces habíamos visto. Luego fue un torbellino, una apisonadora, un gigante ante los pigmeos futbolísticos del Atlético.
Pero, bueno, Simeone ya tiene su premio de la temporada. Devoró y goleó al equipo que más odia: el Real Madrid. Y con ese banquete ya tiene para soñar todo el año. Me da tristeza y me da pena, porque el gran Atlético no merece estar en manos de estas personas.
Atlético - Celtic (21:00 h.)
LUIS NÚÑEZ-VILLAVEIRÁN
@LNvillaveiran
Actualizado Martes,
7
noviembre
2023
-
09:06Trotamundos del fútbol y ex de La Masia, trabaja...
Ya conocemos las eliminatorias de cuartos de final de la Champions League. Real Madrid - Manchester City, PSG - Barcelona, Atlético - Dortmund y Arsenal - Bayern. Aquí desgranamos las virtudes y defectos de los rivales de los españoles.
Madrid-City: un ogro casi inmejorable
El pasado verano, feliz tras el éxtasis de su primera Liga de Campeones, el Manchester City salió al mercado y se gastó 241 millones. Así, como si necesitara darle la vuelta a un equipo en reconstrucción, como si no tuviera ya la mejor, o una de las dos mejores, plantillas de toda Europa. Llegaron el defensa croata Josko Gvardiol por 90 millones, el delantero portugués Matheus Nunes por 62, el centrocampista belga Jeremy Doku por 60 y el centrocampista croata Mateo Kovacic por 29. Y ahora, ya en marzo, ninguno de ellos está entre los diez futbolistas con más minutos de la plantilla de Pep Guardiola esta temporada.
Ese resumen de los fichajes, su coste y su utilización habla a la perfección sobre los escasos ajustes que ha necesitado hacer el técnico de Santpedor en los últimos meses. Su Manchester City, el mismo Manchester City que le metió cuatro goles al Real Madrid en la vuelta de las semifinales del año pasado, sigue siendo una máquina de jugar al fútbol con las mismas piezas.
Ahí está Erling Haaland, con 29 goles en 33 partidos, en un curso lejos de números históricos pero cerca de la voracidad anotadora que ha mostrado siempre. Ahí está Kevin De Bruyne, de vuelta de una lesión que sólo le ha permitido disputar 700 minutos, pero que le hace llegar fresco al cruce con el Madrid, al que ya marcó en el Bernabéu el año pasado. Y ahí está Rodri, eje del campeón, con más de 3.000 minutos, y 7 goles, esta campaña.
Todo pasa por las botas del español, quizás más que nunca, en un equipo que sufrió un pequeño bache en la Premier al inicio de curso y ahora se jugará la liga en primavera contra el Arsenal y el Liverpool, de los que les separa un sólo punto. Puede ser que ahí, en la necesidad de seguir compitiendo el torneo doméstico, surja una pequeña ventaja para el Madrid, líder de la Liga con siete puntos de ventaja sobre el Girona.
Pero la realidad es que este City tiene argumentos de sobra para competir en todas las competiciones. Prueba de ello es el triplete del curso pasado: Champions, Premier y FA Cup. De momento, y a pesar de las dificultades, este año sigue vivo en las tres. Y lo hace, en parte, gracias a un fondo de armario que asusta. El portero Ederson se lesionó ante el Liverpool y es duda para la eliminatoria, siendo el único lunar de cara a la lista contra el Madrid. Mientras, en defensa Walker, Dias, Aké, Akanji, Gvardiol y Stones se reparten los tres puestos defensivos que está usando Guardiola en sus alineaciones. Sí, sólo tres. El técnico está metiendo ahora a Stones como segundo mediocentro, al lado de Rodri, pero sus laterales ya son centrocampistas, no defensas.
Foden, Julián Álvarez y Doku, además de Grealish, ahora lesionado, comparten rol en las bandas, dejando dos puestos en la mediapunta que siempre, salvo lesión o rotaciones, son para De Bruyne y Bernardo Silva. El belga marcó en la ida contra el Madrid y el portugués anotó el primero de la vuelta, iniciando la goleada. Son los creadores del miedo: las arrancadas y remates de Haaland, que viene de marcar 5 goles en un partido de FA Cup ante el Luton y acumula 7 en los últimos cuatro encuentros. Estuvo un mes fuera por una lesión en el pie, pero ya está de nuevo en forma.
Así es el club que suma mayor valor de mercado en su plantilla: 1.270 millones. Un ogro casi inmejorable que volverá a medir el nivel del Real Madrid.
PSG-Barça: los jóvenes y Luis Enrique
YOAN VALATEFE
Hablar del PSG, hasta el próximo 30 de junio, es hablar, cómo no, de Kylian Mbappé. Pero el conjunto que entrena Luis Enrique es también mucho más que el talentoso delantero francés. El ex seleccionador y ex técnico del Barça ha sabido apostar por la incorporación de talentos jóvenes y ha encontrado también en otro ex azulgrana, Ousmane Dembélé, al mejor escudero para su gran estrella. El Mosquito parece haberse librado por fin de la plaga de lesiones que minaron su etapa barcelonista y acumula 12 asistencias en los 32 partidos que ha jugado esta temporada.
Menos presencia, en cambio, ha tenido un Marco Asensio que no acaba de convencer al asturiano y que, tras estar dos meses y medio de baja por una lesión en el pie, ha vuelto ahora al dique seco por unos problemas musculares.
En la zaga, el brasileño Lucas Beraldo, quien llegó al club en el pasado mercado de invierno, se ha convertido en una pieza fundamental a pesar de que sólo tiene 20 años. Su progresión ha sido fulgurante desde que debutó en 2022 con el Sao Paulo. En la banda derecha, mientras, cuenta con la presencia de un Achraf Hakimi que combina sus cualidades defensivas con una nada desdeñable aportación en ataque. Bajo los palos, cómo no, el titular indiscutible es el italiano Gianluigi Donnarumma, a pesar de que su juego con los pies no es en absoluto todo lo bueno que desearía su técnico.
De ahí, precisamente, que apostara por incorporar al ex azulgrana Arnau Tenas el verano pasado, pero el arquero, formado en las categorías inferiores del Barça, sólo ha jugado tres partidos este curso. Está en periodo de aprendizaje.
En el centro del campo, mientras, el equipo parisino cuenta también con otro talento joven que ha firmado un rápido ascenso hacia la élite: Warren Zaïre-Emery. Este futbolista, que prácticamente acaba de cumplir los 18 años, fue el debutante más joven en la historia de la entidad al estrenarse con el PSG con tan sólo 16 años y cinco meses y ya ha jugado también con la selección francesa. En cuanto a otro centrocampista bien conocido por la afición española, Fabián Ruiz, su presencia en la medular ha sido un tanto intermitente y, en los dos últimos duelos del equipo francés en la Ligue1, ni siquiera ha tenido minutos.
Un Dortmund a la deriva
INA FASSBENDERAFP
Desde 2015, durante la última temporada de Jürgen Klopp, el Borussia Dortmund no vivía una situación tan convulsa. No sólo sobre la hierba, donde el equipo muestra una irregularidad desesperante, sino también en los despachos. Con el entrenador y el director ejecutivo en la puerta de salida, aquel Dortmund modélico de hace una década navega hoy a la deriva. A 20 puntos del liderato en la Bundesliga, el único objetivo plausible hasta fin de curso será conseguir un billete para la próxima Champions. Y asegurar así la supervivencia económica. Si no cumple con esta premisa, el peligro de convertirse en un equipo de la zona media parece más que real en la cuenca del Ruhr.
Ayer, tras definir al Atlético como "un pequeño monstruo de las eliminatorias", Edin Terzic tuvo que hacer frente a alguna pregunta maliciosa en torno a la ausencia de sus mejores futbolistas en la selección alemana. Julian Brandt, Mats Hummels, Niklas Süle, Emre Can y Nico Schlotterbeck no cuentan para Julian Nagelsmann, que sólo ha convocado a Niclas Füllkrug de cara a los amistosos ante Francia y Países Bajos. En realidad, los periodistas no sólo pretendían analizar la decadencia de este Borussia, sino abordar otra cuestión de fondo. ¿Cómo es posible que el Dortmund quiera contratar a Nagelsmann como relevo de Terzic si ni él mismo confía en estos jugadores para la Eurocopa?
A esa cuestión debería responder Hans-Joachim Watzke, uno de los CEO más longevos del fútbol europeo, con 23 temporadas en el cargo. Sin embargo, el ejecutivo que hizo explotar a Erling Haaland o Jude Bellingham ya ha anunciado su marcha en 2025. Lo más probable, que a su baja se sume la de Matthias Sammer -histórico capitán del equipo campeón en 1997- que venía ejerciendo como consejero durante desde 2018. Sin ellos, la reconstrucción se antoja aún más incierta.
Casi 10 meses después de aquel 2-2 ante el Mainz, que le apartó del título de la Bundesliga en la última jornada, las críticas contra Terzic siguen marcando el día a día del Dortmund. Al mal juego del equipo ha habido que sumar dos notorias decepciones. Gio Reyna, llamado a liderar el proyecto, tuvo que salir cedido hace un mes al Nottingham Forest. Y el goleador Sebastian Haller sólo disputó cuatro partidos como titular en verano antes de perderse los dos últimos meses por una lesión de tobillo.
Las derrotas ligueras ante Bayern, Stuttgart o Leipzig y la eliminación copera frente al conjunto de Sebastian Hoeness mermaron la ilusión de la ruidosa Südtribüne. La llegada en enero de Jadon Sancho, sumado a las pinceladas de calidad de Hummels y Brandt, bastaron ante el PSV. Pero este Dortmund, donde el único futbolista que ha brillado por encima de la media es Gregor Kobel, su portero, tiene aún demasiadas cosas que mejorar para sorprender al Atlético.
A principios de diciembre del 2023, el hijo mayor de Mauro Arambarri (Salto, 1995) había cumplido dos años y aún no había podido ver jugar al fútbol a su padre. El jugador uruguayo del Getafe había enlazado dos lesiones (tobillo y rodilla) de las que se tuvo que operar y que le tuvieron casi dos temporadas en blanco. "Hubo un momento difícil, en la mitad de la recuperación, en el que entras en un pozo en donde no vas ni para atrás ni para adelante", explica el futbolista a EL MUNDO.
De hecho, poco después de aquel cumpleaños, Arambarri no pudo estar el día que su Getafe, del que es tercer capitán, rompió la racha de 20 partidos seguidos ganando del Atlético de Madrid en el Metropolitano tras empatar a tres. "Una lástima que nunca les hayamos podido ganar, pero siempre hay una primera vez", explica el mediocampista que ha recuperado la sonrisa este curso y que se enfrentará hoy al equipo rojiblanco en los cuartos de final de la Copa del Rey.
El futbolista está intentando "pasar página" de aquel periodo de dolor y sufrimiento del que salió gracias a su entorno, especialmente a su mujer y a su hijo, que conseguían hacerle olvidar los momentos de estancamiento de la lesión, pero también gracias a la ayuda profesional. "Cuando tenía 18 o 19 años empecé a trabajar con un psicólogo que me ha ayudado muchísimo a manejar ciertas situaciones no solo a nivel deportivo, también de la vida", apuntó Arambarri. Este profesional le ayudó a quitarse de la cabeza "preguntas que no tenían respuesta".
El jugador explica que no sabía por qué tenía ciertas tensiones, dolores o presiones en el pecho a causa de su lesión y su psicólogo le ayudó a entender que la cabeza es fundamental para superar estos problemas y saber de dónde viene todo. "Hubo semanas que la lesión iba muy bien y semanas que se me complicaba un poco. Entonces, claro, eso generaba mucha ansiedad, incertidumbre", identifica.
Ese momento terminó el día en que se volvió a poner las botas en un entrenamiento. "Uno da por hecho poder entrenar todos los días y cuando algo te lo impide, es cuando realmente lo valoras", cuenta. Y encima Arambarri ha vuelto en la mejor forma de su carrera. Ha hecho cinco goles de los 11 que lleva en ocho temporadas con el Getafe y ha vuelto a ser indispensable para Bordalás. "Es un regalo para mí, al trabajo que se hizo ese tiempo, un poco a escondidas", valora.
El futbolista en un momento de la entrevista.Ángel NavarreteEl Mundo
Es un regalo para aquel joven de 15 años que abandonó el hogar familiar en Salto, cuna de otros grandes futbolistas como Luis Suárez o Edison Cavani, para ir a Montevideo en busca de un sueño. Que dejó los entrenamientos con su padre por los del Defensor Sporting Club para hacerse un nombre en el fútbol. "Si lo hubiera pensado mucho, quizás no hubiera tomado la decisión, pero lo hice instintivamente, con el apoyo de mi familia, y hoy, claro, fue una decisión acertada", apunta.
Europa le hizo profesional, pero Uruguay le dio el carácter que muestra como futbolista. "Lo llevamos en la sangre, competir al 100%, creo que es una marca del fútbol uruguayo que nos inculcan desde pequeños", explica. A día de hoy lo hace sin miedo, ya sin las dudas que genera en los primeros partidos estar dos años en el dique seco y con un objetivo: "Estar tranquilo conmigo mismo el día que me retire, es decir, hice todo lo que tenía que hacer en cada momento, me vacié".
Arambarri, en las oficinas del Getafe.Ángel NavarreteEl Mundo
La humildad del futbolista no menciona su sueño deportivo que es volver a la selección con la que ya disputó partidos clasificatorios, pero nunca una gran cita deportiva. "Sería cerrar una etapa en lo más alto, pero hay que seguir trabajando y ojalá algún día", asegura. Mala suerte que la línea más exigente de la celeste sea el mediocampo con futbolistas como Valverde, Ugarte o Betancourt como grandes estrellas mundiales.
La humildad y el trabajo son sus etiquetas, pero él rehúye de las que le asignan a su equipo desde que Bordalás es el entrenador. "Llega un momento que cansa. Cualquiera que viene a jugar aquí, cuando le ganas, siempre sale diciendo un montón de cosas que todos los equipos hacen, pero bueno, se la agarran con Getafe. Deberían respetarnos un poco más, porque cuando nos toca perder asumimos nuestra responsabilidad y seguimos adelante", pide antes del duelo copero.