José Bordalás: “Estoy en un club modesto, pero soy ambicioso y competitivo. Eso quizás sienta mal”

José Bordalás: "Estoy en un club modesto, pero soy ambicioso y competitivo. Eso quizás sienta mal"

La voz de José Bordalás (Alicante, 1964) aparece por las escaleras que suben desde los vestuarios del Coliseum de Getafe entre las risas de los dos miembros de su cuerpo técnico que le acompañan para la entrevista. Saluda con ganas, realiza un par de bromas y muestra el camino hacia la sala de prensa, el lugar donde los focos le hacen ponerse más serio, donde “quizás”, dice en la charla con EL MUNDO, se pone una pequeña máscara de protección. Así es uno de los hombres más buscados del fútbol español, el ‘Gladiator’, un “apasionado” del Imperio Romano, del Coliseum.

¿Qué tenía que haber sido el adolescente José Bordalás?
Pues quizás futbolista profesional, que es lo que quería ser. Lo que me apasionaba y creo que no se me daba nada mal. Pero desafortunadamente una lesión muy grave con 16 años me privó de ello.
Insiste en que se ve muy serio en las entrevistas.
Sí, es verdad, y no soy así. No tiene nada que ver con mi personalidad. Los que me conocen saben que soy una persona extrovertida, muy cercana y que me gusta que haya buen ambiente. Me gusta el rigor, la seriedad y el trabajo, pero con buen ambiente.
¿Se pone una máscara?
Quizás lo he hecho durante algún tiempo porque entendía que estaba muy expuesto, pero el tiempo me ha demostrado que tienes que mostrarte como eres. Y ahora estoy en el buen camino, me parezco, aunque no del todo, pero me parezco a lo que realmente soy, ¿no?
¿Hay diferencias entre la persona y el entrenador?
No creo, de verdad. Los compañeros, jugadores y técnicos muchas veces se sorprenden cuando se hace una discreción errónea de mí. Los propios futbolistas dicen ‘pero si el míster no es así’. Y no lo soy. Pero bueno, tienes una primera experiencia cara a cara con los medios, una responsabilidad, y lo haces de manera inconsciente, como para dar una imagen de más seriedad. Pero nada que ver.
¿Qué le ha aportado haber pasado por el barro de las categorías más pequeñas?
Estoy orgulloso. Eso me hace tener un gran respeto y admiración por todo el mundo, desde el simple utillero, a un delegado o al mejor jugador de nuestra Liga. Sé la dificultad y pasar por ahí me ha enriquecido y ayudado mucho a madurar y a ser mejor profesional.
Xavi dijo en su momento que es “cruel y desagradable” entrenar al Barça. En el caso de Bordalás, ha pasado por Hércules, Alicante, Elche, Alcorcón, Novelda, Benidorm, Eldense, Cacereño, Alcoyano…
No sé lo que supone ser entrenador del Barcelona porque nunca lo he sido, pero respeto las palabras de cualquier colega porque sé la dificultad. Mi sentimiento es distinto al suyo. Yo me quedo con las cosas buenas, disfruto y soy un afortunado. Podemos estar expuestos a una gran presión, pero intento disfrutar de mi profesión.
¿Hay clasismo en los banquillos del fútbol español?
No sé… Yo sé lo que cuesta, lo que me ha costado a mí. Nadie me regaló nada y me he tenido que esforzar mucho, le he dedicado muchas horas para llegar a la elite y para mantenerme. No sé si hay clasismo, no lo aprecio, yo les miro con respeto y admiración.
¿Qué hay dentro del ‘Efecto Bordalás’?
Siempre he tenido una idea muy clara, que mi equipo sea ganador y ambicioso. Ese es el método. Podemos ser un club humilde, pero hay que ser protagonista e ir siempre a ganar, aunque no siempre puedes tener esa mentalidad porque hay equipos más poderosos y mejor dotados. Pero puedes hablar con cualquier jugador que haya trabajado conmigo, esa ha sido siempre mi forma de entender el fútbol y no la voy a modificar nunca.
En el vestuario destacan sus discursos antes de los partidos.
Intento hacerles creer. ‘Creer’ es mi palabra. Más allá de lo táctico, intento darles confianza y tranquilidad porque el fútbol estresa mucho, aunque desde fuera la gente lo vea como un espectáculo. Los profesionales tienen un componente de estrés altísimo. Por ejemplo, para mí Phil Jackson, el mítico entrenador de los Lakers, ha sido una inspiración. Me he visto muchas de sus charlas y me han impactado mucho.
Una de sus inspiraciones es también la Antigua Roma. ¿Qué ha aprendido de esa época?
He sido un apasionado desde niño. Nos ponían películas en el colegio y me impactó. Siempre he intentado saber mucho del Imperio Romano, de la historia de Roma… Y siempre que tengo posibilidad vuelvo a Roma, me traslado a ese momento de la historia. Todos tenemos una pasión y esa es la mía.
¿Qué hubiera sido en la Antigua Roma?
Me encanta todo. Pero… Un gladiador, un emperador… Siempre he tenido una gran admiración por todo lo que rodea a Roma.
¿El Getafe es la aldea gala de la Liga?
(Risas) No, no… El fútbol es diferente. Pero bueno, de alguna manera cuando saltas al terreno de juego hay un enfrentamiento con una pasión en las gradas. Se asemeja con Roma en esa lucha por querer el triunfo.
Dicen sus jugadores que son “soldados de Bordalás”. ¿Cuál ha sido su batalla más difícil?
Llegar al fútbol profesional. He quemado muchísimas etapas.
¿Los focos le gustan?
Me he acostumbrado. No me disgustan, sinceramente. Me gusta todo porque tiene que ver con el fútbol, con la gente que le dedica tiempo y nos tiene admiración.
¿Es un poco ‘Mourinhista’ a la hora de cargarse usted la presión liberando a los jugadores?
El protagonismo es de los jugadores. Los entrenadores estamos más expuestos porque tenemos ruedas de prensa antes y después de los partidos y tenemos que dar un relato, pero los protagonistas reales son los futbolistas.
¿Se ha sentido perseguido?
Bueno, quizás ha salido mi nombre más de lo que a uno le puede gustar, pero forma parte de este deporte. Lo acepto con naturalidad.
Tenemos por un lado algunas polémicas, como Bilbao, Xavi o Vigo, y por otro a Carlo Ancelotti, que no se separa de usted en las reuniones de entrenadores. ¿Qué le dice eso?
No puedes caerle bien a todo el mundo, ¿no? Somos mediáticos y no puedes gustarle a todo el mundo, pero lo acepto. Los profesionales, las personas, cuando realmente me conocen, conocen al Bordalás de verdad. Pueden tener una percepción diferente porque soy ambicioso, porque aún estando en un equipo modesto, me gusta ganar, ser competitivo y eso quizás puede sentar mal o molestar. Pero no lo puedo evitar. Con Carlo tengo una magnífica relación, es un referente como persona y como profesional.
El Getafe lleva más goles que Las Palmas, Betis, Valencia , Rayo o Sevilla.
Así es. Se ponen etiquetas y bueno, muchas veces es como un corta y pega, ¿no? Eso es lo que hay y lo que voy a comentar. La realidad es bien distinta porque somos un equipo que nuestra mentalidad es salir a ganar los partidos. Siempre ha sido así.
“Esto es fútbol, papá”. ¿Le ha dado la vuelta a su fama con esto?
No sé, salió de una manera espontánea para desdramatizar en una rueda de prensa. Llama la atención porque incluso la gente lo tiene de foto de perfil en sus redes sociales, ha sido tremendo. Lo dicen los jugadores, gente por la calle…
¿Es lo más cerca que hemos estado de conocer al verdadero Bordalás?
Un poco. Todavía no me conocen del todo.
Cinco equipos de LaLiga lideran el ránking de faltas a nivel europeo, entre ellos el Getafe. ¿Se hacen muchas faltas o se pitan muchas faltas?
Hay un poco de todo. Creo que en España los árbitros, con la intención de proteger al futbolista, pitan demasiadas faltas. Hay muchos parones y eso hace que se desluzca el juego. En mi caso, preferiría que hubiera más ritmo y se dejase jugar. Se pitan muchas ‘faltitas’ y hay demasiados parones.
Volviendo a la seriedad. ¿Qué es lo que más gracia le hace del fútbol español?
Casi todo me hace gracia, me lo paso bien.
¿Algo en concreto?
Bueno, me hace mucha gracia que se acuse a ciertos profesionales de algunas cosas que no tienen que ver con la realidad.
En redes sociales se habla mucho de su cambio de imagen. La barba, las gafas… ¿Eso también forma parte de la máscara para protegerse?
Todos hemos cambiado, ¿no? Lo que ocurre es que conmigo se ha mostrado más, o se ha intentado descubrir más de mí. Veo imágenes de otros compañeros de hace años y también han cambiado. Antes los entrenadores llevaban traje ancho y corbatas muy anchas y llamativas… Los presentadores de televisión, como Carrascal, también las llevaban. Era la moda y las modas cambian. Se ha centrado mucho el foco en mí personalmente, pero yo no he cambiado más que el resto.
Vamos a intentar conocer al ‘verdadero’ Bordalás. ¿Es usted romántico?
Soy romántico, sí.
¿Alguna locura por amor?
Pues muchas cosas de adolescente. Como todos. No teníamos miedo al peligro y éramos capaces de cualquier cosa. Hacerte 1.000 kilómetros del tirón con el coche… Cosas que ahora serían impensables.
¿Qué diferencias ve entre los jóvenes de ahora y los de antes?
Las dificultades siempre han sido más o menos iguales. Mucha gente dice que antes había más dificultad que ahora, pero no creo que haya cambiado mucho. Los jóvenes tienen que seguir esforzándose, buscándose la vida, trabajando duro… Dicen que ahora los jóvenes lo tienen mucho más fácil, pero no lo creo, incluso creo que ahora hay más dificultades.
¿Por qué?
Porque ahora los salarios no llegan para independizarse, para irse de casa, para formar una familia… Los jóvenes tienen más dificultades que antes.
Dos jóvenes que han irrumpido este año en la Liga son Bellingham y Greenwood. Dos británicos. ¿Se ha acabado con ese prejuicio?
Han irrumpido de manera increíble. Bellingham es magnífico, venía de un gran equipo. Y Mason venía con mayor dificultad porque llevaba sin competir dos años. Tiene mucho mérito y nos está ayudando muchísimo. Había ese mito con los británicos y mira.

¿Qué mérito tiene Bordalás en la adaptación de Greenwood?
No sólo yo, todo mi cuerpo técnico. Hemos tenido paciencia y tranquilidad, porque requería una preparación paulatina en lo físico. No podía siquiera entrenar, lo había perdido todo. Y a nivel mental le hemos arropado mucho. Se ha sentido querido y respetado.
Después de la polémica por su fichaje, ¿qué era para usted lo más importante?
Que se diese cuenta que nuestra pretensión era ayudarle. No sabíamos el nivel que nos podía dar y si podíamos recuperarle. Era una incógnita. Pero para nosotros lo importante era que se sintiera como en casa.
Cuando se anuncia su regreso como entrenador, le recibieron con bengalas a la 1 de la madrugada. ¿Cuál es el mayor milagro que ha realizado en Getafe?
No me gusta hablar de milagros porque no creo mucho en ellos. Creo en el trabajo, con un componente de azar a veces. Hemos hecho cosas muy importante. Cuando llegué por primera vez, el equipo estaba penúltimo en Segunda. Conseguir cambiar la mentalidad, ascender… Fue un éxito. Y luego Europa. Creo que de no haber sido por la pandemia, podíamos haber eliminado al Inter de Milán. Y el último año aquí sólo mi cuerpo técnico y yo sabemos los esfuerzos que tuvimos que hacer para salvarnos. Y la pasada, 6 partidos…. Salvar a ese equipo en esa dinámica tiene mucho mérito. Y la actual, con una plantilla con menos efectivos, la distancia que tenemos con el descenso…
Hablando de milagros. ¿Es creyente?
Sí, soy creyente. Me educaron así. Si hubiera nacido en otro sitio, igual creía en otra cosa.
¿Cuánto tiene el fútbol de política?
De política entiendo poco. Soy entrenador profesional de fútbol, así que si hablase de otra cosa, de política o de lo que fuera, no tendría significado.
¿Y cuánto tiene la política de fútbol?
No sé. Yo sé de pasión. Y el fútbol tiene mucha. Todavía me sorprende lo que los aficionados son capaces de hacer por el fútbol. Por hacerse una foto, por ver un partido, por una camiseta…
¿Entrenar a la selección sería un sueño?
Podría serlo, sin duda. Sería uno de mis sueños. Me encantaría. Ahora tenemos un magnífico seleccionador al que tengo un gran respeto y le deseo lo mejor, pero en un futuro me encantaría entrenar a la selección.
¿El fútbol es lo que más contagia el patriotismo?
Yo creo que el deporte en general. Cuando algún deportista español consigue algo importante la gente está unida. Alonso, Nadal, la selección… Cuando hay algún triunfo importante se aparcan todas las ideologías y nos centramos en lo que nos apasiona de nuestro país.

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