El español vence, se pone a sólo tres puntos de Bagnaia, que acabó segundo, en un GP de Japón que fue suspendido a 12 vueltas del final por las inclemencias climatológicas
Jorge Martín se marchó de Motegi firmando un fin de semana de ensueño. A pesar de que hubo que suspender finalmente el Gran Premio de MotoGP a 12 vueltas del final, el español se encaramó a lo más alto del podio y sumó 25 puntos más a su casillero que, sumados a la victoria lograda en la sprint race del sábado y la segunda plaza de Pecco Bagnaia, le permiten colocarse a sólo tres puntos del liderato del campeonato. Marc Márquez, por su parte, también logró subirse al podio. En este caso, a un tercer escalón que, en una temporada tremendamente complicada para el de Cervera, le supo a gloria.
«He disfrutado. He mantenido la calma y he atacado cuando he visto que se podía atacar. La dirección de carrera ha tomado una buena decisión. Llovía mucho y empezaba a faltar luz», reflexionó Márquez al término de la prueba. «La situación era demasiado peligrosa como para poder continuar, había demasiada lluvia. Jorge nos ha vuelto a recortar puntos, pero estoy muy contento.», le secundó Bagnaia. «Al principio he estado pendiente para ver qué hacía Pecco, luego he tenido algunas dificultades, pero he podido volver a la cabeza y lograr el triunfo. Fue difícil para todo el mundo y llegó un momento en que ya era demasiado complicado seguir», sentenció finalmente Martín.
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La lluvia, en este caso, fue la gran protagonista de la carrera. A pesar de que la dirección había declarado inicialmente la prueba en seco, nada más arrancar ya se mostró bandera blanca, para permitir a los pilotos cambiar sus monturas. El agua empezó a caer cada vez con más fuerza y, a 12 vueltas del final, se mostró una primera bandera roja a la que, tras un primer intento por continuar con el Gran Premio, le seguiría ya la segunda y definitiva. Jorge Martín, capaz de remontar perfectamente un error, en las primeras vueltas, que podría haberle costado muy caro, fue implacable en cuanto se puso en cabeza. Tanto, que a Bagnaia, por momentos, incluso le costó seguirle el ritmo.
Por un momento, incluso, Marc Márquez pareció capaz de darle una vuelta de tuerca más al Mundial con su acoso al italiano. El agua, la que podía ser su gran aliada, dictó a la postre sentencia en un Gran Premio en el que hubo suerte muy dispar para el resto de españoles: Aleix Espargaró fue quinto, Augusto Fernández, séptimo, Raúl Fernández, noveno, Joan Mir, decimocuarto, Pol Espargaró, decimoquinto, y Maverick Viñales, quien se fue al suelo prácticamente nada más empezar la carrera cerró, la clasificación con un decimonoveno puesto.