Fernando Alonso frustra a Sergio Pérez: asombroso podio por 53 milésimas en Interlagos

Fernando Alonso frustra a Sergio Pérez: asombroso podio por 53 milésimas en Interlagos

Mantuvo a raya a un Red Bull que bufaba como un purasangre, mientras calculaba el ritmo, levantando el pie para cargar las baterías, o gestionaba la vida de sus neumáticos. Tapó cada hueco, mientras su adversario trazaba de un modo algo errático, cada minuto más desesperado. Frenó siempre en el sitio en la curva 1, para salir de ahí con mejor tracción, sujetándose más adelante, como si nada. Respiró hondo en la penúltima vuelta, cuando había perdido la posición, afilando el cuchillo para el ataque final. Fue en la curva 4, su punto favorito de Interlagos, donde Fernando Alonso adelantó a Sergio Pérez para conquistar su octavo podio de 2023. Una exhibición del bicampeón mundial durante las 24 últimas vueltas del GP de Sao Paulo, donde Max Verstappen ganó por delante de Lando Norris.

Las 53 milésimas con las que Alonso cruzó la meta no bastan para explicar la dureza de su batalla ante el mexicano, al volante de un monoplaza más potente, pero sin la destreza necesaria a la hora de la verdad. Imperturbable, clínico en cada movimiento, contemporizador y agresivo, el líder de Aston Martin obsequió a los aficionados con una de esas exhibiciones que le elevaron a la cima de la F1.

La resurrección de Aston Martin, tras sus debacles de Austin y México, se confirmó con la quinta plaza de Lance Stroll, justo por delante de Carlos Sainz. A ver quién explica ahora las excelentes prestaciones de este AMR-23, que ridiculizó a Mercedes y Ferrari, víctimas de todo tipo de infortunios en Sao Paulo. Y a ver quién cuestiona el hechizo de Alonso sobre este trazado, donde cierra el 106º podio de su carrera y recupera el cuarto puesto del Mundial, en detrimento de Sainz.

El mal fario de Leclerc

Fue otro domingo sin demasiada historia para Verstappen, que sólo perdió el bonus de la vuelta rápida ante Norris (1:12.486), a quien aventajó en algo más de ocho segundos a la caída de la bandera a cuadros. Pero también una carrera con bastante miga, más allá del indudable protagonismo de Alonso.

De inicio, todos los favoritos, salvo Charles Leclerc y Stroll, guardaron de inicio el blando nuevo. Había que prestar atención a las condiciones de la pista, con el asfalto a 50ºC y los turbos de los motores sufriendo más de la cuenta sobre los 800 metros de altitud de Sao Paulo. Para evitar el sobrecalentamiento, que había afectado de manera muy acusada a Ferrari, la FIA permitió ajustes de última hora en las branquias de refrigeración, sin que ello implicara sanción alguna.

Y ahí acabó la fortuna de la Scuderia, que vio cómo las opciones de Leclerc se perdían por el desagüe durante la vuelta de formación. “He perdido el sistema hidráulico ¿Por qué tengo tan mala suerte?”, exclamó el monegasco tras su impacto con las protecciones de la curva 7. Sin tiempo para la reacción se tomó la salida, embarrada por el toque entre Kevin Magnussen y Alex Albon, que desataría un desbarajuste de mil demonios. Las piezas voladoras del Williams y el Haas, en dirección hacia el pit-lane, terminaron por dañar a Oscar Piastri y Daniel Ricciardo. Tales fueron las escenas de caos, que la FIA optó por la bandera roja.

Una magnífica noticia para Aston Martin, porque Alonso y Stroll, dormidos en el arranque, habían sido presa fácil para Norris y Lewis Hamilton. De modo que el asturiano partió otra vez cuarto, con Sainz octavo, lamentando ya las carencias de su SF23: “Espero que tiremos este embrague nada más llegar a Maranello”. Mientras, al muro de Frédéric Vasseur llegaban otras palabras aún más enigmáticas de Leclerc: “No fue el hidráulico, pero tampoco puedo entrar en detalles”.

Quien sí habló claro en la resalida fue Alonso, con un soberbio adelantamiento sobre Hamilton en la curva 4, donde el sábabo ya había dejado varios ejemplos de su maestría. A dos segundos de Norris y a casi cinco del liderato, el podio de Aston Martin no se iba a jugar ante Mercedes, sino frente a Pérez. Tal era el ritmo del mexicano que no sólo se quitó de encima a George Russell y Hamilton en las vueltas 14 y 17, sino que aún repitió ante el heptacampeón tras un pit-stop que había perjudicado sus intereses.

“Todo bien por aquí. Sé lo que hago”

En la vuelta 26, Aston Martin llamó al fin a su líder para montar el neumático medio. Tanta demora, por entonces, sólo podía explicarse por un motivo: sus esperanzas ante Pérez se cifraban en el último juego de blandos nuevos. Cuando por radio le advirtieron de que el mexicano se acercaba a 1,5 segundos, su réplica sonó de lo más tranquilizadora: “Todo bien por aquí. Sé lo que hago”.

Verstappen, Norris y Alonso, en el podio de Interlagos.AFP

Para evaluar, en su verdadera dimensión, el ritmo del Aston Martin no sólo había que ver a Stroll desembarazándose de los Mercedes, sino al propio Alonso, multiplicando su ventaja hasta los 3,5 segundos. Mal lo debió de ver Christian Horner, que intentó el undercut en la vuelta 47. Por supuesto, la escudería de Silverstone respondió de inmediato, conservando intacto el margen.

Nada más volver a pista, Checo mostró toda su agresividad con unas gomas usadas, tres vueltas más viejas que las de Alonso. Al moverse en menos de un segundo, podía activar su DRS, e incluso se permitió una vuelta rápida en 1:14.1. Restaban 24 giros para la bandera a cuadros, tiempo más que suficiente, pero Fernando sacó todos sus trucos de presdigitador para negar la evidencia. Suyo era ese fabuloso podio que da algo más que un respiro a la tropa liderada por Mike Krack.

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