Eurocopa 2024
6-0 en Granada
Pasa por encima de la débil Chipre con una exhibición de Lamine Yamal y otra media docena de tantos que encarrilan la clasificación (6-0).
La sombra de Luis Rubiales va a tardar mucho en abandonar a la selección española. No solamente porque todos sus partidarios siguen en la Federación, y el ambiente es el que es, en los viajes y en Las Rozas. No solamente porque el proceso que todavía no ha comenzado para sustituirle va a ser crudo, y con víctimas, sino también porque él, Rubiales, no parece dispuesto a dejar en paz la que fue su casa. Ya es casualidad que ayer permitiera que la emisión de su primera entrevista tras el escándalo coincidiera con un partido de la selección, por mucho que ese partido fuera un puro trámite contra Chipre. No va a ser fácil borrar su rastro, incluso habiendo encarrilado el equipo su clasficación para la Eurocopa, que es lo que hizo ayer goleando a Chipre. [Narración y estadísticas (6-0)].
Al tiempo que Rubiales se explicaba, pues, De la Fuente hizo todo lo contrario que en Glasgow en el mes de marzo pasado. Debió pensar algo parecido a si aquel día me criticaron por cambiar a ocho de 11, hoy lo voy a hacer al revés. Tal cual. En lugar de cambiar a ocho de 11, dejó a ocho de 11. La inmensa mayoría de los que lo fueron en Georgia, y eso que el partido, el rival concretamente, permitía otra cosa. Solamente Merino entró por Fabián y Yamal y Nico por Asensio y Olmo, lesionados. El resto, los mismos.
Para saber más
Los “chispazos” de Yamal, el ‘caramelo’ de Nico y el tatuaje premonitorio de Ferran
Se puede interpretar el gesto de casi repetir once ante un rival tan extremadamente débil como el intento de seguir construyendo un equipo. Un colectivo reconocible, con unos titulares más o menos definidos donde puedan bailar una, dos, quizá tres piezas, pero que esté sujeto a un esqueleto en el que pensar de cara a la Eurocopa del año que viene, pues entre unas cosas y otras quedan apenas 10 meses para que empiece.
FORMAR UN EQUIPO
España, antes de debutar en esa competición (dando por hecho que se clasifica, al que que ha encarrilado estos días) va a jugar, en el mejor de los casos, siete partidos (los cuatro que quedan de esta fase de clasificación, dos en octubre y dos en noviembre, dos amistosos, uno de ellos contra Brasil, en marzo, y otro más antes de arrancar, ya en junio). No dispone de mucho tiempo, pues, De la Fuente, que se sabe bajo el foco permanentemente y, aprendida la lección de Glasgow, donde no pudo hacerlo peor en todas las facetas, no parece que vaya a dejar mucho más a la improvisación.
Una vez el balón estuvo en marcha, la única incógnita era saber cuándo llegaría el primer gol. Lo hizo en el minuto 17 en una acción made in esta nueva España, casi imposible de ver en la de Luis Enrique. Un lateral, Gayá, metiendo un balón por encima de la defensa al extremo, Nico Williams, cuyo centro remata un hombre de segunda línea (Gavi). Después llegaría el segundo, de Mikel Merino, también a centro de Williams, pero, en realidad, los goles solamente era lo que pasaba entre acción de Lamine Yamal y acción de Lamine Yamal.
UN SHOW
El chico es un espectáculo. Nadie sabe dónde estará dentro de un mes, o medio año, o cinco años. Pero hoy es un show. Lo más vistoso, claro, es su forma de encarar, de regatear, de irse contra el defensa, pero lo más llamativo, lo realmente ilusionante, es cómo entiende el juego, cómo no tiene prisa, cómo juega hacia atrás, cómo se asocia, cómo siempre, o casi siempre, elige bien. De un tiro suyo al larguero nació el tercero de Morata, invalidado por el VAR por fuera de juego.
La segunda parte, que comenzó muy sosa, se fue animando a ritmo de goles. Se pudo ver uno marcado entre cuñados, centro de Carvajal y remate de Joselu, que cada vez que aparece marca gol. Se pudieron ver dos de uno que regresaba, Ferran Torres, inédito desde el Mundial y que con esta camiseta también ve puerta con mucha facilidad. E incluso se vio un gol de debutante, que fue Álex Baena, el futbolista del Villarreal, en el primer balón que tocaba como internacional. Deja España el foco con 13 goles en dos partidos y con la Eurocopa a tiro de piedra, con bastantes ratos de buen fútbol y con la intención, firme, de huir de la sombra de Rubiales, que, conviene insistir, todavía es larguísima. No le va a resultar fácil.