El primer Real Madrid sin españoles en el once sucumbe en Villarreal debido a su caos defensivo

El primer Real Madrid sin españoles en el once sucumbe en Villarreal debido a su caos defensivo

LaLiga Santander


Villarreal – Real Madrid (2-1)

Actualizado

El equipo de Ancelotti pierde (2-1) con errores sucesivos de Mendy y Rüdiger. Benzema empata de penalti el tanto de Yeremy Pino, pero vuelve a hacerlo Gerard Moreno, después de dos manos en las áreas señaladas con polémica

Vinicius se lamenta, en Villarreal.Domenech CastellóEFE

Un Madrid sin españoles en el once, el primero en 121 años de historia. Un Madrid con Militao en la derecha, Mendy en la izquierda y Rüdiger y Alaba como centrales. Un Madrid sin Nacho ni Lucas Vázquez, pero un Madrid penoso en defensa, con el alemán despistado y el francés decisivo en el error que permitió el gol del Villarreal, antes de que el VAR nos enseñara el nuevo fútbol con dos penaltis de las manos que no se pueden amputar, por fortuna sin alterar en el marcador la jerarquía del juego. La derrota blanca (2-1) no es el resultado de un axioma, sino de un acto que muestra las debilidades del Madrid después del Mundial y que puede dejarle sin coliderato, a la espera de lo que haga el Barça en el Metropolitano.

Ni en Valladolid ni frente al Cacereño el Madrid mostró garantías, pese a los resultados favorables, aunque los partidos de esta Copa no sean unidad de medida para los análisis. El paréntesis de Qatar que complica el regreso de los grandes ha sentado, en cambio, muy bien al Villarreal para la maduración que necesita el juego de Quique Setién. En este equipo-probeta, con menos presión, menos egos y sin las provocaciones de Eder Sarabia, parece recuperar el pulso el técnico cántabro, aunque sin la inspiración que ofrece contemplar pastar a las vacas en el ‘prao’. Le queda el Mediterráneo. No está mal.

Ancelotti, en cambio, necesita hacer ‘reset’ y volver a conectar al Madrid. Que empiece por la defensa, donde urge la jerarquía de Militao donde más pesa, en el centro, y no vendría mal echar mano de Nacho, que es un seguro en tiempos de incertidumbre. Puede no tener la talla de otros, algo opinable, pero se equivoca menos. En la Cerámica se equivocaron demasiado todos.

RÚDIGER, DESPISTADO

El primero, Rüdiger, lo que llevó al Villarreal a pisar con intenciones la zona erógena del campo y presentar a un futbolista de futuro. Álex Baena llega con la pegada limpia, aunque no marque una de sus muescas a costa del Madrid. Le faltó afinar tanto como ha hecho en sus 10 goles esta temporada, cuatro en la Liga. Unai Emery lo llevó al primer equipo antes de regresar a la Premier y ahora la pregunta es cuánto durará en el Villarreal de los Roig, un club vendedor. El portero Rulli es el último ejemplo.

Tenía el Madrid una idea, pero no los mecanismos ni la precisión para ejecutarla. De ahí sus problemas en un primer tiempo dominado en todas las suertes por el Villarreal. Todas menos el gol. Eso contra los blancos no es fútbol, es funambulismo. Por suerte para los de Quique Setién, el arranque del segundo acto corrigió la disfunción entre lo que decía la pelota y el marcador.

EXCELENTE GERARD MORENO

Quería llevar su defensa adelante el equipo de Ancelotti, pero sin la presión adecuada sobre los pasadores contrarios, fueran Parejo o, sobre todo, Gerard Moreno, el mejor de su equipo y una ausencia en Qatar que deja preguntas. Como la de Raúl Albiol. Fue una constante desde el arranque, con ocasiones que tuvieron a Yeremy Pino, perdedor de un mano a mano con Courtois, y a Coquelin, que lanzó al poste de tacón, como actores. La interpretación de la dudas del Madrid por parte de Gerard Moreno fue excelente, como un vértice mortal fuera en el último pase o en las transiciones. En el primer gol, se aprovechó del error de Mendy, para lanzar a Yeremy Pino, que esta vez encontró la red. El tanto del penalti que definiría la victoria local premió su partido.

Es seguro que Ancelotti hizo ver a sus jugadores los errores que habían cometido durante el primer periodo, pero no sirvió de nada. En el regreso al campo, a la primera lo entendieron. Ese Madrid nefasto en defensa no compensaba sus defectos gracias a su poder ofensivo, en absoluto. Salvo por un ‘aclarado’ de Modric a Vinicius, secado por Albiol, el Madrid únicamente comprometió una vez a Pepe Reina en todo el primer tiempo. Benzema lo lanzó al primer toque y el portero evitó el gol con la pierna en su salida. En este regreso al arco como titular, a sus 40 años, debido a la salida de Rulli, la circunstancia era propicia para que el Madrid hubiera sido más amenazante, pero no fue capaz.

EL VAR Y EL NUEVO FÚTBOL

Después de que el gol de Yeremy Pino diera la razón al juego y actuara como un punzón sobre el sistema nervioso del Madrid, entró en acción el VAR, con el que asistimos, ya sin duda, a un nuevo fútbol, en lo que tiene que ver con las manos en las áreas. Primero señaló Soto Grado, por indicación de la sala VOR, una mano de Foyth en el inicio de una jugada que acabó con un error de Benzema. A continuación, pitó otra de Alaba mientras el defensa se levantaba. Ninguna de esas dos acciones tenía la intencionalidad, el dolo que una pena máxima merecería. Pero es lo que hay. Benzema y el propio Gerard Moreno devolvieron con sus aciertos al partido donde estaba.

Ancelotti necesitaba revolucionar el choque y para ello tiró de sus dos principales agitadores, Lucas Vázquez y Camavinga. Tchouaméni no había conseguido imponer dominio en los medios, Vinicius alternaba arranques con protestas, demasiadas últimamente, y Valverde continuaba sin la energía y los arranques que tenía antes de Qatar. Quique Setién empezó a sentir los nervios que no había padecido en un partido entonces vertiginoso, algo que no es lo que más le gusta. Danjuma fue su opción para responder y la realidad es que fue el delantero quien más cerca estuvo, sobre el pitido, de aumentar la victoria local, pero no de cambiar la realidad. A Ancelotti le corresponde hacerlo, en mitad del maratón que vuelve a citarlo, en la Copa, en el lugar de esta derrota .

kpd