En 2019 a Burrow le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica
El momento en el que Sinfield cruza la meta con su amigo Burrow.BBC
El entrenador británico de rugby Kevin Sinfield ha protagonizado una emotiva escena al correr la maratón de Leeds y cruzar la meta junto a su amigo Rob Burrow, ex jugador de rugby que fue diagnosticado de ELA en 2019.
En un vídeo publicado por la BBC se puede ver como Sinfield, que empujaba la silla de ruedas en la que se encuentra Burrow, para justo antes de cruzar la meta, le coge en brazos y cruza la meta con él.
Burrow y Sinfield fueron compañeros de equipo en Leeds y ambos jugaron también para la selección de rugby de Inglaterra.
Desde que en 2019 Burrow fuese diagnosticado de esclerosis lateral amiotrófica, su amigo ha realizado una gran labor de concienciación sobre la enfermedad. De hecho, ha corrido varias carreras para recaudar fondos para la enfermedad que padece su amigo.
El Juzgado de lo Penal número 4 de Barcelona ha archivado la querella interpuesta por el empresario Jaume Roures contra el ex presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y su mano derecha en el club, Jaume Masferrer, que ocupaba el puesto de director de Presidencia.
Roures argumentó, a raíz del denominado caso Barçagate, que ambos eran responsables de los delitos de injurias y calumnias contra él por haber contratado desde el club azulgrana la empresa I3 Ventures con el objetivo de difamar a los enemigos de la junta directiva en redes sociales.
El magistrado Francesc Calls considera que los hechos denunciados por Roures están prescritos y da carpetazo a una causa que ya fue archivada por el Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona y reabierta posteriormente para que se investigara el delito de injurias. La misma juez que instruye el caso Barçagate ya concluyó que, a su juicio, los hechos no eran constitutivos de delito y subrayó que no existen indicios de que Bartomeu y Masferrer contrataran a I3 Ventures para atacar al empresario audiovisual.
Roures les atribuía, sin embargo, haber estado detrás de las críticas que recibió a través de varias cuentas de Twitter y Facebook creadas por I3 Ventures, que fue la entidad que tenía contratada el Barça para monitorizar las redes sociales y analizar la imagen que se proyectaba en ellas del club, de sus directivos, así como de los jugadores del primer equipo. Las referidas cuentas atribuían a Roures episodios de "evasión fiscal", haber "acogido a etarras en su casa" o haber pagado "20 millones para frenar una investigación por soborno en el caso Fifagate".
La magistrada estimó inicialmente que para acusar a Bartomeu y a su mano derecha hacían falta "hechos inequívocos, concretos, determinados y precisos" y éstos no aparecían en este caso. Ahora el juez ha decidido, sin entrar en el fondo de la cuestión, que los hechos supuestamente delictivos están directamente prescritos.
El árbol genealógico de Lenny Martinez (Cannes, Francia, 2003) esconde un apasionante repaso por los últimos años de la historia del ciclismo francés. Estirpe de pequeños escaladores. Su abuelo, su padre, su tío fueron ciclistas profesionales, pero hasta los hermanos de su abuela disputaban carreras. Con su maillot de puntos rojos que atrapó en los puertos encadenados del lunes por el Macizo Central, se ha propuesto una misión, honrar a Mariano, el «francés de Burgos», el escalador con gafas ganador de la Montaña en el Tour de 1978.
Porque todo se remonta a Burgos, a los 60, a la emigración. Cuando tenía cinco años, la familia Martínez, que ya perdió el acentos en el apellido, puso rumbo a la Borgoña en busca de trabajo y oportunidades y en Nevers crecieron los pequeños Martín y Mariano, que encontraron la pasión en una bici que su padre guardaba pero que tampoco les dejaba usar. «A los 20 años ya había sido campeón de Francia júnior, pero trabajaba en la cadena de montaje de la fábrica de Fiat, reconstruyendo motores de camiones», rememoraba Mariano, todavía con el palmarés más lustroso de toda la saga, que a los 15 ya tenía la nacionalidad francesa, aunque siempre le iban a llamar «el francés de Burgos».
Martín llegó a ganar una etapa en la Vuelta del 74, pero Mariano, dos años más pequeño, fue mucho más allá. En el 78 conquistó la clasificación de la Montaña en el primer Tour de Bernard Hinault, aunque, curiosamente, él siempre pensó que no lo mereció, pues hubo varias irregularidades que acabaron por expulsar de la carrera a Michel Pollentier y Antoine Gutiérrez. Ese mismo Tour levantó los brazos en Pla d'Adet, su primer triunfo de etapa en la Grande Boucle, ya con 30 años. Dos después lo repitió en Morzine. También fue bronce en el Mundial del 74, donde compartió podio en Montreal con Merckx y Poulidor, nada menos. Y fue sexto en la general del Tour del 72, el cuarto de Merckx, uno de los logros que más valora.
A sus 78 años, desde su casa de Garchizy, sigue sin perder detalle a las andanzas de su nieto, como antes lo hizo con sus hijos Miguel, que disputó el Tour de 2002 con el Mapei y triunfó principalmente en el mountain bike, donde fue campeón olímpico en Sydney y del mundo, y Yannick. «Hablábamos de ciclismo constantemente y Lenny estaba harto de pequeño. No le gustaba. ¡Es un maldito Martinez! El hijo del profesor no puede ser el último de la clase», recordaba Mariano en L'Équipe.
«Es meticuloso y aprende muy rápido»
El pequeño Lenny, predestinado, se crio con su madre en Cannes y de niño no optó precisamente por la bici. Lo que le gustaban eran las volteretas en los edificios industriales en ruinas y practicando Urbex se rompió dos veces la clavícula. «Al final, lo inscribimos en una carrera, sin darle instrucciones, y ganó. Desde entonces, sólo ha mejorado. Es meticuloso y aprende muy rápido», contaba el abuelo. Fue cuando se trasladó con su familia paterna a Borgoña cuando el ciclismo le acabó conquistando.
Y, con sus 168 centímetros y poco más de 50 kilos de inquieto grimpeur no tardó en despuntar. Tras dar el salto al profesionalismo con el Groupama, ganó la clásica del Mont Ventoux. Y con poco más de 20 años debutó en la Vuelta, donde se convirtió en el líder más joven de la historia, arrebatando el honor nada menos que a Miguel Indurain. Puso su sello precoz en el Observatorio de Javalambre, donde sólo Sepp Kuss llegó por delante de Lenny.
Lenny Martinez, con el maillot de la Montaña del Tour.MARTIN DIVISEKEFE
Tras un 2024 en el que debutó en el Tour, el Bahrein le firmó un jugoso contrato y los éxitos no han tardado en llegar. Su temporada incluye ya tres triunfos parciales brillantes en París-Niza, Tour de Romandía (quedó, además, segundo de la general) y Dauphiné. Y ahora, la Grande Boucle le aguarda en sus montañas, donde lucirá el polka dot con pretensión de conservarlo hasta París (el último francés en lograrlo fue Romain Bardet, en el 2019), como Mariano en 1978.
«Me resulta raro llevar este maillot que mi abuelo ganó hace tanto tiempo... Se sentirá orgulloso de mí», admitía en Le Mont-Dore, donde resultó llamativo verle tirando de Pogacar y Vingegaard en los últimos metros de la etapa «sólo fue porque quería terminar entre los 10 primeros de la etapa». Hoy, en los Pirineos seguirá buscando puntos para honrar a Mariano: "La etapa es larga y las subidas están dispuestas en la parte final, pero aun así voy a intentar meterme en la escapada. Procuraré no quemarme en los primeros repechos. Necesito sumar el máximo de puntos para conservar este maillot el mayor tiempo posible. Lo haré lo mejor que pueda, y si un día estoy en condiciones de ganar la etapa, por supuesto que iré a por ella".