El Barça encontró la horma de su zapato en Anoeta. La Real Sociedad, con un Take Kubo dándolo todo tanto en defensa como en ataque y un orden capaz de desesperar a los azulgrana, le infligió al conjunto de Hansi Flick su segunda derrota en Liga en lo que llevamos de temporada gracias a un solitario tanto de Becker. Aunque los donostiarras tuvieron ocasiones para cerrar el partido mucho antes. [Narración y estadísticas, 1-0]
De nada les sirvió a los barcelonistas tratar de apretarle los tornillos a su rival como de nada tampoco le sirvió al entrenador teutón protestar el gol anulado por fuera de juego a Lewandowski. Flick entendió que el automático había tomado el pie del central txuri urdin por el del punta polaco, aunque lo que condenó realmente a los suyos fue perder la chispa mostrada hasta ahora en ataque.
Dominó el Barça los instantes iniciales del partido, pero a los azulgrana les costaba Dios y ayuda concretar ocasiones claras de gol y, de hecho, la más clara que tuvieron, en la que Lewandowski acabó enviando el balón al fondo de la red, acabó siendo invalidada por el protestado fuera de juego. Un fuera de juego por escasos centímetros y señalado tras intervención del sistema semiautomático.
El susto, en este caso, hizo que la Real Sociedad despertara de su aparente letargo de los primeros minutos, por medio, sobre todo, de un Kubo que se multiplicó tanto en ataque como en defensa. El 1-0, no obstante, llegaría gracias a la presión en la salida de balón barcelonista, con Sucic peinando el esférico y Becker marchándose por velocidad, tras un inoportuno resbalón de Cubarsí, para inagurar el marcador más que cumplida ya la primera hora del duelo.
El tanto espoleó aún más a los locales. Tanto, que incluso tuvieron una opción clarísima para poner aún más tierra de por medio, tras una acción de Kubo que Oyarzabal mandaría finalmente al limbo. El Barça, mientras, buscó también un poco más la portería de Remiro, con más corazón cabeza y más ganas que puntería. No obstante, su postrero arreón de la primera mitad no lograría evitar que la Real se marchara a los vestuarios con ventaja en el marcador y unas sensaciones absolutamente inmejorables para asegurar que los tres puntos se quedaran en casa.
En la reanudación, Flick optó por dar entrada a Dani Olmo por un Frenkie de Jong que no acababa de tener el día en Anoeta y que, además, se quejó de varios golpes a lo largo de los primeros 45 minutos. Becker, con una acción rapídisima, pero que moriría en las manos de Iñaki Peña, abrió fuego muy pronto.
Duelo bajo palos
El meta azulgrana, poco después, se resarciría de un fallo en el desplazamiento de balón con una plástica parada a remate de Oyarzabal para enviar el balón a córner y respiraría aliviado después de que Becker, forzado, no encontrara portería con su remate. Remiro, mientras, en la otra portería, tuvo que emplearse a fondo para evitar un gol en propia meta tras un intento de despeje de Zubimendi que acabó cargándose con mucho veneno.
Tras la efervescencia de los primeros instantes del segundo tiempo, el Barça empezó a diluirse paulatinamente en ataque. Con Raphinha y Lewandowski mucho menos atinados que de costumbre, ni siquiera las buenas maneras de Olmo parecían propicias a romper el orden de la zaga de los donostiarras.
El reloj, inexorable, provocó que los azulgrana fueran además actuando cada vez con más precipitación, condenando una y otra vez sus, en esta ocasión, escasas opciones de llevarse por lo menos un punto de Anoeta. El toque de corneta de los instantes finales, con los de Flick volcados en el área contraria, fue más vistoso que efectivo y no lograría evitar la segunda derrota barcelonista en la Liga.