0-2 en el Sánchez-Pizjuán
El equipo de Quique, sin recursos ante un rival que plasmó su superioridad con los goles de Vesga y Paredes (0-2).
El Athletic apuntaló su plaza europea al ganar con todo merecimiento en el Sánchez-Pizjuán a un Sevilla en descomposición, en un encuentro en el que un gol en cada periodo, de Mikel Vesga el primero y de Aitor Paredes el segundo, decantaron el marcador. [Narración y estadísticas (0-2)]
Los vascos dominaron de forma abrumadora un primer tiempo en el que los locales no remataron ni una sola vez y se limitaron a capear con dificultad las ofensivas del rival, que a los diez minutos ya había disparado dos veces con peligro mediante Alex Berenguer, que propició paradas meritorias de Marko Dmitrovic.
Mediada la primera mitad, una combinación vertiginosa entre Nico Williams, que descargó con la espuela antes de correr al espacio, y Berenguer terminó con un remate demasiado cruzado del internacional, solo ante el portero tras un recorte sobre Sergio Ramos y el pase de su compañero.
Lesión de Gudelj
Cada vez defendían más hundidos los sevillistas, cuyos mediocentros apenas sostenían, de modo que el Athletic cargaba el área sin riesgo de contragolpe como en la acción del 0-1, que llegó después de un centro frontal de Iñigo Ruiz de Galarreta cabeceado de forma primorosa por Vesga, uno de los cuatro visitantes al remate.
En el tramo final de la primera parte, una lesión aparentemente grave en el pie derecho de Nemanja Gudelj, suplido por Ivan Rakitic, venía a agravar los problemas de un Sevilla que podía darse por satisfecho con la desventaja mínima al descanso, ya que su puerta se vio amenazada por los constantes ataques de los vizcaínos.
El intermedio no cambió el escenario, ya que el Athletic estuvo a punto de doblar la renta con una doble ocasión a los veinte segundos del segundo tiempo, primero con un disparo a la cruceta de Nico Williams y, en el rebote, mediante un tiro de Gorka Guruzeta en el que dio en Loïc Badé.
Ocasiones sin premio
Rondando la hora de juego, reaccionaron al fin los sevillistas con una falta de Sergio Ramos desde la media luna que desvió Yuri Berchiche cuando el balón volaba hacia la escuadra y, acto seguido, con un robo en presión alta que facilitó un zurdazo con efecto de Suso que rozaba el poste a portero batido.
Era el momento de los locales, que sin embargo se desintegraron con el segundo tanto, obra de Paredes. La tensión es tal en el Pizjuán que Ramos, al final del partido, se encaró con un aficionado que le estaba criticando: «¡Respeta un poco, respeta a la gente y cállate ya, anda!», le dio, visiblemente enfadado.