El Deportivo Alavés comunicó este lunes que Luis García Plaza deja de ser entrenador del equipo vitoriano y que su sustituto es el argentino Eduardo Coudet. El técnico madrileño cesa tras los últimos resultados y cierra así su etapa como entrenador albiazul tras dirigir al equipo vitoriano en un total de 108 encuentros oficiales y lograr un ascenso de categoría a Primera División.
El curso pasado acabó en décima posición en Primera División y en la campaña actual, a pesar del gran inicio, únicamente había sumado únicamente 4 de los últimos 27 puntos. El club agradece al técnico “su trabajo y compromiso durante su etapa como técnico albiazul” y le desea “el mayor de los éxitos en sus futuros proyectos profesionales y personales”.
Poco después el club anunció que Eduardo Coudet es el sustituto de García Plaza y que se compromete con el conjunto vasco hasta el final de la presente temporada con opción de prolongar el vínculo una campaña más.
El técnico bonaerense, de 50 años, cuenta con una experiencia de 84 partidos en las filas del Celta de Vigo, al que dirigió durante dos temporadas y media. Posteriormente dirigió al Atlético Mineiro y al Internacional de Porto Alegre de Brasil. Antes de aterrizar en la liga española por primera vez estuvo al frente de Rosario Central, Tijuana y Racing de Avellaneda.
En su palmarés como técnico destacan una Superliga Argentina y un Trofeo de Campeones con Racing, además de dos subcampeonatos de Copa.
El ‘Chacho’, como se conoce al entrenador argentino ya desde su etapa como futbolista, llega al Deportivo Alavés acompañado por dos técnicos asistentes, Patricio Graff y Carlos Miguel Fernández y dos preparadores físicos, Octavio Manera y Guido Cretari y se incorporará de inmediato a la disciplina de trabajo albiazul para dirigir al equipo en el encuentro de Copa del Rey de este jueves, ante el Deportiva Minera en Cartagonova.
De origen humilde, su padre es vendedor ambulante de hortalizas, Antonio Blanco (Montalbán, 2000), Nono para su familia cordobesa, dejó el Real Madrid por la Segunda previo paso por el Cádiz. No hubo miedo en su decisión, sino amor por el fútbol y por jugar.
¿Parece que lleva jugando una vida y solo tiene 24 años ?
Para lo poco que llevo de carrera, es verdad que he vivido bastante y muy bueno casi todo.
¿Si echara la vista atrás, a Montalbán, lo habría imaginado?
Nunca. Te lo imaginas, lo sueñas, pero hasta que se cumple no eres consciente. Estás en tu pueblo jugando con tus amigos en la calle y tu ilusión es jugar al fútbol en Primera y vas dando pasos, debutas con el primer equipo... y ahí ves que el sueño se va cumpliendo.
¿Cuándo ve que puede ser real?
Cuando llegas al Real Madrid ya eres más consciente de que puedes cumplir el sueño. Es verdad que yo fui muy joven, con 13 años, y tienes mucho camino, pero pasan los años, y eres importante en todas las categorías.
¿Dudó alguna vez?
Hay un verano que vengo del pueblo, en juveniles, y la pretemporada ya se me hizo dura, luego la temporada tampoco fue bien y recuerdo llamar a mi padre llorando y decirle: "Dejo esto, quiero estar en el pueblo con mis amigos que es donde soy feliz". Me respondió que no iba a ser fácil, pero que si estaba aquí era porque tenía cualidades y tenía que trabajar duro para lograrlo y si no que me volvía y listo. A los dos días se me pasó, pero gracias a su consejo estoy donde estoy.
Cualquiera le dice que no a su padre, con la vida que lleva él.
Con lo que cuesta todo para llegar donde estás... No puedes echarlo a perder por un pensamiento o un mal día, en el fútbol o en la vida. Como para decirle a él que se levanta todos los días a las 6am, que lo voy a dejar.
¿El 18 de abril de 2021 cumplió un sueño o culminó un trabajo?
Fue un sueño y el mérito de todo el trabajo desde que empecé en el pueblo a jugar a lo que me enseñaron en la Fábrica. No lo esperaba. Un día muy especial el de mi debut, porque hacerlo con Zidane y con los jugadores que hay en el Real Madrid, es muy complicado, así que fue un día muy bonito.
El futbolista en un entrenamiento.Alavés
¿Hay diferencias entre el vestuario del Alavés y del Madrid?
Lo único que cambian son los nombres, salvando las distancias. Quiero decir que son grupos humanos muy buenos. Casemiro, por ejemplo, al día siguiente a debuta me daba consejos sobre que había jugado bien, pero que esto no acaba aquí y que tenía que seguir demostrando que podía jugar en el Madrid, que debía mantener la humildad. Que te lo diga un jugador como Casemiro, siempre me ha marcado. Me ha cuidado mucho y me he sentido muy protegido con él. Ahora en el Alavés, que también es un grupo humano muy bueno, está Kike con una gran trayectoria y es un tío espectacular. Son grupos humanos parecidos porque te aconsejan mucho.
¿Y se entrena igual?
Con el Madrid veías que el balón volaba, que no te podías despistar un segundo y una vez te meten en esa dinámica te acostumbras a ese ritmo, a mirar antes de recibir la pelota, a girarte, a jugar rápido y el filial, en cambio, iba a otra velocidad. Gente como Kroos, Luca o Casemiro saben lo que es el fútbol y tienen una intensidad que aprendes muchísimo.
¿Piensa qué sería de usted si hubiera seguido en el Real Madrid? Ahora que están sin 5.
Cuando firman a Tchouameni yo sabía que era el momento de salir porque estar ahí con los mejores jugadores es complicado y yo quería tener minutos y quién sabe si volver algún día. Ellos ahora tienen jugadores muy buenos, pero la verdad que la salida de Toni se nota porque era muy bueno y le daba mucho sentido al juego.
Sale al Cádiz, no va bien, y apuesta por un Alavés en Segunda, ¿le dio miedo?
No, cuando hablo con el director deportivo y con Luis [Gª Plaza], que también recibí su llamada, ni me lo pensé. Alguno me decía que era un paso atrás pero no pensaba eso. Sabía que para seguir creciendo, si tenía que jugar en Segunda, lo hacía. Me quedé el primer año de Ancelotti, pero no estaba teniendo la oportunidad que me gustaría.
¿Reprocha a Ancelotti su salida del Madrid?
No, Ancelotti también me dio muchos consejos y aprendí de él, pero si tú ves que no tienes esa oportunidad, lo mejor es salir y seguir creciendo. Al final no te puedes quedar ahí estancado.
¿Cómo ve a Luis? ¿Es muy diferente a Zidane o Ancelotti?
Cada uno tiene su estilo y siempre ha sido muy cercano al jugador. Nos trata muy bien y da oportunidades. Es su tercera temporada y creo que está siendo buena, estamos contentos. Ha conseguido hacer un gran equipo, sobre todo a nivel de vestuario, que es lo importante, porque esto lo sacamos juntos.
Blanco, en el posado de inicio de temporada.Alavés
Llega Simeone, ¿le gusta su estilo?
Lleva ya muchos años en el Atleti y tiene un estilo diferente... (se calla para pensar)
O sea, que no
No, no (risas) este año también está teniendo el balón. Tiene jugadores para manejar diferentes tipos de partidos, tanto haciendo un bloque bajo como manteniendo el balón.Tiene un mediocampo muy bueno y con grandes jugadores arriba para crear peligro al rival. Va a ser un partido muy complicado.
Tienen a Giuliano de espía
Está demostrando cómo es como jugador, no da un balón por perdido, lucha todo. Creo que va mucho con la identidad de lo que es el Atlético.
¿Debe ser duro entrenar a tu hijo?
No sé qué es más difícil si entrenar a tu hijo o que te entrene tu padre.
¿Se imaginas a las órdenes de su padre?
No, no (risas) él a lo suyo y yo a lo mío.
¿Qué le debe a sus padres?
Darles las gracias por ser la persona y el jugador que soy. El trabajo, la humildad, el no rendirte, pues son valores que de pequeño siempre me han inculcado. También mi padre es muy futbolero y en verano me iba con él y me enseñaba los controles, pases, tiros... si estoy donde estoy es gracias a ellos.
Se planteado ser padre
Lo hemos pensado muchas veces, pero somos jóvenes. Aunque llevemos ya muchos años, seguro que se acabará dando la oportunidad, pero todo tiene su momento y ahora estamos muy bien así. No hay que correr tampoco.
Normalmente, los futbolistas lo hacen todo antes
Nadie está preparado para ser padre hasta que se da. Yo miro a mis amigos y no me imagino a ninguno. Pero es verdad que la vida del futbolista nos lleva a ser más maduros. Y a algunos jugadores les lleva a ser padres y es bonito, pero también tiene que ser difícil.
Sienta sus 193 centímetros y se pone un poco de vaselina en los labios. «¡Hace mucho frío!», exclama, aunque la exclamación de Samuel Aghehowa, Samu, (Melilla, 20 años) es tenue como un susurro. Esa timidez apenas deja oír el acento andaluz de quien, hoy, acapara todos los focos en la selección española. Protagonista de un viaje que se inició en Nigeria y pasó por Marruecos, siguió en un centro de acogida en Melilla y germinó en un barrio humilde en Sevilla, el chico cuenta su historia con la mirada de quien todavía teme que todo sea un sueño. Ni siquiera tener que salir pitando de un Mercadona en Oporto porque allí es un ídolo le saca de su objetivo: seguir mejorando para devolverle a su madre todo lo que su madre le ha dado a él.
Bueno, ¿cómo está?
Viviendo un sueño que a veces no me creo que esté pasando.
¿Le han hecho alguna novatada? ¿Le han puesto a cantar?
No, no, de momento... Tengo preparada la canción que cantaré por si acaso, pero vamos, que si se olvidan, no pasa nada.
¿Cómo ha llegado hasta aquí un chico de 20 años que debutó en Primera hace poco más de un año?
Con mucho sacrificio. Creo que me he esforzado mucho para llegar, siempre con ganas de superarme y ser mejor cada día. No me olvido de todos los que me han ayudado.
Dice «con mucho sacrificio», pero en honor a la verdad, el primer sacrificio, el más bestia, y en torno a eso gira casi toda la conversación, lo hizo su madre, Edith Aghehowa. Ella fue quien salió de Nigeria estando embarazada de Samuel, ella fue quien cruzó a Melilla para que su hijo, al que temió perder varias veces en esa odisea, naciera en España, ella fue quien, mudándose a Sevilla, se quedó sola con Samu y con su hermana, Precious, hoy 16 años, y lo hizo como pudo: limpiando, cuidando ancianos... Quizá por eso pide que se le conozca por su segundo apellido, Aghehowa, y no, como hasta ahora, por el paterno.
¿Qué recuerda de su madre cuando usted era niño?
La recuerdo trabajando. Ha trabajado de muchas cosas, de lo que salía, porque no tenía trabajo fijo. Fue una época muy dura y mi madre trabajaba de lo que salía para ponernos un plato de comida cada día a mí y a mi hermana.
¿Siente que le faltó algo durante esos años?
Estoy muy orgulloso de mi madre, siempre ha luchado para que yo y mi hermana saliésemos adelante. No estábamos en buena situación, pero siempre nos dio todo lo que nos pudo dar y yo ahora trato de recompensarla, aunque por mucho que gane, por mucho que le devuelva, nunca será suficiente.
SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL
Dijo hace no mucho que su objetivo era que su madre dejase de trabajar. ¿Lo ha conseguido?
Gracias a Dios, he podido hacer que mi madre deje de trabajar. Ella sufrió mucho por mí, se merece todo lo bueno que le pase, sobre todo se merece una vida tranquila.
¿Qué más recuerda de aquellos años?
Pues que mi madre me acompañaba a los entrenamientos, porque para llegar desde casa a la Ciudad Deportiva teníamos que coger dos autobuses, o si no el metro. Llegábamos tardísimo a casa muchos días y yo al día siguiente tenía colegio. Todo ese sufrimiento, ese sacrificio que ella ha hecho por mí...
¿Qué hizo con el primer dinero que ganó con esto del fútbol?
Por supuesto, le compré una casa para que pueda disfrutar, junto a mi hermana, de la vida que se merece. Estoy muy orgulloso de ella, todo lo que yo haga por ella se queda corto ante lo que ella ha hecho por mí.
¿Cómo más le puede compensar?
Diciéndole que la quiero mucho. Se lo digo todos los días. Es la mujer más importante de mi vida y todo lo que hago es por ella.
"Cuando voy a mi barrio sigo haciendo las mismas cosas que hacía con mis amigos"
Edith, la madre, estaba sola con sus dos hijos, escrito queda, así que siempre necesitó ayuda para poder compatibilizar el trabajo y el cuidado de los niños. Aquí surge la historia de Antonio y Juani, «mis padrinos». «Antonio era como mi padre, falleció hace años. Cuando mi madre tenía que trabajar, nos dejaba con ellos, que eran nuestros vecinos de abajo. Ellos fueron quienes ayudaron a criarnos, a educarnos. Antonio fue el que me apuntó a mi primer equipo, el Inter 4, de fútbol sala en Sevilla. Les estaré eternamente agradecido», cuenta alguien que sólo recibió broncas de su madre cuando algo se rompía en casa por las patadas del chaval al balón.
Es una persona agradecida.
Soy muy humilde y agradecido. Nunca olvido a las personas que me ayudaron en los momentos difíciles.
¿El fútbol le ayudó a ignorar los peligros de un barrio humilde como era el suyo?
Soy un chico que tengo muy claro lo que quiero, y no me dejo influenciar por las personas. Nadie me ha influenciado para mal. Las cosas malas que ha ido habiendo en mi vida las he ido viendo y me he alejado. Siempre he tenido un ambiente muy sano. Muy humilde, pero muy sano.
Siempre se remarca, para mal, el hecho de vivir en un barrio humilde.
Yo he sido muy feliz, y estoy muy orgulloso de donde vengo [el barrio de El Cerezo, en Sevilla]. De hecho, cuando voy a mi barrio sigo haciendo las mismas cosas que hacía con mis amigos. Vamos al parque a hablar de la vida, o de lo que sea. No por estar donde estoy he cambiado como persona.
SERGIO ENRÍQUEZ-NISTAL
Nos contó un día Nico Williams que se quiso comprar un Porsche y su madre no le dejó. ¿Usted?
Ni me lo he planteado. Si en un futuro me puedo dar un capricho me lo daré, pero ahora lo único importante es que mi familia esté bien.
Dice la hemeroteca que tiene un 48 de pie. «Es un 47», matiza, y al margen de si es un error de la documentación o que le ha encogido, un Samu ya relajado cuenta cómo todos los veranos ha asistido a campus de tecnificación para mejorar. «No sólo los veranos. También los días de descanso no dejo de entrenar, porque me faltan muchas cosas por mejorar. Quiero ser un jugador bueno a nivel europeo, a nivel mundial». Vive solo en Oporto, aunque recibe muchas visitas: de su madre y su hermana, de amigos de Sevilla, de sus agentes. Lleva 12 goles, ocho en Liga y cuatro en Europa League, y se intuye en él un delantero para una década, mucho más tranquilo ahora ante la portería rival, mucho mejor en la toma de decisiones. Está cumpliendo el sueño de quien siempre supo que llegaría, casi desde ese Inter 4, o el Nervión, o el Granada, o el Alavés...
¿Cuándo se da cuenta de eso, de que va a llegar?
Siempre he tenido en mi cabeza que el fútbol iba a ser mi vida. Cuando estaba en el filial del Granada, incluso ya en el juvenil, tuve una conversación con mi madre, porque lo estaba pasando mal entrenando por la mañana y estudiando por las tardes. Le dije que iba a ser futbolista y...
Y dejó los estudios.
Lo dejé, sí, porque no me daba la vida y tampoco es que sea muy buen estudiante.
¿Se plantea retomarlos?
Sí. Nadie sabe lo que va a pasar en la vida y los retomaré más pronto que tarde, eso seguro.
"Nico, Lamine, yo... representamos al país sin importar el color de la piel"
Es muy elogiado el mestizaje de esta selección. Nico, Lamine, Balde... ahora usted.
Inmigrantes en España hay, eso es evidente. Nico, Lamine, yo... representamos al país sin importar el color de la piel.
¿Ha sufrido el racismo?
Sí he sufrido racismo, pero es un tema del que no quiero hablar.
La conversación llega a su fin y el epílogo resumen a Samu. «¿Cómo me veo dentro de unos años? Siendo la misma persona humilde que soy». Aunque tenga que ponerse el gorro de la sudadera para no colapsar Mercadonas en Oporto.