El pulso con Valverde era un pulsito, porque el uruguayo es uno de los capitanes, pero un capitán del servicio. Un pulso con Xabi Alonso sólo lo resiste una prima donna. Si Valverde decidió aclarar públicamente que no se había negado a jugar en el lateral es porque, verdad o mentira, entendió que era necesario aclarar algo. Mal asunto. Había dicho, también públicamente, que no se sentía cómodo en el puesto. Al siguiente partido, frente al Villarreal, ocupó ese lugar, en minusvalía por las lesiones de Trent y Carvajal, y recibió un mensaje sin palabras, pero cargado de intenciones. Lo que puede llevar al once al uruguayo es la polivalencia.
Centrocampista físico pero de conducción, no de posición, Valverde es una pieza a contraestilo con lo que busca Alonso, que quiere velocidad de balón entre las piezas, no piezas arriba y abajo en el centro del campo. Eso delante, con Mbappé y Vinicius, que poco a poco se reencuentra tras un inicio apocado en el área y en el ego por el arranque del francés, merced a goles que son como caramelos balsámicos. El pie de Comesaña ayudó a tragar el primero. La mano de Arnau Tenas no impidió el segundo, de penalti.
El orden táctico y las posesiones largas favorecen menos a Valverde que los estallidos del calculado desorden de Ancelotti. El Madrid busca ahora el control, no el box to box para el que el uruguayo es un portento. Por esa razón Alonso ha quitado el polvo a Ceballos. Eso no quiere decir que no haya momentos para desatarse, especialmente en las segundas partes, con el Madrid en ventaja en el marcador y espacios por delante.
Los hubo ante el Villarreal, con una llegada y asistencia del uruguayo a Bellingham. Ello, sin embargo, podría implicar la suplencia, sobre todo cuando vuelvan los titulares del lateral, y entender que se puede ser importante sin ser titular. Lo han de comprender Valverde y su entorno, porque quienes viven de los jugadores suelen ver más fantasmas de los que hay en un vestuario.
Valverde cumplió ante un Villarreal tímido, más tiempo donde es peor -en su propio campo- que donde es mejor. Una de sus recuperaciones, en situación de mucho peligro, fue aplaudida por el Bernabéu, que coreó su nombre. Valverde levantó el dedo como un triunfador, aunque el triunfador era su entrenador.
Es como una ley no escrita. En el Real Madrid, y en la mayoría de clubes de fútbol, la rueda de prensa previa al partido anuncia a uno de los once titulares de dicho equipo en el encuentro. Sucede así en el conjunto blanco desde hace años, tanto en la época de Ancelotti, de Zidane e incluso de Mourinho. Y también en la de Xabi Alonso.
En Liga sólo habla el técnico, pero la primera jornada de la Liga de Campeones, la competición que obliga a un futbolista a acompañar al entrenador en la comparecencia previa, Aurelien Tchouaméni fue el portavoz del vestuario y 24 horas después fue titular. Por esto, y por alguna que otra cosa más sentida en el estadio, es tan extraña la situación vivida con Fede Valverde en Almaty, ciudad de Kazajistán donde los blancos disputaron su segunda cita europea del curso.
El uruguayo, segundo capitán del Madrid por detrás de Carvajal, siempre entregado a la causa y siempre recordando la importancia de su rol en el vestuario y de dar ejemplo, fue el encargado de hablar ante los medios en la previa del duelo contra el Kairat. Centró su mensaje en la "falta de actitud" en el derbi contra el Atlético, en las conversaciones que habían tenido sobre el momento del equipo en el avión entre Madrid y Almaty, una circunstancia que, según él, "había pasado poco desde que estoy aquí", y en la posibilidad de jugar en el lateral derecho, una posición que ya ha dejado claro que no le gusta. "No nací para ser lateral", llegó a mencionar, añadiendo su disponibilidad a hacerlo si el entrenador lo considera y a "morir por la camiseta".
Choques
Todas esas frases llegaron antes de la rueda de prensa de Alonso, que contradijo un poco el mensaje del centrocampista. "Decir que sólo ha sido falta de actitud es simplista", contestó a una pregunta que incluía el recuerdo de uno de los titulares de Valverde. "Hay más razones, también futbolísticas", siguió el vasco.
Llegó después el entrenamiento, donde según diversas fuentes, una de las opciones del cuerpo técnico para el lateral derecho fue Valverde. Al amanecer del día del partido, viendo que Raúl Asencio había sufrido en el carril ante el Atlético, que Dani Carvajal y Trent Alexander-Arnold estaban lesionados, que apostar por el canterano David Jiménez era complicado tras una derrota como la del Metropolitano y que el uruguayo había hablado ante los medios, la mayoría del entorno del Madrid pensaba que Valverde sería titular.
A las cinco de la tarde, la primera sorpresa. El centrocampista era suplente. Ni lateral, donde se situaba Asencio, ni mediocentro, donde apareció Ceballos para acompañar a Tchouaméni y Güler. "Es una decisión que estaba tomada", dijo Alonso tras el duelo. Fuentes del club aseguran que su suplencia fue una decisión técnica y que Valverde quiso dar la cara tras la derrota en la rueda de prensa previa. En el Metropolitano, después del encuentro, habló Carvajal.
El entrenador del Madrid, Xabi Alonso.VYACHESLAV OSELEDKOAFP
La segunda sorpresa llegó en el césped. Los titulares y los suplentes saltaron al campo para realizar ejercicios de calentamiento antes del partido. Los once elegidos en un lado, con una sesión más intensa, y los reservas con diversos pases, toques y un rondo para pasar el rato. Estaban todos, incluidos Bellingham, Rodrygo, Camavinga, Carreras o Brahim, menos Valverde.
El uruguayo apareció por el túnel a los cinco o diez minutos acompañado por uno de los miembros del club. Caminó por la banda en tono serio y se sentó en el banquillo, donde estaban algunos asistentes de Alonso pero no el entrenador, que se queda siempre en el vestuario. Fede no participó del rondo ni de los pases de sus compañeros. No tocó balón.
Más tarde, con 0-2, Xabi le mandó calentar junto a Bellingham, Carreras y compañía. Lo hizo en un ritmo relajado, a veces parado con las manos en la espalda, y cuando Mbappé marcó el 0-3 se dirigió al banquillo para sentarse de nuevo, como si supiera que ya no iba a jugar. Siempre con tono serio.
"Lucharé hasta el final jugando donde sea"
"A todos nos gusta jugar, y a Fede el que más. Es muy competitivo", dijo Fran García en la zona mixta de Almaty. A unos metros, Alonso navegó el temporal aludiendo a las necesarias rotaciones: "Fede siempre está dispuesto donde se le necesite. Hay que dosificar minutos y esfuerzos", declaró.
La duda queda en esa ley no escrita sobre la rueda de prensa previa, en la no participación de Valverde en ningún ejercicio del calentamiento, sin problema físico aparente, y su cara durante los diversos instantes del partido. Contra el Villarreal debería volver a la titularidad, pero tampoco está encontrando con Xabi, de momento, la versión que le convirtió en uno de los mejores centrocampistas del mundo.
Ante la magnitud el revuelo formado, el jugador ha hecho público un comunicado este miércoles: "He leído varios artículos dañando mi persona", avanza el uruguayo, que tras un preámbulo esgrime: "Tengo una buena relación con el entrenador la cual me hace sentir con la confianza de poder decirle cuál es la posición que más me gusta dentro del campo, pero siempre, siempre le hice saber que estoy disponible para cumplir en cualquier lugar, en cualquier viaje y en todos los partidos. Dejé el alma en este club y lo seguiré haciendo, aunque a veces no alcance o no esté jugando como quisiera, lo juro por mi orgullo que jamás me rendiré y lucharé hasta el final jugando donde sea".
El fenómeno Mbappé, aunque juegue cerca de la China, le da igual. Es el dios de la armonía del gol. Madre mía: lleva 13 tantos. En dos partidos de Champions cinco. Así que el francés es más que un seguro de vida para el Madrid. Maravilloso. Fue el único espectáculo del Asia Central.
El partido del fín del mundo fue un sopor, un aburrimiento El primer tiempo sólo funcionaron los regates de Mbappé. Cuando apareció el regalo del penalti, el francés transformó con su habitual facilidad.
Ante un Kairat esperpéntico, el Madrid fue un equipo lento, parsimonioso, con el estúpido estilo guardolista tan afín a Xabi Alonso, donde el balón no corre y es poco resolutivo. Absurdo. A la velocidad de un anciano en silla de ruedas.
No sé cómo catalogar el estado actual de Vinicius. Sigue en plan ganador del Balón de Playa. No hace ni una sola oportunidad y es un simple desaire. Apareció Rodrygo y fue fulminante. Incisivo, preciso, maravilloso. Rodrugo debería ser titular. Dio dos goles y su velocidad y técnica pone a Vinicius en un mal escaparate.
Aparte de un extraordinario Arda Gúler, el arquitecto del gol, francamente, se nota mucho que Ceballos pone orden y juega en equipo. En estos momentos de mar de dudas, el sevillano debería salir siempre de inicio. Mejor que Valverde por su sentido constructivo y un uruguayo que no encuentra el camino de Alonso.
La goleada es terapéutica, pero el técnico donostiarra ha perdido ese implacable dominio del juego, esa sensación de superioridad de los primeros partidos. La dificultad de los contrarios para encontrar la senda del gol. Es posible que lo del Metropolitano le haya afectado de alguna manera.
Jugar con el Kairat era un trámite porque sólo Mbappé tenía la llave del partido. Lo goles finales fueron productos del talento de Rodrygo el cansancio supino de un equipo amateur, que podría tener dificultades de jugar en la Segunda División española.
Me queda la duda de qué ocurrirá cuando en el Madrid no pueda jugar Mbappé. Es como si equipo se asomara al vacío. Xabi Alonso todavía ha conseguido, un sistema para que el equipo juegue de memoria. Ha tenido poco tiempo, pero las dudas permanecen en los madridistas. ¿Será este el buen sucesor de Ancelotti?
La Ruta de la Seda, tejido de la primera gran globalización comercial y cultural de la historia, pasó por Almaty durante siglos, por una zona ahora situada a pocos kilómetros de Kirguistán y China. A través de sus caminos cambió el día a día de las sociedades de Oriente y Occidente, objetivo y milagro que busca ahora este Real Madrid de Xabi Alonso, "en construcción" según el técnico, noqueado tras la derrota del Metropolitano y pasando terapia en la ida y vuelta a Kazajistán. Sobre el césped del Central Stadion superó y goleó al Kairat Almaty, lógica futbolística, y alivió sus dudas hacia duelos más peligrosos. Mbappé se divirtió y anotó un hat-trick en una fiesta a la que se sumaron Camavinga y Brahim. [Narración y estadísticas (0-5)]
Alonso rotó en su alineación, aunque a medias. No hubo revolución porque el tolosarra y su equipo no se podían permitir un amago de pinchazo, así que Mbappé, Vinicius, Güler, Tchouaméni y Huijsen fueron titulares. A su lado, Asencio, Alaba, Fran García, Ceballos y Mastantuono, novedades con respecto al derbi madrileño. Ni siquiera salió en el once Fede Valverde, protagonista en la previa y suplente sorprendente. Las dos cosas no suelen ir de la mano.
De inicio, los kazajos, guerreros y entusiastas, gastaron sus energías en el ímpetu hacia la meta de Courtois. Tiraron a puerta en los primeros segundos de partido, un cabezazo tímido de Jorginho que paró Courtois, y sacaron su único córner del primer tiempo en el tramo inicial. Luis Mata, lateral izquierdo con recorrido, Jorginho y el joven delantero Satpaev, de 18 años, fueron los más incisivos de los locales, cuya grada se emocionó cada vez que pasaron del centro del campo.
Una pareja desequilibrante
Los minutos fueron situando al Madrid en el partido, con frío en la noche kazaja, y Ceballos y Güler se hicieron con el duelo. El andaluz en la base, ordenando un centro del campo perdido en el Metropolitano. El turco en la mediapunta, recibiendo de espaldas, dándose la vuelta con facilidad en cada acción y conectando con Mbappé. La pareja turco-francesa sigue siendo la mejor noticia de los blancos esta temporada. También en Almaty.
Vinicius tuvo la primera ocasión clara del Madrid al aprovechar un pase al hueco de tacón de Mbappé, pero su remate con el exterior se fue desviado ante la salida de Kalmyrza. Era el minuto 13 y no será la última de los blancos. En el 17, la defensa kazaja desvió un buen remate de Güler tras una llegada de Fran García a línea de fondo y en el 20 el portero salvó un disparo con rosca de Mbappé.
Avisaba el Madrid y no tardó en conseguir fruto. En el 24, Mastantuono aprovechó un mal pase atrás de Sorokin para adelantarse al portero, que le arrolló. Desde los once metros, Mbappé anotó su tercer gol en Champions, el tercero de penalti, y el 11º en la temporada.
Rodrygo, ante Mrynskiy, el martes en Almaty.AP
El Kairat se vino abajo en físico, aunque no en ánimo. Dejó de llegar a los duelos, falló pases y permitió que el Madrid fluyera como en un entrenamiento. Ahí Güler se hizo grande, recibiendo siempre en tres cuartos y creando las mejores ocasiones del equipo.
La tuvo Mastantuono en el 32 y Mbappé en el 38 y en el 43 para ampliar la renta madridista, pero el descanso aterrizó con un peligroso 0-1. Tras el intermedio, el duelo se rompió por la falta de oxígeno de los kazajos, ilusionados con el empate pero excesivamente valientes en ataque, dejando huecos a su espalda.
El indulto del VAR
Uno de ellos lo aprovechó Mbappé tras un despeje de Courtois. El francés le ganó la carrera a Sorokin, avanzó hacia la portería y se inventó una suave vaselina ante la salida de Kalmyrza.
El intercambio de golpes hundió al Kairat y facilitó las cosas al equipo de más talento individual. Un penalti de Ceballos a Gromyko puso nervioso a los madridistas, pero el VAR avisó al árbitro italiano Guida y éste anuló la pena máxima.
Ahí acabó la noche de los kazajos. Mbappé marcó su tercer tanto, quinto en esta Champions y 13º en el curso, con un potente disparo desde la frontal, Camavinga cabeceó una buena acción de Rodrygo y Brahim, con un disparo cruzado, completó la 'manita' de Almaty.
Arda Güler fue de lo poco presentable, si es que lo hubo, en el impresentable Madrid del Metropolitano. Fue el actor principal en el espejismo blanco, con una asistencia y un gol, y en el baño de realidad, al cometer un penalti sin saber muy bien lo que hacía. El derbi puso en cuestión buena parte de los argumentos de la reconstrucción de Xabi Alonso, especialmente la solidez defensiva. Pero no la apuesta por un jugador especial, aunque ante el Atlético el turco no estuviera en el lugar donde nada escapa a la percepción de su mirada perdida. De vuelta a los medios, en el partido de curarse las heridas ante una cenicienta de la Champions, Güler fue como el Betadine.
Una vez bajó el ímpetu del Kairat Almaty y el Madrid movió la pelota, quedó claro cuál es el futbolista que le ofrece la mejor dirección en las transiciones ofensivas. Cuanto más centrado, más amplía su prisma. Güler recibe, se gira y pasan cosas, cosas distintas. Mbappé, que ha marcado cinco de los siete goles del Madrid en los dos partidos de Champions, es el que mejor lo ha entendido en este inicio de curso, con movimientos intencionados en cuanto recibe el jugador turco, lo que ha propiciado ya una interesante conexión para el Madrid. Mbappé habla el mismo idioma que Tchouaméni, pero cuando la pelota llega al mediocentro francés, no pasan cosas distintas.
Es posible que Güler no tenga todas las condiciones que se exije a un pivote, rol que, ayer, realizaron Thouaméni y Ceballos, pero, con semejante visión de juego, cuanto más campo tenga en el periscopio, mejor. No son comparables, porque no lo es, por ahora, el rango de los jugadores, pero es la misma razón por la que Hansi Flick coloca a Pedri en la base del juego, en lugar de adelantarlo a la zona de los interiores, donde suele jugar con la selección. En las dos posiciones es sobresaliente. En la segunda, está más cerca del gol, pero en la primera impone su personalidad al juego.
La de Güler, de 20 años, está por formarse en el terreno de juego, después de un tiempo extraño, de adaptación, desencuentros con Ancelotti e inseguridades. Todo indica que Xabi Alonso se ha puesto a la tarea, en el intento de construir un Madrid más coral, y esa es la razón por la que pierde pie Valverde, el rey de las conducciones. Xabi quiere combinación, velocidad y presión. Las necesita, porque no en todas partes, como en los apeaderos de la Liga o la Champions, basta con el solista Mbappé.
Reconocimiento médico en el Hospital Blua Sanitas de Valdebebas. Saludos rápidos a los compañeros. Breve conversación para comentar las fugaces vacaciones. Comida, descanso y primer entrenamiento a media tarde del lunes, cuando comienza a aflojar la calorina en Madrid. A toda velocidad, sin margen para el respiro, arrancó ayer la pretemporada más atípica del Real Madrid.
Preparación exprés para Xabi Alonso y su staff, que sólo dispondrán de 15 días para trabajar hasta el arranque de la Liga. Javier Tebas no permitió el retraso del inicio del curso para el último representante español en el Mundial de clubes y el equipo blanco se estrenará el 19 de agosto, frente a Osasuna, en el Santiago Bernabéu (21.00 horas).
Un comienzo de temporada que llegará sólo 40 días después de la derrota ante el PSG. En las próximas dos semanas, la plantilla trabajará en las instalaciones de Valdebebas y sólo disputará un partido amistoso, el día 12, a las 19.00 horas en el Tivoli Stadion de Innsbruck (Austria) frente al WSG Tirol. Urgencias para el técnico vasco, que tiene escaso margen para la planificación y varios flecos. Muchos deberes pendientes. Salvo imprevistos, la plantilla está cerrada, con 25 jugadores.
LA INCERTIDUMBRE DE RODRYGO
Las sombras se adueñaron del brasileño tras su escasa participación en el Mundial de clubes. El delantero aún tiene buen cartel en el mercado y algunos apuntan que su venta podría proporcionar pingües ingresos para afrontar un fichaje de primer nivel. Una opción que en estos momentos parece descartada. El Madrid hasta la fecha no ha recibido una oferta interesante, y no se desprendería del jugador por menos de 80 millones de euros. Su contrato finaliza dentro de tres años. Además, Rodrygo tiene la intención de continuar en el club y de ganarse la confianza de Xabi Alonso. El internacional brasileño sabe que el nuevo técnico le va pedir más sacrificio defensivo y que no le garantiza la titularidad. La competencia en la línea de ataque es tremenda.
EL PAPEL DE ENDRICK
La lesión más inoportuna ha frenado la trayectoria del delantero brasileño. Tras perderse el final de la temporada pasada con un problema en el tendón conjunto de los isquiotibiales de su pierna derecha, su recuperación se ha complicado en las últimas semanas y aún no hay fecha fijada para su regreso. Su ausencia ha coincidido con la irrupción del canterano Gonzalo, cuyo rendimiento en el Mundial de clubes ha entusiasmado a Xabi y a sus colaboradores más directos. Ahora, Endrick, en la posición de delantero más avanzado, tiene por delante a Mbappé y al ex goleador del Castilla.
AYUDAS DE VINICIUS Y MBAPPÉ
Xabi Alonso exige compromiso y solidaridad a todos los jugadores. En su sistema, versátil y con la posible presencia de tres centrales y dos carrileros ofensivos, las ayudas, relevos e intercambios de posiciones son esenciales, y para ello se necesita la colaboración de Vinicius y Mbappé. El preparador vasco no quiere que ambos se descuelguen del grupo. «Todos juntos y solidarios», ese es el principio que mueve todas las piezas. Por eso, una de sus prioridades es inculcar a las dos estrellas la necesidad de sacrificarse en beneficio del colectivo. Carlo Ancelotti intentó inculcarles este objetivo, pero fracasó en el intento.
LA AUSENCIA DE MASTANTUONO
El nuevo talento del fútbol argentino, junto a Trent Alexander-Arnold, Huijsen y Carreras, se incorpora al Bernabéu como gran valor de futuro. No hay prisas con el mediapunta. Llegó a Madrid el pasado fin de semana, trabaja de forma individual en Valdebebas y no se sumará al grupo hasta que cumpla 18 años, el próximo día 14, cuando podría ser presentado oficialmente. Xabi deberá decir qué función desempañará. El ex de River juega con soltura como segundo delantero y escorado a la banda derecha. Su entrada en el equipo dependerá de su capacidad de adaptación. En el club confían mucho en su calidad y visión de juego.
LA LESIÓN DE BELLINGHAM
La baja del británico, que se ha operado de una luxación en el hombro izquierdo, abre las puertas a Mastantuono y a otros necesitados de confianza y minutos, como Arda Güler,Camavinga o Brahim. La ausencia de Bellingham es de larga duración, unos tres meses. Su regreso está previsto para el mes de octubre. El internacional inglés se lastimó el hombro el pasado 5 de noviembre y desde entonces ha disputado 100 partidos con molestias. «Quiero sentirme libre», exclamó antes de pasar por el quirófano.
LAS DUDAS DE CEBALLOS
Otro que podría beneficiarse por la ausencia de Bellingham es Dani Ceballos. El andaluz apenas tuvo participación en el Mundial de clubes y busca más protagonismo. Hasta finales de septiembre está abierto el mercado de fichajes y su nombre figura en la lista de varios equipos. Otro que cuenta con buen cartel es Brahim.
LOS PROBLEMAS DE ASENCIO
El canterano, tras firmar un notable final de temporada, emborronó sus hoja de servicios en dos partidos en el Mundial de clubes. El defensa canario se mostró nervioso e impreciso, como si la llegada de Huijsen le hubiera incomodado. Es inevitable que sus asuntos judiciales le afecten anímicamente. La pasada semana la fiscalía solicitó dos años y medio de prisión por su presunta implicación en la difusión de un vídeo de contenido sexual de unas menores.
EL FUTURO DE ALABA Y MENDY
Los dos defensas continúan lastrados por sus respectivas lesiones. En el club existe el convencimiento de que lo mejor de ambos ya ha pasado. Las llegadas de Huijsen y Carreras frenan sus opciones y a ellos les interesa estar activos para optar al próximo Mundial. Sus salidas del club no están descartadas. Xabi Alonso tiene la última palabra.
"Hoy no es el inicio de la próxima temporada, es el final de la anterior. La 25-26 será un poco diferente". Con estas palabras, pronunciadas unos minutos después de caer 4-0 ante el PSG en las semifinales del Mundial, Xabi Alonso ponía distancia entre el nivel actual del Real Madrid y la realidad que se espera en Valdebebas en poco más de un mes, cuando comience el nuevo curso. Y distancia, también, con su propia responsabilidad en el camino de este torneo. El Madrid de los vicios debe dar paso al Madrid de los cambios, así lo anunció también el técnico, con voz y voto en la nueva etapa de Chamartín.
"Me voy con certezas claras de lo que somos y de lo que tenemos que mejorar. No hemos hablado de la composición de la plantilla, pero a partir de ahora estamos siempre abiertos a poder mejorar. No puedo afinar más... Pero estamos con la idea de mejorar y margen hay". Una respuesta contundente para responder a los defectos de un vestuario acomodado durante estos últimos meses a demasiadas derrotas dolorosas.
La temporada del Madrid termina, ahora sí, con muchas noches de tortura: 0-4 en el clásico del Bernabéu, 1-3 contra el Milán en casa, 2-0 en Anfield, 2-5 en la final de la Supercopa ante el Barça, 3-0 contra frente al Arsenal, 3-2 en la final de Copa, 4-3 en el clásico de Montjuic y 4-0 ante el PSG.
Ocho partidos con un denominador común más allá de un esquema: los vicios de los futbolistas. La desidia en la presión, la "falta de ganas" que comenzaba Militao después del partido del Mundial en la zona mixta del MetLife Stadium, la poca claridad de algunos futbolistas y el preocupante ritmo físico de otros.
Durante este mes en Estados Unidos, el cuerpo técnico de Xabi Alonso ha encontrado brotes verdes en el vestuario, pero el PSG, "un equipo trabajado durante dos años", como reconoció el técnico, fue demasiado para un Madrid todavía tierno en lo táctico, en lo grupal y en lo físico, detalles que marcan el fútbol de hoy en día, menos de estrellas y más de entrenadores y equipos.
A partir del aterrizaje del Madrid en el Aeropuerto de Barajas se abrirá un periodo de análisis en el que Florentino Pérez, José Ángel Sánchez, Juni Calafat y Xabi Alonso trazarán el futuro a corto y medio plazo del club. Se dirá un adiós definitivo a Luka Modric y Lucas Vázquez, despedidos con honores en el Bernabéu al final de la pasada Liga, y comenzará el baile de nombres y apellidos.
Los nombres
Llegará Mastantuono para compensar los tres meses de baja de Bellingham por su operación de hombro, Alonso recuperará del todo a Carvajal, Militao, Alaba, Mendy, Camavinga y Endrick y el club trabajará para cerrar el fichaje de Álvaro Carreras, lateral izquierdo del Benfica. Ahí el bloque ya sonará diferente. Pero habrá más, como deslizó Xabi en rueda de prensa.
Los buenos minutos de Militao han alegrado a la dirección del club, pero no se descarta el fichaje de otro central para evitar problemas como los de esta temporada, conscientes también de que el brasileño, Rüdiger y Alaba vienen de sufrir distintos problemas en sus rodillas.
En el centro del campo, Alonso sigue soñando con la llegada de un mediocentro técnico, de toque y visión. Un futbolista similar a Vitinha y Enzo, líderes y cerebros de PSG y Chelsea e imposibles de firmar ahora mismo. El club, eso sí, sigue viendo a Tchouaméni, Camavinga y Valverde como su mediocampo del futuro y Güler aspira a ocupar una posición más centrada y más alejada de la banda. No será un fichaje sencillo.
En ataque, Vinicius Júnior y Kylian Mbappé, Bota de Oro del curso, han estado en la diana en los grandes partidos por lo diferente que ha sido su interés defensivo con respecto a otros delanteros europeos como Raphinha, Lautaro o Dembélé. Un problema que se contagia al resto y que ha condenado al Madrid en la mayoría de noches importantes. Convencer a ambos de la necesidad de involucrarse en defensa parece capital para el éxito del equipo.
A pesar de todo, el gran señalado del Mundial más allá del césped ha sido Rodrygo Goes, titular en el debut ante el Al Hilal y suplente en el resto de encuentros. Contra el PSG ni siquiera jugó. Alonso le ha regalado tímidos elogios en las comparecencias, pero el interés de la Premier en él, la necesidad del Madrid en otras posiciones y el 'overbooking' en ataque le pueden abrir la puerta.
En esa acumulación de talento ofensivo, cuestión que está fuera de duda, entra el debate entre Endrick y Gonzalo. El canterano ha marcado cuatro goles y el brasileño es dos años más joven y costó 35 millones mas 25 en objetivos. Ambos tienen potencial y si Alonso planea jugar con dos delanteros (Vinicius y Mbappé), uno de los dos jóvenes podría salir. Un mes de decisiones en Chamartín.
"Lo de hoy es una hostia que nos sirve para aprender". Thibaut Courtois tuvo que aparecer dos veces en los primeros cinco minutos de partido para evitar el primer gol del PSG y en los cinco siguientes tuvo que recoger el balón de la red en dos ocasiones. Un 2-0 en los primeros diez minutos que sentenció al Real Madrid en la semifinal del Mundial de clubes. No hubo más partido.
"Es una hostia que nos sirve para aprender, corregir y seguir mejorando, porque aún hay mucho por mejorar", aseguró el portero belga en los pasillos del MetLife Stadium de Nueva Jersey. "Cometimos dos errores que condenaron al partido. Hay que pedir perdón a los madridistas", añadió.
El guardameta, que nunca se guarda nada delante de un micrófono, volvió a ser el portavoz principal de un vestuario que desapareció después del encuentro. Durante todo el torneo han sido cuatro los jugadores del Madrid que acudían a la zona mixta para charlar con los medios. En el caso del postpartido contra el PSG, sólo Courtois, en las televisiones, y Militao, ante los medios internacionales, dieron su visión del duelo.
"La diferencia es que nuestra presión y la suya era diferente. Les dimos demasiados espacios y cuando los encuentran, te matan. Es duro. Ellos son el campeón de la Champions y esto nos demuestra el nivel que debemos tener para llegar hasta ahí", explicó Courtois, que en la segunda parte tuvo que aparecer bastante menos por el menor ritmo del PSG, pero que aún así encajó el cuarto gol de la tarde en el tramo final.
"Creo que la clave ha sido en su derecha, nuestra izquierda. Achraf siempre tenía mucho tiempo, llegábamos tarde en la presión y claro, ahí nos hacían daño. Los errores te condenan, es duro para Raúl y Rüdiger, no los quieren cometer, obviamente, es una pena. Pero cuando empecemos la pretemporada estaremos ahí para mejorar.
Los defectos en la presión volvieron a ser la clave del mal partido del Madrid. "Es algo que debemos mejorar como equipo, no son sólo individualidades. Desde el colectivo debemos presionar mejor, más coordinado".
A unos metros, Militao iba más allá, centrando su discurso en "las ganas". "Ha faltado un poco de todo. Si tenemos ganas, si tenemos fuerza, intentamos presionar... No vamos a hacer las cosas perfectas, pero sí intentar desde el principio empezar bien. Sabíamos que el PSG iba a presionar, sabíamos cómo iba a jugar, pero creo que faltaron un poco más de ganas", reflexionó el brasileño, que admitió que "hoy lo intentamos pero no ha salido bien".
Alonso: "Me voy con certezas claras"
En la sala de prensa, Xabi Alonso insistió en que "este no es el inicio de la temporada, es el final de la anterior". Una frase con la que pone un punto y aparte en este Mundial de clubes, torneo que le ha dejado "certezas", así lo reconoce el técnico.
"El PSG es un proyecto hecho con tiempo y nosotros, hay que reconocerlo, estamos empezando esta nueva etapa. Hay que ser autocritico, pero debe servir para plantearnos las cosas a partir de ahora. Me voy con certezas, este campeonato me ha dicho muchas cosas de lo que somos y de lo que tenemos que mejorar. En agosto empezaremos la 25-26 que será diferente. Me voy con certezas claras", repitió el tolosarra.
Cuestionado por Vinicius y Mbappé, deslizó una indirecta para los dos: "Como equipo, hoy en ciertos momentos es bueno ver los errores y que te sirvan para el futuro. Si repetimos el mismo error una y otra vez, no seremos inteligentes". Y pidió a los futbolistas "no olvidarlo". "Mañana empieza una etapa de descanso, de refrescar las cabezas, y que nos haga el impacto suficiente para empezar. No lo olvidemos, pero que no nos arrastre demasiado".
Y sobre fichajes, contundente: "Durante el Mundial no hemos hablado de la composición de la plantilla, pero siempre estamos con la idea de mejorar. No puedo afinar más... Y margen hay".
Hace cuatro meses, durante la ida de la semifinal de la Champions, el PSG ofreció una exhibición ante el Liverpool que, paradójicamente, acabó en derrota. Aquella noche, el líder de la Premier se vio ahogado en el Parque de los Príncipes por la abrasadora presión alta del futuro campeón. Cada vez que perdían la pelota, Ousmane Dembélé y Khvicha Kvaratskhelia asfixiaban a los reds. Desde entonces, los grandes equipos de Europa entendieron que el único modo de salir de ese atolladero era recurrir a los balones en largo y minimizar los riesgos. Justo lo que ayer no hizo el Real Madrid en el MetLife Stadium.
Los errores groseros de Raúl Asencio y Antonio Rüdiger fueron exprimidos por Dembélé, la pieza más adelantada del PSG. Un falso 9 que ejerce como ariete de la primera línea defensiva de Luis Enrique. Nadie podría haber apostado por ello hace 10 meses, cuando el técnico ofreció una de sus primeras ruedas de prensa de la temporada. "Ousmane es inteligente en la presión", deslizó el asturiano y ninguno de los presentes pareció tomárselo en serio. Desde entonces, aquel genio caótico, incapaz de mantener un mínimo de concentración, se ha convertido en uno de los exponentes defensivos de su equipo. Una estrella que no sólo define en el área sino que da sentido a todo lo que sucede a su alrededor.
La asombrosa coordinación del PSG a la hora de recuperar se tradujo en unas estadísticas escandalosas. Sólo en la primera parte, el gran ogro de la Ligue 1 ganó 26 duelos, por sólo 10 del Real Madrid. Además, hizo buenos sus siete tackles, mientras los blancos sólo lograron uno. La perfección táctica también se hizo palpable con el balón, ya que acumuló un 96% de acierto en los pases (384/402), para un abrumador dominio de la posesión (77%).
Muchos metros entre líneas
El modo tan sencillo con el que el PSG salía desde atrás dejó aún más en evidencia el plan de Xabi Alonso. A diferencia de lo mostrado ante la Juventus y el Dortmund, el guipuzcoano optó por una línea de tres delanteros que nunca supo cómo apretar. Desde comienzo del torneo, el técnico había insistido en que su equipo se trasladase en bloque, siempre ordenado y en pocos metros. Sin embargo, ante el peor rival posible, el Madrid volvió a comportarse como un equipo totalmente roto, con muchos metros entre líneas. Demasiadas facilidades para Vitinha, Joao Neves y Fabián Ruiz, que jugaban a placer cada vez que atravesaban la medular.
Courtois y Carvajal, en la acción del 4-0 del PSG.AP
Nada importó al PSG la baja de William Pacho, porque entre Achraf Hakimi y Nuno Mendes se bastaron para derribar la endeble oposición de Kylian Mbappé y Vinicius. Una arrancada del marroquí dejó en bandeja el 3-0, mientras el portugués abortaba cualquier intento de Vinicius a campo abierto. La abismal diferencia entre los laterales se hizo más acusada ante la baja de Trent Alexander-Arnold.
Con un marcador inicial tan adverso, el equipo de Alonso optó por el peor de los remedios: quedarse a medio camino. Y eso complicó aún más a sus centrocampistas y zagueros, desde entonces presa del pánico ante la amenaza de una goleada de escándalo. El Madrid no encajaba dos tantos en nueve minutos desde febrero de 2017, cuando Simone Zaza y Fabián Orellana anotaron para el Valencia en Mestalla. Según los datos de OPTA, Dembéle se convirtió ayer en el primer futbolista en 22 años con gol y asistencia en los primeros 10 minutos ante los blancos. Unas cifras que explican la actual diferencia, individual y colectiva, entre los dos últimos campeones de la Champions.
En una sala de la ciudad deportiva del Paris Saint-Germain, Luis Enrique, de pie, recibe a Kylian Mbappé, que se sienta en la primera de siete filas. Están los dos solos. A los cinco minutos, el entrenador pregunta «¿Te queda claro?», el francés dice «sí» y su míster responde «gracias». No se dan la mano y la gran estrella del equipo se va por la puerta. Esos cinco minutos resumen la relación entre Luis Enrique y Mbappé: la pasión y la intensidad del español y la falta de feeling entre ambos. Hoy se reencuentran, PSG y Real Madrid mediante, en las semifinales del Mundial de clubes.
Aquella reunión entre ambos ha sido una de las más comentadas porque se emitió en el documental Luis Enrique: No tenéis ni puta idea. Una charla de varios minutos en la que el técnico intentaba convencer a Mbappé de la necesidad de involucrarse en la presión y en la parcela defensiva. Una escena elegida a propósito. Se produjo durante los cuartos de final de la Champions 23-24 contra el Barcelona, el PSG ganaría aquella eliminatoria pero unos días más tarde perdería en las semifinales contra el Borussia Dortmund, que sería el rival del Madrid en la final de Wembley.
El discurso de Luis Enrique a Mbappé lo dice todo sobre el tipo de futbolista que el técnico quería en el ataque y explica muy bien porqué Ousmane Dembélé puede alzar su primer Balón de Oro el próximo mes de octubre. «He leído que te gusta Michael Jordan, Jordan cogía de los huevos a todos sus compañeros y se ponía a defender como un hijo de puta. Tú tienes que dar ese ejemplo, primero como persona y luego como jugador», le dice Luis Enrique, de pie y gesticulando, a Mbappé, sentado, impasible, sin hablar.
«eso no me vale»
«Tú piensas que sólo tienes que marcar goles, eres un fenómeno, un top mundial, pero eso no me vale. Un líder de verdad es el que cuando no nos puede ayudar con los goles nos ayuda en todo lo defensivo», insiste. «Si coges a Ousmane, a Barcola, a Ramos o a quien sea y te pones tú como ejemplo a presionar, ¿sabes lo que tenemos? Una puta máquina de equipo», sigue Luis Enrique, picando a Mbappé con el posible final que tendrá en París.
«Quiero que te vayas de aquí por la puerta grande, Kyky, ninguna duda. Pero te lo tienes que ganar. El día que no ataques tienes que ser el mejor jugador de la historia defendiendo. Eso es un líder, ese es Michael Jordan. ¿Te queda claro?», terminó el técnico.
Unas semanas después, Mbappé anunciaría su fichaje por el Madrid y Luis Enrique lo celebraría a su manera con esta frase: «Vamos a mejorar los resultados, sin ninguna duda. El tener a un jugador (Mbappé) que se movía por donde él quería implica que hay situaciones de juego que yo no controlo. El año que viene las voy a controlar todas. Todas».
Mbappé anota el 3-1 al Dortmund ante Yan Couto.AFP
Una premonición de lo que sería la temporada en París, con la conquista de la Champions League, ganando 5-0 al Inter de Milán en la final, como guinda del pastel. Mientras, Mbappé terminó el curso como máximo goleador del continente pero eliminado, junto al Madrid, en cuartos de final de la Copa de Europa por el Arsenal. El francés cuajó algunas buenas eliminatorias, como ante el Manchester City, pero contra el cuadro londinense no estuvo a la altura. Un síntoma general.
Entre medias, Mbappé ha vivido un enfrentamiento en los juzgados con el PSG y con Nasser Al Khelaifi, que siempre que ha podido le ha dejado algún recado en los medios de comunicación. «Ahora la estrella es el equipo», aseguró el qatarí durante el curso, en un mensaje directo al futbolista. En su momento, el presidente del PSG quiso apartar a Mbappé por no renovar su contrato con el equipo y Luis Enrique medió para solucionar el conflicto, pero la pelea ha llegado hasta los tribunales por el pago de la última parte del salario del futbolista.
Una guerra por 55 millones
Mbappé le reclama al PSG 55 millones en sueldos y primas y ha llegado a acusar a Al Khelaifi de «acoso moral» y «extorsión» por las presiones recibidas durante las negociaciones por su renovación en 2023, una demanda que finalmente ha retirado esta semana, justo antes de verse en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, «por una voluntad de calmar la situación sobre el terreno jurídico y el deseo de concentrarse exclusivamente en el terreno deportivo», según L'Equipe.
La intensidad y la presión, eso en lo que insistía Luis Enrique a Mbappé, están siendo dos de las palabras más repetidas por Xabi Alonso en el mes que lleva al mando del Real Madrid. El delantero, que sufrió una fuerte gastroenteritis en los primeros días del Mundial, todavía no ha sido titular en el torneo y espera que ese momento le llegue esta tarde contra el que fuera su equipo.
Luis Enrique, durante una rueda de prensa en Atlanta.FCWC
Sobre la mesa, el gran papel de Gonzalo, tanto en ataque (cuatro goles) como en la parcela defensiva, donde no deja de presionar la salida del rival. Mbappé es indiscutible para Alonso, pero éste le pedirá aquello que le pedía Luis Enrique: ser Michael Jordan en todas sus facetas.