Un gran Rublev pone fin a la racha de Alcaraz en el Masters de Madrid

Un gran Rublev pone fin a la racha de Alcaraz en el Masters de Madrid

Como es comprensible cuando aún no ha cumplido 21 años, Carlos Alcaraz carece de estabilidad en algunos partidos. Le sucedió en octavos de final ante Jan-Lennard Struff y volvió a ocurrirle en cuartos frente a Andrey Rublev. Tras un primer set brillante, quedó sometido en el segundo. Bien es cierto que el ruso elevó el rendimiento, en particular con su saque, casi inabordable por mucho que Alcaraz fuese a recibirlo casi pegado a los anuncios, pero también cabe achacar el desenlace a una desconexión del defensor del título y doble ganador del torneo. Aún corto de competición tras su ausencia en Montecarlo y Barcelona por la dolencia en el antebrazo derecho, le falta gestionar mejor los momentos de los partidos, sostener el relato de su tenis sin consentir abruptos giros de guion. Rublev se impuso por 4-6, 6-3 y 6-2 y se clasificó para semifinales.

En menos de 24 horas, el Masters 1000 de Madrid se ha quedado sin sus dos ídolos. Tras la despedida del torneo para siempre de Rafael Nadal, con el público madrileño aún bajo una profunda melancolía, Alcaraz vio cómo Rublev dejaba en 14 victorias consecutivas su triunfal secuencia en el torneo y provocaba su primera derrota en la capital desde que cayese ante Nadal en la segunda ronda de 2022. Por si los daños fueran pocos a la hora de restar atractivo a la competición, Jannick Sinner, el mejor jugador del año, decidió no disputar su partido de cuartos frente a Felix Auger-Aliassime, pensando en Roland Garros.

El bicampeón del torneo y defensor del título había encontrado en el difícil partido frente a Jan-Lennard Struff, un rival que siempre le resulta incómodo, una plataforma de lanzamiento hacia el objetivo máximo en este torneo, que no es otro que revalidar la corona. Hasta entonces, hasta esa tercera ronda, Alcaraz realizaba una especie de autoexamen, calibraba ambiciones y riesgos, pendiente de esa lesión en el brazo derecho de la que aún no se ha desembarazado.

Buen primer set

Una vez cautivado por las emociones de un partido que él solo se complicó, Alcaraz lo quería todo. Bajo techo ante la tímida lluvia previa al partido, tardó poco en provocar la primera brecha en el marcador, impulsado por un magnífico passing shot cruzado de revés. Andrey Rublev, su rival en cuartos, es puro temperamento y tiene tendencia a mostrarse demasiado monocorde. No fue así este miércoles.

Al otro lado, un tenista de amplio registro, que puede jugar de muchas maneras. En Madrid sigue sacando punta al saque abierto liftado en el lado de las ventajas, con el que desesperó, entre otros, a Novak Djokovic en las semifinales de hace dos cursos. Alcaraz ya había derrotado a Rublev en la fase de grupos del último torneo de maestros, el único cruce entre ambos antes de la cita de este miércoles.

Cada uno de los contratiempos iniciales, por pequeños que fueran, encontraban una respuesta valiente del español. Miren sino. 5-4 arriba, tras haber contado con dos bolas de set al resto en el juego anterior. Doble falta y 15-30 para Rublev. Alcaraz sirve y termina pronto la jugada con volea de derecha. Tardaría poco en certificar el primer parcial.

Todo cambió de manera radical a partir del segundo set. Se diluyó progresivamente Alcaraz mientras crecía su rival. Triste, decaído, tal vez limitado en su físico, al murciano no le alcanzó con el apoyo de una grada ya en estado de orfandad, sin ningún español en los cuadros individuales del torneo.

Nadal y el torneo de Madrid: una estrecha relación con algún episodio de desamor

Nadal y el torneo de Madrid: una estrecha relación con algún episodio de desamor

Madrid ya no espera a Rafael Nadal. Quedaron las lágrimas en su palco, donde le acompañó, como es habitual toda su familia. Quedan las lágrimas de Diego Pablo Simeone, uno de los testigos privilegiados de su última gran noche, pues lo fue, poco importa que esta vez no lograse sumar una victoria más a las 58 obtenidas a lo largo de sus 20 participaciones en el torneo, ningún título más a los cinco que deja entre su legado. Más triunfos que nadie. Más títulos también.

Es el final de una larga historia, el momento en el que ninguno de los 12.5000 aficionados que llenaron la pista Manolo Santana hasta la madrugada del miércoles para acompañarle hasta que su silueta desapareció hacia los vestuarios quería siquiera imaginar.

El chico, aquel que empezaba a construir su carrera casi en los albores del torneo, ya había dado muestras de ser un aventajado, con su brillante contribución a la conquista de la segunda Copa Davis de España ante Estados Unidos, en la final de Sevilla, derrotando a Andy Roddick con tan sólo 18 años. La temporada siguiente ganó en Montecarlo, Barcelona, Roma y su primer Roland Garros.

Nadal había debutado en el Masters de Madrid en 2003, en la segunda edición del torneo. Perdió de entrada con Álex Corretja. En 2004, poco antes de su eclosión en la Copa Davis, ganó a Davide Sanguinetti y cayó frente a Vincen Spadea. Fue en 2005 cuando logró el primero de sus cinco títulos, cuando aún se jugaba en otoño, en pista rápida y bajo techo, en el Rockódromo de la Casa de Campo, antes del convulso cambio a la primavera y a la arcilla, que se produjo en 2009 y de entrada no contó con su respaldo.

Detalle para Rafa Nadal.

Detalle para Rafa Nadal.THOMAS COEXAFP

Gloria y dolor

La final contra Ivan Ljubicic fue uno de los episodios en los que se empezó a forjar su leyenda de extrema combatividad. Irreductible, superó al croata, entonces número 12 del mundo y un especialista en la superficie, por 3-6, 2-6, 6-3, 6-4 y 7-6 (3), en tres horas y 53 minutos. No le bastó a Ljubicic con los dos sets de ventaja y los 32 saques directos, alguno de los cuales alcanzó los 239 kilómetros por hora. Espoleado por el público, en la atmósfera cuasifutbolística que ha caracterizado el Masters 1000 de Madrid desde su nacimiento, Nadal se sobrepuso a los problemas físicos y dio a la gente aquello que pedía: una victoria con sangre, sudor y lágrimas. Fue su último partido hasta el torneo de Rotterdam. Ahí se empezaron a manifestar los problemas crónicos en el escafoides tarsiano del pie izquierdo, el síndrome de Müller-Weiss que tanto daño le ha causado a lo largo de su trayectoria. Toni Nadal, entonces su entrenador, llegó a comentar entonces sus dudas respecto a que pudiera seguir compitiendo al más alto nivel. No volvió a jugar hasta febrero de 2006, en Marsella.

«La final de 2005 fue el principio de muchos de los males que he tenido en mi carrera deportiva, pero es uno de los recuerdos más bonitos. Me partí el escafoides por la mitad durante el partido y al día siguiente no podía andar», recordaba tras el partido frente a Jiri Lehecka.

Madrid, que se había quedado sin final en su primera edición, en 2002, por la baja de Jiri Novak, lesionado, contra Andre Agassi, necesitaba consolidarse de la mano de una gran figura nacional, después del triunfo de Juan Carlos Ferrero en 2003. Venían los mejores, pero hacía falta un valor seguro que desatase el sentimiento de identidad. Ion Tiriac, propietario del torneo antes de su venta hace dos años a la multinacional IMG, mantenía en vilo a los aficionados con sus exigencias al ayuntamiento y las amenazas de llevárselo a otro lugar del mundo donde el negocio le fuera más rentable.

Nadal se despide del público de Madrid.

Nadal se despide del público de Madrid.Manu FernandezAP

Además de su malestar por el cambio de fechas y por tener que jugar en altura a pocas semanas de Roland Garros, también lideró las protestas contra el fugaz experimento de la tierra azul, en 2012.

Pero más allá de puntuales controversias, Nadal será recordado como la mejor bandera de esta competición, testigo que ahora toma Carlos Alcaraz. En su hoja de servicios, queda también la semifinal frente a Novak Djokovic, en el estreno en el escenario que ahora acoge el torneo. Nadal se impuso por 3-6, 7-6 (5) y 7-6 (9), en cuatro horas y tres minutos, tras salvar tres match points. Sigue siendo el más largo de en todos los Masters 1000. Aquel duelo fue elegido en 2022, en la conmemoración del vigésimo aniversario, tras la votación de más de 90.000 aficionados a través de las redes sociales, como el mejor de la historia del torneo.

Nadal: "Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte"

Nadal: “Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte”

Después de entonar la primera de sus despedidas de las canchas, concluidos los fastos del homenaje que se le dispensó en la Manolo Santana tras perder ante Jiri Lehecka en su último partido en el Masters 1000 de Madrid, ya entrada la madrugada de este miércoles, Rafael Nadal ofreció la que fue también su última rueda de prensa en la Caja Mágica.

Recibido con aplausos por los periodistas, comentó: "Una noche emocionante. Nunca me han fallado la gente de Madrid ni de España. Lo que me han hecho sentir se va a quedar en mí para siempre. Hace tres semanas no sabía si volvería a jugar un partido oficial. He podido despedirme con un partido bastante decente. Esta ciudad y España han representado una energía que me ha ayudado mucho en mi carrera. No sé si será la última vez que juegue en España, aunque es muy probable que sea así".

Sobre sus sensaciones en un momento tan especial, dijo: "Me he emocionado mucho por dentro, pero no quería hacer un mar de lágrimas. No he terminado aún mi camino con la raqueta en la mano. No es el momento de dejar ir todo lo que llevo dentro a nivel de emociones. Queda un camino por recorrer y no quiero soltar toda esa adrenalina aún. He dado pasos adelante y veremos si soy capaz de consolidar esos avances. Me voy con menos dudas. Mi rival ha jugado a un nivel altísimo e incluso así he tenido mis pequeñas oportunidades en el primer set. Ha sido mi mejor set desde que he vuelto a competir, es el día que he estado mejor posicionado en pista. Muscularmente he tenido un poco de bajón al final del primer set".

¿La Copa Davis?

Dejó abierta la posibilidad de disputar la Copa Davis, que se juega en septiembre en Valencia cuya fase definitiva se celebrará en noviembre en Málaga. "Cuando no os he contado cómo iban las cosas era porque yo tampoco sabía qué contaros, porque no he tenido ninguna certeza en los últimos meses. Lo que pase en el futuro se verá. Me sigue gustando y emocionando jugar a este deporte".

Respecto al futuro inmediato valoró haber jugado cuatro partidos en Madrid y que su cuerpo haya resistido varias horas de competición. "Si no tengo la confianza en que mi cuerpo responda es difícil que mi tenis funcione. Estoy haciendo las cosas de la manera más prudente. Sobre Roland Garros os diré después de Roma. Espero poder jugar en Roma".

A la hora de recordar el pasado en el torneo, dijo: "La final de 2005 fue el principio de muchos de los males que he tenido en mi carrera deportiva, pero es uno de los recuerdos más bonitos. Me partí el escafoides por la mitad durante el partido y al día siguiente no podía andar. No me imaginaba estar aquí con casi 38 años. Todos en aquel momento visualizábamos una carrera corta y muy complicada. Y aun con los problemas que ha habido, también me han dado la capacidad de valorar todas las cosas buenas que me han ido pasando".

Lehecka pone fin a la hermosa historia de Nadal en el Masters de Madrid

Lehecka pone fin a la hermosa historia de Nadal en el Masters de Madrid

Fue Jiri Lehecka, un poderoso tenista checo con muchas armas para adquirir protagonismo en el circuito, el último hombre que vio de frente a Rafael Nadal en la pista Manolo Santana. El adiós del ex número 1 del mundo y ganador de 22 títulos del Grand Slam a una de sus pistas fetiche, tal vez sólo superada por Roland Garros, se produjo pasada la medianoche de este miércoles, tras un partido en el que llegó a sembrar esperanzas de cosechar un nuevo triunfo hasta el desenlace del primer set y peleó hasta el final contra un serio adversario y contra sus propias reservas físicas. El revés de Nadal se fue ancho y Lehecka se impuso en los octavos de final por 7-5 y 6-4, en dos horas y un minuto.

Tras disputar 20 de las 22 ediciones, pues sólo se perdió la del pasado año, por lesión, y la primera, cuando aún era un chaval, se va el mejor jugador que ha pasado por este torneo, como atestigua su incomparable balance. Nadie suma tantos títulos ni tantas victorias. Pentacampeón y con 59 partidos ganados, Nadal, que pronto cumplirá 38 años, es el rey en la capital desde que lograra alzar el trofeo en el Rockódromo de la Casa de Campo cuando el torneo aún se disputaba en pista rápida y bajo techo. Desde que anunció que ésta sería la última ocasión en que lo disputase, cada una de sus presencias en la pista central ha cobrado un aura de especial emotividad, multiplicado de forma sobrecogedora en la que fue su última noche.

Nadal no pudo aprovechar su única pelota de rotura. Llegó en el octavo juego, con la posibilidad de situarse 5-3 y servicio, pero el checo la sofocó con una gran derecha paralela. Es Lehecka, 31º, un jugador completísimo. Además de un servicio que ejecuta con velocidad y dirección, pues tan pronto puede ubicarlo en la línea de intersección del cuadro como abierto, habitualmente por encima de los 220 kilómetros por hora, tiene solidez desde el fondo, ya sea con la derecha como con el revés, y buena mano cuando se acerca a la cinta.

Un juego crucial

El partido se quebró en el decimoprimer juego. Lehecka logró romper y encadenó ocho puntos consecutivos para hacerse con el parcial. Las posibilidades de Nadal, después del duro partido ante Pedro Cachín, pasaban por intentar una victoria en dos sets. El checo, de 24 años, hizo un nuevo break en el primer juego del segundo set y puso las cosas dificilísimas para el ídolo de la afición local, encorajinado por la grada en todo momento.

Tal y como llegó al torneo, con sólo dos partidos disputados en el Conde de Godó desde su reaparición tras volver a lesionarse en los cuartos de final del ATP 250 de Brisbane contra Jordan Thompson, ni siquiera él mismo se veía ganando tres encuentros consecutivos en el Masters 1000 de Madrid. Nadal trata de acelerar su puesta a punto para Roland Garros después de año y medio casi en blanco.

En la Caja Mágica ha logrado adquirir ritmo competitivo y disputar encuentros exigentes, como lo fue el de segunda ronda frente a Alex de Miñaur, el jugador que le detuvo la pasada semana en Barcelona, el disputado ante Cachín, que le exigió un despliegue físico durante más de tres horas, y el disputado esta noche, en un horario infrecuente para él, contra Lehecka. Pese a que tiene un relevo de máxima garantía en Carlos Alcaraz, su figura se recordará siempre en esta ciudad, por su carácter, su compromiso y su capacidad para adaptarse con enorme éxito a unas condiciones que nunca fueron las más favorables para su tenis.

Nadal contempló desde el centro de la pista las imágenes de sus triunfos, en 2005, 2010, 2013, 2014 y 2017, entre el entusiasmo de un público que se mantuvo en la cancha coreando su nombre. «Que era una broma, que el año que viene vuelvo», comenzó su parlamento. «Viendo las imágenes, algunas parecen de otra vida», dijo ya hablando en serio. «Para mí ha sido un regalo que me habéis hecho, quizás más importante que algún Grand Slam que he ganado. He tenido la suerte de haber podido hacer de lo que era un hobby mi trabajo y además hacerlo de manera destacada. No puedo pedir nada más. Espero que de alguna manera haya sido un ejemplo positivo para las nuevas generaciones. Lo único que puedo decir es gracias. La vida y el cuerpo llevan un tiempo enviándome señales de que este día tenía que llegar».

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Rafael Nadal y Carlos Alcaraz confluirán en el supermartes de la Caja Mágica, día en el que se disputan todos los octavos de final del cuadro masculino. Los dos tenistas españoles no jugaban el mismo torneo desde noviembre de 2022, en Paris-Bercy. Hoy, el Masters 1000 de Madrid tendrá en su programa al pentacampeón del torneo, que este lunes venció por 6-1, 6-7 (5) y 6-3 a Pedro Cachín, 91º del mundo, en tres horas y cuatro minutos, y al vencedor de las dos últimas ediciones, que descansa desde el domingo, cuando dio cuenta de Thiago Seyboth Wild.

Al mallorquín le espera Jiri Lehecka, 31º, un checo de 23 años que se postula desde hace tiempo para dar un salto de calidad y ganó a principios del calendario, en el ATP 250 de Adelaida, su primer título. «Me sorprendería derrotarle. Entrené con él el otro día. Tiene un saque muy potente y golpes duros desde el fondo. Posee un ránking inferior al de Alex [De Miñaur], pero enfrentarme a su calidad y velocidad de bola es otro paso», apuntó Nadal.

Además de la calidad del adversario, habrá de afrontar la dificultad de recuperarse en poco más de 24 horas. De hecho, contra su costumbre, jugará en la sesion de noche (22.00 h., Teledeporte y Movistar). «Lo veo bien. Tengo más horas para dormir y para trabajar mañana. Igual hasta veo un poco el Barça», comentó respecto al partido de Liga que disputaron anoche el equipo azulgrana y el Valencia. Sí habrá de privarse de las semifinales de la Liga de Campeones que el Real Madrid jugará en el Allianz Arena frente al Bayern Munich a las nueve de la noche de hoy, salvo que pueda echar un ojo a la primera parte mientras realiza la sesión de calentamiento.

«Todo son pequeños pasitos»

Tras dejarse sólo un juego ante el júnior Darwin Blanch en el debut y tomarse revancha inmediata contra De Miñaur, que venía de derrotarle en la segunda ronda del Conde de Godó, Nadal hubo de apelar a su vena guerrera para deshacerse de Cachín, que arrastraba 15 derrotas consecutivas antes de llegar al torneo. Cuartofinalista en el ATP 250 de Brisbane, en su regreso al circuito después de casi un año, el ex número 1 disputa por primera vez en 18 meses cuatro encuentros consecutivos, un plus en su apresurada puesta a punto para Roland Garros.

«Mi físico no estaba peor en el tercer set», explicó. «Estaba despierto mentalmente. Ha sido una pena no ganar en dos, pero estoy feliz por haber aceptado el reto. Todo son pequeños pasitos hacia delante. Hace tres semanas y media estaba en Manacor, casi sin poder sacar y perdiendo con los chicos de la academia un día, otro día y otro día».

Una incógnita

No obstante, sembró alguna duda ante la dificultad de jugar dos días consecutivos, algo nuevo en este delicado proceso de reconstrucción. «Es una incógnita para mí. Vamos a ver si soy capaz. Hace mucho que no juego asumiendo esas cargas. Hay que recuperar automatismos».

En su último año en Madrid, salvo lesión, parece improbable que Nadal no salte a la pista frente a un público al que ha distinguido de manera reiterada como el mejor. A principios de año, en Brisbane, tras perder frente a Jordan Thompson en tres horas y 26 minutos, fue en la mañana posterior al partido cuando sintió la lesión que volvió a apartarle de las pistas hasta el Conde de Godó, tal y como recordó ayer en su parlamento frente a los periodistas. «Nunca me he recuperado demasiado mal. Incluso con 35 o 36 años no me pesaba la edad. Hoy es completamente distinto. Nunca había estado dos años sin jugar y mi cuerpo es mucho más impredecible».

Durante la jornada, antes del partido de Nadal, dada la fervorosa simpatía por el Real Madrid que comparte con Alcaraz, se llegó a especular con que el defensor del título abriría la jornada a las 11 de la mañana, tal y como habría sugerido su padre, y que Nadal ocuparía el turno de las cuatro de la tarde, de modo que ambos pudieran presenciar el partido de fútbol. Sólo el desgaste y la longitud del duelo de Nadal dieron lugar al cambio en el programa. Serán Daniil Medvedev y Alexander Bublik quienes inauguren una jornada con los 16 mejores en competición.

Nadal logra tres victorias consecutivas por primera vez en 18 meses tras sufrir ante Cachín

Nadal logra tres victorias consecutivas por primera vez en 18 meses tras sufrir ante Cachín

El bueno de Cachín no tuvo derecho al aliento de la discreta hinchada argentina. Algún grito perdido de "¡Vamos Pedro!" adquirió de inmediato carácter conspirativo y encontró la reacción de un sonoro murmullo en la Caja Mágica. Mal día para llamarse Pedro en el templo del tenis madrileño. Vaya usted a saber por qué. Y eso que el jugador de Bell Ville reaccionó con bravura tras un pésimo primer set y obligó a Nadal, que afina su puesta a punto pero todavía carece de continuidad en el juego, a pasar tres horas y cuatro minutos, las que necesitó para certificar un éxito más sufrido de lo que se podía esperar: 6-1, 6-7 (5) y 6-3.

La victoria ante Pedro Cachín y la consiguiente clasificación para octavos de final fortalecen a Nadal en este largo tiempo de incertidumbre. Son ya tres triunfos consecutivos, registro insólito viniendo de donde viene, y este martes le espera Jiri Lehecka, 31º, un artillero checo de 23 años que no ha de resultarle inabordable, siempre que logre recuperarse bien. La paliza ante Cachín, con menos de 24 horas de descanso, elevará la exigencia en un periodo donde todos los cuidados son pocos.

Superado un top 20 como Alex de Miñaur, 11º en el escalafón, se suponía que Nadal no tendría demasiados problemas frente a Cachín, un argentino de 29 años sin demasiado peso en el circuito. La victoria del sábado, en una escenografía propia de su despedida del torneo, supuso un indudable empujón para el ex número 1 del mundo, urgido a recuperar crédito y autoestima a menos de un mes del inicio de Roland Garros, donde tiene depositadas buena parte de sus ilusiones.

La inesperada reacción

Sin embargo, este lunes, tras disfrutar de un largo pero plácido primer parcial, Cachín mejoró el porcentaje con su servicio y empezó a meter más bolas en pista, progresión confluyente con un decaimiento de su rival. Se situó 4-1 y dispuso de dos bolas de set antes de llegar al desempate, pero envío sendas derechas más allá de la línea de fondo. Fue en el tie break cuando logró igualar el partido tras un passing shot cruzado de revés ante un saque y volea de Nadal.

Octavofinalista el pasado año, Cachín había encontrado la redención en Madrid, tras una secuencia de 15 derrotas consecutivas desde octubre. Su triunfo en segunda ronda contra Frances Tiafoe fue el primero logrado a lo largo de su carrera ante un jugador de los 20 primeros del ránking. Tenista de crecimiento tardío, relanzó su carrera al trasladarse hace unos años a Barcelona y contar como asesor con Álex Corretja.

Dentro de su proceso de reincorporación al circuito, a Nadal le toca foguearse con experiencias de estas características. La temprana rotura en el inicio del tercer set le permitió llevarse un partido que manejó con determinación y oficio en los momentos culminantes. Además de ofrecer un tenis fluido en el primer parcial, fue capaz de sostenerse en pista en el encuentro más largo desde que perdió con Jordan Thompson a principios de año en cuartos del ATP 250 de Brisbane. Entonces fueron tres horas y 26 minutos, con el alto precio de no volver a competir hasta el Conde de Godó. "Vamos a ver cómo nos levantamos mañana, ojalá que bien", comentó a pie de pista.

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: "Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo"

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: “Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo”

Es tal la suficiencia con que se maneja Carlos Alcaraz que cualquier rival corre el riesgo de ser reducido a escombros. Lo fue Alexander Shevchenko en el debut y corrió similar suerte Thiago Seyboth Wild, a quien se le presumía mayor resistencia sobre arcilla, el territorio donde ganó su único título hasta la fecha, en Santiago de Chile, hace cuatro años, y en el que sorprendió a Daniil Medvedev, nada menos que en Roland Garros.

Para saber más

Pero el bicampeón, que ganó por un doble 6-3, en una confortable hora y cuarto, no ha necesitado la máxima exigencia ni comprometer un físico delicado por la dolencia en el antebrazo derecho para citarse de nuevo este martes con Jan-Lennard Struff, el mismo hombre al que derrotó en la final del pasado año para revalidar el título.

«Sé de su nivel. Buen servicio, buen saque y volea, buenos tiros de fondo... Pero tal y como estoy puedo hacer grandes cosas y voy a provocar opciones para intentar ganar el partido y hacerle sentir incómodo», comentó el segundo cabeza de serie sobre el próximo encuentro.

Struff tuvo que esperar hasta cuatro días antes de cumplir los 33 años para ganar su primer título. Lo hizo hace poco más de una semana en el ATP 250 de Múnich, con una trayectoria impoluta, en la que sacó los colores a Holger Rune en semifinales (6-2 y 6-0) antes de imponerse a Taylor Fritz en la final.

Precedentes

Alto y buen sacador, el jugador de Warnstein, un municipio de Renania del Norte-Westfalia, formó parte del proceso de crecimiento de Alcaraz, que se le encontró en los octavos de Roland Garros de 2021, con derrota en tres sets, y volvió a topársele, un año más tarde, en la primera ronda de Wimbledon, en aquella ocasión con victoria en cinco parciales. Todo ello antes de la final de 2023 en la Caja Mágica, que se llevó por 6-4, 3-6 y 6-3.

Ahora 24º del mundo, Struff ha entrado este año directo al cuadro principal, con victorias en dos parciales frente a Jaume Munar y Ugo Humbert, 14º. Mucho más tortuoso fue su camino en la pasada edición, donde se vio obligado a disputar la fase previa y precisó ganar ocho partidos, dos de ellos frente a Aslan Karatsev, a quien superó en la qualy y en las semifinales, antes de litigar por el título con Alcaraz.

El alemán ha tardado en rentabilizar unas condiciones como las de Madrid, aptas para las características de su juego, de golpeo plano y tendente a conceder poco ritmo al oponente, pero en los dos últimos años, ya en el tramo final de su carrera, sabe extraer rédito de sus cualidades en la altura de la capital.

Nadie ha ganado a Alcaraz en Madrid desde que lo hiciera Rafael Nadal en la segunda ronda del torneo, en 2021 y el resultado de su duelo con Struff pasará más por sus manos que por lo que pueda hacer el alemán. «Sigo sin fiarme del todo del antebrazo, aún está en mi mento. Cada vez que voy forzado o pego una derecha más agresiva viene el pensamiento de cómo va a reaccionar. El objetivo es no hacerme daño», reiteró. «Físicamente estoy muy bien y me muevo bien, pero ese pensamiento va a tardar en irse».

Paradójicamente, la limitación le lleva a hacer de la necesidad virtud, a mostrarse más contenido. «Estoy jugando de una manera diferente. Juanqui [Juan Carlos Ferrero, su entrenador] me dice que no hace falta pegar la derecha al 200%, que basta con relajar y sacar la mano hacia delante, intentando que corra la bola».

La pelota viaja en buena dirección, como lo hace la de Nadal, quien, tras ganar el sábado a Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, en un partido que pudo ser el último en este torneo, jugará este lunes (16.00 h., Teledeporte y Movistar) contra Pedro Cachín, 91º, en un enfrentamiento inédito. El argentino, de 29 años, ha detenido en Madrid la sangría de 15 derrotas consecutivas y viene de superar a Frances Tiafoe, 20º preclasificado. Al igual que en el caso de Alcaraz, Nadal es favorito. Si se ha recuperado bien, tiene muchos números para unirse al murciano en los octavos del martes.

Nadal: "Estoy lejos de aspirar a cosas importantes"

Nadal: “Estoy lejos de aspirar a cosas importantes”

Cauto, templado, como nos tiene acostumbrados a lo largo de su dilatada carrera, más allá de las lógicas expresiones de entusiasmo cuando la ocasión así lo sugiere, Rafael Nadal no hizo valoraciones hiperbólicas de la victoria frente a Alex de Miñaur, ponderando, eso sí, el valor de poder jugar y competir. «Hace unos días era difícil pensar que pudiera estar en tercera ronda. He aguantado más de dos horas y jugar delante de esta gente es una pasada», comentó frente a los medios de comunicación, poco después de concluido el encuentro.

Fueron varias las menciones al indesmayable respaldo de los aficionados, que calificó de «bonito», «emocionante». «Nunca podré agradecer el cariño y el apoyo que recibo aquí. Siempre te queda la ilusión de vivir días así. Que sea aquí, en casa, significa mucho. He tenido muchos momentos especiales aquí, desde la victoria en la final de 2005 ante Ivan Ljubicic, pero éste de hoy también es inolvidable, más aún cuando es uno de los últimos».

A continuación, ya en el análisis del encuentro y de la victoria, explicó: «Tampoco nos dejemos llevar por la emoción de un partido. Hay muchas cosas que ajustar. He estado competitivo. Los últimos tres días han sido un pelín mejores. Hay que ver cómo me recupero. Hay cosas que aún no puedo hacer como me gustaría, con apoyos más potentes. Lo prioritario sigue siendo que no me ocurra nada en lo que queda de torneo». Siempre atento al todavía amplio margen de mejorar, dijo: «Me gustaría jugar más la bola de lado a lado. En el segundo set he podido girar más el revés hacia su derecha. Necesito jugar con táctica, largo y alto».

Recobrar confianza

Todo pasa por recobrar seguridad, sin prisa, pero celebra encarar el quinto partido en las dos últimas semanas, algo que no había sucedido desde que abandonó las pistas en enero de 2023. «Las perspectivas las marcará mi día a día. Tengo que recuperar la confianza en mi cuerpo y en mí mismo a nivel tenístico».

Las preguntas recurrentes, a menos de un mes para el inicio del torneo, rondan alrededor de Roland Garros, el Grand Slam que ha ganado en 14 ocasiones y al que no pudo acudir el pasado año por encontrarse toda la temporada fuera de las pistas. «Los que competimos también vemos el deporte desde una perspectiva global, no sólo desde un estado emotivo. Esto es sólo un partido y estoy lejos de aspirar a cosas importantes, pero no quiere decir que no tenga ilusiones y esperanzas».

Reiteró que el torneo parisino significa para él mucho más que ningún otro y que no irá a disputarlo si no se encuentra capacitado para aspirar a algo importante. «Es el torneo más importante de mi carrera y estará siempre en mi corazón. Sólo iré si puedo saltar a la pista y soñar. En caso contrario, no tiene sentido. Además, es al mejor de cinco sets. Es diferente. He de acudir con la esperanza real de que mi cuerpo responda a las demandas. Si no es así, no estaré».

Nadal y Machado

Nadal y Machado

Actualizado Sábado, 27 abril 2024 - 19:49

En su cita con el cotidiano heroísmo triunfal o el martirologio perdedor, y viceversa, Rafa Nadal eliminó a Alex de Miñaur, en otro de esos partidos ambivalentes. De esos en los que cada movimiento, cada gesto suyo es auscultado, interpretado entre la angustia y la ilusión por todo un país que aún no sabe si pedirle que se retire de una vez o que continúe en persecución doliente pero decidida de un último milagro. Seguramente, desde la inmediatez

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Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

¿Qué se puede esperar aún de Rafael Nadal? Este sábado, en el día señalado para su despedida del Masters 1000 de Madrid, con Felipe VI en el palco para rendirle honores por si se consumaba el adiós, el español exhibió de nuevo su gusto por el combate para lograr la victoria ante Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, y clasificarse para los octavos de final, una ronda donde no se contaba con él. Venció en dos horas y dos minutos y jugará este lunes en octavos ante Pedro Cachín. [Narración y estadísticas (7-6 [6], 6-3)]

La escenografía estaba lista después de sus palabras tras la victoria ante Darwin Blanch, en las que anunció que ésta iba a ser la última ocasión en la que disputaría el torneo y que le sorprendería ganar a su próximo rival, el mismo hombre que le derrotó la pasada semana en segunda ronda del Conde de Godó. Ante tal hipótesis, pronto se activaron todos los protocolos para despedir como le correspondía al ganador de 22 títulos del Grand Slam, ex número 1 del mundo y pentacampeón del torneo.

En una atmósfera propia de gran final, con momentos en los que dominó con su derecha como en su mejor época, Nadal desmintió sus propios vaticinios. Sacó adelante un primer set de una hora y 16 minutos, sin importarle conceder las cuatro primeras pelotas que tuvo para hacerlo suyo en el desempate, e hizo sentir al australiano todo el peso de su leyenda.

Público entregado

"¡Viva Rafa!", "Viva el Rey", "Viva España", se escuchaba en ordenada secuencia con atronador respaldo, para que quedasen claras las inclinaciones de buena parte de los 12.500 espectadores que llenaron la pista Manolo Santana, cubierta por el techo retráctil debido a la lluvia. Tampoco esa contingencia favorecía a Nadal, cuyo tenis alcanza su mejor expresión al aire libre y al nivel del mar.

En su tercer partido después del torneo de Brisbane, donde volvió a lesionarse a principios de año, Nadal no se conformó con afinar el aún precario estado físico, sino que se sintió competitivo y, empujado por la grada, se fue a por un triunfo que puede marcar un punto de inflexión en su rodaje para Roland Garros. Le queda mucho por delante, entre otras cosas elevar la velocidad de su servicio, que no llegó a los 190 kilómetros por hora, pero es seguro que este triunfo, por el rival, por el escenario y por la forma en que se produjo, fortalecerá su decaído ánimo. Poco a poco, Nadal empieza a parecerse a Nadal.