El difícil momento del adiós: Nadal, Serena, Maradona, Bolt...

El difícil momento del adiós: Nadal, Serena, Maradona, Bolt…

Hubiéramos deseado una última, real y simbólica, victoria de Nadal en su apoteósica y merecida despedida sentimental. Pero ya era imposible, incluso frente a jugadores sepultados en las profundidades del ránking. Su adiós, postergado en exceso entre la tristeza, la comprensión y la gratitud de un país entero, suscita de nuevo una reflexión acerca de los deportistas que no se retiran «a tiempo».

El deportista muere dos veces. Y la primera ocurre cuando se retira (o le retiran). Se trata de una muerte biológicamente provisional, pero profesionalmente definitiva. Y el afectado no la acepta porque abre un abismo bajo sus pies. Así que, con frecuencia, y aunque, como en el caso de Nadal, haya proyectado un futuro confortable, experimenta una especie de horror vacui. No es raro. Después de todo, el deporte es la única actividad en la que la jubilación se produce en la juventud. El deportista tiene todavía por delante, en un territorio desconocido, amenazante por ignoto o incierto, incluso por extenso, la mayor parte de su existencia física. Le entra miedo, vértigo, inseguridad y trata de demorar el momento del adiós.

Autoengañándose acerca de sus, todavía, capacidades, o estirándolas con más o menos dignidad, permanece en activo, con frecuencia en un ámbito individual o, sobre todo, colectivo distinto e inferior del de sus mejores días. No lo hace por dinero, o sólo por eso, sino por mantener una ficción de permanencia.

Un tiempo innecesario

El caso de los futbolistas es paradigmático: Pelé, Cruyff, Beckenbauer, Maradona, Michel, Hugo Sánchez, Guardiola, Iniesta y un interminable etcétera alargaron impropia e innecesariamente sus carreras. Hoy siguen en activo Cristiano, Messi, Luis Suárez, Busquets, Alba y otro largo etcétera. Pero el fútbol sabe que este tiempo les sobra. No son Zidane, Kroos o como Rijkaard, que, en la celebración en el vestuario, después de ganar con el Ajax la Champions de 1995, anunció que ese había sido su último partido. O, cambiando de deporte, como Alberto Contador, que dio sus últimas y crepusculares pedaladas ganando en el Angliru.

No se retiraron a tiempo, entre nosotros, Alfredo Di Stéfano, Severiano Ballesteros e incluso un Alejandro Valverde en su longevidad digna... Ni, volviendo al tenis y al exterior, el mismo Federer. Y quizás Djokovic debe pensar en parar, ahora que está «a tiempo» de mantener su mejor recuerdo. Tampoco Serena Williams se fue cuando debía. Ni Usain Bolt. Existen «retirados en activo», valga la paradoja. Oficialmente aún en la brecha, pero en la práctica fuera de foco, Sergio Ramos o Mireia Belmonte siguen erróneamente la senda de Nadal.

Bolt, en los Juegos de Río 2016.

Bolt, en los Juegos de Río 2016.AP

Si un bel morir tutta una vita onora, un mal morir, metafóricamente hablando, no estropea un pasado merecedor de elogio y agradecimiento. Tampoco hace añicos una imagen que se reconoce irrompible. Pero sin borrarla en absoluto, la empañe un tanto por ser la última. Saber retirarse oportunamente, es, no sólo en el deporte, una virtud casi teologal, incompatible a menudo con la ciega y sorda naturaleza humana.

En el lado opuesto de quienes se resisten en vano a los odiosos imperativos de Cronos figuran quienes se retiran «a tiempo» por el procedimiento de hacerlo «antes de tiempo». A «destiempo», en suma. Son sobre todo nadadores, debido a la precocidad de su deporte con relación a otros. La australiana Shane Gould (Gold), que este 23 de noviembre cumplirá 68 años, tuvo en 1972 todos los récords en todas las distancias del estilo libre. Insólito. Apabullante. En los Juegos de Múnich se llevó tres oros, una plata y un bronce. Y le «faltó tiempo» para retirarse. Tenía 16 años. En los mismos Juegos, Mark Spitz conquistó siete oros estableciendo siete récords del mundo. Y se despidió de las piscinas a los 22 años. Le quitó «tiempo al tiempo».

El día después de Nadal: una agenda vacía tras el súbito adiós y el descafeinado homenaje

El día después de Nadal: una agenda vacía tras el súbito adiós y el descafeinado homenaje

Rafael Nadal se acostó a las tres y media de la madrugada de este miércoles en su habitación del Hotel Higuerón de Fuengirola, el que acogió al conjunto español y a otros de los participantes en la Copa Davis, tras una despedida que todo el mundo hubiera deseado diferente. Amaneció tarde y emprendió el regreso a su domicilio en Mallorca, donde pasará los próximos días.

El desencanto era indisimulable en el precipitado homenaje, cuyo rango se había elevado exponencialmente en caso de victoria ante los Paises Bajos. No sólo fue el bajo rendimiento en su partido ante Botic van de Zandschulp sino que la derrota del doble formado por Carlos Alcaraz y Marcel Granollers le privó del tributo que constaba en el guion.

El escenario ideal del adiós era, como pronto, este viernes, cuando estaba prevista la aparición, entre otros, de Roger Federer y Pau Gasol, además de la llegada de muchos periodistas acreditados que contaban con que España estaría al menos en semifinales.

La ausencia de su tío Toni

Estuvo rodeado de toda su familia y de todo su equipo, al que se reincorporó para la ocasión Francis Roig y se sumó su dietista, Nuria Granados, además de Joan Forcades, quien esculpió su físico desde los inicios y ha preferido permanecer siempre en el anonimato, ambos poco habituales en los desplazamientos.

En su entorno mediático, donde se percibe un evidente malestar, prefieren no hablar de la clamorosa ausencia de su tío Toni, que tenía compromisos de trabajo en Roma y ya advirtió que sólo podría acudir si España llegaba a la final del próximo domingo.

No hay agenda inmediata para el ya ex jugador de tenis más allá de algunos actos con patrocinadores y con la Unversidad Alfonso X el Sabio. Nadal tenía previsto seguir en Málaga y sentarse a pensar con calma una vez que terminase su carrera, pero no esperaba que se precipitase de este modo el desenlace. La Federación Internacional de Tenis había planificado el homenaje para este viernes, ganase o perdiese España en semifinales. Tiene un acto en Madrid el día 4 de diciembre y una larga lista de peticiones de entrevistas en la agenda de su jefe de prensa, que se tomará su tiempo para atender.

El sueño roto de la final

Había entrenado en su academia de Manacor con Roberto Bautista el lunes y el martes de la pasada semana y lo hizo antes de la eliminatoria con Países Bajos con Alcaraz, percibiendo nuevas sensaciones. Todo resultaba alentador. La derrota entraba dentro de sus posibilidades, pero nadie lo esperaba, menos aún ante el 80º del mundo, un jugador al que había superado con comodidad en sus dos enfrentamientos previos, eso sí, en 2022, año en el que ganó el Abierto de Australia y su decimocuarto Roland Garros.

Se soñaba con una final el domingo ante la Italia de Jannik Sinner, la hipótesis idílica para una adiós a lo grande, con el lujo de un enfrentamiento entre el número 1 del mundo y Alcaraz, los dueños del futuro.

El legado de Nadal, bajo la lupa de los expertos: "Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente"

El legado de Nadal, bajo la lupa de los expertos: “Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente”

Dice Eric Bruna, que cubre el tenis para el rotativo Le Parisien desde hace 24 años, que la nostalgia empezó con el adiós de Roger Federer en la Laver Cup de 2022, se acentúa ahora con la marcha de Rafael Nadal y dejará aún más rengos emocionalmente a muchos periodistas y aficionados cuando se marche Novak Djokovic, que tiene 37 años y no tardará en hacerlo. «Como comentó Nadal cuando acudió al homenaje a RogerFederer en Londres, con la jubilación del suizo se iba un poco del propio Nadal. Diría que con la salida del español también se va un poco de Djokovic».

Hay una generación de periodistas que han acumulado trienios siguiendo las andanzas del denominado Big Three y que difícilmente van a disfrutar del mismo modo de lo que venga, de lo que ya está aquí, léase Carlos Alcaraz y Jannik Sinner. «Tengo 52 años. Me he hecho mayor con ellos. Hay una relación de corazón con los tres. Seguro que Alcaraz y Sinner ganarán muchos títulos, pero dudo que veamos un período semejante a éste. Ha sido la época dorada del tenis».

Philippe Bouin, retirado desde hace tiempo, es un referente en el mundo del tenis y nos deleitó en L'Equipe con su visión incluso de años pretéritos a los protagonizados por estos tres jugadores que suman 66 títulos del Grand Slam. «Todo alrededor del juego de Rafa, de sus récords, de sus habilidades físicas y de su fortalezas, ha sido escrito millones de veces. Añadiré el que es para mí el mayor de sus logros: a pesar de su éxito y de la fama consiguiente, de la adoración que suscita en el mundo, ha sido capaz de permanecer como una persona normal a lo largo de toda su carrera. Uno de mis sobrinos pequeños es recogepelotas en Roland Garros y le adora por su amabilidad, tanto dentro como fuera de la pista. Es un complemento increíble a pesar de su fama mundial».

"Nos vamos poniendo viejos"

Benjamín Benzaquén, la voz de Radio ADN de Chile, con muchos torneos a sus espaldas, entre ellos 37 Roland Garros, se siente también personalmente concernido por la retirada de Nadal. «El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos, dice una canción que entonaba maravillosamente la gran Mercedes Sosa. Pasó, tan rápido pasó, que se nos hace una distancia muy grande con aquel junio de 2005, cuando lo vimos ganar su primer Roland Garros con aquellos pantalones pescadores, esa camiseta sin mangas, la vincha, el pelo largo, el ir y venir de una a otra punta de la cancha, sosteniendo los pelotazos que le ponía otro zurdo con más veteranía y experiencia que él llamado Mariano Puerta».

Hay una inclinación lógica a volver a la génesis de Nadal. Su final empuja la vista hacia un largo trávelin retrospectivo, a los momentos en los que sentó las bases de su carácter. «Fue un gladiador que trituraba rivales con la mente. Con su optimismo y capacidad competitiva desmoralizaba hasta al más optimista de todos. Más allá de su gran talento y su fuerza, lo que me maravilló de él fue que nunca se le pudiera dar por vencido hasta el último punto, por más abajo que estuviera en el score, él se encargaba de encender la luz de la esperanza. Humilló con su espíritu y con cada latigazo de drive acompañado por un grito intimidante. Ganar 14 veces en la tierra de París es una de la mayores hazañas de todos los tiempos en el deporte», agrega Sebastián Torok, especialista del diario argentino La Nación y de ESPN Latam.

Bruna también proclama su asombro ante tal registro en la arcilla del Bois de Boulogne, antes de elegir el mejor recuerdo de todo este tiempo concluido. «A lo largo de mi trayectoria profesional, no he visto nada que se pueda comparar con la final de Wimbledon 2008 frente a Federer. Reunió todos los ingredientes de un espectáculo sublime, incluido ese final en la noche, cuando apenas se veía la pelota, y cómo Nadal ascendió depués por la tribuna para saludar al Rey. Lo tuvo todo».

"Una forma de entender el juego"

«Era el jugador que necesitaba Federer para mejorar y subir un escalón más, porque al resto que intentaban jugar con su estilo los pasaba por arriba», apunta Benzaquén. «Nadal fue una barrera que impidió que el suizo siguiera arrollando a sus rivales de aquella época. Marcó un estilo y una forma de entender el juego, tanto en lo técnico como en lo competitivo, que no ha tenido parangón. Para nosotros, los argentinos, aunque uno viva en Chile, un zurdo nos trajo siempre remembranzas de un gran Vilas, pero también de un gran McEnroe. Nos daba la impronta de ese estilo único que tienen los zurdos».

Sugiere la imagen que acompaña este artículo conversar con Bruna sobre algunos trances de la renuente acogida que dispensó a Nadal el público galo. «Al principio a la gente le gustaba, porque lo ganaba todo, pero llegó un momento en el que empezó a ganar demasiado. De algún modo, en Francia mucha gente tiene debilidad por competidores como Poulidor, que suelen tener que conformarse con el segundo lugar. También influía la relación especial del público con Federer, a quien quería ver gana al menos un Roland Garros y veía cómo era Nadal quien se lo impedía un año tras otro».

La falta de jóvenes o el vacío que deja Nadal en el tenis español: "Era una oportunidad única"

La falta de jóvenes o el vacío que deja Nadal en el tenis español: “Era una oportunidad única”

"Copa Davis hay muchas y Rafa sólo hay uno", concluía Carlos Alcaraz a la una de la madrugada, en la sala de prensa del Martín Carpena, después de la derrota de España ante Países Bajos en los cuartos de final y tenía razón. A sus 21 años le queda por delante más de una década de oportunidades para levantar la Ensaladera, pero también acertaba en su análisis días antes, a su llegada a Málaga: "Es una oportunidad única". Y realmente lo era.

La Copa Davis no depende de uno mismo y el actual número tres del mundo lo tendrá muy difícil para ganar. Rafa Nadal se retiró este martes con cinco en su palmarés porque es Rafa Nadal, pero también porque coincidió primero con Carlos Moyà y Juan Carlos Ferrero, más tarde con David Ferrer, Feliciano López y Fernando Verdasco y finalmente con Roberto Bautista y Marcel Granollers. Hay margen de tiempo, pero de momento Alcaraz no empieza con tanta suerte.

Para saber más

Porque después del adiós de Nadal, coetáneo de Granollers (38 años) y casi también de Bautista (36), el equipo español se queda vacío; el tenis español se queda vacío. Si hubo un tiempo en el que del Top 100 del ranking ATP asomaban 12 o 14 jugadores del país, ahora sólo hay seis y sólo Alcaraz está en los 40 primeros. Junto a él y Bautista, están Pedro Martínez, Alejandro Davidovich o Jaume Munar, los tres entre los 25 y 27 años, pero con pasos por hacer para afianzarse en la élite. ¿Y por detrás?

Los 'colleges' y la presión

Como le ocurre a otros deportes como el baloncesto, la buena fama de la cantera española ha atraído a un altísimo número de extranjeros y en las academias cada vez aflora menos talento nacional, aunque hay excepciones. Ahí está el palmarés, por ejemplo, del US Open junior, con tres campeones españoles en los últimos cuatro años: Daniel Rincón, Martín Landaluce y Rafa Jódar. "Viene una generación muy, muy buena, claro que el tenis español tiene relevo. Martín, por ejemplo, ya está el 156 del ranking ATP, va a llegar arriba pronto", anuncia Andrés Santamarta, otro miembro de ese grupo, que a sus 17 años esta semana ha ejercido de sparring del equipo español.

"El listón está muy alto y ahora hay caminos distintos. Hay muchos tenistas de mi generación que se van a jugar a las universidades americanas y no entran tan rápido al circuito de futures y challengers", analiza Santamarta que asume que habrá que esperar unos años para valorar el alcance de los jóvenes españoles de su edad. Del éxito en júnior al éxito en la ATP hay un abismo y mucha, mucha presión. Durante los 20 años de carrera de Nadal, los tenistas crecían fuera de los focos, sin atención mediática porque había muchos otros por delante.

Ahora hay cierta ansiedad por saber quién saldrá para acompañar a Alcaraz y eso se nota. Rincón, por ejemplo, 246 del mundo a sus 21 años, reconocía recientemente que no supo manejar el interés generado después de ganar el US Open júnior. "A muchos jugadores les afecta un montón. Me han contado cosas y las entiendo, porque puede ser agobiante. En mi caso, de momento, no me ha afectado. He escuchado opiniones sobre si voy a llegar o no, pero simplemente quiero ser yo mismo", finaliza Santamarta que, en el futuro, si realmente llega, tendrá otro punto en contra para ganar la Copa Davis.

Cuando la Davis no se juegue en España

Porque desde 2019, es decir, desde el pacto de la Federación Internacional de Tenis (ITF) con la empresa de Gerard Piqué, Kosmos, las finales de la competición se celebran en España -Madrid y Málaga-, pero eso va a cambiar. A partir de 2026 seguramente se disputarán en Asia, lo que multiplicaría su dificultad. Además la fase previa también cambiará de formato y España podría tener que irse a Argentina o a Australia para clasificarse, por lo que podría incluso no llegar.

"Es una competición preciosa, pero entiendo la ventaja que supone jugar siempre en casa. Si no fuera así lo vería todo distinto", reconocía el capitán, David Ferrer, al que le queda mucho trabajo por delante. Sin Nadal y con Granollers o Bautista observando el ocaso, Alcaraz se advierte muy solo y a los talentos que vienen por detrás todavía les falta recorrer un duro camino.

Nadal, el tenista analógico

Nadal, el tenista analógico

Actualizado Miércoles, 20 noviembre 2024 - 14:02

Rafael Nadal siempre encarnó el valor de lo simple, de lo directo, la preminencia en la competición de lo analógico sobre lo digital, de aquello que nace del ser humano, de su interior. Esa es la base que he tratado de inculcar siempre a los jugadores que tengo a mi lado. Sin haber sido un gran sacador ni un gran voleador, sin introducir cambios sustanciales en su estrategia a lo largo de los años, fiel a un sistema y a una manera de hacer las co

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El adiós de Rafa Nadal: "No estoy cansado del tenis, pero el cuerpo ya no quiere jugar más"

El adiós de Rafa Nadal: “No estoy cansado del tenis, pero el cuerpo ya no quiere jugar más”

Después de sus palabras, con los ojos llorosos, frente a los aficionados que corearon su nombe hasta el agotamiento, Rafael Nadal contempló el vídeo con el reconocimiento de las grandes figuras del deporte, mientras se sucedían las imágenes de los mejores momentos de su carrera, desde sus inicios. Las imágenes de aquel muchachito con la cinta en el pelo y los pantalones pirata. Los sucesivos triunfos en Roland Garros. La victoria ante Roger Federer en la final de Wimbledon de 2008. Los triunfos en la Copa Davis.

Ahí estaban Roger Federer, Novak Djokovic, Serena Williams, Andy Murray, Andrés Iniesta, Juan Martín del Potro, Raúl González, David Beckham, Iker Casillas... Todos ellos expresando su admiración y gratitud al gran protagonista de esta edición de la Davis, suceda lo que suceda hasta su conclusión.

Para saber más

La derrota de Carlos Alcaraz y Marcel Granollers en el partido de dobles certificó la despedida del tenis de Nadal. España quedó eliminada ante Países Bajos en los cuartos de final y el legendario jugador español fue homenajeado pasada la medianoche, en una despedida que todos los aficionados hubieran deseado más feliz. El tándem neerlandés formado por Botic van de Zandschulp y Wesley Koolhof se impuso por 7-6 (4) y 7-6 (3), haciendo inútil el triunfo de Alcaraz ante Tallon Griekspoor en el segundo individual.

Adiós a Nadal, derrotado ayer frente a Van de Zandschulp en un partido que le llegó demasiado tarde, que tal vez no hubiera debido disputar. El tropiezo en modo alguno le restó las formidables muestras de cariño de un pabellón rendido a los pies de uno de los más grandes de siempre, la admiración unánime de todo el mundo del deporte.

«La mejor educación es el ejemplo»

Son 22 títulos del Grand Slam, 14 de ellos en Roland Garros, un total de 92, cinco Copas Davis, dos oros olímpicos, 209 semanas como número 1 del mundo, cinco años cerrados en lo más alto del ránking... Una extensísima lista de galardones suscritos desde la ejemplaridad, con una forma genuina de ganar y de aceptar los sinsabores, con un formidable grado de resiliencia.

El destino no fue agradecido con Nadal. Pese a los severos problemas físicos de los últimos años, siempre quedaba la esperanza de verle resurgir una vez más.

«Te echarermos mucho de menos. La mejor educación es el ejemplo. Y tú lo has sido. Hay personas que sonrecordadas por sus logros en la vida, hay personas que son recordadas hasta el fin de sus días y hay personas que son recordadas eternamente. Tú eres una de ellas», le dijo a pie de pista David Ferrer, el hombre con el que compartió buena parte de su carrera, el entrenador que le dio su confianza hasta el último partido.

Nadal se despide del Martín Carpena.

Nadal se despide del Martín Carpena.EFE

Lo primero tras la desafortunada noche del equipo español fue el parlamento de Nadal, que llegó tan sólo unos minutos depués de que concluyese el encuentro de dobles, de que Países Bajos enterrase las ilusiones del tenis español, que tenía argumentos para pensar en llegar más lejos en esta Copa Davis.

«Buenas noches a todos. Las gracias las tengo que dar yo a tanta gente que es difícil empezar», arrancó en respuesta al grito de coreaban los aficionados. «Empezaré por los que están hoy aquí. Gracias a todos vosotros. Sinceramente han sido 20 años de carrera en los que me habéis llevado siempre en volandas. He podido vivir con todos vosotros, con toda España y el mundo en general. Me he sentido un superafortunado por recibir tanto cariño, especialmente aquí en España. Quiero continuar felicitando al equipo de Holanda y quiero agradecer a todo el equipo español que está aquí poder vivir la ilusión de la Copa Davis. No ha salido como hubiera querido, pero he dado todo lo que tenía. Los últimos días de mi carrera los he vivido en equipo. Mil gracias a todos, de verdad.

«ser buena persona»

La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento. No estoy cansado de jugar al tenis, pero el cuerpo ya no quiere más. Hay que aceptar la situación. No es un día para personalizar, pues no quiero olvidarme de gente. Soy una persona que cree en la continuidad, en mantener a las personas que te quieren y que hacen que tu vida sea mejor. No me quiero olvidar de los medios de comunicación. Aprecio muchísimo la manera en la que habéis contado al mundo una historia preciosa, que ha tenido algunos momentos malos, pero muchos inolvidables.

He intentado esforzarme cada día para ser mejor y cumplir objetivos, y hacerlo desde el respeto y tratando de hacer lo más importante en este mundo, que es ser buena persona. Me voy de este mundo del tenis profesional habiendo encontrado muchos amigos en el camino. Me voy con la tranquilidad de que de alguna manera he dejado un legado no sólo deportivo sino también personal». No se olvidó tampoco de recordar la trascendencia en su carrera de su tío Toni, que ya había anunciado su ausencia salvo que España llegara hasta el domingo.

La despedida pudo haber sido más hermosa, pero, al fin y al cabo, después de una carrera semejante, lo acontecido ayer en la pista sólo tiene un carácter tangencial. Queda Nadal, quedan su trayectoria y su ejemplo, queda un legado inmenso y queda el tenis en un profundo estado de orfandad.

Así ha sido la carrera de Rafa Nadal, el 'Rey de la Arcilla': 14 Roland Garros, 63 títulos y 81 victorias consecutivas

Así ha sido la carrera de Rafa Nadal, el ‘Rey de la Arcilla’: 14 Roland Garros, 63 títulos y 81 victorias consecutivas

Llegó el momento y lo hizo ante su público, con 38 años y 22 Grand Slam a sus espaldas, entre esos, 14 Roland Garros. Sólo con esos dos últimos guarismos, Rafa Nadal se sitúa por derecho propio entre uno de los mejores tenistas de la historia y también en uno de los mejores deportistas españoles, pero sus cifras, en estos 25 años de carrera, son aún más impresionantes.

Grand Slams

El tenista de manacor ha participado en 68 torneos de Grand Slam en los que ha llegado a 30 finales y ha obtenido 22 títulos (14 Roland Garros, 4 US Open, 2 Abiertos de Australia y 2 Wimbledon). Es el jugador que más veces ha ganado un mismo major, como son los citados 14 Roland Garros, y el más joven en lograr los cuatro, lo logró con 24 años. Además, el mallorquín ha conseguido ganar al menos un título de Grand Slam durante 10 años cosecutivos. Y sólo él y Djokovic tienen en su poder los cuatro majors en, al menos, dos ocasiones. El español tiene un porcentaje de victorias del 88% en estos torneos, ya que de los 358 partidos que ha jugado, ha ganado 314 (en Roland Garros ese cifra se eleva al 97%).

Torneos ATP

La longeva vida de Nadal en el mundo del tenis le ha permitido disputar un total de 241 torneos ATP además de los Grand Slams, entre los que están los ATP Finals (11), los Máster 1.000 (130), 500 (49) y 250 (51). Al de Manacor nunca se le dio bien el Torneo de Maestros, de sus 11 participaciones solo consiguió llegar a dos finales y su porcentaje de victorias es el más bajo de su carrera con 54% (21-18). Respecto a los Máster 1.000, su dominio ha sido principalmente en los torneos de tierra. Así, Montecarlo, con 11 victorias y en el que llegó a ganar 46 partidos seguidos, récord de cualquier torneo en masculino y femenino, y Roma, con 9, han sido sus títulos más repetidos.

De los Máster 500 hay que destacar el Conde de Godó, que es el que más veces ha disputado y ganado, 12 títulos de 17 participaciones. Y de los 250 cabe mencionar el torneo de Bastad, en Suecia, el último torneo en el que el de Manacor fue competitivo y llegó a la final pero perdió ante el portugués Nuno Borges.

A nivel general, Rafa Nadal ha conseguido 92 títulos ATP de los 312 disputados (63 en tierra batida). El podio lo ocupan Jimmy Connors (109), Roger Federer (103) y Novak Djokovic (98). Eso sí, su eficacia en finales es abrumadora con un 70,2% de éxito cada vez que alcanza esa fase del torneo, aunque lejos del 81% del histórico Thomas Muster.

Partidos y ganancias

El tenista español, pese a las lesiones que le han tenido apartado casi cinco años completos del circuito profesional, ha jugado un total de 1.307 partidos de los que ha conseguido vencer en 1.080. Su porcentaje de victorias es de un 82,63%, superior al de Roger Federer (1251-275, un 81,9%), pero ligeramente por debajo de Novak Djokovic (1058-210, un 83%).

Esas victorias le han reportado unas ganancias totales en el mundo del tenis de 123.362.326 euros frente a los 119.384.120 de Roger Federer o los 165.136.927 de Novak Djokovic, el tenista que lidera el ránking y que duplica a Serena Williams, que tiene solo un Grand Slam menos que el serbio.

Si hablamos de los enfrentamientos entre el Big Three. Rafa Nadal ha ganado 24 de los 40 partidos que tuvo con Roger Federer, 10-4 en Grand Slams, mientras que ha perdido 31 de los 60 que tuvo con Djokovic. No obstante, el manacorí ha conseguido más victorias en majors ante el serbio con 11 victorias y siete derrotas.

Representación española

Huelga decir que Rafa Nadal ha sido un tenista que siempre ha defendido con orgullo los colores de la bandera de España y no es casualidad que el manacorí haya elegido la Copa Davis que se disputa en Málaga como torneo de despedida. Pero no pudo alzarse con la que sería la sexta de su carrera deportiva.

Con los colores de España, Nadal ha vencido en 44 de 53 partidos con un 84% de porcentaje de victorias. En Copa Davis, el de manacor sólo ha perdido dos puntos en individuales y fue en su debut, en 2004, ante el checo Jiri Novak y en el de su despedida ante el neerlandés Botic Van de Zandschulp.

De los éxitos que el tenista se siente más orgulloso son las dos medallas de oro que el español consiguió en los Juegos Olímpicos de Pekín en individuales tras vencer al chileno Fernando González y el de dobles junto a Marc López en Río de Janeiro en 2016. Nadal ha vencido en 19 de los 25 partidos que ha jugado en la cita olímpica.

Superficies

A Rafa Nadal no le llaman Rey de la Arcilla por casualidad, tiene el récord de 50 sets consecutivos sin perder en esa superficie. Mencionados sus 14 títulos de Roland Garros y sus 63 títulos ATP, cada año su gira de tierra batida se cerraba con varios títulos para engrosar su palmarés.

Así, el mallorquín consiguió 81 victorias consecutivas en tierra batida, la mayor racha en cualquier superficie. Su récord es de 484 partidos ganados en un total de 535, un 90% de porcentaje de acierto. En el Abierto de Francia tiene un balance de 112-4.

Aunque su nivel de tenis le ha permitido triunfar también en hierba y en pista dura, sus números no son tan impresionantes como en el polvo de ladrillo. Así de los 96 partidos que ha disputado en hierba, ha vencido en 76 (un 79% de acierto) mientras que en dura su balance es de 518 victorias de 668 partidos (un 78% de acierto).

Otros números

Para el recuerdo quedará la derecha liftada del zurdo más famoso de la historia del tenis. La que le ha sacado de muchos apuros a lo largo de su carrera deportiva. Su drive alcanza las 5.000 revoluciones por minuto, el doble de la media de cualquier tenista del circuito. Sin embargo, Nadal no destacó mucho en el servicio, con el que sólo consiguió 3.843 aces (Karlovic, por ejemplo, hizo 13.653).

Derechas aparte, Nadal contaba con un órgano muy privilegiado a la hora de jugar: su cabeza. Su porcentaje de bolas de break salvadas se sitúa por encima del 66% y el de sets definitivos que terminan en victoria de un 69%.

De corto desde el mediodía, sus palabras en el banquillo... así fue el último día de Nadal como tenista profesional

De corto desde el mediodía, sus palabras en el banquillo… así fue el último día de Nadal como tenista profesional

En los descansos, detrás de Carlos Alcaraz y Marcel Granollers, se colocaba Rafa Nadal, un capitán en la sombra -literalmente-, el animador del banquillo de España. Después de su derrota ante Botic Van de Zandschulp, el ganador de 22 Grand Slam se pasó cuatro horas, es decir, todo el tiempo que duraron los partidos de Alcaraz y de la pareja de dobles, alentando a sus compañeros, dando consejos, incluso espoleando al público del Martín Carpena.

Tocaba la medianoche en Málaga, se preparaba su homenaje en los pasillos, y Nadal seguía tan entregado, tan motivado, tan vestido, como a la una del mediodía, cuando apareció ya vestido de corto en el pabellón pese a que todavía le quedaba un buen rato para saltar a jugar. Esa entrega es su firma para siempre, el recuerdo de él que perdurará después de su retirada oficial ayer. La remontada española en los cuartos de la Copa Davis no pudo ser, pero Nadal, claro, no dejó de creer en ella ni por un momento.

Para saber más

«No tenía los automatismos de la competición, la pista era muy rápida, así que tenía que mantener la energía y pelear cada punto. No pude ganar, pero estoy contento porque lo intenté hasta el final», explicaba antes, justo después de su derrota en una rueda de prensa en la que no olvidó su sentido del humor. En su carrera en la Copa Davis había ganado 28 partidos, pero cayó en dos, los dos muy significativos.

«Perdí el primero [ante Jiri Novak, en 2004] y he perdido el que puede ser el último. De alguna manera es cerrar un círculo», comentaba con sorna y sin ganas de machacarse otra vez, una última vez: «A lo largo de mi carrera he sido muy autocrítico. Aunque ganaba torneos siempre buscaba la parte negativa para aprender. Hoy no lo seré. He hecho lo que he podido. Que yo jugara era una apuesta arriesgada y no ha salido».

Antes de saber el desenlace de la ronda, el propio Nadal se descartaba para más partidos de individuales -«Si fuera el capitán yo no me elegiría»- y entre líneas se proponía como nuevo miembro del dúo de dobles. Finalmente no hubo más oportunidades de ningún tipo.

Sus lágrimas con el himno español

Le quedará como consuelo, su última noche mágica, pese a las derrotas. Este martes, 13.000 aficionados españoles estuvieron encendidos alrededor de su figura, un ambiente eléctrico, una ovación detrás de otra, y como él no bajaron los brazos hasta la conclusión. Los marcadores no ayudaban, pero no hubo decepción, sólo agradecimiento, el constante recuerdo de lo mucho disfrutado gracias a Nadal. Sin los grandes nombres anunciados, ni Roger Federer, ni Novak Djokovic -también se rumoreó con la presencia de Barack Obama o Bill Gates-, el pabellón andaluz se volcó en animar al ganador de 22 Grand Slam pasase lo que pasase en el encuentro. «¡Disfruta, Rafa!», le gritaba una aficionada ya en el segundo set, como resumen del ánimo general.

Si hubo lágrimas fueron de emoción, desde la ceremonia de inauguración. Después de que los valencianos del equipo español, David Ferrer, Roberto Bautista y Pedro Martínez entrasen en la pista con una bandera de su comunidad en homenaje a las víctimas de la DANA, Nadal se emocionó mientras sonaba el himno nacional. No hubo lágrimas, pero temblaban los labios: poco faltó. Luego se rehízo para intentar superar a Van de Zandschulp, pero esa emoción ya no se marchó.

En cada punto ganado, un «¡Vamos!», unas palabras de ánimo para sí mismo. Pese a sus problemas en el resto y en los movimientos laterales, Nadal lo peleó y lo peleó y lo peleó y lo peleó. «¡Sí se puede!», le cantaba el público del Martín Carpena cuando ya era casi imposible. «Lo he intentado todo, también como agradecimiento a la afición que me ha apoyado sin parar», finalizaba.

La abuela de Nadal y el último baile en la Academia de Manacor

La abuela de Nadal y el último baile en la Academia de Manacor

Son las siete de la tarde y un viento frío y húmedo barre las afueras de Manacor. El aire racheado se cuela por la cristalera entreabierta de un bar que vive un día especialmente emotivo. Es el US Open, el restaurante ubicado en la primera planta del cuartel general de Rafa Nadal en Mallorca: su famosa academia.

Allí, en una tarde anodina de martes, unas 150 personas se han reunido para ver el que puede ser el último baile del héroe local. Han llegado animosos y confiados, con su letanía de vamosrafas en la boca, esa evocación de un tiempo dorado.

El bar, elegante, forrado de posters del Grand Slam norteamericano que Rafa ganó en cuatro ocasiones, ha sido engalanado para la ocasión con banderines de España. Fuera, en las pistas de la escuela de tenis, los chicos de la academia están con sus clases y suena el ruido seco de sus golpes cuando Nadal pierde un punto y se hace el silencio.

"Sólo sentimos gratitud"

Porque el tenis ha ido avanzando como la tarde que se cuela por la cristalera: la corriente gélida de noviembre ha ido enfriando el ambiente y el otoño del héroe ha acuchillado poco a poco la ilusión de la parroquia. "Da igual, sólo sentimos gratitud por todo lo que nos ha hecho vivir, por el legado que nos deja, por todo lo que ha ganado y nos ha hecho disfrutar todos estos años", explica Toni, empleado de la Rafa Nadal Academy desde hace seis años, manacorí que se crio jugando al tenis en el mismo club local donde Rafa dio sus primeros golpes.

Lo dice al borde de la emoción, mientras va tomando conciencia de lo que acaba de ver. "Muy probablemente ha sido el último partido profesional individual de su carrera", reflexiona con la mirada en el infinito, dejando espacio para la esperanza de verle en unos hipotéticos dobles en esta Copa Davis. "El valor de lo que ha hecho es único y los que lo conocemos podemos decir que su calidad humana es enorme". Cerca de su mesa, Marga llora. Raya los 70 años y lleva media vida siguiendo a Rafa, al que adora como tenista "y como persona".

El partido ha tenido sus altibajos. El tenista español nunca se da por vencido y ha logrado levantar de sus asientos a los aficionados en alguna ocasión. Como cuando, impetuoso, ha subido a la red en el arranque del segundo set, quizá el momento más celebrado de la tarde junto a su conato de remontada y la ruptura del saque de Botic van de Zandschulp, momento en que el público se ha inflamado y ha cerrado el puño emulando a su ídolo.

"Ha luchado como siempre"

"Ha habido un momento en el que parecía que venía la remontada", explica uno de los camareros, que en ocho años ha visto todo tipo de tardes gloriosas en este mismo bar. Nunca con tanta gente como en esta noche con aroma de despedida. "Lo ha intentado y ha luchado como siempre, pero no ha podido ser". Muchos hubieran deseado otro baile final, "disputando un trofeo". Pero "es lo que hay", sentencia el público local, empleados, amigos, aficionados, gente del tenis.

RAFA NADAL ACADEMY

En una mesa en primera fila el partido se ha vivido con especial emoción. Isabel Homar, abuela de Rafa, ha venido al bar de la academia para ver a su nieto. Visiblemente emocionada, a sus 93 años ha aplaudido con energía al término del partido. Ha apurado una infusión y tiene el orgullo en la mirada, satisfecha por todo lo que su nieto le ha dado al tenis.

Cuando acaba el partido, charla junto a otros familiares. Mueve la cabeza ligeramente, como quien acepta con deportividad el curso natural de los acontecimientos, el inexorable paso del tiempo. "Pero ha tenido puntos muy buenos", le comenta una de sus acompañantes. La abuela asiente sin más apostillas, como en una cariñosa concesión al cumplido. Una abuela no discute el valor de su nieto.

El partido de Rafa se acaba en Manacor. El bar se vacía de golpe y la noche se cierra. Fuera, los chicos que sueñan con ser Nadal siguen entrenando en las pistas. Siguen dando golpes secos. En la tele juega Carlos Alcaraz, pero apenas 10 personas se quedan a verlo. Porque se ha hecho de noche, porque hace frío. Y porque no era solo tenis lo que habían ido a ver allí.

Van der Zandschulp deja en el limbo a un devaluado Nadal

Van der Zandschulp deja en el limbo a un devaluado Nadal

Aún desconocemos si Rafael Nadal volverá a disputar un partido profesional. La Copa Davis deja una puerta abierta para que el legendario tenista español pueda tomar un nuevo tren si España saca adelante la serie y despedirse así de otro modo del juego que lleva honrando desde sus inicios, hace más de dos décadas. Su derrota ante Botic van der Zandschulp arroja, no obstante, un rastro desalentador. Parece difícil pensar que le veamos en un duelo individual.

El ganador de 22 títulos del Grand Slam está lejos del jugador que fue. Su tenis este martes no le alcanzó para plantar cara al número 80 del mundo, que sacó provecho de sus vías de agua y dio a Países Bajos el primer punto de la eliminatoria de cuartos de final ante España. Se impuso por 6-4 y 6-4, en una hora y 53 minutos.

Fue segundos antes de que estallasen los primeros gritos de "¡Rafa, Rafa, Rafa!" cuando el protagonista de esta Copa Davis vio deslizarse por sus mejillas las primeras lágrimas. Poco dado al llanto, ni siquiera en sus más afamadas conquistas, esta vez Nadal dejó traslucir la emoción que le producía disputar ante las 11.300 espectadores que colmaron el Martín Carpena de Málaga el que podía ser el último partido de su vida. El estruendo fue aún mayor una vez concluido el protocolo, interpretados los himnos y hecho el silencio en homenaje a las víctimas de la DANA en Valencia, una vez que el speaker recitó sus logros más relevantes.

Dos víctimas españolas

Van der Zandschulp sintió en el inicio el peso del papel que le correspondía, pero supo aprovechar las oportunidades brindadas por un tenista que está lejos de lo que fue. En el segundo juego el neerlandés cometió tres dobles faltas consecutivas, penitencia que no alcanzó para que Nadal pudiera llevárselo y abrir brecha. El neerlandés, no ha hecho gran cosa en lo que va de año, pero entre sus víctimas figuran nada menos que Nadal y Carlos Alcaraz, a quien venció en la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos.

Nadal contaba con sendas victorias en sus enfrentamientos ante el número dos de Países Bajos, ambas en 2022, en Wimbledon y en Roland Garros. David Ferrer optó por él en lugar de Roberto Bautista, que venía de ganar recientemente el título en Amberes, también en pista cubierta. Veinte años después, en su cierre del círculo en la Copa Davis, sin el grado de sorpresa que supuso entonces su presencia en el equipo en la final ante Estados Unidos, Nadal volvía a disputar los individuales no por ránking, 155º frente al 46º, lugar de Bautista, ni por recientes créditos adquiridos, sí por calado histórico y, seguramente, por el nivel que ofreció en los entrenamientos.

Van de Zandschulp, con su 'drive' ante Nadal.

Van de Zandschulp, con su 'drive' ante Nadal.AFP

Comprensible o no, la apuesta resultó fallida. Lento en los desplazamientos laterales, errático, Nadal resistió hasta el noveno juego, cuando su oponente rentabilizó la segunda pelota de rotura, superándole con un passing cruzado. Refrendó el logro manteniendo su servicio para llevarse el primer set y amplió distancias con otra rotura en el inicio del segundo.

La última vez que Nadal había disputado un partido de Copa Davis fue para culminar el sexto título de España, el 24 de noviembre de 2019, al imponerse a Denis Shapovalov. La última vez que había jugado un partido de tenis individual fue el pasado 29 de julio, en la segunda ronda de los Juegos Olímpicos, cuando cayó en dos sets ante Novak Djokovic.

Hizo soñar a la hinchada cuando, ya 4-1 abajo, recuperó uno de los saques perdidos y se situó 4-3. Van der Zandschulp cometió una doble falta, envió una derecha a la red y quedó 0-30, antes de salir del apuro con su servicio, un arma definitiva. Corto de ritmo competitivo, esta vez Nadal no tendría argumentos para insinuar la remontada.