Sendas distintas para evitar coincidencias y no frenar la progresión del nuevo talento español. Joxean Fernández Matxin, tras la polémica nacida en el último Tour, ha preferido separar los caminos de Juan Ayuso y Tadej Pogacar. El chaval de Jávea admira al esloveno pero se siente incómodo en el rol de gregario, por ese motivo apenas coincidirán durante la temporada. Mientras el campeón del mundo se volcará en las clásicas antes de acudir al Tour, su compañero afrontará carreras de una semana para preparar el Giro de Italia.
Ayuso, que ha firmado un arranque excelente de curso, con victorias en el Trofeo Laigueglia y en Faun Drome, acude este lunes a una de sus rondas predilectas, la Tirreno-Adriático, y a final de marzo a la Volta Catalunya. En la cita italiana de 2024 sorprendió con un segundo puesto en la clasificación general, sólo superado por Jonas Vingegaard, y con una victoria en la contrarreloj inaugural en la que batió al especialista Filippo Ganna. Hoy, la ronda vuelve a levantar el telón en el mismo y agradable escenario que en 2024, en Lido di Camaiore, con una crono de 11,5 kilómetros.
«Estoy contento con mi rendimiento y con el gran trabajo realizado por el equipo en el inicio de la temporada», ha señalado el escalador del UAE, que parte como principal reclamo de una carrera que finaliza el próximo domingo y que incluye dos jornadas montañosas (tercera y sexta) propicias para el joven español. Entre sus principales adversarios para la conquista del Tridente de los dos mares figuran Mikel Landa (tercero en 2021 y 2022), el británico Simon Yates (ganador en 2020), el australiano Jai Hindley (tercero en 2024) y el ecuatoriano Richard Carapaz.
Otras figuras en la carrera de entre mares son Mathieu Van der Poel, el ex campeón mundial y siete veces arcoíris de ciclocrós, que afina la forma para la Milán-San Remo, y el británico Thomas Pidcock, segundo en la Strade Bianche, que atraviesa por el mejor momento de su trayectoria deportiva.
Quien no estará en la Tirreno-Adriático será Jonas Vingegaard, que ha preferido acudir a la París-Niza, que arrancó el domingo con victoria al sprint del belga Tim Merlier.
La victoria como rutina entre los grandes, que se desafían desde la distancia. Tadej Pogacar contra Jonas Vingegaard en un domingo de extraordinarias clausuras. A mediodía, el esloveno se adjudicó la última etapa del Tour de Emiratos Árabes Unidos, con final en la cima de de Jebel Hafeet, y la clasificación general de la ronda del desierto. Por la tarde, el danés volvió a reencontrarse con las mejores sensaciones y se impuso en la contrarreloj que cerraba la Vuelta al Algarve, victoria y general de la prueba lusa para el líder del Visma. Imposible mejorar el estreno de curso de dos adversarios que volverán a retarse en el Tour de Francia.
Pogacar (26 años), que ya se impuso en la prueba organizada por el país que patrocina a su equipo UAE en las ediciones de 2021 y 2022, firmó otra exhibición con un ataque desde lejos y sumó su triunfo 91, antes del final de la temporada espera alcanzar la centena. Él no se cansa y avisa a sus adversarios que hasta las vísperas del Tour de Francia se centrará en las clásicas de un día. «No disputaré ninguna carrera por etapas hasta el Dauphiné (del 8 al 15 de junio). Hasta entonces, estaré en modo clásicas. Participaré en la mayor parte de ellas», declaró a los micrófonos de la organización, dejando en el aire su posible salida en la París-Roubaix (13 de abril).
El campeón del mundo en ruta atacó a ochos kilómetros de la meta sin la oposición de sus rivales. El italiano Giulio Ciccone fue segundo y el vasco Pello Bilbao, tercero.
Vingegaard, que todavía recuerda la maldita caída del pasado año en el País Vasco, conquistó la Vuelta al Algarve tras vencer en una crono de 20 kilómetros, cuyos últimos 4.000 metros fueron en subida, con meta en el Alto de Malhão. En la etapa, el danés invirtió un tiempo de 28 minutos y 25 segundos, 11 segundos menos que su compañero Wout Van Aert y 15 menos que el italiano Antonio Tiberi. Primoz Roglic estuvo flojo y terminó decimosegundo, a 50 segundos de Vingegaard. En la general, el jefe de filas del Visma aventajó al portugués Joao Almeida y al belga Laurens De Plus.
"Ha sido un día muy bueno para mí y para el equipo. Estoy muy feliz y orgulloso de mi rendimiento. Mi hija me dijo esta mañana que tenía que ganar y esto me ha dado fuerza", apuntó Vingegaard tras el triunfo.
Por otra parte, el francés Pavel Sivakov, compañero de Pogacar en el UAE, ganó la Vuelta a Andalucía, cuya última etapa se anotó el vizcaíno Jon Barrenetxea (Movistar).
En el rosado macizo de Jabel Jais, el fenómeno inauguró su casillero sólo tres días después del estreno de su temporada. Tadej Pogacar, en su primera ascensión del curso, volvió a imponer su eléctrica velocidad en subida, sumó su victoria 89 en su palmarés y envió un mensaje intimidador a sus enemigos.
Fiesta en Emiratos Árabes con la nueva exhibición de su estrella. El esloveno, a medio gas y dosificando esfuerzos, venció en la pétrea montaña de Omán, con 20 kilómetros de longitud y un 5% de pendiente media, surcada por una carretera de cuatro carriles con un asfalto perfecto. Una ascensión prolongada, sin paredes, en la que el UAE impuso un ritmo de desgaste. Pogacar sólo cedió los primeros puestos del pelotón a falta de cuatros kilómetros. No atacó de lejos, como en otras ocasiones, sólo le bastó con un sprint a falta de 200 metros. Segundo fue el británico Oscar Onley (Picnic PostNL). Iván Romeo (espléndido) fue séptimo y Pablo Castrillo, octavo. Pogacar, que es el nuevo líder de la carrera, invirtió en la subida un tiempo de 41 minutos y 36 segundos, pero el récord de ascensión fue para el colombiano Einer Rubio, con 41.07, que sufrió un percance mecánico al comienzo del puerto y que tuvo que escalar prácticamente en solitario, sin apenas ayuda de sus compañeros del Movistar, para reengancharse al grupo de los mejores.
Pogacar, que esta temporada, quiere alcanzar los 100 triunfos, es el gran favorito para conquistar la ronda del país que patrocina su equipo y que finaliza el próximo domingo, con otra subida en alto: Jebel Hafeet.
Pogi asusta mientras sus rivales comienzan a desperezarse. Este miércoles, Jonas Vingegaard y Primoz Roglic levantaban el telón en la Vuelta al Algarve en una primera etapa ganada por Filippo Ganna. El italiano se aprovechó de un error de la cabeza del pelotón, que tomó una trazada equivocada poco antes de la meta en Lagos.
La jornada se completó con el arranque de la Vuelta a Andalucía, con una etapa de cinco puertos, ganada por el belga Maxim Van Gils (Red Bull-Bora-Hansgrohe). Enric Mas (Movistar) y Tom Pidcock (Q36.5) son los principales reclamos de una prueba que celebra su centenario.
Tadej Pogacar levanta el telón y sus enemigos le evitan. El ciclista sin límites abrió ayer una temporada de largo recorrido en la que defenderá su reinado y peleará por adornar su espléndido palmarés con un número simbólico: 100 victorias. El esloveno ya cuenta con 88 triunfos y en el nuevo curso tiene previsto participar en una docena de pruebas, el doble que sus principales rivales. Esa cifra redonda está al alcance de un corredor que emula a los antiguos, con un calendario de principio a fin de temporada: desde febrero a octubre sin descanso. En la temporada pasada sumó 25 victorias, con menos de la mitad sería centenario.
El líder de la escuadra de Emiratos Árabes se estrenó ayer en el Tour de UAE, una prueba de segundo nivel a la que debe acudir como contraprestación por haber rubricado el contrato más elevado del pelotón: ocho millones de euros anuales hasta 2030. En la ronda del desierto ha estrenado una bicicleta de última generación, una Colnago aerodinámica como ninguna. Los medios más selectos para el corredor más versátil. Con su nueva máquina pretende imponerse en la contrarreloj de hoy del Tour de UAE de 12,2 kilómetros y en las dos etapas de montaña de mañana, con final en Jebel Jais, y del domingo, en Jebl Hafeet, y en alguna de las clásicas de primavera.
Y es que este año, Pogacar apostará, como nunca, por las pruebas de un día: Strade Bianche, Milán San Remo, E3 Saxo Classic, Gent-Wevelgem, Tour de Flandes, Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja, Mundial de ruta de Kigali (Ruanda) y Giro de Lombardía. Marcada en rojo está la fecha de la Milán-San Remo (22 de marzo), un Monumento que se le resiste y con el que empieza a obsesionarse, en cuatro participaciones ha sido decimosegundo, quinto, cuarto y tercero. El bebut en la París-Roubaix queda aplazado por mejor ocasión
Antes de afrontar la conquista de su cuarto Tour de Francia sólo participará en una ronda de una semana: Critérium Dauphiné (8-15 de junio). Esta prueba será la única en la que coincidirá con Jonas Vingegaard antes de la salida del Tour. El danés ha preferido esquivar al esloveno y completar una hoja de ruta con carreras de una semana: Vuelta al Algarve (comienza mañana), París-Niza y Volta a Catalunya. Su intención es acudir a la Vuelta a España, cita aún no confirmada por Pogacar. Esta es la única de tres grandes rondas que Pogi no ha ganado y eso le motiva, pero todo dependerá de los resultados y el desgaste del Tour.
Primoz Roglic también se estrenará en el Algarve y luego irá a la Volta, al Giro de Italia y al Tour. No coincidirá con Pogacar hasta la Grande Boucle. Si es seleccionado para el Mundial en ruta (perfil montañoso) debería colaborar con Pogacar para reeditar el título del curso pasado.
En la nómina de los Big Three oponentes de Pogacar, Remco Evenepoel es el que menos le evitará, dado que coincidirá con el esloveno en Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja-Bastoña-Lieja y Critérium Dauphiné. El Mundial volverá a ser uno de los principales objetivos de fenómeno belga, que ha comenzado la campaña lastrado por las fracturas de clavícula, costilla, omóplato y mano derecha producidas en un entrenamiento en diciembre.
Wout Van Aert, que ayer acaparó protagonismo en la Clásica de Jaén, hará doblete con Giro y Tour y se peleará con Mathieu van der Poel en el Tour de Flandes, París-Roubaix, Mundial y la conquista de etapas en la Grande Boucle.
Entre los españoles, el que más veces coincidirá con Pogacar será Enric Mas, que se ha propuesto participar en Vuelta a Andalucía, la clásica Faun Drôme, la Volta a Catalunya, País Vasco, Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja, Critérium Dauphiné, Tour de Francia, Vuelta y Lombardía. Carlos Rodríguez, que ayer debutó en el Tour de UAE, se ha decantado por la Volta, País Vasco, Tour y Vuelta a España. Juan Ayuso tiene un calendario opuesto a su compañero Pogacar, con participaciones en las clásicas Faun Ardèche y Faun Drôme y las rondas de Tirreno-Adriático, Volta y Giro de Italia. En principio, será el líder del UAE en la corsa rosa, donde competirá con Roglic, ganador de la edición de 2023.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) prohibió el uso repetido de la respiración de monóxido de carbono que algunos corredores utilizan para aumentar artificialmente su rendimiento. De momento, este método sigue siendo autorizado por la Agencia Mundial Antidopaje, aunque el organismo presidido por David Lappartient ya ha solicitado a la AMA que tome una posición sobre el asunto.
Tras una reunión del comité ejecutivo el sábado en Francia, el organismo rector aprobó prohibir, a partir del próximo 10 de febrero, la inhalación repetida, con el fin de proteger la salud de los ciclistas. Sin embargo, esta práctica seguirá estando autorizada "dentro de un centro médico y bajo la responsabilidad de un profesional médico experimentado en el manejo de este gas por razones médicas", explicó la UCI.
El uso de monóxido de carbono se popularizó durante el último Tour de Francia cuando la web Escape Collective reveló que al menos tres equipos, entre ellos el UAE de Tadej Pogacar y el Visma de Jonas Vingegaard (el tercero era el Israel PT) habían recurrido a este gas, inodoro e incoloro, responsable de muchos accidentes domésticos.
"No hay nada sospechoso"
Preguntados por la prensa, tanto el esloveno como el danés admitieron su uso, pero desdramatizaron la situación. "No hay nada sospechoso", declaró el campeón, insistiendo que el procedimiento sólo sirve para medir los beneficios en el organismo de los entrenamientos en altitud. Asimismo se usa para evaluar la masa total de hemoglobina, un valor sanguíneo clave.
Hace unas semanas, Vingegaard sí concedió que algunos rivales usan este método para doparse "inhalando regularmente bajas dosis de monóxido de carbono, lo que conduce a un aumento significativo en el rendimiento".
La UCI decidió actuar por motivos médicos, señalando que el gas, cuando se inhala repetidamente en condiciones no médicas, "puede resultar en problemas de salud agudos y crónicos, por ejemplo, dolores de cabeza, letargo, náuseas, mareos y confusión". "Estos síntomas pueden empeorar en cualquier momento y desarrollarse en problemas con el ritmo cardíaco, convulsiones, parálisis y pérdida de conciencia", agregó la instancia, reunida en la ciudad francesa de Arras, sede del Mundial de Ciclocross.
"Proteger la salud y la seguridad"
Las nuevas reglas prohíben la posesión, fuera de un centro médico, de sistemas de respiración de CO comercialmente disponibles conectados a cilindros de oxígeno y CO, dijo la UCI.
Cuando se realiza bajo supervisión médica, la UCI dijo que sólo se autorizará una inhalación para medir la masa total de hemoglobina, con una segunda inhalación permitida dos semanas después de la primera medición. "Nuestra prioridad es proteger la salud y la seguridad de nuestros atletas y la decisión de hoy es otro paso significativo en esta dirección", argumentó David Lappartient, presidente de la UCI.
Tadej Pogacar se siente reconfortado tras analizar el recorrido de su nuevo desafío. Al fenómeno esloveno le agrada el perfil montañoso del Tour de Francia 2025, presentado este martes en el Palacio de Congresos de París. La 112ª edición de la Grande Boucle comenzará el 5 de julio en Lille y finalizará el 27 del mismo mes en París. La capital, tras la excepción del pasado año provocada por la organización de los Juegos Olímpicos, volverá a acoger la clausura de una prueba que, a diferencia de los últimos años, se disputará íntegramente en territorio francés.
Mont Ventoux, Tourmalet, Hautacam, La Plagne, icónicas cimas, regresarán a la coreografía de una ronda en la que Pogacar persigue su cuarto título y en la que pugnará con unos rivales más fuertes que en 2024. Jonas Vingegaard retornará sin los déficits de la corta preparación del último ejercicio y Remco Evenepoel jugará sus cartas con más experiencia.
En el mes de julio, todas las miradas se fijarán en el corredor del UAE, nacido para devorar récords. Con 26 años, sólo Eddy Merckx acumulaba más victorias. El esloveno ya ha superado a Bernard Hinault, el mito francés, que precisamente será homenajeado en la primera semana de la carrera, cuando el pelotón transitará por las quebradas sendas cercanas a Yffiniac, la población natal de El Tejón, que en 2025 festejará el 40 aniversario de su última conquista de la ronda, desde entonces, ningún francés ha subido a lo más alto del podio.
Una crono en Caen de 33 kilómetros y el ascenso al Muro de Bretaña provocarán la primera gran criba. En la primera semana también se recordarán las figuras de Jacques Anquetil y de Luison Bobet (se conmemora el centenario de su nacimiento), el primero que sumó tres Tour consecutivos: 1953, 1954 y 1955.
Después de cruzar el Macizo Central se afrontará un durísimo tríptico por los Pirineos. El primer reto es un final en Hautacam, el segundo una cronoescalada de 11 kilómetros en Peyragudes y el tercero en un brutal encadenado: Tourmalet, Aspin, Peyrosourde y Superbagnères. Esta última cima no coge la meta desde 1989, cuando Robert Millar se impuso a Pedro Delgado.
Una complicada etapa que causó impacto en el Palacio de Congresos, donde estuvo Mark Cavendish, que atesora la plusmarca de 35 victorias parciales y que, a sus 36, pretende seguir sumando más éxitos. También acudieron, entre otros, JulianAlaphilippe, Valentin Madouas, Lenny Martínez,Jasper Philipsen y Biniam Girmay.
Tras la expedición por los Pirineos llegará el Mont Ventoux (etapa 16ª). Una montaña que se ha ascendido desde 1951 en 18 ocasiones, 10 de ellas como meta. El último que ganó en ese paraje lunático fue Wout van Aert, en 2021.
La traca final se encenderá en los Alpes. La jornada 18ª podría ser determinante con subidas a Glandon, Madeleine y final en Loze. En la siguiente se tomará la salida en Albertville y la meta estará ubicada en el interminable La Plagne:19,1 km al 7,2% de desnivel.
Por su parte, el Tour Femenino, que pasa de ocho a nueve etapas, se disputará del 26 de julio al 3 de agosto.
Guion repetido de una historia inalterable. Tadej Pogacar hace spoiler y todos se divierten. Esa capacidad para cautivar siempre, aun conociendo el desenlace, no tiene precio. Bendito genio. Sus ataques ya forman parte de la antología del ciclismo. Da igual que se escape a falta de 100, 50 o 20 kilómetros. Se marcha y no hay nada que hacer, sus rivales se rinden y sólo pelean por las migajas.
El ciclista esloveno ha firmado la mejor temporada de un ciclista en la historia, según el calibre de los triunfos. Ha igualado el récord de 25 que atesoraba el sprinter italiano Alessandro Petacchi en 2005, pero sus victorias tienen más peso: Mundial, Giro de Italia (más seis etapas), Tour de Francia (más seis etapas), Lieja-Bastoña-Lieja, Strade Bianche, Volta a Catalunya (más cuatro etapas), Gran Premio de Montreal, Giro de Emilia y Giro de Lombardía. Se ha impuesto en nueve de las 11 carreras en las que ha participado. Sus peores resultados: tercer puesto en la Milán-San Remo y séptimo en el G. P. de Quebec. A sus 26 años ya suma 88 triunfos. Es el más brillante del siglo XXI, el heredero más cualificado de Eddy Merckx. Incluso se ha abierto un debate sobre si podría será el mejor de siempre.
Su superioridad abruma y corredores en activo, retirados y técnicos intentan encontrar el secreto. Uno que conoce bien a Pogacar es Mikel Landa, que le vio debutar en 2019 y que, en ese mismo año, coincidió con él en la Vuelta al País Vasco y en la Lieja-Bastoña-Lieja. En este 2024 pletórico, ha sido testigo directo de sus exhibiciones en el Mundial de ruta de Zúrich, en el Tour de Francia y en la Volta a Catalunya. «Pogacar es el mejor corredor que he visto en mi vida. Muchos ya le comparan con Eddy Merckx y dicen que está por encima de Bernard Hinault. Yo a ellos no les vi, pero lo que he podido comprobar, y por los resultados conseguidos, no hay nadie como el esloveno. Logra resultados de otra época, ganando en clásicas y en grandes vueltas desde principio a final de temporada. No sé cómo lo hace, si es por genética o porque entrena mejor que nadie. Es increíble», afirma.
El esloveno posee un físico portentoso. El jefe de rendimiento del UAE, Iñigo San Millán, destaca su asombrosa facilidad para recuperarse de esfuerzos extremos y apela a una fisiología privilegiada. Pogacar, en descanso, tiene 37 pulsaciones por minuto (similar a Miguel Indurain) y cuando está muy cansado, también en reposo, alcanza las 50. A máximo rendimiento, se le han llegado a medir 213 pulsaciones. Eso explica cómo exhibe esas arrancadas en subida tan explosivas y la capacidad de mantener un ritmo elevado durante un tiempo muy superior al resto. Cuando se fuga, sus rivales no le aguantan ni 100 metros.
SATURADO DE VENCER
Landa, que en este curso ha ejercido de lugarteniente de Remco Evenepoel en el Soudal, dice que pugnar con el jefe de filas del UAE es prácticamente inútil. «Tiene un talento innato y una ambición que le permite ser siempre competitivo. Todos le califican como un tipo extrovertido y señalan que siempre está alegre. ¡Cómo no va estar contento con todo lo que gana! Algunos dicen que este ritmo no lo podrá mantener durante mucho tiempo, que se retirará más pronto de lo habitual porque estará saturado. Si él estará saturado de ganar, el resto está saturado de sufrir. Nadie puede saber hasta dónde podrá llegar».
El vasco cree que Pogacar es insuperable en duelos individuales, que sólo se le podría combatir con un ataque grupal, algo que ahora se antoja inviable: «Se le podría ganar actuando todos contra él, pero esa alianza es imposible, porque cada uno defendemos nuestros intereses».
De izquierda a derecha, Ben O'Connor, Tadej Pogacar y Mathieu van der Poel, el podio del último Mundial en Zúrich.MICHAEL BUHOLZEREFE
Pogacar es el fenómeno del siglo XXI y expertos de primer nivel ya le sientan en la misma mesa que Merckx e Hinault. El debate es inevitable, y en este apartado, pocas opiniones más valiosas que la del ex seleccionador Javier Mínguez, que ha visto competir a Merckx, Hinault y Pogacar. «Las comparaciones son difíciles porque las épocas son distintas. Pero lo cierto es que Pogacar es el Merckx del momento. Es un muy completo, ganador en grandes vueltas, en clásicas, al sprint, en contrarreloj, en montaña. Nadie se puede medir con él», recalca el ex director técnico.
«Pogacar es el número uno indiscutible y este año ha ganado con demasiada ventaja. Es buenísimo y ha barrido a sus rivales. La clave ha residido en que Jonas Vingegaard no ha podido competir con él en plenitud de condiciones, y eso le ha beneficiado. El danés ya le ganó en dos Tour de Francia y la duda que queda es si podría volver a derrotarle. Vingegaard es el rival, ya veremos qué pasa el próximo año. Otros, como Remco Evenepoel, son buenos, pero les falta la regularidad necesaria para ganar un Tour», incide Mínguez.
Para el ex director, la superioridad del esloveno no genera rutina: «Pogacar es alegre, valiente. Duele que sus rivales no tengan la misma potencia, pero eso no es problema de él. En el Mundial se dieron todas las condiciones para ganarlo porque, tras escaparse, sus adversarios no se pusieron de acuerdo en la caza, cada uno jugó sus propias cartas. ¿Hasta cuánto seguirá en la cima? Todo depende de su cabeza, de si tiene ganas de entrenarse, de seguir ganando. Algunos se alegrarán de que pronto se canse. Para el público es un espectáculo, por eso no podemos aburrirnos de verle ganar».
El actual seleccionador español, Pascual Momparler, apunta un detalle novedoso sobre la histórica campaña del campeón del mundo: «Pogacar ha arrasado porque ha sabido asesorarse y ha ordenado su calendario. Antes corría un poco a lo loco, intentando ganar todo. Este año lo ha hecho con más inteligencia, dejando apartadas algunas pruebas, como los Juegos Olímpicos. Ha entendido que no podía ir a ganar en París y luego hacer lo mismo en Zúrich».
Sobre el debate del mejor de la historia, el técnico lo tiene claro: «Siempre se alega que los tiempos son incomparables, pero a mí me gustaría que Pogacar fuera mejor que Merckx, porque al belga sólo le he visto en vídeos. Me gustaría llegar a los 80 años y decir que pude ver en directo a Pogacar, el mejor de la historia».
COMO UN PENALTI SIN PORTERO
El actual seleccionador español también que espera que Pogacar prolongue su trayectoria durante mucho tiempo, pero que para ello se necesita una gran fortaleza mental: «Para seguir arriba se precisan motivaciones extras. Este año persiguió el Mundial y en su fuero interno lucha por superar a Merckx. Algunos lamentan que no tenga rivales más fuertes, pero seguro saldrán. Recuerdo que no hace mucho tiempo se decía que Egan Bernal iba a dominar una época. Aparecerá, sin duda, gente nueva».
Momparler también señala que una de las claves del éxito de Pogacar radica en su pareja, Urska Zigart, que le ayuda en la preparación nutricional. «La novia de Pogacar también es ciclista, pero de nivel inferior. Tadej comprueba los grandes esfuerzos que hace ella para estar en el peso y en las condiciones adecuadas. Sus sacrificios le motivan», señala. Efectivamente, Pogacar repite luego la dieta que permite la mejor recuperación de su pareja.
Pogacartras ganar el Giro dell'Emilia.Dario BelingheriMUNDO
Pogacar está en un escalón superior y el danés Michael Rassmussen, como otros muchos ex corredores, se rinde a la evidencia y apela al humor para explicar la desproporción con el resto: «El Giro de Lombardía con Tadej Pogacar fue un poco como ver un penalti sin portero, como esperar a ver a qué escuadra lanza Messi».
«En un deporte como el ciclismo, en el que sólo se ven mejoras marginales, Pogacar ha dado tal salto que es casi intocable, ha llegado un punto en el que su liderazgo es inexpugnable», ha declarado el ex ciclista (sancionado por dopaje en 2007) al diario danés Ekstra Bladet. Sin embargo, confía en que su compatriota Vingegaard se atreva a asaltar el trono del esloveno. Un reto mayúsculo.
Afronta su séptima Vuelta a España con la incomodidad de no haber culminado la obra. Enric Mas (Artá, 1995) ha sido segundo en tres ocasiones, quinto, sexto y 71º en su debut (2017). A sus 29 años, el balear se encuentra en un periodo sereno, sin las urgencias del pasado, esas que le presionaban para ser el heredero de la generación de oro del ciclismo español. Se ha quedado en una situación intermedia entre los veteranos y esos jóvenes que arrasan con todo. A pesar de la numerosa competencia, él asegura que busca el podio de la Vuelta. El mallorquín atiende al periodista en un rápido encuentro telefónico en el inicio de una Vuelta que este martes presenta la primera etapa de alta montaña, un oportunidad para mostrar sus galones de líder en el Movistar.
¿Qué objetivos se ha marcado para esta Vuelta?
Entrar en el podio y ganar una etapa.
El podio incluye tres plazas. ¿No aspira a la primera?
Mi objetivo es el podio y conseguir una etapa.
¿Las ausencia de los galácticos Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician o perjudican a la organización y desarrollo de la Vuelta?
Esas ausencias benefician a la Vuelta. La no presencia de ellos genera más espectáculo, porque todo queda más abierto. Sin ellos, todo es menos monótono. Cuando Tadej está presente en las carreras todo cambia debido a su superioridad. Es un auténtico 'crack'.
¿Las ausencia de los galácticos Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician o perjudican a Enric Mas?
Sus ausencias también me benefician a mí, porque sin ellos mis opciones y oportunidades aumentan. Con sus bajas crece el número de candidatos.
La relación de aspirantes a conquistar esta edición de la Vuelta es amplísima, lo nunca visto en las últimas temporadas.
Sí, hay un grupo numeroso de corredores con opciones. Para mí, el principal es Primoz Roglic, que ya ha ganado la carrera en tres ocasiones.
¿Roglic es superior a Sepp Kuss, último ganador de la ronda?
Primoz es superior. Es un gran corredor, muy bueno en todos los terrenos. Yo le pongo como el gran candidato para el final en Madrid.
¿En esta edición de la Vuelta tiene subrayadas algunas etapas?
Me gustan las etapas de Lagos de Covadonga y las de Sierra Nevada. A ver si puedo hacer algo importante en ellas.
¿Usted ya tiene 29 años, considera que aún le queda margen de mejora en este ciclismo dominado por unos chavales precoces y sin complejos?
Claro que tengo margen de mejora, todavía puedo avanzar y eso lo sé porque cada año tengo mejores números, como reflejan los entrenamientos y los trabajos realizados.
¿Cómo son esos números?
Son números.
¿Ha sido segundo de la Vuelta en tres ocasiones, qué le falta para ser primero?
Centro del escaparate para los disciplinados y rincón para el díscolo, a quien la Vuelta esperaba como último reclamo. El UAE, el equipo al servicio de Tadej Pogacar, otorga protagonismo a los que arroparon sin escatimar esfuerzos al esloveno en la conquista de su tercer Tour. Premio para el portugués Joao Almeida, el británico Adam Yates, el francés Pavel Sivakov y el español Marc Soler. Suplencia para Juan Ayuso, a quien Javier Guillén ansiaba tener en la salida de hoy en Lisboa. Con las ausencias de los galácticos Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, el chaval crecido en Jávea podría haber animado una ronda necesitada de desafíos de rango superior para atrapar a la audiencia. Infructuoso resultado para el máximo responsable de Unipublic.
En una Vuelta sin favorito indiscutible y la más abierta de las últimas décadas, los ojos de los aficionados españoles se fijan en Carlos Rodríguez (23 años), que dispone del respaldo de un fuerte bloque del Ineos. El escalador de Almuñécar es uno de los integrantes de la amplia nómina de candidatos al podio de Madrid del próximo 8 de septiembre. «Ahora o nunca» para el andaluz y para corredores como Mikel Landa, Enric Mas, Joao Almedia, Adam Yates, Richard Carapaz, Daniel Felipe Martínez, Geoghegan Hart o Ben O'Connor. Todos ellos desconocen las sensaciones que transmite la conquista de la Vuelta, un reto ya consumado por el estadounidense Sepp Kuss, que defiende título, y por el esloveno Primoz Roglic, que se ha propuesto alcanzar su cuarto triunfo en la general e igualar la plusmarca de Roberto Heras.
«Después del Tour me tomé varios días para recuperarme y después empecé a entrenar poco a poco para mantener mi forma. Creo que mi cuerpo ya se recuperó tras estar enfermo durante un tiempo. Esta es la primera vez que haré dos grandes rondas seguidas, así que será una nueva experiencia para mí. Quiero disfrutar de la carrera tanto como pueda. Tenemos un equipo fuerte. Arensman y yo lucharemos por el mejor resultado posible en la clasificación general y en las etapas. Ambos hemos entrenado y competido mucho juntos y eso nos ayudará a manejar las diferentes situaciones de carrera de la mejor forma posible», asegura Carlos Rodríguez, que esta temporada ganó la general del Tour de Romandía, fue segundo en el País Vasco y se anotó una etapa en el Criterium Dauphiné. Ahora quiere resarcirse de los discretos resultados conseguidos en el último Tour de Francia, en el que finalizó séptimo (en 2023 fue quinto y ganó una etapa).
El líder del Ineos dispondrá de numerosas oportunidades para lucirse en una ronda que mira hacia arriba, con ocho etapas de alta montaña y cinco de media montaña. La primera cita con las cumbres llegará el martes, tras el tríptico por tierras portuguesas, con una jornada que sale de Plasencia y que incluye el ascenso a los dos colosos extremeños: Piornal y Pico Villuercas. Luego la caravana viaja al sur, con dirección a Sevilla, para afrontar una ronda «sin transición y sin tregua», según los organizadores. Posteriormente llegarán los ascensos a Yunquera y a zonas de Sierra de Nevada, antes de un traslado al norte, donde esperan Ancares y Cuitu Negru (con rampas del 23% de desnivel).
La tercera semana incluye excursiones por Lagos de Covadonga, Moncalvillo y Picón Blanco. Este último puerto se antoja como juez de la carrera. Se asciende en la penúltima jornada, tras encadenar seis cimas por territorio cántabro y burgalés. El colofón de la prueba será una contrarreloj de 12 kilómetros entre la Ciudad de Telefónica y la sede histórica de esta compañía en la Gran Vía 28 de Madrid. La ceremonia de premios se celebrará en Cibeles.
Camino de Le Lioran, en pleno Macizo Central, cuando Tadej Pogacar atacó en los últimos metros del Pas de Peyrol, el Tour temió. Más aún cuando en el descenso su distancia con Jonas Vingegaard, que no había podido agarrar la rueda del salvaje arreón anterior, se empezó a disparar rozando los 40 segundos. Restaban dos cotas y 30 kilómetros y no hay en el pelotón mundial nadie como el esloveno en los 'solos', esas cabalgadas sin compañía hasta la meta. Lo que hubiera podido parecer una sentencia a falta de la mitad de la carrera, unos minutos después devino en todo lo contrario: la Grande Boucle, que este sábado inaugura los Pirineos, late más viva que nunca dispuesta a otro combate épico entre los dos tipos que la han copado en el último lustro.
La resurrección de Vingegaard -corroborada el viernes, al frente él mismo del agresivo Visma Lease a Bike en los abanicos de la etapa con final en Pau, la octava más rápida en la historia del Tour (48,8 kilómetros por hora)- y los cinco centímetros que le dieron el triunfo en el mano a mano final, fueron un golpe psicológico, «un antes y un después» en palabras del emocionado danés, que se reconoció a sí mismo tres meses después de la espeluznante caída en la Itzulia en la que «podría haber muerto». Una confirmación, incluso antes de lo previsto. «Está en la mejor forma de su vida», en palabras de un Pogacar (luego Jonas renegó: «Es imposible que lo esté con un mes y medio de entrenamiento») asombrado cuando el danés le atrapó en la subida al Col de Petrus -miró insistentemente hacia atrás-, ya sin Roglic.
Serán los Pirineos primero y los Alpes después, sin mucha solución de continuidad (apenas el día de descanso del lunes y la aproximación del martes con final en Nîmes), los que resuelvan la batalla eterna, los que desnivelen también la balanza entre dos ciclistas para la historia, que presumen de dos Tour cada uno. Esta vez con un asterisco en medio aún, un fouri classe como Remco Evenepoel al que se le presupone flaqueza en las grandes cumbres... «La carrera está en manos de Visma y UAE. Por mi parte, si las piernas funcionan trataré de recuperar tiempo. Pero el plan es seguir a los demás y mantenerme concentrado y paciente», avisaba ayer. Y ya sin el desafortunado Roglic, otro que prometía giros de guion, gafado un año más: abandonó (como en 2021 y 2022) tras sufrir dos caídas consecutivas en los días previos.
UAE
Tras la victoria de Philipsen en Pau, el Tour visita el siempre mítico Tourmalet, primer puerto de una jornada eléctrica con final en Saint Lary Soulan, con el desenlace por primera vez en medio siglo en Pla D'Adet, donde ganó Poulidor. Dos puertos Hors Categorie -más Hourquette d'Ancizan, de segunda- antes del plato fuerte de los Pirineos. Una jornada que recuerda a la del año pasado con final en Cauterets, ganada por Pogacar en la primera semana todavía. El domingo, casi 200 kilómetros con 4.800 de desnivel acumulado. Cinco puertos, cuatro de Primera y el final en Plateau de Beille. Si no es la etapa reina...
«Me gustan las etapas de los Pirineos. Antes del Tour no había revisado qué puertos concretos íbamos a hacer, pero ahora sí lo he mirado y la verdad es que son subidas que conozco y me gustan. La manera en que hemos competido los últimos tres días va a afectar al desarrollo de las próximas dos etapas, porque han sido jornadas durísimas. En todo caso, lo que importa es que nos encontramos en un gran estado de forma», admitía un Pogacar que sufrió la contrariedad de la pérdida de Juan Ayuso (se bajó de la bicicleta al poco de comenzar, afectado por el Covid y es duda para la contrarreloj de los Juegos en la que iba a ser el único representante español) y ante el que se abren todo tipo de incógnitas ahora.
Porque, con 1:14 de ventaja sobre Vingegaard en la general, gran parte obtenida en las bonificaciones, la duda es si seguirá al ataque, seleccionando la carrera como ha hecho hasta ahora con sus pretorianos del UAE y atacando de lejos, o pasará a la expectativa, a intentar morder segundos en esos finales explosivos en alto en los que es único. Sobre eso mismo se pronunció en Pau, aunque de las palabras a los hechos... "Creo que ahora podemos calmarnos un poco, tenemos una buena renta en la general y yo me siento bien físicamente. Llegamos al final de la segunda semana y mi condición es buena, el objetivo es mantener esta ventaja. No soy yo el que tiene que ir a la ofensiva", despejó el líder.
Y otro tanto de incógnitas su rival, cada vez más pleno con el paso de los días. ¿Está ya listo Jonas para doblegar en las montañas a Tadej, como en años anteriores? ¿Aguardará a los Alpes, donde ganó sus dos Tours? Porque, además de las consecuencias de sus lesiones tras el accidente en el País Vasco, la gran diferencia se encuentra en la compañía. Esta vez Vingegaard no cuenta a priori con compañeros tan potentes en las subidas como Sepp Kuss o el propio Roglic, ángeles de la guarda de los últimos tiempos.