«¡La Copa del Mundo!¡Gianni, levántate! ¡Gianni! Gracias, Gianni, gran trabajo». Las palabras de Donald Trump provocaron los aplausos de todo el Foro de Inversión Arabia Saudí-Estados Unidos, celebrado el pasado mes de mayo en Riad. Todos los invitados se pusieron de pie, incluido el príncipe Mohammed bin Salman, hombre clave, junto a Trump, del momento actual de Infantino al frente de la FIFA. Fue el mandatario estadounidense quien acercó al directivo suizo a la mesa del saudí hace ya varios años, y de aquellas conversaciones surgen ahora los Mundiales de clubes y selecciones en suelo americano y la Copa del Mundo en territorio saudí, cuyo Fondo de Inversión Pública (FIP) es uno de los mayores socios de la FIFA en el nuevo Súper Mundial de Clubes que comienza este sábado en Miami y que repartirá 1.000 millones en premios. La cifra ha terminado por convencer a aquellos clubes que amenazaban con un boicot y ha puesto el cuchillo entre los dientes al resto de organizaciones en la eterna guerra del fútbol.
Infantino lleva obsesionado con la idea de cambiar el formato del Mundial de Clubes desde su llegada al trono de la FIFA en 2016, un aterrizaje ligado, en parte, a Trump y a Estados Unidos. La derrota de la candidatura americana ante la de Qatar por la edición de 2022 provocó la investigación del FBI que derivaría en el 'Fifagate', el escándalo que acabó con Sepp Blatter y alzó a Infantino. En 2018, los americanos ganaron la cita de 2026 y Trump invitó a «mi gran amigo» Infantino a la Casa Blanca. El presidente de la FIFA ya se movía entre las grandes autoridades del planeta, como el príncipe Bin Salman o Vladimir Putin, compañeros en los palcos durante el Mundial de Rusia.
Mientras, el nuevo Mundial de Clubes iba tomando forma. Zvonimir Boban, exfutbolista y mano derecha de Infantino en las primeras lluvias de ideas sobre el torneo, lideró el plan inicial de un formato con 24 clubes. En 2019, llegaron a un acuerdo por 25.000 millones con Softbank, empresa japonesa respaldada por el FIP de Arabia Saudí, para hacer el torneo en China. Los protagonistas se repetían. Todo estaba cuadrado a pesar de las amenazas de boicot de los clubes europeos y del enfado de las distintas organizaciones, pero el Covid-19 lo detuvo todo.
El runrún alrededor de la creación de una nueva competición volvió a despertar con la Superliga, en sus inicios vinculada a la propia FIFA e impulsada finalmente en 2021 por el Real Madrid, el Barcelona y la Juventus. Fracasó, pero pellizcó las ganas de Infantino, que insistió en su proyecto de una edición cada cuatro años. Una Superliga a su manera.
En junio de 2023, se anunció que el nuevo Mundial se disputaría en Estados Unidos. Otra vez, los protagonistas se repiten. Trump no estaba en el Despacho Oval, pero la relación que Infantino había masticado durante años con las marcas y organizaciones de Norteamérica dieron sus frutos, y cuando Trump recuperó la presidencia, Infantino se presentó en el mitin de la victoria republicana y posteriormente en la investidura. Unos meses después, repitió visita en la casa de Trump en Florida y en el Despacho Oval, antes de volver a coincidir en la gira del presidente estadounidense por Oriente Medio. «Es el rey del fútbol», le elogia Trump, y el miércoles, en un acto en Miami con diferentes medios de comunicación, Infantino definió este Mundial de Clubes como un «big bang para el fútbol actual».
Los 1.000 millones de premio del torneo salen del acuerdo con DAZN, cuyo 10% lo ha comprado Surj Sports Investment, compañía que forma parte del PIF saudí. Otra vez, mismos protagonistas. Los suculentos 140 millones que puede ganar un equipo europeo si lo levanta, una cifra muy superior al resto de confederaciones de la FIFA, han dado a Infantino el «sí» de los grandes del viejo continente, incluso de aquellos que criticaban el formato, y de la ECA, la organización que hace años amenazaba con el boicot, y ha logrado la presencia de Leo Messi dándole un hueco al Inter Miami tras ganar la liga regular de la MLS y sin tener en cuenta los playoffs.
El «big bang» del fútbol aterrizará en Estados Unidos este mes para compensar las temporadas de Real Madrid, Atlético, ManchesterCity y compañía y para añadir más picante a un calendario futbolístico en constante guerra.
«La tensión es algo bueno». Fue la respuesta de Donald Trump cuando, después de recibir a Gianni Infantino en el Despacho Oval, en marzo, le preguntaron por cómo iba a preparar el Mundial de fútbol 2026, compartido con dos países, México y Canadá, con los que había desatado una guerra comercial. El presidente de la FIFA, profesional de la diplomacia, no cambió su sonrisa, pero la tensión, como la procesión, iba por dentro. No es el único. Trump va a tener bajo sus pies las dos principales pistas del circo del deporte, el Mundial de fútbol, el año próximo, y los Juegos Olímpicos, en Los Ángeles, en 2028, dos poderosas herramientas, a su vez, de la geopolítica que Trump zarandea como un cubilete. Los primeros dados, sin embargo, pueden aparecer a partir del fin de semana, con el inicio del Mundial de clubes, prueba test del Mundial, en mitad de las protestas por las redadas contra inmigrantes.
La competición no tiene, por ahora, la visibilidad ni los riesgos de los dos grandes eventos que Trump va a acoger durante su legislatura. Se desarrolla íntegramente en Estados Unidos, por lo que quedan a un lado las tensiones comerciales con México y Estados Unidos, pero no las que tienen que ver con los controles en las fronteras, dado el desplazamiento de aficionados. El principal foco de alerta está en Los Ángeles, futura ciudad olímpica hoy en llamas por las detenciones y deportaciones de inmigrantes ordenadas por el presidente, y donde PSG de Luis Enrique y Atlético de Madrid debutan el domingo, en el estadio Rose Bowl. Los Ángeles es un enclave estratégico para todas las competiciones. La mayor parte de las sedes se sitúan en la costa este y oeste, zonas que condensan la contestación contra Trump.
Antidisturbios dispersan a manifestantes, en Los Ángeles.RONALDO SCHEMIDTAFP
El deporte internacional, muy celoso de su independencia, se ha situado, pues, en alerta, no sólo ante la tentadora instrumentalización que Trump pueda hacer de los acontecimientos, sino también frente al temor a los viejos boicots, con China como gran enemigo comercial, en una guerra por ahora en stand by, y a decisiones que comprometen su equilibrio competitivo y político, como son la legislación sobre la transexualidad en el deporte, la negativa a financiar la lucha antidopaje en el marco internacional o el perverso me quiere, no me quiere de Trump con Vladimir Putin, actualmente fuera del espacio olímpico, pero ansioso por volver.
Infantino no visitó la Casa Blanca para hablar del Mundial 2026 ni de las interrelaciones con Canadá y México, sino para presentar a Trump el Mundial de Clubes. El presidente de la FIFA vendió el producto de una forma que encantó a Trump: «Será como tres Superbowls en un día». Lo suyo es el espectáculo, está claro.
Facilidad en las fronteras
El del año próximo será mucho mejor, pero también más complejo. Compartir con otros países una competición como el Mundial implica coordinación de sus autoridades y facilidad en las fronteras para el movimientos de aficionados, especialmente a sedes en lugares limítrofes, como Vancouver, Seattle, Toronto, Monterrey o incluso Los Ángeles.
Precisamente, uno de los pretextos de Trump para la imposición de los aranceles a México y Canadá, inicialmente del 25% aunque ahora amortiguados, estaba en relación con la exigencia de endurecimientos fronterizos para luchar contra la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, sobre todo el devastador fentanilo.
Las decisiones de Trump originaron en Canadá una ola de rechazo y boicot a los productos estadounidenses, con una posición muy dura del ex primer ministro, Justin Trudeau. Su sucesor, Mark Carney, visitó el mes pasado la Casa Blanca con un tono más conciliador, pero la misma advertencia: «Canadá no está en venta».
Claudia Sheinbaum, presidenta e México, durante un acto.José MéndezEFE
Los pasos atrás en materia arancelaria, sea con sus vecinos, la Unión Europea o China, han atemperado las relaciones comerciales y serenado a los mercados, pero las redadas y expulsiones de inmigrantes han abierto un enfrentamiento más cruento con México, verbalizado por la presidenta Claudia Sheinbaum, y con una explosiva caja de resonancia, al ser la inmigración una causa global.
La FIFA no quiere luchas que vayan más allá de las puramente futbolísticas, por lo que, a un año del Mundial, Infantino cruza los dedos para encapsular el torneo y protegerlo de las tensiones entre los países organizadores. Con motivo del Mundial de Clubes va a tener oportunidades de departir con Trump, que ya ha expresado su intención de acudir a varios partidos, aunque la apertura del torneo, en Miami, coincide con los fastos de su cumpleaños, con un desfile en Washington.
Infantino heredó los Mundiales de Rusia y Qatar, manchados en su concesión por la corrupción, pero el del año próximo es ya una obra de su administración. La FIFA tiene, al menos, una ventaja, y es que el modelo de gestión ha cambiado. Desde 2022, el organismo asume las funciones de los comités organizadores del pasado. El Bureau del Mundial se diseña y contrata desde Zúrich.
El Movimiento Olímpico en su conjunto tiene un plazo más largo, hasta 2028, pero observa con inquietud las maniobras de Trump, que recibirá a los Juegos en el tramo final de su mandato. El Comité Olímpico Internacional (COI) exige a los países organizadores, mediante una cláusula en el contrato, que las legislaciones que entren en conflicto con la Carta Olímpica , las normas técnicas de las federaciones internacionales o el Código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), queden en suspenso para la Olympic Family durante la celebración del evento. Sucedió con la Ley Antidopaje de Italia durante los Juegos de invierno en Turín 2006, las restricciones a la libertad de expresión en Pekín 2008 o la normativa francesa que prohíbe el velo en recintos públicos en París 2024.
Conflicto con los transexuales
El primer foco de conflicto puede estar con respecto a la admisión de deportistas transexuales. El Movimiento Olímpico lo deja en manos de las federaciones internacionales, que no tienen una posición unívoca. La nueva presidenta del COI, Kristy Coventry, es partidaria de encontrar un criterio común, pero necesita un acuerdo deportivo, médico y ético. Necesita tiempo, todo lo contrario que Trump. En febrero, el presidente firmó una ordena ejecutiva, rodeado de niños, bajo el título Mantener a los hombre fuera del deporte femenino. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, manifestó que se exigirán sanciones a las escuelas o asociaciones que permitan competir a trans en categoría femenina.
El COI es, hoy, una de esas asociaciones. En Tokio, compitió la neozelandesa Laurel Hubbard; en París, precisamente una estadounidense, la atleta Nikki Hiltz. Veremos si antes de Los Ángeles se produce un acuerdo.
Los Juegos con drogas de Trump jr.
Más necesario, incluso, es en materia de dopaje, enfrentadas la AMA y la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, que retuvo en enero el pago de 3,6 millones de dólares al organismo internacional, como parte de su financiación. El conflicto viene de atrás, con Joe Biden en la Casa Blanca, cuando la AMA permitió competir a 23 nadadores chinos en los Juegos de Tokio, en 2021, pese a haber dado positivo por trimetazidina. Pero la decisión de interrumpir los pagos no se ha producido hasta el regreso de Trump, que en su primera etapa en la Casa Blanca impulsó la conocida como Ley Radchenkov, por el delator ruso, por la que se pueden presentar cargos penales contra cualquier deportista que de positivo en competiciones contra estadounidenses.
Donald Trump jr., en un foro en Doha.KARIM JAAFARAFP
La AMA mostró su rechazo, pero nada que ver con su ira por los Enhanced Games, los Juegos Mejorados, en los que se permitirá el dopaje, programados para 2026 en Las Vegas. El presidente de la AMA, Witold Banka, pidió ayer su prohibición a las autoridades de EE.UU. Sería para Trump como prohibir jugar a su hijo, puesto que Donald Trump jr. está entre los promotores.
¿Es posible un boicot?
La palabra «boicot» ha aparecido en alguna conversación entre altos dirigentes deportivos, como un temor susurrado, al observar el complejo mapa geopolítico y a su actor principal, el presidente del país más poderoso del mundo, desatado. Que las decisiones tomadas por Donald Trump puedan tener consecuencias en los acontecimientos deportivos organizados en Estados Unidos, especialmente los Juegos Olímpicos, no es una posibilidad remota si se repasa la historia.
No existen precedentes de boicots por una guerra comercial. No se trata de una guerra real, porque no supone la invasión de un territorio ni atenta contra la soberanía de un país, pero puede hundir su riqueza y generar confrontaciones que vayan más allá del ámbito puramente económico.
Estados Unidos decidió no acudir a Moscú'80 por la invasión de Afganistán, un año antes, y las autoridades soviéticas devolvieron el gol, cuatro años después, con el pretexto de la seguridad. El presidente Jimmy Carter tomó la decisión seis meses antes de la inauguración en Moscú, porque «acudir sería como poner un sello de aprobación a la política exterior de la URSS», después de amenazar: «O retiran las tropas o retiro a los atletas». «O retira los aranceles o retiro a mis atletas», podrían replicar algunos dirigentes mundiales si Trump volviera a la irracional escalada después de esta tregua de la que nadie conoce el futuro.
El 'apartheid' de la inmigración
Antes de Moscú'80, hubo ya un boicot de bloque, africano, a Montreal'76, por cuestiones raciales. Lo impulsó Tanzania, después de que los All Blacks de Nueva Zelanda realizaran una gira por Sudáfrica, que estaba sancionada por su política de apartheid. La presencia de Nueva Zelanda en los Juegos hizo que no acudieran la mayoría de países subsaharianos. Las luchas raciales continúan, y la prueba es el Blacks Lives Matter, visualizada también en los estadios del mundo, pero una de las grandes causas globales de nuestro tiempo es, hoy, la inmigración, frente a la que Trump actúa con estándares intolerables para buena parte del mundo. Según la prensa estadounidense, las deportaciones pueden ir a más e incluir a más nacionalidades, con un centro de reclusión en Guantánamo. Es su particular apartheid.
La posición de Trump frente a los conflictos en Ucrania y Gaza es, asimismo, un factor de riesgo. Ha coqueteado con Vladimir Putin en busca de una solución, pese la intensidad de la ofensiva rusa. Una de las monedas de cambio sería, muy probablemente, el regreso de Rusia al tablero deportivo y olímpico, en el que Putin invirtió mucho dinero, fuera en los Juegos de invierno de Socchi, en 2014, o el Mundial de fútbol, en 2018. La ofensiva israelí en Gaza, con el apoyo de la administración Trump frente a una condena mundial casi unánime, puede generar contestaciones, no sólo en el mundo árabe.
Los Ángeles, que acogerá unos Juegos por tercera vez en su historia, ya sufrió el boicot del bloque comunista en 1984, como contestación al de Moscú'80. China, en cambio, no secundó a la URSS y acudió a los Juegos por primera vez en su historia. En la actualidad, ocupa la posición de gran gigante deportivo opositor a Estados Unidos que durante las décadas de la Guerra Fría detentó la potencia soviética. Si en 1984 decidió no alinearse con el resto del mundo comunista para mostrar su músculo en el deporte, hoy su músculo principal es económico.
El Mirandés jugará contra el Oviedo la final por el ascenso a Primera División tras derrotar este jueves por 4-1 al Racing de Santander en el partido de vuelta de las semifinales, cuatro días después del empate 3-3 del duelo de ida.
El equipo 'jabato' se hizo fuerte en el estadio Anduva, donde ganó con autoridad con dos goles de Urko Izeta (m.7 y 70) y otros dos en propia meta de Jokin Ezkieta (63) y Javier Castro (66).
El senegalés Maguette Gueye marcó para el Racing el 1-1 en el m.12 de un partido decidido del lado del equipo que italiano Alessio Lisci en la segunda parte.
El Mirandés jugará por el ascenso a LaLiga EA Sports contra el Oviedo, verdugo del Almería, en la eliminatoria final a doble partido. La ida será este mismo domingo a las 19.00 en Anduva. La vuelta, el sábado 21 de junio a las 21.00 en el Carlos Tartiere.
Cantaba Bryan Adams al 'Verano del 69' y se despidió de Liverpool Trent Alexander- Arnold con una fiesta que llamó 'Verano del 66'. Hubo lágrimas de despedida al decir adiós al club de su vida y hubo emoción en la Ciudad Deportiva Real Madrid en su presentación en la que estuvo acompañado de su novia y de toda su familia. "Todavía tengo que pellizcarme para ver que no es un sueño", ha declarado el futbolista.
Sus primeras palabras como madridista las hizo, contra todo pronóstico, en castellano. "Fichar por un club como el Real Madrid no pasa todos los días, es un sueño hecho realidad. Tengo muchas ganas de enseñar mi juego a los madridistas. Jugar es una gran responsabilidad y estoy dispuesto a darlo todo. Muchas ganas de ganar muchos títulos y crecer con los mejores del mundo. ¡Hala Madrid!", ha apuntado el inglés.
Antes, le había alabado el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. El dirigente ha agradecido al británico, "uno de los mejores laterales del mundo", haberse decidido por el Real Madrid entre todos sus pretendientes. "Podrías haber continuado en cualquier club, pero has elegido el Real Madrid y es algo que nunca olvidaremos", le ha concedido un presidente que ha dicho que lo hizo porque confía en "obtener más éxitos en su carerra". "Allí se ha convertido en una leyenda y quiere seguir escribiendo historia", ha cocedido el mandatario blanco.
En contra de lo que se pudiera pensar, Trent no recibió presiones de Bellingham, su amigo en la plantilla, para fichar por el Real Madrid, aunque sí hablaron de ello. "La gente piensa que él tuvo un papel muy importante para estar yo aquí, pero este club no necesita presentación", ha revelado. Y dice que está deseando vestirse junto a jugadores como Mbappé o Vinicius porque "está encantado de jugar con ellos en lugar de en contra".
Alexander Arnold ya no será el 66, LaLiga no permite a los jugadores de la primera plantilla llevar dorsales por encima del 25, y tampoco llevará su apellido, muy largo también para la patronal. Desde ahora será Trent, cambio que ya hizo recientemente él mismo en sus redes sociales, y portará el 12, uno de los pocos números que quedaban libres en el Real Madrid y que llevó durante muchos años una leyenda como es Marcelo. "Cuando viajo por Europa el tema del nombre es complicado. La gente me llama de Alex, Alexander, Trent, así que pensé en simplificarlo", ha explicado.
El lateral inglés llega libre al conjunto blanco, aunque tuvo que pagar 10 millones de euros para que los ingleses le liberasen para disputar el Mundial de Clubes, torneo en el que Florentino ya le ha transmitido la exigencia de ir a ganarlo. "He jugado en el equipo más grande de Inglaterra y ahora de España, en ambos se espera que ganes títulos", ha apuntado. Lo hizo tras ganar la Premier en su última temporada con el Liverpool, conjunto en el que jugó 354 partidos, marcando 23 goles y dando 89 asistencias.
Esta mañana ha primera hora ha pasado con éxito las pruebas médicas en la Clínica Sanitas La Moraleja para luego dirigirse a la Ciudad Deportiva donde decenas de aficionados le esperaban para conseguir el primer autógrafo del lateral como jugador madridista. "Siempre he sabido que si en algún momento me iba del Liverpool era al Real Madrid", ha confesado en rueda de prensa.
Posteriormente, se ha reunido con Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, para firmar el contrato que le mantendrá vinculado al conjunto blanco por los próximos seis años, hasta junio de 2031. Éste le ha llevado a la sala de trofeos del equipo blanco para posar con el que será su nueva camiseta con el número 12 y Trent a la espalda. Instantánea que luego ha repetido muy sonriente junto a varios familiares. El mandatario le ha recordado que llega a un club con 15 Champions, como las que estaban en la foto, y también le ha asegurado: "En el Bernabéu vivirás momentos difíciles de entender".
El Real Oviedo, que empezó perdiendo ante el Almería y sufriendo ante el equipo de Rubi, despertó con la entrada al descanso de un Santi Cazorla que se convirtió en el héroe del oviedismo al marcar el gol que dio a los azules el pase a la final.
Veljko Paunovic fue el primero en sorprender e Ilyas Chaira, tras un mes de baja debido a una lesión de hombro, regresó a lo grande y se coló en la banda izquierda del Real Oviedo; mientras, en el Almería, Rubi apostó por Kaiky en el lateral derecho, con Bruno Langa en la izquierda y Puigmal como extremo.
A diferencia del partido de ida, fue la UD Almería el equipo que arrancó el encuentro dominando, jugando en campo rival y poniendo en aprietos al Oviedo desde los primeros instantes, con Melamed recibiendo a la espalda de Nacho Vidal y obligando a Aarón Escandell a intervenir.
En el Oviedo solo respondía Hassan, pero el resto de sus compañeros no lo acompañaban y el Almería estaba relativamente cómodo, tanto, que llegó el 0-1: pasado el 20', diagonal desde la derecha y mano de Seoane a tiro de Melamed, convirtiendo Melero el penalti con seguridad.
El Real Oviedo, por primera vez desde la llegada de Veljko Paunovic hace ya más de dos meses, estaba por debajo en el marcador; Lopy probó dos veces a Escandell desde la frontal y fue Rahim el que gozó en una transición de la ocasión más clara del equipo asturiano en todo el primer tiempo.
Empezó el segundo tiempo y, antes que nada, Paunovic no esperó y metió a Santi Cazorla, que desde el primer balón se hizo dueño del partido y puso patas arriba el Carlos Tartiere marcando el 1-1 tras una falta que él mismo había provocado.
Era el momento del Real Oviedo en el partido y todo salía de las botas de Cazorla, que jugaba de derecha a izquierda y activaba a Hassan en la banda, que tras una diagonal hacia dentro y su disparo se iba por encima del larguero.
Por su parte, el Almería respondía con un Gonzalo Melero que acertaba cada vez que participaba; Centelles y Pozo entraron en los visitantes y Fede Viñas, que volvía tras casi un mes lesionado, lo hizo en el Real Oviedo entrando por Alemao.
El partido se aceleró en su recta final y, de un gol anulado a Fede Viñas por un fuera de juego milimétrico, el Almería respondió con una jugada protagonizada por los dos cambios visitantes: centro de Leo Baptistao desde la derecha que Marezi cabeceó al palo.
El Almería no volvió a gozar de ninguna ocasión más y el Real Oviedo, con Viñas y Cazorla luchándolo todo, durmió el partido en los minutos finales: los azules jugarán por segundo año consecutivo en la final del playoff ascenso.
Aurora (nombre ficticio) ha jugado como titular en un club de LaLiga F después de subir del filial por la lesión de sus compañeras. La joven, aún en edad escolar, empezó la temporada pasada entrenando con el primer equipo y la terminó disputando muchos partidos en el once inicial, pero su salario y sus condiciones distan mucho de las de la mayoría de sus compañeras. "Me tengo que buscar la vida para compaginar los estudios así como para ir a los entrenamientos y los desplazamientos", cuenta a EL MUNDO.
Según el antiguo convenio de las futbolistas de LaLiga F, cumplidas 12 convocatorias con la primera plantilla o 10 encuentros, las jugadoras tendrían que pasar a tener contrato profesional. No obstante, Aurora se quedó justo en el límite de esa cifra y ahora, según el nuevo convenio del fútbol femenino, que entró en vigor en abril, su contador se vuelve a poner a cero ya que ese número se establece por temporada no en total. "No es justo que un niño de 13/14 años tenga residencia, dinero... y no se sabe si llegará y yo no lo perciba. Porque nosotras generamos dinero por entradas, el niño nada", añade.
Esa es una de las discrepancias que dividió el fútbol femenino a la hora de acordar el nuevo convenio que, en opinión de los no firmantes, "equipara a las futbolistas profesionales con jugadores de Primera RFEF". AFE y UGT calificaron de "retroceso" el documento que "no mejora el anterior ni reduce la brecha respecto al convenio masculino". FUTPRO, Futbolistas ON y CCOO, en cambio, sí suscribieron lo que consideran un texto "brillante respecto a temas sociales".
Más allá de incluir ventajas respecto al acoso, a la maternidad y a la conciliación en las que todos los sindicatos están lógicamente a favor, aunque AFE haya explicado que están mayoritariamente garantizadas con la reforma del RD 1006/85, hay puntos que perjudican, según el sindicato, a un 30% de los futbolistas.
El de la transición del filial al primer equipo afecta a 80 de las 350 futbolistas de Primera División, aunque desde FUTPRO se asegura que no todas las jugadoras quieren volver al status quo anterior ya que "al haber televisión, hay una mayor promoción para ellas lo que les permite fichar por otro club con mayor facilidad". Mientras que desde AFE hablan de "una estrategia de los clubes para ahorrarse masa salarial".
Una masa, por cierto, que está equiparada a la de los futbolistas de la tercera categoría del fútbol español, que no tienen la condición de profesionales. Mientras que el salario mínimo de Primera RFEF es de 30.000 euros, el de Liga F está establecido en 22.500 para este curso y en 23.500 para el siguiente, cantidades que podrían aumentar si lo hacen los beneficios de la competición. Acuerdo que se alcanzó en 2023 tras una huelga de las jugadoras.
Antigüedad
Otro de los puntos de discrepancia es el Plus de Antigüedad, antes denominado premio de Antigüedad. Una cantidad que se otorga a las futbolistas que estén más de tres años en el mismo club y que asciende a 800 euros. En el anterior convenio, el premio era de 2.000 euros a partir de seis temporadas. Lo peor es que, con el cambio, no se reconocen los cursos anteriores a esas tres y las jugadores que los llevaran los pierden. "Muchos desacuerdos con la compensación, han intentado decorar y cambiar de nombres conceptos, pero no hay cambios reales", confiesa a este periódico una de las afectadas.
Desde Futpro explican que son muy pocas las perjudicadas que pierden ese derecho y que la mayoría de futbolistas no pasan más de "tres o cuatro años" en el mismo club. Argumentan, además, que es más viable llegar a tres años que a los seis que estipulaba el texto anterior para el fútbol femenino.
Las futbolistas son conscientes de la diferencia entre los ingresos que proporciona el fútbol masculino y el femenino, pero desde AFE reivindican un mejor trato especialmente del Ministerio que lidera Yolanda Díaz y cuyas manifestaciones siempre han magnificado la importancia de la igualdad de género en todas las esferas de la sociedad, incluido el deporte. "Yo he notado la precariedad a nivel salarial y ahora que ya tenemos un convenio con cimientos (el primero) pasamos a otro que no mejora demasiado. Hemos evolucionado de una casa prefabricada a otra igual, pero decorada", apunta una jugadora veterana.
Se las prometieron felices, pero el fútbol es muy difícil. Lo vieron ganado, pero se durmieron y dejaron al rival soñar. El debut de la Rojita estuvo plagado de emociones: alegría, pereza, susto y orgullo. Terminó con un poco de suerte. Un gol a balón parado de Tárrega en el descuento rompió el empate a dos que lucía el electrónico en el 90. Primer combate ganado a los puntos, quedan dos... para pasar la fase de grupos.
Contaba Santi Denia en la previa que "el primer partido es el que marca el torneo". No le faltaba razón al manchego puesto que en grupos de apenas cuatro equipos, perder uno de tres partidos te puede poner con la clasificación en el filo. Aunque España, especializada en amargar anfitriones de manera consecutiva desde 2019, sólo tuvo suerte cuando perdió ese primer duelo. En aquel Europeo de Italia, la derrota ante los transalpinos fue el preludio del quinto Europeo sub'21 para los chicos del hoy seleccionador de la absoluta Luis De la Fuente. Los otros tres partidos inaugurales, como el de este miércoles, se han saldado con victoria.
Sobre el papel, era España no mejor, sino mucho mejor que una Eslovaquia que venía de tres derrotas consecutivas ante, precisamente, los rivales de la hermana mayor en la finalizada Final Four de la Nations League. Conjuntos como Portugal, Alemania y Francia ganaron con facilidad a este equipo de Kentos, disciplinado pero con poco talento, como hicieron los chicos de Denia. En el minuto 15 la posesión estaba 78 a 22% y en el 17 el marcador ya iluminaba un cero a dos que pudieron ser más si Diego López hubiera estado más vivo en una acción en el área y Turrientes ajusta la mirilla unos centímetros en un disparo desde fuera del área.
Esa ventaja y esa sensación de superioridad hizo que España diera un pasito atrás mediada la primera parte que Eslovaquia aprovechó para inquietar a Iturbe. Al principio, esperando fallos españoles, luego con un poco más de descaro aupada a una hinchada muy metida en el duelo. No conseguirían mover el marcador puesto que la defensa española no permitió disparos cómodos e Iturbe atajó los que le llegaron mordidos.
Y eso que esta España de Denia, si pudiera contar con los futbolistas que no cedieron los equipos del Mundial de Clubes (no estaban obligados a ello) y los que le 'robó' De la Fuente para la absoluta tendría una calidad muy difícil de parar. Tuvo además mala suerte el seleccionador sub'21 de perder en la previa a Yeremay, quizás el extremo más imaginativo de esta selección con mucho control pero con poco filo.
Aunque Mateo Joseph lo tiene. Son ocho tantos en apenas 11 partidos, una media muy superior a la de toda su carrera tanto en clubes como en selecciones, ya que el cántabro ha jugado 10 duelos representando a Inglaterra, en los que sólo ha anotado tres tantos. El delantero del Leeds hizo el segundo apenas dos minutos después de que Pubill abriera el marcador. Ambos tantos con la connivencia de los centrales eslovacos que nunca supieron qué ocurría a su espalda.
La segunda parte empezó con dos mazazos provocados por la pillería de Marcelli. El primero tras colarse entre Tárrega y Mosquera y birlarles un balón que imprudentemente dejaron botar. Lo aguantó hasta que llegó Kopasek solo al segundo palo desde donde la clavó en el ángulo. Después hizo lo propio a la espalda de Bueno, que había salido tras una lesión de Gerard Martín. Volvió a aguantar el balón, pero no para cederlo sino para esperar el choque con el futbolista del Feyenoord. Penalti y gol de Suskov. A conectarse para volver a remar.
Susto
Los eslovacos celebran el empate.MARTIN DIVISEKEFE
Pero el partido cogió vuelo e ida y vuelta, malo para España. Ante equipos inferiores hay que controlar el duelo, dormirlo o aplastarlo porque si no, como dijo Kentos, seleccionador eslovaco en la previa: "no somos favoritos pero tenemos nuestros sueños". En estos casos es mejor ser el hombre del saco, que el compañero de habitación respetuoso. Quiso ser lo primero España en los últimos diez minutos, pero se quedó sin tiempo y sin ideas.
Hasta que en un saque de esquina llegó el error de la defensa eslovaca. Otro. Se durmieron tras un rebote de Mosquera con Tárrega, un tipo de 190 centímetros, solo en área pequeña. Ayudó Belko con un salida a por uvas para que el central pusiera un cabezazo suave en la red. Se salvó el trago con orgullo y suerte. Es bueno empezar ganando, pero no siempre, que se lo digan a De la Fuente.
Primera victoria para Carlo Ancelotti y billete asegurado para el Mundial de 2026. Brasil superó este martes, por 1-0, a Paraguay con un tanto de Vinícius al filo del descanso que alivió a un equipo lejos aún de su mejor versión, en la decimosexta jornada de las eliminatorias suramericanas.
La Canarinha llevó la batuta de principio a fin en el estadio Neo Química Arena de Sao Paulo, pero solo consiguió batir la portería de 'Gatito' Fernández en una internada de Matheus Cunha que remató con fe el extremo del Real Madrid.
La Albirroja y su afinado sistema defensivo desesperó a la pentacampeona del mundo. Solo las individualidades de los brasileños le privaron de sacar al menos un punto que le habría dado la clasificación anticipada.
Los dirigidos por Gustavo Alfaro pusieron fin así a una racha de nueve partidos sin perder en las eliminatorias.
No obstante, muy mal lo tienen que hacer para no conseguir una plaza directa para la gran cita de Canadá, Estados Unidos y México.
Con esta derrota se quedan con 24 puntos. Venezuela, séptima colocada, plaza que da derecho a jugar la repesca, tiene 18 y solo faltan dos jornadas por disputarse.
Después del decepcionante empate sin goles en Ecuador, Ancelotti puso toda la carne en el asador en su estreno ante la afición brasileña. Sacó a cuatro delanteros de una tacada: Cunha, Vinícius, Gabriel Martinelli y Raphinha.
Richarlison, Gerson y el joven Estêvão fueron los sacrificados con respecto al choque de Guayaquil, donde la Canarinha se mostró impotente en ataque.
En Sao Paulo, la historia fue otra, pero antes hubo que sudar para disolver la telaraña paraguaya, picar mucha piedra y llevarse algún susto.
Los de Ancelotti presionaron muy alto y convirtieron el arranque en un partido de balonmano, con todo Paraguay encerrado atrás y Brasil moviendo el balón de una banda a otra.
En los primeros diez minutos acumularon una falta lateral peligrosa, un tiro flojo de Raphinha, un córner y un pase envenenado raso de Cunha que por poco no mete Vinícius. Esa misma conexión daría sus frutos más tarde.
Antes, Martinelli se cansó de desbordar por la izquierda. El atacante del Arsenal hasta se inventó un remate de espaldas cuerpeando con Gustavo Gómez que se marchó cerca del palo.
Los locales rondaban el área rival, pero faltaba el gol y ese nerviosismo lo aprovechó la Albirroja para crecer pasado el minuto 30.
El despertar paraguayo estuvo liderado por Enciso, tremendamente escurridizo y al que solo le pudieron parar tirándolo al suelo. El público también aguantó la respiración con las jugadas a balón parado. En una de esas, Cáceres remató cerca del punto de penalti.
Si bien la selección brasileña encontró finalmente el ansiado gol en el minuto 44, en una internada de Cunha que culminó Vinícius anticipándose a la zaga.
Un alivio para el extremo del Real Madrid, criticado por su discreto tramo final de la temporada, y para el nuevo delantero del Manchester United, que minutos antes había fallado un cabezazo a pocos metros de la línea de gol con Gatito vencido.
Y un disgusto para Juan Cáceres y Diego Gómez, que se afanaron con ahínco en la retaguardia.
En la segunda mitad, Brasil repitió guion. Mucho ímpetu al inicio, momentos de dudas y arreones esporádicos. Pudo aumentar distancias por medio de Bruno Guimarães, que superó a 'Gatito' con un remate bombeado, pero Cáceres salvó sobre la línea de gol.
Los visitantes salieron de la cueva con Sanabria. El artillero del Torino disparó demasiado flojo como para sorprender a Alisson. Paraguay continuó intentándolo también en las jugadas de estrategia, en las que Brasil siempre tembló. Otro capítulo en el que tendrá que trabajar 'Carletto'.
El ex entrenador del Real Madrid sacó su lado más italiano en los últimos minutos. Se olvidó de los cuatro delanteros y metió a Gerson para darle más equilibrio al centro del campo.
Amarró así tres puntos que valen una fase final de un Mundial. Será el primero como técnico para 'Carletto', que finalmente celebró hoy su 66 cumpleaños como quería, con una victoria.
En París 2024 se esperaba el oro de las chicas, pero fueron los chicos de Santi Denia (Albacete, 1974) los que lo consiguieron tras vencer a la anfitriona en la final. Sin embargo, por encima incluso de ese éxito, el manchego desea con ansia alzarse con el Europeo sub-21, que empieza hoy para España y convertirse, con seis, en la selección más laureada de la historia.
¿Cómo mantiene el hambre después de los Juegos?
Es un reto más para nosotros porque los Juegos son otra competición diferente. En el anterior Europeo conseguimos llegar a la final y tenemos esa espinita clavada.
¿Es difícil reconstruir cada cita?
Nos hubiera gustado dar continuidad a los que clasificaron, pero somos víctimas del calendario por un Mundial de Clubes del que no obligan a ceder jugadores. Por otro lado, estamos encantados de que muchos sub-21 estén con Luis. Es nuestro trabajo.
Hoy hay mucha precocidad.
Es bueno y no somos dudosos de adelantar procesos. Si un jugador con 18 años está para ir a la absoluta damos el paso. Los jugadores vienen ya formados de las canteras. Si se lo ganan, aquí tienen el premio.
¿Es más fácil trabajar con jóvenes?
Vienen muy trabajados, les hablas de cualquier cosa de entendimiento del juego y sabes que lo conocen. Ahora, nuestro trabajo como seleccionadores es ponerles de acuerdo, porque todos juegan de diferente manera. Hay que convencerles de la manera de jugar y de que los objetivos se consiguen siendo un equipo.
Santi Denia, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.ÁNGEL NAVARRETE
De ganar, sexto Europeo sub-21.
Ese es el reto, en Rumanía estuvimos muy cerca. En estos días de preparación intentaremos que el grupo cohesione, que sean amigos y trabajen como una familia.
¿Lo dará la prensa como merece?
No pienso en eso, la repercusión la dejo en vuestras manos. Yo estaría encantado de que Mosquera, Torre o Guerra fueran portada, eso sería una señal.
Deme algún nombre de algún jugador que le haya impresionado.
Le tengo mucho cariño a toda la generación de los 2000, con Abel Ruiz, Sergio Gómez... Pero es verdad que sólo me ha pasado en un campo, con la sub-15, que la grada haga: 'Oh', y fue con Lamine Yamal en un partido contra Suiza.
¿Y cómo lleva el trato con esa generación TikTok?
No tengo redes y no sé lo que hacen. Todo ha cambiado mucho desde que empecé. Pero bueno, que tengan esa normas con nosotros, pero también sus espacios, es importante.
¿Cómo era un vestuario antaño?
No tiene nada que ver. No había móvil y eso cambió todo. Hay varias cosas en común que es intentar hacer grupo. Cuando me mantengo en Primera con el Albacete o consigo el doblete con el Atleti, es porque hay un buen grupo. Muchas veces se piensa que se gana y se hace buen grupo y yo creo que es al revés.
El técnico posa para la entrevista con EL MUNDO.ÁNGEL NAVARRETE
¿Tiene las mismas alegrías como entrenador que como jugador?
Es diferente. Como jugador normalmente piensas en ti y como técnico estás pensando en la gestión del grupo, que el mensaje sea de unión, de familia, que vamos a estar 30 días juntos y va a haber dificultades.
¿Siempre ha tenido claro pasarse a los banquillos?
Los últimos años de jugador estaba en el banquillo (risas), entonces ya empiezas a preguntar a los entrenadores el porqué de cada tarea, o situación y te empieza a gustar. Pero hasta que no empiezas a entrenar con los jóvenes no lo sabes definitivamente. No obstante, llevo con un balón desde que tengo uso de razón, mi vida ha sido esto.
¿Echa de menos el olor a césped?
Es una frase que utilizo mucho. Ese olor a césped no se nos olvida a los jugadores y ahora de entrenador lo sientes al salir al campo y pensar en la tarea, en la charla...
¿Y entrenar a algún club?
Aquí estoy feliz, llevo 15 años, y me gusta porque el nivel del jugador español es muy bueno. Pero también es verdad que los ciclos... por lo que he visto con Milla, Lopetegui... Luis De la Fuente ha estado cuatro años, el que más, creo. Voy para el tercero, estoy en el límite. Pues te lo planteas.
¿Se trabaja menos?
Aquí se curra mucho. La gestión del grupo no la tienes y la echas de menos, pero el seguimiento, los viajes... Ha habido años que he estado entre 190 y 200 días fuera de casa.
"Soy muy 'cholista"
¿Repetiría en el Atlético?
Tenemos Cholo para rato. Soy muy cholista por el progreso que ha hecho junto con una entidad a la que ha dado, desde que llegó, herramientas para crecer. Y luego también el club está trabajando con Torres por si pasa algo, Gabi... hay muchos entrenadores que lo pueden hacer bien, aunque sería un sueño, igual que al Albacete.
¿Sigue jugando al fútbol?
Me he ido al pádel. Me da miedo jugar al fútbol. Alguna vez me meto en el rondo por ese olor a césped, pero ya te empieza a doler la cadera, el tobillo, todo. Soy más de andar y me hago 10-12 kilómetros.
¿Qué le pide al fútbol?
Conseguir el oro en el Europeo.
¿Y a la vida?
Salud. Con mi edad, que mis padres ya se han ido... Es lo principal. El trabajo ya lo sacaremos.
En agosto de 2005, Sergio Ramos se convirtió en el defensa más caro en la historia del fútbol español cuando el Real Madrid pagó al Sevilla 27 millones de euros. Tenía 19 años y marcó una época en Chamartín. 20 años después, Dean Huijsen, que nació en abril de aquel año y cuyo ídolo es el central de Camas, aterriza en Valdebebas después de que el Madrid doblara la apuesta económica de Ramos hasta los 58 millones de euros, la cláusula de rescisión que tenía el defensa en el Bournemouth y el precio más alto que se ha visto en el fútbol español por un zaguero. Así es el destino del balón.
Con el número 24 a la espalda porque el 4 es su número favorito y no estaba libre, propiedad de Alaba, como tampoco el 14 de Tchouaméni, Huijsen llega al Madrid para asumir el costado izquierdo del centro de la defensa blanca, lastrada por las lesiones en los últimos meses y pendiente todavía de ver cómo se recuperan Carvajal, Militao, Alaba y Mendy. La cronología de su fichaje es simple y la resumió de forma contundente el propio jugador ayer en su presentación: "Desde que llamó el Madrid no tenía ojos para otros equipos".
Esa frase se refería a este año, porque hace cuatro, en 2021 y todavía en edad cadete, Huijsen visitó Valdebebas junto a su padre, invitado por el Madrid, que estaba interesado en su fichaje, pero terminó cambiando la cantera del Málaga por la Juventus ante una oferta económica irrechazable. Dijo "no" en ese momento para crecer en Italia, primero en Turín y luego en Roma, para volar después a Bournemouth y firmar de blanco ahora, ya consagrado como uno de los mejores centrales jóvenes del continente.
"Muy extrovertido"
"Muchos de los grandes clubes de Europa te querían, pero has decidido cumplir tu sueño de niño", dijo Florentino Pérez, que recordó que "tu pasión por el fútbol te la inculcó tu padre Donny". Y es que el mayor de los Huijsen fue futbolista en Países Bajos vistiendo la camiseta del AZ y el Ajax, entre otros, hasta que cambiaron su residencia a Marbella, donde el niño Dean creció desde los cinco años, asumiendo un acento andaluz que proyectó también en su presentación.
Jugó en las categorías inferiores de la selección neerlandesa, pero cuando llegó el turno de la absoluta, la Federación española consiguió convencerle y él, acento andaluz mediante, no dudó. Se sentía y se siente español: "Debutar con mi país es un sueño", declaró ayer ante los medios. Habla cuatro idiomas, inglés, español, italiano y neerlandés, y en la Federación hablan de él como un chico "con mucho carisma" y "muy extrovertido". En la selección ha hecho piña con Lamine Yamal, Nico Williams y Samu Aghehowa, los adolescentes de la convocatoria unidos por la edad y por los bailes de TikTok, y a pesar de ser uno de los nuevos ha tenido casi más desparpajo que el adolescente del Barcelona.
En Inglaterra, y bajo las órdenes de Andoni Iraola, ha conseguido explotar del todo, siendo nominado a mejor jugador joven de la Premier League y al Golden Boy de este curso, aunque con una pequeña 'ayuda' española: en cada viaje a Marbella se llevaba de vuelta en la maleta decenas de paquetes de frutos secos del Mercadona, especialmente pipas, una de sus grandes debilidades.
Huijsen, durante la rueda de prensa de su presentación.AFP
Su conexión temporal con Ramos es tan interesante que el mismo día del anuncio de su fichaje por el Madrid, el central de Camas escribió a Huijsen para felicitarle. "Para mí es el mejor central de la historia, mi máximo ídolo". No ha podido heredar el 4, de momento, pero el Madrid ve en él al futuro líder de la defensa del Madrid. Un futbolista al que no le da miedo el precio que han pagado por él: "Me da igual la cifra, no pienso en eso. Yo voy a vivir mi vida, intentando ser humilde y creo que nos esperan años bonitos", dijo con cierta timidez ante los medios.
A unos metros esperaba su padre Donny, padre y también agente desde que rompiera con la empresa que llevaba su carrera cuando estaba en Málaga. Ahora todo queda en familia, padre, hijo, dos hermanos mayores y una madre, Mascha, que se mudarán a Madrid para acompañar a Dean en su nueva aventura.