Norris se da la alegría de una 'pole' en el Red Bull Ring, con malas sensaciones de Alonso y Sainz

Norris se da la alegría de una ‘pole’ en el Red Bull Ring, con malas sensaciones de Alonso y Sainz

Hace un año, Lando Norris se marchó desmoralizado del Red Bull Ring, víctima de un choque con Max Verstappen que provocaba su primer abandono en este circuito. Este sábado, en el mismo escenario, el británico completó una de las mejores vueltas de su vida (1:03.971) para marcar su tecera pole del año. Algo más de medio segundo sobre Charles Leclerc y Oscar Piastri, su compañero en McLaren y líder del Mundial. Ni el propio Lando parecía dar crédito a su ventaja, impropia de un trazado tan corto. Ni a su buena ventura, propiciada por un trompo de Pierre Gasly.

A medio minuto para el final, el líder de Alpine provocó una doble bandera amarilla que obligó a abortar a Piastri y Verstappen. En la curva 10, el francés había completado un doble giro de 360º, regando de grava el asfalto a la entrada de la recta de meta. Mad Max saldrá séptimo en la parrilla, justo por detrás de Liam Lawson, su compañero en Red Bull durante las dos primeras carreras del año. El neozelandés, a bordo de su Racing Bulls, supo arañarle tres milésimas.

Entre los incesantes rumores sobre el futuro de Fred Vasseur, Ferrari firmó su mejor crono de 2025, con la segunda plaza de Leclerc y la cuarta de Lewis Hamilton. El heptacampeón precederá en la salida a George Russell, que venía penando ya desde la Q1. Aún menos propicio resultó el sábado para Fernando Alonso y Carlos Sainz, undécimo y decimonoveno, respectivamente.

La sorpresa de Bortoleto

El clímax de la Q2 se vio enturbiado por una bandera roja que no ralentizó la pista, pero sí enfrío los ánimos. Como hace dos meses en el GP de Japón, un pequeño incendio a la entrada de la recta de meta había obligado a la rápida intervención con extintores. Todo debía jugarse a un intento con los blandos. Alonso, en solitario, debía batirse con los Racing Bulls y los Alpine.

No pudo obrar otro milagro el bicampeón, que cedió su sitio ante Gabriel Bortoleto, quinto, Gasly, sexto y Lawson, noveno. Tres invitados a los que nadie esperaba en esa fiesta. El novato brasileño rodó apenas una centésimas más lento que Verstappen a bordo de un Sauber con el que Nico Hulkenberg había marcado el peor registro en la Q1. Las siete centésimas ante Andrea Kimi Antonelli condenaron al doble ganador en Le Mans.

A falta de cuatro minutos para el final de la Q1, la situación ya se tornó crítica para los españoles. La poderosa irrupción de Isack Hadjar, Bortoleto, Lawson y Gasly, muy rezagados desde la sesión inaugural, obligaba a un máximo esfuerzo. Alonso había tenido que abortar su primer intento, mientras Sainz quedaba a más de cuatro décimas de Alex Albon.

Un Williams "inconducible"

En el Red Bull Ring, la tarea primordial siempre pasa por encontrar el momento idóneo para no toparse con el tráfico. Desde ese momento había que aprovechar cada centímetro de los límites de pista. Sin margen para el error, Alonso mejoró en los tres sectores para calcar el crono de Leclerc. Entre tanta igualdad, Lance Stroll, con un tiempo 13 centésimas más lento que el asturiano, se quedó fuera, tirando al garete las buenas sensaciones mostradas desde el viernes.

También a la desesperada, Sainz se estrelló contra las limitaciones de un Williams que él mismo definió como "inconducible". "Debo de haber sufrido algún tipo de daño", añadió el madrileño, que no pudo meter en vereda su coche, demasiado lento en el segundo sector (29,3). Una eliminación, la tercera consecutiva en la Q1, para confirmar una tendencia preocupante. Carlos venía insistiendo desde el viernes que las sensaciones al volante eran mejores que sus tiempos. A la hora de la verdad fue justo al revés.

Un lío mayúsculo y más de cinco horas de espera para nada: ¿por qué los comisarios no castigaron a Norris ni a Russell?

Un lío mayúsculo y más de cinco horas de espera para nada: ¿por qué los comisarios no castigaron a Norris ni a Russell?

Fernando Alonso había estimado dos horas, pero hubo que esperar más de cinco para que los comisarios ordenasen, al fin, la clasificación definitiva del GP de Canadá. Una pequeña desilusión para el asturiano porque Andrea Kimi Antonelli, Oscar Piastri y Charles Leclerc, que habían cruzado la meta por delante de él, quedaron sin castigo, lo que le impedía mejorar su séptimo puesto en la meta. Todo un alivio, en cambio, para el también investigado Carlos Sainz, que conservó la décima plaza, la última que daba acceso a los puntos.

Entre tanto galimatías legal hubo que destacar también la sanción de cinco segundos a Lando Norris, gran protagonista en Montreal por causar un accidente ante Oscar Piastri a falta de tres vueltas para la meta. El británico, obligado al abandono tras su error, recibió el castigo más leve, pese a que los comisarios le consideraron "único responsable de la colisión". Sin embargo, como a su juicio, la maniobra "no tuvo una consecuencia deportiva inmediata y evidente", desestimaron retrasarle en la parrilla de la próxima carrera, la habitual penalización para quienes cometen una infracción que les condena al abandono. De este modo, los pilotos de McLaren podrán reeditar su duelo en igualdad de condiciones el próximo 29 de junio en el GP de Austria.

La última y más importante decisión de la FIA fue confirmar la victoria de George Russell, desestimando la protesta presentada por Red Bull. El equipo dirigido por Christian Horner alegaba que Russell había frenado errática e innecesariamente detrás del safety car, lo que habría permitido que Max Verstappen le adelantase durante unos momentos. Además, acusaba al ganador de "conducta antideportiva" al quejarse por radio para provocar una investigación contra su gran rival.

Podio a los 18 años y nueve meses

Sin embargo, los comisarios consideraron justificada la acción de Russell para mantener sus neumáticos y frenos en temperatura. A su juicio, la presión de la frenada de Russell fue leve y descartaron que se tratase de una maniobra para forzar un adelantamiento ilegal. De este modo, Mercedes pudo festejar al fin su primera victoria en el Mundial 2025 y el primer podio de Antonelli. A los 18 años, nueve meses y 21 días, el italiano se convirtió en el tercer piloto más joven de la historia en subir al cajón, sólo por detrás de Lance Stroll (GP de Azerbaiyán 2017) y Verstappen (GP de España 2016).

El gozo en el garaje de las Flechas de Plata contrastaba con la decepción en Aston Martin, donde Alonso había confiado en ascender a la cuarta o quinta posición tras las investigaciones de los comisarios. "No es negociable. Si adelantas con banderas amarillas y con tu volante lleno de avisos de safety car, debería haber alguna penalización", había alegado el bicampeón mundial.

En el caso de Sainz, los comisarios admitieron que el madrileño había adelantado "después de la bandera a cuadros, mientras aún se mostraban las señales del safety car". "Aunque los pilotos sabían dónde se había producido el incidente, no podían saber si se estaban enviando equipos de emergencia o comisarios, por lo que debían proceder con precaución", por lo que redujo el castigo a un simple warning.

La grúa se lleva el coche de Norris, tras su accidente en la recta de meta.

La grúa se lleva el coche de Norris, tras su accidente en la recta de meta.AFP

Además de los ya mencionados, Esteban Ocon, Pierre Gasly y Stroll tampoco recibieron ninguna penalización por sus adelantamientos indebidos bajo el safety car.

Todas estas decisiones llevaron la firma de Gerd Ennser, Matthew Selley, Natalie Corsmit, Enrique Bernoldi y Marcel Demers, los comisarios nombrados por la FIA. Un colofón a la altura de este polémico fin de semana, donde el órgano rector apartó el jueves a Dereck Warwick por unos "comentarios no autorizados en los medios de comunicación" a propósito de Verstappen. El ex piloto británico, que logró cuatro podios con Renault en 1984, fue relevado de sus funciones por Bernoldi, que también disputó dos temporadas en el Gran Circo a comienzos de este siglo.

Una calamidad de Norris desluce una carrera inolvidable en Montreal

Una calamidad de Norris desluce una carrera inolvidable en Montreal

A tres vueltas para la meta, Lando Norris se impacientó ante Oscar Piastri en la recta de meta de Montreal. Fue un error absurdo, calamitoso. Uno más para su leyenda negra, pero de tal gravedad que puede hacerle perder el título. Con los nervios rotos, el británico golpeó por detrás a su compañero en McLaren cuando ambos luchaban por la cuarta plaza. "Ha sido mi culpa, una estupidez por mi parte", admitió por radio, antes de bajar del coche y desfilar a pie hacia el garaje. Un instante decisivo para el Mundial 2025, el que para siempre se recordará en esta carrera apasionante, resuelta con triunfo de George Russell, acompañado en el podio de Max Verstappen y Andrea Kimi Antonelli.

Vio Russell la bandera a cuadros por detrás del safety car, ordenado para retirar las piezas del alerón delantero de Norris. Un deslucido desenlace para su irreprochable carrera. Tampoco fueron de recibo las investigaciones de la FIA a siete coches durante la citada ralentización. El GP de Canadá, con cuatro pilotos enredados por la victoria y el podio durante las últimas vueltas, no merecía eso. Al menos, Piastri pudo suspirar de alivio con los 10 puntos de su cuarto puesto, con los que fortalece su liderato en el Mundial.

Durante más de una hora, los McLaren parecieron fuera de combate, pero su último relevo con los duros puso todo patas arriba. Russell controlaba a Verstappen, pero Antonelli se antojaba presa fácil para Piastri y Norris. Cuando el podio parecía a la mano, Norris la pifió y el italiano, a los 18 años y 10 meses, pudo descorchar el champán para delirio de Toto Wolff, jefe de las Flechas de Plata.

Nervios de Piastri en la salida

Las citadas anotaciones de los comisarios pusieron en tela de juicio la décima plaza de Carlos Sainz, de menos a más en el circuito Gilles Villeneuve. No así la séptima de Fernando Alonso, capaz de sujetarse cerca de los Ferrari. Charles Leclerc, quinto en la meta, también acabó bajo la lupa de la FIA, así que mejor no hacerse muchas ilusiones en Maranello.

Inopinadamente, Verstappen se contuvo en la salida, sin entrar en el cuerpo a cuerpo ante Russell. Los nervios, en cambio, atenazaron a Piastri, que intentó un exterior por la curva 2 ante Mad Max que le hizo perder la posición frente a Andrea Kimi Antonelli. Por detrás, Nico Hulkenberg repitió lo visto en Barcelona, recuperando un par de posiciones al mismo ritmo que las perdía Alex Albon.

Esa excursión del británico por la hierba de la curva 9 suponía un buen augurio para Alonso, porque Williams suponía la mejor piedra de toque para evaluar el nivel de su Aston Martin. Como el resto de favoritos, salvo Norris y Leclerc, el asturiano había optado de inicio por un juego de medios usados. Las previsiones de Pirelli apuntaban a una estrategia de dos paradas, aunque antes habría que comprobar el nivel de degradación.

Bandera a cuadros para Russell y Verstappen en Montreal.

Bandera a cuadros para Russell y Verstappen en Montreal.EFE

En la vuelta 11, Alonso debió ceder su sitio ante Norris y dos giros más tarde Red Bull inició el turno de pit-stops, apostando por los duros para Verstappen. De inmediato replicó Mercedes con Russell, así que por delante parecía definido el plan a dos paradas. McLaren, obligada por las urgencias, ya había cantado a Piastri el plan B. Pretendía estirar al máximo su primer relevo, pero el líder del Mundial tuvo que reaccionar al intento de undercut de Lewis Hamilton.

El graining venía mermando el ritmo de Alonso, notoriamente más lento que Hulkenberg. Quiso refrescar antes el asturiano, pero sus ingenieros sólo se decidieron en la vuelta 17. El objetivo realista para Aston Martin se cifraba en un octavo puesto en la meta, por detrás de Norris y Leclerc. Apostaban ambos por la inversa, coqueteando con la estrategia de mayor riesgo, la de un solo paso por boxes.

"¿Por qué me habéis llamado? Os dije que los neumáticos estaban bien", lamentó Leclerc por radio, consciente de que tendía que cumplir un último relevo de 40 vueltas. Desde ese momento debería mimar las gomas para cumplir con los plazos. Quien no quiso saber nada de esas cautelas fue Alonso. "Estamos en carrera, no en unos test", dijo cuando le sugerían abordar con precaución las curvas 3 y 8.

Los dados de Red Bull

En el tren de cola, Sainz debía dejar a un lado su desencanto y aplicarse con la profesionalidad de siempre. Apelando al coraje se quitó de encima a Gabriel Bortoleto con una arriesgada maniobra en la curva 10. Antes ya se había librado de Oliver Bearman, pero la zona de puntos seguía muy lejos. Casi a la desesperada, Williams optó por un plan de parada única para Carlos.

Habría más vida para los neumáticos cuando los coches, con menos gasolina en el tanque, pesaran menos. A esa esperanza debían aferrarse Norris y Leclerc, mientras Russell comandaba la carrera con calculada tranquilidad, casi ajeno a la jugada de Red Bull. En la vuelta 38, Red Bull detuvo a su campeón, tirando los dados para la triple parada.

A 19 vueltas para la meta, con el octavo puesto en la mano, Alonso cumplió con el segundo pit-stop. Por entonces, Aston Martin debía asumir los 10 segundos de sanción a Lance Stroll por una maniobra ilegal ante Pierre Gasly. No había muchas más noticias por detrás, más allá de las banderas amarillas cuando Albon dejó aparcado su monoplaza en la escapatoria de la curva 10. Sainz, a la estela de Esteban Ocon, aún podía soñar con los puntos. Su anhelo pudo cumplirse, aunque habrá que esperar el veredicto final de la FIA.

Russell frustra a Verstappen en una 'qualy' loca en Montreal, donde Alonso saldrá sexto

Russell frustra a Verstappen en una ‘qualy’ loca en Montreal, donde Alonso saldrá sexto

George Russell se saltó el guion en Montreal y dejó con un palmo de narices a Max Verstappen, con quien hace sólo dos semanas protagonizó una agria polémica en Barcelona. El piloto de Mercedes se apuntó la pole (1:10.899) con 16 centésimas sobre el tetracampeón y 22 ante Oscar Piastri. Un logro tan inesperado como la sexta plaza de Fernando Alonso (1:11.586), por delante de Lando Norris y Charles Leclerc.

En el circuito Gilles Villeneuve, sobre un asfalto pulimentado y unos bordillos juguetones, Russell escribió otro capítulo en su rivalidad con Verstappen. Saltan chispas entre ellos, dentro y fuera de la pista, así que el pulso de hoy, antes de abordar la primera frenada, será fabuloso. Nadie contaba con ellos en Montreal, donde se preveía lo mismo de casi siempre con McLaren.

Desde el viernes, Piastri no se sentía cómodo con la nueva geometría de su suspensión delantera. El líder del Mundial ni siquiera se acercaba a la velocidad de Norris, encantado con su papel de buque insignia en la escudería de Woking. Sin embargo, el británico tropezó por enésima vez con la misma piedra. Cuando quiso cerrar su intento inicial en la Q3 perdió la referencia de la frenada y se marcó un recto en la última chicane. Así dejaba vía libre a Piastri y Verstappen, que se apuntaba la pole provisional por 25 milésimas (1:11.248). Mad Max pulió aún algo su crono, sin percatarse de esa Flecha de Plata que asomaba por detrás. Russell no encabezaba la parrilla desde el GP de Qatar 2024.

Ferrari, tampoco

Si Norris claudicó con esa séptima plaza, qué decir de Leclerc, octavo tras un latigazo a su llegada a la curva 7. El monegasco echó la culpa al aire sucio dejado por Isack Hadjar, aunque esas excusas ya no cuelan en Ferrari. Si los discursos en la Scuderia siguen instalados en el conformismo deberían festejar la quinta posición de Lewis Hamilton.

A la estela del heptacampeón surgió Alonso, que venía de reservar los blandos en la Q1, aunque sin saber con exactitud si eso suponía una ventaja relevante. Su batalla en la Q2 debía librarse ante Yuki Tsunoda, sancionado con 10 puestos en la parrilla por no respetar las banderas roja en los Libres 3, Franco Colapinto, que venía de mostrar su rango ante Pierre Gasly y Nico Hulkenberg, un veterano espoleado por su gran papel en Barcelona. Entre esa clase media, el bicampeón cumplió con el rigor de siempre.

En la citada Q1 nadie debía despistarse con el tráfico, especialmente molesto en Montreal, una de las pistas más cortas del Mundial (4,36 km). Para evitar esas molestias, Verstappen se demoró nueve minutos para saltar al asfalto. Una tregua aprovechada por Alonso, que se dio el pequeño placer de liderar la tabla, justo por delante del tetracampeón.

Nada más marcar ese crono con un juego de medios (1:12.239), Alex Albon se llevó un susto terrible, cuando la cubierta de su motor explotó en mil pedazos en una zona rapidísima, a la entrada de la curva 13. Para retirar los escombros y limpiar la pista se ordenó una breve bandera roja. Con 5:30 en el reloj, Carlos Sainz sólo disponía de una bala para librarse de la quema. Una situación crítica que acabó de la peor manera para el madrileño, bloqueado por Hadjar en la curva 6. Por segunda carrera consecutiva, Carlos se desplomaba en la primera criba y partirá decimosexto. Aún peor resultó el balance de Lance Stroll, eliminado por sexta vez en la Q1.

Lance Stroll, entre los rumores y la "intimidad médica": una lesión crónica que complica el futuro de Aston Martin

Lance Stroll, entre los rumores y la “intimidad médica”: una lesión crónica que complica el futuro de Aston Martin

La segunda sesión libre del viernes en Montreal resultó demasiado movida para Aston Martin. Fernando Alonso se dio un susto con una pequeña excursión por la hierba y Lance Stroll sufrió un impacto contra las protecciones de la curva 7. El canadiense quiso llevar el AMR25 de regreso a boxes, pero sus ingenieros le obligaron a detenerse porque su rueda delantera izquierda amenazaba ruina. Así que Stroll no tuvo más remedio que salir del coche. De inmediato, al desencanto de la afición se sumaron los rumores que han venido rodeando al ídolo local, mermado por una misteriosa lesión en la muñeca derecha desde el pasado GP de España.

«No quiero entrar en detalles sobre lo que he tenido que hacer, porque se trata de mi intimidad médica», dijo Stroll el jueves durante la conferencia de prensa de la FIA. Con su habitual tono, desafiante ante los periodistas, echaba tierra a numerosos comentarios que venían sobrevolando por el paddock. El más insistente había sido propagado por la BBC, que describió escenas de ira del piloto en su garaje, golpeando las paredes con sus manos. Stroll, ajeno a casi todo, quiso insistir en que se veía preparado para afrontar este fin de semana: «Me siento bien y confío en que no será un problema en el futuro». Sin embargo, tras dos operaciones en la misma articulación a lo largo de los dos últimos años, las incógnitas siguen sin despejarse en la escudería de Silverstone.

El origen de la dolencia de Stroll se remonta a febrero de 2023, cuando sufrió un accidente mientras practicaba ciclismo en España. Entonces, los primeros exámenes médicos detectaron una fractura desplazada en la muñeca derecha, varias fracturas en la mano y la muñeca izquierda y otros traumatismos en los dedos de los pies. En Barcelona, dos días después, fue operado por el doctor Xavier Mir, que le colocó varios tornillos metálicos en la mano derecha. El prestigioso traumatólogo, con más de tres décadas de experiencia en el Mundial de MotoGP, optó por un tratamiento conservador para la mano izquierda, confiando en un largo periodo de rehabilitación.

Un solo coche en Barcelona

Como muestra la evidencia científica, especialmente en pilotos de MotoGP, aquella operación a Stroll ya debió considerarse bastante delicada. En primer lugar porque ese tipo de cirugía provoca, en algunos casos, daños en el cartílago. A largo plazo, incluso, deviene en artritis postraumática. De modo que los pacientes han de convivir con el dolor y la rigidez en la articulación, por lo que su rendimiento en la pista queda lejos del 100%.

Stroll no se perdió ni una sola carrera en 2023 y 2024, aunque a comienzos del presente Mundial empezó a sentir otra vez molestias. La situación se agravó durante el triplete europeo (Imola, Mónaco, Barcelona) hasta que en Montmeló él mismo optó por parar. Los síntomas habían empeorado tanto durante la última sesión libre que el domingo ni siquiera tomó la salida. Aston Martin sólo pudo alinear un coche, porque Felipe Drugovich, su piloto reserva, no había tomado el volante en ninguna de las sesiones previas, lo que le impedía participar en la carrera.

El mismo equipo médico, con Mir al frente, volvió a intervenir a Stroll en una cirugía que Aston Martin describió como preventiva y menor. No obstante, los precedentes sugieren ahora un problema crónico. A este factor se suman las citadas complicaciones tras la última operación. Parece complicado que Stroll pueda restablecerse totalmente sin dejar de competir.

El declive de Lewis Hamilton con Ferrari: sin motivación, sin velocidad y sin sitio en Maranello

El declive de Lewis Hamilton con Ferrari: sin motivación, sin velocidad y sin sitio en Maranello

La pasión por Ferrari se percibe en cada rincón del circuito Gilles Villeneuve, el trazado que lleva el nombre de uno de los grandes pilotos en la historia de Maranello. Lejos de Italia, no hay otra sede del Mundial donde la Scuderia se sienta tan arropada. Este fin de semana, ese entusiasmo va a canalizarse, por vez primera, en torno a Lewis Hamilton, el piloto con mejor palmarés en el GP de Canadá. Siete victorias suma el británico, las mismas que Michael Schumacher. Y no termina ahí la cabalística, porque los tifosi saben que este año Montreal acoge, por 44ª vez en la historia, una carrera de F1. La cifra fetiche de Hamilton, con su eterno dorsal 44 recortado ahora sobre fondo rojo. Sin embargo, ni el fervor popular ni la magia de los números pueden enmascarar la coyuntura de Hamilton y Ferrari, inmersos en una calamitosa crisis de resultados.

Hace dos semanas, tras su sexto puesto en Montmeló, Hamilton reconoció haber protagonizado la "peor carrera" de su vida. El pasado jueves, los tres medios más influyentes de la prensa italiana desvelaron al alimón del hartazgo de la cúpula de Ferrari con Fred Vasseur, su team principal. Tres noticias que infectaron el ambiente durante la rueda de prensa oficial de la FIA. "No es bonito saber que este tipo de historias circulan por ahí. Acabo de empezar en un proyecto a largo plazo y no hay dudas sobre lo que estoy trabajando. Así que, por favor, dejad de inventaros cosas", replicó Hamilton, obviando lo que todos saben en el paddock. Las citadas informaciones de Corriere della Sera, Gazzetta dello Sport y Motorsport se construyeron gracias a filtraciones de la propia Scuderia.

A los 40 años, después de 105 victorias y 104 poles, Hamilton vive su peor momento en la F1. No sólo por su sexta posición en el Mundial, a 115 puntos de Oscar Piastri tras nueve carreras, ni por verse superado en el duelo particular ante Charles Leclerc, que le domina tanto los domingos (7-1) como en las sesiones clasificatorias (7-2). Lo más preocupante es su escasa motivación al volante del SF-25 y su nula adaptación al particular ecosistema de Ferrari. Después de toda una vida en Mercedes, donde manejaba a su antojo en compañía de Toto Wolff, Hamilton se siente hoy fuera de sitio en Maranello.

Disparidad de criterio

Los tifosi vienen siguiendo con estupefacción las constantes discusiones por radio entre Hamilton y Riccardo Adami, su ingeniero de pista. También la disparidad de criterio entre Sir Lewis y Vasseur respecto a los objetivos a corto plazo con un monoplaza que pierde cuatro décimas por vuelta frente a McLaren. En Ferrari aún escuece el no de Adrian Newey, a quien se daba por fichado, y la marcha de Enrico Cardile, también en dirección a Aston Martin.

A Hamilton se le nota superado, fuera y dentro del coche. Quiso rodearse de un entorno seguro, recuperando a dos de sus colaboradores de estricta confianza: Angela Cullen, su inseparable fisioterapeuta en Mercedes y Marc Hynes, el mánager de sus comienzos. Sin olvidar a Anthony, su padre, que acaba de recibir un cargo oficial dentro de la FIA o a Ella, su nueva jefa de prensa, reclutada desde Project 44, la fundación con la que potencia el papel de las mujeres negras en la F1. Sin embargo, nada todo se tambalea ahora su alrededor.

La debacle resulta proporcional a las expectativas generadas por el fichaje más importante en la historia reciente de la F1. Ni las llegadas de Alain Prost a Ferrari (1990), Ayrton Senna a Williams (1994) o Sebastian Vettel a Ferrari (2015) tuvieron tanta repercusión mediática. El pasado 20 enero, horas antes del debut de Hamilton en un test, el alcalde de Maranello pidió refuerzos policiales para garantizar la seguridad en Fiorano. Hace dos semanas, el heptacampeón admitió en Montmeló no haber aprendido "absolutamente nada" tras el triplete europeo (Imola, Mónaco, Barcelona). Durante las últimas vueltas del GP de España fue adelantado por el Sauber de Nico Hulkenberg. Cuando le preguntaron por sus planes para Montreal simplemente dijo: "Me voy a casa".

Hamilton, el jueves, durante la rueda de prensa oficial de la FIA.

Hamilton, el jueves, durante la rueda de prensa oficial de la FIA.EFE

No se trata de un declive esporádico, sino de la confirmación de lo apuntado durante su última temporada con Mercedes, cuando fue superado por George Russell en carrera (15-9) y en qualy (19-5). Semejante bajón los sábados resultaba especialmente traumático. Aquel piloto que desataba todo su talento a una vuelta no logra una pole desde hace casi dos años (GP de Hungría 2023). Este curso ha caído dos veces en la Q2 (Imola y Miami) y su mejor resultado se reduce a una segunda fila (cuarto en Mónaco). Por no mencionar las nueve décimas que se dejó frente a la pole en Australia, Bahrein y Arabia Saudí.

De modo que este fin de semana, el horizonte se dibuja otra vez oscuro en Montreal. La pista donde no respetó un semáforo en el pit-lane para chocar contra Kimi Raikkonen (2008) y donde sufrió un accidente con Jenson Button, su compañero en McLaren (2011). Ayer, terminó octavo en la FP2, a 53 centésimas de la cabeza. Otra jornada aciaga para Ferrari, porque Leclerc había destrozado su monoplaza por la mañana contra el muro de la curva 4 y ni siquiera pudo participar en la sesión vespertina.

El circuito Gilles Villeneuve también fue escenario de la primera victoria de Hamilton en la F1 (2007), con 22 años y 154 días, el mismo domingo en el que Fernando Alonso fue adelantado por el Super Aguri de Takuma Sato. Hoy, el asturiano, tres años mayor, muestra cada fin de semana un rendimiento y una motivación muy superiores a su gran adversario.

Verstappen, al límite en la superlicencia, dispara contra Russell: "La próxima vez traeré pañuelos"

Verstappen, al límite en la superlicencia, dispara contra Russell: “La próxima vez traeré pañuelos”

Una cuarta victoria consecutiva en Montmeló se antojaba casi imposible, pero ni el guionista más retorcido hubiese escrito un desenlace tan cruel para Max Verstappen. No sólo por su sanción de 10 segundos, tras provocar un choque con George Russell, sino también por los tres puntos que le descontaron en la superlicencia, con los que se queda a uno de perderse la próxima carrera. Para más escarnio, el líder de Red Bull fue elegido por los aficionados como mejor piloto del domingo en Barcelona. Había partido tercero en la parrilla y acabado décimo, con un punto como triste botín.

Iba Verstappen hecho una furia por la zona mixta de Montmeló cuando le tendieron el micrófono de Sky Sports. Nico Rosberg, comentarista de la cadena británica, había insinuado que su maniobra ante Russell merecía una bandera negra. "Esa es su opinión. Cada uno puede tener la suya", replicó el holandés. Cuando le insistieron con que si se trataba de algo deliberado, Mad Max fue cortante: "¿Eso importa? Prefiero hablar de la carrera antes que de un instante determinado". Una vez más le repreguntaron por la descalificación, así que ya zanjó cualquier duda: "Creo que fue un error de cálculo".

Para saber más

En Barcelona se reabrieron las rencillas entre dos pilotos que no se soportan. Otro episodio que añadir a lo ya vivido en el GP de Azerbayán 2023, cuando Verstappen llamó "gilipollas" al británico, o en el último GP de Qatar, hace seis meses, cuando no dudó en mandarle "a la mierda". "Así es Max en las carreras. Me alegro de haber podido acabar, aunque no sé muy bien en qué estaba pensando", concluyó Russell sobre el incidente.

"no tengo nada que decirle"

Por supuesto, ninguno de los involucrados manejó siquiera la posibilidad de disculparse ante la otra parte. "No, no le voy a ver y no tengo nada que decirle. En la vida no hay que arrepentirse de demasiadas cosas", clamó Verstappen. No se percibía asomo de arrepentimiento en sus palabras tras la peligrosa maniobra en la curva 5. "¿Qué opinas de que Russell crea que estás dando un mal ejemplo a los jóvenes?", le deslizaron. "La próxima vez traeré pañuelos", concretó.

Estos malos modos parecieron hartar incluso a Christian Horner. Tras esquivar en primera instancia a la prensa, el jefe de Red Bull concedió que su piloto se había sentido "frustrado". "Aún no he tenido la oportunidad de hablar con él... Es algo que analizaremos internamente", reveló el británico.

Por primera vez desde el GP de Italia 2017, Verstappen vio la bandera a cuadros sin entrar entre los nueve primeros. Pese al mal sabor de boca, durante la vuelta de enfriamiento quiso felicitar a los pilotos de McLaren por su doblete, elevando uno de sus pulgares. Por extraño que pareciera, tras el GP de Arabia Saudí y el GP de Emilia Romagna, el tetracampeón fue otra vez distinguido por la F1. Con el 19,7% de los apoyos, superó en el voto popular a Oscar Piastri (14,5%) y Nico Hulkenberg (10,6%).

Red Bull y el GP de Bahrein 2022

Durante 60 vueltas, Verstappen ofreció un sensacional espectáculo, cuestionando la superioridad mecánica de McLaren. Se mantuvo con opciones de llevar a buen término el plan de Hannah Schmitd, la jefa de estrategia de Red Bull. Nada menos que tres paradas en Montmeló. Sin embargo, esa apuesta quedó hecha trizas por el safety car decretado tras la avería de Andrea Kimi Antonelli. Quizá hubiese sido preferible aguantar lo que quedaba hasta la meta con el neumático blando viejo. Y no recurrir a los duros, que se habían mostrado muy erráticos desde el warm-up.

"Siempre es fácil opinar a posteriori, pero en ese momento tomamos la mejor decisión con la información de la que disponíamos", zanjó Horner, que no terminaba un fin de semana con un bagaje tan pobre desde el GP de Bahrein 2022. McLaren casi triplica la suma de Red Bull en el Mundial (362-144) y Verstappen ve a 49 puntos el liderato de Piastri (186-137).

Tan preocupante como lo que pueda suceder en las próximas 15 carreras resulta el horizonte inmediato para Verstappen. De momento, esta es la sexta vez, en los últimos 12 meses, que los comisarios le restan puntos en la superlicencia. Desde el GP de Austria 2024, por un incidente frente a Lando Norris en la curva 3 del Red Bull Ring, hasta el GP de México 2024, cuando volvió a forzar a Norris fuera de la pista o el GP de Abu Dhabi 2024, por causar una colisión ante Piastri. En caso de perder otro punto en el GP de Canadá, dentro de dos semanas, no podría participar en la siguiente carrera.

Barcelona y el efecto contrario

Barcelona y el efecto contrario

Actualizado Domingo, 1 junio 2025 - 23:32

Algunos piensan que la Fórmula 1 es aburrida, que nunca pasa nada y que son sólo coches dando vueltas. El GP de España los llevó a todos la contraria. La carrera tuvo intensidad e incertidumbre desde la primera hasta la última vuelta.

De hecho, el dilema de lo que podría pasar comenzó antes de que lo hicieran los entrenamientos libres. Con la entrada de una nueva normativa de control de la flexibilidad de los alerones delanteros algunos pensaron que desde España la historia iba a ser diferente y que McLaren podría verse muy perjudicado. Craso error. Mientras siete equipos cambiaron sus alerones delanteros para adecuarse a la normativa, McLaren no cambió nada en Barcelona. Eso sí, 1-2 el sábado en clasificación y 1-2 el domingo en carrera. Menudo chasco se han llevado algunos. Justo el efecto contrario.

En carrera sucedió un poco lo habitual: Oscar Piastri salió bien desde la pole, Lando Norris perdió una posición con Max Verstappen y el holandés se convirtió en el único rival de McLaren por la victoria. Lo intentaron todo en Red Bull y, en un alarde de buscar algo diferente en la estrategia, le pusieron en un plan de tres paradas. Funcionó. Al menos para mantenerle cerca porque en ritmo de carrera Max no podía aguantar a los coches naranjas.

Sirvió para mantener a raya al resto de rivales, pero hubo un fallo: la salida de un safety car a pocas vueltas del final. Red Bull no tenía más ruedas. Decidieron ponerle a Max el único juego nuevo que le quedaba, un duro (nadie lo había utilizado porque era un neumático lento y difícil de calentar). Max seguía tercero, pero con una jauría de neumáticos blandos justo detrás. Todo indicaba que iba a ser una escabechina. Que Verstappen tendría que sacar los mejores trucos de su repertorio para no perder muchas posiciones, pero se produjo el efecto contrario.

Cuando se relanzó la carrera, Verstappen estuvo a punto de perder el coche y de irse directo contra el muro. Salvó el accidente, pero le hizo vulnerable ante Charles Leclerc y todos los demás. En medio de la recta se tocaron, el monegasco le pasó, Max se enfadó, George Russell quiso aprovechar el desconcierto, pero también se tocaron, Red Bull le pidió que le devolviese la posición al británico, Verstappen se enfadó más, se la devolvió y de nuevo chocó contra él en una acción muy macarra que parecía premeditada. La decisión de los comisarios fue rápida: 10 segundos. Max pasaba de ser quinto a décimo. Además, recibía una sanción de tres puntos en la superlicencia para acumular un total de 11, a uno de ser excluido de un gran premio. Es decir, lejos de mostrar su mejor versión nos enseñó su cara más oscura, justo el efecto contrario.

Verstappen acabó en el grupo de villanos. A su vera, Liam Lawson, un peligro en la pista. Del neozelandés ya se ha cansado la casi totalidad de pilotos del paddock.

En el grupo de estrellas, Piastri, que acumula ya cinco victorias, cuatro poles y ocho podios consecutivos. También Norris, que no ganó, pero ayudó a McLaren para firmar el tercer doblete del año. Leclerc, pese a las debilidades de Ferrari sumó su tercer podio. Nico Hulkenberg, con el modesto Sauber (último equipo de la parrilla), logró un increíble quinto puesto después de sorprender a Lewis Hamilton en las últimas vueltas. Uno de los mejores robos de cartera de la temporada. George Russell, el hombre invisible, al que no se le ve mucho en las carreras, pero siempre está. Isack Hadjar, el mejor rookie del año o, por supuesto, Fernando Alonso.

El asturiano sumó sus primeros puntos de la temporada después de fajarse en un combate frenético con Gabriel Bortoleto, Pierre Gasly, Lawson y Hadjar. Obviamente, no son los rivales que él querría, pero hoy por hoy esto es lo que hay. Es evidente que Aston Martin ha dado un pequeño salto adelante con la evolución que presentó en Imola. Desde entonces, Fernando se ha metido siempre en Q3 y ha podido puntuar en las tres carreras disputadas. En Imola no hubo suerte y en Mónaco se rompió el motor, pero estaba ahí para puntuar.

No hubo suerte con Williams. Carlos Sainz pronosticó que Barcelona iba a ser difícil, pero se equivocó. Fue un infierno. Por primera vez este año, ningún FW47 se metió en la Q3 y por segunda vez, ninguno de ellos puntuó.

Se pensaba que el GP de España podría ser un desastre de público tras los pobres resultados de Sainz y Alonso, pero no fue así. Hubo más de 300.000 espectadores a lo largo del fin de semana. Otra vez una fiesta, otra vez varias generaciones juntas compartiendo pasión. Con este ya van 55 ca en España. Una cita con la F1 a la que no hemos faltado en 39 años. Pese a todos los indicios, otra vez, el efecto contrario.

Una alegría para Fernando Alonso en Montmeló: sin pitos al himno y soberbia vuelta final

Una alegría para Fernando Alonso en Montmeló: sin pitos al himno y soberbia vuelta final

Una formidable última vuelta, cerrada en 1:18.128, permitió sumar dos puntos a Fernando Alonso en Montmeló. Con ese esfuerzo postrero, el bicampeón superó en la tabla de tiempos a Max Verstappen. Apenas 262 milésimas. Lo justo para dejar atrás al holandés, castigado con 10 segundos por un controvertido incidente con George Russell.

"Sigue a tope porque podría haber penalizaciones por delante", advirtieron a Alonso a través de la radio. Y el asturiano cumplió con creces, estableciendo el cuarto mejor crono en ese último giro, sólo por detrás de Oscar Piastri (1:17.445), Lando Norris (1:17.519) y el propio Verstappen (1:18.081). Tras cruzar la línea de meta, cuando aún no tenía muy claro qué posición final le correspondía, Alonso se limitó a saludar a la afición de Montmeló.

Durante ese momento de gozo no quiso comentar nada por la radio. Había sido otra carrera muy dura, con acuciantes problemas de degradación, sobre todo en los neumáticos delanteros. De hecho, sus ingenieros le habían pedido que no forzara tanto en las curvas 9 y 14. En vano, porque su réplica no dejó lugar a la duda: "Olvidadlo".

Sin velocidad punta

"Nos ha faltado ritmo y velocidad en las rectas. Todos los adelantamientos los hice por fuera en la curva tres, que no es un sitio habitual", admitió Alonso. El más espectacular llegó en ese tramo decisivo de la carrera, cuando pudo desembarazarse de Esteban Bortoleto (Sauber). Unos metros más adelante concretó otra bonita maniobra frente a Liam Lawson (Racing Bulls) en la recta principal.

Una particular revancha ante el neozelandés, que ya le había dado un buen susto nada más tomar la salida. "Me ha golpeado en la trasera derecha. Creo que no hay daños, pero deberíamos comprobarlo", explicó tras el toque en la curva 1. Ese primer relevo con las gomas blandas iba a hacerse muy largo para el español.

"Después de sólo cinco vueltas nos quedamos sin el neumático delantero izquierdo", añadió el doble vencedor en Le Mans, en referencia a su excursión por la grava en la curva 5. Sin embargo, el cambio a los medios hizo revivir al AMR25, cuyo rendimiento pudo equipararse al de Alpine o Sauber.

Invasión de pista

La euforia por los dos puntos caló de inmediato en las tribunas de Montmeló y como viene siendo costumbre, la afición invadió la recta de meta para ver más de cerca en el podio a Piastri, Norris y Charles Leclerc. Un cierre a la altura de este fin de semana, en el que Alonso estrenaba su cargo de embajador del GP de España.

Durante la ceremonia de himnos, no hubo que lamentar ningún tipo de episodio desagradable. El minuto de duración de la Marcha Real coincidió con el de Els Segadors, ante la atenta mirada de Salvador Illa, presidente de la Generalitat, Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, y Carmelo Sanz de Barros, presidente del Senado de la FIA.

Verstappen pierde los papeles y Alonso suma al fin en Montmeló

Verstappen pierde los papeles y Alonso suma al fin en Montmeló

Un safety car, el primero en tres años en Montmeló, sacó de sus cabales a Max Verstappen. A 11 vueltas, cuando Andrea Kimi Antonelli quedó varado en la grava de la curva 10 tras una rotura de motor, los favoritos debieron pasar otra vez por boxes. A Red Bull sólo le quedaba un juego de duros para Mad Max, abocado desde entonces a la peor de las suertes. El holandés supo salvar un latigazo salvaje a la entrada de la recta, pero nada pudo hacer frente a Charles Leclerc y George Russell. Totalmente desquiciado, el tetracampeón vio de lejos el doblete de McLaren, con Oscar Piastri por delante de Lando Norris.

Una merecida sanción, por colisionar ante Russell, relegó a Verstappen a la décima plaza, justo por detrás de Fernando Alonso. De este modo, el asturiano sumó sus dos primeros puntos del año, tras quitarse de encima a Gabriel Bortoleto y Liam Lawson. Entre tantas escenas de caos, ninguna como la de Nico Hulkenberg con Lewis Hamilton. Un Sauber, el coche más lento de la parrilla, rebasaba a un Ferrari y era quinto en la meta.

Hubo invasión de pista para conmemorar este loco desenlace, decisivo para la suerte del Mundial. Piastri conquista su quinta victoria del año, mientras Verstappen sale casi de vacío de Barcelona. Nunca quiso claudicar, exprimió al límite su estrategia, pero ahora queda a 49 puntos del liderato. Traspasó los límites para defender el podio y acabó disparándose en el pie. Desde la salida quiso dejar claro que no iba de farol.

Norris, lento en la salida

Piastri aún guardaba recuerdo del error de Imola, cuando intentando sujetar a Russell dejó un resquicio a Verstappen, autor de un excepcional adelantamiento. Esta vez, McLaren no hubo de lamentar la pérdida del liderato, pero sí la lentitud de Norris, que se dejó ganar la partida frente al líder de Red Bull. Tampoco anduvo fino Russell ante los Ferrari, abocados desde entonces a un duelo fratricida.

Aunque el auténtico protagonista de la salida fue Hulkenberg, envuelto en un toque que le hizo salirse por el exterior de la curva 1. Dicha maniobra fue validada por los comisarios, así que el veterano ganó cuatro posiciones hasta situarse a la estela de Alonso. En la segunda vuelta, el bicampeón también hubo de capitular ante el Sauber.

Los malos presagios asomaron con una peligrosa maniobra de Lawson y se agudizaron con una salida de pista en la curva Seat. Tras 13 vueltas, la degradación mermaba al AMR25, así que dos giros después entró el asturiano para montar los medios y reincorporarse último. En la décima vuelta ordenaron a Hamilton ceder el paso a Leclerc y Williams llamó a capítulo a Carlos Sainz. Algo habían detectado en el alerón delantero, con daños desde la primera vuelta, así que fue preceptivo el cambio. Tras casi 11 segundos en el pit-stop, las opciones del madrileño pasaron de remotas a nulas.

Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.

Alonso, el domingo, en la recta de meta de Montmeló.EFE

La baja de Lance Stroll, víctima de un problema en una muñeca, había permitido avanzar un puesto a Carlos en la parrilla, por delante de Franco Colapinto y Yuki Tsunoda, que partió desde el pit-lane. Un domingo terrible para el madrileño, condenado a luchas de escaso rango. A bordo de un Williams muy lento en las curvas de Montmeló, con daños en el alerón delantero por culpa de Lawson, aún puede darse por satisfecho con su decimocuarta plaza final.

Lawson, un peligro rodante

En la decimotercera vuelta, Norris se quitó de enmedio a Verstappen a final de la recta. Nada podía oponer frente a los monoplazas papaya, pero el holandés sí dejó un glorioso adelantamiento a Antonelli, en la zona del estadio, y otro frente a Russell, en la Moreneta. En una carrera tan táctica, Red Bull aún guardaba su cuota de esperanza.

Por eso tomaron la iniciativa en la vuelta 14 para colocar un segundo juego de blandos a Verstappen. Ocho giros más tarde, McLaren optó por los medios con Norris y también para Piastri, cediendo la cabeza ante el tetracampeón. En la vuelta 30, Red Bull lanzó otro órdago, metiendo medios, mostrando que iban a tres paradas. A 19 giros para la meta llegaría la última parada para el holandés. McLaren, por supuesto, respondió de inmediato con Norris y Piastri.

Durante las dos últimas ediciones, no se había registrado ni una sola bandera amarilla, así que el safety car postrero con Antonelli hubo de interpretarse como una bendición. Los comisarios ya se habían ahorrado medidas cautelares incluso cuando Lawson hizo trizas el ala delantera de Alex Albon. El sol ardiente debió de pasar factura al neozelandés, demasiado agresivo frente Sainz y Oliver Bearman. Y ni por esas recibió una penalización.