Otra debacle de Guardiola: del 3-0 al 3-3 tras 15 minutos de caos ante el Feyenoord
A falta de un cuarto de hora, la única inquietud para Pep Guardiola parecía el reparto de esfuerzos, con la vista en el crucial partido del domingo en Anfield. Por entonces, el doblete de Erling Haaland allanaba un contundente triunfo, el primero en muchas semanas. Sin embargo, los goles de El Hadj Moussa, Santiago Giménez y David Hancko sembraron la desolación en el Etihad. A las cinco derrotas consecutivas hubo que añadir otra decepción del Manchester City (3-3).
En 15 minutos, el equipo de Brian Priske hizo suyo el Etihad con una convicción insultante. Su verticalidad dejó en evidencia a la zaga skyblue y a Ederson, demasiado tibio en los dos últimos goles. Las mismas carencias, corregidas y aumentadas, que facilitaron el 0-4 del Tottenham el pasado sábado.
Para intentar paliarlas, la primera respuesta táctica de Guardiola fue devolver a Rico Lewis al lateral derecho, con Matheus Nunes por delante de Ilkay Gündogan en la línea de medios. Por supuesto, el canterano asumía un papel creativo en el inicio de la jugada, dejando la línea de atrás con sólo tres efectivos. Esta variante cayó tan bien como las evoluciones de Bernardo Silva como novedoso interior diestro.
El fútbol del City no daba un respiro al Feyenoord, sin opciones de pisar siquiera campo rival durante la primera media hora. Timon Wellenreuther salvó al subcampeón holandés con una asombrosa intervención ante Haaland, cuyo rotundo cabezazo bien merecía la red, y otra ante un zurdado de Phil Foden desde la frontal. Jack Grealish, de regreso al once, también pudo anotar el 1-0 con una volea repelida por la defensa.
Un recuerdo para Slot
Aun sin motivos para la euforia, la ruidosa hinchada visitante se arrancó con los acordes del You'll never walk alone y demás cánticos con los que recordar a Arne Slot, el técnico que les hizo campeones en 2023 y que ahora lidera al Liverpool, líder absoluto de la Premier. A los abucheos del Etihad siguió un instante de zozobra, cuando Igor Paixão aprovechó un mal balance defensivo para probar por primera vez los guantes de Ederson.
Guardiola no podía tolerar más despistes en las contadísimas ocasiones que el rival hacía girar a su defensa. De ello parecía conversar con Juanma Lillo en la zona técnica, presa de los nervios por el avance del reloj, cuando Antoni Milambo derribó a Haaland con una alevosa patada. Desde los 11 metros, el noruego anotó su 45º gol en la Champions. Si a ellos añadimos cinco asistencias, se alcanza un récord redondo. Ningún futbolista ha necesitado menos partidos (44) para participar en 50 tantos en la Champions. Ruud van Nistelrooy, que ostentaba el anterior registro, precisó 56.
Si el Feyenoord pretendía ordenar las ideas durante el descanso, la bofetada de realidad resultó aún más dolorosa. No hubo casi respiro entre el remate a la red de Gündogan, rebotado en Hancko, y la cabalgada de Nunes por la derecha, para que Haaland definiera como una aplanadora en el segundo palo. Savinho, Kyle Walker y Ruben Dias salieron entonces a calentar a la banda, totalmente ajenos a lo que se avecinaba.
Roja a Dembélé en Múnich
En el otro partido de la jornada, el Bayern dejó en situación crítica al PSG, merced a un gol de Kim Min-Jae, beneficiario de un error clamoroso de Matvey Sáfonov. El guardameta ruso, gran novedad en el once, evidenció la fragilidad del equipo de Luis Enrique, cuyo audaz planteamiento se deshace ante la falta de contundencia en las áreas.
Bradley Barcola y Ousmane Dembélé, muy lejos de su mejor momento, jamás inquietaron a la zaga de Vincent Kompany. No conforme, el ex barcelonista se ganó una roja absurda en el minuto 57. La sentencia pudo llegar con un tiro de Jamal Musiala repelido por la madera y la mano de Sáfonov. Por séptima jornada seguida, el Bayern mantenía el cero en su portería. En uno de los fondos, los aficionados ya habían recogido su pancarta de protesta contra Nasser Al-Khelaifi.
Bastanten jaquecas aquejan ahora el propietario del PSG. Con sólo tres goles en cinco jornadas de Champions, el campeón francés se jugará su futuro en las tres últimas, viajando a Salzburgo y Stuttgart y recibiendo al City. Quedar fuera del top-24 supondría el golpe de gracia para el megalómano proyecto qatarí.