Fútbol es fútbol y política

Fútbol es fútbol y política

A Francia e Inglaterra les ha pillado la Eurocopa en plenas elecciones. No parece que, en general, a sus chicos (¿votaron por correo?) les interese, y mucho menos les preocupe, el tema. Mbappé, él sí, capitán de Les Bleus, instó a no votar a las extremas derecha e izquierda. Que sepamos o recordemos, ninguno de sus compañeros secundó su llamada, y eso que en el equipo hay mayoría de piel oscura. En la prórroga ante Portugal, todos los jugadores,

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Las lágrimas “de dolor y tristeza” de Pepe y Cristiano y el relato de Francia: “España es el mejor equipo”

Actualizado Sábado, 6 julio 2024 - 02:19

Cuando Theo Hernández anotó el quinto penalti de Francia, Pepe terminó desconsolado en el hombro de Cristiano Ronaldo. Cinco Eurocopas había jugado uno, seis el otro. Y ahí, en su última vez, se abrazaron. "Es un momento de mucha tristeza y dolor. Al contrario de lo que mucha gente piensa, sentimos mucho todo esto. La frustración de no poder ganar un partido y caer eliminado en una competición tan grande como esta sabiendo que tenemos mucha calidad. Todo lo que sentimos es dolor", admitió el defensa, tras un partido sobrenatural, en una zona mixta abarrotada y dividida en dos: la alegría francesa, la tristeza portuguesa.

La Eurocopa de Portugal se terminó en el palo de Joao Félix, el único futbolista que falló su disparo en la tanda de penaltis. Empezó lanzando Francia porque así lo quiso Cristiano Ronaldo, que señaló a Kanté cuando el árbitro le pregunto quién quería que tirara primero. El capitán portugués ganó el sorteo, pero eligió disparar después de su rival y perdió la tanda.

En la banda, Kylian Mbappé observaba de rodillas la ronda de lanzamientos. Él no iba a ser uno de los cinco elegidos porque pidió el cambio en la segunda parte de la prórroga. "Fue sincero", reconoció Deschamps. El delantero amenaza ahora a España lejos de su máximo nivel de forma y preocupado por una máscara que no le deja jugar a pleno rendimiento. "Hablé con el seleccionador al final de los 90 minutos y le dije que lo iba a intentar, pero en la mitad de la prórroga no me sentía bien y le avisé de que estaba demasiado cansado", explicó el futbolista ante los medios, donde recordó, en perfecto castellano, que España "es un gran equipo lleno de jugadores de mucha calidad".

El delantero, que sólo ha marcado un gol, el penalti contra Polonia, admitió que no está en buena forma física, pero espera recuperarse antes del martes. "Espero poder ayudar al equipo en la semifinal. Depende de mí ponerme a tono contra España", explicó. Deschamps le defendió: "No es fácil con todo lo que ha tenido este año. Está cansado, obviamente, y muscularmente está sufriendo. Kylian siempre ha sido honesto conmigo y con el grupo y ha pedido el cambio"-

Al lado de Mbappé, Aurelién Tchouaméni tuvo un momento para acordarse de Toni Kroos: "Muchas gracias, Toni, por todo lo que nos has dado. Por todos los momentos. Ha sido un orgullo haber compartido equipo con uno de los mejores centrocampistas de la historia", dijo, también en castellano. Tchouaméni volvió a ser el eje de una Francia a la que le cuesta atacar, pero que es sólida en defensa. "Merecido o no, lo más importante era ganar. No todo es perfecto, tenemos que mejorar en muchos aspectos, pero tenemos que estar satisfechos con la clasificación. Estamos en semifinales sin marcar, eso es histórico... pero creo que vamos a tener que marcar algún gol", bromeó sobre el partido ante España.

Y es que los goles de Francia han llegado en propia puerta (uno ante Austria y otro ante Bélgica) o de penalti (el de Mbappé contra Polonia). Tres tantos para plantarse en semifinales. "No pensábamos en eso, la verdad, pero sí, vamos a analizarlo y siempre manteniendo nuestra solidez defensiva", advirtió Mbappé. Francia sólo ha encajado un gol, el anotado por Lewandowski de penalti.

En sala de prensa, Deschamps elogió a España: "Es el mejor equipo, sin duda. He visto algunos partidos y están haciendo cosas muy buenas. Lucharemos para estar en la final, como siempre. No era favorita al principio, pero viendo sus partidos hay que felicitarles".

‘Einstein’ Xhaka, el soldado suizo de Xabi en guerra eterna por sus raíces albano-kosovares

Actualizado Sábado, 6 julio 2024 - 00:13

Ragip Xhaka protestó contra el gobierno yugoslavo en 1986 y terminó recibiendo palizas en una cárcel de Belgrado hasta que su condena terminó. Tres años y medio que su mujer esperó por él para irse juntos a Basilea, en Suiza. Allí, 1992, nació su hijo Granit, hoy capitán histórico de Suiza, una vez más revelación de un torneo internacional.

Inglaterra será la próxima piedra en el camino de Xhaka, al que le dan igual los obstáculos porque los conoce desde la infancia. No olvida su origen albano-kosovar y lo defiende en cada partido contra Serbia como si los Balcanes todavía estuvieran en guerra. Para él sí. "En Suiza no teníamos nada ni conocíamos a nadie. La gente no entiende el efecto de algo así. Es parte de mi carácter porque me hizo una persona fuerte. No escapo de los problemas", admitió él en una entrevista con 'The Guardian'. Por eso cuando se midió a Serbia en el Mundial de Qatar mostró la camiseta de su compañero Jashari, que comparte apellido con el fundador del Ejército de Liberación de Kosovo.

A pesar de que su corazón late por sus raíces y que su hermano Taulant sí representa a Albania, Granit defiende a Suiza desde las categorías inferiores, donde levantó un Mundial sub'17 en 2009. En esa edición venció, entre otros, a la Alemania de Mario Götze. A su lado, parte de la columna vertebral de la generación que ha llenado de orgullo al país: Ricardo Rodríguez o Seferovic. "Jugamos todos juntos desde muy, muy pequeños. Por eso conocemos la parte buena y mala de cada uno. Eso nos permite abordar cosas que nos pueden doler, pero al final nos ayuda a todos", explicó estos días el delantero Steven Zuber.

Tras Iniesta y Cristiano

En Alemania, Xhaka, al que llaman 'Einstein' en el vestuario por su inteligencia en el juego y su interés por la ciencia, está a punto de igualar un récord de Cristiano Ronaldo y Andrés Iniesta, que acumulan seis premios a Mejor Jugador del partido en las Eurocopas. Xhaka lleva cinco, símbolo de su constante importancia.

Contra Inglaterra completará su círculo. Nunca ha sido capaz de ganar a los británicos (se ha enfrentado en cinco ocasiones) y es el equipo ante el que debutó en 2011. Además, es el país que le vio crecer en el Arsenal de Arsene Wenger y Mikel Arteta antes de volar al Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, donde es capitán general.

"Siempre quiere aprender"

El tolosarra se reconoce en el suizo , especialmente por los últimos años de su carrera. "Puedo ver en sus ojos que siempre quiere aprender. Y esto me pasó exactamente en la última fase de mi carrera como jugador en activo. Quiere convertirse en entrenador y eso se ve claramente. Creo que será un gran entrenador", declaró el técnico español. El suizo ha compaginado el doblete con el Leverkusen con el curso de entrenador que está realizando en Dusseldorf. "Es un honor que me comparen con Xabi", admite.

No ha habido tantos elogios de Xhaka a su seleccionador nacional, Murat Yakin, con el que cenó en el mes de febrero para solucionar los problemas internos del combinado suizo. Antes de Navidad, el centrocampista realizó unas declaraciones criticando la forma de entrenar del cuerpo técnico y eso provocó un cisma dentro de la selección. Yakin, sin embargo, consiguió lidiar con la situación, cenó con el futbolista en Alemania en el mes de febrero y "con un vino y un plato de comida solucionamos lo que había que solucionar". Ahora amenazan a Inglaterra.

Joao Félix estrella su penalti en el palo y empuja a Francia a las semifinales contra España

Joao Félix estrella su penalti en el palo y empuja a Francia a las semifinales contra España

Francia será el rival de España en semifinales de la Eurocopa tras superar a Portugal en los penaltis de un partido lento, gris y aburrido. Después de firmar un poco apasionante 0-0 durante 120 minutos, galos y lusos se retaron en una tanda en la que sólo falló Joao Félix, estrellando su disparo en el palo. [Narración y estadísticas (0-0, 3-5)]

Francia juega feo. Ni mejor ni peor, feo. Fue así cuando levantaron el Mundial en 2018 y está siendo así ahora en Alemania mientras tienen en el vestuario la supuesta mejor plantilla del torneo. Así es y así lo quiere Deschamps. Porque jugar feo también implica jugar un poquito bien. Porque Francia, que juega feo, también juega bien: defiende de forma extraordinaria, es el cuadro más sólido de la competición y es extremadamente difícil sorprenderle en transición. Aunque seas Portugal.

Deschamps, cauto en sus nuevas ideas, introdujo dos cambios en su supuesto once ideal. Uno obligado, el de Camavinga por el sancionado Rabiot, y otro por la inercia de los partidos, dándole la oportunidad a Kolo Muani, goleador ante Bélgica, en lugar de Thuram. Enfrente, Roberto Martínez fue fiel a su alineación de gala, con Cristiano Ronaldo en punta.

Lo «feo» que juega Francia se vio en una primera parte táctica, lenta, predecible y sin ocasiones claras. Como contra Bélgica, se trata del escenario favorito de Deschamps, porque a pesar de que Portugal fue la selección que propuso más sobre el césped, acumuló más posesión y más córners, llegó al descanso sin realizar ningún disparo a puerta.

Duelo de mínimos

Después del sofocón que fue la prórroga del España - Alemania en la tribuna de prensa, los ojos se cerraron durante un primer cuarto de hora de pura indiferencia. Futbolistas del máximo nivel mundial agazapados en un duelo de mínimos. Portugal asumió la posesión y quiso morder, pero el físico francés es superior a todo en esta Eurocopa. Implacable. Sólo Leao, fino, fue capaz de crear peligro venciendo en el choque de la noche a Koundé. Las llegadas a la línea de fondo del jugador del Milán fueron lo mejor de los lusos, pero ningún centro alcanzó a un Cristiano bien marcado por Saliba y Upamecano.

En el 19, Theo Hernández tuvo la gran ocasión de Francia en el primer tiempo al probar desde lejos a un inspirado Costa. Al minuto siguiente, Mbappé apareció por única vez en el tramo inicial al encontrar la línea de fondo, pero Costa volvió a estar hábil. Poco más de un equipo llamado a ganar el torneo. Francia, como en los goles en propia puerta de Austria y Bélgica en el debut y en octavos, busca que su rival falle. Que el partido caiga de su lado por su propio peso como hormigón armado. Lo que es su equipo. Una situación que tarde o temprano se le puede volver en contra. Saliba y Pepe fueron los mejores del primer tiempo y eso lo dice todo. Superiores a Cristiano y Mbappé.

Tras el descanso y con el paso de los minutos, el partido se abrió. Contagiados el uno por el otro, el duelo subió revoluciones cuando los equipos empezaron a sentir el miedo a perder. En el 60, Cancelo vio un buen desmarque de Bruno al pico del área y el del United se encontró delante de Maignan, que sacó su disparo.

Maignan, Theo y Koundé celebran el pase a semifinales.

Maignan, Theo y Koundé celebran el pase a semifinales.AFP

Un minuto más tarde, una arrancada de Vitinha, muy activo rompiendo líneas con balón, terminó con el centrocampista del PSG rematando de primeras dentro del área un centro de Leao y provocando una nueva parada de Maignan.

Y como llegaron unos, llegaron otros. Francia observó el miedo y plantó cara. En el 65, Kolo Muani conectó una pared con Koundé y tuvo una volea cómoda a pocos metros de Costa, como en el último segundo de la final del Mundial contra Argetina, pero Ruben Dias se cruzó en su camino. El encuentro, ahora sí, tenía nivel y ritmo de Eurocopa.

El cambio de Mbappé

Deschamps retiró a un Griezmann intrascendente y optó por Dembélé para volver el choque más loco todavía. El del PSG inició dos ocasiones seguidas, una de Mbappé y otra de Camavinga, que apareció sólo dentro del área tras un rechace y definió rozando el palo portugués.

La catarata de ocasiones no iba a ser eterna y el partido regresó a las bajas revoluciones navegando hacia los últimos minutos y con los equipos pensando en la prórroga.

Durante esa media hora sólo propuso Portugal, que tuvo las semifinales en las botas de Cristiano, incapaz de rematar un pase atrás de Conceicao, y de Leao, cuyo gol evitó Upamecano. Y Pepe, siempre Pepe, se hizo eterno al aparecer para salvar un remate de Mbappé en una contra, la única opción francesa. Deschamps retiró a Kylian antes de los penaltis y el palo de Joao Félix fue lo que decidió el duelo en la tanda final. Sólo falló el delantero. España ya conoce a su rival en semifinales.

De la Fuente, sobre la dureza alemana: “¿Qué quieres, que te den besos? Esto es fútbol”

Actualizado Viernes, 5 julio 2024 - 21:59

«¡Qué equipazo tenemos!». Es lo único que el aliento le permitía decir a Dani Olmo cuando escuchó el silbato del árbitro y España estaba en semifinales de la Eurocopa. Tenía ganas de ser titular, de demostrar en Alemania, en un estadio familiar, que puede catalizar el ataque de la selección. Le tocó hacerlo por una desgracia, pero enseñó, una vez más, de lo que es capaz. Marcó el primer gol, apretó los dientes y en el 119 de la prórroga puso un centro a la cabeza de Merino para echar al anfitrión por primera vez en la historia de la selección y jubilar a Toni Kroos. El castigo para el alemán por haber lesionado a Pedri nada más comenzar el partido.

Del canario se acordó el primero quien salió para sustituirle. «Es el campeonato de todos. Esperemos que lo de Pedri sea sólo un golpe. Esta victoria es para él y vamos a por las semifinales», aclaró en plena recuperación. «En las últimas jugadas, cuando el cuerpo no puede vas con el corazón», admitió. "Estoy muy orgulloso de este grupo, nunca me falla", avanzó Luis de la Fuente en la rueda de prensa, antes de dejar una frase para la historia. Le preguntaron sobre la dureza alemana, especialmente en esos primeros minutos. "Yo jugué al fútbol en los 80, mirad las entradas que había ahí. ¿Qué quieres, que te den besos? Esto es fútbol", cerró.

También estaba «muerto» Mikel Merino, que marcó en su territorio. En Stuttgart debutó como internacional y ha emulado en unos cuartos de final a su padre, que marcó en Copa de la UEFA con Osasuna. «Este estadio tiene algo especial para nosotros», admitió.

Tampoco se olvidará Pedri de este duelo ante Alemania. Seis minutos estuvo en el césped. Una dura entrada de Kroos le provocó un esguince lateral interno en la rodilla izquierda que, pasara lo que pasara, le obliga a decir adiós a esta Eurocopa. Las lágrimas del canario fueron un golpe emocional para la selección. De la Fuente se había decantado por mantenerlo en el once y sobre él se volcó Kroos, que antes de la lesión ya le avisó con otra entrada de que no le iba a conceder ni un metro. Anduvo sobreexcitado el alemán, que también le despachó un pisotón a Lamine Yamal que el colegiado inglés Anthony Taylor tampoco castigo con amarilla.

La piña con Pedri

Su salida del campo noqueó durante algunos minutos a los jugadores españoles, que tardaron en recuperar la tensión. Desde el banquillo saltaron a arroparle y cuando se marchó al vestuario para valorar el alcance de la lesión, comenzó una peregrinación. Raya, Merino, Fermín, Ferran... todos con el permiso del seleccionador fueron a arropar a su compañero, que pudo ver con la rodilla inmovilizada la segunda parte desde el banquillo.

No era el guión que había dibujado la selección, aunque Olmo cumplió a la perfección su papel, marcó y España puso contra las cuerdas a una Alemania contundente que nadó contra corriente. «No han sido juego sucio», aclaró Unai Simón, que cuando llegó el gol de Merino tenía la mente en los penaltis. «Era imposible no hacerlo. Miraba que estaba Kross, Müller...», explicó.

Grandes tiradores y una grada entregada. El 80% del Arena de Stuttgart era blanco, el resto un rojo que quería ser animoso, pero le costaba hacerse escuchar. Lo intentaron, pusieron una bandera de Haro, el pueblo del seleccionador, en el banquillo y una camiseta con el número 3 que lucía el seleccionador, como lateral izquierdo, en sus tiempos de corto. Alentaron, pero el rugido alemán estalló con el gol de Wirtz casi con el tiempo cumplido.

La grada plagada de leyendas

En la grada sufrieron los ex internacionales como Pujol, Gerard Piqué, a pie de césped durante el calentamiento, Iker Casillas o Dani Parejo, que se fundieron con los aficionados durante toda la mañana, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que viajó a Stuttgart junto a la ministra de Deportes, Pilar Alegría. Vivió junto al canciller alemán Olaf Scholz estos cuartos de final en un estadio mítico para la Mannschaft porque en él disputó el primer partido tras la Segunda Guerra Mundial y también como selección reunificada.

Le pedía el jefe del Ejecutivo español a la selección que fuera «fiel a la verticalidad y al ansia de balón que hemos tenido hasta ahora». Sánchez no coincidió con Pedro Rocha, a quien la UEFA otorga la máxima representación de España y estuvo junto a Ceferin. Apenas un saludo protocolario entre ambos. Después Rocha se lanzó al césped a festejar con el seleccionador y los jugadores la clasificación para semifinales. Mientras, Nico y Lamine bailaban con la grada. Habrá una tarde de juegos más.

España llora sangre para eliminar a Alemania y llegar a semifinales tras una prórroga agónica e inolvidable

España llora sangre para eliminar a Alemania y llegar a semifinales tras una prórroga agónica e inolvidable

Pedía a gritos España los penaltis, sangraba, dolorida, maltrecha, achatada primero por unos cambios desafortunados y después por una máquina de armar ruido, Alemania, a la que con de empujones y centros le bastó para acariciar las semifinales. Pedía a gritos España los penaltis, suplicaba por ellos, boqueando tras un ejercicio de supervivencia en la prórroga, olvidada una primera hora más que aceptable. Pedía a gritos España los penaltis, herida de muerte ante un rival enfebrecido, donde hasta Toni Kroos, triste adiós el suyo debiendo estar en el vestuario antes de tiempo, aguantaba los gemelos en la boca. Pedía España a gritos los penaltis cuando Dani Olmo, el mejor, encontró milagrosamente la cabeza de Mikel Merino, que remató de forma inverosímil una pelota maravillosa para sepultar a la anfitriona, primero, y disparar, después, el sueño de España, que pedía a gritos los penaltis, que rogaba por ellos, que imploraba por ellos, pero que estará en semifinales tras una tarde inolvidable y agónica en Stuttgart, donde incluso el árbitro se inhibió en una mano de Cururella que tenía toda la pinta de penalti. [Narración y estadísticas (2-1)]

Fue un partido para mayores, un partido para los papás, un partido donde los niños no terminan de sentirse cómodos, lógico en un proceso de aprendizaje como el de Nico y Lamine, dos chicos algo abrumados por el ambiente y por la magnitud del escenario y del momento, asombrado además el equipo de inicio por la bravura local, personificada en dos entradas bastante feas de Kroos en el inicio del choque. Una mandó a Pedri a la camilla con (seguramente) un esguince de ligamento en su rodilla. Otra, en forma de pisotón, dejó a Lamine cojeando un rato. No vio ni amarilla.

Para saber más

Era el momento de sufrir. Igualados en casi todo, como anunciaban las estadísticas previas, España miró de frente al partido y bajó al barro propuesto por Alemania en los primeros minutos. También fue fuerte a la pelota y, cuando la cosa se calmó, aceptó el intercambio de golpes. Alemania lo intentó descolgando a Gündogan para meterse a la espalda de Rodrigo y Fabián y, desde ahí, poner la pelota a la carrera de Sané y Musiala, con Havertz por allí pululando. Lo consiguió alguna vez, del mismo modo que España encontró la vía para girarse y encarar a los centrales alemanes. En un lado, fue Unai Simón el que cerró todos los caminos, no con grandes paradas, pero sí con una seguridad infinita en cada balón. En el otro lado, fueron las imprecisiones las que condenaron al equipo de Luis de la Fuente, entregado en esta Eurocopa a unos niños esta vez cohibidos.

Nico no encaró a su lateral ni en la primera, ni en la segunda ni en la tercera. Lamine sí lo hizo, tarde pero lo hizo, y se encontró con dos robos de Raum que le dejaron pensativo. Si Alemania dispuso de un remate de Havertz, España dispuso de uno de Pedri, antes de irse, y otro de Fabián, además de un par de escaramuzas que terminaron en ese nada producto de la precipitación. En el reparto de amarillas le tocó a Le Normand, que se quedó en el vestuario en el descanso para dar paso a Nacho. De la Fuente estaba viendo el mismo partido que los demás, algo que no ocurriría luego. Las piernas debían seguir fuerte y una amarilla era un peligro. Lo mismo pensó Julian Nagelsmann de Emre Can.

LOS CAMBIOS

La segunda parte empezó con el gol, y claro, así cualquiera. Se descolgó Morata de su sitio, con la complacencia de Tah, se giró y encontró a Lamine, que más allá de regatear, sabe jugar al fútbol, y como ayer lo primero no le salía, levantó la cabeza y vio la llegada de Dani Olmo, que la empujó con delicadeza. Sobrevino el arreón alemán, sólo faltaba, y eso era la prueba del algodón de la madurez del equipo. Nagelsmann no esperó y metió a Füllkrug para empezar a tirar centros y buscar el jaleo.

Sufrió España, cómo no hacerlo, pero decidió que, si había que enfangar el partido, pues se hacía. Se dedicó a hacer cosas muy futboleras: perder tiempo, parar el partido, desmayarse, hacer cambios despacio, tardar en sacar... Ese tipo de cosas, tan despreciadas siempre por los estetas y tan necesarias para ganar títulos cuando no se puede jugar bien y hacerlo bonito. Y esa parte estuvo bien, porque era lo que tocaba, pero lo que no tocaba, quizá, era dejar al equipo sin la posibilidad de amenazar al contragolpe. Así se quedó tras los cambios.

Olmo grita el 1-0 en Stuttgart.

Olmo grita el 1-0 en Stuttgart.AP

Sufrió España, cómo no, en algunos centros laterales, pero siguió a lo suyo, remangada, defendiendo, corriendo detrás de la pelota y sudando para llegar a la meta. La estrelló Füllkrug en el poste, sí, y rugió el estadio, sí, y entró Müller, sí, y todo fue un barullo, una guerra, una pelea, una tienda de grillos ensordecedora y de ahí sacó Alemania, en un centro, en el enésimo centro, el empate en el minuto 89, cuando Kimmich le ganó el salto a Cucurella y Wirtz remató en la frontal del área.

Final agónico

Seguramente merecido, porque se echó encima de España y no paró hasta conseguirlo, y seguramente también la selección pagó así las decisiones de De la Fuente, que con sus cambios dejó al equipo sin la posibilidad de amenazar al contragolpe. A falta de 10 minutos quitó del campo a Morata y a Nico para meter a Oyarzabal y a Merino, y el equipo se encogió, sin opciones de estirarse para respirar. Cuando le cayó el empate, el panorama para la prórroga era feo.

Merino festeja el gol de la victoria en el minuto 119.

Merino festeja el gol de la victoria en el minuto 119.AFP

Con un equipo mucho más pesado, se la había jugado a mantener ese 1-0 y no le había salido bien. Media hora por delante parecía mucho, y encima ya sin la inercia del que viene de atrás, sino con la de quien se ve alcanzado casi en la meta. Con Alemania también cansada, sí, pero con la sensación, en el ambiente del estadio, de que si alguien podía marcar era la anfitriona. Estuvo a punto de hacerlo de nuevo Wirtz llegando al descanso de la prórroga, pero su disparo se fue fuera por poco, igual que uno anterior de Oyarzabal. España pedía los penaltis a gritos. Deshecha, suplicaba por ellos. Los anhelaba. Los hubiese firmado con la sangre que salía de su sudor. Hasta que apareció Mikel Merino.

Los palos de Kroos son la metáfora de una gran España

Los palos de Kroos son la metáfora de una gran España

Alemania empezó con un convencimiento: futbolísticamente era inferior a España. Reconocerlo es una virtud, contrarrestarlo es un tormento. Es la razón por la que la Alemania de Nagelsmann, a la que tanto le gusta correr, empezó por asegurar la pelota y por pegar. Es sintomático que lo hiciera Kroos, uno de los tipos más inteligentes que han pasado por un centro del campo. No es su palo, pero ante esta dinámica España no había más palo que los pal

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El amargo adiós de Toni Kroos: de la impunidad ante Pedri a la extrema fatiga de la prórroga

El amargo adiós de Toni Kroos: de la impunidad ante Pedri a la extrema fatiga de la prórroga

El último balón que jugó Toni Kroos como futbolista profesional iba a morir en los guantes de Unai Simón. Un envío de seda con la bota derecha, aunque demasiado sencillo para el portero del Athletic. Ya había tocado 101 veces el jerarca alemán, aunque sin desbrozar el camino para una Alemania que sólo generó peligro en el juego aéreo. Kroos capitalizó las acciones de estrategia y asumió el liderazgo de una selección lejos de su mejor fútbol, pero que sólo inclinó la rodilla en el quinto minuto del añadido. Tras el pitido final de Anthony Taylor, las cámaras registraron ese gesto de resignación, ese abrazo sincero con Álvaro Morata, el capitán español, donde se extinguía el fútbol para uno de los mejores centrocampistas de las últimas décadas. El homenaje postrero, a través de la megafonía, supuso el único consuelo para la hinchada local. Tras 114 internacionalidades con Alemania, Kroos tuvo que decir basta tras el inolvidable cabezazo de Mikel Merino.

La resolución de un agónico partido en el Stuttgart Arena, con la mayoría de protagonistas absolutamente extenuados. Medio roto por los calambres, Kroos también logró apurar hasta el minuto 125, aunque la tarde bien pudo cambiar mucho antes para él. Porque si en los 350 minutos previos había cometido apenas dos faltas, en solo seis ya igualó su registro con una contundencia inusitada. La que opuso la pierna sobre la rodilla de Pedri fue proporcional a la que aplicó en las protestas contra el árbitro. No conforme, un par de jugadas después, el pisotón sobre Lamine Yamal preludió el primer cambio de Luis de la Fuente. De nada sirvieron las quejas del seleccionador al cuarto árbitro, porque Anthony Taylor dejó sin amonestación dos acciones que hubiesen merecido amarilla.

A lo largo de la última década en el Real Madrid, Kroos no se había caracterizado por su agresividad en los balones divididos. De hecho, tras 457 partidos entre Liga y Champions sólo recibió 36 amarillas y una roja por doble amonestación. Tampoco por las airadas protestas. Sin embargo, en este torneo donde desde el inicio quedó clara la voluntad de castigar a quien se encarase con el árbitro, Taylor pasó de puntillas por los constantes quejas del mediocentro.

La precisión en el pase

Para disfrutar de la habitual influencia de Kroos sobre el juego hubo que esperar un rato más. El que tardó en volver a su posición en la izquierda. Durante el primer tiempo, nadie en Stuttgart entregó más pases buenos (39), ni dio mayor sensación de peligro en las acciones de estrategia. No obstante, la maquinaria de Julian Nagelsmann seguía atascada. Kroos, líder del torneo en pases para romper línea de presión (125), no encontaba manera de engrasar el ataque. Los únicos momentos de inquietud para Unai Simón llegaron con las incorporaciones por la derecha de Joshua Kimmich, que aprovechaba algún despiste de Nico Williams.

El dominio de Kroos durante las cuatro jornadas previas cabía en un dato. Su 95% de acierto en los pases suponía la mejor cifra en una Eurocopa desde 1980. Durante aquella final en el Olímpico de Roma, Alemania alzaría su segundo Trofeo Henri Delaunay y España sufriría su primera experiencia traumática ante un equipo anfitrión. El 0-0 frente a Italia en el Giuseppe Meazza supuso el primer capítulo de cinco partidos donde ni siquiera pudo marcar un gol frente a la selección local.

Un pisotón de Kroos a Lamine saldado sin tarjeta.

Un pisotón de Kroos a Lamine saldado sin tarjeta.EFE

El tercero también lo iba a vivir precisamente contra Alemania. Aquel 17 de junio de 1988, un doblete de Rudi Völler decidiría el 2-0 para la selección de Franz Beckenbauer, aunque también supondría el preámbulo de una fantástica racha para España, que no se dejó ni una sola derrota en los seis siguientes partidos. Incluida la semifinal del Mundial 2010 en Durban, cuando Kroos entró pasada la hora de juego en el puesto de Piotr Trochowski. Fue el séptimo de sus 113 partidos con la Nationalmannschaft. El primero de sus cinco ante España, a quien él mismo tumbó en noviembre de 2014. Su disparo lejano en el 89 decidiría el amistoso en Balaídos.

Ese preciso minuto resultó letal para La Roja en Stuttgart. El consabido bombardeo de balones aéreos hizo posible el enésimo milagro germano. A los 21 años y 63 días, Florian Wirtz se convirtió en el goleador más joven para Alemania en una eliminatoria del torneo. Kroos, con 34 años, seis meses y un día, ya acusaba el cansancio y el lastre de una amarilla por agarrón sobre Dani Olmo. La media hora de la prórroga se iba a hacer demasiado larga para él. Sentado sobre el césped, ante la impaciencia del rival, Kroos paró el juego en un par de ocasiones para realizar estiramientos. El peor augurio para Alemania. Su primera derrota como local ante España tras ocho partidos invicta.

La UEFA sanciona a Bellingham con un partido, pero aplazado: podrá jugar contra Suiza

Actualizado Viernes, 5 julio 2024 - 13:06

Jude Bellingham se ha salvado. El Comité Disciplinario de Control y Ética de la UEFA (CEDB) le ha multado con 30.000 euros y un partido de sanción por su gesto ante Eslovaquia en los octavos de final de la Eurocopa. Eso sí, la sanción no es inmediata y podrá cumplir ese encuentro durante el próximo año. De esta forma, el centrocampista británico podrá jugar los cuartos de final del torneo ante Suiza y, si ganan, las semifinales y una futura final.

Según el organismo, Bellingham incumplió las normas básicas de conducta de la UEFA, estipuladas en su artículo 11, cuando después de su gol a Eslovaquia se dirigió a una zona de la grada y se llevó las manos a la entrepierna. Después de la polémica, el inglés aseguró que se trató de "un gesto de broma hacia algunos amigos cercanos que estaban en el partido. Tengo mucho respeto al partido que hizo Eslovaquia".

Por otra parte, la UEFA ha sancionado con dos partidos al central turco Demiral, que celebró sus dos goles a Austria realizando un gesto que se corresponde con el movimiento de los 'Lobos Grises', un movimiento de extrema derecha turca. Según la UEFA, la sanción al defensa es por no cumplir "con los principios generales de conducta, por violar las reglas básicas de conducta decente, por utilizar acontecimientos deportivos para manifestaciones de carácter no deportivo y por desprestigiar el deporte del fútbol".

Una España para unirnos (un rato) a todos: lo que va de Lamine y Nico Williams a Carvajal y De la Fuente

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La selección ha sido históricamente un foco de discrepancia nacional, algo con lo que enfadarse y discutir cuando la verdadera pasión del futbolero español, los clubes, dejaba un vacío que no se puede llenar sólo con la vaquilla del Grand Prix y tintos de verano. Incluso en la época gloriosa nos peleábamos. En 2008, el madridismo no perdonaba a Luis Aragonés que hubiera jubilado a Raúl; en 2010, el antimadridismo no perdonaba a Del Bosque que hub

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