Ni Alcaraz ni Sinner: la Davis es patrimonio de Nadal

Ni Alcaraz ni Sinner: la Davis es patrimonio de Nadal

Poco importa que al equipo italiano, defensor del título, vaya a liderarlo Jannik Sinner, el número 1 del mundo, brillante ganador de las ATP Finals, campeón también en el Abierto de Australia y en el US Open. En segundo plano queda también Carlos Alcaraz, poseedor de cuatro grandes, entre ellos Roland Garros y Wimbledon esta misma temporada, y que hace tiempo conquistó el corazón de los aficionados. Igualmente tangencial parece, con todo el respeto para los ocho países que hasta el domingo pelearán por la Copa Davis, el puro desarrollo de una competición que, todo sea dicho, no ha acabado de afinar el tiro desde que adoptó el nuevo formato, que no logra evitar cada año sonoras renuncias, como en esta ocasión la de Alexander Zverev, segundo en el ránking.

La Davis es Nadal.

Desde que el ganador de 22 títulos del Grand Slam decidió que éste sería el último torneo de su dilatada carrera profesional buena parte del interés reside, como es lógico, en su magno protagonista. Ni siquiera importa que su presencia en la cancha no esté garantizada, pues disputó su último partido individual frente a Novak Djokovic el pasado 29 de julio, en los Juegos Olímpicos de París y dos días más tarde se despidió en dobles junto a Alcaraz, con quien comparte equipo por primera vez en esta competición, su Copa Davis, gane quien gane, tenga o no mayor cuota de influencia en el desenlace.

La despedida de Nadal ha otorgado un punto de extraordinario simbolismo a esta edición del torneo, una carga de emotividad que trasciende cualquier otra perspectiva. Roger Federer precipitó su marcha, casi sin previo aviso, en la Laver Cup el 24 de septiembre de 2022, después de 14 meses sin poder jugar por sus recurrentes problemas en la rodilla derecha. Lo hizo recién cumplidos los 41 años. Su némesis, su cordial e implacable adversario, lo hace con 38, con sólo 19 partidos disputados en el curso que fenece, siete de ellos derrotas.

A diferencia del suizo, Nadal ha podido elegir un torneo oficial, también por equipos. No anda lejos Djokovic, quien quedará como el último integrante en activo de la santísima trinidad de este deporte, de sucumbir a las garras del tiempo. A sus 37 años, el balcánico, el más laureado de las tres mayúsculas figuras que han liderado el tenis desde hace más de tres lustros, aún quiere concederse un último recorrido, medir sus fuerzas frente al azote de la nueva generación. Ausente por decisión propia en el reciente torneo de maestros, buscará prolongar su suerte en el Abierto de Australia, donde cuenta con 10 títulos.

Empujado por el destino

Hay algo de destino irremediable en el momento y el lugar elegidos por Nadal. Como reconocía su tío Toni, quien le entrenó desde la infancia hasta 2017, quien aquilató su juego y su carácter, en una entrevista con este periódico, el zurdo confiaba en que una vez más podría darse una nueva oportunidad, como había hecho a lo largo de una trayectoria sembrada de espinas, con momentos que hicieron pensar en que ya no habría vuelta atrás. Su paciencia, su coraje y su determinación le empujaron a seguir intentándolo, con éxitos tan cercanos como el título del Abierto de Australia de 2022, tras levantar dos sets adversos ante Daniil Medvedev, y el de Roland Garros meses después, imponiéndose a Casper Ruud. Pero el tiempo y el desgaste de tantas batallas libradas le acabaron conduciendo a tomar la dolorosa decisión de dejar de ejercer el oficio que ha desempeñado con una pasión inquebrantable.

Ya en 2023 tan sólo pudo disputar cuatro partidos. Fue entonces cuando, consciente de las perennes dificultades, anunció que esta temporada podría ser la última. Seguramente quiso imaginarla de otro modo, aún con combustible para desenvolverse en los grandes escenarios, con Roland Garros, donde sentó cátedra durante 14 años, como la tierra prometida para dejar su aliento postrero. Llegó a París, tras poder rodarse a duras penas en el Conde de Godó y el Masters de Madrid, pero el azar se le tornó esquivo con una primera ronda frente a Zverev. La Caja Mágica le había dispensado la única despedida oficial hasta esa fecha, una vez que anunció que ya no volvería a jugar en la capital. París le dijo adiós en un improvisado homenaje, en el que llegó a dejar la puerta abierta a un eventual regreso.

Nadal y Alcaraz, en la rueda de prensa del lunes.

Nadal y Alcaraz, en la rueda de prensa del lunes.EFE

Volvió a Francia para darse el gusto de disputar sus últimos Juegos Olímpicos. Oro individual en Pekín 2008 y en dobles, en Río 2016, al lado de Marc López, hoy miembro de su equipo, se quedó lejos de optar a las medallas. Se marcha en el torneo que le vio nacer, donde empezó a plasmar todo el catálogo de virtudes que le distinguen. Ningún jugador en activo puede presumir de los registros de Nadal en la Copa Davis. Cinco Ensaladeras, la primera en 2004, con 18 años, la última hasta la fecha en 2019, aún en plena ebullición. 29 victorias en los 30 individuales disputados. Ocho en sus 12 presencias en dobles.

Mientras algunos grandes jugadores se vieron sepultados por la presión de un torneo que entraña un plus de responsabilidad colectiva, él fue de los que supo rentabilizar ese compromiso para alcanzar su máxima expresión, sean cuales fueren las circunstancias. Quién sabe si el destino, a menudo caprichoso, no le habrá reservado un final competitivo acorde a los méritos contraídos.

Toni Nadal: "Rafael siempre se dejó aconsejar y supo obedecer"

Toni Nadal: “Rafael siempre se dejó aconsejar y supo obedecer”

Guió a su sobrino desde la infancia hasta 2017 y forjó el tenis y el carácter del extraordinario jugador que disputará en la Copa Davis, la semana próxima, el último torneo de su vida. Toni resta méritos a su influencia y continúa fiel a un ideario próximo al estoicismo.

Medvedev pierde la cabeza hasta restar con la raqueta del revés: “No podía retirarme, ¿no?”

Actualizado Domingo, 10 noviembre 2024 - 17:14

Hasta ese momento era un buen partido. Incluso un gran partido. Podía haber sido el mejor partido de la fase de grupo de las ATP Finals. Hasta ese momento. En el estreno del torneo, Daniil Medvedev y Taylor Fritz se enfrentaban por el hipotético segundo puesto del grupo que lidera Jannik Sinner y todo era igualdad (4-4) hasta que el ruso cedió el primer set por culpa de una doble falta (6-4). A partir de ahí fue pura frustración. Un tremendo enfado. Medvedev rompió una raqueta contra el suelo y se acabó el encuentro.

En el segundo set, ya completamente fuera de sí, el número cuatro del ranking mundial tiró otra raqueta fuera de los límites de la pista e incluso se puso a hacer malabares para enfado del público del Inalpi Arena de Turín que se sintió estafado. Cuando Medvedev cogió la raqueta del revés para restar con el mango le cayó encima el abucheo de todos los abucheos. Al final, pese a que amenazó con retirarse, el ruso terminó el partido con derrota por 6-4 y 6-3 y se marchó al vestuario con su imagen todavía más manchada y escasas opciones de llegar a semifinales. Debe vencer a Alex de Miñaur e intentar superar a Sinner, una camino complicado.

MARCO BERTORELLOAFP

"No sé qué me ha pasado por la mente, no sé qué esperaba. Me he enfadado, me he frustrado. No era culpa de nadie, era sólo culpa mía. El break point del primer set ha sido muy duro y he empezado a pensar que ya había perdido el partido, que ya no me importaba. Tenía que acabar porque no puedes retirarte, ¿no? Así que simplemente he acabado el partido", comentaba Medvedev en rueda de prensa ante la estupefacción de los periodistas, la misma sensación que habían experimentado los aficionados.

Pese a mantenerse en la élite, Medvedev está viviendo un mal año, todavía sin títulos y lejos de los dominadores del circuito, Sinner y Carlos Alcaraz. El ruso abrió la temporada cayendo ante el italiano en la final del Open de Australia, luego sufrió al español en la final del Masters 1000 de Indian Wells, más tarde Alcaraz volvió a derrotarle en las semifinales de Wimbledon y este final de curso ha sido un martirio en ese sentido. Sinner le ganó en cuartos del US Open, Alcaraz en semifinales del ATP 500 de Pekin y de nuevo el italiano se deshizo de él en cuartos del Masters 1000 de Shanghai. Con esos precedentes llegaba desanimado a las ATP Finals, donde acabó perdiendo la cabeza.

Alcaraz abruma a Rune para desafiar por última vez a Nadal

Alcaraz abruma a Rune para desafiar por última vez a Nadal

Actualizado Miércoles, 16 octubre 2024 - 22:02

El prometido espectáculo en Riad apenas pudo estirarse durante 72 minutos, los que empleó Carlos Alcaraz en pasar por encima de Holger Rune (6-4, 6-2) para citarse con Rafa Nadal en las semifinales del Six Kings Slam. El controvertido torneo de exhibición saudí, con su desorbitada bolsa en premios pero fuera de la órbita de la ATP, albergará el último duelo entre los dos grandes colosos del tenis español. De momento, Nadal domina 2-1 en el cara a cara, aunque Alcaraz parte el jueves (no antes de las 20:00 horas) como favorito para igualar el registro.

"He visto los partidos de Rafa desde que empecé a jugar y me fijo en él. He crecido con él y ha sido mi ídolo. Todavía lo es. Es una pena que se retire del tenis. Es una persona importante en mi vida y mi carrera", aseguró Alcaraz tras su victoria. "Él fue una de las razones por las que quería ser tenista. Que ahora se retire es duro para todos", añadió el número dos del ránking ATP.

El dominio de Alcaraz sobre el alicaído Rune, que a lo largo de 2024 sólo pudo disputar la final de Brisbane, se materializó a través del látigo de su drive. Tras un inicio igualado, el reciente campeón en Pekín empezó a dominar desde el fondo para concretar el break con el que se llevaría el primer set.

Sinner, frente a Djokovic

A partir de entonces, el danés nada pudo oponer al desbordante torrente de Alcaraz. Su dominio desde todos los ángulos de la pista resultaba inabordable para el único tenista del torneo que aún no ha conquistado un major.

Fue un decepcionante desenlace para los aficionados saudíes, que tampoco habían encontrado margen para las emociones durante el partido inaugural, donde Jannik Sinner barrió del mapa a Daniil Medvedev (6-0, 6-3). De este modo, el italiano se medirá en la otra semifinal a Novak Djokovic, que llega a Arabia Saudí tras perder sus cuatro últimos enfrentamientos ante el último campeón de Wimbledon y US Open.

Alcaraz supera a Khachanov y avanza a las semifinales de Pekín

Alcaraz supera a Khachanov y avanza a las semifinales de Pekín

Actualizado Lunes, 30 septiembre 2024 - 12:31

No hay quien pare a Carlos Alcaraz en Pekín. El tenista murciano, que alcanzó las 200 victorias como profesional ante el neerlandés Griekspoor, ha sumado esta mañana una nueva victoria ante el ruso Khachanov que le permite alcanzar las semifinales del Open de China (7-5, 6-2).

Una hora y 36 minutos le bastaron al español para imponer su juego en la pista central, lograr su victoria número 46 en el circuito y adelantar al alemán Alexander Zverev en la clasificación mundial.

El encuentro comenzó muy igualado y con momentos de alta tensión. Tanto es así que el noveno juego llegó a prolongarse 19 minutos con hasta ocho situaciones de ventaja para uno u otro y con y tres bolas de break para Alcaraz que, finalmente, no conseguiría romper el servicio del ruso.

Khachanov no tuvo ninguna opción

Tras el 5-5, el murciano decidió la primera manga con una dejada y un globo decisivo que quebraron el partido y le dieron alas para cerrar el set con un mate en la red.

Ya en el segundo parcial, el español se mostró implacable rompiendo el saque de Khachanov a las primeras de cambio y dominando al momento del resto. El moscovita no encontraba la forma de frenarle y Alcaraz aprovechó su alto porcentaje de primeros servicios para cerrar el parcial por 6-2 con autoridad y sin conceder ninguna bola de break.

El tenista murciano se enfrentará en esa penúltima ronda a otro ruso, Daniil Medvedev, tercer cabeza de serie del torneo, que venció al italiano Flavio Cobolli por 6-2 y 6-4.

Carlos Alcaraz o cómo hacer historia en los días raros: "Sinceramente he tenido partidos mejores"

Carlos Alcaraz o cómo hacer historia en los días raros: “Sinceramente he tenido partidos mejores”

Antes de las semifinales de Wimbledon, Juan Carlos Ferrero deslizaba que su pupilo Carlos Alcaraz ya ha alcanzado el punto de no retorno en el despegue de cualquier leyenda: ahora gana en los días buenos, en los malos y también en los regulares. Dicho y hecho. Ante Daniil Medvedev, este viernes, Alcaraz sólo fue el mejor Alcaraz a ratos y, sin embargo, dominó el marcador para ganar por 6-7(1), 6-3, 6-4 y 6-4 y clasificarse para su segunda final del Grand Slam londinense, la segunda consecutiva, la segunda que le enfrentará al tenista más laureado de todos los tiempos, Novak Djokovic. Un reto histórico.

A sus 21 años, este domingo (15.00 horas, Movistar) el español buscará su cuarto grande, aquel que le igualaría con Manolo Santana, Guillermo Vilas o Jim Courier, con la madurez de los escogidos: ahora ya avanza pase lo que pase. «Sinceramente he tenido partidos mejores. Esta temporada he jugado mejor que hoy varias veces y en este mismo Wimbledon me he visto mejor. Por ejemplo, contra Tommy Paul, en cuartos de final, diría que mi nivel de tenis fue más alto. También influyó el estilo de mi rival, los golpes que me hizo jugar, pero ante Daniil podía haber jugado mejor», reconocía Alcaraz que al mismo tiempo aseguraba que no le preocupaba en exceso: «Voy a la final sintiéndome bien, sé cómo puedo jugar».

Recursos contra Medvedev

En sus palabras había mucha humildad por reconocer los errores cometidos y, al mismo tiempo, un análisis certero de lo ocurrido. Porque, al contrario que el año anterior, Alcaraz apenas necesitó su versión superlativa, aquella que maravilla al tenis mundial desde hace tres años. No fue un éxito fruto de la efectividad, ni tan siquiera de la puntería, fue cosa de la imaginación. Completamente afeitado, en una imagen que no lucía desde hace meses, y acompañado de toda su familia, que se quedará en Londres hasta el domingo, el ahora número tres del mundo requirió de toda su paleta de golpes para desarmar el juego defensivo machacón de Medvedev. Ahora un golpe cortado, ahora una bola alta, un toque allí, otro toque allá y, por supuesto, dejadas, muchas dejadas. Al final, el ruso no pudo más que rendirse.

«Contra Daniil sabía que no podía entrar en intercambios largos, de más de 10 golpes. Tenía que variarle mucho los golpes e intentar acortar los puntos para que no se sintiera cómodo», aseguraba el español que mejoró sobremanera durante el encuentro. En los tres últimos sets fue el dominador que es, el quinto hombre que este siglo encadena finales de Roland Garros y Wimbledon por detrás de Djokovic, Rafa Nadal, Roger Federer y Andy Murray -ahí es nada-, pero el primer set salió torcido.

Un mal inicio, un brillante final

Sin más explicación que sus nervios y ese juego de Medvedev, sufrió muchos problemas con su saque -en ese set rondó el 40% de primeros-, se movió de manera dubitativa sobre la pista y falló en los puntos decisivos -dos de ocho en puntos de break-. Que remontara dos roturas en contra y llegara al tie-break supuso un esfuerzo en vano porque en esa muerte súbita todo marchó mal. Pero luego, de repente, ¡buf!, salió el genio de la lámpara.

ANDREJ ISAKOVICAFP

En los primeros instantes del segundo set, Medvedev dio un pasito atrás y Alcaraz se comió la pista entera. Mejorando con su saque -sólo concedió una opción de rotura más en todo el encuentro-, corriendo de lado a lado como un velocista y afinando su acierto -en el primer set cometió 15 errores no forzados, en los otros tres, 20-, empezó a bailar como sólo él sabe bailar. Fue entonces cuando expuso sobre el verde todo su arsenal de recursos, las dejadas, los passing shots e incluso esa locura de globo entre las piernas al que ya parece tan acostumbrado. En el último set, resoplaba Medvedev porque otra vez, como también pasó el año pasado en semifinales, no tenía nada que hacer.

En la previa, golf y familia

«Tengo ganas de jugar la final. Ya sé lo que es estar en esa posición, se cómo lidiar con todo lo que va a pasar hasta saltar a la pista y creo que tengo el nivel para jugar», comentaba el ahora número tres del mundo que rechazaba el papel de favorito pese a haber vencido el año pasado en un partido a cinco sets para la historia y pese a la reciente lesión de rodilla del serbio. Este viernes éste superó al italiano Lorenzo Musetti con la facilidad de sus días más alegres (6-4, 7-6 [3], 6-4). «Supongo que habrá mucha gente que crea que yo tengo más opciones porque Djokovic llegaba con dudas al torneo, pero sí está en la final es porque está recuperado. Él sabe mucho mejor qué es jugar una final de Wimbledon, sabe mucho mejor que yo qué es ganarla, así que está preparado que yo», disimulaba Alcaraz.

Hoy, en la víspera de la final, el español seguramente tampoco entrenará, como ya hizo antes de las semifinales, y se iría a jugar al golf con su equipo al Royal Wimbledon Golf Club. Con sus hermanos pequeños Jaime y Sergio junto a él en Londres tendrá entretenimiento de sobras para alejar la mente del tenis y, si no, podrá distraerse con la previa de la final de la Eurocopa entre España e Inglaterra y con su ya clásica llamada de la suerte con Álvaro Morata. «Espero que sea un gran día para los españoles», deseó Alcaraz en la Central del All England Club y por ello se llevó un abucheo. Si no es un gran día, será uno regular o incluso uno malo, pero ya ha demostrado que igualmente puede hacer historia.

Medvedev pudo ser expulsado en el primer set por insultar a la juez de silla: “¡Que te jodan!”

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 18:34

Era su momento. Daniil Medvedev volaba durante el primer set con su plan de ataque, disfrutaba sobre la hierba de Wimbledon. Carlos Alcaraz peleaba para llevarle al tie-break, pero en esos instantes iniciales el ruso dominaba el juego, la pista, el marcador. Era su momento. Pero su carácter es intratable.

Con 5-3 en el marcador y el saque de su lado, Medvedev defendía una bola de break cuando después de un corto intercambio Alcaraz le tiró una dejada rápida. Corre, corre a por ella; corrió el ruso, pero llegó a impactar a la bola justo cuando había dado su segundo bote. Entonces hubo cierta confusión. Medvedev hizo como si no hubiera pasado nada y Alcaraz, al ver la reacción de su rival, pensaba que el punto seguía así que golpeó de derecha. Sólo la jueza de silla, la griega Eva Asderaki, interrumpió el juego. Con acierto advirtió del segundo bote y cantó el nuevo resultado: "Game Alcaraz, 5-4". Ahí Medvedev reaccionó a su manera.

Plantado en medio de la pista, sin aspavientos, miró a Asderaki y le soltó tres claros "¡Fuck you! [¡Que te jodan!]". Luego dejó ir algún otro insulto -"Bitch [Zorra]", según algunas televisiones- y se sentó en su silla sin más.

Alberto PezzaliAP

Asderaki, internacional desde 2001, con varias finales de Grand Slam a sus espaldas, llamó al supervisor del torneo y le explicó lo ocurrido. Según el reglamento de la Federación Internacional de Tenis (ITF), Medvedev podía haber sido descalificado, pero entre otros decidieron sólo apuntarle un warning por conducta antideportiva.

Alcaraz convierte la remontada en una rutina ante Medvedev y se clasifica para su segunda final de Wimbledon

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 17:45

Cada día, antes de ir a la cama, un salto en paracaídas. O un poco de funambulismo sobre el vacío justo al despertarse. O después de comer, en lugar de siesta, puenting. Carlos Alcaraz convive con el riesgo como algo rutinario, el peligro no existe para él. Pese a sus 21 años, se ha acostumbrado a ir por detrás en el marcador, recomponerse, remontar, brillar y finalmente vencer como si ese fuera el camino más fácil e incluso el único posible. En el presente Wimbledon hasta tres veces ha perdido el primer set y, pese a ello, ahí está, en su segunda final consecutiva, que disputará este domingo (15.00 horas) ante el vencedor del duelo entre Novak Djokovic y Lorenzo Musetti.

Para saber más

Ni Frances Tiafoe en tercera ronda ni Tommy Paul en cuartos ni Daniil Medvedev este viernes en semifinales aprovecharon la ventaja inicial por una razón muy sencilla: Alcaraz no se lo permitió. Ante Medvedev, de hecho, después de ese primer set el español no concedió más hasta llevarse el triunfo en dos horas y 55 minutos (6-7 [1], 6-3, 6-4, 6-4).

Puede parecer una anécdota, incluso un demérito, pero en realidad esos primeros sets perdidos subrayan una virtud de Alcaraz. Al contrario de lo que ocurrió en Roland Garros, el ahora número tres del mundo no está dominando cada partido en Wimbledon y en ocasiones incluso ha sido dominado. Por la velocidad del juego sobre hierba, hay más rivales capaces de conseguirlo y su margen de error es más pequeño. Pero nadie ha conseguido enviarle para casa, ni tan siquiera ha estado cerca.

Después de esos inicios erráticos, el español siempre ha sabido leer el juego, elevar su ánimo y soltar su brazo para acabar ganando. Las semifinales ante Medvedev de este viernes fueron el más claro ejemplo. Como ocurrió en el último US Open, el ruso apareció en la Central de Wimbledon con la intención de arriesgarlo todo: si le salía bien, perfecto y si no, también. Ante Alcaraz, sabe que su habitual tenis amarrategui no le sirve y muta en el jugador de ataque que raramente es. Pero el plan sólo le funcionó una hora.

Un mal inicio, un despertar genial

En esos primeros juegos, Alcaraz, que apareció completamente afeitado -una imagen que no lucía desde hace meses- y acompañado de su familia al completo, no pareció Alcaraz. Sin más explicación que sus nervios y la táctica de Medvedev, sufrió muchos problemas con su saque -en ese set rondó el 40% de primeros-, se movió de manera dubitativa sobre la pista y falló en los puntos decisivos -dos de ocho en puntos de break-. Que remontara dos roturas en contra y llegara al tie-break supuso un esfuerzo en vano porque en esa muerte súbita todo marchó mal. Pero luego, de repente, ¡buf!, salió el genio de la lámpara.

Medvedev, ante Alcaraz, este viernes.

Medvedev, ante Alcaraz, este viernes.AFP

En los primeros instantes del segundo set, Medvedev dio un pasito atrás y Alcaraz se comió la pista entera. Mejorando con su saque -sólo concedió una opción de rotura más en todo el encuentro-, corriendo de lado a lado como un velocista y afinando su puntería -en el primer set cometió 15 errores no forzados, en los otros tres, 20-, empezó a bailar como sólo él sabe bailar. Entre largos intercambios de derechas, expuso sobre el verde todo su arsenal de recursos, las dejadas, los passing shots e incluso esa locura de globo entre las piernas al que ya parece tan acostumbrado. En el último set, resoplaba Medvedev porque otra vez, como también pasó el año pasado en semifinales, no tenía nada que hacer.

Alcaraz en busca de su segundo Wimbledon: un 'reset' en Ibiza, la casa de Londres y un brazo libre

Alcaraz en busca de su segundo Wimbledon: un ‘reset’ en Ibiza, la casa de Londres y un brazo libre

Nunca una derrota es deseada, pero tampoco fue un drama. Antes de su debut este lunes en Wimbledon (14.00 horas, Movistar +), Carlos Alcaraz ganó un partido en hierba y perdió el segundo, hace 10 días en Queen's ante Jack Draper. Una sorpresa, una decepción y, al mismo tiempo, una bendición.

Un año atrás el español apareció en el All England Club en plena racha sobre la superficie verde, con ese 'feeling' tan ansiado, afinados todos los golpes, dueño de los llamados automatismos y ahora eso no pasa. Pero la inercia también es triunfal.

Después de levantar su primer Roland Garros, Alcaraz necesitaba un descanso y, con el calendario en contra, Draper le hizo el favor. La fiesta-terapia de tres días en Ibiza junto a amigos como el futbolista Sergio Reguilón no era suficiente. De hecho, tan fresca estaba su victoria en París, que Alcaraz se presentó en Queen's ante Draper con el mismo conjunto Nike que utilizó en la tierra batida.

En cuanto perdió, el ahora número tres del mundo tuvo que tomar una decisión. O volver a su casa en Murcia para entrenarse sobre la hierba natural de las pistas de atletismo Monte Romero y sobre la hierba artificial de la Ferrero Tennis Academy de Villena o quedarse en Inglaterra para prepararse allí. O, también, despejar la mente de tantísimo tenis o sumergirse de nuevo en la competición. Pese a las muchas semanas acumuladas en el extranjero escogió la segunda opción. Las ganas de revalidar su título en Londres son exageradas.

Rutinas establecidas

De hecho, en las últimas semanas, Alcaraz apenas se ha concedido días libres. Sin permiso de la organización para pisar las pistas oficiales de Wimbledon más que dos horas -una de ellas en la Central, donde venció a Daniil Medvedev por 6-2 y 1-0-, el español se recluyó en las pistas de entrenamiento del Aorangi Park.

Si acaso, como siempre, planeó alguna excursión a un parque natural, en este caso al Bushy Park de Richmond. Pero poco más. Tenis, tenis y tenis. Con sparrings como Stan Wawrinka, junto a quien se ejercitó dos días, en su equipo aseguran que ya ha alcanzado un nivel óptimo.

Después de dos semanas viviendo al sur de Londres, la adaptación a la hierba no debería ser problema. Y las rutinas para Wimbledon están más que establecidas. Como hizo el año pasado, Alcaraz ha alquilado una casa de dos plantas muy cerca del All England Club que le permitirá ahorrarse los 40 minutos de desplazamiento hasta los hoteles oficiales de Earl's Court y todos los miembros de su staff ya están a su alrededor.

Si en Queen's estuvo asistido por el entrenador Samuel López, en Wimbledon volverá a tener a Juan Carlos Ferrero en su palco y tampoco faltarán su agente, Albert Molina, su médico, Juanjo López, su fisioterapeuta, Juanjo Moreno y su preparador físico, Alberto Lladó. Entre todos han acordado que Alcaraz deje de utilizar la malla protectora que vistió en Roland Garros en su brazo derecho y que así se libere del todo. En hierba, desde el debut, necesitará su mejor drive.

Amenaza italiana

Entre días calurosos en Londres, donde se esperan máximas de 25ºC o 26ºC durante el torneo y poca lluvia, Alcaraz divisa en el horizonte otro enfrentamiento en semifinales ante Jannik Sinner, pero antes tiene trabajo. Su estreno debería ser amable, ante el estonio Mark Lajal, un tenista de 21 años, número 262 del ránking, que apenas acumula cinco partidos ATP, pero luego habrá curvas. El australiano Aleksandar Vukic, el estadounidense Frances Tiafoe o el francés Ugo Humbert le esperan antes de un hipotético enfrentamiento en cuartos ante el estadounidense Tommy Paul, reciente campeón en Queen's, posiblemente su adversario más duro hasta las citas decisivas.

Pensar en otra final ante Novak Djokovic es todavía osado, más teniendo en cuenta el estado físico del serbio. Operado de su rotura de menisco en Roland Garros, su presencia en Londres se antoja un milagro. Aún parece una incógnita cómo se encontrará en su debut este martes ante el checo Vit Kopriva, procedente del torneo clasificatorio. O en los partidos sucesivos.

Uno de ellos, de hecho, podría ser ante Alejandro Moro, el español que venció en la qualy, y que completó la lista de ocho miembros de la Armada junto a Alcaraz, Alejandro Davidovich, Pedro Martínez, Jaume Munar, Roberto Carballés, Roberto Bautista y Pablo Carreño. En el cuadro femenino habrá cinco representantes, con Sara Sorribes, Cristina Bucsa, Jessica Bouzas, Rebeka Masaroba y Paula Badosa como líder, pese a sus problemas de espalda y su complicado debut ante la checa Karolina Muchova.

Roma: otro torneo sometido a los vaivenes de la tierra batida

Roma: otro torneo sometido a los vaivenes de la tierra batida

Ya entrada la noche de este lunes se despidió Holger Rune, décimo favorito y finalista del pasado año, víctima del argentino Sebastián Báez, en el Grand Stand Arena, segunda pista del Foro Itálico. En la Central aún sudaba Daniil Medvedev, el defensor de la copa, lesionado en Madrid y duda hasta el último momento, que necesitó dos horas y 50 minutos para deshacerse de Hamad Medjedovic. El Masters 1000 de Roma sigue la misma tendencia del torneo disputado en la Caja Mágica.

Con la derrota de Stefano Napolitano frente a Nicolas Jarry, la capital italiana perdió a su último representante local. Número 125 del mundo, el jugador de Biella se había abierto paso superando de forma consecutiva a sendos lucky loosers para ganar por primera vez en su carrera dos partidos en un torneo ATP. Napolitano tiene 29 años. Es el décimo en el escalafón de su país.

Alexandre Muller, el hombre que terminó en tercera ronda con Andrey Rublev, cuarto cabeza de serie y campeón en el reciente torneo de Madrid, había perdido su cinco partidos frente a jugadores del top 10 y los ocho disputados ante adversarios del top 20. Tiene 27 años. Es el decimoprimer tenista francés. Nunca había estado siquiera en los dieciseisavos en un torneo de esta categoría.

Eliminado en segunda ronda Novak Djokovic, primer favorito, hexacampeón del torneo y seis veces finalista, ausentes por lesión Jannik Sinner, número 2 del mundo, y Carlos Alcaraz, tercero de la lista, noqueado de entrada Casper Ruud, quinto preclasificado, campeón del Conde de Godó y finalista en Montecarlo, el torneo se quedó pronto también sin Rafael Nadal, diez veces ganador del título y finalista en una ocasión, que sólo sumó cuatro juegos ante Hubert Hurkacz. Por primera vez desde 2004, ni Djokovic ni Nadal estarán en cuartos de final.

Oportunidad de reivindicación

Hombres como Alexander Zverev, ganador del torneo en 2017 y finalista un curso después, cuando parecía que su raqueta iba a llegar más lejos de lo que hasta ahora, a sus 27 años, ha prosperado, o Stefanos Tsitsipas, finalista en 2022 y tricampeón en Montecarlo, que venció a Cameron Norrie y buscará los cuartos contra Alex de Miñaur, cuentan con una buena oportunidad de reivindicarse y lanzar su candidatura a Roland Garros.

Roma es tierra de oportunidades. Con el progresivo declinar de Nadal, gran dominador de la superficie durante varios lustros, y la extensión a dos semanas de los torneos de Madrid y el Foro Itálico, la arcilla ha pasado a ser un espacio volátil.

Ganador en el ATP de Auckland, en los albores de la temporada, del primer título de su carrera, Alejandro Tabilo, 26 años, 32º, disputará ante Karen Khachanov sus segundos octavos de final de un Masters 1000, después de perder en la pasada edición en Indian Wells ante Frances Tiafoe viniendo de la fase previa. El chileno fue el héroe del domingo, con su triunfo ante Djokovic. Zhizen Zhang, 57º, sólo había ganado un partido este curso sobre polvo de ladrillo hasta que llegó a Roma y venció consecutivamente a Adrian Mannarino y Ben Shelton, 12º favorito, para situarse por tercera vez en los octavos de un Masters 1000, donde se enfrentará con Thiago Monteiro.

Los cuatro grandes torneos previos a Roland Garros contarán con distintos campeones. Hace un año, Alcaraz se impuso en Barcelona y en Madrid, Rublev lo hizo en Montecarlo y Medvedev consiguió en Roma su primer título en arcilla. Djokovic, hoy taciturno y dubitativo, salió campeón en París.