Pero, ¿quién está peor? Lesiones, espantadas y apuros en el clásico de las urgencias

Pero, ¿quién está peor? Lesiones, espantadas y apuros en el clásico de las urgencias

La Copa del Rey se presentaba como un oasis para Real Madrid y Barcelona, la oportunidad de un título que aliviara más o menos sus tortuosas temporadas. Incluso un resorte para enderezar el camino. Era fácil pensar que uno de los dos regresaría de Gran Canaria con un poderoso impulso anímico con el que afrontar su realidad, pues de las últimas 15 ediciones habían ganado 14 (con 10 finales entre ambos incluidas). Pero no sólo volvieron derrotados, -uno en la final, el otro en cuartos-, también con más problemas de los que se fueron. Este jueves se enfrentan en el Palacio (20.45 h., Movistar), un clásico de Euroliga cargado de urgencias.

Para saber más

Diez días después de que el Unicaja se proclamara campeón, al Real Madrid le falta un jugador, pues Dennis Smith Jr., uno de sus refuerzos invernales, pegó la espantada y ya está en Atlanta intentando reconducir lo que iba a ser una carrera de estrella. Para la no historia blanca quedarán los 35 minutos de juego, repartidos en cuatro encuentros, del que venía con la vitola de haber sido todo un número tres del draft. «No se ha adaptado a nuestra forma de hacer», confirmó Chus Mateo, también que nadie vendrá por él (ya se cerró el mercado Euroliga) y que se queda con los «14 que van a pelear hasta final de temporada» (Gaby Deck está en la recta final de su recuperación). Incluido un Serge Ibaka del que se deslizó su malestar por su poca trascendencia en la rotación (menos tras el fichaje de Bruno Fernando), incluso que estaba dispuesto también a salir. «Rumores que no creo que tengan una muy buen intención», en palabras de su entrenador.

Tampoco parece que el Barça vaya a fichar, pese que Joan Peñarroya confirmó ayer la lesión de Juan Núñez (inflamación del menisco externo de la rodilla derecha), del que no descarta que no vuelva a jugar en lo que resta de temporada. Se une el base madrileño a Kevin Punter, caído en Las Palmas, Jan Vesely y Nico Laprovittola. Los azulgrana se quedan con apenas un base puro en la plantilla, Tomas Satoransky (Brizuela, incluso el joven Dame Sarr, tendrán que echar una mano en la dirección), y con muchos problemas hasta para completar la convocatoria. También ellos experimentaron lo de las incorporaciones fallidas. Raulzinho Neto por lesión y el gatillazo inexplicable de Thomas Heurtel, al que hicieron regresar de China y ahora está jugando en el Leyma Coruña.

Juan Núñez y Darío Brizuela, durante la pasada Copa.

Juan Núñez y Darío Brizuela, durante la pasada Copa.MARIANO POZO / ACB PHOTO

Con todo esto, ¿quién está peor? A priori, parecería que el propio Barça, eliminado en cuartos de Copa, séptimo en ACB (11-9) y que no levanta un título desde la Liga de 2023 (sin contar sus últimos años de penurias). Los de Peñarroya tienen, eso sí, una victoria más en Euroliga. Es decir, en caso de caer hoy se quedarían igualados al Real Madrid con 14-13 (con el basket average perdido, pues los blancos ganaron en el Palau 90-97). Una victoria les daría un buen balón de oxígeno.

Porque lo cierto es que el Madrid tampoco está para muchos alardes. Desde la final perdida en Berlín, se recuperaron en parte levantando la ACB ante el UCAM Murcia, pero han vuelto a perder dos finales a un partido, la Supercopa y la Copa, ambas contra Unicaja. Son líderes de la Liga Endesa, pero su panorama en Europa a falta de ocho jornadas es alarmante. «Ahora vienen muchísimos enfrentamientos directos con equipos implicados en esta lucha, queremos hacer un buen esprint final», admitía ayer Mateo refiriéndose a la disputa de los playoffs. Es decir, acabar entre los seis primeros, algo que se antoja complicado si no empieza a ganar hoy mismo (el próximo jueves visita la pista del campeón Panathinaikos). Objetivo de mínimos sería estar al menos en el play in, que disputan a un partido del séptimo al décimo.

Vuelan los sueños de Unicaja, bravísimo campeón de Copa tras triturar al Real Madrid

Actualizado Domingo, 16 febrero 2025 - 22:09

Vuelan los sueños de Unicaja, la confirmación en el Gran Canaria Arena de un equipo que es una revolución, campeón de Copa tras pasar por encima del Real Madrid. La tercera de su historia, la segunda en tres años, el quinto título de la era Ibon Navarro. Vuelan los sueños como canta su himno, la emoción de una ciudad transferida a una cancha de baloncesto. [Narración y estadísticas (93-79)]

El Carpena estaba en Las Palmas, una fiesta en las tribunas de los que se frotan los ojos ante lo impensable, ante lo que nunca ocurría, que lo grandes no ganen la Copa. Pero este Unicaja es tan grande que es capaz de doblegar al Madrid hasta hacer gris y pequeñito, derrotándolo de principio a fin, una lección táctica y una lección emocional hasta casi humillarle. Fueron esta vez Kendrick Perry y Cameron Taylor sus puntales, como en la semifinal Alberto Díaz y Yankuba Sima. Igual da, este Unicaja es un colectivo con 14 estrellas y así lo labra el mago Ibon.

En el parqué del Gran Canaria Arena estaban los dos equipos más pujantes, con bastante diferencia, de los últimos tiempos del baloncesto español. Lo del Unicaja no es un espejismo. Ahí están sus hazañas, su porcentaje de victorias en ACB y, sobre todo, su estilo. "Nos reconocerían aunque jugáramos de rojo", presume Navarro, el tipo que lo cambió todo hace ahora tres años, cuando venía de un despido en Andorra.

Fieles a eso, fiereza, frenesí, continuidad y sello español en la plantilla y reparto de egos y responsabilidades, los malagueños avanzan y conquistan, hasta tal punto que habría que preguntarse dónde estarían si disputaran la Euroliga (renunciaron para estar en la Champions League de la FIBA, de la que son campeones, jugosa económicamente y menos exigente). Esa donde el Real Madrid pena este año, asunto que tendrá que resolver en breve.

El Madrid, pues, no era tan favorito como podría parecer. Ya fue derrotado por los verdes en la final de la Supercopa y en las semifinales de 2023 en Badalona donde Unicaja inauguró su tiempo. Era partido de tú a tú, una final de altísimo nivel desde el despertar, con triples como puñales de Osetkowski y Perry que eran un síntoma: Ibon Navarro iba a resolver sus problemas defensivos con descaro total en ataque. Así, Sima, decisivo en semifinales contra Tenerife, cometió dos faltas en 50 segundos ante Tavares. Y al poco culminó un contragolpe con un brutal mate.

Unicaja hacía que el Madrid no se sintiera cómodo y gozaba de pequeñas ventajas, apoyado en su perímetro (6 de 11 al descanso) y sobreviviendo al dominio total blanco del rebote. Hugo González, 19 recién cumplidos, irrumpió en su primera final con el descaro y la seguridad en sí mismo de las estrellas. Chus Mateo lograba mantener una defensa dura, pero no dar caza al rival. Cuando Ibaka puso por delante al Madrid, respondió Unicaja con un 8-0. Y, pese a la antideportiva a Osetkowski por golpear a Musa, los andaluces se fueron mandando al descanso (39-36).

Esa inercia se confirmó a la vuelta. Una de las razones de la falta de fluidez del Madrid era Campazzo, que lleva unas semanas sin ser él. Su primera canasta llegó entonces, cuando ya parecía una labor personal sacar a su equipo del apuro. Porque Unicaja, bravísimo, martilleaba con triples y más triples, para una ventaja que fue una alerta roja (56-44).

El triple sobre la bocina de Llull, tras recorrer la pista, fue un pequeño alivio. Como el de poco después. Pero pronto se comprobó que esta Copa no se le escapaba al Unicaja. Perry, MVP, el mejor de la noche, agarró por la pechera la responsabilidad. Kravish completó una soberbia actuación con su enésimo triple mientras Hezonja perdía los nervios y sólo Llull intentaba la heroica. Pero una técnica precisamente al balear acabó con lo que se daba. Vuelan los sueños de Unicaja, del merecidísimo campeón.

Una genialidad de Hezonja decide el alocado pulso con el Baskonia

Una genialidad de Hezonja decide el alocado pulso con el Baskonia

Actualizado Jueves, 23 enero 2025 - 23:11

Un triple de Mario Hezonja en el último segundo decantó el triunfo del Real Madrid tras un partido plagado de alternativas, con detalles fabulosos y errores incomprensibles. El Baskonia, autor de un parcial de 0-14 en el tramo final, desperdició tres tiros libres decisivos y permitió la resurrección local. Fue el momento de Hezonja, con seis puntos en los últimos 27 segundos, el único capaz de opacar la formidable actuación de Nikolaos Rogkavopoulos (22 puntos, 11 rebotes). [Narración y estadísticas (90-89)]

El equipo de Pablo Laso, fortalecido en su moral tras su reciente triunfo ante el Panathinaikos, ofreció su mejor nivel en el Movistar Arena. Su superioridad en el rebote ofensivo (21 capturas) desesperó al Madrid durante buena parte de la noche. Sin embargo, dos errores desde la línea de personal de Kamar Baldwin y otro de Luka Samanic, autor minutos antes de un extraordinario mate ante Edy Tavares, condenaron a los vascos.

La cohesión del Baskonia hizo tambalear los esquemas de Chus Mateo, que nunca vio a su equipo con el control de la situación. Ni siquiera la firme dirección de Facundo Campazzo (22 puntos, seis asistencias) pudo mantener al Madrid al frente con cierta continuidad. Los visitantes disponían de segundas oportunidades y la polivalencia de Chima Moneke (14 puntos, 10 rebotes) ofrecía aún más solidez a su plan.

Tras innumerables alternativas se llegó a los cinco últimos minutos, cuando Laso perdió un challenge por una acción sobre Campazzo. Tras la revisión, el argentino anotó tres tiros libres. Con la lógica frustración, el técnico vitoriano fue castigado con una técnica por protestar una falta sobre Dzanan Musa. Del 74-75, el parcial de 10-0 colocaba al Madrid en una posición de privilegio. Pero entonces surgieron Rogkavopoulos, con cinco puntos consecutivos, Moneke, autor de un 3+1, y dos libres de Samanic para un 84-88 que parecía definitivo a falta de 69 segundos.

Entonces, la inspiración de Campazzo y la muñeca de Hezonja (22 puntos en 24 minutos) desataron la euforia en la hinchada local. Un frustrante desenlace para Laso, ovacionado al comienzo de la noche, como tributo a sus 22 títulos y 860 partidos al frente del Real Madrid.

El Real Madrid apabulla al Mónaco y da otro paso para su rehabilitación

El Real Madrid apabulla al Mónaco y da otro paso para su rehabilitación

Actualizado Jueves, 19 diciembre 2024 - 23:25

El Real Madrid, ofreciendo su mejor versión del curso, no dio opción al Mónaco y cerró con sobresaliente una doble jornada semanal de la Euroliga, que había arrancado con otra convincente victoria en París. El equipo de Chus Mateo recuperó el baloncesto que le había hecho ganar adeptos por todo el contintente, con transiciones rápidas, con defensas pegajosas bajo el aro y con la creatividad de Facundo Campazzo. [Narración y estadísticas (94-72)]

El base argentino comandó las operaciones en los dos primeros cuartos, con un repertorio de fabulosas asistencias, incluida una entre las piernas y sin mirar para Hugo González y otra que acabó en mate de Eli John Ndiaye tras darle continuidad Usman Garuba. El pívot, tras dejar atrás los problemas físicos, fue la otra gran noticia del Madrid. Un claro contraste con la situación de Xavier Rathan-Mayes, vestido de chándal por tercera vez consecutiva y que apunta a estar más fuera que dentro.

De todo ello fue espectador un Mónaco tibio, alumbrado por el brillo parpadeante de Mike James, pero opacado en el rebote. El equipo de Vassilis Spanoulis se pasó sin anotar los cinco primeros minutos del segundo cuarto y no logró arreglar nada con un parcial posterior de 11-3 (53-35, m.20).

Tiempo para las rotaciones

El Real Madrid más disfrutón del curso lo fue también en defensa, dejando a un rival de postín en 47 puntos a la media hora y arreglando con solidez atrás los minutos su menor anotación en el tercer cuarto. Un breve lapso que no le impidió acabar haciendo 24 en ese tramo y encarar el decisivo con 30 de ventaja (77-47, m.30).

Lo que se vio hasta el cierre fueron unas rotaciones que ya habían empezado antes, con Andrés Feliz acumulando los minutos que no necesita Campazzo y Hugo González echando gasolina al tanque de la experiencia en la máxima competición continental. Además pudo seguir creciendo tras su lesión Dzanan Musa, autor de 22 puntos y 26 dígitos de valoración en 23 minutos.

A la espera de lo que suceda el domingo en Valencia ante otro líder, este el de la ACB, los blancos caminan con paso firme en una semana que puede ser de resurrección, con dos exhibiciones ante su público contra el Río Breogán y el Mónaco y un triunfo a domicilio en París.

El Real Madrid se da una alegría y tumba al líder en París

El Real Madrid se da una alegría y tumba al líder en París

Actualizado Martes, 17 diciembre 2024 - 23:38

La visita a la pista del líder de la Euroliga se saldó con el tercer triunfo a domicilio de la temporada para el Real Madrid, que firmó en el Adidas Arenas su actuación más completa del curso. Facundo Campazzo (19 puntos, seis asistencias) y Walter Tavares (10 puntos, 14 rebotes, tres tapones) acabaron con la resistencia del Paris Basketball, que hasta ese momento sólo había inclinado una vez la rodilla como local. [Narración y estadísticas (85-96)]

Tras la debacle ante el Zalgiris, Chus Mateo dejó fuera de la convocatoria a Xavier Rathan-Mayes y sin un solo minuto a Serge Ibaka. Una pequeña revolución para este grupo tan necesitado de rearme anímico. La baja de última hora de TJ Shorts, que venía promediando 19,3 puntos y 7,9 asistencias, supuso otro alivio para la defensa blanca, que venía haciendo aguas desde septiembre.

Pese a la ausencia del base, el equipo de Tiago Splitter amenazó desde el perímetro gracias a la inspiración de Maodo Lo (30 puntos, siete asistencias), indetectable durante los primeros minutos. Tras el intercambio de golpes, el Madrid empezó a hacerse sentir gracias a la intensidad de Andrés Feliz y Usman Garuba, estandartes de la segunda unidad, tan fuera de onda en las últimas semanas.

La frescura de Hezonja

El Paris Basketball se sostenía gracias a los triples de Nadir Hifi (16 puntos al descanso), pero el vigente subcampeón replicaba con algo más que consistencia. Al control de los tableros (49 rebotes, 18 más que el rival) había que añadir la frescura de Mario Hezonja (17 puntos). Un balón de oxígeno para el genio croata, otro de los señalados ante Fenerbahçe y Zalgiris.

Con ocho triples al descanso, el Madrid lucía un aspecto más jovial, mientras los franceses sólo reunían acciones aisladas. Aun así, con un triple de Hifi, el Madrid sintió otra vez el vértigo a 3:31 para el final (78-80). Entonces, un 2+1 de Campazzo, un triple de Hezonja y el acierto desde el tiro libre de Gabriel Deck hicieron añicos cualquier atisbo de remontada.

No hubo opción para la fatalidad, como ante el Maccabi o el Asvel. El Madrid pudo disfrutar de un desenlace tranquilo, mientras los 8.000 espectadores daban por perdido el liderato, que pasa ahora a manos del AS Mónaco. El equipo de Vassilis Spanoulis, reciente sustituto de Sasa Obradovic, rinde visita el jueves al WiZink Center.

El pesar de Chus y los gestos de Txus

El pesar de Chus y los gestos de Txus

Actualizado Domingo, 8 diciembre 2024 - 22:09

Un entrenador de Euroliga y Liga Endesa comparece 172 veces a rueda de prensa y es preguntado 258 veces de modo flash. Antes, descanso y final de los partidos. Eso da aproximadamente 430 ocasiones por curso respondiendo sin dar muchas pistas de nada pero educación y talante, todo. Preferiblemente largo en la explicación. Y que no parezca contrariado. El que pierde el equilibrio emocional más veces es el que termina cayendo. O no. El desgaste expo

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Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Un Madrid sin rumbo naufraga ante el Fenerbahçe

Actualizado Jueves, 5 diciembre 2024 - 23:04

El sexto y último triple de Nigel Hayes-Davis, con el reloj casi a cero, soliviantó a la afición del WiZink, que despidió al Real Madrid con algunos pitos tras su octava derrota en 14 jornadas de la Euroliga. Dos días después de su derrota en el último segundo en Villeurbanne, los blancos naufragaron sin remedio ante el equipo de Sarunas Jasikevicius, liderado por el ex alero del Barça, autor de 33 puntos. [Narración y estadísticas (70-82)]

Por segundo año consecutivo, el equipo de Estambul se llevó el triunfo del WiZink, ahondando en la crisis del Madrid. Tras un arranque esperanzador, los locales volvieron a ofrecer un nivel muy pobre. No sólo a la hora de mostrar una mínima competitividad defensiva, sino a nivel anímico. Al triunfo en el Palau, después de dos prórrogas, le siguen estos tres tropiezos consecutivos (Joventut, Asvel y Fenerbahçe).

Del 20-12 con el que se cerró el primer cuarto, gracias a algunos destellos de Sergio Llull y Facundo Campazzo, se pasó a un parcial de 4-20, cerrado con un triple de Nicolo Melli. Las dudas volvían a acechar al vigente subcampeón del torneo, con el rumbo cada día más perdido.

Tortura y desesperación

De los vestuarios asomó el Madrid con cierto empaque, apretando para fortificar su aro auxiliado por Walter Tavares. El pívot no solo cerró la puerta de los suyos, sino que además encadenó seis puntos seguidos. Aun así, acabó recuperando la compostura el Fenerbahçe hasta tal punto que, de manera silenciosa y desprovisto de arabescos innecesarios, acumuló un 0-9 para lograr una renta de 13, la mayor del enfrentamiento, a la media hora (47-60, m.30).

No frenó ahí la tortura ya que el cuarto decisivo se inició con un triple de Hayes-Davis, quien durante toda la tarde dio la sensación de encontrarse en el patio de su casa, haciendo diana con una fluidez pasmosa. Las circunstancias adversas no hicieron que el Madrid bajara los brazos. De hecho, por momentos amagó con acercarse y dejó un par de mates de bella factura, especialmente uno de Mario Hezonja de espaldas.

Pero así como el curso pasado daba la sensación de que el equipo era capaz de remontar en cualquier situación, por muy mal que pintase, en este el panorama es completamente opuesto, dejando incluso imágenes de desesperación como la del propio Hezonja, expulsado tras dos técnicas consecutivas. El Fenerbahce, con oficio, cerró un triunfo merecido y aumentó las dudas de un rival que cada vez preocupa más.

El Real Madrid gana su primer partido a domicilio de la forma más insospechada: cinco bajas, una zona y recital de Hezonja ante el subcampeón

El Real Madrid gana su primer partido a domicilio de la forma más insospechada: cinco bajas, una zona y recital de Hezonja ante el subcampeón

Tantas veces la necesidad hace virtud. A la séptima, el Real Madrid al fin se encontró a sí mismo lejos del Wizink, nada de mediocridad, ni rastro de los desplomes en la recta de meta ni del desacierto desesperante. Ganó en Murcia, nada menos, su primera victoria a domicilio del curso ya en noviembre. [64-85: Narración y estadísticas]

Para saber más

Aplastó al UCAM, al subcampeón, para olvidar los males anteriores. Llegó a dominar por 28 (53-81) ya en el último acto, todo roto, tras un ejercicio de aplomo y seriedad con lo poco que tenía. Que es mucho. Hasta Sidi Gueye, con sus 17 años, fue un titán ante los de Sito Alonso. Tavares, Hezonja (21 puntos, cinco triples), Llull (16)... un recital ante un rival impotente. Y otros dos debuts para soñar: el alemán Declan Duru y el español Gildas Giménez.

Como para enredarlo todo aún más, a Chus Mateo el desafío en Murcia, la reedición de la última final ACB, después de una semana doble de Euroliga a domicilio (doble de derrotas también), se le complicó al máximo. Nada menos que cinco bajas. A los cuatro ausentes en Belgrado (Garuba, Feliz, Ibaka y Musa) contra el Maccabi se unió Rathan-Mayes por su paternidad. Ocho jugadores de la primera plantilla (Hugo González incluido) y tres canteranos para asaltar una de las canchas más ásperas de la ACB, para romper el maleficio (mental y deportivo) lejos del WiZink.

Para que la herida no supurara más y, de paso, para no perder comba también en la clasificación de la ACB. Pero Mateo, ante las adversidades, tejió un plan. Recordó aquellas semanas de locura previa a la consecución de la Euroliga 2023, la serie también marcada por las bajas ante el Partizan, la zona defensiva que le impulsó a los cielos. Y, desde el minuto uno en Murcia, sus pupilos se parapetaron en ese recurso, tan viejo como efectivo. Juguetearon con las dudas locales, con sus fallos de inicio (un triple de 11) para amasar una ventaja sobre la que asentar su juego y reinar en el Palacio murciano.

Hezonja anota ante Rodion Kurucs, en Murcia.

Hezonja anota ante Rodion Kurucs, en Murcia.ACB Photo

El Madrid llegó a dominar por 16 en la primera parte con un Tavares absolutamente dominante (al que el canterano Sidi Gueye dio breves pero sólidos descansos), con el rebote como aliado, pero los triples locales tenían que llegar. Fue el último de la rotación de Sito Alonso (que también tenía las bajas de Caupain y Todorovic), Artur Kurucs, el que desatascó. Se le unió Dylan Ennis y su hermano Rodion encendió la mecha de la energía en defensa. Se arrimó el UCAM, favorecido también por las pérdidas visitantes, aunque no demasiado: Deck y Hezonja estaban para mantener la ventaja al descanso (31-40).

El Madrid continuó pétreo, como si la precariedad de piezas le hubiera reforzado. Tavares reinaba, Llull y Hezonja anotaban con facilidad y la zona era un parapeto efectivo, con Abalde siempre tomando decisiones inteligentes (hasta las faltas). Avanzaba la tarde en Murcia con Carlos Alcaraz en primera fila y no había nada que hacer. Los triples fuera de guion de Hezonja, los zarpazos de Eli Ndiaye, los puntos y rebotes silenciosos de Deck y Campazzo, que ni siquiera fue titular, para manejar la ventaja. Así, de una forma tan insospechada como contundente, el Real Madrid volvió a ganar en la carretera. El jueves, en Milán, le toca refrendar.

El Madrid se deshace en el último minuto ante el Maccabi

El Madrid se deshace en el último minuto ante el Maccabi

Actualizado Jueves, 31 octubre 2024 - 22:52

Un parcial de 7-0 en los últimos 98 segundos, coronado con un gran lanzamiento desde seis metros de Saben Lee en el último segundo, obraron la remontada del Maccabi en la Sala Pionir de Belgrado, donde el Real Madrid protagonizó un nuevo capítulo en su pésima racha a domicilio. La sexta del curso. La cuarta en la presente Euroliga. [Narración y estadísticas (79-78)]

De nada sirvieron los 18 puntos de Mario Hezonja, ni los 16 puntos y siete asistencias de Facundo Campazzo, porque el vigente finalista del torneo volvió a ofrecer preocupantes errores de concentración. No sólo a la hora de cerrar el rebote defensivo, sino para sentenciar a un adversario que venía de sumar tres tropiezos consecutivos.

En esa precupante montaña rusa de sensaciones, el Madrid dejó escapar un triunfo que parecía seguro. Una espectacular bandeja Xavier Rathan-Mayes, más dos tiros libres de Campazzo y una bandeja de Gabriel Deck subían el 72-78, que dejaba casi en la lona al cuadro de Oded Kattash. Sin embargo, la reacción hebrea tomó forma tras un espectacular triple de Jasiel Rivero y la fallida réplica, escupida por el aro, de Hezonja.

La zurda de Jokubaitis

Rokas Jokubaitis, uno de los más inspirados del Maccabi, dibujó entonces una gran jugada para que Rivero anotase desde abajo (77-78). Con 36 segundos por delante, Campazzo forzó una penetración, pero ni su intento, ni el posterior palmeo de Edy Tavares y Deck dieron fruto. Sergio Llull pudo robar ante Jokubaitis, aunque los árbitros, tras la revisión en vídeo, otorgaron la última posesión al Maccabi.

Entonces, Lee mostró ese descaro anotador que había cautivado a los ojeadores del Maccabi. Nada se pudo objetar a la defensa de Deck, que provocó un lanzamiento muy forzado. Sin embargo, el ex base de los Pistons rubricó una de esas canastas que pueden marcar un cambio de tendencia para el eterno campeón israelí. De momento, la inercia negativa corresponde al Madrid.

Chus Mateo, una victoria terapéutica y la carta de la niña Paula: "Te quería decir que eres un entrenador buenísimo"

Chus Mateo, una victoria terapéutica y la carta de la niña Paula: “Te quería decir que eres un entrenador buenísimo”

Fue una noche de alivio, de esas que luego, con el paso del tiempo, los partidos y la llegada de la lucha por los títulos, se recuerdan. "Muchas veces en las temporadas hay un antes y un después...", deslizó Chus Mateo, bastante tranquilo pese al ruido que había antes a su alrededor, las llamadas a la crisis por un inicio de curso, bien es verdad, tan lejos de lo acostumbrado.

Para saber más

Porque sí, el Real Madrid de las cinco bajas y los cuatro fichajes había perdido cinco partidos y ganado sólo tres. Y todavía sigue sin saber lo que es imponerse a domicilio (tendrá que esperar). Venía de caer consecutivamente en Bilbao y Vitoria y ahí estaban sus porcentajes desde el perímetro, sus puntos encajados, los fallos desde el tiro libre y las pérdidas. También la imagen, mala en general, peor con las declaraciones siempre sin filtro (más vale que se acostumbren) de Mario Hezonja.

Pero llegó el Panathinaikos, el amenazante campeón de Europa, el de la final de Berlín, y todo cambió. Hubo ambiente de partido grande en el WiZink, sin atisbo de run run. Quizá ayudó el contundente comienzo (19-5). Y hubo "consistencia", capacidad de manejar la ventaja, de no venirse abajo con las embestidas griegas (tremendo Ataman, que borró a uno de sus fichajes estrella, Lorenzo Brown, tras su mal comienzo: no jugó más).

Hubo personalidad. Con, por supuesto, Campazzo a los mandos. Y con un reivindicativo Alberto Abalde, agresivo en defensa y al fin acertado, 12 puntos fundamentales tras el descanso. Rathan-Mayes no jugó demasiado, pero mostró su predisposición. Hezonja estuvo en segundo plano, pero anotó un triple tranquilizador al final. Tavares y Musa dominaron. Y quizá sólo Ibaka siguió lejos de lo que se espera de él.

Mateo habló de la "ambición, el carácter, el hambre y la concentración", destacando mucho "perder sólo cuatro balones". Habló de Abalde, cómo no. "Brillante", dijo primero. "No puedo pasar por aquí y no nombrar a un jugador que ha defendido como lo ha hecho él. Es un guerrero y siempre está ahí", destacó después.

Pero entre la balanza de las cosas buenas y de lo que toca mejorar para seguir creciendo, Mateo, que también mencionó la cervecita de después, quiso hacer un guiño cariñoso a esas cosas "que dan aire" más allá de lo puramente baloncestístico. A su lado, en la sala de prensa del WiZink, tenía un papel. "Es la carta de una niña y dice así: 'Me llamo Paula y tengo 11 años. Soy madridista y me encanta el baloncesto. Te quería decir que eres un entrenador buenísimo, que sois un equipazo. Que sepáis que vuestra afición siempre va a estar ahí para animaros. Hala Madrid'. Me ha dado un aire que no veas", admitió con emoción el técnico del Madrid.