Carolina Marín vuelve a entrenarse cinco meses después de su grave lesión en los Juegos Olímpicos de París

Carolina Marín vuelve a entrenarse cinco meses después de su grave lesión en los Juegos Olímpicos de París

Actualizado Lunes, 30 diciembre 2024 - 16:57

La jugadora de bádminton Carolina Marín ha vuelto a entrenarse este lunes después de la grave lesión de la rodilla derecha que sufrió el pasado 4 de agosto en los Juegos Olímpicos de París, cuando se rompió el ligamento cruzado anterior y los dos meniscos.

Marín ha colgado un vídeo en su cuenta de X en el que se la ve haciendo ejercicios de movilidad sobre una cancha de bádminton en las instalaciones del Consejo Superior de Deportes, aunque sin coger la raqueta.

"Acabar el año de esta manera me hace muchísima ilusión y quería compartirlo con vosotros. Siempre me habéis apoyado cuando me he caído, por eso la felicidad de un día como el de hoy también os pertenece un poquito", afirma la jugadora onubense en su mensaje, acompañado de la etiqueta "puedo porque pienso que puedo".

La vuelta a los entrenamientos casi cinco meses después de la rotura supone un nuevo paso en el empeño de Marín de volver a la competición, si bien no hay estimación de cuándo podría volver a participar en un torneo.

Marín sufrió su tercera lesión grave de rodilla de su carrera en la semifinal de los Juegos cuando encarrilaba su pase a la lucha por el oro frente a la china Bing Jiao He en el segundo set.

Tres días después del percance, fue operada en Madrid para reconstruirle el ligamento cruzado de su tendón rotuliano y coserle los dos meniscos.

Marín comunicó el pasado 24 de noviembre que su recuperación iba por buen camino, pero que no tenía intención de precipitar su vuelta a las pistas como en el pasado, ni fijarse plazos, y que cogería la raqueta "en el momento adecuado".

"Lo más importante para mí eran los Juegos Olímpicos y eso ya ha pasado. Por lo tanto, no tengo ninguna prisa. No quiero correr, ya corrí demasiado en las dos lesiones anteriores, así que ahora mismo estoy intentando aprovechar y disfrutar de este tipo de eventos", comentó la volantista, oro olímpico, tres veces campeona del Mundo y premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024.

La pretensión apuntada por Marín es disputar el Campeonato Europeo de Bádminton que se celebrará en España en 2026 y para el que Huelva se perfila como sede. "Es una ilusión muy grande en el horizonte. Me haría mucha ilusión volver a competir allí, en mi tierra, con toda mi gente", confesó a finales de noviembre en la presentación de un documental sobre su trayectoria.

Carolina Marín, la rodilla de España, o cuando no es necesario triunfar para ser grande

Carolina Marín, la rodilla de España, o cuando no es necesario triunfar para ser grande

Heredera de una tradición de pioneros que ella renueva actualizándola, Carolina Marín es la figura deportiva española del año. Una de ellas. La que menos ha ganado y la que más ha sufrido. No es necesario triunfar para ser grande, para ser de los más grandes. No, al menos, siempre y por completo. Sólo los mejores de entre los mejores pueden sobreponerse a la derrota hasta el punto de negarla, e incluso de transmutarla en victoria no sólo moral.

Carolina Marín es una pionera contemporánea. Una contradicción sólo aparente. A diferencia de sus predecesores en la categoría, y como el patinador Javi Fernández, otro de esos deportistas insólitos en un ecosistema casi yermo, nació en una España ya plenamente moderna, avanzada, receptiva, abierta a unas posibilidades de las que carecieron sus antecesores, que, por otra parte, no habían estado del todo aislados. Bahamontes, Santana, Nieto, Ballesteros, los Fernández Ochoa (Paquito y Blanca) y compañía seguían una estela no exenta en absoluto, en muchos casos, de innegable valía. Antes de Bahamontes existían el ciclismo y los ciclistas. Antes de Nieto, las motos y los motoristas. Antes de Ballesteros, el golf y los golfistas. Antes de los Fernández Ochoa, el esquí y los esquiadores... Lo que estos hombres y algunas mujeres, todavía pocas, hicieron fue elevar, por primera vez, su deporte, y el español de todos nosotros, al máximo nivel mundial. Fueron más pioneros en el triunfo que en la irrupción. Supusieron una revelación más que una primicia.

Pero Carolina Marín partía poco menos que de cero. O de menos cero. Practicaba el bádminton, una modalidad ajena a nuestros gustos, tradiciones, perspectivas y apetencias. Cuando ganó en 2014 el primero de sus tres Mundiales, había 6.800 licencias en España. Ahí al lado, ahí arriba, Francia ya contaba con 60.000 nada menos que tres lustros antes. En Asia eran incontables. Sólo en China existían 100 millones. Sin embargo, Carolina, española y andaluza, se convirtió también en campeona olímpica. Un hecho insólito, impensable, anómalo. Era, para entendernos, como si un japonés saliese a hombros de La Maestranza, o como si, desplazándonos hasta Murcia, un chino ganara en La Unión el Primer Premio del Cante de las Minas.

Carolina es, además de una estrella, un misterio casi teológico. Una gozosa excentricidad que ha ampliado los horizontes del deporte español. El público, gratamente sorprendido, se ha prendado de ella, atraído por la sorpresa inaugural, en lugar de rechazar la novedad incomprensible. La originalidad ha contribuido a orientar hacia su persona las preferencias paternales, fraternales de la gente. Esa originalidad autoriza de modo suplementario su elección como estrella del deporte español en 2024, con la misma legitimidad que, en año olímpico, los españoles medallistas en París.

Las lágrimas de todos

Cuando el 4 de agosto, en los Juegos parisinos, disputaba las semifinales ante la china Hi Bing Jiao, una de las mejores jugadoras del mundo, su rodilla derecha, la misma que en 2019 le cerró el camino a los Juegos de Tokio '2020 para revalidar el oro de Río2016, se rebeló bruscamente. Se quebró con un crujido de rama seca, de raíz astillada, que sólo escuchó Carolina, pero cuyo eco se extendió, gimiente, por el país. Carolina iba derecha, por la vía rápida, a la final. Viajaba sin escalas destinada a una medalla que se le ofrecía sin disimulo. Había ganado el primer set por 21-14. Y mandaba en el segundo por 10-5.

Su rodilla fue la rodilla de España. Su grito, el grito de España. Sus lágrimas, las lágrimas de España. Y España le otorgó la máxima distinción que concede a un deportista no sólo español: el Premio Princesa de Asturias, que no es un galardón ligado exclusivamente a la actualidad. El concedido a Carolina es el del reconocimiento a toda una carrera, el de gratitud a todo un ejemplo, el de desagravio a unas rodillas rotas tres veces: en 2019 (la derecha), en 2021 (la izquierda), en 2024 (de nuevo la derecha). De las cenizas de las dos primeras resurgió como un Ave Fénix de Huelva. Tras los daños de la tercera, a los 31 años, Carol es de nuevo una primeriza.

Se ha pasado Carolina la vida reinventándose, reconstruyéndose. Es una novia y una viuda de sí misma. Vestida de blanco y de luto, quiere volver a empuñar la raqueta en 2025 para tratar de ser plenamente competitiva en 2026, en el Campeonato de Europa, que se disputará en España y donde se retiraría. Quizás en Huelva, que se ha postulado para acoger el evento. Largo nos lo fía. Alto nos lo confía. Entretanto, 2024 nos la ha regalado doliente y optimista, suya y nuestra, envuelta en aromas de afecto popular y simbólicas galas principescas.

La parálisis de la España olímpica: un modelo de alto nivel bajo sospecha y la cota aún inalcanzable tres décadas después

Actualizado Lunes, 12 agosto 2024 - 07:16

El resultado de España es malo. La tentación es hablar de fracaso, dadas las expectativas creadas, pero la palabra exacta es la de parálisis. Con 18 medallas, España continúa en la horquilla de entre 15 y 20 metales en la que se ha movido después los Juegos de Barcelona, hace ya 32 años. Las 22 medallas de entonces, 13 de oro, permanecen como un récord que no ha podido ser batido en París, pese a contar con la segunda delegación más importante de

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Carolina Marín siembra dudas sobre su futuro tras la lesión en París: "No sé si volveré a coger una raqueta"

Carolina Marín siembra dudas sobre su futuro tras la lesión en París: “No sé si volveré a coger una raqueta”

Actualizado Domingo, 11 agosto 2024 - 15:33

Días después de que se confirmara la tercera rotura de ligamento cruzado en la carrera deportiva de Carolina Marín, la deportista onubense ha grabado un vídeo en el que ha explicado cuál es la situación personal que atraviesa tras su lesión mientras disputaba la semifinal de los Juegos Olímpicos y las dudas que tiene sobre su futuro : "No sé si volveré a jugar o a coger una raqueta de bádminton."

Además de agradecer de corazón el gesto de su rival, He Bing Jiao en el podio, su abrazo al terminar el partido y el cariño que la jugadora le ha mostrado en estos días, Carolina Marín también ha asegurado que se encuentra "destrozada" y que ha sido, posiblemente, "el golpe más duro" de toda su trayectoria.

Esta rotura de ligamento cruzado y de menisco ha sido la que más grave de las tres sufridas hasta el momento y por ello ha afirmado que necesita "mucho tiempo" para recomponerse física y mentalmente. "Tengo el alma destrozada, no sé que va a ser de Carolina Marín en un futuro".

Por último, también ha agradecido todo el cariño que le ha mostrado la gente en estos últimos días con los miles de mensajes que ha recibido a través de redes sociales." Sé que no me he traído una medalla de oro, pero esa medalla me la habéis devuelto vosotros con todo el cariño y el apoyo", ha declarado.

Carolina Marín: "Necesitaré más tiempo para asimilar esto bien"

Carolina Marín: “Necesitaré más tiempo para asimilar esto bien”

Actualizado Martes, 6 agosto 2024 - 15:58

Carolina Marín se lesionó mientras dominaba las semifinales de bádminton en los Juegos contra la china He Bing-Jiao. La deportista ha emitido un comunicado que ha difundido en sus redes sociales en el que expresa que el domingo sufrió "uno de los momentos más difíciles de mi vida. Han pasado unos días pero necesitaré más tiempo para asimilarlo bien".

Durante el encuentro se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, le impidió seguir con el partido y dejó a un lado cualquier posibilidad de optar a una medalla. Marín decide llevar la lesión "de la mejor manera posible", pues tal y como ha expresado "la vida nos pone en situaciones que no queremos vivir y que nadie merece, pero debemos asumirlo".

Se ha mostrado muy agradecida por todo el cariño que está recibiendo, ha expresado que nunca antes había recibido tanto y que está "siendo inabarcable". Pero de entre todas esas muestras de afecto ha querido destacar la que ha tenido He Bing-Jiao, que posó en el podio sosteniendo su medalla de plata en la mano izquierda y un pin de España en la mano derecha. Carolina ha expresado que es "uno de los gestos más bonitos que han tenido hacia mí jamás y siempre le estaré increíblemente agradecida".

Ha querido recordar que "a veces usamos el deporte como ejemplo para la vida. Y el domingo también fue así: si trabajas duro y te esfuerzas más que nadie en cumplir tus sueños, estos se pueden hacer realidad. Pero no siempre ocurre" comentó. Ha destacado que ella sí cumplió "los sueños de la niña que salió de Huelva hace mucho tiempo, pero tenía otros por cumplir". Y ha afirmado que "no pasa nada" que la vida sigue y que ella seguirá buscando sus sueños.

Carolina Marín llega a Madrid, se somete a pruebas y se emociona con el gesto de su rival china: “Estoy destrozada”

Actualizado Lunes, 5 agosto 2024 - 14:11

En el entorno de Carolina Marín cuentan que no lo esperaba. La china He Bing Jiao, su rival en las fatídicas semifinales de los Juegos de París en las que volvió a romperse la rodilla, subió al podio a recoger su plata -perdió en la final-, con un pin de España. Un bonito homenaje. Una sorpresa porque Jiao no tenía mucha relación con Marín y porque la cultura china no es muy dada a este tipo de expresiones. "Podéis imaginar cómo está, pero ha visto la fotografía de Jiao y le ha emocionado", comentan quienes la conocen.

Para saber más

La jugadora aterrizó este lunes en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, y allí la recibió un grupos de aficionados que le dedicó una ovación y la vitoreó: "¡Campeona, campeona!". "Todavía no he podido ver todo (refiriéndose a las muestras de cariño), pero quiero dar las gracias a todo el mundo. Estoy destrozada, no puedo decir otra cosa. Me voy ahora mismo al hospital y a ver qué sale. No sé si me tienen que operar, voy directamente al hospital y ahí tomaremos decisiones. Gracias por el apoyo", dijo ante los medios que la esperaban en la terminal.

Durante toda la mañana se estuvo haciendo pruebas en la Clínica CEMTRO, donde fue operada las dos veces anteriores, por el doctor Pedro Guillén. Las primeras exploraciones, realizadas en el centro médico de la Villa Olímpica, apuntaban a una rotura del ligamento cruzado de la pierna derecha, aunque no se hará oficial hasta que haya un diagnóstico seguro. Marín se rompió por primera vez ese ligamento de esa misma rodilla a principios de 2019, en Indonesia. Luego, dos meses antes de los Juegos de Tokio 2020 sufrió la misma lesión, pero está vez en la rodilla izquierda y con afectación también al menisco.

Desde el mismo entorno de Marín aseguraban que ni tan siquiera habían valorado la opción de recibir una medalla de bronce honorífica y que esa iniciativa, si realmente existía, no había salido de ellos.

España entera llora la retirada por lesión de Carolina Marín: "Vamos a solicitar el bronce honorífico"

España entera llora la retirada por lesión de Carolina Marín: “Vamos a solicitar el bronce honorífico”

Actualizado Domingo, 4 agosto 2024 - 11:53

Lo que estaba siendo una mañana tranquila en París, en la que España iba a asegurarse otra medalla con una de sus grandes bazas, ha terminado convirtiéndose en un drama. Carolina Marín, que dominaba su partido de semifinales ante la china He Bing-Jao (21-14 y 10-5 en el segundo set), ha tenido que retirarse por una lesión en la rodilla derecha. Una lesión que ha dejado sin lugar a dudas uno de los momentos más trágicos de esta edición de los Juegos Olímpicos.

Marín, tras intentar volver a la pista con una rodillera, ha tenido que abandonar minutos después entre lágrimas y desistir en la lucha por recuperar ese ansiado oro que ya consiguió en Río de Janeiro en 2016. Tras la retirada, numerosas personalidades tanto del mundo del deporte como de otros ámbitos han tratado de enviar todo su apoyo a la atleta onubense.

Una de las primeras ha sido la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, que precisamente se encontraba en el pabellón. "Los gritos de dolor nos llevan a pensar que esto puede ser mucho más serio. Esperemos que, más allá de la pérdida de la medalla, no sea tan grave como parecía". Alegría ha declarado ante los medios que ha preferido no entrar al vestuario, ya que estos "son momentos para estar con la familia y el equipo". Eso sí, aprovechó su comparecencia ante los medios para ofrecerle el apoyo del Ministerio: "Con los deportistas hay que estar antes y durante la competición, pero también después, especialmente cuando ocurren desgracias como estas".

José Manuel Rodríguez Uribes y Pilar Alegría aplauden a Carolina Marín tras su retirada

José Manuel Rodríguez Uribes y Pilar Alegría aplauden a Carolina Marín tras su retiradaEP

Poco después, su entrenador, Fernando Rivas, ha compartido en zona mixta las amargas sensaciones de todo el equipo tras la lesión. "Carolina está hundida. No tenemos palabras. Me ha mirado y me ha dicho: 'Me he roto'. El momento de forma en el que llegaba, cómo estaba yendo de menos a más en la competición... ", se ha lamentado Rivas ante los medios. "Más que injusto, ha sido muy cruel":

También el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha realizado una publicación en sus redes sociales con la intención de animar a la atleta onubense. "Eres y serás una campeona. Toda España está contigo", se puede leer en el tweet del presidente.

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En la misma línea, la Casa Real también se ha pronunciado a través de su cuenta de Twitter: "No hay metal que alcance el valor de la lección de pundonor y orgullo que has dado. La más digna representación del espíritu olímpico Volverás más fuerte, como siempre has hecho y mereces la ovación de toda España. Gracias, Caro".

Minutos más tarde, el presidente de la Federación Española de Bádminton, Andoni Azurmendi, aseguró que van a solicitar al COE y al COI el bronce honorífico para Marín. "Estamos moviendo esa gestión. Vamos a tratar de solicitarlo, creo que es un clamor. Lo vamos a intentar", aseguró. "Estamos todos tristes, la están trasladando a la Villa Olímpica y la decisión que tome ella será la que hagamos", añadió.

Entre los deportistas españoles, dos futbolistas del FC Barcelona, Pedri y Alexia Putellas, han sido de los primeros en reaccionar. "Eres una campeona, Carolina Marín", ha escrito el canario en su cuenta de Twitter.

Un histórico del deporte español ya retirado como Pau Gasol ha enviado todo su apoyo a Carolina Marín también a través de redes sociales. "Nos duele muchísimo verte retirarte por una lesión, pero nos has demostrado ser una auténtica CAMPEONA. Te queremos, Carolina Marín, Estoy seguro de que pronto te veremos sonriendo de nuevo. Siempre a tu lado", se puede leer en un tweet en el que el ex jugador de baloncesto ha insertado una foto suya junto a la atleta española.

“El plan” de Carolina Marín para ganar el oro en los Juegos de París: “Parece que esté loca, quizá lo esté”

Actualizado Sábado, 3 agosto 2024 - 14:59

Este viernes, el día previo de sus cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París ante la japonesa Aya Ohori, Carolina Marín tenía un planning, lo miró y lo rompió en mil pedazos. "Fue un día largo. Había reservado pista para entrenar, pero la cancelé y decidí reunirme durante horas con mi entrenador [Fernando Rivas] y mi psicóloga [María Martínez]", reconocía.

Para saber más

En el partido anterior, de octavos de final, había jugado con miedo, defensiva, temerosa. Marín no fue Marín. Estuvo a un suspiro de la derrota y, por eso, quiso cambiarlo todo. "Hablamos de atreverme, de olvidar el miedo a perder, de dónde poner el foco, de centrarme en mi juego", explicaba y el plan funcionó. Este sábado derrotó a Ohori por 21-13 y 21-14 en su mejor partido estos Juegos.

Donde antes hubo miedo esta vez hubo fuego. Ohori le había vencido el año pasado en el Open de Francia y este sábado en el Arena Porte de la Chapelle de París, un pabellón hasta arriba de españoles coreando su nombre, no tuvo ni la oportunidad de intentarlo. Marín estuvo rápida, concentrada, intratable.

Ya no es la jugadora ultraofensiva que es, pesan los años, las lesiones que le destrozaron las rodillas y hasta las desgracias -como el trágico fallecimiento de su padre en 2020-, pero con cualquier estilo de juego puede dominar. De hecho, ante Ohori, jugadora de poderoso remate, la española de 31 años impuso su control.

"Recuerda el plan"

"Estoy muy contenta y no sólo por ganar el partido. Estoy contenta por cómo he entrado en la puesta, por dónde he puesto el foco... he sido Carolina Marín con concentración y determinación. Esa loba que cuando muerde y agarra no suelta hasta el final. Me siento orgullosísima de mí misma", reconocía la campeona olímpica en los Juegos de Río 2016 que, durante el partido, recibía las indicaciones de su técnico -"Recuerda el plan, recuerda el plan"- y las suyas propias.

Antes de cada saque hablaba consigo misma en voz alta y, aunque costaba escucharla, se intuía que repetía constantemente frases sobre "el foco" y "el plan". "Parece que esté loca, que quizá lo esté, pero no paro de hablarme para mantener el foco donde debe estar. Constantemente me repito el plan, animándome, por eso hablo mucho en la pista", comentaba Marín que este domingo, en las semifinales, se enfrentará a la china He Bing Jiao, que este sábado derrotó por sorpresa a su compatriota, la vigente campeona olímpica Chen Yu Fei. Ambas se han enfrentado nueve veces, con siete victorias para la española, aunque su último encuentro fue en 2022.

En realidad, aunque su nivel de juego suele ser superior, Marín prefería a Yu Fei casi por superstición. En los Juegos de Río ya se enfrentó en semifinales con la vigente campeona, entonces Li Xuerui, la derrotó y aquello le impulsó hacia el oro en la final. Ahora no podrá repetir ese ascenso, aunque tanto da.

Después de todo lo vivido y, sobre todo, después de todo lo sufrido, estar aquí ya podría ser un premio para Marín, un regalo, pero entonces no sería Marín. «Yo no he venido a ver la Torre Eiffel, yo he venido a ganar una medalla», proclamaba la jugadora a quien al volver de los Juegos de Río, donde había sido campeona, le preguntaron qué le había parecido el Cristo del Corcovado y ella contestó que ni idea, que no le había visto.

Carolina Marín impone su maestría ante Ohori y ya está en semifinales de los Juegos

Actualizado Sábado, 3 agosto 2024 - 11:49

Estar aquí ya es un premio, podría decir Carolina Marín, pero entonces no sería Carolina Marín. Estar aquí, en los Juegos de París, no es nada, ni tan siquiera una bonita experiencia, si no se lleva como mínimo una medalla o, mejor, su segundo oro olímpico. Cuentan que al volver de los Juegos de Río, donde había sido campeona, le preguntaron qué le había parecido el Cristo del Corcovado y ella contestó que ni idea, que no le había visto. No hay deportista más ambiciosa, más sacrificada, más decidida.

Este sábado, en los cuartos de final, superó a la japonesa Aya Ohori por 21-13 y 21-14 en 52 minutos y se clasificó para las semifinales de este domingo en las que se podría enfrentar a la china Chen Yu Fei, la vigente campeona olímpica. Dura rival y qué más da.

La japonesa Ohori le había vencido el año pasado en el Open de Francia y en el Arena Porte de la Chapelle de París, un pabellón hasta arriba de españoles coreando su nombre, no tuvo ni la oportunidad de intentarlo. En los Juegos Olímpicos, como en los Mundiales, Marín está a otro nivel. Y eso que, con los años, con las lesiones que le destrozaron las rodillas, con las desgracias vividas -como el trágico fallecimiento de su padre en 2020-, Marín ha ido variando su estilo de juego. En los Juegos de Río 2016 ganó siendo fuego, la más agresiva del circuito, puro ataque. Ahora, en los Juegos de París, veteranísima pese a sus 31 años, impone su control, su dominio del bádminton.

ANTONIN THUILLIERAFP

Ohori, su rival, entró a la pista para pegar con su poderoso remate, pum, pum, pum, pum, y lo consiguió al principio. De entrada, 1-3, y mucha fuerza. Pero Marín, que ya ha vivido encuentros de todo tipo, sabía lo que hacer. Golpe a golpe, fue alejando a la japonesa de la zona de remate, empujándola atrás, hasta que la desesperó. A final del primer set, Ohori abría los brazos pidiendo ayuda a sus entrenadores, incapaz de leer el juego que le planteaba Marín.

Sólo en el segundo set, cuando Ohori aceptó los intercambios, se dibujó cierta igualdad (11-9 para Marín), pero bajo ese esquema más controlado, más cerebral, la española era netamente superior. De hecho, después de un engaño, un supuesto smash que había convertido en dejada, Marín se reía consciente del lío que le estaba montando a Ohori. Para la española, pese a todo lo vivido y lo sufrido, estar aquí, en los Juegos de París, no significada nada si no gana su segundo oro olímpico.

Carolina Marín, la española que 'arrebató' el bádminton a las asiáticas, gana el Premio Princesa de Asturias de los Deportes

Carolina Marín, la española que ‘arrebató’ el bádminton a las asiáticas, gana el Premio Princesa de Asturias de los Deportes

El jurado ha otorgado este mediodía en Oviedo a Carolina Marín el Premio Princesa de Asturias de los Deportes. La jugadora de bádminton, campeona olímpica, triple campeona mundial y séxtuple campeona europea, ha sabido convertirse en el rostro de este deporte para los españoles y con este premio toma el relevo del atleta keniano Eliud Kipchoge.

Carolina Marín es sinónimo de bádminton, pero también lo es de lucha, de entrega y de éxito. La onubense siempre se ha caracterizado por su mentalidad en la pista, con una peculiar manera de vivir los partidos, capaz de contagiar a los espectadores sus ganas de vencer y su afán en no rendirse.

El acta, que ha sido leída este mediodía en Oviedo por la presidenta del jurado, la nadadora Teresa Perales, destaca que Marín ha sido "una referente internacional" al tratarse de la primera y única deportista no asiática campeona olímpica en esta disciplina, además de "la mejor jugadora de la historia del bádminton en España y una de las mejores del mundo". A estos méritos deportivos se suma, según el jurado, que la jugadora es "un ejemplo de superación, fuente de inspiración y transmisora de valores, dentro y fuera de la pista".

Carolina Marín ha estado mucho tiempo en la cima, en el Olimpo de un deporte dominado históricamente por jugadoras de países asiáticos como India o Paquistán, donde jugarlo es mucho más común que en España, donde es casi como una religión.

Esa es otra de las hazañas de Carolina Marín, convertir un deporte prácticamente desconocido en España, relegado en algunos casos a las clases de gimnasia en los colegios, en otro motivo para tener a miles de españoles pegados a la televisión siguiendo sus partidos y su carrera.

No ha sido fácil para ella llegar al cielo. Y cuando llegó, cayó al infierno de las lesiones. En 2019, la española se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha y tras recuperarse se desgarró el ligamento cruzado anterior y ambos meniscos de la rodilla izquierda. Pero Carolina logró salir adelante y superar los malos momentos fiel a su mantra: "Puedo, porque pienso que puedo".

Y fue el pasado mes de marzo cuando Carolina recobró lo que es suyo y volvió a levantar un título. Fue el All England, trofeo que ya ganó hace 9 años en 2015 y que no hace más que prever que seguirá ascendiendo (ahora mismo está la quinta del mundo) hasta volver a ser la número 1.

En ediciones anteriores fueron distinguidos, entre otros, la Fundación Olímpica para los Refugiados y el Equipo Olímpico de Refugiados; la esquiadora estadounidense Lindsey Vonn; la selección masculina de rugby de Nueva Zelanda, conocida como los 'All Blacks'; el triatleta Javier Gómez Noya; los hermanos y jugadores de baloncesto Pau y Marc Gasol; el Maratón de Nueva York; la selección española de fútbol; el tenista Rafa Nadal o los pilotos de Fórmula Uno Michael Schumacher y Fernando Alonso.

El acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias se celebrará, como es tradicional, en el mes de octubre en una solemne ceremonia presidida por los reyes en el Teatro Campoamor de Oviedo, acompañados por la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.

Cada Premio Princesa de Asturias está dotado con la reproducción de una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, un diploma acreditativo, una insignia y la cantidad en metálico de cincuenta mil euros.

Una vida dedicada al Bádminton

Nacida en Huelva (España) el 15 de junio de 1993, Carolina Marín se inició en el bádminton cuando tenía 12 años y debutó en competiciones internacionales en un torneo Sub'15 disputado en Bruselas en 2005.

En 2007 entró en el equipo nacional y se trasladó a la Residencia Blume de Madrid, con Fernando Rivas como entrenador, con el que forma un tánden mágico que ha situado el bádminton español en lo más alto del mapa internacional de un deporte dominado tradicionalmente por Asia.

En 2009 logró su primer Campeonato de España y se apuntó sus primeros éxitos internacionales en categorías inferiores, que prosiguieron en los años siguientes, cuando ganó el Europeo Sub '19 en Finlandia (2011) y consiguió el bronce en el Mundial júnior de Taipei (2011).

No obtuvo la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 pero al año siguiente obtuvo sus primeras victorias en categoría profesional, en los Abiertos de Suecia y de Finlandia, llegó a cuartos del Abierto de Indonesia, la primera vez que un volantista español alcanzaba esa ronda en un Superseries, y fue quinta en el Mundial de Guanzhou (China).

Su progresión continuó imparable: el 10 de abril de 2014 entró en el "top ten" mundial, primera jugadora no asiática en lograrlo, y dos semanas después ganó el campeonato de Europa en Kazán (Rusia), una corona europea que renovó en 2016 (La Roche-sur-Yon/Francia), 2017 (Kolding/Dinamarca), 2018 (Huelva/España), 2021/(Kiev), 2022 (Madrid) y 2024 (Saarbrücken).

En agosto de ese año volvió a hacer historia al proclamarse campeona del mundo en Copenhague, final en la que venció a la china Li Xuerui, número uno mundial. Fue el primero de sus tres títulos mundiales: en 2015 venció en Yakarta (Indonesia) derrotando en la final a la india Saina Nehwal; y en 2018 en Shanghái (China) al vencer a la india Pusarla Sindhu.

El 11 de junio de 2015 se convirtió en la número uno del mundo, de nuevo la primera no asiática en conseguirlo y el 18 de agosto de 2016 completó su impresionante palmarés con el oro olímpico en los Juegos de Río tras derrotar en la final, con remontada, de nurvo a la india Pusarla Sindhu.

Tras sus lesiones de 2019 y 2021, regresó a la competición el 26 de abril de 2022 en el Europeo de Madrid, donde cuatro días después ganó su sexto oro continental.

En diciembre de 2023, pese a brillar con un gran juego, perdió la final del título de maestros disputada en Hangzhou (China) ante la taiwanesa Tai Tzu Ying, como ya la había ocurrido en 2020. Este es el único gran título que aún no ha logrado.

Hace menos de un mes, Marín renovó por séptima vez la corona continental, en la ciudad alemana de Saarbrücken, tras derrotar en la final a la escocesa Kirsty Gilmour por 21-11 y 21-18 y en su horizonte están los Juegos de París, donde optará a su segunda medalla olímpica.