La cinta en la nariz y el Vicks VapoRub en el pecho: ¿Remedios para Carlos Alcaraz o puro placebo?

Actualizado Jueves, 14 noviembre 2024 - 18:59

Desde el calentamiento, una cintilla rosa en la nariz, y en cada paso por el banquillo, ungüento de mentol, Vicks VapoRub, en el pecho. Los remedios de Carlos Alcaraz para combatir los problemas respiratorios del resfriado parece que funcionan. Al fin y al cabo con ellos venció a Andrey Rublev el miércoles y este viernes ante Alexander Zverev (14.00 horas, Movistar) puede clasificarse para las semifinales de las ATP Finals. Quizá acabe dependiendo de lo que ocurra en el encuentro posterior entre Rublev y Casper Ruud (20.30 h., Movistar), pero en principio con una victoria -más si es dos sets- tiene muchas opciones.

En todo caso, durante el partido, gracias al dilatador nasal y a su botecito mentolado no le faltará el aire y podrá correr y correr en los intercambios con el alemán. En teoría los dos productos le abren las vías respiratorias, de la nariz al pecho, y su cuerpo lo agradece, pero... ¿Y si son sólo placebos? Tanto en el caso del ungüento de mentol como en el cinta nasal no hay evidencia científica que respalde su uso en el deporte y menos que señale una mejora del rendimiento. Si ayudan es porque Alcaraz cree que ayudan y eso ya es importante.

«No hay estudios que respalden sus efectos fisiológicos, pero se pueden utilizar porque no tienen contraindicaciones y sirven como refuerzo moral. Cuando hablamos de efecto placebo, hablamos de placebo, pero también de efecto. Si a Alcaraz le ayuda, adelante», apunta Pedro L. Valenzuela, doctor en Ciencias de la Salud, investigador de la Universidad de Alcalá (UAH) y editor de la revista Fissac que ya recogió todos los papers referentes a ambos remedios.

"El dilatador no muestra incrementos"

En el caso de los dilatadores nasales, los primeros análisis que señalan que no aporta «beneficio alguno» en el rendimiento datan de 1995, pero en 2020 se cerró el debate sobre su funcionalidad. Entonces, seis investigadores de la brasileña Universidad Federal de Minas Gerais analizaron los 624 estudios completaron sobre la cinta en todo el mundo y llegaron a una conclusión inequívoca: «El dilatador nasal externo no muestra incremento de la cantidad máxima de oxígeno, ni de la frecuencia cardíaca ni del índice de esfuerzo percibido».

«En realidad en los últimos años esa cintilla nasal exterior se creía desfasada y todos los estudios se centraban en analizar el dilatador interno Turbine que se puso de moda entre los ciclistas. Lo utilizaba Chris Froome, por ejemplo. Se pensaba que éste sí tenía beneficios, pero tampoco se encontraron», señala Valenzuela con dudas también sobre el ungüento de mentol.

Un alivio subjetivo

Porque miles de personas -especialmente niños- han utilizado el VapoRub para aliviar el agobio que provoca la mucosidad propia de un constipado, pero su uso en competición no es muy científico. Como ocurre con los dilatadores nasales, Alcaraz no es el primer deportista que lo usa y de hecho el año pasado futbolistas del Real Madrid como Jude Bellingham o Vinicius aparecieron en varios partidos con un ungüento de mentol rociado por el pecho. Pero eso no quiere decir que sea efectivo. Un estudio de 2009 de la estadounidense Universidad de Wake Forest y otro de 2016 en el que incluso había un investigador de Procter & Gamble concluyeron que el alivio es subjetivo.

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El olor puede provocar una sensación de frescor, pero poco más. «El único beneficio que está realmente probado se da en circunstancias de calor extremo. Ese frescor que aporta el mentol reduce el sofoco y ayuda ligeramente a los deportistas», aporta Valenzuela que va más allá en la cuestión. El dilatador nasal y el Vicks VapoRub no ayudan a captar más oxígeno, pero es que aunque lo hicieran tampoco sería efectivo.

"Tienen capacidad pulmonar de sobra"

Lo importante para el rendimiento es la cantidad de oxígeno en los pulmones si no la capacidad para metabolizar ese oxígeno. «Lo normal es que los deportistas metan más aire del que pueden utilizar, tienen capacidad pulmonar de sobras. Son como coches con un depósito de más de 100 litros de gasolina, pero lo que realmente les define es el motor», concluye el investigador, que se reafirma en el efecto placebo.

Más de una semana lleva Alcaraz con el constipado a cuestas y ha mejorado su gestión. El lunes, en su debut en las ATP Finals ante Ruud, apareció agobiado, atenazado por tan incómodos mocos. El miércoles, ante Rublev, en cambio, se centró en su juego y ganó. Pese a la falta de evidencia científica, la cintilla en la nariz y el Vicks VapoRub le vinieron bien. Si ayudan es porque Alcaraz cree que ayudan.

Alcaraz dedica su victoria a las víctimas de la DANA en Valencia: “Ayudaré en todo lo que pueda”

Actualizado Miércoles, 13 noviembre 2024 - 18:24

Repite el equipo de Carlos Alcaraz aquel dicho popular que asegura que "los resfriados son cinco días de subida y cinco días de bajada", pero lo cierto es que lleva pachucho más de una semana y la cosa no mejora. Desde que salió de Murcia el miércoles 6, el número tres del ranking mundial ya intuía que estaría enfermo en su debut en las ATP Finals, el pasado lunes, pero no esperaba mantener los problemas respiratorios mucho más allá de ese día, hasta este miércoles 13, en su segundo partido.

El virus sigue en su cuerpo y, según aseguraba, lo único que ha hecho es aprender a convivir con él. Ante Casper Ruud sólo maldecía su suerte, las dificultades respiratorias, el mal momento para caer enfermo y por eso perdió en dos sets. Ante Andrey Rublev, en cambio, aceptó el malestar general, entendió que le faltaría el aire, se centró en su tenis y así ganó también en dos sets, por 6-3 y 7-6(8), para mantenerse con vida en el torneo.

"Del resfriado no veo mucha mejora"

"Ante Ruud tuve problemas con la barriga y ante Rublev he estado mejor. Pero del resfriado, es decir, de la nariz y del pecho, no veo mucha mejora. Sabía que no estaría bien así que me he centrado en el juego. Llevo una semana pensando en el virus y sólo quería saltar a la pista y jugar al tenis", reconocía Alcaraz en rueda de prensa después de toda una demostración de madurez. Desaparecieron los problemas en el saque ante Ruud y sacó mejor que nunca -no cedió ni una sola bola de break-. Todos los golpes que en el estreno iban fuera, esta vez caían dentro -sólo cinco errores no forzados-. Y aguantaba los intercambios pese a los más que evidentes problemas para respirar.

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"Estaba muy mentalizado en mejorar el saque, que me ha ayudado mucho a mantener la calma, y en no precipitarme en los intercambios. La pista es lenta, hay que trabajar los puntos y yo era consciente que tendría que aguantar rallies de más seis o siete golpes. Luego me costaba recuperar, pero al final lo he conseguido", analizaba el español con otro día de descanso para recuperarse.

Este jueves es posible que no entrene para ganar tiempo antes del duelo decisivo ante Alexander Zverev de este viernes -aún sin horario oficial, aunque presumiblemente será el duelo nocturno de las 20.30 horas-. El martes, en la sesión que canceló a los 10 minutos de empezar, Alcaraz necesitaba probarse, pero ahora ya sabe que puede aguantar todo un partido y la prioridad es ahorrar la máxima energía posible. Al fin y al cabo, enfrente estará el segundo tenista más en forma del circuito por detrás de Jannik Sinner, un jugador con el que mantiene una rivalidad igualadísima -cinco victorias para cada uno-.

"Ojalá el viernes me encuentre mejor. Si el virus se va, mejor. Y si no intentaré centrarme en el tenis como he hecho hoy", valoraba ayer el español. En su contra, su estado, claro está. A su favor, su capacidad para crecerse en los grandes escenarios, como demuestran sus ya 12 victorias ante Top 10 esta temporada. "Cuando juego contra los mejores pienso que yo soy mejor. La parte mental en el tenis es importante, eso me funciona", remarcaba.

Con las víctimas de la DANA en Valencia

Justo después de ganar Alcaraz dedicó la típica firma en la cámara de televisión a las víctimas de la DANA en Valencia y en la sala de prensa se interesó por la situación que se estaba viviendo en Málaga. "No he visto ninguna imagen, ojalá no las haya", comentaba y al ser informado de la situación por los periodistas españoles presentes, se lamentaba: "Rezaremos para que no haya víctimas".

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"A Valencia no he podido ir ningún día, no he podido ver cómo está la situación, pero ayudaré en todo lo que pueda ayudar. Pondré todo lo que esté en mi mano para que mejore la situación", afirmaba el tenista que desde la adolescencia entrena y pasa muchas semanas del año en la Ferrero Tennis Academy de Villena, en la Comunidad Valenciana. Criticado por un vídeo de apoyo al tiktoker Ángel Gaitán, Alcaraz prepara alguna iniciativa como la impulsada por Paula Badosa -donará la mitad de lo que gane en la Billie Jean King Cup- para aportar su grano de arena en la reconstrucción de las zonas afectadas.

Alcaraz y su mayor prueba de madurez: vence al resfriado para seguir con vida en las ATP Finals

Actualizado Miércoles, 13 noviembre 2024 - 15:53

Quizá quede en el olvido del público porque el viernes debe ganar a Alexander Zverev para clasificarse para las semifinales de las ATP Finals, pero en los días raros a Carlos Alcaraz le servirá el recuerdo de victoria este miércoles ante Andrey Rublev para venirse arriba. Si Michael Jordan tuvo su 'Flu Game', el español ya tiene el suyo. Con antibióticos aún en el cuerpo, Vicks VapoRub en el pecho, una cintilla sobre en la nariz y un pañuelo de papel en los descansos, Alcaraz consiguió contra todo pronóstico un triunfo por 6-3 y 7-6(8) que le mantiene con vida en el torneo.

Fue una prueba de madurez, quizá la definitiva. No había dudas de que el español pudiera dominar cualquier Grand Slam cuando está en estado de gracia, pero sí las había sobre su capacidad para sobreponerse a las malas sensaciones, al cansancio y, por supuesto, a un resfriado. Ahora ya no.

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Alcaraz encontró la manera de vencer pese a que se ahogaba, jadeaba, le costaba respirar después de cada intercambio largo. Si no podía ser el Alcaraz de siempre, no podía correr, no tenía el mejor físico de los dos contendientes, le tocaba ser otro jugador y lo fue. Un tenista con el saque como arma principal -hasta seis aces-, un tenista agresivo con la derecha -17 winners- y sobre todo un tenista infalible.

En el primer partido de las ATP Finals ante Casper Ruud, más allá de su constipado, le penalizaron sus muchísimos errores no forzados. Le faltaba el aire y por eso tenía prisa. Ante Rublev sabía que no podía ser. Aunque el ruso le intentara mover por la pista, él tenía que mantenerse firme, mandar en los puntos y definir sin fallos. Lo hizo hasta el punto de que terminó con sólo cinco errores no forzados. En todo el partido no cedió ni una bola de break, perfecto resumen.

El mal momento de Rublev

Además, Alcaraz también aprovechó la debilidad mental de su oponente. Rublev le había derrotado este mismo año en cuartos de final del Masters 1000 de Madrid, un torneo en el que acabó proclamándose campeón, pero en las últimas semanas arrastraba una desconfianza limitante. Con problemas físicos desde el US Open -explicó que tuvo un problema vascular en un testículo que casi le lleva a la amputación-, había perdido seis de sus últimos 10 partidos y se notaba sobre la pista.

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En el primer set tuvo la mala suerte de que tres bolas casi consecutivas le rozaron la red y eso le descentró durante muchos minutos. Cada vez que Alcaraz conectaba un buen saque o un golpe ganador, Rublev miraba a su entrenador, el español Fernando Vicente, en busca de una inexistente solución. De hecho, al final, lo único que hacía era lamentarse lo que provocó los ánimos del Inalpi Arena de Turín, que esperaba otra actitud.

En el segundo set Rublev aguantó a base de un servicio muy sólido y obligó al español a más. Ambos llegaron al tie-break donde pasó de todo. Alcaraz cedió un mini-break con una doble falta y luego sufrió dos bolas de set en contra, pero en un día así la victoria era suya. "Podría estar mejor, no mentiré. Llevo una semana sufriendo y hoy sólo quería estar en la pista y pensar en tenis, jugar al tenis. Creo que lo he conseguido", comentaba un Alcaraz muy serio, el Alcaraz más serio de siempre, después de cerrar un triunfo que quizá olvide el público, pero que él recordará siempre.

Alcaraz cancela su entrenamiento y podría no jugar más en las ATP Finals: “Le cuesta respirar”

Actualizado Martes, 12 noviembre 2024 - 12:55

A las 11:30 horas de este martes, en el interior del Inalpi Arena de Turín, una multitud se agolpaba alrededor de una pista, pero no era la pista de juego, donde se disputan los partidos de las ATP Finals, era la pista de entrenamiento. Justo detrás de las gradas, en el mismo interior del pabellón, los aficionados pueden ver cómo los mejores del mundo se preparan y muchos acudieron para seguir a Carlos Alcaraz.

Con su entrenador, Juan Carlos Ferrero, y su agente, Albert Molina, ya presentes y preparados, los minutos pasaban, el público se impacientaba y sobre las 11:45 horas, con retraso, apareció el número tres del mundo. Saludo a los fans, sonrisa abierta, su típica alegría. Con un sparring invitado por la organización, Andres Martin, un jugador estadounidense de 23 años, parecía que Alcaraz iba a completar una sesión de más de una hora antes de enfrentarse este miércoles a Andrey Rublev en el decisivo encuentro de la round robin, pero no fue así.

Aunque tenía reservada la pista hasta las 13.00 horas, después de 10 minutos de peloteo ligero, sin moverse mucho del sitio, Alcaraz volvió a su banquillo, se puso las manos a la cabeza e informó a su equipo de que no podía más. Fue a disculparse ante Martin, pidió perdón al público presente y más serio que antes, se marchó a los vestuarios.

Sin descanso gana o pierda

"En cuanto se mueve un poco le cuesta respirar. Sigue con el pecho cogido. No creo que debamos adelantar si jugará mañana o no. Creo que no llegará a tanto como para no saltar a la pista, pero va a ser difícil que esté al 100%", comentó Ferrero a los periodistas presentes, preocupado por la salud de su pupilo. Antes de que llegara a Alcaraz, al entrenador se le veía alicaído y necesitaba que el representante del jugador, Molina, le diera unas palmaditas de ánimo.

"Es un mal momento para haberse puesto malo", aseveraba Ferrero, consciente de la situación. Pese a sus problemas físicos, este miércoles Alcaraz debe ganar a Rublev para seguir adelante en las ATP Finals, un torneo que reparte muchos puntos del ranking, más que un Masters 1000. Si pierde caerá eliminado, pero tendrá que enfrentarse a Alexander Zverev el viernes y no podrá descansar antes de viajar a Málaga y empezar las Finales de la Copa Davis el martes ante Países Bajos.

Allí le espera Rafa Nadal y el resto del equipo español para ayudarle si es necesario, aunque difícilmente podrá saltarse la ronda de cuartos de final y descansar hasta las semifinales. Países Bajos no cuenta con ninguna estrella, pero sus dos jugadores de individuales, Tallon Griekspoor y Botic van de Zandschulp, guardan peligro y su especialista en dobles, Wesley Koolhof, está entre los mejores del mundo.

Los días pachuchos de Alcaraz hasta su derrota ante Ruud: entrenamientos con el kleenex, VapoRub, antibióticos y un repentino dolor de barriga

Actualizado Lunes, 11 noviembre 2024 - 18:15

Hubo un detalle en la derrota de Carlos Alcaraz este lunes que insinuaba qué ocurría. En su palco, los miembros de su su equipo, del entrenador Juan Carlos Ferrero a su hermano Álvaro pasando por su agente, su médico, su fisioterapeuta o su preparador, se cruzaron de brazos al sentarse y se levantaron igual. No hubo gritos de ánimos, ni tan siquiera gestos. De hecho raramente Ferrero daba alguna indicación. Quienes siempre acompañan a Alcaraz sabían que no estaba para ganar y simplemente sufrieron el partido como hizo el tenista.

"Pensaba que podía competir, que podía encarar los intercambios largos, pero la barriga me ha limitado mucho. No me he sentido cómodo en ningún momento. No me gusta hablar de estas cosas porque suena a excusa, pero si me siento mal, me siento mal", aseguró el número tres del ranking mundial después de caer por 6-1 y 7-5 ante Casper Ruud en su debut en las ATP Finals.

Los entrenamientos y la sesión de fotos

Desde hace casi una semana, antes de llegar a Turín, Alcaraz arrastraba un resfriado que no se acaba de ir y que le obligó incluso a tomar antibióticos. En sus primeros entrenamientos en las entrañas del Inalpi Arena se le notaba muy cargado, utilizando el kleenex todo el rato y recurriendo a soluciones temporales para respirar mejor, como la cinta nasal o el Vicks VapoRub. En la sesión de fotos oficial, organizada en el precioso Museo Nazionale del Risorgimento Italiano, realizó varios estornudos que alertaron a sus rivales en el torneo. Pero anteayer, en la última sesión de preparación antes del estreno, se encontró mejor, más liberado, más fresco. Podía ser suficiente.

Ante Ruud, un tenista al que siempre había ganado con solvencia y que llegaba en una profundísima mala racha -dos victorias en los últimos 10 partidos-, quizá no necesitaría la perfección para sumar un triunfo. Pero en cuanto se despertó ayer todo se torció. El dolor de barriga que no le permitió ni comer ni almorzar con normalidad oscureció su estreno en la Copa de Maestros y finalmente le llevó a la derrota.

Seguirá en el torneo

Después de caer ante Ruud, eso sí, en ningún momento se planteó la retirada del torneo, todo lo contrario. Al salir de la pista y de su luz azul fluorescente, Alcaraz se subió a la bici del pequeño gimnasio que hay en los pasillos del pabellón y realizó su habitual rutina post-partido. Con la ventaja de descansar este martes, este miércoles se presentará al segundo partido de la fase de grupos con la intención de remontar y alcanzar las semifinales.

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"Si me baso en las sensaciones de hoy es complicado pensar en clasificarme, pero lo bueno del tenis es que todo cambia de un día para otro. Ha habido muchos jugadores que han perdido el primer partido de las ATP Finals y luego han salido campeones. El año pasado yo mismo perdí en el debut [ante Alexander Zverev en tres sets] y luego llegué a semifinales.. Ahora debo ir partido a partido. Ojalá me encuentre mejor, aunque también debo aprender a ganar cuando no me encuentro bien", comentó con todas las opciones en contra.

El cansancio mental

Su clarísima derrota ante Ruud le obliga a ganar a Alexander Zverev y Andrey Rublev, un sobreesfuerzo. Porque además de su dolor de barriga, Alcaraz admitió este lunes que le falta frescura a estas alturas de temporada y que le costará recuperarla ya. Al fin y al cabo, antes de coger vacaciones, sólo le queda la Copa Davis de Málaga, donde jugará tres partidos individuales como mucho y la presencia de Rafa Nadal le aparta del dobles.

"Todos los jugadores estamos cansados mentalmente; si alguien te dice que está fresco te engaña. Algunos lo llevan mejor y otros lo llevamos peor. Me noto cansado, sin tiempo para descansar y para entrenar en casa. Pero, como decía, tengo que encontrar la forma de jugar bien en malas condiciones", repetía Alcaraz después de uno de los peores partidos que ha jugado nunca contra un Top 10.

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Para el español falló todo lo que podía fallar. Sólo sonrió al inicio del segundo set, cuando fue más agresivo y consiguió su único break ante Ruud, pero luego volvió a hundirse, muy lejos de su juego. Las estadísticas muchas veces engañan, pero esta no: el español tuvo problemas al saque -menos del 50% de primeros en el primer set-, padeció con su derecha -hasta 34 errores no forzados- y no se encontró en la red -sólo convirtió el 60% de sus subidas-.

Mientras Ruud, un defensor como pocos, aguantaba y convertía sus bolas de breaks, Alcaraz se precipitaba en los intercambios y padecía incluso con las dejadas, su recurso más alegre. Siempre con la cabeza baja, nada funcionaba y los miembros de su equipo tampoco podían ayudarle. Era un partido para sufrirlo.

Alcaraz se constipa ante Ruud y se complica las ATP Finals

Actualizado Lunes, 11 noviembre 2024 - 16:14

Flota una nube negra sobre Carlos Alcaraz desde aquella final de los Juegos Olímpicos de París, no tanto por la derrota, más por el esfuerzo, el cansancio, el hastío. A la mayoría de tenistas se les nota ya la necesidad de unas vacaciones, que esta temporada se acabe ya, pero posiblemente no hay ninguno tan sensible para el español. Para ganar necesita alegría y últimamente no la encuentra en una pista. Resfriado desde hace unos días, con ciertos problemas para respirar, esa incomodidad fue suficiente para caer en dos sets, 6-1 y 7-5, ante Casper Ruud en su debut en las ATP Finals.

En otro momento del curso, ante un rival al que había dominado en los cuatros partidos previos -sólo había cedido un set ante el noruego-, Alcaraz podría haber sacado el partido adelante pese al constipado. Pero a estas alturas ya no hay fuerzas para esquivar las molestias en pos de la victoria.

La derrota ante el noruego le sitúa en el abismo en la antigua Copa de Maestros, sin margen ninguno para el error. Ante los otros dos rivales en la fase de grupos, Andrey Rublev y Alexander Zverev, deberá ganar o caerá eliminado sin alcanzar las semifinales. Sus opciones pasan por su recuperación física, pero también por la recuperación mental, que vuelva cierta frescura, que reaparezca su tenis.

Nada salió bien

Este lunes, en la pista del Inalpi Arena de Turín, una superficie rápida que no lo era tanto, entre intercambios que recordaban a la tierra batida, Alcaraz no se encontró en ningún momento. Si acaso al inicio del segundo set, cuando se lanzó a la red y, más agresivo, consiguió su único break ante Ruud. Pero luego volvió a hundirse, lejos, muy lejos de su mejor versión. Las estadísticas muchas veces engañan, pero esta no: Alcaraz tuvo problemas al saque -menos del 50% de primeros en el primer set-, sufrió con su derecha -hasta 34 errores no forzados- y no se encontró en la red -sólo convirtió el 60% de sus subidas-. Las muchas dejadas que falló fueron sintomáticas.

Ruud llegaba en una racha nefasta, con sólo dos victorias en los últimos 10 partidos, pero igualmente venció haciendo lo suyo. Sólido en el servicio, aguantó los intercambios y fue letal en los puntos de ruptura. Alcaraz sólo convirtió una de las opciones que tuvo mientras el noruego celebró sus cuatro sin fallo.

Más serio que de costumbre, el actual número tres del ranking tampoco se extendió en gestos hacia su equipo como sí había hecho en otros tropiezos. En el primer set les informó desde el banquillo que se encontraba bien del estómago, pero en el segundo parecía quejarse de algún tipo de molestia digestiva. Por lo demás, cabeza baja desde su entrada a su salida de la pista, sin el ánimo necesario para levantar el partido sin estar al 100%.

Alcaraz y la búsqueda de la “frescura” a final de temporada: “Hay que sacrificar torneos, es la única manera”

Actualizado Domingo, 10 noviembre 2024 - 21:52

Aquella raqueta rota en Cincinnati; en el US Open, el dedo índice con el que se señalaba y aseguraba que la cabeza no le funcionaba; Tomas Machac castigándole con sus remates en la red de Shanghai; y en París-Bercy el desespero sobre una pista endiabladamente rápida. En los últimos dos meses Carlos Alcaraz ha vivido cuatro decepciones, las cuatro mayores decepciones del año. Su 2024 ha sido histórico, Roland Garros, Wimbledon y la plata olímpica, pero el frío llegó pronto. Como ya le pasó otras temporadas, el otoño no le favorece, le pesa, le cuesta. ¿Por qué? A sus 21 años, empieza a entenderlo.

«Quizá soy un jugador que necesita parones más largos para afrontar los torneos importantes. Tengo que reflexionar sobre ello, pero he ido de menos a más», aseguraba en Nueva York el ahora tercero del ranking, aunque en las semanas posteriores demostraba que la teoría está lejos de la práctica. A su debut en las ATP Finals este lunes ante Casper Ruud (no antes de las 14.00 horas, Movistar), Alcaraz llega nuevamente con la mochila cargada después de haber jugado la fase previa de la Copa Davis, dos torneos amistosos como son la Laver Cup y el Six Kings Slam y por supuesto todo el calendario posible con el triunfo en el ATP 500 de Pekín como única alegría.

La "trampa" de los tenistas

«Los tenistas vivimos en una trampa. Podemos jugar torneos prácticamente cada semana y para descansar tenemos que renunciar a algunos. ¿Qué pasa con eso? Que el equilibrio es muy difícil. Si ganas, dirán que has hecho una buena elección del calendario y si pierdes, que no lo has hecho. Cuesta conocerse, saber cuándo estás jugando en reserva, tener la cabeza fría. Hay que sacrificar semanas, es la última manera, pero es complicado», analiza Roberto Bautista, después de ganar este octubre a sus 36 años el ATP 250 de Amberes, su primer triunfo desde el verano de 2022. Según explica, las derrotas a veces son un respiro, porque fuerzan al descanso, y las victorias a veces son agotadoras, porque no se pueden celebrar.

JULIEN DE ROSAAFP

«Hay que contar que Alcaraz, con lo joven que es, lleva tres temporadas ganando uno o dos Grand Slam. Es difícil acostumbrarse a ese ritmo. Después de una victoria grande hay que saber gestionar muy bien las semanas posteriores para que no te quemen. El año pasado era muy claro que le falta gasolina, este año creo que llega mejor a este Masters aunque Sinner y posiblemente Zverev estén un poco por encima», apunta Álex Corretja, hoy comentarista de Movistar, cuyo gran éxito como tenistas, el Masters de 1998, llegó en noviembre y que además ganó otros tres torneos ATP entre octubre y noviembre.

"Tiempo con la familia y amigos"

Alcaraz, en cambio, agrupa sus 14 de sus 16 títulos de enero a julio y apenas ha celebrado dos veces después: en 2022, en el US Open de septiembre, y este año en el ATP 500 de Pekín. De hecho, todavía no suma ningún título en indoor. Una solución sería liberar de competiciones el inicio del curso, pero no sólo es eso. Al fin y al cabo, este año se ha perdido tres Masters 1000 -Montecarlo y Roma por lesión y Montreal por agotamiento- mientras Jannik Sinner sólo se ha ausentado en uno. El italiano, eso sí, renunció a los Juegos Olímpicos, a algunos ATP 500, al arranque de esta Copa Davis y a varias exhibiciones.

«Quizá no hay jugado más partidos que otros, pero ha acumulado más eventos, más actos con sponsors, más torneos de exhibición, en definitiva, más desgaste psicológico. Un tenista tiene ciertas obligaciones, pero también necesita descanso y distracción, es decir, tiempo con la familia o con los amigos», finaliza Juan Carlos Campillo, psicólogo deportivo de Carolina Marín, entre otros, que como el resto de preguntados asegura que Alcaraz gestionará mejor su calendario con el tiempo. «Aprenderá a base de palos, como todos», concluye.

¿Por qué la Copa de Maestros “ha perdido peso” en el tenis? “Los jugadores llegan triturados, exhaustos”

Actualizado Sábado, 9 noviembre 2024 - 21:45

"Amigos periodistas. Quisiéramos recordaros que el torneo se llama Nitto ATP Finals desde 2017, no Masters ni World Tour Finals. Apreciaríamos el uso de la terminología correcta". El viernes, a pocas horas del partido inaugural entre Daniil Medvedev y Taylor Fritz (este domingo, a las 14.00 horas, Movistar), la ATP enviaba un mensaje a todos los medios acreditados para recordar el nombre del torneo. ¡El nombre del torneo! Un problema desde los cimientos.

Las Nitto ATP Finals, que antes fueron las World Tour Finals, la Tennis Masters Cup, las ATP Tour World Championship o el Masters Grand Prix y que en España siempre ha sido la Copa de Maestros es una competición que arrastra una paradoja. Sólo juegan los ocho mejores tenistas y los partidos 'grandes' están asegurados, pero año a año va perdiendo importancia respecto a los Grand Slam. Si hubo un tiempo en el que se le llamó "el quinto grande", eso ya es pasado. ¿Por qué?

"Hay demasiados torneos"

"Últimamente el tenis está perdiendo ciertas cosas porque el calendario está saturado. Hay demasiados torneos, demasiada exigencia, demasiadas lesiones. Antes en el tenis no teníamos tanta carga física y la mayoría llegábamos bien al Masters. Ahora la temporada es mucho más dura y en el Masters hay peores partidos", analiza a EL MUNDO Manuel Orantes, uno de los dos españoles que han ganado el torneo. Fue en la séptima edición, en 1976, después de ganar la final al polaco Wojciech Fibak en una remontada que predijo Anne Buydens, la mujer de Kirk Douglas.

"El torneo era en Houston y en la final el matrimonio estaba en las gradas, justo detrás de mi banquillo. En un descanso, cuando yo iba un set abajo, les entrevistaron y Douglas dijo que lo tenía difícil. Ella, en cambio, recordó que yo ya había remontado en la final del US Open y comentó que todavía podía ganar. Lo oí y le hice un gesto, me dio mucha moral. Unos meses después me invitaron a desayunar en su casa de Palm Springs", recuerda Orantes que no, no está acompañado por Rafa Nadal en el historial del torneo. El mejor tenista español de la historia disputó la Copa de Maestros en once ocasiones y nunca venció. De hecho, sólo llegó dos veces a la final, en 2010 y 2013, con derrotas ante Roger Federer y Novak Djokovic.

"Siempre en pista rápida"

"Quizá por eso en España no le damos tanta importancia al torneo, en Estados Unidos y otros países el Masters sigue siendo importante, pero es verdad que los Grand Slam han crecido mucho más. Para mí, un problema es que siempre se juega en pista rápida. Estos partidos tan marcados por el saque no generan afición. Entiendo que sea indoor, pero la superficie debería ir cambiando. ¿Cuántos Masters hubiera ganado Nadal en tierra batida?", añade Álex Corretja, el otro campeón español.

En su caso fue en 1998, en una final ante Carlos Moyà, y después de una victoria en semifinales ante el gran favorito, Pete Sampras. Entre 1991 y 1999, el estadounidense ganó cinco veces, un récord que sólo pudieron superar después Novak Djokovic (siete) y Roger Federer (seis). En los últimos años se han encadenado las sorpresas con campeones como Grigor Dimitrov, Alexander Zverev o Stefanos Tsitsipas y finalistas como David Goffin, Dominic Thiem o Casper Ruud. "Es un torneo al que casi todos llegan triturados físicamente, psicológicamente exhaustos. Cuando yo crecía el Masters tenía aura porque siempre se jugaba en el Madison Square Garden de Nueva York y ganaban McEnroe, Borg o Lendl. Ahora ha perdido peso", añade Corretja, que estos días ejercerá como comentarista del torneo para Movistar.

Las opciones de Alcaraz

En su opinión, "Sinner llega un poco por encima del resto y Zverev también será peligroso porque llega en buena racha, después de haber sido campeón del Masters 1000 de París-Bercy. Alcaraz dependerá de cómo se sienta en una superficie tan rápida, de cómo saque, de cómo se mueva".

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El formato de la Copa de Maestros, con fase de grupos, semifinales y final, suele permitir un desliz y por eso las posibilidades del español son elevadas. En su grupo ha caído un tenista, Ruud, hundido en una profunda mala racha -sólo ocho partidos ganados desde Roland Garros-, y otro, Rublev, que sufre problemas físicos, y el paso a semifinales no debería exigirle hasta el límite. Allí se podría encontrar con Sinner, aunque es más probable que aparezca Medvedev o incluso Fritz. En realidad, con debut mañana ante Ruud (14.00 horas, Movistar), la mayor exigencia podría ser aguantar cinco partidos en siete días contra los mejores del mundo. Si lo consigue sería el tercer español que gana la Copa de Maestros, o las Nitto ATP Finals, o como se llame.

Alcaraz esquiva a Sinner en las ATP Finals y se medirá a Zverev, Ruud y Rublev

Alcaraz esquiva a Sinner en las ATP Finals y se medirá a Zverev, Ruud y Rublev

Lucen los ocho mejores tenistas del mundo y se reparte muchísimo dinero -4,5 millones de euros se llevará el campeón-, pero las ATP Finals, la antigua Copa de Maestros, siguen siendo un torneo extraño. Después de tantos meses sin vacaciones, los jugadores llegan a mediados de noviembre con las fuerzas al límite y no siempre gana el mejor, raramente gana el mejor.

Habitualmente vence el más fresco y, por eso, el sorteo del cuadro es más importante que en cualquier otro torneo. Con el formato de fase de grupos, semifinales y final, evitar a los tenistas más enrachados es importante y de ahí la suerte este jueves de Carlos Alcaraz.

En su segunda comparecencia en unas ATP Finals, después de las semifinales del año pasado, el español se presentará en una round robin con muchas posibilidades de volver a pelear por el título. Pese a aparecer como el número tres del ranking ATP, el azar decidió que no cayera en el mismo lado que el número uno, Jannik Sinner, y además le sitúa junto a dos rivales que atraviesan un mal momento.

El español tendrá como máximo adversario a Alexander Zverev, reciente ganador del Masters 1000 de París-Bercy, un duro compromiso, pero se disputará el puesto en semifinales ante Casper Ruud y Andrey Rublev, jugadores en problemas.

La mala racha de los rivales

El primero, Ruud, aparece entre una concatenación de derrotas que empezó en el US Open y continuó y continuó hasta hace sólo unos días en el ATP 250 de Metz ante el francés Benjamin Bonzi, el 127 del mundo. Con un ranking cimentado en la gira de tierra batida -final en Montecarlo y semifinales en Roland Garros- el noruego tiene pocas opciones de brillar en Turín, tan pocas como su compañero de grupo, Rublev.

También entre derrotas, el ruso ha pasado de ser uno de los tenistas más regulares del circuito a sufrir sorprendentes derrotas por culpa de sus problemas físicos. Campeón en el Mutua Madrid Open -donde derrotó a Alcaraz- y finalista en Canadá, en los últimos meses acumula disgustos que no pronostican nada bueno en las ATP Finals.

Alexander Zverev, el otro rival de Alcaraz en la fase de grupos, es un claro candidato al título, pero el español no debería sufrir en exceso para estar en semifinales. Y allí todo puede pasar. En el otro grupo, además de Sinner, estarán Daniil Medvedev, Taylor Fritz y Alex deMiñaur, tres tenistas en mejor dinámica que Ruud o Rublev.

Por su lugar en el calendario, las ATP Finals son un torneo extraño, marcado por la frescura de sus aspirantes, y por eso de momento Alcaraz empieza con la suerte a su favor.