Van Aert sella su triplete en la Vuelta tras culminar una fuga de 130 kilómetros por las Rías Baixas

Van Aert sella su triplete en la Vuelta tras culminar una fuga de 130 kilómetros por las Rías Baixas

Esta Vuelta de guerrillas se retroalimenta en su hábitat natural. Terreno sembrado de trampas en un recorrido de dientes de sierra en la primera cita con Galicia, un escenario propicio para las emboscadas en el que Wout van Aert se siente comodísimo. El belga, en las sinuosas carreteras próximas a las Rías Baixas, mostró su poderío tras consumar una escapada de 130 kilómetros. Tercera victoria para el fenomenal corredor del Visma. Si los anteriores triunfos los consiguió en al sprint, en Castelo Branco y Córdoba, este martes lo hizo tras aprovechar el impulso de una escapada nacida por el esfuerzo de Marc Soler, que terminó tercero.

La jornada, con un recorrido quebrado y sin descanso, fue controlada por el Decathlon de Ben O'Connor. El australiano manejó con acierto las mínimas acometidas de su adversarios. Carapaz, Yates, Enric Mas, Landa, Roglic y Carlos Rodríguez desaprovecharon una buena ocasión para limar distancia con un líder que cada vez se siente más identificado en su papel protagonista.

Tras el día de descanso y el traslado desde Granada a Ponteareas (cuna de los hermanos Delio y Emilio Rodríguez y de Álvaro Pino), los supervivientes de la ronda aliviaron su agobio con un gratificante descenso de la temperatura, de los 40 grados de Andalucía a los 27 de los parajes de Pontevedra. Todos se animaron en una excursión de 160 kilómetros que prometía sensaciones fuertes por el interesante perfil de la etapa: Subidas a cuatro puertos y un descenso de 20 kilómetros hacia la meta de Baiona. Una propuesta ideal para los aventureros. Un recorrido similar a esas palpitantes clásicas de primavera, con muros, toboganes y sin apenas zonas de recuperación. Esos desafíos que tan bien conoce Van Aert.

El arranque fue frenético, con los UAE hiperactivos. BrandonMcNulty y Marc Soler aceleraron para fracturar el grupo y provocar la escapada buena. Larga sucesión de hachazos, neutralizados por el Decathlon. No hubo tregua en el ascenso a Fonfría, con Soler, Van Aert y el belga William Junior Lecerf (gregario de Landa en el T-Rex) trabajando para consumar la fuga. Casi medio minuto de ventaja en el descenso, camino de la cota de Vilachán, con más de 100 kilómetros por delante, con el río Miño a distancia corta. Al trío de aventureros se unieron el alemán Juri Hollman (Alpecin) y el francés Quentin Pacher (Groupama). Seis minutos de renta a falta de 50 kilómetros, en el segundo alto de la jornada, poco antes del anuncio del abandono del italiano Ciccone.

En el inicio del Alto de Mougás, un puerto de primera categoría de casi 10 kilómetros al 6% de desnivel, Van Aert y Pacher abandonaron a sus compañeros de aventura. El pelotón viajaba estirado por las sinuosas carreteras de las Rías Baixas. El francés fue muy generoso e ingenuo. Colaboró con Van Aert sabiendo que el belga era muy superior en el sprint. Amagó con un ataque a falta de un kilómetro, pero su intentona fue inútil. Van Aert, sin aparente dificultad, aceleró y en sólo 20 metros descolgó al galo. El belga entró en la meta con el brazo derecho levantado y mostrando los tres dedos que le acreditan como el mejor cazador de etapas de la Vuelta. Antes de la llegada del pelotón, que apareció 5.30 minutos más tarde, tuvo tiempo para festejar el triunfo con su hijo y su esposa. Todos los focos para el belga, que todavía espera aumentar su fructífera cosecha.

Otro día a la expectativa de Carlos Rodríguez, que perdió a su gregario Laurens de Plus por Covid. El bicho sigue activo, Enric Mas y el resto de corredores del Movistar acudieron a la salida de Ponteareas con mascarillas. Todos en alerta por los contagios.

Este miércoles, cita con una jornada similar, con 166,5 kilómetros con salida y llegada a Padrón, con dos puertos de tercera categoría y dos de segunda. Fernando Escartín (director técnico de la carrera) aventura un día movido: ''La etapa muestra un terreno rompepiernas donde el pelotón tendrá complicado controlar a la escapada''. Pue eso, a disfrutar.

Nicolas Vinokurov, el discreto (y enchufado) hijo del jefe que sobrevive en la Vuelta

Nicolas Vinokurov, el discreto (y enchufado) hijo del jefe que sobrevive en la Vuelta

«Es un enchufado, el niño bonito del jefe». «Si no fuera por su padre no estaría aquí». El kazajo Nicolas Vinokurov (22 años) ya se ha acostumbrado a soportar los comentarios envenenados que escucha desde 2022, cuando ingresó en el Astana, el equipo dirigido por su padre: Alexandre Vinokurov, que fue campeón en ruta en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, ganador de la Vuelta a España 2006 y tercero en el Tour de Francia de 2003 (sólo fue superado por los defenestrados Lance Armstrong y Jan Ullrich). La trayectoria del progenitor siempre estuvo agitada por la polémica: Fue sancionado con un caso de dopaje sanguíneo y acusado de comprar el triunfo en la clásica Lieja-Bastoña-Lieja de 2010. Se retiró en 2012 e inmediatamente después pasó a desempeñar el cargo de mánager general del equipo Astana.

El hijo del jefe sobrevive en la Vuelta ejerciendo un rol muy discreto. Ocupa el puesto 148 en la clasificación general, a un hora, 51 minutos y 53 segundos del líder Ben O'Connor. Es un integrante habitual del furgón de cola del pelotón, ese que en las jornadas de alta montaña pelea para no llegar fuera de control. El pasado domingo, con una dura travesía por las cumbres de Sierra Nevada y meta en Granada, terminó en el puesto 159, sólo cuatro llegaron más tarde que él. Su mejor resultado lo cosechó en la etapa quinta, con el puesto 28, que se resolvió al sprint de Sevilla. En el resto de citas no ha conseguido finalizar entre los 130 primeros. Un ciclista anónimo de la Vuelta, que huye del farolillo rojo y sólo acapara atención por el pasado de su protector. Antes de llegar a la Vuelta, que ayer disfrutó de su primer día de descanso, participó en la Vuelta a Burgos sin apenas notoriedad. Su mejor clasificación fue un decimoséptimo puesto en la última de las cinco jornadas de la carrera. Terminó en el puesto 100.

«Muchas personas piensan que sólo conseguí un contrato gracias a mi padre, pero no se fijan en los resultados. Tendré que seguir demostrando que valgo para esto, también tendré hacer frente a esas críticas», decía Nicolas a la web WielerFlits tras ganar una etapa en el Tour de Japón de 2023.

El hijo del patrón del Astana, nacido en Niza y criado en Mónaco, se estrenó como profesional en el Tour de Omán de 2022. Su hermano mellizo, Alexandre, milita en el segundo equipo de Astana. En su corta hoja de servicios, además del triunfo parcial en el Tour de Japón, figuran como notas más relevantes los campeonatos de ruta sub-23 de Kazajistán de 2022 y de 2023 y la segunda plaza en el Tour de Van del año pasado.

Nicolas sabe que le queda mucho aprender y que el debut en la Vuelta le sirve como una experiencia muy enriquecedora. Sus objetivos son llegar hasta la clausura de Madrid, curtirse profesionalmente y ayudar a Harold Tejada y a Lorenzo Fortunato, los líderes del Astana en la Vuelta. Él es un hijo agradecido y con ganas de mejorar: «Mi padre sabe mucho de este deporte y siempre intenta ayudarme. A veces es muy estricto, si cometo un error me castiga por ello más rápido que a mis compañeros, porque sabe que podría haberlo hecho mejor. Pero otras veces también es muy amable», ha reconocido este corredor que atesora como gran virtud en el sprint en rampa. Todo apunta a que intentará abrirse camino como clasicómano. Su padre también sabe mucho de eso.

El debutante Pavel Bittner derrota a Van Aert en la solanera de Sevilla

El debutante Pavel Bittner derrota a Van Aert en la solanera de Sevilla

''Más agua, más agua. Esto es un horno''. La Vuelta ardió camino de Sevilla. Los 38 grados provocaron un desgaste extra de energía. La deshidratación sólo se pudo evitar con un aporte extra de líquidos. Jornada llana, tediosa, agobiante por sol e inolvidable para el debutante Pavel Bittner. El checo sorprendió a Wout van Aert en un sprint larguísimo y resuelto, otra vez, con la foto finish. Fiesta para el equipo DSM y para un chaval de 21 años que nunca olvidará su victoria en el Paseo Colón de la capital andaluza.

En la abrasadora excursión por las carreteras pacenses y la entrada a Sevilla, el pelotón se protegió de la presión ambiental con un despliegue extraordinario de envases de agua y uso de prendas refrigerantes. Hasta 200 bidones y 80 kilos de hielo utilizó ayer el equipo Movistar. Hasta cinco litros de bebida tomaron cada uno de los ciclistas. Trabajo constante para los aguadores. Nunca una gran ronda se reforzó tanto para combatir los efectos de una temperatura extrema, una de las consecuencias de organizar una prueba en agosto y en la sartén de España.

En ese incómodo escenario, los supervivientes de la ronda se tomaron la etapa con tranquilidad, con un ritmo cansino. Tiempo de sopor. Llegaron a la meta con más de media hora de retraso. La jornada arrancó otra vez con una fuga protagonizada por Ibon Ruiz, tercera escapada en cinco etapas del rodador del Kern Pharma, que en esta ocasión estuvo acompañado por Txomin Juaristi (Euskaltel-Euskadi), que alcanzaron un renta máxima de cinco minutos y que fueron cazados a 38 kilómetros de la meta. Las escuadras de los sprinters no podían dejar escapar la que podría haber sido la última oportunidad para el lucimiento de los velocistas. Un día de transición para Sylvain Moniquet (Lotto), que estrenó el maillot de lunares como líder de la clasificación de la Montaña. El belga suma 16 puntos, cinco más que el italiano Filippo Zana (Jayco) y seis más que el esloveno Primoz Roglic (Red Bull-Bora), que mantiene el liderato.

Sevilla volvió a ser meta de La Vuelta 14 años después. La anterior fue en 2010, cuando acogió la salida oficial con una contrarreloj por equipos y se recuperó el maillot rojo para distinguir al líder de la prueba (la primera ocasión fue en 1945). El corredor que más veces ha llevado esta prenda es Roglic, con 38 jornadas. Un dato que desconocerá Bittner, que este miércoles sacudió la modorra del pelotón al imponerse en un sprint larguísimo, iniciado en una recta de tres kilómetros. El checo ya se anotó dos etapas en la última edición de la Vuelta a Burgos. Su triunfo junto en el centro de Sevilla precedió a la caída de Rui Costa, que tuvo que abandonar tras embestir a su compañero Owain Doull, que se cayó cuando iba en cabeza del pelotón a falta tres kilómetros para la conclusión.

Hoy, cambio de decorado, con regreso a las sendas empinadas. Jornada de media montaña que sale de Jerez de la Frontera y concluye en el Alto de la Abejas, un puerto de tercera categoría ubicado junto al pueblo blanco de Yunquera. La etapa también incluye una cima de primera y dos más de tercera. Oportunidad para los aventureros y para escaladores rápidos en finales en rampa.

Roglic, con 'foto finish', vence al precipitado Van Eetvelt en el primer e infernal asalto de montaña de la Vuelta

Roglic, con ‘foto finish’, vence al precipitado Van Eetvelt en el primer e infernal asalto de montaña de la Vuelta

El rugoso cemento abrasa en el callejón. Los gladiadores se retuercen para avanzar y mantener la verticalidad en una pared interminable de 3.000 metros. Los pulmones explotan, las venas se hinchan con el ácido láctico y la vista se nubla en una escalada agónica. Una ristra de corredores serpentea de manera descompensada, soportando un brutal castigo. El primer asalto de montaña de esta Vuelta es una ofrenda al dolor.

En ese tormento, algunos, como Primoz Roglic, encuentran instantes de placer. El esloveno vence en la cúspide de Pico Villuercas, un puerto con unas rampas infernales de hormigón que sella la primera criba de una ronda sin rey y con muchos príncipes. Liderato para el tres veces conquistador de la ronda, que bate a Lennert van Eeetvelt en el último suspiro. Resolución por foto finish en el primera cima. El belga, en la misma línea de llegada, se precipita en la celebración de la etapa, levanta el brazo derecho y es sorprendido por un golpe de riñones del veterano corredor del Red Bull-Bora. Jornada espléndida para Roglic, pero también para Enric Mas, muy sólido en toda la subida, y para Mikel Landa, que en un ascenso progresivo caza a los mejores y tiene el coraje de lanzar el sprint. Frustrante día para Richard Carapaz y Adam Yates, que ceden 1.30 minutos.

Después del tríptico portugués, el pelotón respira hondo en la salida de Plasencia para afrontar una jornada de 170 kilómetros fracturada con cuatro puertos. En el valle de Jerte, entre balcones de cerezos, el grupo se estira antes del ascenso a Cabezabellosa, cerca del imponente Mirador de la Memoria, persiguiendo a los fugados Bruno Armirail (Groupama), Sylvain Moniquet (Lotto), Filippo Zana (Jayco), Pablo Castrillo (Kern Pharma) y Mikel Bizkarra (Euskaltel).

El quinteto se entiende bien y aventaja en tres minutos al pelotón en el alto de Piornal, una cota de primera categoría fronteriza entre las cristalinas gargantas de Jerte y los campos de la Vera, con una larga sucesión de curvas. Tras el descenso, los fugados caminan rápido en dirección a Jaraíz de la Vera y Almaraz. El Red Bull-Bora de Primoz Roglic asume las labores de caza por terrenos de pimentón y tabaco, con el Visma de Sepp Kuss y UAE de Joao Almeida a la expectativa, dejándose llevar hasta el alto de Miravete, un tercera que sirve de aperitivo para el tormento de Pico Villuercas, la cima con la carretera más elevada de Cáceres, con una altitud de 1.600 metros. Un risco que preside la zona del Santuario de Guadalupe al que se accede por un estrecho sendero hormigonado que exprime a unos corredores agobiados por los insoportables 40º grados de la comarca cacereña. Traspaso permanente de hielo y bidones de agua entre gregarios y jefes de fila. Sufrimiento para Wout van Aert, que se rinde en las primeras estribaciones del coloso extremeño.

Máxima exigencia en un puerto largo (14,6 kilómetros), con una pendiente media de 6,2%, pero con una zona infernal de tres kilómetros con un firme irregular con rampas del 20%. Un obstáculo enorme para Pau Miquel, el sprinter del Kern Phama, que ayer cumplió 24 años, y para Luis Ángel Maté, el abuelo de la Vuelta (40 años), que estrenó el maillot de lunares de líder de la Montaña. Un muro que separa el trigo de la paja.

En las rampas más pronunciadas, tras la neutralización de los bravos Armirail y Castrillo, se fractura el grupo de favoritos con una aceleración de Pavel Sivakov. Luego salta Felix Gall y tras él Roglic, Mas y Van Eetvelt. Por detrás sufren Carlos Rodríguez y Carapaz, con Landa y Almeida dosificando esfuerzos. El vasco y el portugués consiguen alcanzar a los fugados en los metros finales y pugnan por una etapa que Van Eetvelt pierde por precipitación. Doble premio para Roglic, feliz en la fiesta del sufrimiento.

Enric Mas: ''Las ausencias de Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician a la Vuelta y también a mí''

Enric Mas: ”Las ausencias de Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician a la Vuelta y también a mí”

Afronta su séptima Vuelta a España con la incomodidad de no haber culminado la obra. Enric Mas (Artá, 1995) ha sido segundo en tres ocasiones, quinto, sexto y 71º en su debut (2017). A sus 29 años, el balear se encuentra en un periodo sereno, sin las urgencias del pasado, esas que le presionaban para ser el heredero de la generación de oro del ciclismo español. Se ha quedado en una situación intermedia entre los veteranos y esos jóvenes que arrasan con todo. A pesar de la numerosa competencia, él asegura que busca el podio de la Vuelta. El mallorquín atiende al periodista en un rápido encuentro telefónico en el inicio de una Vuelta que este martes presenta la primera etapa de alta montaña, un oportunidad para mostrar sus galones de líder en el Movistar.

¿Qué objetivos se ha marcado para esta Vuelta?
Entrar en el podio y ganar una etapa.
El podio incluye tres plazas. ¿No aspira a la primera?
Mi objetivo es el podio y conseguir una etapa.
¿Las ausencia de los galácticos Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician o perjudican a la organización y desarrollo de la Vuelta?
Esas ausencias benefician a la Vuelta. La no presencia de ellos genera más espectáculo, porque todo queda más abierto. Sin ellos, todo es menos monótono. Cuando Tadej está presente en las carreras todo cambia debido a su superioridad. Es un auténtico 'crack'.
¿Las ausencia de los galácticos Pogacar, Evenepoel y Vingegaard benefician o perjudican a Enric Mas?
Sus ausencias también me benefician a mí, porque sin ellos mis opciones y oportunidades aumentan. Con sus bajas crece el número de candidatos.
La relación de aspirantes a conquistar esta edición de la Vuelta es amplísima, lo nunca visto en las últimas temporadas.
Sí, hay un grupo numeroso de corredores con opciones. Para mí, el principal es Primoz Roglic, que ya ha ganado la carrera en tres ocasiones.
¿Roglic es superior a Sepp Kuss, último ganador de la ronda?
Primoz es superior. Es un gran corredor, muy bueno en todos los terrenos. Yo le pongo como el gran candidato para el final en Madrid.
¿En esta edición de la Vuelta tiene subrayadas algunas etapas?
Me gustan las etapas de Lagos de Covadonga y las de Sierra Nevada. A ver si puedo hacer algo importante en ellas.
¿Usted ya tiene 29 años, considera que aún le queda margen de mejora en este ciclismo dominado por unos chavales precoces y sin complejos?
Claro que tengo margen de mejora, todavía puedo avanzar y eso lo sé porque cada año tengo mejores números, como reflejan los entrenamientos y los trabajos realizados.
¿Cómo son esos números?
Son números.
¿Ha sido segundo de la Vuelta en tres ocasiones, qué le falta para ser primero?
Pues no lo sé.
¿Le falta suerte?
No lo sé.
Groves gana el primer sprint y Van Aert asume el liderato y da lustre a la Vuelta

Groves gana el primer sprint y Van Aert asume el liderato y da lustre a la Vuelta

Tributo al pionero y a la nueva joya del ciclismo luso. Siempre hay que ser agradecido con el anfitrión. Tras el banderazo de salida, la Vuelta tomó dirección a Torres Vedras, localidad natal de Joaquim Agostinho, el primer portugués en subir al podio de una gran ronda: tercero en el Tour de Francia en 1978 y 1979, y segundo en la Vuelta 1974. Ganó cuatro etapas en la Grande Boucle y tres en España. Esa localidad acoge un museo de ciclismo que lleva su nombre y alberga un busto de Rui Costa, único campeón del mundo portugués. A pocos kilómetros de allí, la caravana atravesó Caldas da Rainha (km 111), el pueblo de Joao Almeida, que aspira con convertirse en el primer lusitano que conquista la ronda española.

Visitas emotivas en la primera etapa en línea ganada por el australiano Kaden Groves, el velocista más acreditado de la ronda. El sprinter del Alpecin se impuso en la meta de Ourém a Wout Van Aert. El belga volvió a tirar al palo, como sucedió en la crono inaugural, con su tercer puesto. Ayer se quedó a un palmo de la victoria, pero fue premiado con el liderato de la general. Por las bonificaciones desplaza al estadounidense Brandon McNulty de la primera plaza del podio, que ahora queda a tres segundos del polivalente corredor del Visma. El maillot rojo de Van Aert (bronce en los Juegos Olímpicos de París) supone un gran espaldarazo publicitario para esta Vuelta necesitada de héroes.

Kaden Groves, que siempre estuvo muy atento en la cabeza del pelotón, se anotó su quinta etapa en la Vuelta. En 2023 sumó tres y en 2022, una. También cosechó un triunfo en el Giro de 2023. La de ayer también fue una jornada fructífera para Pau Miquel, el prometedor velocista del Kern Pharma, que terminó cuarto. El catalán sólo tiene 23 años y carece de victorias en el ámbito profesional.

Para saber más

Groves fue el más rápido de un día en el que Luis Ángel Maté volvió a acaparar notoriedad. El más veterano de la Vuelta (40 años), que fue el primero que tomó la salida en la contrarreloj de Lisboa, provocó la primera fuga de la carrera, nacida poco después de la marcha neutralizada de Cascais. El andaluz del Euskaltel se fugó en compañía de Ibon Ruiz (Kern Pharma). Ambos llegaron a tener una renta superior a los tres minutos. El fin la de la aventura llegó a 52 km de la meta, momento en el que Van Baarle abandonó por una caída. El belga es una sensible baja para la formación de Sepp Kuss y Van Aert.

Van Aert acaparó focos en una Vuelta sin dueño. Nadie quiere controlar la carrera porque aún no merece la pena desgastarse en beneficio de jefes de filas indecisos. Sin un equipo con un sprinter referencial, las etapas llanas o con ligeros repechos como la de este domingo, se antojan monótonas, con algunas intentonas de aventureros que buscan el triunfo desde la larga distancia (en cualquier momento, un espabilado puede encontrar la llave de la Vuelta, como sucedió en la anterior edición, con la escapada que impulsó a Sepp Kuss hasta lo más alto del podio). Este domingo, el grupo llegó a Ourém, en las cercanías del Santuario de Fátima, con una hora de retraso. Los nervios en el tramo final provocaron una caída en la que los principales damnificados fueron Joshua Tarling y Jhonatan Narváez.

Este lunes, la carrera presenta la última etapa en Portugal. Una jornada nerviosa de 191 kilómetros con salida en Lousa y final en Castelo Branco, que incluye el ascenso a un puerto de segunda y a otro de cuarta. El tramo final transcurre por un perfil descendente y sin apenas dificultades orográficas. Un día para esos aventureros a los que les gusta la soledad de la ruta, como El lince Maté, que este domingo lo intentó sin provecho.

El americano McNulty se exhibe en el estreno de la Vuelta en Lisboa

El americano McNulty se exhibe en el estreno de la Vuelta en Lisboa

Sin reyes a los que derrocar, el combate se desordena y el objetivo queda desenfocado. Los tronos vacíos despiertan las ambiciones de secundarios y fomentan las pugnas entre unos aspirantes crecidos ante una oportunidad única. Sin Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, la Vuelta muestra un escenario abierto, despejado como nunca, sin rival a batir. Todos contra todos. En esa pelea descontrolada entre los candidatos, Primoz Roglic marcó el terreno en la etapa inaugural de Lisboa. El esloveno fue el mejor de los escaladores en una crontrarreloj de 12 kilómetros ganada por el estadounidense Brandon McNulty, el polivalente corredor del UAE

El compañero de Pogacar en el UAE fue el más rápido en una espectacular crono llana junto a la desembocadura del Tajo, con salida en la capital lusa y llegada en Oeiras. El americano (26 años) sorprendió por su potencia en un ejercicio en el que superó por sólo un segundo al checo Mathias Vacek y por tres a Wout Van
Aert. McNulty, en un terreno para especialistas, rodó fenomenalmente acoplado a su máquina, muy atento a los cambios de la dirección del viento provocados por la cercanía de la costa.

El corredor nacido el 2 de abril de 1998 en Phoenix, que hizo un tiempo de 12.35, se viste con el primer maillot rojo. Traspaso de poderes entre estadounidenses. McNulty hereda el jersey conquistado por Sepp Kuss en la edición anterior.

Para saber más

McNulty, campeón de contrarreloj de su país en los últimos dos años, fue el mejor en la apertura de una ronda que Javier Guillén espera que cautive a la audiencia. El director de Unipublic sostiene que la ausencia del tridente galáctico otorga más espectáculo a la carrera. ''Espero que esta Vuelta sea más emocionante que el Tour y el Giro de este año'', recalca. Guillén vende bien el producto, pero lo cierto es que el impulso que hubiera proporcionado la presencia de sólo uno de esos ilustres es incomparable al plus otorgado ayer en el arranque de la capital lisboeta. Esto es lo que hay y con eso hay que tirar para adelante.

Y para tomar las riendas de la prueba se encuentran gente con hambre, como Roglic, que persigue su cuarto título y que ayer tomó la delantera en ese amplio grupo de aspirantes al podio de París. El esloveno marcó un registro de 12.52, dos segundos menos que el portugués Joao Almeida y 28 menos que Sepp Kuss.

En una contrarreloj de fuerza como la de Lisboa, escaladores como Enric Mas, Mikel Landa, Carlos Rodríguez o Richard Carapaz prefirieron arriesgar lo mínimo. En terreno hostil es mejor ser cautos y dejar pasar el envite. El mallorquín, el primero de los candidatos en salir, estableció un tiempo de 13.14; el vasco hizo 13.40, el andaluz 13.21 y el ecuatoriano, 13.15. Mejor estuvieron Skjelmose (12.57), Arensman (13.04), Daniel Martínez (13.08), Adam Yates (13.09) o Marc Soler (13.12).

El 'ahora o nunca' de Carlos Rodríguez y de una lista interminable de candidatos en una Vuelta sin el tridente galáctico

El ‘ahora o nunca’ de Carlos Rodríguez y de una lista interminable de candidatos en una Vuelta sin el tridente galáctico

Centro del escaparate para los disciplinados y rincón para el díscolo, a quien la Vuelta esperaba como último reclamo. El UAE, el equipo al servicio de Tadej Pogacar, otorga protagonismo a los que arroparon sin escatimar esfuerzos al esloveno en la conquista de su tercer Tour. Premio para el portugués Joao Almeida, el británico Adam Yates, el francés Pavel Sivakov y el español Marc Soler. Suplencia para Juan Ayuso, a quien Javier Guillén ansiaba tener en la salida de hoy en Lisboa. Con las ausencias de los galácticos Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel, el chaval crecido en Jávea podría haber animado una ronda necesitada de desafíos de rango superior para atrapar a la audiencia. Infructuoso resultado para el máximo responsable de Unipublic.

En una Vuelta sin favorito indiscutible y la más abierta de las últimas décadas, los ojos de los aficionados españoles se fijan en Carlos Rodríguez (23 años), que dispone del respaldo de un fuerte bloque del Ineos. El escalador de Almuñécar es uno de los integrantes de la amplia nómina de candidatos al podio de Madrid del próximo 8 de septiembre. «Ahora o nunca» para el andaluz y para corredores como Mikel Landa, Enric Mas, Joao Almedia, Adam Yates, Richard Carapaz, Daniel Felipe Martínez, Geoghegan Hart o Ben O'Connor. Todos ellos desconocen las sensaciones que transmite la conquista de la Vuelta, un reto ya consumado por el estadounidense Sepp Kuss, que defiende título, y por el esloveno Primoz Roglic, que se ha propuesto alcanzar su cuarto triunfo en la general e igualar la plusmarca de Roberto Heras.

«Después del Tour me tomé varios días para recuperarme y después empecé a entrenar poco a poco para mantener mi forma. Creo que mi cuerpo ya se recuperó tras estar enfermo durante un tiempo. Esta es la primera vez que haré dos grandes rondas seguidas, así que será una nueva experiencia para mí. Quiero disfrutar de la carrera tanto como pueda. Tenemos un equipo fuerte. Arensman y yo lucharemos por el mejor resultado posible en la clasificación general y en las etapas. Ambos hemos entrenado y competido mucho juntos y eso nos ayudará a manejar las diferentes situaciones de carrera de la mejor forma posible», asegura Carlos Rodríguez, que esta temporada ganó la general del Tour de Romandía, fue segundo en el País Vasco y se anotó una etapa en el Criterium Dauphiné. Ahora quiere resarcirse de los discretos resultados conseguidos en el último Tour de Francia, en el que finalizó séptimo (en 2023 fue quinto y ganó una etapa).

El líder del Ineos dispondrá de numerosas oportunidades para lucirse en una ronda que mira hacia arriba, con ocho etapas de alta montaña y cinco de media montaña. La primera cita con las cumbres llegará el martes, tras el tríptico por tierras portuguesas, con una jornada que sale de Plasencia y que incluye el ascenso a los dos colosos extremeños: Piornal y Pico Villuercas. Luego la caravana viaja al sur, con dirección a Sevilla, para afrontar una ronda «sin transición y sin tregua», según los organizadores. Posteriormente llegarán los ascensos a Yunquera y a zonas de Sierra de Nevada, antes de un traslado al norte, donde esperan Ancares y Cuitu Negru (con rampas del 23% de desnivel).

La tercera semana incluye excursiones por Lagos de Covadonga, Moncalvillo y Picón Blanco. Este último puerto se antoja como juez de la carrera. Se asciende en la penúltima jornada, tras encadenar seis cimas por territorio cántabro y burgalés. El colofón de la prueba será una contrarreloj de 12 kilómetros entre la Ciudad de Telefónica y la sede histórica de esta compañía en la Gran Vía 28 de Madrid. La ceremonia de premios se celebrará en Cibeles.

Almeida, tras regañar a Ayuso y cautivar a Jorge Mendes, persigue un hito histórico en la Vuelta

Almeida, tras regañar a Ayuso y cautivar a Jorge Mendes, persigue un hito histórico en la Vuelta

Al primero que seleccionó el poderoso Jorge Mendes en su estreno como representante de ciclistas fue a Joao Almeida. A comienzos de 2021, el mánager de Cristiano Ronaldo o Jose Mourinho intuía que su compatriota, con sólo 22 años, podía ofrecer un largo y rentable recorrido. La empresa Polaris Sports tomó las riendas de un chaval que sorprendió en el Giro de Italia de 2020: portó el liderato durante 15 etapas y terminó cuarto en la general. Entonces, el polivalente corredor militaba en el Deceuninck Quick-Step.

Mendes no perdió el tiempo y meses después de comprometerse con el nuevo talento portugués movió ficha y rubricó un contrato de cinco años de duración con el UAE de Tadej Pogacar. Almeida, formado para liderar de equipos, pronto asumió que debería estar a la sombra del genial esloveno y aceptó el rol de gregario de primer nivel. Una situación de secundario que ahora abandona en el arranque de una Vuelta a España muy especial para el corredor nacido hace 26 años en Caldas de Rainha, a 80 kilómetros de Lisboa, donde el sábado arranca la ronda con una contrarreloj individual de 12 kilómetros entre la capital y Oeiras. La segunda etapa pasará por su ciudad natal.

Almeida es, junto a Rui Costa, el gran ídolo luso, el gran objetivo de los cazadores de autógrafos. Uno de los más aclamados en la presentación del jueves de los equipos en la Plaza de Belém.

Con la ausencia de Pogacar, el portugués acude a la Vuelta con galones de jefe y con el reto de ganar y establecer un hito sin precedentes en el ciclismo de su país. Joaquim Agostinho es el único que ha subido al podio de una gran ronda: tercero en el Tour de Francia de 1978 y 1979, y segundo en la Vuelta de 1974 (terminó a 11 segundos de José Manuel Fuente, la segunda diferencia más estrecha en la historia de la Vuelta), pero ninguno ha dominado la general.

El incidente con Ayuso

Almeida destaca por su versatilidad, notable en la montaña y en las cronos (estará entre los mejores en el estreno del sábado) y tiene carácter. En el ascenso al Galibier del último Tour recriminó con aspavientos a Juan Ayuso porque, según él, no se sacrificaba lo suficiente en beneficio de Pogacar y eso abrió una crisis de confianza del español en el UAE, aunque luego trataron de cerrar heridas. «Son circunstancias que pasan en la carrera, lo importante es que se hablen las cosas para que todo quede claro», señaló el portugués, que saltó a profesionales en 2017 con el Unieuro Trevigiani, equipo búlgaro continental de origen italiano. En 2018 fichó por el Hagens Berman Axeon, propiedad de Axel Merckx, hijo de Eddy. Luego fue contratado por el director belga Patrick Lefevere, jefe del Deceuninck Quick-Step, que le lanzó al centro del escenario internacional.

Joao Almeida ha seguido una proyección constante. En seis de las siete grandes vueltas en las que ha participado ha terminado en el top ten. Fue tercero en el Giro de Italia de 2023, quinto en la Vuelta 2022, cuarto en el último Tour de Francia. Ahora podría haber llegado su gran momento.

«Estoy muy feliz de que la Vuelta empiece en Lisboa y de que la carrera pase por la ciudad en la que nací. Esto es un sueño. Contar con el apoyo del público, de mi familia y de mis amigos será especial. Es una oportunidad única en la vida», ha dicho el campeón portugués.

«En la Vuelta asumo el papel de líder junto a Adam Yates. Todos en el equipo tenemos buena relación. Estoy muy emocionado por empezar», ha señalado el luso.

El director Joxean Fernández Matxin afirma que el UAE afronta la prueba con un bloque compacto: «La Vuelta es una carrera muy importante para nosotros. Tenemos un equipo de primer nivel con gente como Joao Almeida, que correrá en casa en la salida, y Adam Yates. Todos hemos visto la colaboración entre ambos que en el Tour de Suiza y el trabajo que hicieron en el Tour de Francia, así que estamos seguros de que pueden hacer una gran carrera».

El técnico español aspira a conseguir esta temporada el triplete en las grandes rondas. Pogacar arrasó en el Giro y en el Tour y ahora es el turno del Príncipe de Lisboa.

Jasper Philipsen supera a Girmay y termina con su maldición en el Tour

Jasper Philipsen supera a Girmay y termina con su maldición en el Tour

Final de la maldición y nuevo integrante en la fiesta de los sprinters. El belga Jasper Philipsen, por fin, pudo anotarse su primera victoria de etapa en esta ronda y terminar con su permanente frustración. El velocista del Alpecin superó al eritreo Biniam Girmay (el más eficaz en esta edición, con dos triunfos) y se olvidó de sus desagradables momentos: en la sexta etapa fue descalificado por cerrar a Van Aert y fue segundo en la quinta y octava.

El compañero de Van der Poel fue el más afortunado en un día de charleta, de intercambio de confidencias. Jornada sin apenas historia, la primera etapa plácida de este Tour.

La cita posterior a la jornada de descanso suele ser peligrosa por la dificultad de algunos para adaptarse al cambio de biorritmos. Un entrenamiento inadecuado o un exceso de inactividad han acarreado dolorosas facturas en otras ocasiones. Este martes, el pelotón alertado por esos precedentes y pensando en los próximos desafíos, con entrada en el Macizo Central y luego visita a los Pirineos, se tomó la etapa con tranquilidad hasta el tramo final.

Ayuso, Aranburu y Lazkano

Ni siquiera, los aventureros de turno se lanzaron a ganar cuota de pantalla. Un ejercicio de transición para Tadej Pogacar, que mantiene su puesto de privilegio en la clasificación general, y Jonas Vingegaard, muy satisfecho tras haber superado el primer tercio de la carrera con sólo 75 segundos de desventaja respecto al esloveno.

La llegada a la meta de St. Amand Montrond también fue la clausura de un encuentro sin sobresaltos para Juan Ayuso, Alex Aranburu y Oier Lazkano, que celebraron su elección para los Juegos de París. El compañero de Pogacar doblará, al afrontar la prueba en línea y la contrarreloj.

A por el Macizo Central

Eso sí, fue un día muy señalado por el noruego Jonas Abrahamsen (Uno-X) que igualó el récord del belga Ludo Peeters, datado de 1984, al portar el maillot de líder de la clasificación de la Montaña durante las 10 primeras etapas del Tour.

Este miércoles, una etapa complicadísima, con desgaste permanente. Única excursión en el temido Macizo Central. Serán 4.350 metros de desnivel en 187 tortuosos kilómetros. La parte más dura se concentra en los últimos 50 km, con los ascensos al Col de Néronne (3,8 kilómetros al 9,1%), el Puy Mary Pas de Peyrol (5,4 km al 8%) y el encadenado final al Col de Pertus (4,4 km. al 7,9%) y el Col de Font de Cere (3,3 al 5,8%) previos a la meta en Le Lioran. Nueva criba en el top ten de la carrera.