La nueva vida de Marco Asensio con Unai Emery: un cedido de lujo para el Aston Villa

La nueva vida de Marco Asensio con Unai Emery: un cedido de lujo para el Aston Villa

El único partido que había jugado como titular esta temporada en la Champions se remontaba al pasado 6 de noviembre. Fue ante el Atlético en el Parque de los Príncipes y sólo aguantó 67 minutos sobre la hierba antes de dejar su puesto a Kang-in Lee. Hoy, cuatro meses después, Marco Asensio volverá a formar de inicio en la ida de octavos ante el Brujas. Pero no con la camiseta del PSG, sino con la del Aston Villa. No a las órdenes de Luis Enrique, sino a las de Unai Emery. No como delantero, sino en la posición de '10'.

Desde hace justo un mes, Asensio parece otro futbolista en Birmingham, donde llegó como cedido, convirtiéndose en la guinda del pastel de Monchi. Previamente, el director deportivo ya había cerrado los fichajes de Donyell Malen, por el que pagó 25 millones de euros al Dortmund, y Andrés García, el prometedor lateral zurdo procedente del Levante. También la cesión de Marcus Rashford, aquel apabullante talento que nunca pudo desarrollarse en el Manchester United. Pero a diferencia del resto, Asensio era casi una obsesión para Emery, que le había abrasado a llamadas desde semanas atrás.

«Hablé muchas veces con Unai y me transmitió muchas cosas: cómo trabaja el cuerpo técnico, cómo eran sus futbolistas, cómo es Villa Park. Me confirmó la confianza que tenía en el club y lo que estaba creando», dijo el ex madridista poco después de aterrizar en Birmingham. No se trataba de la primera vez que el ex técnico del Sevilla preguntaba por él. Ya lo hizo en el verano de 2023, cuando su Aston Villa había logrado el billete para la Conference League. Pero la tercera competición continental no se antojaba precisamente apetecible.

18 minutos desde diciembre

El flamante proyecto de Luis Enrique parecía mucho más acorde para todo un campeón de tres Champions. Sin embargo, un traumatismo en el pie derecho complicaría su primer año en París. Esta temporada, la confianza del asturiano se redujo a la mínima expresión. Apenas 16 partidos, 10 como titular, entre agosto y enero. Desde diciembre, únicamente 18 minutos en 11 compromisos. En principio, el PSG sólo pensaba en un traspaso, dado que había alcanzado las seis cesiones permitidas por la UEFA. A última hora, después de traspasar a Cher Ndour del Besiktas a la Fiorentina, lograron vía libre para Asensio.

«Hablé con Marco sobre la posibilidad de jugar como número 10 porque es polivalente. También puede actuar por banda y por dentro. El desafío es extraer su mejor fútbol dentro de nuestra estructura», admitió el preparador guipuzcoano. No se trataba solamente de continuar con la progresión de los jóvenes Jacob Ramsey y Morgan Rogers. Ni de seguir potenciando a Ollie Watkins (13 goles y 11 asistencias). El ataque de Emery debía orbitar en torno a Asensio.

La baza de la FA Cup

Durante su citada entrevista con el Daily Mirror Asensio no dudó en explicar los motivos que le guiaron hasta Villa Park. «Una de las claves fue que Unai me dijo que me veía como número 10». Ubicado en esa posición ya formó de inicio en el 2-2 ante el Liverpool. Sólo tres días más tarde anotaría dos goles ante el Chelsea (2-1) y el pasado viernes, otro doblete ante el Cardiff en la quinta ronda de la FA Cup. Puesto que el cruce de cuartos se decidirá contra el Preston North End y dado que entre el Big 6 sólo sobrevive el Manchester City, no parece descabellado pensar que Emery podría guiar a los villanos a su primer título copero desde 1957.

El paso inmediato, sin embargo, ha de darse hoy en el Jan Breydel ante el Brujas, un rival que ya les sorprendió en la liguilla (1-0). Aquella noche será siempre recordada por el grotesco error del central Tyrone Mings, que tomó en el área el balón con la mano tras un saque con el pie de Emiliano Martínez. Hace sólo tres semanas, el cuadro belga borró del mapa al Atalanta en Bérgamo bajo el liderazgo de Chemsdine Talbi, un delantero de 19 años. El 5-2 global en el playoff ante el vigente campeón de la Europa League debe poner sobre aviso a Emery. No sólo porque se trata de la primera eliminatoria de Copa de Europa para el Aston Villa en casi cuatro décadas, sino porque en cuartos de final aguardarían el Liverpool o el PSG.

Real Madrid y Atlético, el derbi de los extremos: "Hay una escalada de violencia, un ambiente muy encanallado"

Real Madrid y Atlético, el derbi de los extremos: “Hay una escalada de violencia, un ambiente muy encanallado”

Hace unos meses que Jota, cantante de Los Planetas, preguntó a Álvaro Rivas por qué se había hecho del Real Madrid si su padre era del Atlético. «Hasta ese momento, nunca lo había verbalizado», admite el cantante de Alcalá Norte, antes de razonar su respuesta. «Cuando yo nací, mi madre murió en el parto. Hacerme del Madrid fue un detalle con mi abuelo materno, que era muy del Madrid y vecino de Chamartín. De un modo inconsciente tomé esa elección para darle cariño a mi familia materna», desarrolla Rivas, en conversación con EL MUNDO. En febrero de 2007, días antes de cumplir 12 años, Álvaro vio en el Vicente Calderón junto a su padre el primer gol de Fernando Torres en un derbi. Sin embargo, mañana no querrá compañía para disfrutar de la ida de octavos de Champions. «Ni de broma voy a verlo con él. En estas ocasiones preferimos harcelo por separado», añade el autor de La vida cañón, uno de los grandes himnos de 2024. En un momento de distanciamiento entre los clubes, con Florentino Pérez y Miguel Ángel Gil enfrentados a propósito de los árbitros, el caso de Rivas ilustra la rivalidad ciudadana. La de un derbi agitado por las vaivenes históricos y marcado por los extremos.

Estos días, en la sede del Partido Popular de Madrid se suceden las escenas de sano pique deportivo. «Debido a mi cargo, a mí se me respeta bastante. Es cierto que en el PP hay mucho madridista, pero como soy un liberal convencido, allá cada cual con sus decisiones y sus errores», bromea Alfonso Serrano, secretario general de los populares madrileños. Durante su época de portavoz, Serrano inició una tradición que mantiene hasta hoy. «Tras alguna gran victoria, las reuniones del grupo parlamentario arrancan con el himno del Atleti», desvela Serrano, apoyado por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida y con la frontal oposición de Carlos Díaz-Pache, portavoz en la Asamblea.

Una marcada división interna en el PP que derriba algunos tópicos sobre el extracto social de las aficiones. «Hemos superado los estereotipos y ahora vivimos un fenómeno totalmente transversal, que trasciende el barrio y la ciudad, la clase social o los niveles de renta. Aun así, creo que el madridista es más prepotente y el aficionado del Atlético, más dado a saborear la victoria. La pasión de un partido en el Metropolitano no tiene nada que ver con el ambiente del Bernabéu, donde además de apoyar y disfrutar, lo que la gente quiere es exigir a su equipo», relata Serrano.

«Romantización excesiva»

La bipolaridad entre un Madrid supuestamente favorecido, desde los tiempos del franquismo, por las instituciones, frente a un Atlético sufridor, bohemio y canalla, también es puesta en cuestión en nuestros días. «Eso del adalid de las causas perdidas supone una romantización excesiva. Nos gusta montarnos muchas películas, pero no creo que haya tanta profundidad. ¿Por qué somos del Atleti? Porque es el equipo que nos emociona. Pero no tiene nada que ver con las victorias o las derrotas. Como decía Luis Aragonés: "Si el Atlético es El Pupas, ¿los demás qué son, El Costras? La grandeza va por otro lado, no por el número de copas expuestas en una vitrina», apunta a este periódico Juanan Cantelar, socio fundador de Los 50, una asociación que lucha por recuperar la verdadera historia del club rojiblanco.

El veredicto de Cantelar sobre la presunta filiación franquista del gran rival ciudadano derriba algunos mitos. «A Franco no le gustaba el fútbol, pero cuando el Madrid empieza a ganar Copas de Europa, ese éxito le viene fenomenal como instrumento de propaganda de la Dictadura. Por tanto, no oculta una cierta simpatía por ellos, dado el aperturismo que suponía en un momento de aislamiento internacional. ¿Esto quiere decir que el Madrid fuese un club franquista? Sólo hay que analizar las cosas a la luz de su momento».

Tampoco conviene olvidar que el mismísimo Santiago Bernabéu, durante su etapa como futbolista, traicionó al Real Madrid para disputar la temporada 1920-21 con los colchoneros. Y que, pese a su sincera amistad con Javier Barrios, presidente del Atlético, siempre consideró al vecino con mucha más antipatía que al Barça, cuya enemistad fue posterior y de carácter sociopolítico. «Obviamente había rivalidad, pero también otro tipo de valores», completa Cantelar. «En 1964, el Atlético jugó unas semifinales de la Recopa contra el Nuremberg en el Bernabéu y la opinión general del madridista era que ganara el vecino. De igual modo que entre la afición rojiblanca no se veían con odio los títulos de Copa de Europa del Madrid», sostiene el autor de 95-96: El año del doblete (Alborada, 2005).

Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, en una imagen de 1975.

Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, en una imagen de 1975.EFE

A estas muestras de mutuo respeto, Cantelar añade el gol de Rubén Cano en Belgrado, que otorgaría el billete a España para el Mundial de 1978, cuando Juanito salió «a abrazar como un loco a un jugador al que odiaba a muerte en el campo»; la cesión de Ramón Grosso en 1963, cuando el Atlético coqueteaba con el descenso; o la fotografía de Alfredo Di Stéfano con la camiseta rojiblanca en 1955, durante un partido homenaje a Adrián Escudero. Entonces, muchos madrileños adquirían los carnets de socio de ambos equipos para ver cada domingo a uno. «No había un clima de antimadridismo, ni viceversa», finaliza Cantelar, subrayando que ahora vivimos «en una escalada de violencia», con un ambiente «muy encanallado».

Este feo panorama, sin embargo, se matiza en boca de Miguel Aguilar, director literario de Debate, Taurus y Random House. «Aún tengo grabado un derbi en los 90, cuando a la salida del estadio vi a un tipo a quien estaban zurrando con una cadena. Ni siquiera recuerdo si eran Ultras Sur los que pegaban y alguno del Frente Atlético quien recibía. O viceversa. Esa violencia tan exacerbada, afortunadamente, se da mucho menos. Ahora hay otra más gestual, como esta moda de colgar monigotes en los puentes de la M-30», apunta este confeso madridista, en cuya memoria aún permanecen el doblete de Raúl en el Calderón en 1997, el cabezazo de Sergio Ramos en la final de Lisboa o la inmortal jugada de Karim Benzema en las semifinales de 2017, el último derbi disputado en el Calderón.

«Identificación con la hinchada»

A juicio del prestigioso editor, tanto Diego Simeone como Carlo Ancelotti juegan un papel «muy representativo» en la historia de sus clubes. La pasión del argentino conecta con el Metropolitano, mientras la mano izquierda de Carletto siempre ha encandilado a Chamartín. «Admiro la identificación del Atlético con su hinchada. Ganar una Liga al Madrid de Cristiano Ronaldo y el Barça de Leo Messi tuvo un mérito asombroso. Jugar dos finales de Champions, también. Mantenerse tanto tiempo es algo que muy pocos han conseguido. Pero no me quedaría con muchas características de Simeone. Hay una broma que suelo hacer a mis amigos colchoneros: El Cholo debería fichar por el Madrid sólo para que pudiéramos destituirlo en la segunda jornada».

El reciente mensaje de Simeone a propósito de los árbitros, apuntando a favores que se remontan a más de un siglo, tampoco ha pasado desapercibido entre sus fieles. «Si alguien no tiene motivos para quejarse del trato arbitral es el Madrid. En los derbis tenemos ejemplos a manos llenas. Soy un firme defensor del VAR, porque reduce el margen de error y convierte en más legítima cualquier victoria o derrota», desvela Serrano. Por el contrario, Rivas observa con «bastante distancia» las polémicas. «El caso Negreira pinta bastante feo, pero también hay que asumir que todo ha salido a la luz cuando ya no tiene consecuencias deportivas. Por mucho que quieras amañar o inclinar el campo hacia un lado, el deporte siempre se va a imponer», cierra el músico, recuperado de sus cuatro cirugías para corregir una rara infección intestintal.

La diferencia es Julián Álvarez, con los mismos goles ya que Luis Suárez en 2021

La diferencia es Julián Álvarez, con los mismos goles ya que Luis Suárez en 2021

El pasado agosto, el Atlético decidió invertir 80 millones de euros por el delantero titular de la campeona del mundo, con el doble objetivo de dar un salto cualitativo a su ataque y liderar un próximo futuro sin Antoine Griezmann. Desde entonces, Julián Álvarez ha superado las expectativas, ajustando su juego a las exigencias de Diego Simeone. Porque no se trata sólo de sus 21 goles en 40 partidos, sino de sus desmarques continuos, su habilidad para atacar el segundo palo y su disposición para la presión y el robo.

Menos de un mes después de su penalti a lo Panenka, La Araña visita de nuevo el Bernabéu convertido ya en la referencia ofensiva del Atlético. Partiendo desde la izquierda o como segundo punta, parece idóneo para dañar la defensa del Real Madrid, donde Fede Valverde arrastra unas recurrentes molestias en el muslo izquierdo y Raúl Asencio podría volver a ejercer como central en sustitución de David Alaba.

"Cuando supimos que ya estaba confirmada su llegada nos puso muy contentos, porque teníamos un jugador diferente, como en su momento Luis Suárez", aseguró el domingo Simeone. De hecho, los 21 goles de Julián igualan el registro del uruguayo en la temporada 2020-21, la última vez que el Atlético alzó el título de Liga. "Son jugadores diferenciales. Me alegra su humildad, su forma de trabajar, su manera de estar entre los titulares, de jugar por la izquierda o esperar en el banco para entrar", valoró El Cholo sobre el autor del tanto de la victoria ante el Athletic en el Metropolitano.

La remontada ante el Leverkusen

Incluso actuando muy lejos del área rival, Álvarez ha sabido ofrecer soluciones para sus compañeros. Su primera aparición diferencial llegó el 26 de septiembre, con el tanto de la victoria en Balaídos. A partir de ahí fue acelerando su adaptación y ganando en confianza, incluso sacrificándose en tareas ingratas. De hecho, el pasado martes en la Copa del Rey, su capacidad de trabajo frente al Barça permitió al Atlético salir airoso de las mayores fases de dominio rival.

En la presente Champions, Julián ya ha dejado formidables actuaciones, con especial mención para la remontada ante el Leverkusen, liderando a un Atlético en inferioridad tras la roja a Pablo Barrios. A finales de noviembre se convirtió en el tercer jugador rojiblanco que marcaba de libre directo en el máximo torneo continental, después de Milinko Pantic (1996) y Sergio Agüero (2009).

Sólo 12 partidos completos

Ahora mismo, sus números podrían incluso superar a los de la temporada pasada en el Manchester City, cuando fue uno de los siete jugadores de la Premier League implicado en más de 30 goles, fuese con el disparo o con la asistencia. Este año ha formado 31 veces en el once titular, aunque sólo jugó 12 partidos completos. Tiempo suficiente para convertir la mitad de sus disparos entre palos (21/42).

En los próximos tres meses, el objetivo prioritario será ampliar su excelso palmarés. Porque ya en diciembre de 2023, con apenas 23 años, Julián ya había igualado a dos leyendas como Dida y Cafú, al reunir en su vitrina la Copa del Mundo, la Copa América, la Champions League, la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes. A esa hoja de servicios hay que añadir otros trofeos nueve trofeos, entre ellos una FA Cup y una Supercopa de Europa.

Discreto arranque de Fernando Alonso en los test de Bahrein

La pretemporada del Mundial 2025 echó a rodar con una sesión matinal de cuatro horas en Bahrein, saldada sin averías ni incidentes de gravedad. El debutante Andrea Kimi Antonelli lideró la tabla de tiempos al volante de su Mercedes (1:31.428) aunque 1,5 segundos más lento que el mejor registro de la temporada pasada, obra de Carlos Sainz. El estreno no resultó propicio para Fernando Alonso, que sólo pudo completar 46 vueltas, el peor registro de los 10 coches en pista. El bicampeón mundial, a 44 centésimas de la cabeza, acabó en séptima posición.

Aston Martin debe considerar como una mala noticia que Alonso fuese el único piloto, junto con Nico Hulkenberg (Sauber), incapaz de completar la distancia equivalente al GP de Bahrein (57 vueltas). Incluso dos novatos a bordo de monoplazas poco competitivos como Oliver Bearman (72 vueltas con Haas) y Jack Doohan (68 vueltas con Alpine) superaron los registros del asturiano.

En la zona noble, Liam Lawson marcó el segundo tiempo más rápido con su Red Bull, a 132 milésimas de la cabeza, aunque protagonizó el percance más espectacular de la jornada, del que salió airoso por muy poco. Cuando iba a cumplirse la primera hora, el neozelandés perdió el control del RB21 a su paso por la curva 2, con un trompo que le hizo pisar la grava. El susto no hizo cambiar el gesto de Christian Horner, team principal de la escudería de Milton Keynes, que ha presentado un monoplaza muy similar al que hizo coronarse a Max Verstappen en 2024.

Albon, tercero con el Williams

Por entonces, los participantes seguían lidiando con las dificultades propias de la pretemporada, Con 14ºC en el aire y entre las ráfagas de viento del desierto, algunos de los favoritos, como Oscar Piastri (octavo con su McLaren) quedaron relegados a la intrascendencia. Mejor marchó el miércoles para Alex Albon, tercero con Williams a 14 centésimas del liderato.

El otro gran punto de interés fue la puesta en marcha de Lewis Hamilton con Ferrari. El heptacampeón acabó quinto, a 406 milésimas de Antonelli. No obstante, como queda dicho, los tiempos no deben considerarse aún representativos, dado que Antonelli, al volante del W16, rodó 2,5 segundos más lento que la pole del último GP de Bahrein (1:29.179).

Aun sin

Sesión matinal en Sakhir

Clasificación y tiempos

1. A.K. Antonelli (Mercedes) 1:31.428 (78 vueltas)
2. L. Lawson (Red Bull) +0.132 (58)
3. A. Albon (Williams) +0.145 (63)
4. Y. Tsunoda (Racing Bulls) +0.182 (77)
5. L. Hamilton (Ferrari) +0.406 (70)
6. J. Doohan (Alpine) +0.413 (68)
7. F. Alonso (Aston Martin) +0.446 (46)
8. O. Piastri (McLaren) +0.656 (65)
9. N. Hulkenberg (Sauber) +0.741 (55)
10. O. Bearman (Haas) +4.094 (72)

Los detalles técnicos del nuevo coche de Fernando Alonso: las branquias, la clave invisible del suelo y la aleta de tiburón

Los detalles técnicos del nuevo coche de Fernando Alonso: las branquias, la clave invisible del suelo y la aleta de tiburón

Aston Martin eligió Bahrein para poner sobre el asfalto el AMR25. Lejos de Silverstone, habitual escenario de sus filming days, la escudería británica volvió a confiar a Lance Stroll las primeras comprobaciones técnicas, tanto en el volante, como en los pedales y el asiento. Sin embargo, el flamante monoplaza verde no responde a las exigencias del piloto canadiense, sino a las de Fernando Alonso. Los 200 km del lunes en el circuito de Sakhir, con unos neumáticos de exhibición que no sirven para extraer conclusiones sobre el rendimiento del coche, representan únicamente la primera piedra sobre la que asentar, al fin, un proyecto fiable. Esa ha sido la prioridad del bicampeón para el Mundial 2025.

No se trata de ganar carreras, ni de luchar por los podios, ni de mejorar el quinto puesto de 2024, por detrás de McLaren, Red Bull, Ferrari y Mercedes. El objetivo inmediato de Aston Martin pasa por encontrar una línea básica de desarrollo. Un camino fiable. Algunas certezas entre la maraña de datos. Para ello ha confiado en Andy Cowell, nuevo CEO del equipo. Aún quedan unos días para que Adrian Newey, el mago de la aerodinámica, se incorpore de forma oficial, así que el gran desafío de Cowell pasa por marcar una pauta. Da igual que se trate de un año de transición, a la espera de la revolución reglamentaria de 2026. Aston Martin precisa pasos pequeños, pero firmes.

Las recreaciones digitales presentadas el pasado domingo dejaban entrever numerosos cambios, desde los pontones, más simplificados y estrechos, hasta la cubierta del motor y el suelo. Durante el shakedown del lunes, esta reestructuración aerodinámica de la que presumía Cowell quedó algo en entredicho. De todos modos, parece evidente que la nariz del morro será más afilada y la tapa superior se cerrará en forma de una prominente aleta de tiburón. Además, el sistema de refrigeración se abrirá a través de unas llamativas branquias. Un concepto muy similar al ofrecida por Alpine a Alonso durante el Mundial 2022. El aleron delantera, desde luego, presentará un concepto totalmente distinto.

Banco de pruebas para 2026

Por supuesto, todo este armazón se sustentará a partir del suelo, al que los ingenieros han prestado una especial atención. El control milimétrico de los flujos de sus canales supone un incremento exponencial de la eficiencia aerodinámica. Sin embargo, por la propia naturaleza del suelo, ninguna cámara ha podido captar aún las claves de su diseño.

El resto de piezas, incluyendo el motor, las suspensiones y la caja de cambios, representan un calco del AMR24, dado que son componentes comprados íntegramente a Mercedes. Por si las dudas, nadie se ha quedado de brazos cruzados este invierno en la fábrica de Silverstone. Aston Martin quiere tomarse este Mundial como el mejor banco de pruebas para 2026, cuando los diseños de Newey puedan marcar la diferencia.

De momento, el punto de partida para los ingenieros se ha centrado en el criterio de Alonso, que el pasado agosto dejó un demoledor diagnóstico: «El coche no es fácil de conducir. A veces es un poco impredecible y resta confianza al piloto, porque no deja capacidad de apretar al 100%». Después de tres años regidos por las normas del efecto suelo, Aston Martin aún no conocía exactamente el comportamiento real su vehículo. Se vio durante la calamitosa segunda mitad del Mundial 2023 y también el año pasado, donde llegaron a darse situaciones rayanas en el ridículo. Durante el GP de Estados Unidos, disputado en octubre, llegaron a probar cuatro suelos diferentes y el que mejor rendimiento ofrecía era el que ya habían estrenado en abril.

Cowell no va a tolerar más palos de ciego para salir del hoyo, ni huidas hacia adelante que precedan a otra marcha atrás. El AMR25 ha de ser predecible, no caprichoso. Por encima de todo, ha de mejorar su estabilidad en el tren trasero. Sobre estas bases viene trabajando Enrico Cardile. El nuevo director técnico, procedente de Ferrari, personifica una nueva manera de entender el proyecto. Una filosofía diametralmente distinta a la de Mike Krack, ex team principal, defenestrado ahora a jefe de operaciones en pista.

Lo crucial, a partir de ahora, no pasará por encontrar niveles máximos de carga aerodinámica, sino de desarrollar un monoplaza algo más amable para Alonso y Stroll. Un coche con una ventana operativa más amplia. Todos los esfuerzos no se focalizarán en poner sobre el asfalto las alentadoras cifras halladas en el túnel del viento de Silverstone, sino en construir un monoplaza que sus pilotos expriman con total confianza. En los 24 circuitos del calendario. Sin excepción. Y sin que sobrevuele el riesgo de perderlo en los virajes lentos o surja el molesto traqueteo del porpoising en las largas rectas.

El año pasado, Aston Martin sumó 42 de sus 94 puntos en las seis primeras citas del Mundial. A partir de entonces, su desfallecimiento resultó tan gradual como dramático, embolsando apenas ocho puntos en las seis últimas carreras. A última hora del lunes, cuando Alonso subió por primera vez al AMR25, para completar las rutinas del filming day, el objetivo era el inverso: escalar, palmo a palmo, hacia la cima de 2026.

Los pecados del Manchester City ante el Real Madrid: la vieja guardia de Guardiola, los cinco centrales y los errores de Ederson

Los pecados del Manchester City ante el Real Madrid: la vieja guardia de Guardiola, los cinco centrales y los errores de Ederson

A falta de un cuarto de hora, el silencio se había apoderado del Etihad Stadium. Ederson acababa de salvar el 1-2 ante Jude Bellingham y la afición local se presumía lo peor. Intentaba matar los nervios confiando en su portero. Atrás quedaba la pancarta con la efigie de Rodri recogiendo el Balón de Oro y los abucheos constantes contra Vinicius. Ederson, recuperado a última hora, representaba el último muro citizen. Hasta que en el tramo final, dos pifias casi consecutivas del brasileño condenaron al equipo de Pep Guardiola.

Fue un pésimo despeje de Ederson con los pies, su especialidad, el regalo que necesitaba el Madrid para el 2-2. Sin embargo, el gran dominador de la Champions aún necesitaría otra concesión del guardameta para su primera victoria en el coliseo skyblue. Por cuarta vez en el torneo, el grupo de Guardiola encajaba al menos tres tantos. Los octavos de final quedan ahora más lejos. Y eso que hay que remontarse 14 años atrás para la última vez que se quedó fuera de esta ronda. Entonces compartía grupo con Real Madrid, Dortmund y Ajax.

Fue una apuesta fallida del técnico de Santpedor por su vieja guardia. Desde octubre no había podido disponer, al mismo tiempo, de sus cinco centrales sanos, así que ni siquiera dudó en apostar por Nathan Aké, sin un solo minuto en los seis últimos partidos. El holandés no tardó ni un cuarto de hora en demostrar su jerarquía, con dos intervenciones decisivas ante Ferland Mendy y Vinicius.

Stones como mediocentro

La otra jugada de riesgo fue Jack Grealish, cuyo peso en el último mes se reducía a un cruce de FA Cup ante el Salford. "Hay futbolistas que te dan algo en partidos concretos", vaticinó Guardiola, con buen ojo para los presagios. La decisión de aguantar al '10', pese a sus molestias en el muslo izquierdo, encontró premio. Calentaba en la banda Phil Foden, pero fue Grealish, en colaboración con Josko Gvardiol, quien sirvió el 1-0. Tras cuatro partidos de sequía, Erling Haaland cantaba un gol frente al Real Madrid.

Ajeno a cualquier emoción, pese a los cuatro minutos de espera, Guardiola se limitó a regresar a su asiento. Aun en ventaja, el City seguía mostrándose vulnerable. Ni siquiera la baza de John Stones, de mediocentro por primera vez en la temporada, no bastaba para sostener el esquema. Había mucha distancia entre líneas, demasiado descontrol cada vez que el rival enhebraba tres pases.

En realidad, el único sostén era Manuel Akanji, jaleado por sus compañeros con cada acometida sobre Vinicius. De sus 29 partidos del año, sólo había formado como lateral ante el Nottingham Forest, pero ¿quién pudo añorar en la primera parte al traspasado Kyle Walker? Si prescindir de Grealish ya había supuesto un contratiempo, la lesión del suizo poco antes del descanso debía espolear aún más a la estrella brasileña del Madrid.

"¡Haced lo de siempre!"

La circulación del City sólo había encontrado unos instantes de gracia merced a la mala coordinación de la presión visitante. Bernardo Silva y Kevin de Bruyne no encontraban el ritmo, haciendo caso omiso a las indicaciones previas de su técnico: "¡Haced lo de siempre, jugad con nuestro estilo!". A la vieja guardia del City se le notaban las carencias de los últimos meses. Cuando Aké se resintió de sus molestias, Guardiola tuvo que recomponer el dibujo retrasando a Stones y dando entrada a Mateo Kovacic.

Desde el arranque, el Madrid había sufrido lo suyo para sacar la jugada limpia desde atrás. Ante el menor embate de la presión, sus centrales sufrían. Pero cuando al City se le acabó el oxígeno, los fallos se sucedieron. Kovacic, en la mala línea de todo el año, erró en su pase atrás para Rico Lewis. La lentitud de Ederson en la salida hizo el resto.

El Manchester City de Pep Guardiola, roto en defensa: 1,53 goles, el peor balance tras pérdida y 60 millones por Nico González

El Manchester City de Pep Guardiola, roto en defensa: 1,53 goles, el peor balance tras pérdida y 60 millones por Nico González

«Todos se fijan en mis datos ofensivos, pero los que más me interesan son los defensivos. La defensa refleja tu trabajo como entrenador». Esta frase, recogida por Martí Perarnau en Dios salve a Pep (Corner, 2023), comprime una de las grandes obsesiones de Pep Guardiola. El técnico que ha llevado a lo más alto el fútbol ofensivo en el siglo XXI sufre ante cualquier contratiempo cerca de su área. Por lo tanto, cuando se siente vulnerable intenta minimizar el peligro con la mera posesión del balón. Sin embargo, desde la lesión de Rodri toda su estructura se ha desmoronado. En 32 partidos de Champions y Premier League, ha encajado 49 goles (1,53 de promedio). Sin su Balón de Oro, el Manchester City es el equipo de la liga inglesa al que más disparan al contragolpe. Precisamente, el punto fuerte del Real Madrid que hoy visita el Etihad.

El pasado sábado, el City se expuso a 13 disparos del Leyton Orient, un rival de tercera división, antes de cerrar su apurado pase a la quinta ronda de la FA Cup (1-2). «Es difícil terminar con Rico [Lewis] como lateral izquierdo y Bernardo [Silva] como lateral derecho», admitió Guardiola sobre su línea defensiva, parcheada con dos centrocampistas no precisamente fuertes ni altos. Una semana antes ya había sido vapuleado por el Arsenal (5-1), en la derrota más abultada a domicilio del City en la Premier desde 2008. Era el cuarto partido de la temporada en que Guardiola recibía cuatro o más goles. El peor registro de toda su carrera en los banquillos.

Kylian Mbappé, Vinicius y Rodrygo encarnan hoy el peligro del Madrid, un equipo que no necesita elaborar para plantarse frente al portero. Hace menos de un año, los brasileños ya desestabilizaron en el Bernabéu a un City sin Nathan Aké y Kyle Walker, sus dos pilares defensivos. Hoy, el holandés arrastra una lesión muscular que le apartó de los cuatro últimos partidos, mientras el lateral, muy criticado por los hinchas, fue traspasado al Milan. Guardiola también cuenta con la duda de Rúben Dias, víctima de un problema en la cadera. Con sus centrales titulares entre algodones, podría llegar el turno de Abdukodir Khusanov, incorporado en el mercado invernal. Sin embargo, el debut del uzbeco en la Premier, con un par de errores groseros ante el Chelsea, no invita precisamente al optimismo.

11 derrotas en 37 partidos

«Sus jugadores de arriba son excepcionales. Tienen capacidad para jugar en corto y en largo, así que deberemos imponer nuestro fútbol», vaticinó ayer Guardiola. «Podemos jugar bien, aunque no seamos tan consistentes como antes. No puedo negar que confío en quienes fueron tan buenos en la última década», admitió, en referencia a Ilkay Gündogan (34 años), Kevin de Bruyne (33), Mateo Kovacic (30) o Bernardo Silva (30). El pasado 25 de enero, su veredicto resultaba mucho menos alentador: «Me encantaría no conceder tanto, tener más control, pero por las ausencias que tenemos, somos un equipo viejo».

Después de 37 partidos oficiales, Guardiola suma ya 11 derrotas, a sólo una del peor dato de su carrera, allá por 2020. Quinto en la Premier, a 15 puntos del liderato, su único objetivo realista pasa por asegurar el top-4. En sus 17 temporadas como entrenador, jamás terminó una liga por debajo de la tercera plaza. Por eso, tampoco puede permitirse deslices en este agotador febrero, donde aún esperan Newcastle, Liverpool y Tottenham. El vigente campeón de Inglaterra, que enlazó nueve derrotas en 12 partidos a finales de 2024, ni siquiera parece fiable cuando el viento sopla a favor: fue incapaz de ganar nueve partidos en los que anotó el 1-0.

Entre todas las urgencias, ninguna tan acuciante como la de su fragilidad atrás. Con 1,45 goles en contra, la defensa de Guardiola sólo supera a nueve en la Premier. Esta abrumadora estadística duplica las de sus días de gloria. Durante aquellas cuatro temporadas en el Camp Nou, Pep encajó 0,73 tantos de media, haciendo del Barça el equipo menos goleado de LaLiga. Tras su marcha a Múnich, aún pulió esa cifra, consolidando al Bayern como la mejor defensa de la Bundesliga (0,69 de promedio).

Stones, Kovacic y Lewis, durante el 5-1 ante el Arsenal.

Stones, Kovacic y Lewis, durante el 5-1 ante el Arsenal.MANCHESTER CITY

Desde noviembre, el City sufre lagunas de concentración a la hora de coordinar su línea de atrás. Se vio, por ejemplo, en la visita al Brighton (2-1) o durante su tétrico paso por Anfield, donde debió recibir un castigo mucho mayor (2-0). Incluso en situaciones de uno contra uno, el City parece incapaz de defenderse con rigor en el área.

Aun siendo notorias estas deficiencias, ninguna tan grave como la lentitud en los repliegues y la incapacidad de interrumpir el juego tras cualquier pérdida. Antes de la desgracia de Rodri, el City había recibido tres disparos en transiciones. Desde entonces, suma 26, el peor registro de la Premier. Hoy, sus esperanzas pasan por Nico González recién comprado al Oporto a cambio de 60 millones. El canterano del Barça, que ayer se ejercitó con normalidad tras superar un golpe, es un todoterreno que destaca por su agresividad en la recuperación y sus hábiles conducciones. Un perfil similar al de Kovacic, cuyas aptitudes como pivote han quedado más de una vez en evidencia.

El doble pivote de 2023

Así que Guardiola, el estratega que hizo de Joshua Kimmich un central de garantías, busca a la desesperada una solución como la que en 2023 le guio al triplete. Aquel curso pudo redondearse de modo triunfal gracias al doble pivote formado por Rodri y John Stones. Con sus 188 centímetros, decisivos a la hora de defender el balón parado, y su elegancia en el toque, el centrocampista inglés protagonizó una excelsa final ante el Inter. La labor de mediocentro posicional es muy específica y él mismo ha admitido que le encanta. Ahora parecía la opción idónea. Sin embargo, durante sus 13 partidos del curso, sin excepción, Stones ha jugado como central.

Guardiola, durante la rueda de prensa del lunes en Manchester.

Guardiola, durante la rueda de prensa del lunes en Manchester.AFP

Entre tantos desajustes hoy no queda ni rastro de aquella presión tras pérdida con la que el Barça, entre 2009 y 2013, ahogaba a sus adversarios. En torno a seis segundos de promedio, a tenor de cálculos posteriores. Tampoco el rol de los defensas, descritos por Perarnau en Dios salve a Pep. «Han de saber convivir con otro riesgo: una vez que han conseguido el objetivo de asentarse en campo rival, deben permanecer cerca del círculo central, a 50 metros de su portero, para seguir empujando hacia arriba. Han de ser veloces, atrevidos y capaces de asumir el riesgo».

En este angustioso contexto, Guardiola se aferra a la Champions con la esperanza de que eliminar al Madrid supondría «un gran impulso para lo que queda de temporada». Su última derrota como local en Champions se remonta al 19 de septiembre de 2018 ante el Olympique de Lyon (1-2). Desde entonces 30 victorias y cinco empates, por lo que sigue al acecho de los récords de Bayern, invicto durante 43 partidos entre 1969 y 199, y Barça, con 38 entre 2013 y 2020.

Dani Clos, el piloto español que vuela sobre el agua en el Mundial apadrinado por Nadal, Brady y Lebron: "Me gusta el riesgo de poderme hacer daño"

Dani Clos, el piloto español que vuela sobre el agua en el Mundial apadrinado por Nadal, Brady y Lebron: “Me gusta el riesgo de poderme hacer daño”

Dani Clos (Barcelona, 1998) es un animal competitivo, un piloto capaz de aplicar su talento a cualquier artefacto y de inyectar de pasión a todos sus proyectos. Pudo demostrarlo antes de cumplir la veintena, cuando se asomó a la F1 completando tres jornadas de test con Williams. También durante su etapa como probador de HRT en el Mundial 2012. Sin embargo, hasta el año pasado nunca había probado suerte fuera de los circuitos. Esa fue su primera temporada en las E1 Series, el Mundial organizado por la Unión Internacional de Motonáutica. Un exclusivo espectáculo avalado por figuras como Rafa Nadal, Will Smith, Tom Brady o Lebron James. Su debut, a las órdenes de Checo Pérez, resultó frustrante, pero el pasado 25 de enero, con el equipo del DJ Steve Aoki, Clos firmó una gran victoria en la prueba inaugural, disputada en Jeddah. La imagen de su RaceBird, volando por encima de las aguas con un motor totalmente eléctrico, supone un formidable impulso para el proyecto de Alejandro Agag.

La primera vez que un niño se sube a un kart suele recordar, ya para el resto de su vida, el olor a gasolina y a goma. ¿Qué sentiste la primera vez que probaste un RaceBird?
Me impresionó muchísimo. Es un concepto totalmente distinto de embarcación y tienes acostumbrarte a ella, porque nadie está habituado a estos vuelos. Pero también supuso una mezcla de sensaciones. En primer lugar, porque se trata de un vehículo totalmente eléctrico, en el que no escuchas el motor, sino sólo el sonido del agua y cómo se estruja la fibra de carbono. También me quedo con lo que sientes cuando vuelas, intentando ir lo más rápido y lo más constante posible.
Muchos aficionados están familiarizados con el pilotaje de un F1, pero muchos menos saben algo de motonáutica. No se trata simplemente de dar gas, ¿verdad?
Esto tiene su magia, su truco, su técnica. Son barcos muy sensibles y precisos. Al mínimo detalle que no se cuide al milímetro, nada funciona. El año pasado, las cosas no nos marcharon nada bien. Esta temporada, en cambio, noto todo en sintonía entre mecánicos, ingenieros y pilotos. Eso marca la diferencia. En cualquier caso, debemos seguir adaptándonos a las limitaciones del diseño, porque las E1 Series sólo cuentan con un año de vida. Esperamos futuras evoluciones.
Eres de los que piensa que si no te dedicas a algo con una cuota de peligro, nunca te vas a sentir realmente vivo... ¿Esa sensación de jugártela también se siente sobre el agua?
Sí, aunque sea distinta. Aquí, si vuelcas y te das un golpe, tu cabeza queda bajo el agua. Hemos practicado varios simulacros de accidente, con bombonas de oxígeno y demás. De algún modo, me gusta ese riesgo de poderme hacer daño. En todo caso, no podemos superar los 50 nudos [92 km/h]. A partir de ahí, aumenta la temperatura del foil [elemento sustentador del barco], la fricción con el agua provoca burbujas y resulta mucho más fácil volcar. Por tanto, debemos mantenernos del modo más constante por encima del agua.
La victoria en el Jeddah GP supone un gran rearme anímico para usted y para el equipo...
Imagina el hype que sentimos ganando una prueba del campeonato del mundo en Jeddah, con un equipo con capital saudí y junto a Mashael [Al Obaidan] la primera piloto saudí que gana en casa. Fue increíble para el equipo, para ella y para todas las mujeres que quieren hacer cosas que se salgan de lo normal. Creo que nuestro triunfo va a representar un antes y un después para las mujeres saudíes. Ellas están demostrando lo grandes que son. Así que poder formar parte de todo eso me hace muchísima ilusión.
¿Qué sintió al cruzar la línea de meta?
No imaginas las emociones que me brotaron... Durante todo el fin de semana íbamos muy rápido, en cabeza, pero a la hora de la verdad decidí pararme un minuto. Necesitaba sentirme equilibrado a nivel emocional. Esto es igual que cuando juegas al golf: cometes un fallo y llegan todos los demás en cadena. Así que había que seguir alerta. Necesitaba un punto neutro para rendir al 100%. Cuando crucé la meta, reventé de alegría.

El año pasado compartiste equipo con Vicky Piria, la primera mujer en competir al volante de un GP3. Este año, con Mashael, la primera saudí que pilotó en un rally y con dos Dakar a la espalda. ¿Qué es lo que más has aprendido conduciendo con mujeres?
He notado que es distinto, porque ellas tienen una finura y una sensibilidad que a nosotros nos puede costar un poquito más. Mashael es muy técnica y tiene muchísima capacidad para concentrarse, hacer lo que se le dice. Aplica de un modo espectacular cada instrucción de los ingenieros. Además, algunas salidas las hace mejor que yo. Tiene las cosas muy claras y una tremenda capacidad para escuchar.
E1 Series representa otra apuesta por los motores totalmente eléctricos. ¿Por qué estas competiciones no terminan de calar entre el gran público?
Este Mundial es aún muy joven, pero ha sido capaz de atraer a inversores y estrellas muy top. Necesitamos algo más de tiempo para completar la adaptación, para que los pilotos podamos destacar y ofrecer más espectáculo. Hay pilotos de la SailGP, la F1 del agua, que se han pasado aquí porque ven una gran oportunidad. Además, intentamos construir un mundo mejor. En varios aspectos, tanto en sostenibilidad como en la idea de ofrecer un gran show. En Arabia Saudí ya hemos marcado la pauta, gracias al triunfo de Mashael.
De todas las celebrities que participan a la E1, ¿Cuál ha sido la más cercana y cálida con vosotros, los pilotos rivales?
Tom Brady es muy apasionado, concibe cada carrera como un gran espectáculo. A Rafa Nadal ya le conocía, pero la carrera en el Lago Como representó para él toda una sorpresa. A Will Smith también me hizo mucha ilusión conocerle.
Hace tres años, Steve Aoki, tu actual jefe, fue elegido como uno de los ocho civiles que volarán a la Luna gracias a SpaceX. ¿Te gustaría participar en una aventura de ese calibre?
Yo me apunto a un bombardeo. Y más si se trata de volar con Elon Musk al espacio. Si cabe la posibilidad de hacer cosas así, con un pequeño riesgo, por supuesto. Me llaman mucho la atención los temas del espacio.
¿Qué ha cambiado desde el año pasado, cuando acabaste último en el equipo de Sergio Pérez, hasta ahora?
El barco y el piloto son los mismos. No he cambiado de un día para otro. La temporada 2024 fue muy, muy dura, porque no salía nada. No estábamos conectados. Intentaba hacer equipo, que todo el mundo se sintiera cómodo, pero todo fue decepcionante en muchos aspectos. Ahora he podido demostrar que, trabajando en sintonía, en una estructura donde me siento cómodo y todos reman en la misma dirección, se consiguen las cosas. Conecté desde el principio con Mashael. Se notaba, se olía, se sentía.
Con Checo tenías relación desde hace 14 años, cuando fue uno de tus rivales en GP2. ¿Cómo terminó vuestra aventura el año pasado?
Apenas podía viajar con nosotros, porque su calendario en la F1 le complicaba todo. Yo lo entendía, porque cuando dispones de un fin de semana libre, no quieres asistir a otra carrera, sino quedarte con tu familia. Sin embargo, su aportación en momentos clave no fue la que merecía un equipo que llevaba su nombre.
Aún quedan dos carreras por confirmar para 2025, pero sí visitaréis Doha, Lago Como, Mónaco y Miami. De momento, ¿cuál ha sido tu sede favorita?
Me gustó mucho Mónaco, porque ya había pilotado allí en GP2. Me hizo mucha ilusión también Marbella, por ser la carrera de casa y porque vino mucha gente a vernos. Lo que te puedo decir es que, ahora mismo, cada fin de semana lo afronto como si fuese mi favorito.
El beso (y los seis días) que cambiaron el fútbol: "No te preocupes, que a la ministra le decimos lo que tiene que contar"

El beso (y los seis días) que cambiaron el fútbol: “No te preocupes, que a la ministra le decimos lo que tiene que contar”

Durante casi cinco semanas en Nueva Zelanda y Australia, Luis Rubiales nunca manejó otra opción en su cabeza. España, por primera vez en la historia, iba a proclamarse campeona del mundo de fútbol en categoría femenina. Lo repetía a modo de mantra. Con una convicción casi suicida. Así que sus colaboradores, entre la prudencia y el estupor, optaron por seguirle la corriente. Las futuras campeonas, con quienes había mantenido notorias discrepancias, también empezaron a observarle con creciente simpatía. En aquel verano de 2023, el ex presidente de la Federación ejercía como único enlace entre el vestuario y su técnico, Jorge Vilda. Porque ese vínculo se había roto tiempo atrás. Y no había reconciliación posible. Sin embargo, tras cada victoria en el Mundial, el entusiasmo de Rubiales empezaba a resultar más y más contagioso. De algún modo, cautivador. Su apuesta por el fútbol femenino, esta vez sí, era firme. Así se lo había repetido mil veces a Jennifer Hermoso. Con ella mantenía una relación muy estrecha, basada en la camaradería. En un visceral modo entender el fútbol y la vida. Sin embargo, el 20 de agosto de 2023, sobre el césped del Stadium Australia de Sydney, Rubiales propinó un beso no consentido a Hermoso que puso patas arriba el fútbol español y por el que, a partir de hoy, deberá rendir cuentas en la Audiencia Nacional. Se le acusa de dos delitos: agresión sexual y coacciones. La Fiscalía pide para él una pena de dos años y medio de cárcel.

Para saber más

En el banquillo del Juzgado Central de lo Penal, presidido por el magistrado José Manuel Clemente, también se sentarán Jorge Vilda, ex seleccionador femenino, Albert Luque, ex director deportivo de la selección masculina y Rubén Rivera, ex responsable de marketing de la selección. A los tres se les imputa un delito de coacciones, por el que podrían ser condenados a un año y medio de cárcel.

Según la denuncia de Hermoso, Vilda, Luque y Rivera intentaron subestimar la importancia de lo sucedido, presionándola para que no tomase medidas legales. Respecto al beso de Rubiales, Jenni admitió haberse sentido «vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte». Así definía, el 25 de agosto de 2023, los hechos. Sin embargo, sólo unos minutos después del beso, ni Hermoso ni su entorno más cercano, incluido el sindicato FutPro, mostraban alarma alguna. ¿Qué sucedió en esos seis días para que la capitana cambiase el discurso? Tras consultar con varios testigos, EL MUNDO ha querido reconstruir, paso a paso, aquellos hechos.

«Estoy para lo que me pidáis»

Para comprender de forma más precisa lo que pasó aquel domingo en Sydney hay que remontarse unos días atrás. En concreto, hasta el acceso de España a las semifinales, donde se mediría a Suecia. «Estoy para lo que me pidáis. Si queréis que vengan más familiares, adelante», contó Rubiales a sus jugadoras. Aquello suponía otro paso en el plan de conciliación por el que ellas tanto habían peleado. El que les igualaba en derechos a otras selecciones de la elite.

Porque desde el inicio del torneo, Irene Paredes e Ivana Andrés, dos de las líderes, pudieron convivir en el hotel de concentración con sus parejas y sus hijos: Mateo, de dos años, y Jara, de apenas unos meses. Rubiales se había involucrado personalmente para que todas dispusieran de una bolsa económica destinada al desplazamiento de sus familiares. Aunque en el inicio del torneo ese reparto resultó algo caótico, con el paso de las semanas se hizo más flexible. De igual modo, las malas caras de los primeros días dieron paso a un ambiente más cálido. Salvo un par de excepciones, el equipo apreciaba el golpe de timón de su presidente.

Sin embargo, el clima interno distaba del ideal. Baste el caso de Misa Rodríguez, relegada a la suplencia tras el 0-4 ante Japón. A partir de ese momento, la guardameta rompió cualquier relación con Vilda. Sin olvidar la clásica rivalidad de clubes trasladada a la selección. Ivana Andrés, capitana, y Misa Rodríguez, jugadoras del Real Madrid, observaban con recelo a las del Barça, con siete titulares en la final ante Inglaterra. Cuando las azulgrana pidieron permiso a Ivana para que Paredes alzase la copa, la madridista se negó en rotundo. Ella había seguido con Vilda durante el plante de Paredes y otras 14 compañeras en 2022. «Si algo nos enseñó aquel Mundial es que, a diferencia de lo que suele decirse, un equipo con un vestuario roto sí puede alcanzar el éxito», explica a este periódico un ex trabajador de la RFEF.

Vilda, durante el calentamiento previo a la final ante Inglaterra.

Vilda, durante el calentamiento previo a la final ante Inglaterra.AFP

La gravedad del asunto habría desesperado a otro presidente, pero no a Rubiales. En realidad, aquellos manejos le parecían peccata minuta. Al fin y al cabo había sido él, socialista de cuna, hijo del alcalde de Motril, quien pactó con Gerard Piqué una comisión de 24 millones de euros por el traslado de la Supercopa a Arabia Saudí. Era su peculiar modo de entender la presidencia. Después de mil escaramuzas con Javier Tebas, presidente de LaLiga; después de tantos devaneos con Pedro Sánchez para organizar el Mundial 2030; después de grabar en secreto sus conversaciones con José Guirao, ministro de Cultura y Deporte; después de la fiesta en un chalet de Salobreña con una decena de «chicas de imagen»; después del espionaje a David Aganzo, presidente del sindicato AFE, Rubiales se sentía invulnerable. Dos meses antes ya había gozado con la Nations League, un logro menor. Ahora necesitaba otro título a escala planetaria: el Mundial femenino.

Aferrado a su incombustible optimismo festejó desde el palco de autoridades el gol de Olga Carmona, maldijo el penalti errado por Jenni Hermoso y descontó, uno a uno, los 13 minutos de tiempo añadido. Tras el pitido final, la tensión se le iba a desbordar del modo más obsceno: una mano en los testículos ante la atónita mirada de la Reina Letizia y la Infanta Sofía. Pocos metros más allá, en la zona VIP donde se sentaban los representantes de clubes, federaciones territoriales y la gente de FIFA y UEFA, nadie iba a percatarse. La mayoría se enterarían al día siguiente.

«No descarto que lo llevara pensado, como muestra de lo cercano y cariñoso que era»

Entre tanta euforia, Rubiales bajó a la hierba. Las campeonas desfilaban hacia el podio, donde Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y la Reina entregarían el trofeo. Una a una fueron pasando. Al llegar Jenni, ante casi nueve millones de españoles frente al televisor, Rubiales le lanzó un beso en la boca. «No descarto que lo llevara pensado, como muestra de lo cercano y cariñoso que era», apunta una fuente federativa.

Unos minutos más tarde ya se había formado un pasillo a modo de besamanos. «Cuando fuimos a felicitarle, el clima era de cachondeo, de cero importancia. Algunos le recordaban lo sucedido entre Iker Casillas y Sara Carbonero», rememora otra asistente, del círculo de Hermoso. Una anécdota para la mayoría de radios y televisiones que lo recogieron casi en directo. Mientras en el vestuario continúan con la broma («¡Presi, que nos casamos!») un tuit de Pablo Echenique, a eso de las 16:25 horas, hace saltar las alarmas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

En el Airbus A350 de Iberia

«¿Esto de Rubiales no va a tener consecuencias penales?», se preguntaba el ex portavoz parlamentario de Podemos. La red X, a petición de la FIFA, iba a retirar su vídeo por una cuestión de derechos televisivos, aunque Echenique no cejaría en el empeño. «Aquí el fotograma del posiblemente delictivo acto de Rubiales. A ver si la FIFA me tumba esto también». Casi de inmediato, Yolanda Díaz, número dos del Gobierno en funciones, e Iñigo Errejón se sumaron a la censura.

Jenni, que había transmitido un directo por Instagram siguiendo la broma, decide atender una llamada de la Cadena COPE. Más chistes. El equipo viaja desde el hotel al aeropuerto y los responsables de prensa de la RFEF empiezan a detectar en las redes sociales un efecto de bola de nieve. Rubiales, cegado por el éxito, no da al tema trascendencia alguna. Tampoco ante los micrófonos de Juanma Castaño: «No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos, de verdad. Es un pico de dos amigos celebrando algo... no estamos para gilipolleces».

Según el escrito de la Fiscalía, durante ese vuelo Rubiales se dirigió a Jenni «para que accediese a hacer una manifestación pública conjunta» durante la escala en Doha. «Es verdad que hubo gente que habló con ella, pero sin ningún tipo de presiones para que grabara el vídeo», explica otro de los presentes. Mientras el escándalo alcanzaba ya cada rincón del planeta, en el interior del Airbus A350 de Iberia se sucedían escenas que rozaban lo grotesco. Con Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, en pijama por los pasillos; con las campeonas rechazando cualquier petición para colaborar; con Vilda aún pendiente de su hija, que dos horas antes de despegar había sido hospitalizada por un leve problema gástrico; con los brindis de cava, las porciones de tarta y las miradas de inquina; con el secretario de Estado, Víctor Francos, tranquilizando a Rubiales: «No te preocupes, que a la ministra portavoz [Isabel Rodríguez], le vamos a decir lo que tiene que contar»...

Cuando Rubiales descubre que Jenni se niega en rotundo a comparecer junto a él, pierde los papeles. En Doha tuvo que ofrecer, solo ante la cámara, unas disculpas que sonaban a hueco. Aquel vídeo tuvo un efecto bumerán.

«En mitad de la negociación con Junts, a Pedro Sánchez le venía muy bien que se hablara de otra cosa»

Después de 22 tortuosas horas en el aire, la fiesta en la madrileña explanada del Parque del Rey tampoco despejaría los nubarro. Mientras atronaban los acordes de Juan Magán, Vicco o Camela, Francos y Rodríguez intentaban jugar, entre bambalinas, un papel de mediadores. Rubiales no quiso aparecer, convencido de que la celebración sólo correspondía a las campeonas. Un año antes, tras el éxito de la Nations League, ya había seguido desde casa los actos organizados en el WiZink Center.

Rubiales y Vilda, durante la recepción a las campeonas en La Moncloa.

Rubiales y Vilda, durante la recepción a las campeonas en La Moncloa.AFP

Él ansiaba su momento a la mañana siguiente en La Moncloa. Sin embargo, Pedro Sánchez se lo negó. Más allá de un frío apretón de manos a la llegada, el presidente del Gobierno no quiso ninguna foto con él. Durante el posado de grupo, Rubiales fue relegado a una esquina. Por aquellos días, Sánchez empezaba a negociar los votos de Junts para la investidura. «Le venía muy bien que se hablara de otra cosa, así que exprimió al máximo nuestro problema», apunta uno de sus ayudantes.

Los adeptos a la causa

Según quienes vivieron junto a Rubiales aquel final de agosto, los días siguientes en Las Rozas fueron «muy difíciles». Los gabinetes de crisis se sucedían en la tercera planta del edificio principal de la Ciudad del Fútbol. Por el despacho del presidente -más de 100 m², con terraza incluida- desfilaron los adeptos a la causa: su amigo Nene -imputado junto a él en la operación Brody-; Antonio Gómez-Reino, director de relaciones institucionales; Chema Timón, jefe de Gabinete, y su padre, Luis Rubiales López. Sin olvidar a los seleccionadores, Luis de la Fuente y Jorge Vilda o algunos presidentes de las territoriales. La inmensa mayoría, con la excepción de su padre, le animaba a resistir.

Hasta Ibiza, tratando de ablandar a Jenni, habían viajado Rivera y Luque. «Si en este momento le ayudaba seguramente le podría conseguir un puesto en la Federación», razona Marta Durántez, fiscal del caso, aportando algunos mensajes donde el ex futbolista del Deportivo acusa a Hermoso de «mala persona» y la desea «que se encuentre muy sola en la vida». A tenor de otras filtraciones, los contactos entre la jugadora y Rivera también incluían Whatsapp de diversa índole: «Rubén, puedes decir a tu mujer que no tengo bikini. Que me ha preguntado y le he dicho que sí tenía, jaja».

A última hora del martes 22, la Federación convocó una Asamblea Extraordinaria para el viernes 25. Según los más fieles a Rubiales, este fue su mayor error. Y lo atribuyen a la recomendación de Alejandro Blanco, presidente del COE, que pretendía escenificar el apoyo de todos los estamentos del fútbol. En cualquier caso, tras interminables conversaciones, el núcleo duro convence a Rubiales para que dimita en la Asamblea. El jueves 24, él mismo activa la maquinaria con la que dar por hecho su adiós. Llama al Consejo Superior de Deportes para informar de todo. La inmediata filtración de Francos no sólo le enfurece, sino que le impulsa a un último y triple salto mortal. «¡No voy a dimitir!, ¡no voy a dimitir!, ¡no voy a dimitir!».

Sólo su padre y otra persona, que no ha podido ser identificada por este diario, sabían de la pirueta. Después, tomó a sus hijas, las montó en su coche y puso rumbo a Valencia. Al mediodía del sábado 26, la FIFA, comunicó por mail a la RFEF que suspendía provisionalmente a Rubiales «mientras se tramita el expediente disciplinario». Aquello se tradujo en tres años de inhabilitación. Hasta ahí alcanzó la justicia deportiva. Hoy llega el turno de la justicia ordinaria.

Los delitos a los que se enfrenta Luis Rubiales, bajo la lupa: "Las penas serán muy leves"

Los delitos a los que se enfrenta Luis Rubiales, bajo la lupa: “Las penas serán muy leves”

El 30 de marzo de 2015, hace casi una década, entró en vigor la célebre reforma del Código Penal. Esa Ley Orgánica suprimía las faltas, aquellas infracciones castigadas con pena leve. Es decir, sin cárcel. De este modo, desaparecía la vejación injusta, con la que los tribunales solían tipificar cualquier tipo de tocamiento o beso no consentido. Como el de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. A partir del 29 de abril de 2023, con la conocida como ley del sólo sí es sí, se endurecieron las penas para las agresiones sexuales. Desde entonces, el artículo 178 del Código Penal, en su apartado 1, reza así: «Será castigado con la pena de prisión de uno a cuatro años, como responsable de agresión sexual, el que realice cualquier acto que atente contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento. Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona». A partir de hoy, la suerte de Rubiales en la Audiencia Nacional gravitará en torno a este artículo.

Para saber más

«Partamos de que cualquier beso inconsentido es agresión sexual. No lo dice el artículo 178 del Código Penal, pero sí la jurisprudencia del Tribunal Supremo, el verdadero legislador, que incluso la ha aplicado a casos de un beso no consentido en cuello o mejilla. Por tanto, objetivamente sería un delito de agresión sexual, dado que, para su comisión, no se precisa de ánimo libidinoso», explica a EL MUNDO el prestigioso penalista Raúl Pardo-Geijo. «Ahora bien, subjetivamente, no se puede soslayar el contexto. Y es que la meritada jurisprudencia del Supremo se aplica, entre otros escasos supuestos, cuando los sujetos no se conocen o se acaban de conocer», continúa el abogado.

«Como profesionales debemos ser muy escrupulosos con las víctimas de agresiones sexuales, ya que hay casos sobrecogedores. Sin olvidar que tan víctima es una mujer que sufre una agresión sexual como cualquier persona a quien se acusa de un hecho que no ha cometido», comienza Ana Alguacil, ex jueza de lo Penal. «Tras el visionado de las imágenes, tengo claro que Rubiales no pretende atentar contra la libertad sexual de Jenni. No se aprecia dolo en el agresor, ninguna intención sexual. Simplemente se trata de algo producto de la alegría del momento», aclara esta experta abogada.

«Lo grave es el abuso de poder»

Obviamente, la defensa de Rubiales intentará utilizar la euforia propia de una entrega de medallas y los lazos de amistad que unían a Rubiales y Hermoso. Sin embargo, no todos los juristas comparten este criterio. «El subidón de alegría no justifica un beso, que aun siendo menos grave no deja de afectar a la esfera sexual de Jenni», argumenta Laura Pozuelo, profesora titular de Derecho Penal en la Universidad Autónoma de Madrid. «La amistad entre ambos no otorga un significado distinto y menos grave al asunto. Si no, lanzaríamos el mensaje de que, entre amigos, novios o marido y mujer se puede hacer lo que se quiera», completa Pozuelo, acreditada a catedrática.

Otros especialistas abundan en la perspectiva de una violencia sexual arraigada en estructuras que perpetúan la desigualdad de género, donde las mujeres son vistas y tratadas como objetos y donde su consentimiento es ignorado. Es el caso de Helena Soleto, catedrática de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III. «Pese a que el componente sexual es mínimo, lo grave del caso es el abuso de poder, con un estilo rayano en lo mafioso que intenta ocultar las consecuencias de la agresión», desvela sobre las presuntas coacciones.

«A nivel procesal, este caso tiene muy poco recorrido y las penas van a ser muy leves, pero supone un gran toque de atención», presagia Soleto, en referencia a la reacción de la sociedad civil, canalizada bajo el lema #SeAcabó. Aquella presión de la calle, junto con la implicación de organizaciones de derechos humanos terminarían por desencadenar el final de Rubiales al frente de la Federación. «Considero positiva tanta repercusión mediática por el mensaje que manda: los cuerpos de las mujeres no se tocan libremente», subraya Pozuelo, en conversación con este periódico.

Rubiales, con Athenea del Castillo, durante la celebración del Mundial.

Rubiales, con Athenea del Castillo, durante la celebración del Mundial.AFP

De todos modos, la clave del juicio se centrará previsiblemente en la parte del consentimiento. La Fiscalía, que solicita un año de prisión para Rubiales por el delito de agresión sexual y un año y medio por otro delito de coacciones, considera que Jenni no se comportó como la víctima perfecta, la que debe tener una reacción estandarizada desde el primer momento. Sin embargo, este enfoque queda en entredicho para otros expertos. «Si no había consentimiento, ¿por qué no se escenificaron gestos, comentarios?», pregunta el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina. «Si analizamos si Rubiales tuvo o no consentimiento, si valoramos las imágenes, por los gestos previos y posteriores, analizando la prueba en el plenario no veo la falta de negativa explícita o implícita para que pudiera dar el beso sin consentimiento. Por lo cual, me inclinaría por un fallo absolutorio», concluye el letrado, encarcargo de la defensa de la familia de Edwin Arrieta durante el juicio a Daniel Sancho.

En la misma línea de Ospina se pronuncia Pardo-Geijo, antes de lanzar otro interrogante. «Dadas las circunstancias, no existe intención de atentar contra el bien jurídico protegido de este tipo penal, que no es otro que la indemnidad sexual y, por ende, debería salir absuelto. ¿Alguien se ha preguntado qué reproche penal se le hubiera efectuado a Rubiales de realizar esa conducta con un jugador, algo nada descabellado, por cierto y que ha sido visto en múltiples ocasiones entre distintos futbolistas?», finaliza desde su despacho en Murcia.

«Si el beso se lo hubiese dado Jenni a Rubiales, ¿estaríamos hablando de una agresión sexual? Sin duda alguna hay que proteger a la mujer, pero sin olvidar que el hecho de ser hombre no te convierte en un agresor sexual», añade Alguacil, que trabaja hoy en JC Serrano.

Las coacciones y el artículo 172

En suma, aunque el beso lo pudo ver el mundo entero, ni siquiera hay consenso sobre si supuso una agresión sexual, tal y como la establece el Código Penal. De modo que las dudas se multiplican sobre las presuntas coacciones a Jenni, tipificadas en el artículo 172, y por las que por las además de Rubiales también serán juzgados Jorge Vilda, ex seleccionador, Albert Luque, ex director de la selección masculina y Rubén Rivera, ex responsable de marketing de la RFEF.

Según fuentes cercanas a la defensa de Luque, consultadas por este diario, «no hay ninguna evidencia en ninguna conversación, ni con Ana Ecube [amiga de la jugadora] ni con Hermoso, en la que se refleje que Albert quiera hablar del vídeo con ella». Según su criterio, se trata de una conducta «sin relevancia penal» ya que el directivo, incluso sin ser su competencia, representa un gran apoyo para la jugadora.

Cabe recordar que el artículo 172 del Código Penal define como define como autor de una coacción a quien «sin estar legítimamente autorizado, impidiere a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe, o le compeliere a efectuar lo que no quiere, sea justo o injusto». Por tanto, las defensas de Luque y Vilda, a la hora de evaluar los whatsapps a la futbolista, se centrarán en los límites de la libertad de expresión y si dichos límites pueden ser constitutivos de un delito. «Quizá se trate de mensajes desafortunados. Pero de ahí a que eso acredite una voluntad coactiva, nos parece absolutamente desproporcionado».