La cuenta saldada del Profeta Reyes Pla, frases de la Biblia y una foto en Roland Garros: “Sabía que lo iba a dejar ‘tranquilo'”

Actualizado Viernes, 2 agosto 2024 - 01:44

"Sabía cómo venía, pero también el límite que tiene. Salió agresivo, pero sabía que con mi boxeo lo iba a dejar 'tranquilo'. Le conectamos buenos golpes". Cuando el belga Victor Schelstraete amaneció en la pelea de cuartos como un ciclón y asestó el primer puñetazo en el rostro de Enmanuel Reyes Pla, el Profeta miró a la cámara y sonrió. Al estilo Muhammad Ali. Su boxeo es también espectáculo. Trasladó tranquilidad y empezó a bailar sobre el cuadrilátero del Centro de Exposiciones de Villepinte, a las afueras de París.

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Efectivamente, Reyes Pla conectó de todas las formas posibles. Dominó el ring sin dejar resquicio a las dudas, aunque en las tribunas el público belga gritara a su púgil, completamente desesperado ya en el tercer asalto, cuando había comprobado que los jueces, por mayoría, le estaban dando por perdedor. Sólo era cuestión de resistir, como dice Rafa Lozano, "aguantar el 1-0 como en el fútbol" y el Profeta, pura esquiva y juego de pies, derechazos mortales, ya celebraba antes de que sonara la campana. La medalla olímpica era suya. La que le arrebataron en Tokio.

Hace tres años, en el Kokugican Arena, se desesperaba Enmanuel. "Ha sido una injusticia. Le conecté más golpes, pero los jueces mandan". Acababa de perder en el combate de cuartos contra su compatriota Julio César la Cruz. Ayer fue el desquite. Ya está en semifinales, donde se enfrentará a otro compatriota, también nacionalizado. El habanero Loren Berto Alfonso Domínguez, que derrotó por la tarde al kazajo Oralbay, será su rival. "Los conozco a los dos, los he derrotado ya, ahora mismo no hay nadie que se me plante delante para derrotarme", pronunciaba, siempre tan lenguaraz, sobre sus posibles rivales por una final que sería histórica.

En sus botas Reyes Pla ha escrito frases de la Biblia, aunque él se convirtió al islam tras lo sucedido hace tres años -"ahora estoy con Alá", decía a EL MUNDO estos días-. "Es el mismo Dios. Esto es por mi abuela cristiana, para dedicárselo a ella", aclaraba, aún sudoroso, empapada su camiseta azul, pidiendo agua a los voluntarios.

Antes, en las entrañas de la instalación provisional, se había fundido en un abrazo fraternal con Ayoub Ghadfa, su gran amigo. "Mañana tú, mañana tú", le susurraba, dos gigantes. Porque la medalla de Enmanuel es también una reivindicación del boxeo nacional, 24 años después del último, Rafa Lozano en Sidney. "El 90% es del Balita. Me dio la confianza y sabía que no podía defraudarlo. Él ganó la última y hoy le hacemos el regalo. Me siento orgulloso del boxeo español. He abierto las puertas, mañana habrá más", avanzaba por la jornada de hoy.

Porque la selección mantiene otras tres opciones en París. Ayoub Ghadfa, José Quiles y Rafa Lozano Jr. Ganaron sus combates de octavos y están a una victoria del podio. El hijo del Balita se enfrentará este viernes (16.50) al dominicano Yunior Alcántara. Y el peso pesado, tras acabar con Kunkabayeb, al armenio Chaloyan (22.24 h.). El sábado (15.30 h.) será el turno de Quiles, contra el uzbeko Khalokov.

"Quiero una foto en Roland Garros. Vamos a por el oro. Quiero ir a Roland Garros y que allí pongan una foto bien grande del boxeo español", seguía el entusiasmado boxeador español. Porque allí se disputarán los combates por dilucidar el color de los metales. "Lo había soñado. El boxeo español está la historia. Mañana más medallas", concluía el imparable Reyes Pla. El Profeta ha hecho historia.

Niko Shera, el drama repetido de perder un bronce y las dudas sobre su futuro: “Esta vez no voy a llorar”

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 19:36

En las permanentemente embarradas instalaciones del Campo de Marte, mientras Niko Sherazadishvili rumiaba otra inmensa decepción olímpica, se oían los gemidos guturales de Ilia Sulamanidze, un georgiano que acababa de perder el oro. Los ojos azules del gigante español contenían las lágrimas. "Esta vez no voy a llorar". Pero dolía igual. O más. Como en Tokio, se le escapó la medalla. Y hay reveses que se clavan para siempre en el alma.

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Realmente, Niko no encuentra explicación. Él, el hombre tranquilo, un judoca que es capaz de dormir mini siestas entre combates (se lleva hasta su propia almohada), se bloquea en la hora de la verdad. Eso era la única conclusión posible para él tras perder claramente la segunda pelea de la repesca por el bronce con el uzbeco Muzaffarbek Turobayev, un gigante de dos metros que "es una persona muy incómoda". "Soy mejor de lo que demuestro", pronunciaba Niko, como queriéndose convencer. Antes, el abrazo fraternal con Quino Ruiz, su "segundo padre", contuvo toda la emoción del momento. Su mentor desde los 13 años también sabe lo que es que las medallas olímpicas se escapen de las manos.

El recorrido en París fue igual que el del Nippon Budokan para Niko, aunque allí llegara como doble campeón olímpico de -90 kilos. Ahora el trayecto de tres años ha incluido un cambio de peso a -100 y una operación de rodilla tras romperse los ligamentos que le tuvo ocho meses en el dique seco. Como entonces, Shera perdió en cuartos, ganó el primero de la repesca y volvió a caer para quedarse sin medalla. "Estoy un poco triste, porque no saco mi mejor versión. Entrenando soy muy bueno, en otras competiciones me pongo esa presión, pero aquí me pueden los nervios. Porque me importa mucho. No saco mi mejor versión", repetía.

Niko Shera, en acción.

Niko Shera, en acción.MIGUEL GUTIERREZEFE

"Lo noto cuando piso el tatami, cuando entro. Porque hasta entonces mis sensaciones son muy buenas. Físicamente estaba muy bien, pensaba que estaba tranquilo. Realmente había disfrutado del trayecto, de la preparación. Pero cuando piso el tatami siento que me falta un poco más", reflexionaba. Fue una jornada de vaivenes para el judoca español, llegado de niño a Madrid desde Georgia. Exento por ranking del combate de primera ronda, en octavos, pese a un inicio dubitativo (tuvo que remontar un tempranero wazari), acabó con el joven húngaro Zsombor Veg y se aseguró al menos la lucha por el bronce en la repesca. Como así fue, porque, contra todo pronóstico, Shera perdió el siguiente duelo, ante el Daniel Eich (luego duró 10 segundos en seminifinales el suizo). "Ese combate no lo tenía que haber perdido...".

Se complicó el camino, otra vez los fantasmas para el pupilo de Quino Ruiz. Pero, tras el descanso del mediodía, se rehízo para derrotar en un agónico combate al japonés Aaron Wolf, vigente campeón olímpico. Ambos salvaron varias situaciones comprometidas, pero el español, con 2:47 transcurridos en el Golden Score, acabó con su rival gracias ipon (uchi mata).

Y, ante el uzbeco, irreconocible Shera, dos wazaris para el ipon en menos de 10 segundos. Tan duro, que hasta el propio Niko duda de lo que pasará ahora con su carrera. "Puede ser que esto tenga algo que ver con Tokio. Allí estuve peor, aquí mejor pero no lo suficiente como para sacar una medalla. Es que no soy yo al 100%. Voy a desconectar, a disfrutar y a ser feliz. Y si es lo que me apetece, seguiré", cerró.

Enmanuel Reyes Pla, el Profeta, derrota al belga Schelstraete y logra 24 años después una medalla para el boxeo español

Actualizado Jueves, 1 agosto 2024 - 14:06

Hace tres años, en el Kokugican Arena de Tokio, se desesperaba Enmanuel Reyes Pla. "Ha sido una injusticia. Le conecté más golpes, pero los jueces mandan". Acababa de perder una medalla en el combate de cuartos contra su compatriota Julio César la Cruz. Este mediodía, en el Centro de Exposiciones de Villepinte, el Profeta se desquitó. Un combate fiero contra el belga Victor Schelstraete para avanzar a semifinales, asegurar medalla olímpica y soñar con el oro en Roland Garros.

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Hacía 24 años que el boxeo español no subía a un podio en los Juegos. Fue el último Rafa Lozano en Sidney, el mismo (seleccionador nacional) que instruye desde la esquina al cubano de La Habana, puro frenesí sobre el cuadrilátero y ante los micrófonos. "Voy a arrancar cabezas", avanzó los días previos y no dejó escapar la segunda oportunidad de su vida.

El Profeta, calzón azul, desplegó todo su repertorio, espectacular y seguro de sí mismo de principio a fin. Cuando recibió el primero golpe del belga, sonrió. Y fue dominando los tiempos, golpeando una y otra vez a su cada vez más desesperado el rival. Ganó claramente el primer round y también el segundo.

Y en el tercero bailó, esquivó y golpeó. Y lo volvió a ganar para todos los jueces. Sabiendo contemporizar e incluso celebrar antes de tiempo.

Su rival en semifinales, el próximo domingo, se sabrá esta tarde (17:54 h.). Saldrá del combate entre el kazajo Aibek Oralbay y el azerbayano (nacido en La Habana, como Reyes Pla) Loren Berto Alfonso Domínguez.

El púgil escapó de La Habana en 2016, aunque no pudo llegar a España hasta un año después, tras muchos problemas burocráticos y meses deambulando por Europa. Incluso llegó a pasar por prisión y a estar deportado.

Tras su derrota en Tokio decidió convertirse al islam, como explicaba estos días en EL MUNDO. Me convertí por mis amigos. Y por lo que pasó en Tokio. Fue la clave. "Ahora estoy con Alá. Él es que el me da el triunfo, el que siempre me está apoyando. Con Él va a salir la victoria», explicaba.

La selección mantiene, además, otras tres opciones de medalla en París. Ayoub Ghadfa, José Quiles y Rafa Lozano Jr. Ganaron sus combates de octavos y están a una victoria del podio. El hijo del Balita se enfrentará el viernes (16.50) al dominicano Yunior Alcántara. Y el peso pesado, tras acabar con Kunkabayeb, también mañana viernes (22.24 h.) al armenio Chaloyan. El sábado (15.30 h.), será el turno de Quiles, contra el uzbeko Khalokov.

Niko Shera: “Sufría tanto que pensé en dejarlo”

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 22:49

Fue el desconsuelo de un gigante. Roto sobre el tatami, derrotado cuando el oro era su único objetivo en Tokio. «He aprendido a disfrutar del proceso», dice ahora Niko Sherazadishvili. Viajó el domingo a París, observando desde sus últimos entrenamientos en el Dojo de Brunete los éxitos de su gran amigo y compañero Fran Garrigós, los pupilos de Quino Ruiz. El resurgir del judo español. Superado el proceso del salto a otro peso (-100 kilos) y una

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Dos ‘casis’ en el Campo de Marte: Tato Mosakhlishvili y Ai Tsunoda rozan la medalla

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 18:22

El judo español se quitó de golpe en París todos sus complejos, tanta maldición pasada. Pero a la medalla de bronce de Fran Garrigós no le pudieron seguir ni la de Tristani Mosakhlishvili en -90 kilos ni la de Ai Tsunoda en -70, ambos quintos, ambos bien cerca en sus primeros Juegos. Este jueves, Niko Shera apurará las opciones nacionales.

Había sido una mañana para la ilusión. El judoca de origen georgiano, nacionalizado por carta de naturaleza en 2022, derrotó primero a Komronshokh Ustopiriyon, de Tadjikistan, con un wazari. En octavos a Erlan Sherov (4º), de Kirguizistan. Y en cuartos al brasileño Rafael Maceda.

Pero se le estropeó la tarde. Primero, en semifinales, llevó hasta el límite al número uno del ránking mundial, el georgiano Lasha Bekari, campeón olímpico en Tokio. Un duelo fiero y dinámico en el que varias veces se salvó el español de wasari.

Y después, en la lucha por el bronce, sucumbió contra el griego Theodoros Tselidis, con un warari tempranero que no pudo remontar el judoca valenciano.

Ai Tsunoda, en acción.

Ai Tsunoda, en acción.Eugene HoshikoAP

Bien cerquita de la medalla se quedó también la jovencísima Ai Tsunoda, una de las perlas del judo español (tres veces campeona del mundo junior), en su primera participación olímpica. Hija de judocas, su padre japonés, su madre francesa, la ilerdense perdió en la repesca por el bronce, tras ganar a la japonesa Saki Niizue, campeona del mundo.

Lo hizo con un ipon fulminante de la austriaca Michaele Polleres, subcampeona olímpica, cuando no habían transcurrido ni dos minutos de combate. Finaliza quinta Tsunoda que por la mañana, tras dos victorias iniciales, había caído en cuartos contra la número uno del mundo, la croata Barbara Matic.

El triatlón, entre la bacteria, las “trampas” y el alarde de Alberto González: “Somos los payasos del circo”

Actualizado Miércoles, 31 julio 2024 - 13:14

La noche había sido insoportablemente calurosa y húmeda y durante la madrugada rompió la tormenta sobre París, pero finalmente el triatlón se pudo disputar en el turbio Sena. Se confirmó a las 4 de la mañana que la calidad de las aguas del río eran aceptables para la práctica deportiva, que el nivel de bacteria E. coli estaba por debajo de los límites, algo que no había ocurrido los días previos y que obligó a suspender los entrenamientos y a aplazar la prueba masculina, prevista para el martes.

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En las puertas de la Villa Olímpica, la noche antes, el malagueño Alberto González (que firmó una magnífica prueba, coronada con diploma olímpico) no daba crédito ante tanta expectativa frustrada, ante el daño a la imagen de su deporte. El día previo, los tres integrantes del equipo español masculino se habían despertado de madrugada, por si acaso. "Yo lo que quiero es que ocurra ya", protestaba, sin querer dar pábulo a la última y más terrible -para él, gran nadador- posibilidad de convertirlo en duatlón.

El empeño de París y su Ayuntamiento en que los Juegos dejarán el legado de un Sena apto para el baño ha traído de cabeza al triatlón. Una inversión 1.500 millones de euros para un proyecto de regeneración del río que busca, entre otras cosas, hacer que el Sena sea seguro para nadar después de 100 años de prohibición.

Cassandre Beaugrand cruza la meta en el puente Alexandre III de París.

Cassandre Beaugrand cruza la meta en el puente Alexandre III de París.Vadim GhirdaAP

En la prueba femenina, que arrancó como estaba previsto a las 8 de la mañana, triunfó la local Cassandre Beaugrand, la favorita. Anna Godoy, legendario apellido del triatlón español, finalizó en una digna 17ª posición, quitándose la espina de Tokio, donde no pudo acabar. Estaba feliz en la meta del puente Alexandre III, pero también contrariada por lo sucedido. Pues la salida del agua estuvo rodeada de polémica. "Estoy enfadada con la Federación Internacional, porque ha habido salida nula y no lo han parado. Se han reído de nosotros. Ha sido muy exagerado, como cinco segundos antes", denunció en la zona mixta a EL MUNDO. En el mismo sentido iba Miriam Casillas, 33ª. "La natación ha sido muy complicada. Hemos empezado con bastantes salidas falsas y una pena que la Organización haya decidido no penalizar a los atletas que hacen trampa", dijo la extremeña.

Las demás quejas iban por todo los sucedido anteriormente. "Haber corrido aquí ha sido brutal. Pero la salud es lo primero y no lo han tenido en cuenta. En el Sena no vemos la suciedad, hemos nadado en sitios peores, el problema es la bacteria. Los que hayan tragado agua...", avanzaba Godoy, con la mente puesta ya en el relevo mixto del día 5. "Se ha pensado poco en el atleta y mucho más en la imagen de París, vender el Sena. Si hubiera habido un plan B de verdad que no fuera a cambiar cambiar nuestro deporte, porque el duatlón ni siquiera es nuestro deporte. Realmente, aún nadando hoy, sabemos que los límites de la calidad del agua están un poco ahí, en entredicho. Somos un poco como los payasos del circo", cerró Casillas.

Las nadadoras se lanzan al río Sena al inicio de la prueba de triatlón.

Las nadadoras se lanzan al río Sena al inicio de la prueba de triatlón.Vadim GhirdaAP

A continuación los chicos, con mucho más calor y una natación en la que las fuertes corrientes del Sena marcaban todo. Alberto González, el mejor de los nuestros en el agua, salió sexto y, durante la primera vuelta en bici, al paso por meta, se dio el gustado de intentar atacar, pasando en primera posición. Después se formó un enorme pelotón en el que no estaban ni Antonio Serrat y Sánchez Mantecón.

La victoria fue para el rapidísimo Alex Yee, que remontó en los últimos metros al neozelandés Hayden Wilde, con González, que salió quinto en la segunda transición, volviendo a remontar para firmar un estupendo octavo puesto, diploma olímpico para el triatlón español.

Alberto González también comentó en la llegada la polémica con las condiciones del agua del Sena, el aplazamiento de la prueba y la posibilidad que se barajó de pasar del triatlón al duatlón. "Tú no puedes enterarte a las 4 de la mañana de que tienes la prueba olímpica, cuando antes se barajó lo del duatlón y retrasarla al día 2", aseguró en la meta.

"Hay unos límites y eso no se puede permitir, ha sido una falta de respeto de la organización. Ya sabemos que somos los peones en este tablero de ajedrez, los atletas tenemos la última opinión, y no miran por nosotros. Competimos en un deporte duro, nos adaptamos a casi todo, pero hay unos límites", subrayó.

Paul McGrath, el ‘escocés’, la última perla de la marcha: “Desde el principio quise competir para España”

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 23:53

El jueves (9.20 h.), cuando el espectador localice a los españoles marchando alrededor de la Torre Eiffel y se sorprenda con las prestaciones de Paul McGrath... ¿McGrath? «Sí, es una larga historia. Bueno, es una historia de amor», desvela el chico, todo desparpajo, poderosa mirada verde, sonrisa enorme, plata europea hace unos meses en Roma, que acude con los ojos como platos a su encuentro con EL MUNDO en la Villa Olímpica. «¿Ese era Tony Parker? Estoy alucinando».

Es la revelación del equipo nacional, un marchador de Gavà de 22 años que ha despegado sin mirar atrás en este 2024 - «he subido cinco peldaños de golpe»- y que junto a Diego García Carrera y, sobre todo, el campeón del mundo Álvaro Martín buscará cumplir con la tradición española en la disciplina. Bueno, y hacerse una foto con Rafa Nadal, al que mira de reojo su partido de dobles durante la entrevista.

¿Por qué le dio por la marcha?
No parece lo más atractivo, no. Es gracioso, porque no tenía ni idea de lo que era marchar. Lo había hecho un día y a los dos años, tenía 10, competí y quedé quinto. Con una técnica... Yo hacía triple, peso... y nunca había quedado quinto. Me dije: 'Esto es lo mío'. Al año gané el Campeonato de Cataluña. Esto mola. La bola empezó a rodar y aquí estamos.
¿De dónde proviene el McGrath?
Muy español no es, no. Mi padre es escocés de Glasgow y me hizo aficionado del Celtic. Y mis abuelos irlandeses. Después de la Segunda Guerra Mundial la vida era dura y emigraron. Mis padres se conocieron allí, pero me tuvieron ya en Barcelona.
Y tu carácter, ¿más escocés-irlandés o más español?
Mi sentido del humor es muy, muy escocés. Los del norte, lo catalanes, pues tienen un humor un poco raro. Yo en cambio, me considero graciosillo. Pero me he criado en España.
¿Vuelves mucho a Escocia?
Cuando vivía mi abuela íbamos dos veces al año. Pero una vez que la pobrecilla falleció ya no es lo mismo. El problema ahora con la marcha es que tienes tres semanas de vacaciones y para irme a Escocia que llueve 15 días de 14... Pues me voy a Mallorca. Pero tengo mucha relación con mi familia de allí. Muchos van a venir a verme aquí, primos que ni conozco.
McGrath, tras su plata en el Europeo.

McGrath, tras su plata en el Europeo.Eurasia Sport Images

¿Te planteaste competir con el país de tu padre?
No. Podría tener la doble nacionalidad, pero yo desde el principio siempre quise marchar para España. El nivel y la presión es mucho mayor. Podría haber estado en Tokio quizá, pero no me lo hubiera tenido que currar tanto. Era el camino más difícil, pero es lo más normal.
Los españoles caminamos rápido. ¿Por qué se nos da tan bien la marcha?
Yo siempre hablo de los entrenadores y de la tradición. Nos forman muy bien en una especialidad muy difícil, en la que tienes que saber de técnica. Y aparte de la genética. En los países del Norte son buenos en disco, en martillo...
Que el foco esté en Álvaro, ¿mejor, no?
Sí, sí, claro. Un doble campeón del mundo al lado. Te da seguridad como compañero y como todos se fijan en él, pues yo a ser el underdog. Eso me motiva. Me digo: 'No confían en mí, ya verán'. Es un ejemplo y una suerte tenerlo. Y la estrategia es simple, seguirle. Y hasta donde pueda aguantar.
El relevo mixto es otra gran oportunidad de medalla
Ahora no lo pienso mucho, es lejano. Ya veremos como me recupero, física y mentalmente. Y lo que decida el equipo técnico.
¿Los jueces os quitan el sueño?
Es algo que te tiene que preocupar. Es el mayor mal sueño que tengo. Dices, 'si en el kilómetro 18 tengo dos avisos, ¿me la juego o no?'. Lo mejor es no pensar. Considero que puedo marchar muy bien, pero vamos a unos ritmos que arriesgamos a tope. Y es una prueba subjetiva. Hasta que no pongan la tecnología...
¿Por qué estudias Periodismo?
Empecé Publicidad y Relaciones Públicas. Pero no me gustaba nada, no tenía motivación. Compaginarlo con el deporte de alto nivel estando amargado... Yo era un friki del deporte y un profe me decía que se me daría bien el periodismo. Y me lancé. Pero estos últimos meses... no he sido el mejor ejemplo de deportista-estudiante. Me gusta más el periodismo escrito. Y las redes sociales. Iría más por ahí.
Y a un chico de 22 años que estudia Periodismo, ve el telediario y ¿qué le preocupa?
Aquí podríamos estar horas. A mi abuela la tengo prohibido ver las noticias, sólo ponen cosas negativas. Y yo me ofusco ahora con los periodistas que hacen fútbol todo el año y empiezan a hacer la cobertura de los Juegos. Los chavales de mi edad miramos al futuro. Nuestro lugar está en Tik Tok, Instagram... Donde podamos dar nuestra opinión.

El dolor de Rudy, el “coraje” del líder Aldama y unas cuentas enrevesadas para estar en cuartos: “El espíritu de Gasol está en el aire”

Actualizado Martes, 30 julio 2024 - 17:34

Santi Aldama estaba ante el partido más difícil de su carrera. También el más apetecible. El foco sobre él y su pareja de baile, uno de los tres mejores jugadores del mundo. Una prueba de fuego para quien se abre paso en la NBA, para quien pide más, por cualidades y, ahora sí, por carácter. El canario no es Pau Gasol ni lo pretende. Pero es ya, sin duda, el pilar que sostiene a esta España superviviente.

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"El espíritu de Pau está en el aire", bromea Scariolo, cuya memoria, como la de todos, se traslada nueve años atrás, cuando Gasol destrozó en ese mismo Pierre Maurouy a Francia. Es ese Eurobasket también hincó la rodilla Giannis Antetokoumnpo. Él y Aldama se desafiaron ayer, ganó muchas veces el griego (27 puntos, pero falló el triple para empatar a 20 segundos), algunas también Santi (le sacó un par de faltas de ataque y se enrabietó tras un cabezazo recibido), aunque fue quien realmente sonrió el último, con un triunfo de España que él prácticamente había sellado con un mate tras rebote ofensivo con dos minutos por jugar. Todos los buenos augurios del Preolímpico los mantiene el de los Grizzlies: en dos partidos olímpicos promedia 23 puntos (4,5 triples con un 56.3%) y 8,5 rebotes.

"No hay una verdadera estrategia. Se trataba de ocupar toda la pintura, ser físicos, estar frente a él. Es un MVP. No hay una receta para detenerlo", reconoció Aldama, que habló de "coraje": "Creo que esa es la palabra que describe nuestro juego".

Antetokounmpo y Aldama, durante el partido.

Antetokounmpo y Aldama, durante el partido.Michael ConroyAP

Tras el tropezón del sábado, había pedido Scariolo un paso adelante ante Grecia, para los expertos y los que no. Y obtuvo respuesta de su colectivo, elevando la concentración y llevando sus planes defensivos con rigurosidad. Para volver a derrotar a los helenos, como hace nueve años también en Lille (nueve victorias nacionales en los últimos 11 enfrentamientos oficiales). "Hemos jugado un gran partido, uno de los mejores de los últimos años", concedió, el seleccionador, que destacó el control del rebote. Cuando los de Spanoulis remontaban, en esa recta de meta en la que demostraron madurez mental, salió el alma. "Hemos puesto corazón, hemos puesto cabeza, hemos puesto también algo de acierto en momentos clave del partido y creo que hemos ganado merecidamente". Una victoria, al menos, se pretendía en el Pierre Mauroy y ya la tiene España. Pero las cuentas no dan tregua y podría no bastar.

A continuación, Canadá, poderosísima, tumbó a Australia (93-83) y dejó a la selección en un escenario en el que depende de sí misma para estar cuartos. Sin embargo, también hace que no tenga matemáticamente asegurada ser al menos tercera. Ahora, el viernes, podría ser primera (si gana y también lo hace Grecia contra Australia) y hasta quedar eliminada (si pierde y Grecia gana de entre 3 y 17 puntos. La Canadá del español Jordi Fernández ya está clasificada e incluso podría ser líder perdiendo de poco...

Hasta Bercy viajan los dos mejores de cada grupo y dos de los tres terceros. Luego, la FIBA realiza un sorteo dirigido para los cruces en el que no se pueden volver a enfrentar con el mismo rival de la primera fase.

Un duelo sin red, el del viernes, en el que podría no estar Rudy Fernández. España supo navegar en el drama incluso tras comprobar cómo caía en combate su gran líder. El capitán se llevó un golpazo fortuito de Juancho Hernangómez. Acababa de meter dos triples salvadores y se retiró maltrecho a vestuarios. "Está bien. Recibió un golpe muy fuerte, pero no hay riesgo de nada grave. Sin embargo, debemos vigilarlo durante las próximas horas. A ver si puede estar para el próximo partido", avanzó Scariolo.

Baloncesto: Aldama mira a los ojos a Antetokounmpo y España sueña tras ganar con sufrimiento a Grecia

Baloncesto: Aldama mira a los ojos a Antetokounmpo y España sueña tras ganar con sufrimiento a Grecia

Esta sí es España, su amor propio, su baloncesto de carácter pese a las complicaciones, pese a tener un monstruo enfrente y un abismo debajo. La selección, con un Santi Aldama majestuoso (19 puntos y 12 rebotes), mirando a los ojos de Giannis Antetokounmpo (frustrado pese a su despliegue, 27-11), tumbó a Grecia y, de repente, sueña en los Juegos, medio billete hacia la fase final de París.

Fue un mal comienzo, un precioso despertar y una segunda parte de pura resistencia. Fue un ejercicio de coraje, tan propio de lo que siempre fue España y de lo que no se vio el primer día ante Australia. Fue una bonita mañana en Lille, con Aldama confirmándose como héroe y un colectivo en el que todos tienen algo que aportar, hasta un heroico Jaime Pradilla.

La obsesión, era evidente, se llamaba Giannis. Lo que genera para él, con ese inabarcable físico, y lo que da al resto, aunque Spanoulis, de inicio, no le rodeara precisamente de tiradores. No podía ser una labor individual su defensa. Y el amanecer fue otra vez raro, a remolque, con los despistes desesperantes como síntoma (12-20).

Sólo Santi Aldama lucía, pletórico su debut olímpico, de tú a tú a una estrella NBA. Anotó 10 de esos 12 primeros puntos. Pero faltaba una chispa que hiciera despertar a España, volver a ser ella misma, devolver la alegría, la agresividad... Primero la zona defensiva, pero en el otro aro, quien mejor revolucionario que Sergio Llull.

Llull, ante Antetokounmpo, en el Pierre Mauroy de Lille.

Llull, ante Antetokounmpo, en el Pierre Mauroy de Lille.SAMEER AL-DOUMYAFP

Su irrupción en cancha fue un torrente de energía. Enhebró 11 puntos de carrerilla, triples imposibles de los que desesperan a cualquiera. Y todos se contagiaron de su magia. Porque compartía cancha con Rudy, Alberto Díaz y Garuba, que oscurecieron el panorama a una Grecia que no era consciente de que lo peor estaba por llegar. Porque nadie les había advertido de quien iba a ser el siguiente en golpear, un secundario con amor propio por las nubes, Jaime Pradilla.

En contraste con Juancho Hernangómez, el maño se comió la cancha. Sin complejos, un triple desde la esquina, rebotes y más puntos del invitado sorpresa. Para osadía la de Brizuela, más madera a una España desatada, al fin ella, volando en el Pierre Mauroy. El acierto de golpe y Grecia quebrada, salvada por la campana del descanso, 14 abajo tras un parcial de 16-3 y 11 triples como puñales a su baloncesto.

Fueron 16 después, pero faltaba un mundo y Grecia volvió, tres marchas más tras el descanso, al límite de la intensidad. Y para España cada canasta ahora suponía un Everest. La zona le dio otro poco de aire, pero se estaba condenando a la agonía. Y eso que Aldama tiró de carácter ante Anteto. La resistencia no era un buen plan. Un triple de Tolioupoulos -el héroe griego inesperado- sobre la bocina puso toda la carne en el asador con un round por disputar.

Y la selección era un flan, derretida ante las virtudes de Giannis, que asestó cinco puntos más para llegar a la orilla. Había dejado escapar España un tesoro y ahora ya era una moneda al aire. Tres triples seguidos, algunos asombrosos (dos de ellos de un Rudy que después se retiró con un mal golpe en el cuello) y el descanso de la estrella NBA fueron aliento, oxígeno clave después.

Volvió Giannis y Grecia empató (71-71). Pero España supo transformar el miedo en acicate, tiró de corazón y experiencia, se vino arriba con ocho puntos seguidos, cuatro de ellos de un Aldama todo cara dura, mostrando al mundo su dimensión. Quedaban poco más de dos minutos y en ese abismo supo manejarse la selección, con los tiros libres de Willy y una canasta sobre la bocina de Alberto Díaz que quizá sea un diamante para el basket average. Ahora todo serán cábalas para intentar llegar a París, aunque un triunfo ante la temida Canadá el viernes sería definitivo.

Del ‘Balita’ al ‘Balín’, la hora de Rafa Lozano júnior: “Eso que tenía mi padre… No va a haber otro igual”

Actualizado Lunes, 29 julio 2024 - 23:48

Al encuentro con EL MUNDO en la Villa Olímpica de Saint-Denis, al mediodía del lunes, acuden con paso ligero, tan simpático el padre, tan serio el rictus el hijo. Es normal, Rafael Lozano júnior lleva días sin comer ni beber demasiado y «cuando no está la comida ya te sienta mal todo». Porque tiene que dar el peso (-51 kilos) para su combate de de octavos de final contra el australiano Yusuf Chothia (11:32 h.). «No le conozco demasiado, nunca me

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