Dennis Smith Jr., la estrella que no fue y su renacimiento en el Real Madrid: criado por su padre, amigo de Doncic y físico NFL

Dennis Smith Jr., la estrella que no fue y su renacimiento en el Real Madrid: criado por su padre, amigo de Doncic y físico NFL

No hace ni tres años, la simple idea de hacer las maletas, cruzar el charco, abandonar la NBA y explorar sus posibilidades en el baloncesto europeo suponía casi una afrenta para Dennis Smith Jr. "No me voy a ir al extranjero. Si las cosas no me salen bien, iré a la NFL. Lo digo muy en serio". Fue justo antes de firmar por los Hornets, el penúltimo asidero de una historia ya vista, la del proyecto de estrella al que todo se le empieza a torcer hasta acabar fuera de una Liga que hacía no tanto le recibió con las expectativas por las nubes.

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Porque cuando el base fue elegido en el número 9 del draft de 2017, sin haber cumplido los 20 años, los Mavericks creían haber encontrado la primera piedra de su reconstrucción. Ocho años después, tras un cúmulo de traspasos y lesiones, Dennis llega donde antes no se veía. Es el tan esperado refuerzo invernal del Real Madrid. Este miércoles aterrizó en la capital de España, pasó reconocimiento médico y firmará su contrato hasta final de temporada. Sólo falta el anuncio oficial.

A Smith, un combo de 1,90 con un enorme talento, tanto técnico como físico, siempre le acompañó el Jr. en su camiseta. Su existencia viene marcada por la presencia de su padre, quien le crio en solitario junto a su hermana De'Aira en Fayetteville (Carolina del Norte). Ex militar, pluriempleado y padre soltero desde que Helena abandonara a la familia cuando Dennis tenía 13 meses. Fue su padre quién le enseñó a jugar al baloncesto y nunca olvida los entrenamientos con guantes destinados a mejorar su manejo del balón. Y lo hizo desde la humildad, lejos de modelos tan invasivos como cercanos (ahí están los hermanos Ball). "Lo aprendí todo de él, hasta los modales".

Bien temprano la estrella de Dennis iba a brillar. Y eso a pesar de que también bien pronto le visitarían las lesiones. Cuando ya era uno de los proyectos más interesantes del país, jugando para el Trinity Christian School de Fayetteville, se rompió el ligamento cruzado. Durante la operación, los médicos descubrieron una rareza: tenía un ligamento cruzado anterior adicional. Y aunque había sido descartado para toda su temporada senior, a los dos meses y medio regresó presumiendo de haber mejorado en 20 centímetros su salto vertical.

Dennis Smith Jr., la temporada pasada con los Nets.

Dennis Smith Jr., la temporada pasada con los Nets.AP

Esas prestaciones las confirmó en su único año universitario con North Carolina State. De ahí a los Mavericks, un esperanzador primer año en la NBA a las órdenes de Rick Carlisle (15,2 puntos de media e incluido en el segundo quinteto rookie). Hasta que a Dallas llegó un tal Luka Doncic.

Precisamente desde el Real Madrid, caminos cruzados, el esloveno fue a la vez cómplice y verdugo de Smith. Su mejor amigo y el elemento que acabaría por desestabilizar su carrera, pues, tras media temporada de convivencia deportiva, los Mavericks iban a explorar otras vías poniendo a Dennis en el mercado. Intercambiado por Porzingis, en los Knicks empezó su cuesta abajo.

Especialmente al comienzo del siguiente curso, al que no pareció llegar en las mejores condiciones físicas y el Garden se lo hizo pagar hasta con abucheos. No tardaría en salir (en la temporada 2020-2021 sólo jugó tres partidos con los Knicks), ya con las lesiones minando también su rendimiento (muñeca, espalda, rodilla...). Medio curso en los Pistons y uno sin pena ni gloria en los Blazers.

Ahí, verano de 2022, llegó el Rubicón para Smith, que hasta llegó a ganar peso con vistas a su salto a la NFL como defensa. Pero le rescataron los Hornets y el curso pasado los Nets, muy lejos ya de los números del comienzo de su carrera. Tras 326 partidos en la NBA, nadie le quiso firmar este verano. Iba a probar en la Liga de Desarrollo (Wisconsin Herd). Pero apareció el Madrid. Lleva sin jugar un partido oficial desde el pasado mes de marzo.

Ya no tan desesperado como hace unas semanas tras ganar 11 de sus últimos 12 partidos, pero con la necesidad de un impulso en su perímetro que pretende encontrar con las cualidades de Smith. No es un tirador puro ni un excelente pasador, pero hay pocas cosas que se le puedan resistir ofensivamente. También defensivamente (rol al que fue relegado en su última época NBA) debería dar el plus que no han otorgado ni Xabier Rathan-Mayes ni Andrés Feliz. Dennis ocupará plaza de extracomunitario y cuando se recupere Gaby Deck, Chus Mateo tendrá que hacer un descarte para los partidos de ACB entre los dos americanos y el argentino.

Campazzo y el triunfo más improbable del Madrid tras encajar 113 puntos

Campazzo y el triunfo más improbable del Madrid tras encajar 113 puntos

Fue una noche extraña. Una noche desproporcionada en el Palacio, un festival de canastas que no de buen baloncesto. El Real Madrid ganó al Maccabi recibiendo 113 puntos en casa. Lo nunca visto. Pero no se quebró su racha, sus 11 victorias en los últimos 12 duelos, seis de carrerilla en Europa, donde ya atisba los puestos de playoff. Sobrevivió a su lastimosa defensa entre otras cosa por lo de siempre, por el de siempre: Facundo Campazzo. [Narración y estadísticas: 116-113]

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En tal frenesí ofensivo, el argentino se puso las botas (31 puntos, ocho asistencias...). Hubo más nombres propios en el Madrid. Mario Hezonja (25 puntos sin ningún triple), otro que empieza a ser también sospechoso (para bien) habitual. Y esta vez secundarios dando un paso adelante, especialmente Eli Ndiaye. Chus Mateo suspiró de alivio con el bocinazo final. El jueves le aguarda el Olympiacos.

Cuando juegas un partido cada dos-tres días, lo normal es tomarte una jornada de asueto. Pura desubicación. O agotamiento. Real Madrid y Maccabi comenzaron el choque un buen rato después del salto inicial. Concretamente, tras el descanso. Los primeros 20 minutos los resumió Dzanan Musa: "Hemos hecho una mierda de verdad. Es una broma". Acababan de encajar 63 puntos.

Y anotar 57, para un total de 120, récord absoluto en la historia de la Euroliga (los 229 finales también fueron récord de un partido sin tiempo extra; el anterior fue en la 2003-2004 entre Skipper de Bolonia y Zalgiris, 224). Pero "una mierda", al cabo, porque no fueron 120 puntos de brillantez sino de ausencias defensivas, una dimisión colectiva en toda regla que permitió números de escándalo. Como los 12 puntos de Hoard y Jokuibaitis -tremendo el ex del Barça, cinco asistencias también- o los 13 de Sorkin. Respondidos por el desatado Hezonja (17) y Campazzo y Musa (13 cada uno). Evidentemente, algo tenía que cambiar.

Hezonja y Campazzo, tras la victoria.

Hezonja y Campazzo, tras la victoria.JUANJO MARTINEFE

Al menos la actitud. El Madrid regresó con una agresividad aparentemente distinta: no habían pasado ni dos minutos y ya había cometido tres faltas. Pero iban a saltar las alarmas bien pronto. El Maccabi, que no pasa por sus mejores momentos en su exilio de Belgrado -a las puertas del Palacio hubo una manifestación en protesta por la invasión israelí de Gaza-, volaba 12 arriba (62-74) ya avanzado el tercer acto.

Y como la cosas en defensa no parecía que iban a ser la solución, el Madrid optó por la otra opción, anotar todavía más puntos que el rival. Reaccionó pronto con un parcial de 16-2 que le hizo ponerse por delante, con Campazzo y Hezonja explorando sus topes. Pero el tipo que iba a resultar clave en el siguiente tramo, cuando el Maccabi se rehízo, fue Eli Ndiaye, siempre secundario, siempre listo para la brega. Esta vez hirió con tres triples sin fallo desde las esquinas y fue determinante con sus movimientos defensivos, como un perro de presa sobre Jokubaitis. Contrastaba el canterano con la grisura de Edy Tavares, que ni un lanzamiento ejecutó.

Jokubaitis

El Madrid se había disparado con 34 puntos en el tercer acto. Pero aún no había ganado el partido, entre otras cosas porque Hoard y Jokubaitis seguían haciendo daño.

Y también apareció Jasiel Rivero, sobrepasando a un Tavares ausente (Ibaka causó baja). Y todo se enredó hasta un final de locura, un pim pam pum que a punto estuvo de costarle la racha y la inercia al Real Madrid. Un Maccabi que no falló ninguno de sus 26 tiros libres y que sólo cedió en la meta.

Ahí siguió la tónica de los aciertos. Blatt, Randolph, Rivero... Musa y Campazzo respondieron para el Madrid, que se plantó uno arriba a falta de poco más de una posesión. En el ataque clave visitante, Ndiaye y Abalde forjaron un monumento defensivo hasta agotarle la posesión al Maccabi. Un triunfo que fue un parto, un alivio cuando Randolph erró el triple que hubiera llevado la batalla a la prórroga, que hubiera sido un desenlace del todo acorde a lo vivido, por alocado, en el Palacio un frío martes de enero.

Sterrato, Mortirolo y el temible Colle delle Finestre, un Giro de Albania a Roma como reclamo para Vingegaard

Sterrato, Mortirolo y el temible Colle delle Finestre, un Giro de Albania a Roma como reclamo para Vingegaard

De Albania a Roma -incluida una pequeña incursión en Eslovenia en el final de la 14ª etapa, guiño al vigente ganador Tadej Pogacar pero también a la estrella ya confirmada para 2025, Primoz Roglic- , un Giro exigente, variado, de menos a más, con no demasiados kilómetros de contrarreloj y de sterrato y paso por puertos míticos como el Mortirolo, Finestre o Sestriere.

Este lunes, en el Auditorio Parco della Musica, con la presencia de Urbano Cairo (presidente de RCS MediaGroup), Edi Rama (primer ministro de Albania), Roberto Gualtieri (alcalde de Roma) o Antonio Tajani (ministro de Asuntos Exteriores italiano), entre otras autoridades -y con Vicenzo Nibali y Alberto Contador como estrellas-, se desveló el recorrido de la Corsa Rosa, su 108 edición, la que buscará sucesor a un Pogacar que, aunque todavía no lo ha descartado oficialmente, no estará en la Grande Partenza del 9 de mayo. Sí Roglic, y Juan Ayuso, Mikel Landa, Adam Yates, Nairo Quintana, Van Aert, Pello Bilbao o Caparaz. Y probablemente, ese será el mayor reclamo, un Jonas Vingegaard que quería aguardar a conocer el trazado.

Urbano Cairo, con Edi Rama el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri.

Urbano Cairo, con Edi Rama el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri.AFP

Y ahí lo tiene el escalador danés, 52.000 metros de desnivel (10.000 más que en 2024), con tres llegadas en alto, especialmente señalada la penúltima etapa, con final en Sestriere, el día que se asciende al Colle delle Finestre, la Cima Coppi a 2.178 metros de altitud: 18 kilómetros al 9,3% con los últimos ocho de grava, en la misma que Chris Froome dejó una página para la historia en 2018. Hay otras cuatro jornadas de alta montaña muy exigentes, pero también dos contrarrelojs, la de Tirana en el segundo día y los 28,6 km. entre Luca y Pisa de la décima. Y el sterrato de la Strade Bianche con final en Siena.

«Cuando hablamos del Giro siempre hay mucha emoción. Estamos trabajando para tener grandes campeones entre los participantes», anunció Cairo.

La caída en picado de Willy Hernangómez en el Barça: de su conflicto con Grimau a desaparecer con Peñarroya

La caída en picado de Willy Hernangómez en el Barça: de su conflicto con Grimau a desaparecer con Peñarroya

El Barça es una montaña rusa de sensaciones en estos primeros meses del proyecto Joan Peñarroya, el enésimo intento de enderezar un equipo de capa caída desde hace demasiado tiempo. El domingo, en Gran Canaria, escapó de un embrollo histórico al ganar y mantener vivas sus opciones de disputar la próxima Copa. Le basta con ganar el domingo en el Palau al Bilbao para estar en un torneo al que jamás faltó.

En lo que va de curso, ha vencido un partido más de los que ha perdido (19-18). Y tan pronto parece un colectivo en descomposición que se diluye como un azucarillo en los finales de partido ajustados, como muestra un tremendo poderío. Venía de caer consecutivamente en tres duelos de ACB, pero también de ganar dos a domicilio en Euroliga, nada menos que en las canchas de París y Mónaco. Se analizan las causas de la desesperante irregularidad y, evidentemente, entre las principales, está la lesión tempranera y definitiva de Laprovittola, al que aún no se ha encontrado sustituto pese a intentos fallidos como el de Raulzinho Neto y el polémico con Heurtel, ya fichado por el Leyma Coruña. Y también se buscan culpables, rendimientos no acordes a las expectativas y los sueldos. Y, aunque no es novedad -su temporada pasada ya estuvo por debajo de lo esperado-, ahí sobresale el asunto Willy Hernangómez, algo más que un misterio sin resolver.

El madrileño llegó en el verano de 2023 como fichaje estrella, trofeo desde la NBA (en la que tampoco nunca triunfó) arrebatado al eterno rival. En él se depositaron las esperanzas de reconstrucción, pero también los ahorros. El sueldo de Willy, uno de los motivos por los que el Madrid no entró en la puja por el que fuera su canterano, es de los que obliga a sobreesfuerzo. Por encima de los dos millones de euros, está entre los 10 salarios más altos de la Euroliga. En ACB, sólo Tavares, quien roza los tres por curso (según Eurohoops) después de su renovación, está por encima del internacional español.

Willy, en acción.

Willy, en acción.ACB Photo

Si la temporada pasada el flojísimo rendimiento de Willy acabó por entrar en conflicto con su entrenador, ahora el madrileño parece instalado en un conformismo preocupante. A Roger Grimau le llegó a decir: «No me comas la oreja, que te quedan dos telediarios». «Cuando pasó aquello, pensé en el club. Willy es un jugador franquicia en el que se han gastado mucho dinero. ¿Qué gano apartando a un jugador?», reveló el extécnico a RAC1. Una actitud que Pablo Laso, desde la distancia, tildó de «bastante subnormal» (después pidió perdón al que fuera su pupilo).

Con Peñarroya de momento las aguas parecen en calma en lo disciplinario. A pesar de que Hernangómez no es más que un recurso muy al fondo de su banquillo. Cada vez más, de hecho. El pasado viernes, en Mónaco, el técnico catalán ni le utilizó y eso que Vesely fue baja por lesión (prefirió a Fall y a Metu, que es un ala-pívot, en el cinco). Ayer, en Gran Canaria, con Vesely de vuelta pero sin Fall, lo mismo. Cero minutos y cara de póker con el chándal puesto en el banquillo de Gran Canaria. Y su equipo resurgiendo.

Willy apenas juega un cuarto de hora por partido de media (15:05 en ACB, 14:09 en Euroliga): es la opción 11 de la plantilla para su técnico. Pese a la poca presencia, sigue anotando con soltura, una de sus más destacadas cualidades (7,5 en ACB, 8,5 en Europa) y valorando por encima de la media. Pero, en el caso del madrileño, los números siempre dieron una imagen de él que no es la verdadera. En defensa, en intensidad y concentración, es donde se siguen encontrando tales desajustes que ya parece que son incorregibles camino de los 31 años.

Willy seguirá dejando noches de esas que hacen pensar en lo que podría llegar a ser (hace nada, en París, 23 puntos y 10 rebotes). Y, seguramente, se mantendrá al fondo del banquillo a la espera de la enésima oportunidad. Quizá (o no) acabe entrando en conflicto con Peñarroya. Y su caché, con un año más de contrato, seguirá cayendo mientras su carrera avanza con sólo la selección, allá donde Sergio Scariolo es capaz de sacar lo mejor de él (relanzar sus virtudes, esconder sus defectos), -MVP de un Eurobasket- como el gran sitio de su recreo.

El Real Madrid ya es un equipo: corona su 'cuádruple' semana perfecta ganando al Tenerife

El Real Madrid ya es un equipo: corona su ‘cuádruple’ semana perfecta ganando al Tenerife

De repente, cuando la depresión y las dudas parecían tan profundas que no se antojaba solución, el Real Madrid, el mejor de la temporada, ha resurgido para empezar a creer. En sí mismo lo primero, la clave del despertar de un colectivo para el que el verano supuso una merma pero que no podía ser tan mediocre como parecía. Ante La Laguna Tenerife, que no es un cualquiera ni mucho menos, enhebró su novena victoria en los últimos 10 partidos, el cuatro de cuatro en una semana que no olvidará. [96-86: Narración y estadísticas]

Quizá la semilla de lo que luego será, en ese horizonte que ya se perfila con la Copa (y donde, salvó sorpresa, será cabeza de serie). Ante el Tenerife de Txus Vidorreta, con el que llegaba igualado en la tabla, no fue un triunfo de nombres propios. No hay mayor alegría para un técnico: Chus Mateo goza de lo que echaba de menos, más tipos para la causa. "Todos tienen que mantenerse vivos", desafía. Como Hugo González, el canterano que ya derriba el muro. O Rathan-Mayes, casi perfecto en sus pinceladas (seis puntos, siete asistencias). O Ibaka (15 puntos) y un Andrés Feliz que sólo emborronó su tarde con una agresión poco castigada por los árbitros a Ilimane Diop.

De nuevo al Madrid le costó un arranque en plenitud, con la pereza obligada de una semana inasumible. El lunes en Vitoria, el miércoles en Granada, el viernes en Kaunas... Pero el equipo ha ido adquiriendo unos mecanismos positivos, apoyados en la defensa, en la confianza recobrada que otorgan las victorias, en la suma de los jugadores que parecían en depresión. Pese al martilleo constante del Tenerife desde el perímetro, con siete triples de 11 intentos (especialmente acertado el tirador Kramer) para empezar, los blancos no se tambaleaban.

Se vieron nueve abajo (20-29), pero resurgieron con poderío. Y fue con Andrés Feliz a los mandos, al fin algo de luz en su túnel particular. Hezonja agarró la responsabilidad y firmó acciones estupendas, como una contra rematada en alley oop tras tapón previo de Ibaka. Era la primera ventaja del Madrid en el partido y al descanso se fue mandando con lo de siempre: un triple de Llull sobre la bocina (45-42).

Campazzo ejecuta una entrada, ante el Tenerife.

Campazzo ejecuta una entrada, ante el Tenerife.ACB Photo

El Madrid ya había despertado. Y a la vuelta de vestuarios no dudó ni un segundo. Como si con la llegada del año nuevo hubieran revivido sus alegrías. Y también su disciplina. Y eso que aún no llegaron los fichajes, tan pregonados. Regresó con un 17-2 de parcial y se fue despegando de un Tenerife apagado, incapaz de encontrar su siempre rentable pick and roll. Ni rastro de Fran Guerra, muy poco de Shermadini. Campazzo, bien pronto cargado de faltas, corría y corría ahora. La diversión.

Resultó tan contundente el juego del Madrid, que el tercer acto supuso ya la sentencia. 64 puntos entre el segundo y el tercero, con todos aportando. Hasta Ibaka, otro de los señalados, que coronó con (otro) triple sobre la bocina para poner una máxima insalvable (79-58).

Vidorreta, en el laberinto, dio entrada a Diop en la pintura y Marcelinho Huertas, en su eternidad, espabiló al Tenerife con un parcial de 2-13. Con el partidazo de Kramer, se llegó a arrimar a ocho (84-76). Pero era demasiado tarde.

Hezonja resucita al Real Madrid en Granada

Hezonja resucita al Real Madrid en Granada

El agotamiento, que también tiene mucho que ver (o casi todo) con la motivación, hizo mella. No podía ser de otra forma en un Real Madrid metido de lleno en su semana cuádruple, tres de sus cuatro citas a domicilio. Se topó con un Covirán Granada ambicioso y valiente y no se llevó un disgusto de milagro. Después de verse sin salida, apareció Mario Hezonja para capitanear una corajuda remontada. La octava victoria en los últimos nueve encuentros. Una resurrección dentro de otra resurrección. [79-84: Narración y estadísticas]

Porque realmente el Granada tenía contra las cuerdas al Madrid. El modesto poniendo en un aprieto al grande, sacándole los colores cerca de tres cuartos de choque, viéndose 15 arriba ante un rival que movía y movía el banquillo y no encontraba respuesta. Pero es tal el poderío que maneja Chus Mateo (clave también fue su paciencia) que finalmente halló el resorte. Un tipo dispuesto a romper el guion, a contagiar a sus compañeros y en evitar un tropiezo que parecía inminente. Hezonja, despliegue de calidad, firmó 23 puntos y ocho rebotes y no hubo nada que el Covirán pudiera hacer para evitarlo.

En mitad del frenesí, a Chus Mateo no le quedó otra que aplicar la lógica del reparto de esfuerzo, aunque eso supusiera un claro riesgo. O, al menos, intentarlo. Con Rathan-Mayes y Eli Ndiaye en el quinteto inicial, los planes pronto los hizo añicos un Granada que salió con fuego en las piernas y descaro para repartir. La primera mitad de los de Pablo Pin resultó sublime, un ciclón, la única forma de intentar dar la sorpresa ante el poderoso en mitad de la semana.

Le miró a los ojos al Madrid y le desafío con un baloncesto sin complejos dirigido por Jonathan Rousselle y ejecutado principalmente por el atildado Amine Noua. Los blancos fueron un desastre defensivo, ni rastro de la energía y del colmillo que parecía recuperado últimamente, sin ir más lejos el lunes en el Buesa.

Rathan-Mayes, defendido por Rousselle y Clavell en Granada.

Rathan-Mayes, defendido por Rousselle y Clavell en Granada.miguel angel molinaEFE

Encajó 48 puntos el equipo de Mateo, incapaz de arrimarse pese a acabar la primera parte ya con todas las estrellas en pista, con ese quinteto que casi siempre es garantía. Pero ni Tavares se imponía en la zona ni Campazzo en la dirección, ahogados por la agresividad granadina, que forzó hasta nueve pérdidas blancas.

La esperada reacción no se produjo inmediatamente a la vuelta de vestuarios. El contagio de desidia ya estaba extendido en el Madrid y ni Garuba logró hacerle espabilar. Es más, ahora con la electricidad de Gian Clavell, el Granada estiró la distancia (53-38), cuando Mateo decidió mandar al banquillo hasta sus dos puntales, Campazzo y Tavares, aguardando a que escampara. No había forma de acercarse. Sólo cuando Hezonja fue llamado al rescate, con su despliegue de cualidades y una calma asombrosa, acompañado de Ibaka, Ndiaye, Andrés Feliz y un decisivo Hugo González en un improbable quinteto, logró el primer destello de un equipo que no se reconocía.

Prendió la mecha y el Granada, tan bravo hacía nada, se fue deshaciendo mientras sus fuerzas le abandonaban. Scott Bamford y Jacob Wiley intentaron evitar la remontada, pero el Madrid ya había olido sangre. Cuando volvió Campazzo, ya poco podía hacer. Cinco puntos del argentino pusieron al Madrid por delante por primera vez (75-77), a falta de tres minutos. No iba a tardar Hezonja en sentenciar, el hombre de la noche.

El Granada tendrá que seguir picando piedra para escapar de los puestos más bajos. El Madrid ya se arrima peligrosamente al liderato de Unicaja y Valencia y tiene a tiro ser cabeza de serie de la Copa.

Sin respiro, el viernes se enfrenta en Kaunas al Zalgiris en Euroliga.

Musa atormenta al Baskonia

Musa atormenta al Baskonia

Con el talento desatado de Dzanan Musa todo es más sencillo. Se disipa el cansancio acumulado, se aplaca el ímpetu del rival, se disimulan los errores colectivos y el baloncesto, en fin, fluye como sus atildados movimientos, como si no costara. El bosnio firmó en el Buesa Arena la noche que confirma su mejoría, el líder que debe ser, 29 puntos en una tormenta perfecta que ahondó en la depresión del Baskonia y que mantiene la pujanza recobrada del Real Madrid, siete victorias en los últimos ocho partidos y con el billete sellado hacia la Copa del Rey. [82-89: Narración y estadísticas]

El Madrid, que sigue sin ser la perfección, fue superior de principio a fin en Vitoria, en esta semana 'cuádruple' sin precedentes para ambos. Se apoyó en otro amanecer poderoso, en ese cambio de actitud de últimamente, y sobrevivió a sus pérdidas (15), al rebote ofensivo del Baskonia (14) y al bajón, que ya no es una novedad sino tendencia, con su segunda unidad. Campazzo (17 puntos, seis asistencias) templó en el desenlace y Hezonja, con un triple desde ocho metros marca de la casa, hizo añicos cualquier esperanza de remontada local.

No está Pablo Laso para fiestas, con su Baskonia hundido tanto en Europa como en ACB. Apenas le quedan ya opciones de clasificarse para la Copa de Las Palmas, un borrón imperdonable (han fallado en tres de las últimas cinco). Si alguna esperanza de resucitar tenía en la visita del que fuera su Madrid, al que había derrotado en Euroliga en octubre, no tuvo el viento a favor en casi ningún momento. Con la baja de su capitán Sedekerskis, Markus Howard -borrado por un excelente, otra vez, Abalde- se lesionó antes del descanso y Moneke tampoco participó demasiado.

Khalifa Diop, defendido por Garuba, en el Buesa.

Khalifa Diop, defendido por Garuba, en el Buesa.ADRIAN RUIZ HIERROEFE

El Madrid arrancó con el pie a fondo en el acelerador. Un 16-28 que era una declaración de intenciones. Musa sumó sus 15 primeros puntos sin despeinarse (no iba a fallar ninguno de sus cinco triples; acabó con 38 de valoración). Pero, como siempre, fue sentarse Campazzo y Tavares y todo se desmoronó. Es preocupante el desempeño tanto de Andrés Feliz en la dirección como de Serge Ibaka en la pintura. Con ambos en pista, se vino arriba el Baskonia, con la clase de Luwawu-Cabarrot y un parcial de 12-2. De nuevo estiró el Madrid y un triple de Rogkavopoulos dejó la herida un poco menos abierta al descanso (39-47).

La segunda parte repitió el guion. Garuba, con su energía, suplió bastante mejor a Tavares que Ibaka. El Baskonia hacía la goma permanentemente, pero no se arrimaba lo suficiente. En el desenlace, con Campazzo dueño del escenario (muy superior a la pareja de bases del rival), un triple de Hezonja fue el puñal en el corazón vitoriano.

No hay tiempo para lamentos ni festejos. El miércoles ambos tienen duelo. Y el viernes, y el domingo...

Cuatro partidos en una semana, 11 en un mes... el insoportable maratón del baloncesto europeo: "¿Cómo un deportista puede estar sano?"

Cuatro partidos en una semana, 11 en un mes… el insoportable maratón del baloncesto europeo: “¿Cómo un deportista puede estar sano?”

Hace tiempo que el calendario del baloncesto europeo es un rompecabezas imposible de encajar. Una amalgama de competiciones domésticas y continentales que estiran su chicle y desubican al espectador, todo aliñado con las ventanas FIBA de clasificación, instauradas en mitad del curso desde hace siete años. Hace tiempo también que los jugadores, los protagonistas, se cansaron de protestar (apenas las quejas sin repercusión de los sindicatos...). Y que los que rigen el cotarro, FIBA y Euroliga, no se van a poner nunca de acuerdo por mucho de que presuman de sus acercamientos. En enero, mes previo al 'parón' por la disputa de las Copas nacionales y los partidos de selecciones, la situación se suele volver extrema. Aunque nunca se vio lo de ahora: Real Madrid y Baskonia disputan esta semana cuatro partidos (seis en los próximos 13 días).

«Jugamos 11 partidos en enero, ahora viene una semana cuádruple y la siguiente es una doble... Que alguien me explique cómo un deportista puede estar sano y mantenerse al mismo nivel todos los días», protestó Chus Mateo el pasado viernes, tras la victoria del Madrid ante el Bayern en el primer partido del 2025. El inicio de un maratón. Del 3 de enero al 4 de febrero, 33 días, 13 duelos, siete de Euroliga y seis de ACB. Lo mismo, claro, que Barça y Baskonia (los tres españoles en Eurocup, Valencia, Gran Canaria y Joventut, 10 en enero, algo menos). «Es el único deporte en el que pasa. Se obliga a los jugadores a ser superhéroes», añadió el técnico.

La ruta, para ninguno de los tres, es llana. Pues la propia exigencia del calendario acentúa sus apuros y propicia los percances físicos en plantillas que, ya de inicio, cuentan con 13 ó 14 piezas. El Madrid, por ejemplo, afronta tres de los cuatro duelos de esta semana frenética a domicilio. Hoy lunes de Reyes visita Vitoria, de ahí a Granada (miércoles) y sin pausa a Kaunas (viernes), para cerrar el domingo en casa contra el Tenerife.

Lesiones

Tras cuatro triunfos seguidos en Europa, los de Chus Mateo, que perdió a Gaby Deck al menos dos meses por una una rotura del tendón conjunto de los isquiotibiales, respiran algo en la tabla (ya son octavos, en puesto de play-in) y en Liga Endesa acechan el liderato de Unicaja y Valencia. El técnico, que estuvo en el alambre tras «tocar fondo» contra el Zalgiris hace unos días, hizo una reflexión un tanto insólita sobre el camino. «Tenemos que normalizar la derrota. No es poner excusas, pero habrá que ser condescendientes a veces. Y saber que cuando llegue el momento de competir, estemos en la mejor forma y juntos, sin grietas. Y ojo ahí, que viene el Madrid. Que estos saben cómo ganar. No somos lo de otros años, pero vamos a ir a por ello», pronunció como declaración de intenciones.

Más empinado parece para el Barcelona y eso que pareció respirar ganando en París. Siete de sus 11 citas de enero son lejos del Palau. Joan Peñarroya ya perdió para todo el curso a Laprovittola y Raulzinho Neto apenas pudo disputar ocho minutos antes de rescindir su contrato por sus problemas físicos. Mientras sigue peinando el mercado a la caza de un refuerzo en la dirección tras el fiasco con Heurtel, buscan resolver sus apuros para sellar su clasificación copera (son novenos) y seguir escalando en Euroliga.

El Baskonia, que acaba de perder por lesión a su capitán Tadas Sedekerskis -se reforzó con Luka Samanic-, recibe hoy (20:30 h.) al Real Madrid asedidado por las urgencias: sólo le vale ganar para seguir pugnando por el billete copero a Gran Canaria. En Europa, pero aún, los de Pablo Laso son 14º: sólo hay tres equipos con peor balance. El propio técnico vitoriano alzó la voz hace un año sobre el abuso de partidos, cuando estaba en el Bayern: «Al final, estamos matando a los actores. De alguna manera, tenemos que gestionar el negocio», dijo cuando se especulaba sobre la posible expansión a Dubai que aún no se ha producido, aunque allí se disputará la próxima Final Four en mayo.

La locura de enero es el paradigma de temporadas que se pueden ir con normalidad por encima de los 90 partidos, de octubre a junio, para un jugador.

Del caso a Heurtel a alejarse de la Copa, el Barça se mete en otro enredo: "El equipo está jodido"

Del caso a Heurtel a alejarse de la Copa, el Barça se mete en otro enredo: “El equipo está jodido”

Caras largas y sensación de impotencia. Finales apretados que se escapan, remontadas que no cierran. El Barça avanza como un tractor cuesta arriba, como si algo se hubiera roto en lo colectivo. Y, para colmo, enredos que no ayudan como el protagonizado con Thomas Heurtel en los últimos días.

Pese al recital de Kevin Punter en el último cuarto (11 puntos de sus 19 puntos en ese tramo) y a que dispuso de un lanzamiento final, ya en la prórroga, para haber ganado el partido, el Joventut asaltó este domingo el Palau (90-91) y no sólo selló virtualmente su billete para la Copa de Las Palmas del próximo mes de febrero, también dejó tiritando a los de Joan Peñarroya, en mitad de una crisis de la que parecen incapaces de salir.

"Con lo que significa un derbi en can Barça y cómo está la clasificación, esperaba un poco más de ganas. No hemos demostrado estar a la altura, hemos tirado el partido nosotros", reconoció ya en el vestuario Alex Abrines, un tipo que nunca se muerde la lengua. Y que pone de manifiesto con sus palabras una situación desesperada que está minando la apuesta por Peñarroya en el banquillo azulgrana. Su Barça ha disputado 34 partidos en lo que va de curso y ha perdido 17, los mismos que ha ganado.

Cerró el año perdiendo en el Palacio contra el Real Madrid y su triunfo en París el viernes, en mitad de la tormenta y la polémica por el no fichaje de Heurtel, significó todo un alivio en una Euroliga en la que sigue fuera de los puestos de playoffs (es 10º). Pero ante la Penya, contra quien fue cayendo buena parte de la mañana, resultó una vuelta a las andadas. Nunca en la historia hubo una Copa del Rey sin el Barça y esa opción es hoy por hoy bastante posible.

Jabari Parker, entre dos defensores del Joventut.

Jabari Parker, entre dos defensores del Joventut.Andreu DalmauEFE

Si el martes los azulgrana ganaran en su visita al colista Girona, que ayer se impuso en la pista del Lleida, igualarían en la octava plaza con Casademont Zaragoza y Baxi Manresa. Dos plazas para tres (o para cuatro si Baskonia gana sus dos encuentros pendientes, este lunes contra el Madrid y el miércoles contre el Leyma Coruña) con dos jornadas en juego. Teniendo en cuenta el factor de que Zaragoza y Manresa se enfrentan entre ellos el fin de semana, al Barça le resta el complicado duelo en Gran Canaria y recibir al Bilbao para apurar sus opciones.

"El equipo está jodido, sabía de la importancia del partido. Nos hemos quedado sin red de seguridad para los tres partidos de la primera vuelta. El vestuario está tocado", admitió un Peñarroya que sigue aguardando un refuerzo en el puesto de base tras la grave lesión de Laprovittola y la presencia efímera de Raulzinho Neto, cuyo contrato fue rescindido a causa de sus problemas físicos.

El Barça consultó con una de sus peñas de aficionados el fichaje de Heurtel: "Se trata de un jugador que salió muy mal del Palau"

El Barça consultó con una de sus peñas de aficionados el fichaje de Heurtel: “Se trata de un jugador que salió muy mal del Palau”

El mundo del baloncesto europeo no salía el viernes de su asombro. El 'tema Heurtel' era lo más comentado no sólo alrededor del universo Barça, también por rivales, domésticos y continentales, atónitos ante lo sucedido. Primero, ante el interés por un jugador con el que los azulgrana ya protagonizaron un episodio más que polémico allá por 2020, cuando le dejaron varado en el aeropuerto de Estambul en plena pandemia como represalia por sus conversaciones ocultas con el Real Madrid. Y, después, con la marcha atrás del fichaje una vez que el francés y su familia ya se habían trasladado desde China a Barcelona.

El argumento esgrimido por el Barça fue la "repercusión social" (negativa) de un refuerzo que ya estaba consensuado por todos los estamentos del club, desde la directiva hasta Joan Peñarroya, pasando, claro por la dirección técnica de Juan Carlos Navarro. Es decir, se toma la decisión (por la grave lesión de Laprovittola y el fiasco físico de Raulzinho Neto), se compra el billete al jugador, se le asigna número (3) y se le cita para el miércoles para pasar la revisión médica. Y, después, comprobado el revuelo mediático, se decide dar marcha atrás con Heurtel ya en España. Eso es lo que explicó David Carro, agente del francés, en la rueda de prensa del viernes por la tarde. En la misma en la que desveló otro de los aspectos insólitos de esta historia ya de por sí rocambolesca. "El martes se hace una llamada para explicar la situación a los Dracs (peña de animación azulgrana), para que fuese una situación normalizada. Ese mismo día, el Barcelona compra el vuelo para que venga", admitió.

Un hecho, el de consultar el fichaje con el grupo de aficionados (el más clásico desde hace años en el Palau), que después corroboró la misma agrupación mediante un comunicado que firma Toni Valle. "El martes 31 recibo la llamada de nuestro club para informar sobre la intención de fichar a un jugador. Desde el club me hacen una explicación de su decisión basada en las necesidades del equipo, en las características técnicas del jugador, en su situación deportiva y en la grave limitación económica que hay. Después de esta justificación de su decisión me dicen su nombre, Thomas Heurtel", expone. Y continúa: "No hay que decir la sorpresa al escuchar el nombre. Me preguntan mi opinión y mi respuesta es queno es una pregunta que se tenga que hacer a nuestro grupo, tan solo somos un grupo de animación y se trata de un jugador que salió muy mal del Palau tanto como jugador nuestro como visitante".

Tras esta conversación y según apunta Dracs en su comunicado, la propia peña "sugirió" al Barça "unos puntos que pueden ser importantes de hacer antes de tomar una decisión". El primero era "hablar con nuestros jugadores actuales, y sobre todo con los que coincidieron con él al equipo, para ver cómo sería el recibimiento y si se podría convertir en un foco de conflicto". El segundo, "unificar la decisión con entrenador, cuerpo técnico, dirección deportiva, presidente de la sección y resto de directiva porque todas las partes compartan objetivo y no dar la imagen de descontrol que últimamente se vive a la sección". Y el tercero y último que Heurtel "pida disculpas públicamente a la afición del Palau Blaugrana y al barcelonismo, en general, por su comportamiento y responda con sinceridad a todas las preguntas que le hagan llegar los abonados y abonadas".