Un Madrid en el alambre de Bérgamo y la advertencia de Pintus en mayo sobre las lesiones: "El próximo año será complicado"

Un Madrid en el alambre de Bérgamo y la advertencia de Pintus en mayo sobre las lesiones: “El próximo año será complicado”

"Tantas lesiones no son mala suerte, estamos preocupados". En febrero de 2021, Zinedine Zidane hacía pública la desesperación del Real Madrid, limitado y lastrado por la acumulación de futbolistas en su enfermería, con Grégory Dupont, jefe de la preparación física, en entredicho. En esa fecha, el conjunto blanco visitó por primera vez el Atleti Azzurri d'Italia de Bérgamo, hogar del Atalanta, para jugarse su supervivencia en los octavos de final de la Liga de Campeones. Esta noche, el Madrid, ahora guiado por Carlo Ancelotti en el banquillo y por el sargento Antonio Pintus en la parcela física, regresa a la ciudad italiana con sentimientos similares, pero con reflexiones diferentes.

A falta de tres jornadas, su vida continental está en el alambre, a cuatro puntos de los ocho primeros puestos que dan acceso directo a los octavos y situado como 24º clasificado, en la última plaza que otorga billete al playoff de enero. Sufre, además, una plaga de lesiones que han dejado el famoso 'Método Pintus' a debate, más fuera que dentro del club.

"La exigencia de este calendario no permite a los jugadores descansar y el riesgo de las lesiones es más alto. Es un problema general, no sólo de nosotros", repite Ancelotti, lejos de la desesperación de un Zidane que observaba en febrero de 2021 sus últimos meses como entrenador. El italiano mantiene todavía la calma, con los rumores de Xabi Alonso escuchándose al fondo pero con el saber estar de quien se ha curtido en miles de batallas mediáticas y futbolísticas.

El transalpino camina por su sexta temporada en el Madrid, la cuarta de esta estelar segunda etapa en la que ha conquistado dos Champions y dos Ligas. Una oportunidad inesperada en la que Carletto se ha moldeado a gusto del propio club, empezando por sus compañeros de viaje en el cuerpo técnico.

En ese febrero de 2021 en el que Zidane saltó a Bérgamo con un equipo de suplentes (Isco de nueve, juveniles en el banquillo...), la directiva del Madrid ya había decidido que Dupont no seguiría la siguiente temporada y ya había hecho movimientos para asegurarse el "sí" de Pintus. El preparador italiano, recomendado por Zidane y clave en las Champions de 2017 y 2018, estaba en el Inter y la planta noble de Chamartín asumía la necesidad de su fichaje como si fuera un futbolista estrella. O más.

Un fichaje estrella

Al terminar el curso 2020-2021, el Madrid anunció su regreso antes incluso que el de Ancelotti, dejando claro que sus contrataciones eran independientes y valorando la responsabilidad de Pintus en el futuro del cuerpo técnico. Por eso ahora, en plena plaga de lesiones y después de tres años en los que 'el Método Pintus' ha sido vital para los títulos blancos, el club sigue poniendo su futuro en manos del preparador, asumiendo sus argumentaciones sobre las causas de las lesiones y alejándose de las críticas que sí hubo hacia Dupont.

Y Ancelotti, consciente de ello, mantiene cauto su discurso. "Es un problemageneral", insiste en cada rueda de prensa. El Madrid recupera en Bérgamo a Vinicius, baja en los últimos cuatro partidos por una lesión muscular, y a Rodrygo, ausente en Girona. Confía en que Bellingham no empeore de sus molestias del sábado y espera aún a Camavinga y Mendy, el último en caer. Lejos de volver están Carvajal, Militao, con graves lesiones de rodilla, y Alaba va dando pasos en su recuperación.

A lo largo de la temporada, sólo han evitado la enfermería Rüdiger, Fran García, Valverde, Modric y Endrick. El resto, en mayor o menor medida, han sufrido diferentes lesiones. No es la plaga de 2021, que llegó a los 60 percances en el curso, pero ha servido para generar un pequeño runrún alrededor de la preparación física. En el Madrid, mientras, se cierran filas alrededor de Pintus y se recuerda su aviso de hace unos meses. "En mayo, después de ganar la Champions, Antonio nos avisó que esta temporada iba a ser complicada en cuanto a lesiones. Y ha acertado", explican fuentes cercanas al vestuario.

La escasa pretemporada que han tenido los internacionales y la acumulación de partidos oficiales siguen siendo las causas que esgrimen Pintus y los responsables de la preparación como germen de las lesiones. No hay mayor debate interno. Tampoco ruptura. Los problemas de Carvajal y Militao en la rodilla han trastocado todos los planes en defensa y han sido inesperados, pero las continuas molestias musculares se asumen por el poco tiempo disponible en verano.

La “preocupación media” de Ancelotti y la reflexión de Valverde: “Es jodido vernos el 24º”

Actualizado Lunes, 9 diciembre 2024 - 19:03

"Es jodido vernos el 24º en la clasificación". Fede Valverde, convertido en uno de los capitanes del Real Madrid, fue sincero y contundente al analizar la situación del conjunto blanco en la Champions League. A 24 horas del trascendental partido ante el Atalanta, en el que el cuadro de Chamartín se juega su futuro en la competición, el uruguayo reflexionó sobre el momento del equipo y el suyo propio. "Este equipo no está acostumbrado a pasar estos momentos porque esta competición siempre suele ir muy bien, pero es parte del fútbol, del proceso", aseguró.

"Tuve un error clave en Bilbao (que costó el 2-1 de los rojiblancos). Puede ser que estuviera cansado de cabeza... Tuve una conversación con mi mujer y lo importante es que pongas el pecho y demuestres al equipo que vas a sacar esto adelante. Que el equipo vea que por más que tenga errores voy a ser uno de los líderes del equipo y que se vea el orgullo que es vestir esta camiseta", admitió Valverde. "Ese error me sirvió para que esa jugada no pase más, para afrontar diferente esas situaciones. Para mejorar de cabeza".

El uruguayo reconoció que ha hablado "pocas veces" con Toni Kroos, del que ha heredado el número 8, durante esta temporada, porque "no le quiero joder más", bromeó. "Ya me dio consejos durante el tiempo que estuve a su lado, no le quiero joder (molestar) más. Yo trato de ser servicial para el equipo donde me pongan", declaró.

Las críticas, admite Valverde, no le pesan y las considera "parte del proceso". "A veces nos ponen en un altar, es lindo, y otras veces las cosas no salen bien y es del peor día de nuestras vidas. Hay que saber llevar estos momentos, salir adelante por la gente que tenemos alrededor, familia y niños. Afrontar esto de buena forma y trabajar".

Unos segundos más tarde salió ante la prensa Carlo Ancelotti, con "un grado de preocupación media" ante un partido que necesitan ganar. "No me juego algo más que tres puntos, pero son importantes para clasificarnos. Será difícil entrar en los primeros 8, tendremos que hacer playoff, pero no son más de tres puntos", insistió.

El italiano esperará al entrenador de esta tarde para valorar la titularidad de Vinicius y Rodrygo, anunció que Bellingham "está bien" para disputar el duelo y dejó claro que no tiene "prejuicios" con los jóvenes. "Conmigo han jugado futbolistas de 17 o 18 años. Intento poner el mejor equipo posible, tengan 17 o 40 años", contestó, preguntado por los minutos de Güler y Endrick. "Ninguno va a salir cedido", aseguró.

Sobre su situación en el Madrid y preguntado sobre la longevidad de Gasperini en el banquillo del Atalanta (nueve temporadas), Ancelotti reconoció que "el entrenador aguanta si el equipo aguanta". "No hay más recetas, es así de sencillo. Para el éxito del equipo es muy importante la relación de confianza entre el entrenador y el club, es la base. El éxito del Madrid es por esto, no solo yo, con todos los entrenadores que han estado aquí. Han tenido éxito porque han tenido relación de confianza con el club", reflexionó.

Un sábado de sustos musculares en el Madrid: Bellingham, la "precaución" con Rodrygo y el 'pinchazo' de Mendy

Un sábado de sustos musculares en el Madrid: Bellingham, la “precaución” con Rodrygo y el ‘pinchazo’ de Mendy

El gran susto de la noche para el Real Madrid llegó en el minuto 58. Jude Bellingham se sentó en el césped, se señaló su muslo izquierdo y pidió el cambio. Con el encuentro ante el Girona resuelto tras el gol y la asistencia del inglés, los temores del conjunto blanco se trasladaron al partido de Champions League de este martes. El martes por la noche, el Madrid disputa en Bérgamo un duelo trascendental por su futuro en el torneo continental. Una cita en la que espera poder contar con Bellingham.

"Estoy bien", dijo el británico al salir del estadio. Ante los medios, Carlo Ancelotti fue optimista. "Bellingham está bien, ha sido un poco por cansancio en la pierna y ha preferido no arriesgar. Está bien y disponible", terminó el italiano, contundente, también por deseo propio, sobre la situación del inglés de cara al partido en Italia.

Bellingham suma cinco goles en las últimas cinco jornadas de Liga, mejorando su racha de cuatro consecutivas marcando en el curso pasado, y ha asumido el rol de líder del Madrid, tanto en el ataque como en la presión a la salida del balón rival. Quizás de eso, de no dar ninguna jugada por perdida y de agotar esfuerzos, ha llegado este aviso. Por suerte para el conjunto blanco, parece que se ha quedado en eso. El inglés abandonó el césped caminando sin cojera aparente e incluso se acercó a la grada para tener un detalle con una aficionada.

Más grave parece lo de Ferland Mendy. El lateral francés, suplente los últimos partidos, pidió el cambio en el minuto 81 después de sentir "un pinchazo" en el muslo derecho, como informó el Madrid después del encuentro. "Parece que Mendy tiene algo muscular", admitió Ancelotti.

El galo, que marcó el tanto de la victoria en el triunfo del Madrid en Bérgamo en los octavos de final de la Champions 20-21, tiene complicado llegar al duelo contra los italianos.

Bellingham y Mendy se sumaron a un sábado de malas noticias médicas en el Madrid, que empezó el día con el anunció de que Rodrygo Goes era baja para el encuentro ante el Girona por "precaución", decía el club, por molestias musculares en la pierna izquierda. El brasileño, que se perdió la cita contra el Liverpool por una lesión en los isquios, regresó el pasado domingo contra el Getafe y jugó casi todo el partido ante el Athletic en San Mamés, acumulando demasiados minutos en pocos días.

La importancia del partido de Bérgamo y las sensaciones del brasileño han sido claves para no forzar su situación en Girona. "No se encontraba bien y hemos preferido dejarle en Valdebebas trabajando. Creo que estará el martes", explicó Ancelotti sobre el ex del Santos.

En cuanto a las alegrías madridistas en Girona, más allá de la actuación extraordinaria de Bellingham, los protagonistas positivos fueron Arda Güler y Kylian Mbappé, titulares y goleadores. Ambos viven situaciones de presión. "El gol le va a venir bien porque es joven y tenía mucha presión a su alrededor", reconoció Ancelotti sobre el turco.

El francés, por su parte, volvió a ver puerta y acumula nueve goles en Liga, donde se mantiene como máximo goleador del Madrid, a siete del Pichichi Lewandowski. "Jugar con Bellingham es increíble", elogió el galo. "Tenemos que ir a ganar contra el Atalanta, perdimos el último partido y esto es la Champions", advirtió sobre el encuentro del martes.

El Madrid se da un respiro y pasa por encima del Girona a hombros de Bellingham

El Madrid se da un respiro y pasa por encima del Girona a hombros de Bellingham

El Real Madrid se regaló un respiro en Montilivi, plaza teóricamente difícil en la pelea por la Liga, y sumó tres puntos que le hacen quedarse a dos, con un partido menos, del Barcelona. El conjunto blanco pasó por encima del Girona a hombros de Jude Bellingham, goleador y asistente antes de retirarse con molestias a tres días del duelo contra el Atalanta. Mbappé, que sigue buscando sensaciones, sentenció el duelo con el tercer tanto del partido.

Después de los «palos», como así los definió Ancelotti en la previa, tras la derrota en San Mamés, el técnico italiano continuó ajustando a su Madrid en Montilivi camino del trascendental duelo de Bérgamo, con la supervivencia continental en juego. Y viendo la alineación, todavía sin Vini, el ajuste más importante tiene a Bellingham como protagonista.

Ancelotti, que durante algunos momentos del primer tramo de la temporada había acorralado al inglés en la banda, parece decidido a convertir al británico en eje central de su juego. No suena a una decisión contraproducente, sino lógica viendo los defectos de este Madrid. El conjunto blanco sufre en salida de balón y sufre al presionar. ¿Quién puede solucionar eso? Bellingham, capaz de recibir de espaldas entre líneas y con oxígeno para no desfallecer en la presión, fue el líder madridista ante el Girona.

La noche no fue sencilla para el Madrid en el inicio. Nadie imaginaba lo contrario. Los de Míchel son valientes e inteligentes con balón, a veces incluso demasiado osados, y durante la primera media hora fueron superiores a su rival. Un Madrid con el motor gripado, incapaz de conectar en estático y de robar alto para generar peligro.

Asprilla y Bryan Gil fueron un tormento para Mendy y Lucas, especialmente el segundo, compartiendo carril zurdo con Miguel Gutiérrez y logrando las mejores ocasiones del Girona. Un pase atrás al que no llegó nadie, un disparo desde lejos que rozó el palo... Asprilla, por su parte, se inventó un pase sin mirar a Van de Beek que el holandés, ya dentro del área, envió alto. Era el minuto 28 y el susto despertó al Madrid.

Los blancos dieron un paso adelante en la presión, confiaron en su físico, que debe ser una de sus mayores virtudes, y sondearon la meta de Gazzaniga hasta que Bellingham vio puerta en el 35. La presión madridista provocó la pérdida local en campo propio, Bellingham cedió a Brahim, éste se internó en el área por el carril izquierdo, intentó un pase atrás que despejó mal Miguel y Bellingham, en el rechace, marcó el 0-1 para calmar ánimos.

El inglés lleva cinco jornadas seguidas marcando, justo desde que Ancelotti centró su posición y le hizo pisar más área que antes. Desde ahí llega más al remate, es el primero en presionar la salida de balón rival y sirve de hilo conector entre los dos centrocampistas y los tres delanteros. El sistema está creado para él y ni siquiera la vuelta de Vinicius, chispa constante del Madrid, debería moverle de sitio.

Tras el descanso, el Girona bajó pulsaciones y el Madrid fue capaz de respirar con balón durante largas posesiones, creciendo en confianza en mitad del temporal de sensaciones que ha vivido en las últimas semanas. Modric y Bellingham hicieron suyo el partido en estático, movieron a su rival y empezaron a encontrar situaciones favorables.

Tchouaméni, central en lugar de Asencio, se encontró con Gazzaniga al cabecear una falta lanzada por el croata. Y de los pies del capitán del Madrid salió el 0-2. Todo en apenas tres toques. Luka, en campo propio, conectó con Bellingham en la medular, el inglés controló, se giró y vio con rapidez el desmarque del turco entre los centrales rivales. Güler avanzó y cruzó el balón a la esquina izquierda de Gazzaniga.

Después de la alegría del gol, llegó el susto. En el 58, Bellingham se fue al suelo tras enviar un balón largo, dolido en la zona del isquio izquierdo. Pidió el cambio y se quedó en el banquillo, pero el miedo de cara al encuentro contra el Atalanta (el martes a las nueve de la noche) se apoderó del conjunto blanco.

La ausencia del inglés no dinamitó al Madrid, superior a un Girona hundido física y mentalmente. Y de nuevo, apareció Modric. En el 61, el croata indicó y esperó el desmarque de Mbappé, el galo pisó área y batió a Gazzaniga con un buen disparo. El tanto sentenció la cita y completó una segunda parte sobresaliente del Madrid, que se queda a dos puntos del Barça y prepara la visita a Bérgamo con más confianza.

Courtois y el "ruido" con Mbappé: "Es como lo de la botella, de pronto le das y sale todo"

Courtois y el “ruido” con Mbappé: “Es como lo de la botella, de pronto le das y sale todo”

Thibaut Courtois cumplió ayer 250 partidos con el Real Madrid. Siete temporadas y 13 títulos, entre ellos dos Champions League y tres Ligas siendo continuamente uno de los héroes del equipo. Todo después de un inicio de etapa, en 2018 y con 26 años, con dudas y con alternancia en la portería con Keylor Navas. Una situación que es historia para el belga, convertido en uno de los mejores porteros de la historia del conjunto blanco. O el mejor. Quizás por eso, pocos como él para aconsejar y reflexionar sobre el momento que vive Kylian Mbappé en el Bernabéu. El francés va a cumplir 26 años, los mismos que tenía Tibu cuando aterrizó en Chamartín, y suma ocho goles en Liga y uno en Champions, donde su última actuación en Anfield dejó algunas críticas entre los aficionados.

«Lo suyo es como lo de la botella, que le das y sale un poco nada más, y de pronto le das y sale todo. Va a ser lo mismo con él. Meterá más goles, está trabajando duro y hay que apoyarle. Hay mucho ruido por fuera, él quiere marcar y a veces cuando lo quieres demasiado no sale. Pero es un gran jugador, tiene mucha calidad y al final el gol más difícil es el que ha metido», declaró Courtois en la zona mixta del estadio.

Desde que volvió de la lesión muscular que le apartó durante tres jornadas, el belga ha dejado la portería a cero en los dos duelos ligueros que ha disputado, contra el Leganés y ante el Getafe. Y frente al Liverpool, a pesar del 2-0, evitó varios tantos del cuadro local.

Ante la prensa, Courtois recordó también sus primeras semanas en el Madrid y las comparó con las de Mbappé. «Llegas a un equipo nuevo, con la exigencia del Madrid y no sabes lo que te esperas. A veces te sale. Y cuanto más quieres, menos sale. Se trata de estar tranquilo, hacer bien lo fácil y ya luego harás bien lo difícil. Y eso saldrá, va a meter muchos goles. A mí también me costó. A veces necesitas un partido de referencia y todo sale bien, y estoy seguro que le pasará también», insistió el portero, convencido del éxito del delantero: «Ojalá ante el Athletic marque tres».

Contra el Getafe, Mbappé disparó cinco veces, dos de ellas a portería. Una fue gol y la otra se la sacó David Soria. De las otras tres, dos se fueron rozando el palo de la portería. Unos centímetros de suerte que, según Ancelotti, no opacan su «gran partido». «Ha jugado muy bien, ha estado activo, peligroso y ha marcado un gol muy importante para controlar mejor el partido. Se creó las oportunidades, que es lo que queremos de él», explicó el entrenador.

El apoyo de la grada a su nuevo delantero sigue intacto, con ovaciones constantes y con un gran aplauso en la última ocasión errada, rozando el final del partido y tras una gran combinación con Güler. El francés sólo podía reír ante la desesperación de no marcar.

Más allá de las ocasiones falladas, Mbappé tuvo la opción de anotar en el penalti señalado por Hernández Hernández en la primera parte por agarrón de Nyom a Rüdiger, pero el encargado de lanzar la peña máxima fue Jude Bellingham. Hasta ahora, los penaltis se los habían repartido Vinicius y el francés, por lo que sin el brasileño, el elegido parecía ser el galo, que falló en Anfield. «Antes eran Vinicius o Mbappé, hoy Bellingham o Mbappé, y entre ambos decidieron que lanzara Jude», explicó Ancelotti.

El inglés anotó el primer gol y se quedó en el vestuario en el descanso tras sentirse mareado después de un golpe en un salto con Soria. Una vez terminado el duelo, acudió a Valdebebas para pasar pruebas médicas, que descartaron una lesión. Según el club, sufrió un tirón cervical pero no tendrá problemas para jugar el miércoles contra el Athletic en San Mamés.

El Madrid aprieta la Liga mientras Mbappé sigue buscando su liberación

El Madrid aprieta la Liga mientras Mbappé sigue buscando su liberación

Dos chispazos, varios fallos ante la portería rival y dos sustos. Así fue la tarde del Real Madrid ante el Getafe. Los blancos apretaron la Liga, situándose a un punto del Barça con un partido menos, al vencer al equipo de Bordalás con goles de Bellingham de penalti, y de Mbappé. El galo anotó un gol y erró tres ocasiones claras ante Soria que pudieron convertir el duelo en goleada y su momento en una liberación. La grada tembló con los dos palos del Getafe, pero el choque fue madridista.

Después de la decepción de Liverpool, el Bernabéu recibió con cariño a Mbappé. Cánticos, alguna ovación, ánimos tras los primeros errores... Y delirio con el 2-0 del francés, un golazo desde fuera del área. Así le quiere Chamartín, atrevido y con éxito. No es una mezcla fácil en semejante escenario, apto solo para las cabezas más amuebladas. En ello trabaja el ex del PSG, calmando su ansiedad a base de goles.

Ante el Getafe, Ancelotti le escoró a la izquierda, aprovechando la vuelta de Rodrygo y acumulando entre el centro y la derecha al brasileño, a Brahim, a Lucas y Valverde. Liberando el carril zurdo para la conexión entre Mbappé y Bellingham, triunfadora contra los de Bordalás.

En el medio, el técnico le entregó el timón a Ceballos y demostró que el andaluz tiene ante sí una de las grandes oportunidades de su carrera. Parece, junto a Modric, el único capaz de aportar sentido constante al juego del Madrid. Camavinga y Fede son explosivos y verticales, Tchouaméni es un eje defensivo y no se sitúa como organizador. Así, el andaluz compró billetes contra el Getafe, demostrando que bajo sus pies puede correr el fútbol del conjunto blanco ante gran parte de los equipos de la Liga.

A pesar de todo, al Madrid le costó derribar el muro del Getafe. Una situación esperada dado el estilo de Bordalás, sus virtudes y sus defectos. Sin grandes delanteros ni hombres creativos en su rotación, al entrenador valenciano no le queda otra opción que apostarlo todo a la parcela defensiva y una suerte de contragolpe que casi nunca llega.

Aguantó durante la primera media hora, pero se rompió a partir del penalti de Nyom a Rüdiger. Hernández Hernández, que ya había avisado y amonestado al francés en un lance similar unos minutos antes, señaló pena máxima por un agarrón del defensa sobre el central alemán en un córner. Lo revisó y lo confirmó el VAR, y lo transformó Bellingham, que cogió el balón desde el pitido y engañó a David Soria tras un pequeño salto.

A unos metros, Mbappé ni siquiera hizo amago de intentar el lanzamiento tras su error en Anfield. Una decisión consensuada durante la semana a la espera del regreso de Vinicius.

Ocho minutos después, el galo se desquitó y dio el primer paso para superar el bache futbolístico y mental en el que parece estar sumido. Aprovechó un genial pase al hueco de Bellingham en una contra del Madrid y se atrevió a disparar desde veinte metros. Un lanzamiento bajo, con efecto a la izquierda de Soria, que pegó en el palo y se coló en la portería del Getafe.

Estalló de alegría el Bernabéu, la plantilla y el cuerpo técnico, conscientes todos de que Mbappé necesita acertar para engancharse al ritmo del calendario, que no descansa. Lo necesita él y lo necesita el conjunto blanco.

En el descanso, Ancelotti dejó en el vestuario a Bellingham, mareado tras un golpe con Soria, y le dio más minutos a Güler, irregular en su oportunidad en Anfield. El partido entró en una pequeña siesta, fruto del resultado, cómodo para los blancos, de las pocas virtudes ofensivas del Getafe, del cansancio y de las próximas obligaciones del calendario.

El VAR tuvo que corregir a Hernández Hernández, que había señalado penalti por mano de Berrocal tras un disparo de Mbappé. El francés había cogido el balón para lanzarlo después de que la grada coreara su nombre pidiéndole tirar, pero se quedó con las ganas.

Uche metió algo de miedo en el cuerpo al estadio con un disparo al palo y Mbappé volvió a tener una clarísima, recibiendo un pase de Güler al espacio, regateando a Soria y definiendo fuera, inexplicablemente, cuando tenía toda la portería para él. No sería la última del galo, que estrelló en el portero un nuevo remate minutos después.

El Getafe se estrellaría otra vez contra el palo tras un disparo de Patrick mientras el Madrid pensaba ya en el duelo del miércoles en Bilbao, en el del fin de semana en Girona, en el de Champions en Bérgamo y en el siguiente en Vallecas. Demasiadas preocupaciones como para gastar oxígeno ampliando rentas. Mbappé, eso sí, volvió a tener una ocasión clarísima tras una combinación con Güler. Sigue sin suerte.

Luis Milla: "Tenemos un país maravilloso con políticos que no están a la altura, de un lado y de otro"

Luis Milla: “Tenemos un país maravilloso con políticos que no están a la altura, de un lado y de otro”

Debutó en Primera División con 23 años, tarde, según las costumbres de hoy en día, después de una carrera en el "barro" de divisiones inferiores, de lesiones, de varios "no" en las canteras de Valencia, Real Madrid y Atlético. Lejos de hacerle tirar la toalla, el rechazo le impulsó. Luis Milla Manzanares (Majadahonda, 1994), hijo del que fuera centrocampista de Barça, Madrid y Valencia, es el cerebro de un Getafe que hoy visita el Bernabéu. Se sienta con EL MUNDO para reflexionar sobre la vida, el fútbol, las amistades o la política. De todo.

El Getafe está sufriendo en este inicio. ¿Cómo lo está viviendo?
Ha sido un verano complicado pero ahora tenemos que ser conscientes de que esto es lo que hay, que los nuestros son los mejores que podemos tener y que tenemos que creer en nosotros. El equipo ha hecho méritos para tener más puntos, pero esto es fútbol.
¿Cómo es una pretemporada con Bordalás?
Dura, dura, muy exigente. Te exprime. Recuerdo algún día de terminar con una cara de muerto... Llegamos a límites que yo casi no había conocido y es una gran suerte porque te saca el máximo. He vuelto a disfrutar y creo que me ha hecho mejorar. A pesar del sufrimiento, es una maravilla porque el fútbol va muy rápido y si te frenas, cualquiera te pasa por encima. Él es un motivador desde siempre y sus discursos llegan. A mí me llegan. Sus equipos se pegan contra una pared si hace falta para chocarla y derribarla. Te hace valorar lo que significa esta profesión, que es la mejor del mundo y a veces te puedes relajar o no ser consciente de lo que tienes, que el fútbol dura poco y hay que exprimirlo, no dejar nada por hacer.
En esa reflexión sobre la profesión, usted es hijo de futbolista, ha estado en canteras importantes... Pero luego le ha tocado vivir el barro de categorías más humildes. ¿Ha habido algún cambio de actitud en su vida?
Creo que no, porque mis padres siempre me han transmitido humildad y trabajo, que no me creyera más que nadie. Pero también mi carrera me ha llevado a no creerme nada porque me han echado de todos los lados (risas). Me han dicho que no contaban conmigo en cuatro canteras diferentes, he jugado en Tercera, en Segunda B, en Segunda... No ha habido momentos en los que pudiera pensar que era más que otra persona porque he estado en el barro total. Y estoy orgulloso de eso porque me ha hecho valorar lo que tengo y crecer personal y futbolísticamente. Es más difícil jugar en esas categorías que en Primera, sin duda. Ha sido un camino espectacular.
Durante su carrera, ¿su padre era de los que estaba muy encima o dejaba hacer?
Siempre me ha dicho que disfrutara, nunca me ha puesto presión, jamás me ha corregido cosas de mala manera y todo lo que hemos hablado ha sido natural. Creo que vemos el fútbol y la vida de la misma manera. Ahora que muchas veces voy a ver partidos de niños y de adolescentes me da pena ver a padres que hablan como si fueran los entrenadores. Los niños tienen que jugar, aprender y escuchar al entrenador, ya está.
¿Cómo ha sido ser hijo de futbolista en un vestuario adolescente y de una cantera importante?
Pues cuando somos niños creo que de forma inconsciente hay más comentarios, pero nunca he tenido la sensación de sufrir en exceso por esas cosas. Iba un poco a mi bola, disfrutaba de jugar, escuchaba alguna cosa pero nada. Me llevé palos por no estar en un sitio, en otro y en otro, pero volví a levantarme.
¿Qué saca de tanto "no"?
El "no" duele, claro. Me acuerdo de llegar a casa cuando me dijeron que no seguía en el Cadete del Madrid y ver a mi madre llorar pero porque estaba llorando yo, porque me veía sufrir. Y mira, al final me fui a Majadahonda y fui feliz tres años. Así ha sido mi carrera. En Valencia no contaron conmigo en infantiles y me fui a una academia de allí.
¿Cuál fue el punto de inflexión?
Creo que llegó después de romperme el cruzado, cuando me fui a Fuenlabrada. Llevaba ocho jornadas y no jugaba nada, pero nada de nada. De repente expulsaron a un compañero y tuve una oportunidad, una. Era contra el Real Unión de Irún. Siempre he dicho que hay que estar preparado para cuando llegue la oportunidad, ese día la agarré y no la solté.
Al año siguiente, en noviembre de 2017, visitó el Bernabéu con el Fuenlabrada y marcó un golazo.
Ese gol es especial por lo que significó. Disfrutaba como un niño con ese grupo, el entrenador, Antonio Calderón, confió en mi y me dijo nada más llegar al banquillo que iba a ser jugador de Primera... Le competimos al Madrid (2-2), el gol tuvo se repercusión, la gente me conoció un poquito... Todo ayuda.
A partir de ahí va escalando. De Segunda B al Tenerife en Segunda. Tres años en Canarias y ficha por el Granada, ya en Primera, donde llegan a jugar Europa. Eso sí, sufre varias lesiones musculares. ¿Se llega a obsesionar?
Jugar Europa fue un sueño cumplido que quiero volver a cumplir y que voy a pelear a muerte. Quizás en algunos momentos te obsesionas, pero con el tiempo lo he normalizado y he puesto todos los medios que están en mi mano para recuperarme y rendir mejor. Sin volverme loco, eso sí, porque creo que la obsesión no ayuda. Cuando uno tiene demasiadas preocupaciones, problemas o piensa demasiado las cosas, es difícil rendir. Por eso intento estar tranquilo.
¿Usted, a nivel profesional, qué tiene alrededor?
Preparador físico, los medios en casa para descansar, entrenar y rendir... Pero insisto, la ayuda está bien pero lo más importante es estar tranquilo de cabeza y canalizar bien los problemas que puedas tener. Mis mejores momentos han sido cuando no pienso, cuando estoy en un 'estado de flow' donde todo fluye, concentrado 100%. Eso lo aprendí gracias a unos profesionales con los que trabajé el tema mental. Me ha ayudado muchísimo. Llego al campo y se me olvida lo de fuera.
Cambiando de tema, Marcos Llorente es uno de sus mejores amigos.
Sí, desde que teníamos 13 años hasta ahora. Coincidimos en la cantera del Madrid. Estábamos en equipos distintos, pero íbamos al mismo colegio, el bus nos dejaba en la misma parada... Le admiro mucho, personal y futbolísticamente. Me ha hecho crecer mucho en lo deportivo, porque he seguido un poco sus pasos. Fue de los primeros en trabajar fuera de lo que es el día a día del club y con el tiempo hemos conseguido encontrar el equilibrio. La gente piensa que es un enfermo del físico pero él disfruta la vida, que hay tiempo para todo, y siempre ha sido muy exigente consigo mismo. No hay nada más que verle en el campo. Es una barbaridad.
Me han dicho que están picados al golf y que él es mejor que usted...
Eso es inviable (risas). Lleva menos tiempo que yo jugando, me habrá ganado un par de veces nada más. No tengo rivales en mi grupo de amigos. Nos gusta mucho el golf, nos despeja y es un deporte que si lo haces con cabeza es bueno.
¿Cómo lleva un futbolista la fiebre por el Fantasy?
Pues es curioso, eh. Yo he tenido mala suerte, porque mi jugador franquicia es Olmo y ha estado lesionado dos meses, pero le he aguantado. Tenemos mucho pique. Y luego tienes en tu equipo Fantasy a jugadores que tienes enfrente, o mete un gol Mauro (Arambarri), que lo tiene un rival, y dices 'me cago en... este ya se lleva doce puntos' (risas).
¿Durante el partido hacen alguna broma con los rivales?
No, no. Durante el partido te olvidas. De hecho contra el Girona nos metió Yangel Herrera, que lo tenía yo en mi equipo, y no lo pensaba. Luego llegué al vestuario y me dicen en el grupo de WhatsApp 'Yangel te ha salvado la jornada', y digo 'no me fastidies, si nos ha metido gol a nosotros'. Pero la gente está enferma con el tema eh, me llegan muchísimos mensajes, algunos buenos y otros con insultos, pero me río y no le doy importancia.
Le cambio el tercio. Además de la Fantasy, ¿en los vestuarios de LaLiga se habla de política?
Sí, sí. Y me puedes preguntar, no tengo problema.
Desde fuera parece que los futbolistas no quieren hablar nunca de política. ¿O es que no les preguntamos?
Bueno, creo que al final se ha generado una cosa en este país que es que no se puede hablar de nada. Que todo lleva una crítica. Hablas y te dicen 'tal futbolista no se entera de nada'. Y sale un actor o actriz y lo mismo. Hay un clima muy feo en el país, los políticos nos han llevado a un punto de crispación que no lleva a ningún lado. Todo se lleva al extremo y en vez de acercarnos nos estamos alejando cada vez más. Y es una pena, porque tenemos un país maravilloso, pero tenemos un ambiente que no me gusta nada.
¿En el vestuario se debate y se discute?
Claro, pero como con tus padres y amigos. Tengo amigos de una forma, amigos de otra... En mi caso, ni para un lado ni para otro, tengo la capacidad de saber y decir si uno se equivoca en un momento, que otro se equivoca en otro... La sensación es que hay que defender a capa y espada a alguien por tus ideas, y no es así. No es la forma de mejorar las cosas. Y claro que se habla de lo que pasa en el país, no estamos al margen de las cosas como muchas veces piensa la gente. Hay gente que puede estar al margen, y es lícito, pero no todos.
Hablando de eso, ¿cómo han reaccionado aquí a una situación como la de la DANA?
Creo que hemos intentado ayudar y que necesitan mucha más ayuda de la que podemos dar nosotros. Aquí se promovió la recogida de muchas cosas, pero no hay que decir lo que uno hace, el acto ya vale. Lo que sí está claro es que no hemos tenido gente al mando a la altura de lo que requería la situación y es una pena. Tenemos un país maravilloso con políticos que no están a la altura de lo que merece el país, de un lado y de otro. Hay que intentar acercarnos y no estar en una guerra constante de ideas. De verdad que no lo entiendo, veo programas porque me gusta saber, escuchar opiniones de un lado y de otro... Y me alucina la sensación de tener que defender cosas que son indefendibles por tus ideales. No es así. No es la forma de ser autocríticos. Es una pena.
Los datos que describen la peor versión de Mbappé: "Le tenemos que esperar"

Los datos que describen la peor versión de Mbappé: “Le tenemos que esperar”

Si uno acude a las plataformas de análisis estadístico del fútbol europeo y observa las temporadas de Kylian Mbappé en la elite, no encontrará peor momento del francés que el actual. Porque los números no lo son todo, pero ayudan a explicar las sensaciones que está dejando el delantero. Y su partido en Anfield Road se suma a una temporada irregular, lejos del nivel mostrado en Francia y deseado en Chamartín. "La mejor medicina es la paciencia", le recomendaba Carlo Ancelotti en sala de prensa. A unos metros, sus compañeros cerraban filas a su alrededor, apoyando al atacante tras su error en el penalti y pidiendo tiempo a los críticos.

"Le tenemos que esperar", aseguró Dani Ceballos. "Los primeros años siempre son difíciles", admitió Luka Modric. Y el primer año, los primeros meses, de Mbappé con la camiseta blanca están siendo extraordinariamente complicados.

El futbolista con el que el Santiago Bernabéu, sus directivos, su vestuario y su afición, lleva soñando seis años ha aterrizado en un equipo campeón de Europa, después de un verano en el que apenas ha realizado pretemporada y a una plantilla condicionada en su juego por el adiós de Toni Kroos y las lesiones. Todo eso se suma a un Mbappé tímido en sus elecciones sobre el césped y torpe, por momentos, con el balón.

El resultado, según la web de estadística avanzada WhoScored, que analiza parámetros más allá de los goles y las asistencias, es la peor nota media de su carrera en Champions: 7,11. El lector pensará que es alta, pero es que el delantero ha superado con creces el 7,5 durante toda su vida continental.

Lleva un gol en cinco partidos, cuando en las últimas cuatro ediciones terminó con ocho, siete, seis y ocho. Y su actuación en Anfield ha sembrado las dudas que acercaban a su alrededor. Tuvo un 75% de acierto en el pase, el peor de todos los futbolistas de campo del Madrid, y perdió la posesión del balón, ya sea por un mal pase, un mal control o un mal regate, en 15 ocasiones. Es decir, los datos confirman las sensaciones.

Hasta ahora, la peor nota media de Mbappé en Champions había sido 7,16 en su debut con el Mónaco, allá por 2016, y en Liga, a pesar de sus siete goles en 12 jornadas, tampoco alcanza los registros estadísticos de su carrera. Promedia 7,42 de nota, de nuevo según WhoScored, el peor dato de su vida liguera desde su primer año completo con el Mónaco (7,22).

El mes de noviembre, lejos de aliviar la presión sobre él, parece haberla aumentado. Ha marcado un gol en los últimos seis partidos y sigue sin encontrar la forma a pesar de no haber acudido a la concentración de Francia en el parón de selecciones. "Pasa por una situación complicada", dijo Deschamps en ese momento. Una frase que repitió Ancelotti en los pasillos de Anfield.

"Hay momentos en los que a los delanteros les cuesta marcar y están decepcionados. Y hay una medicina, que es ser paciente. Es un momento difícil para él, pero todo el mundo tiene que apoyarle y pronto saldrá de ahí", reflexionó el italiano, que mencionó la "falta de confianza" como uno de los motivos. "Puede ser. A veces cuando no te salen las cosas tienes que jugar sencillo, y a veces te complicas un poco más...Está trabajando bien y tiene que ser paciente".

Mbappé, que terminó el duelo con molestias, abandonó Anfield junto a Camavinga y Mendy, sus mejores amigos dentro de un vestuario que quiso tener varios detalles con él en sus declaraciones a los medios. "No tiene que perder confianza, tiene que trabajar día a día, tiene nuestra confianza", dijo Modric. "Sé que va a dar grandes momentos a este club, es muy bueno", le elogió Bellingham. "Es un jugador de clase mundial y lo demostrará", admitió Lucas Vázquez.

El día que Nadal observó el naufragio del Madrid: “Seguro que va a ser lo que se espera de él”

Actualizado Jueves, 28 noviembre 2024 - 09:44

La historia reciente de los enfrentamientos entre Liverpool y Real Madrid resumía el éxito del partido en un futbolista: Vinicius Júnior. El brasileño marcó en la final de la Champions de 2022 y repitió hace dos temporadas, en los octavos de final continentales, cuando el conjunto blanco salió triunfante de Anfield gracias a dos goles de su joven y nueva estrella. Fue el gran peligro madridista y la pesadilla 'red'. Pero ayer, en una noche helada en Liverpool, la ausencia por lesión del ex del Flamengo descolocó a los de Carlo Ancelotti, congeló sus ideas y situó en el juzgado mediático a otro jugador: Kylian Mbappé. Y el francés no tuvo defensa.

Todo bajo la atenta mirada de Rafa Nadal, estrella en el palco de Anfield después de visitar a Pep Guardiola y a la plantilla del City en Manchester, a una hora de distancia del estadio del Liverpool. El de Manacor, acompañado por su hermana, conversó con Emilio Butragueño, Santiago Solari y Juni Calafat, y se rodeó de otros miembros de la Junta Directiva del cuadro de Chamartín. Eso sí, fue testigo de una noche negra para el Madrid.

A unos metros, Gareth Bale, que acudió para trabajar como comentarista en TNT Sports, junto a Rio Ferdinand y Steve McManaman. El galés pisó el césped, saludó a Butragueño y a miembros del departamento de comunicación y del cuerpo técnico del conjunto blanco y se acercó a ver, ya en privado, a algunos de sus antiguos compañeros, aunque el partido lo ensombreció todo.

La lesión de Camavinga

En el campo, la cara de Mbappé fue la cara del conjunto blanco. Impotente ante Virgil van Dijk, Ibrahima Konaté y Conor Bradley. Inefable frente a lo que le fue sucediendo en el partido. Torpe en los controles y en los regates, tímido al encarar a sus rivales, como si fuera otro futbolista, y errático en el momento más importante del duelo, el penalti que podría haber supuesto el empate y que el atacante galo estrelló en las manos de Caoimhim Kelleher. Inexplicable.

Ese fallo completó los 10 minutos de deriva madridista en Anfield, convertidos en 90 bajo la capa de héroe de Thibaut Courtois. En el minuto 52, Alexis Mac Allister puso el merecido 1-0 para los locales. A los dos minutos se lesionó Eduardo Camavinga, el mejor de los visitantes en el duelo, y en el 61 Mbappé falló desde los 11 metros cuando el Madrid pensaba que podía seguir vivo en el encuentro.

"Nosotros lo vemos bien, entrenando bien, a veces sale, a veces no, hoy no ha salido el penalti pero tenemos confianza en él y seguro que Kylian va a ser lo que se espera de él", reflexionó Luka Modric.

Último con plaza

Ancelotti, que se pasó el partido desesperado, corrigiendo continuamente a sus futbolistas y muy pendiente de Arda Güler, se giró hacia sus asistentes, especialmente hacia Davide, su hijo, y Francesco Mauri, y no imploró palabra. El silencio lo hizo todo. Era la continuación de la pesadilla de Mbappé justo cuando su equipo más necesitaba de su talento.

El penalti fallado por Mo Salah no alentó al Madrid, perdido tras el error de Mbappé, sino que empujó todavía más a un Liverpool que amplió distancias gracias a Cody Gakpo. Ahí donde crecieron los blancos en febrero de 2023 cayeron en noviembre de 2024, complicándose mucho la vida en la liguilla de la Champions. Los blancos son ahora vigesimocuartos, situándose como el último equipo con plaza para el playoff de enero, en el que se miden todos los posicionados entre el 9º y el 24º. A falta de tres jornadas en las que debe visitar al Atalanta y el Brest y recibir al Salzburgo, el Madrid suma sólo seis puntos en cinco jornadas. Situación límite.

Un Mbappé inexplicable ante la mirada de Nadal: “Seguro que va a ser lo que se espera de él”

Actualizado Miércoles, 27 noviembre 2024 - 23:06

La historia reciente de los enfrentamientos entre Liverpool y Real Madrid resumía el éxito del partido en un futbolista: Vinicius Júnior. El brasileño marcó en la final de la Champions de 2022 y repitió hace dos temporadas, en los octavos de final continentales, cuando el conjunto blanco salió triunfante de Anfield Road gracias a dos goles de su joven y nueva estrella. Fue el gran peligro madridista y la pesadilla 'red'. Pero ayer, en una noche helada en Liverpool, la ausencia por lesión del ex del Flamengo descolocó a los de Ancelotti, congeló sus ideas y situó en el juzgado mediático a otro jugador: Kylian Mbappé. Y el francés no tuvo defensa.

Todo bajo la atenta mirada de Rafa Nadal, estrella en el palco de Anfield después de visitar a Guardiola y a la plantilla del City en Manchester, a una hora de distancia del estadio del Liverpool. El de Manacor, acompañado por su hermana, conversó con Butragueño, Solari y Juni Calafat, y se rodeó de otros miembros de la Junta Directiva del cuadro de Chamartín. Eso sí, fue testigo de una noche negra para el Madrid.

A unos metros, Gareth Bale, que acudió para trabajar como comentarista en TNT Sports, junto a Rio Ferdinand y Steve McManaman. El galés pisó el césped, saludó a Butragueño y a miembros del departamento de comunicación y del cuerpo técnico del conjunto blanco y se acercó a ver, ya en privado, a algunos de sus antiguos compañeros, aunque el partido lo ensombreció todo.

En el campo, la cara de Mbappé fue la cara del conjunto blanco. Impotente ante Van Dijk, Konaté y Bradley. Inefable frente a lo que le fue sucediendo en el partido. Torpe en los controles y en los regates, tímido al encarar a sus rivales, como si fuera otro futbolista, y errático en el momento más importante del duelo, el penalti que podría haber supuesto el empate y que el atacante galo estrelló en las manos de Kelleher. Inexplicable.

Ese fallo completó los 10 minutos de deriva madridista en Anfield, convertidos en 90 bajo la capa de héroe de Courtois. En el minuto 52, Mac Allister puso el merecido 1-0 para los locales. A los dos minutos se lesionó Camavinga, el mejor de los visitantes en el duelo, y en el 61 Mbappé falló desde los once metros cuando el Madrid pensaba que podía seguir vivo en el encuentro.

"Nosotros lo vemos bien, entrenando bien, a veces sale, a veces no, hoy no ha salido el penalti pero tenemos confianza en él y seguro que Kylian va a ser lo que se espera de él", reflexionó Modric.

Ancelotti, que se pasó el partido desesperado, corrigiendo continuamente a sus futbolistas y muy pendiente de Arda Güler, se giró hacia sus asistentes, especialmente hacia Davide, su hijo, y Francesco Mauri, y no imploró palabra. El silencio lo hizo todo. Era la continuación de la pesadilla de Mbappé justo cuando su equipo más necesitaba de su talento.

El penalti fallado por Salah no alentó al Madrid, perdido tras el error de Mbappé, sino que empujó todavía más a un Liverpool que amplió distancias gracias a Gakpo. Ahí donde crecieron los blancos en febrero de 2023 cayeron en noviembre de 2024, complicándose mucho la vida en la liguilla de la Champions. Los blancos son ahora 24º, situándose como el último equipo con plaza para el playoff del mes de enero, en el que se miden todos los posicionados entre el 9º y el 24º. A falta de tres jornadas en las que debe visitar al Atalanta y el Brest y recibir al Salzburgo, el Madrid suma sólo 6 puntos en cinco jornadas. Situación límite.