Carlos Alcaraz desarbola a Medvedev con una espectacular actuación y reta a Djokovic en la final

Carlos Alcaraz desarbola a Medvedev con una espectacular actuación y reta a Djokovic en la final

Actualizado

“Sólo puedo decir que voy a disfutar de esto. Y es momento de seguir soñando”, asegura el español tras su victoria ante Medvedev (6-3, 6-3, 6-3).

Alcaraz celebra un punto ante Medvedev.GLYN KIRKAFP

En un soberbio ejercicio de inteligencia, eficacia y plasticidad, Carlos Alcaraz redujo a Daniil Medvedev y disputará este domingo ante Novak Djokovic la final de Wimbledon. El número 1 del mundo y campeón del Abierto de Estados Unidos respondió como se esperaba de él y cerró cualquier opción a su rival, para imponerse en una hora y 50 minutos y alcanzar su segunda final del Grand Slam. Mejor de principio a fin en todos los frentes, Alcaraz dictó una lección magistral propia de un consumado especialista en la superficie y descartó de un plumazo las opciones del ruso, a merced de una corriente salvaje. “No puedo creerlo. Sólo puedo decir que voy a disfutar de esto. Y es momento de seguir soñando”, dijo a la conclusión. [Narración y estadísticas (6-3, 6-3, 6-3)]

Será la mejor final posible, la que enfrentará al siete veces campeón del torneo y ganador de las cinco últimas ediciones, invicto sobre hierba desde hace un lustro, con el gran agitador de este deporte en las dos últimas temporadas. Además de ponerse en juego la corona de campeón, ambos litigarán de nuevo por la primera plaza del ránking. En Roland Garros, tras superarle en semifinales y vencer a Casper Ruud en la final, fue Nole quien se la arrebató. El español la recuperó con su triunfo en Queen’s y ahora la expone en un escenario incomparable.

Pero eso será un asunto complementario. Por encima está el atractivo de una final inmensa, a la que no va a faltarle condimento alguno. El aspirante Alcaraz, explosivo como un ciclón, frente al defensor de la copa, que a sus 36 años está jugando tal vez el mejor tenis de su vida en esta superficie.

Alcaraz llegó a las semifinales con la autoestima a prueba de bomba. No era para menos. En su tercera participación en el torneo, con escaso bagaje sobre hierba, no sólo venía de ganar el título en Queen’s sino que había dado muestras de su contrastada valía en Wimbledon, con victorias tan reseñables como las logradas ante el emergente Holger Rune y Matteo Berrettini, éste último finalista en 2021.

Adversario de peso

Estaba preparado para todo. Había superado a rivales de distintas características. Medvedev pertenecía a la especie de los gigantes, como Nicolás Jarry, al que venció en tercera ronda, o como el mencionado Berretttini, pero, a diferencia de ambos, contaba ya con un título del Grand Slam, el Abierto de Estados Unidos de 2021, y con otras tres finales en escenarios de máximo relumbrón.

Es, además, un jugador inclasificable, que a los 27 años empieza a homologar su tenis más allá de las superficies duras. Campeón sobre la arcilla de Roma, se metió en sus primeras semifinales del All England Club, con la boca pequeña, hasta el punto de que se trataba de su primer partido en la Central.

Obligado a mostrar fortaleza y paciencia, el español trató de mover a su adversario en todas las direcciones, de evitar que pudiese golpear parado, al margen, obviamente, de la ejecución de su mejor arma, que es el servicio, y de cambiarle velocidades y alturas. La paciencia era imprescindible para aceptar aquello que no estaba en su mano, los saques sin posibilidad de respuesta, que fueron muchos menos de los habituales. Gran restador, como acreditó en los encuentros mencionados, en particular ante Berrettini, Alcaraz no tardó poco en crear su primera pelota de break, convertida en el octavo juego. Cotizó lo suficiente para darle a continuación el set.

Efervescencia en la grada

Uno de los rasgos de distinción de los grandes tenistas está en su respuesta en situaciones de riesgo. El español concedió su primera bola de rotura con una doble falta para ponerle remedio de inmediato con un saque directo, en el segundo juego del segundo set. Sería él quien volvería a abrir brecha a continuación, dejando una sucesión de voleas propias de John McEnroe que generaron efervescencia en la grada.

El duelo se esfumó de forma centelleante, con Medvedev desarbolado, como ya lo fue en la final de Indian Wells. El tercer set siguió el trazado de los anteriores, con un doble amago de de Medvedev al que echó rápido el candado. Alcaraz sucede a Manolo Santana, Rafael Nadal, Conchita Martínez, Arantxa Sánchez y Garbiñe Muguruza como el sexto español que disputará el título en Wimbledon. Es, con 20 años y 72 días, el cuarto de la historia más joven en hacerlo, tras Bjorn Borg, Boris Becker y el propio Nadal.

kpd