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El jugador malagueño estuvo realizando entrenamientos diarios en dobles sesiones para estar a tope para un equipo de Primera División
Es una etiqueta que le ha perseguido casi durante toda su carrera, pero que se ha repetido especialmente en su último tramo como jugador madridista. “¿Estoy gordo?”, preguntó Isco Alarcón (Benalmádena, 1992) en sus redes sociales en 2018 mientras se mostraba sin camiseta con unos abdominales marcados. «Yo también escucho el ruido de que soy vago», dijo recientemente en una entrevista en Marca sobre el escrutinio al que se le somete en los mismos medios sociales.
Rodrigo Carretero, cofundador de Crys Dyaz & Co y uno de los preparadores personales del futbolista malagueño, también recuerda las críticas que recibía el jugador. Isco empezó a trabajar con ellos hace dos años y medio. “Cuando le cogimos, estaba en el Madrid sin jugar, comparado con sus compañeros, le decían que estaba gordo”, explica Carretero. El malagueño comenzó con ellos con un índice de grasa corporal de un 10% (los deportistas de élite están entre un 6% y un 12%) y con suplementación y entrenamiento consiguieron bajarle a un 8%, en poco tiempo.
Críticas aparte, Isco está de vuelta. El malagueño ha fichado por el Betis tras estar seis meses sin equipo después de rescindir su contrato con el Sevilla. Lo hace después de un parón en el que ha aprovechado para ponerse “físicamente como nunca”, según revela Rodrigo Carretero.
Isco viene realizando, en su casa de Madrid y en el gimnasio, dobles sesiones diarias de lunes a viernes y “deberes” para el fin de semana. “Trabaja de forma más fuerte que en toda su vida”, explica Carretero. Algo que se puede comprobar viendo los videos de sus sesiones en redes sociales del jugador . “Ha llegado a hacer sentadillas con 150 kilos”, cuenta el coordinador de sus entrenamientos junto con otro entrenador, Dani Jiménez, el que sale en muchas de las piezas audivisuales publicadas por el malagueño.
Pero estos seis meses sin equipo, como a cualquier futbolista, le han hecho perder la velocidad y algo de nivel técnico- táctica. Carretero, para mejorar en el apartado físico, trabajó con el futbolista en reacciones cortas y largas, tanto en el gimnasio como en pistas de atletismo. También alquilaron campos de fútbol para suplir la parte del balón, aunque admite que es imposible replicar la parte colectiva. “La dinámica del equipo es importante, pero Isco tiene una varita mágica, con un toque y una calidad que no se ve. Está muy por encima de cualquier jugador de Primera y eso lo mantiene”, apunta el entrenador personal.
Además, hay una parte relevante, que es la que lució Pedri este mismo verano: la importancia del tren superior del cupero, que Isco también ha trabajado duramente con el equipo coordinado por Carretero. “Evidentemente, el tren inferior es el más importante porque es el que más juega“, apunta. Sin embargo, el entrenador equipara a los futbolistas con los velocistas y cree que para conseguir que sean más completos tienen que tener, como ellos, un core y unos brazos fuertes. “Además, a más masa muscular, menos porcentaje de grasa”, añade.
Otra parte fundamental que ha trabajado el malagueño ha sido la parte mental. Aunque recurriera a un especialista, también contaba con sus entrenadores para poder descargar todo lo que le atormentaba. “La parte mental es muy importante, va ligada al físico. Si tu te ves bien, te sentirás más fuerte, sin dolor“, apostilla Rodrigo y reseña el «gran corazón del malagueño».
Precisamente, ha sido el propio futbolista el mayor responsable de estar preparado para su vuelta con el Betis. Una vuelta que él mismo eligió y en la que el factor Manuel Pellegrini, el entrenador que le hizo nacer como futbolista, fue determinante a la hora de elegir al club verdiblanco. “Él mentalmente es muy duro, está acostumbrado a soportar la presión”, revela Carretero. Isco tendrá que soportar y mucha.
Tras el fracaso en Sevilla y el fichaje frustrado por el Unión Berlín, el Betis podría ser la última baza para relanzar la carrera del malagueño. Un jugador que brilló en el Madrid, que alumbró en España y que encumbró al Málaga, pero que su luz perdió pronto intensidad. Aunque él, más que nadie, quiere volver a encenderla.
“La parte más importante de su vuelta es la motivación que le ha puesto”, cuenta Rodrigo y añade que “le ve con muchas ganas” y que esas ganas “fueron la clave para mantenerle en forma fuera de un equipo”. El trabajo del malagueño y de sus ayudantes ya le han vuelto a poner en el escaparate.
