MOMENTOS DEL AÑO (10)
Tras años de decepciones en McLaren y Alpine, Alonso se convirtió en el gran animador del Mundial al volante de un Aston Martin.
Bastan dos nombres para calibrar lo acontecido durante las ocho primeras carreras del Mundial 2023 en torno a Fernando Alonso. Mike Brown y Matt Watson -dos trabajadores del equipo Aston Martin cariñosamente conocidos como Los Zanahorios– saltaron de pronto al primer plano en la Fórmula 1 y personificaron la fiebre por un piloto de 41 años empeñado de nuevo en pelear por los triunfos. De inmediato, la afición española supo que Brown, jefe de mecánicos del asturiano, ya se había implicado al 100% durante la etapa de Sebastian Vettel. O que Watson, con menos responsabilidad y experiencia, podía arrastrar a las masas con celebraciones tan apasionadas como la del GP de Arabia Saudí. A bordo del AMR-23, en ese momento el segundo coche más rápido de la parrilla, la victoria número 33 de Alonso, por la que incluso había suspirado Carlos Alcaraz, se antojaba más cerca que nunca. Más de una década después, la Alonsomanía había vuelto.
Durante el primer fin de semana de junio, fecha de la séptima carrera del Mundial, 284.066 aficionados asistieron en directo al GP de España en Montmeló. Desde casa, 700.000 personas lo siguieron el domingo a través de la televisión, ya que fue la única cita del calendario emitida en abierto. El 9,4% de cuota de pantalla suponía un incremento del 31% respecto al año anterior. Pese a quedar lejos de los datos de 2007, cuando Alonso peleaba por el título con Lewis Hamilton en McLaren, la pasión se acrecentaba como la espuma.
Tras ocho grandes premios, el líder de Aston Martin acumulaba seis podios y ocupaba la tercera plaza del Mundial con 117 puntos, únicamente por detrás de Max Verstappen (195) y Sergio Pérez (126). A los resultados sobre la pista se sumaba el fervor popular, ya que según las votaciones de la propia Fórmula 1, fue el mejor piloto del GP de Bahrein (53,3% de apoyo) y el segundo en el GP de Azerbaiyán (14,3%) y el GP de Mónaco (22,6%). A la madurez de Alonso sobre el asfalto, donde controlaba cualquier intangible, se añadía su liderazgo fuera de la pista, con una exigencia que empujaba a toda la escudería capitaneada por Mike Krack.
Giro radical a mitad de curso
Dejando a un lado los meros resultados hubo que reseñar su festival en Shakir, con un adelantamiento a Hamilton por el exterior y un gran pulso con Carlos Sainz; su vertiginosa velocidad en Montecarlo, donde sólo una errónea estrategia del equipo le apartó de la gloria; o su encomiable modo de sujetar al heptacampeón para auparse al segundo puesto en Montreal. Durante esa primera mitad del campeonato, el AMR-23 se mostraba mucho más competitivo que Ferrari, Mercedes y McLaren. Sin embargo, a partir de junio la situación dio un giro radical. El estancamiento de Aston Martin coincidió con las evoluciones de sus adversarios, mucho más acertados a la hora de afinar sus monoplazas. Atrás quedó la lucha por los podios, aunque el talento del ovetense aún le permitió trepar hasta la segunda plaza en Zandvoort, tras una memorable conducción sobre condiciones cambiantes, o la tercera posición en Interlagos, cuando supo negar los huecos a Pérez para superarle en la photo finish por 53 milésimas.
En más de una ocasión, el propio Fernando ha catalogado este Mundial 2023 como el mejor de su dilatada carrera, a la altura de aquel 2012 en el que llegó a Abu Dhabi peleando por el título ante Vettel: «Me sentí contento con todo: motivado, en forma y rindiendo, a veces en condiciones difíciles». El cuarto puesto final ( 206 puntos), por delante de los pilotos de Ferrari, George Russell y Lando Norris, evidencia una regularidad muy superior a la de Aston Martin, relegado a la quinta plaza y penalizado por la paupérrima aportación de Lance Stroll (74 puntos).
Aston Martin mejora en bolsa
La influencia de Alonso ha quedado patente también en el valor bursátil de Aston Martin Lagonda. A finales de julio, antes de que se confirmase el declive de su monoplaza, las acciones de la compañía se habían revalorizado un 158% respecto a enero. Su estabilidad en el parquet de Londres parece ahora ligada a los planes de Lawrence Stroll, que hace unas semanas recurrió por primera vez a capital privado externo de la mano de Arctos Partners, un grupo vinculado al Liverpool y el PSG. En cualquier caso, Aston Martin cuenta con argumentos para subir otro escalón en la Fórmula 1. Porque a la inauguración del primer edificio en el Campus Tecnológico de Silverstone habrá que añadir, en los próximos meses, un flamante túnel del viento y un simulador de última generación. Es el trayecto marcado hacia las victorias. «El punto de partida fue un poco mejor de lo que pensaba, pero ahora llega el período más complicado. Tendremos que encontrar ese extra para crear algo que nadie tiene. Será el mayor desafío que deberemos afrontar», vaticina Alonso.