La sentencia del Alto Tribunal Europeo permite la creación de competiciones alternativas a las de UEFA y FIFA, pero no entra a valorar la Superliga en concreto.
Betis y Girona, con el lema de LaLiga, el jueves en el Villamarín.EFE
Dos años y ocho meses después de que Florentino Pérez anunciara la presentación de la Superliga y eso supusiera un conflicto que terminó en un pleito judicial, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha concluido que hay “un abuso de poder domina
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Volvió. Con la frente marchita y errante en las sombras como cantaba Gardel. A la casa que le abrió los brazos hace tres años y medio y que este domingo le voló los oídos y le mancilló su placa entre las leyendas rojiblancas. Lo hizo tras torturar a su exequipo o equipo, uno nunca sabe cuando habla de futbolistas cedidos, y elevarse sobre el césped con los brazos en cruz. La grada no olvidaba. [Narración y estadísticas (0-3)]
Pero en los primeros 10 minutos no pudieron ni silbar a Joao Félix porque el portugués no tocó, literalmente, el balón. Luego, eso sí, se desquitaría el portugués, con bailecito incluido. Es increíble que, de sus seis goles en liga, un tercio hayan sido al Atlético de Madrid. Definió el portugués el juego del Barcelona, a picotazos. Pero con eso le valió en el Metropolitano. La primera derrota en Liga del curso. La anterior, por cierto, también se la infligió el Barça el 8 de enero del año pasado.
La presión alta del Atlético había comenzado asfixiante. Los rojiblancos encaraban a pecho descubierto a su némesis, un equipo al que no han podido ganar desde que le entrena Xavi. Esa intensidad y la mal entendida calma de Ter Stegen les propició la primera ocasión del encuentro. Un robo de De Paul, una cesión a Barrios y un disparo, el del canterano, que se fue lamiendo la escuadra izquierda del neerlandés.
Presión y robo
Y entre canteranos estuvieron los primeros quince minutos del partido. Riquelme, sorprendente acompañante de Morata en el ataque rojiblanco, era un puñal por la izquierda y Barrios ejerció bien de Koke, no es un papel fácil de desempeñar y más ante un equipo como el Barça, siempre gustoso por ganar el mediocampo.
Pero este Barcelona no se parece al que lideró su entrenador. Es más directo y tiene más problemas para dormir el juego con balón, especialmente cuando el equipo local te aprieta en cada pase. Fruto de esa presión hubo otro robo que si Molina hubiera afinado el pie en una contra podría haber dejado solo a Lino ante Ter Stegen. La alcanzó el brasileño y logró centrar a Morata, pero éste no disponía de demasiado ángulo.
Sólo Raphinha amenazaba la zaga rojiblanca con incursiones en solitario por banda derecha, pero con apenas dos córners como resultado positivo para su equipo, aunque un cabezazo suyo pudo generar más peligro si hubiera ido mejor dirigido. Sin tensión el conjunto azulgrana en uno de los duelos más importantes de la competición doméstica. En el que tenían que evitar la escapada del Madrid, en el que tenían que adelantar al Girona y en el que tenían que eliminarse a un rival para el final de temporada.
Riquelme, en un lance del juego.JuanJo MartínEFE
Pero como esto es fútbol, el deporte más impredecible que existe, sólo necesitó el Barça una genialidad de Gündogan para adelantarse en el marcador. Uno dos del alemán ante Llorente y pase en profundidad a Lewandowski, que se gira bien y cede a Joao Félix para cumplir la ley del ex aunque, como decimos, sea un ex algo raro. Giró bien el tobillo el portugués para ponerla en la base del poste lejos de Oblak.
Vaciló con unos pasitos el luso frente al fondo sur del Metropolitano hasta que sus compañeros, con buen criterio, le montaron una piña para ocultar lo que pretendiera hacer el jugador. Como dijo Morata en la previa, "la gente tiene sentimientos", y le convenía al 14 del Barça y a su compañeros no enardecer más a un público que le dedicaba una sonora pitada cada vez que tocaba el balón.
Locura de De Paul
Poco más pasaría en la primera parte, pero en apenas un minuto de la segunda un cruce de cables de De Paul casi termina con el argentino expulsado y con el segundo gol del Barça en el marcador. Cedió el cinco rojiblanco un pase al rival que terminó en los pies de Raphinha en el borde del área, picó el brasileño para Lewandowski y el polaco la ajustó al segundo palo de Oblak, imposible para el esloveno. 60 segundos para tirar el gran esfuerzo de una primera parte, que tampoco terminó como el Cholo había planeado.
Pudo recortar Llorente cinco minutos después tras un rechace a la salida de un córner, pero la volea del madrileño, que atravesó un bosque de piernas, fue repelida por Ter Stegen en una de las paradas del año. La más clara del equipo rojiblanco en la primera hora de juego. Un espejismo, estaba más cerca el tercero de los culés y pudo hacerlo el delantero polaco tras ganar un duelo a Savic.
La celebración del Barça tras el 0-3 de Fermín.AFP
Terminó llegando casi sin esfuerzo y también por obra y gracia del polaco. En una transición mal defendida por la zaga rojiblanca, un centro lateral de Lewandowski encontró a Fermín solo en el centro del área, que remató de cabeza sin oposición.
Malo que, en un partido donde tu rival apenas te había dominado, en tres picotazos te haya rematado el partido y te haya complicado la Champions. La derrota sacaba al Atlético de los cuatro primeros puestos de LaLiga, los que dan acceso a la Champions. El principal objetivo del club colchonero como se han cansado de repetir todos los estamentos del club desde el principio de temporada. Ganar la Champions es un sueño, alcanzarla una necesidad.
Peleó el Atlético con más corazón que cabeza el gol del honor. La tuvo, muy clara Saúl, pero volvía a no ser el día del ilicitano. Tampoco el de los honores sino para no sufrir mayor castigo. Roja a Molina aparte. Suficiente que un jugador de tu propiedad, que reniega de ti, haya vuelto a marcarte. El fútbol es cruel a veces y no entiende de merecimientos. Sigue la pesadilla blaugrana y el hombre del saco, de nuevo, fue el portugués Joao Félix.
"Con esto, aunque parezca mentira, hemos acabado. Visto para senten...". El juez del caso del beso de Luis Rubiales, Jose Manuel Clemente Fernández- Prieto, no se dio ni tiempo para terminar su propia frase y apagó el micrófono tras nueve largas sesiones de juicio en la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Por las instalaciones judiciales de San Fernando de Henares pasaron la víctima, los cuatro acusados, 20 testigos (los dos seleccionadores nacionales), dos peritos...
En total, 2.090 acontecimientos que el magistrado deberá tener en cuenta para dictar su sentencia sobre si supuso una agresión sexual el beso que propinó el ex dirigente a Jenni Hermoso y si las presiones posteriores a la jugadora conforman el tipo penal correspondiente a las coacciones. Por el primero la Fiscalía y las acusaciones particulares solicitan un año de prisión a Rubiales y por el segundo, año y medio al ex dirigente y al resto de acusados:el ex seleccionador, Jorge Vilda; el ex director de la masculina, Albert Luque, y el ex director de marketing, Rubén Rivera.
Ninguno de los acusados quiso usar el derecho a decir una última palabra, decidieron los cuatro confiar en los alegatos finales de sus defensas. Algunos, especialmente brillantes como el de la letrada de Rubiales, Olga Tubau, que, probablemente, habrá sido la que ha aconsejado a su defendido no sólo no utilizar ese derecho sino que tampoco realizara declaraciones en los exteriores de los juzgados. Sólo Jorge Vilda rompió ese silencio en alguna ocasión para decir, para sorpresa de los presentes, que había recibido el apoyo de "jugadoras y técnicos".
"Más de 100 periodistas"
"Esta causa, en algunos aspectos, ha sido un disparate", lanzó en su informe final el abogado de Rivera, Joaquín Jiménez. Hacía referencia el letrado a los recursos judiciales que se han empleado durante las casi dos semanas que ha durado el juicio por "los seis segundos que cambiaron la vida de la señora Jennifer Hermoso". Destacaba el abogado defensor que había "valido la pena contratar abogados caros", en una causa que ha copado todos los medios de comunicación durante este periodo.
El primer día del juicio, en el que había más de 100 periodistas acreditados, compareció la víctima, Jenni Hermoso, que había tenido que volar de México, a donde fue tras el escándalo ocurrido en la entrega de medallas del Mundial de Australia en la que resultó campeona junto a sus compañeras. "No pude reaccionar. Me estaba besando mi jefe y esto no debe ocurrir. Me sentí poco respetada", valoró una acción de la que Rubiales, días después, diría: "Estoy totalmente seguro de que Jenni me dio su aprobación".
Informes finales
Pero la propia defensa del ex dirigente no consideró crucial el consentimiento en el "piquito" o "besito", sinónimos según el propio Rubiales, aquel 20 de agosto de 2023, sino que puso en tela de juicio si esa acción atentaba realmente contra la libertad sexual de Hermoso. "¿Estamos ante una conducta inadecuada? Sí. Delictiva, no", expuso Tubau en su informe final de hora y media, el más largo de las defensas.
Las acusaciones evidenciaron que en la sociedad en la que vivimos ya no es necesario estar "llorando por las esquinas" tras ser objeto de una agresión sexual y lamentaron que la Real Federación Española de Fútbol, "una estructura vertical, manipuladora y servilista", no hubiera intentado proteger a la futbolista. "¿Les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba su chiringuito", recalcó la fiscal ante un juez que, con su vehemencia, se convirtió en otro de los protagonistas de una causa que, en unas semanas, tendrá su sentencia.
Hay trampas menos evidentes que la que iban a poner al Atlético en el Martínez Valero. El Leganés sobrevivió a otra similar en Almería, con el gancho, y los rojiblancos debían hacerlo si querían seguir haciendo historia. Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo y Simeone se conoce todas las tablas de aquí a Arimatea. Así que, apoyado en un inspirado Sorloth, liquidó al Elche en el primer tiempo y lo remató en el segundo. Ya son 15 victorias seguidas, la historia continúa, como dirían en la Guerra de las Galaxias. [Narración y estadísticas, 0-4]
Y eso que los primeros seis minutos vieron un 90% de posesión para el Elche. Son estilos diferentes, sí, pero un equipo de Primera debe mostrar categoría en todas las circunstancias y ante cualquier rival. No obstante, como sabe el Cholo, y se ha empeñado en demostrar durante toda su carrera: la posesión no gana partidos. Ergo, en el minuto 8, Sorloth ya había hecho el primer gol no sólo en el primer disparo a puerta del Atlético, también en el primer acercamiento al área de San Román.
Por si había dudas, cuatro minutos después, Correa casi hace el segundo. Quizás es eso lo que defina a los equipos de Primera. No les van los preliminares, llegan y te matan. Contundencia en las áreas le llama Simeone. Y Sorloth, el noruego está pidiendo más minutos a gritos. Su efectividad minutos- goles en los últimos partidos asusta: un tanto cada 35 minutos. Una barbaridad.
La tela de araña sobre el Martínez Valero era rojiblanca. Los jugadores del Elche se movían, entraban y salían de zona ofensiva para limpiar las marcas, pero los discípulos del Cholo no picaban. Cerraban cada resquicio con un 5-4-1 esperando matar a la contra. Son el equipo menos goleado de Primera y eso no es casualidad.
Y en dos pases provocaron el segundo tanto. Azpilicueta buscó a Lino en profundidad, que recortó y Diaby se comió el amague con la pierna de arrastre. Error de juvenil. Sorloth no perdonó y puso tierra de por medio. La empresa y el sueño ilicitano se desvanecía en la tela de araña atlética.
Lo terminó de aplastar Nico González, quizás el jugador más talentoso del Elche de Eder Sarabia. Trastabilló por detrás a Riquelme al inicio de la segunda parte y Cuadra Fernández no le perdonó la segunda amarilla. Remontar dos goles al equipo menos goleado de Primera es casi imposible, hacerlo con 10, una quimera.
Minutos para Lemar
Así, ya en la segunda parte Simeone se dedicó a conservar fuerzas para la serie de partidos que le vienen al Atlético en los próximos días, cinco en dos semanas. Se permitió incluso sacar a Lemar, casi en blanco esta temporada. Riquelme, además, quiso reivindicarse para esa serie con un gran disparo de fuera del área que se coló por la escuadra de San Román pese a que la tocó el cancerbero. Quedaba aún un purgatorio para el Elche.
El equipo ilicitano, además, tuvo momentos en los que intentó no rifar el balón. Mala idea. El Atlético robaba arriba y llegaba rápido. Correa perdonó la primera, pero Julián, también en racha, metió la segunda. Es bueno tener la unidad B enchufada, que se lo pregunten a aquel Madrid B de Zidane que se hizo con la liga. Tiene el Atlético plantilla para pelear y para soñar. Con un compromiso imperturbable sea la competición que sea. Son 15 victorias seguidas y sumando. El Atlético también quiere la Copa.