La jugadora del Barça expresó que no esperaba un mayor apoyo de los futbolistas en el enfrentamiento de las jugadores con la Federación
Dani Carvajal calienta antes de un partido con la selección española.JORGE GUERREROAFP
Dani Carvajal respondió a las preguntas de los periodistas tras la victoria ante Noruega (0-1) que deba a España la clasificación para la Eurocopa de 2024. Y el lateral fue preguntado por las palabras de la jugadora Aitana Bonmatí en el programa de la Sexta ‘Salvados’, en el que afirmó que no esperaba un mayor apoyo de los futbolistas masculinos en el enfrentamiento de las jugadores con la Federación.
El madridista, que ya se ‘mojo’ en la polémica de la selección femenina de fútbol, trató de esquivar la polémica. “No sé, la verdad que no sé a qué se puede referir de apoyar más o no apoyar. Al final ha pasado lo que ha pasado, ellas están reestructurando lo que ellas creen o no se sienten cómodas dentro de su entorno en la Federación. Están reestructurando como digo, o intentando reestructurar todo el staff, marketing, comunicación, etcétera, etcétera. Y nosotros pues bueno, nos centramos en lo que nos toca, en ganar y en seguir a lo nuestro”, contestó.
Anteriormente, cuando la polémica sobre Luis Rubiales estaba en primera plana, Carvajal dio su opinión en una rueda de prensa que para muchos fue una muestra de apoyo al ex presidente de la RFEF. “Nosotros en el comunicado admitimos que el comportamiento del presidente no es el adecuado. Y hay estamentos legales que están considerando si realmente Jennifer es víctima de algo que se está tramitando. Nosotros nos mantenemos al margen. Hay personas que son las que tienen que decidir”, admitió el pasado septiembre.
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E insistió en que los futbolistas “tampoco podemos posicionarnos o condenar una parte u otra previamente sin conocer realmente que ha pasado, porque a día de hoy Jennifer no ha presentado tampoco la denuncia”.
El defensa también respondió a cuestiones sobre el partido ante Noruega. “Hemos hecho un partido bastante completo. No nos han creado prácticamente ocasiones y nos vamos contentos para casa con la clasificación para la Eurocopa“, analizó Carvajal.
“Defensivamente desde Unai hasta Álvaro (Morata) hemos estado muy compactos. No hemos dejado prácticamente recibir ningún balón cómodo a Haaland. Hay que elogiar el trabajo de los tres centrales porque han estado muy bien”, añadió en Teledeporte.
UEFA Nations LeagueOpinión
JULIÁN RUIZ
Actualizado Domingo,
18
junio
2023
-
23:59Los jugadores de España celebran con Carvajal el título.Martin MeissnerAPEl veneno...
Conviene, en estos torneos, romper a sudar. Y España todavía no había roto a sudar desde que llegó a Alemania. Un poquito contra Croacia, si acaso, y otro porquito contra Italia, pero paren de contar. Ayer sudó, y sudó bien sudado, pues pese a la holgura final, España pasó un mal rato ante Georgia, a la que sólo doblegó a falta de un cuarto de hora después de tener que remar contra la corriente durante 75 minutos para terminar, sí, goleando y con la sensación de que el torneo, por fin, ha empezado. El viernes, a las seis de la tarde, espera Alemania en Stuttgart en los cuartos de final, y allí llegará España sudada, que es como hay que llegar a esas citas. [Narración y estadísticas (4-1)]
Georgia es una selección menor. Con el veneno de quien juega por algo más que una victoria, con el vigor nacido en un sentimiento nacional de rebeldía, con el brío de quien lucha por su gente, que no por su Gobierno. Con la sensación, en fin, de poder lograr mucho más que un estúpido acceso a los cuartos de final de una Eurocopa, de lograr, por qué no, cambiar la historia de su país. Con todo eso, sí, pero Georgia es una selección menor.
De hecho, de no ser por la parafernalia que acompaña a los partidos en un gran torneo, con sus controles de seguridad, sus perímetros exagerados, su colorido en las calles por la mañana y sus 52 tipos calentando en el campo, podría pasar por cualquiera de esos choques que juega España contra un rival inferior en cualquier capital de provincia un sábado de octubre camino de alguna fase final como esta. Georgia es una selección menor, pero hizo sudar a España la gota gorda porque, llegados a este punto del torneo, la ausencia de red provoca vértigo, y durante mucho tiempo España temió caerse y perder contra una selección menor.
De repente, el caos
De la Fuente no tocó el once, para qué, y en la primera jugada Nico Williams encaró a Kakabadze y sacó un centro. En la segunda Carvajal centró también tras una conducción de Lamine. Los dos primeros intentos de contragolpe de Georgia murieron en su propio campo y el primer balón que le llegó a Unai Simón lo paró y lo jugó sin riesgos para Rodrigo. Eran los primeros cinco minutos y todo tenía muy buena pinta, una de esas noches en las que lo único por lo que se puede apostar es en por el minuto en el que llegará el primer gol. En este caso fue en el 17 y fue de Le Normand, pero como fue en propia puerta, lo cambió todo. En el primer pasillo que encontró Georgia, el lateral derecho, de nuevo Kakabadze, llegó al lateral del área y su centro, muy tenso, golpeó en el central español para meterse en la portería.
Y de repente, el caos. Pedri no era capaz de domar un balón, Carvajal se resbalaba, Rodrigo entregaba melones en lugar de balones, los contragolpes de Georgia salían bien a dos o tres toques... Era el momento de medir el cuajo de la selección española, a la que de momento en este torneo le había ido todo de cara, jugando bien como contra Italia, regular como contra Croacia y regular también como contra Albania con los suplentes. Era el momento de calibrar esas otras cosas que no son exactamente fútbol: saber controlar la ansiedad, no dejarse atrapar por los nervios, jugar con la presión de quedarse fuera... Y durante unos minutos España no dio sensación de sobreponerse al gol.
El zurdazo de Rodri para el 1-1 en Colonia.AFP
Había rematado Fabián, y el propio Pedri, los dos por arriba, pero el balón ya no fluía, las piernas pesaban y los ojos no veían bien. Conforme pasaba el tiempo, peor pinta tenía. La sombra del partido de Inglaterra, disputado antes, empezó a sobrevolar Colonia. Por suerte para España lo evitó Rodrigo, ayer más impreciso de lo habitual, pero quirúrjico en un disparo con la zurda desde la frontal (hasta ahí permitía controles Georgia, aculada sobre Mamardashvili en eso que los modernos llaman bloque bajo y que en realidad se llama poner el autobús). La posición de Morata, en fuera de juego y en la trayectoria del balón, dejó alguna duda, pero el VAR dio el visto bueno y España llegó aliviada al descanso. Que no era poco.
Dani Olmo por Pedri
A la vuelta del refrigerio no hubo tiempo para demasiadas cosas. En una jugada de esas que definen las diferencias entre esta España y otras recientes, Lamine tiró una diagonal, y eso terminó con una falta en la frontal que él mismo lanzó. El paradón de Mamardashvili dio origen a una segunda jugada en la que, de nuevo Lamine, puso un centro maravilloso de fuera a dentro que Fabián, metido a delantero centro, remató para poner por delante a la selección, a la que Luis de la Fuente le metió una alternativa: quitó a Pedri, bastante oscuro toda la noche, y metió a Dani Olmo. Había más de media hora por delante, y aunque el equipo ya mandaba en el marcador, ni de lejos tenía el partido solventado.
En esos minutos perdonó Lamine el tercero, y De la Fuente quitó a Morata para meter a Oyarzabal y a Cucurella para meter a Grimaldo. El cansancio de los georgianos, un equipo bastante veterano en su estructura, también ayudó lo suyo. El árbitro anuló el tercero a Lamine por un fuera de juego bastante claro, pero justo después se activó la otra motocicleta de la que dispone España. Fue Fabián el que, nada más recuperar la pelota en un ataque nada benévolo del rival, lanzó un balón largo a la carrera de Nico Williams. El extremo todavía del Athletic arrancó desde su campo, se plantó en la frontal, regateó y la puso arriba, imposible para Mamardashvili.
Quedaba un cuarto de hora y, ahí sí, respiró España, definitivamente en calma con el cuarto, obra de Dani Olmo. Vivió plácido el final la selección, mirándose la camiseta y sabiendo que, ahora sí, una vez que empiezas a sudar, las cosas van mejor. Un susto, si se solventa, ayuda en el futuro.